1. Internet no fue pensado, en un principio, para realizar compras. Era una herramienta
para el intercambio de información, para la comunicación. Sin embargo, se convirtió en una
gran oportunidad de negocio y eso propició que empezara una adaptación de Internet al
comercio electrónico. Fueron creándose mecanismos de seguridad para la transmisión de
datos confidenciales, como los datos bancarios. Además, se impulsaron muchos y diversos
métodos de pago.
Las ventajas de la compra a través de Internet son innegables. Se puede comprar
cómodamente desde casa y en tiendas de todo el mundo. Todas las tiendas están a la misma
distancia del usuario, cuesta exactamente un clic del ratón llegar a cualquiera de ellas.
La rapidez con la que se puede comprar también es algo evidente, entrar en una tienda
on-line, seleccionar el artículo y hacer el pedido puede costar unos pocos minutos. Para los
comerciantes también hay muchas ventajas, a través de una página web pueden llegar a
millones de usuarios, no necesitan local ni empleados para mostrar sus productos y los
pedidos les llegan instantáneamente y bajo un mismo formato. En definitiva, se ahorran
costes.
No es poca la gente, hoy en día, que prefiere realizar sus compras en internet. Quizá
no las compras menores del día a día, pero sí los artículos como televisores, portátiles,
videojuegos, ropa especializada o exclusiva, viajes, vuelos, etc. Es decir, aquellos artículos que
prefieren meditar, informarse y comparar en varias tiendas, antes de adquirirlos.
Dentro de la red existen varios ámbitos en los que podemos movernos para realizar
nuestras compras. Podemos comprar productos de segunda mano que anuncian otros
usuarios, comprar en tiendas que sólo existen en la red, o en nuestra tienda habitual que
también dispone de una tienda virtual. Existen sitios con subastas, páginas web que te
proponen descuentos sustanciosos en servicios por un tiempo limitado, y un sinfín de opciones
que han logrado que los usuarios confíen más en las compras desde internet.
Cómo comprar
La compra por internet es una compra inteligente, meditada. En las tiendas
convencionales solemos observar un escaparate, entrar y realizar compras más o menos
impulsivas. La única referencia que tenemos es nuestro propio conocimiento y la del comercial
que nos atiende, cuyo objetivo es vender. Sin embargo, en internet lo habitual es que el
consumidor ya sepa lo que quiere. Lo busca, se informa sobre el producto, busca opiniones de
otras personas que lo adquirieron antes, observa imágenes y vídeos del funcionamiento, se
informa sobre la reputación de la tienda, compara precios entre distintos sitios y, finalmente,
compra.
2. La exigencia del consumidor medio hace que, necesariamente, las páginas deban
trabajar de forma rápida y eficaz y ser extremadamente competentes. Porque cualquier tienda
virtual sabe que, si da un mal servicio, la red entera se hará eco de ello. Si ocurre de forma
puntual no importa, pero un mal servicio como norma hunde las tiendas en Internet, donde la
información corre como la pólvora.
Cuando uno empieza a comprar en Internet, lo normal es que desconfíe, pero verás
que, a medida que te vayas familiarizando con el entorno, acabarás prefiriendo esta forma de
compra. ¿Por qué? Porque tienes más donde elegir y en muchos casos a precios más
competentes. Además, no necesitas salir de casa para realizar las compras, te la llevan a casa.
En nuestras compras convencionales, cuando acabas de llegar a un lugar nuevo, debes
investigar las tiendas de la zona. Pero luego de haber realizado una pequeña investigación,
encontrarás una selección de tiendas que se convertirán en tus tiendas habituales o preferidas.
En Internet ocurre lo mismo.
Pero, ¿cómo empezar? Nosotros te recomendamos que te informes.
Busca información sobre la tienda donde piensas comprar. Si está en las redes sociales
demuestra transparencia, ya que en ellas sus clientes formarán una comunidad e
intercambiarán experiencias y opiniones. Puede ser un buen lugar donde informarse de la
satisfacción de otras personas.
Las tiendas virtuales más completas y fiables suelen incorporar, dentro de su propia
página, la posibilidad de opinar sobre los productos o un sencillo sistema que te permite
valorar cada producto (normalmente del 1 al 5, representado con estrellas). Algunos ejemplos
son La casa del libro, Fnac, El Corte Inglés o eBay, donde se valora la reputación del vendedor.
