UNIVERSIDAD FERMIN TORO
VICE-RECTORADO ACADÉMICO
FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES
ESCUELA DE CIENCIAS POLÍTICAS
ACTIVIDADES DE ORIENTACIÓN
EL AUTOCONOCIMIENTO
ALUMNO: GIANCARLO DI
CLEMENTE
PROFESOR: YULENNIS RIVAS
BARQUISIMETO JUNIO 2021
EL AUTOCONOCIMIENTO
Consiste en conocernos profundamente a nosotros
mismos, sabiendo entender nuestras emociones,
defectos, cualidades y problemas en cualquier
contexto. El autoconocimiento es muy importante
para el desarrollo personal, para regular las
emociones, relacionarnos con los demás y conseguir
los objetivos que nos propongamos.
Es la capacidad de responder quien soy yo, el
conocimiento que tenemos de nosotros mismos. Es
lo específico de la persona, la consecuencia de si
mismo. Nos identificamos y evaluamos, no es fácil
tener un autoconcepto claro. Esta disposición
personal establece la autoestima.
Una persona con autoconcepto limitado de sí mismo
suele sentirse incómodo con su apariencia física,
tiene un deseo excesivo por complacer a los demás,
se siente víctima de las circunstancias, tiene
dificultad para expresar sus sentimientos, da
excesivo interés o poca importancia a la ropa, busca
agradar a los demás. Por el contrario, una persona
con buen autoconcepto confía en sí mismo, no tiene
temor a separarse de las personas, se siente bien
frente a cualquier cambio, no le tiene miedo a las
críticas, se hace responsable de sus propias
acciones.
LA IMPORTANCIA DEL AUTOCONOCIMIENTO
Como podrás imaginarte, el autoconocimiento es
clave para el bienestar psicológico. Conocerse uno
mismo permite saber lo que queremos en la vida, ya
sea en grandes proyectos o en el día a día. También
permite saber gestionar mejor nuestras emociones
incluso en las situaciones más difíciles. Además, el
autoconocimiento está muy relacionado con la
inteligencia emocional, ya que saber interpretar
nuestras emociones está relacionado con la
autoreflexión y la mejora de la salud mental.
Por otro lado, conocerse a uno mismo también es
muy importante para el desarrollo personal. Esto nos
ayuda a ponernos unas metas realistas y saber
identificar en qué trayectoria de nuestra vida nos
encontramos. Por este motivo es esencial en algunas
etapas de la vida dónde nos surgen muchas dudas.
En definitiva, mejorar el autoconocimiento servirá
para cuidar nuestro bienestar general.
RECONOCIMIENTO DE LAS EMOCIONES
Reconocer las emociones consiste en la capacidad
que tiene una persona de identificar y aceptar las
emociones, propias y ajenas.
Es básicamente como hablar un idioma. Al principio
es confuso y puede que no entendamos bien el
sentido de algunas cosas, pero luego, a medida que
vamos manejando este lenguaje de forma cotidiana,
se vuelve más entendible y llegamos a ser capaces
de manejarlo con fluidez.
Para reconocer las propias emociones hace falta que
seamos capaces de traer a la parte consciente de
nuestra mente algunos aspectos de nuestra
persona que muchas veces pasamos por alto o en
los que evitamos pensar. Eso es fundamental para
desarrollar Inteligencia Emocional.
Siempre hay temas referentes a nosotros mismos
que preferimos dejar olvidadas. Sin embargo, cuanto
más pronto nos atrevemos a revisar esos aspectos
con un criterio objetivo, más cerca estaremos de
lograr entender cómo nos sentimos.
EFECTOS DEL RECONOCIMIENTO DE LAS EMOCIONES
Aprender a regular y expresar las emociones se
considera un indicador de madurez y equilibrio que
tiene efectos positivos sobre las relaciones
interpersonales. Por ello es importante adquirir
habilidades para reconocer las propias emociones e
identificar las emociones de los demás, lo que le
facilitara la comprensión, regulación, prevención de
efectos nocivos de las emociones negativas o
aflictivas, desarrollando habilidades para generar
emociones positivas, automotivarse y adoptar una
actitud positiva ante la vida.
