1. DIAPOSITIVAS CUENTO:
LA CIGARRA Y LA
HORMIGA
Helen Johanna Currea Toro
Grupo 5 – sexto semestre
Licenciatura pedagogía infantil
9. TEXTO CUENTO
A la cigarra le gustaba mucho el verano porque el sol brillaba y el aroma de las flores le encantaba. La cigarra pensaba que el verano era
para no hacer nada, sólo para descansar y nada de trabajar. A su vecina la hormiga, también le gustaba el verano pero lo aprovechaba
para pasar el día entero trabajando, recogiendo alimentos.
Todos los días del verano la cigarra le preguntaba lo mismo a la pequeña hormiga:
– ¡Amiga hormiguita! ¿No te cansas de trabajar todo el día?…
Y la hormiga le respondía siempre con la misma respuesta:
– Sería mejor que trabajaras y recogieras provisiones para el invierno, pues ahora con el calorcito se puede trabajar muy bien y en
invierno con tanto frío no se puede salir de casa…
Pero la cigarra reía y reía y cantaba y cantaba y bailaba y bailaba sin hacer caso a su amiga la hormiga.
Un día, al despertarse la cigarra, sintió frío y hambre pues había llegado el invierno y los árboles se habían quedado sin hojas, caían
copos de nieve y la cigarra vagaba por el campo con mucha hambre y mucho frío. De pronto, a lo lejos, divisó la casa de su amiga la
hormiga y rauda y veloz se dispuso pedirle ayuda.
Cuando la cigarra llegó a la puerta de casa de la hormiga llamó, golpeando con sus nudillos en la fría puerta y un escalofrío la recorrió
todo el cuerpo porque…¡Todo estaba muy helado!.
Tímidamente, la hormiga entre abrió la puerta de su casa y le preguntó a la cigarra que le pasaba. La cigarra le explicó que tenía mucha
hambre y mucho frío y la hormiguita le volvió a preguntar qué era lo que hacía durante todo el verano cuando ella madrugada para
trabajar. La cigarra respondió que cantaba y bailaba todo el día bajo el sol.
– ¿Eso era lo que hacías?, Volvió a preguntar la hormiga… Y a continuación le dijo:
-pues si eso es lo que hacías en verano mientras yo trabajaba…, canta y baila ahora también durante el invierno.
La hormiga cerró la puerta de su casa, dejando fuera la cigarra para que aprendiese la lección.
La cigarra pasó unas horas muy malas, porque tenía mucha hambre y frío y la hormiga cuando estaba segura de que la cigarra había
aprendido la lección, se apiadó, le dejó entrar a su casa, le dio algo de comida y dejó que se calentara al fuego de su chimenea.