Infórmate sobre el producto. Puedes buscarlos directamente en buscadores o en
páginas especializadas en comparación entre productos o reviews que te ayudarán a decidirte.
En ellas verás las opiniones de expertos, o de personas que lo compraron anteriormente.
Algunos ejemplos son Ciao, Dooyoo, Kelkoo o Shoomo, que destacan por las opniones y
análisis de productos y sus comparadores. Twenga ofrece un ránking de popularidad de
tiendas y productos. Y Google Shopping, el comparador de precios que destaca por sus
métodos de búsqueda.
3. Utiliza portales especializados. Trabajar con los grandes siempre da ciertas garantías.
Incluso es posible que tu tienda habitual tenga una tienda virtual con precios rebajados u
ofertas especiales. Podrás ver sus productos con tiempo y tranquilidad, y en el horario que tú
desees.
Lee las condiciones de la compra atentamente, para conocer las condiciones de
devolución o de garantía, o cómo responderá la tienda si el envío no llega a tiempo o en
condiciones. Es mejor saberlo de antemano y no llevarse una sorpresa cuando haya problemas
y ya sea tarde.
Valora los métodos de pago que te ofrece la tienda y suma los gastos de envío para
conocer el precio final. Un consejo: si conoces más gente que puede querer comprar
productos, podéis aunar el pedido y así repartiros los gastos de mensajería.
Obviamente no es necesario seguir todos estos pasos siempre. Muchas veces ya
conocerás a la tienda, o el producto.
Por lo que para estar tranquilos a la hora de hacer vuestras compras en la Red es
bueno seguir una serie de consejos básicos:
Mantener vuestro sistema operativo siempre actualizado al igual que el navegador
web que utilicéis y en general el resto de los programas de vuestro ordenador.
Utilizar un programa Antivirus contrastado, actualizado y siempre en su última versión
disponible ya que la mayoría de los Antivirus modernos incluyen módulos
Antispywares que evitarán multitud de quebraderos de cabeza.
Mantener activos los Firewalls (Cortafuegos) ya que se convierten en excelentes
aliados de nuestro Antivirus para impedir conexiones no deseadas y ayudan a
mantener al equipo seguro. Los sistemas operativos de última generación ya incluyen
su propio Firewall gratuito.
Es bueno pasar el antivirus periódicamente para asegurarnos de que nuestro equipo se
encuentra totalmente libre de virus.
Los expertos recomiendan no realizar compras online desde un PC desconocido o
desde una red WiFi abierta, mucho menos desde cibercafés o similares ya que
podríamos estar poniendo en riesgo nuestra información financiera. En caso de no
tener otra alternativa intenta navegar con la opción de “Private Browsing” que
incorporan la mayoría de los navegadores webs modernos y de limpiar las cookies,
claves y archivos temporales de internet una vez termines la operación.
4. Realizar nuestras compras online, en sitios webs seguros, conocidos, y de confianza.
Antes de lanzarse a comprar es bueno investigar un poco sobre si la tienda virtual
tiene una buena reputación y es de fiar. Por lo general las mismas marcas de los
productos cuentan con su tienda propia online o pueden recomendarnos una tienda
de confianza en donde adquirir estos. También podemos utilizar complementos de
seguridad gratuitos para el navegador web como es el WOT (Web of Trust) para
conocer la reputación de un sitio.
Desconfiar de los emails con grandes ofertas y descuentos especiales, más cuando
nunca antes habéis comprado nada allí.
Antes de realizar el pago de vuestra compra, aseguraros de que el sitio cuenta con
protección de cifrado de datos SSL (Secure Sockets Laye) aparecerá un candadito que
puede variar dependiendo del navegador utilizado, pero por lo general lo se muestra
abajo a la derecha.
Es conveniente utilizar una tarjeta de crédito y pedir información a nuestro banco
sobre los planes contra fraudes a nuestra disposición además de conocer las leyes de
protección de fraudes online que estén en vigor en ese momento. Dentro de lo posible
es bueno utilizar una única tarjeta de crédito para las compras online y que esta
cuente con un límite de crédito reducido.
Conviene revisar el estado de nuestra cuenta regularmente y en caso de encontrar
alguna discrepancia en alguna de nuestras compras ponernos en contacto
inmediatamente con el banco para que detenga ese pago y cambien nuestro número
de tarjeta de crédito.