El reconocimiento emocional beneficia porque:
Permite reflexionar sobre los propios estados
emocionales y así tomar mejores decisiones.
El reconocer las emociones de los demás
contribuye a mejorar las relaciones interpersonales.
Facilita establecer límites, filtrar, prestarles atención
a las propias necesidades y procurarse bienestar.
Ayuda a conocerse mejor así mismo.
Contribuye a disminuir los riesgos de desarrollar
cualquier tipo de sintomatología de ansiedad o
depresión.
RECURSOS INTERNOS
Los recursos internos son un repertorio de capacidades interiorizadas que participan y
validan nuestro desarrollo, un conjunto de habilidades y capacidades que pueden
ayudarnos en los momentos necesarios y que en ocasiones tenemos que «rescatar»,
dado que han sido dejados de lado. En ocasiones no se llega a recordar que los
tenemos y una mirada externa también puede hacérnoslo ver y así ponerlos, de nuevo
de relieve.
Determinan el modo en que nos relacionamos con nosotros mismos.
• Conciencia de uno mismo: de nuestros propios estados internos, recursos e
intuiciones.
• Conciencia emocional: reconocer las propias emociones y sus efectos.
• Valoración adecuada de uno mismo: conocer las propias fortalezas y debilidades.
• Confianza en uno mismo: seguridad en la valoración que hacemos sobre nosotros
mismos y sobre nuestras capacidades.
• Autorregulación: implica el control de nuestros estados, impulsos y recursos internos.
• Autocontrol: capacidad de manejar adecuadamente las emociones y los impulsos
conflictivos.
• Confiabilidad: fidelidad al criterio de sinceridad e integridad.
• Integridad: asunción de la responsabilidad de nuestra actuación personal.
• Adaptabilidad: flexibilidad para afrontar los cambios.
• Innovación: sensación de comodidad y disponibilidad ante las nuevas ideas,
enfoques e información.
•Motivación: contemplan las tendencias emocionales que guían
o facilitan el logro de nuestros objetivos.
• Motivación de logro: esforzarse por mejorar o satisfacer un determinado criterio de
excelencia.
• Compromiso: secundar los objetivos de un grupo u organización.
• Iniciativa: prontitud para actuar cuando se presenta la ocasión.
• Optimismo: persistencia en la consecución de los objetivos a pesar de los
obstáculos y los contratiempos.
HABILIDADES EMOCIONALES
Las emociones son respuestas del cuerpo ante los estímulos del medio,
sean las situaciones que se presentan en la vida, las palabras de alguien o
algún recuerdo; es decir, son respuestas inmediatas pero también pueden
presentarse mucho tiempo después cuando las personas recuerdan aquello
que les causó una emoción y la activan de nuevo.
La habilidad emocional es la capacidad aprendida para conocer y controlar
esas emociones y la manera en que reaccionamos ante ellas.
Determinan el modo en que nos relacionamos con los demás.
• Empatía: se refiere a la conciencia de los sentimientos, necesidades y
preocupaciones ajenas.
• Comprensión de los demás: tener la capacidad de captar los sentimientos
y los puntos de vista de otras personas e interesarnos activamente por las
cosas que les preocupan.
• Orientación hacia el servicio: anticiparse, reconocer y satisfacer las
necesidades de los clientes.
• Aprovechamiento de la diversidad: sacar fruto de las oportunidades que
nos brindan diferentes tipos de personas.
• Conciencia política: capacidad de darse cuenta de las corrientes
emocionales y de las relaciones de poder subyacentes en un grupo.
• Habilidades sociales: alude a la capacidad para inducir respuestas
deseables en los demás.
• Influencia: utilizar tácticas de persuasión eficaces.
• Comunicación: emitir mensajes claros y convincentes.
• Liderazgo: inspirar y dirigir a grupos y personas.
• Catalización del cambio: iniciar o dirigir los cambios.
• Resolución de conflictos: capacidad de negociar y resolver conflictos.
• Colaboración v cooperación: ser capaces de trabajar con los demás en la
consecución de una meta común.
• Habilidades de equipo: ser capaces de crear la sinergia grupal en la
consecución de metas colectivas.
LÍMITES DE LAS EMOCIONES
Los límites emocionales son parte de nuestro autoconocimiento,
ayudan a respetar nuestros espacios y tiempos; facilitan nuestra
interrelación con los demás, moderando nuestro comportamiento,
impiden que ofendamos a los demás o seamos ofendidos. Es el
espacio donde terminas tú y empieza otra persona.
Los desarrollamos durante toda nuestra vida, desde pequeños nuestros
padres nos educan e influyen en nuestra personalidad. Cuando nos
enseñan a exteriorizar nuestros sentimientos y emociones, reafirman
nuestra identidad personal y se establecen las primeras bases de
nuestros linderos. Los límites emocionales van mutando o en algunos
casos cediendo, por ejemplo cuando nos vemos en situaciones en
donde perdemos nuestra seguridad personal, sentimos miedo, nos
aterra el abandono, el rechazo o cuando sentimos culpa. Lo importante
es tomar las riendas y comandar todo lo que sucede en nuestra vida.
Los límites emocionales determinan cómo queremos tratarnos y cómo
deseamos que los demás nos traten. Está claro que no podemos hacer
que los demás actúen según nuestros deseos, pero si tenemos el
control de nuestra propia conducta, por ello somos responsables de
alejarnos de situaciones que nos lastimen, que nos incomoden y que no
nos agraden. Debemos establecer nuestros límites a conciencia
validando nuestras emociones y sentimientos.
RECONOCIMIENTO DE LAS EMOCIONES Y SENTIMIENTOS CON LA
FINALIDAD DE MANEJARLOS ADECUADAMENTE
Para conocer y controlar las emociones y sentimientos propias y ajenas, con el fin de obtener determinados fines, se necesita
desarrollar cinco habilidades:
Conocer las propias emociones: El principio de Sócrates “conócete a ti mismo” se refiere a esta pieza clave de la inteligencia
emocional: tener conciencia de las propias emociones; reconocer un sentimiento en el momento en que ocurre. Una incapacidad en
este sentido nos deja a merced de las emociones incontroladas.
Manejar las emociones: La habilidad para manejar los propios sentimientos a fin de que se expresen de forma apropiada se
fundamenta en la toma de conciencia de las propias emociones. La habilidad para suavizar expresiones de ira, furia o irritabilidad es
fundamental en las relaciones interpersonales.
Motivarse a sí mismo: Una emoción tiende a impulsar hacia una acción. Por eso, emoción y motivación están íntimamente
interrelacionados. Encaminar las emociones, y la motivación consecuente, hacia el logro de objetivos es esencial para prestar
atención, automotivarse, manejarse y realizar actividades creativas. El autocontrol emocional conlleva a demorar gratificaciones y
dominar la impulsividad, lo cual suele estar presente en el logro de muchos objetivos. Las personas que poseen estas habilidades
tienden a ser más productivas y efectivas en las actividades que emprenden.
Reconocer las emociones de los demás: Un don de gentes fundamental es la empatía, la cual se basa en el conocimiento de las
propias emociones. La empatía es la base del altruismo. Las personas empáticas sintonizan mejor con las sutiles señales que indican
lo que los demás necesitan o desean.
Establecer relaciones: El arte de establecer buenas relaciones con los demás es, en gran medida, la habilidad de manejar las
emociones de los demás. La competencia social y las habilidades que conlleva, son la base del liderazgo, popularidad y eficiencia
interpersonal. Las personas que dominan estas habilidades sociales son capaces de interactuar de forma suave y efectiva con los
demás.