Esta ponencia aporta un análisis del discurso del Día de la Victoria -pronunciado por Josip Broz Tito el 9 de mayo de 1945- desde el punto de vista argumentativo Más específicamente, se ocupa del uso de los topoi como recurso retórico. El objetivo fundamental es explicar de qué manera el, a la sazón, líder de los partisanos yugoslavos empleó en esta importante pieza de oratoria un dispositivo lingüístico como los topoi, esquemas argumentativos que apelan tanto a una lógica como a un consenso social. Se trata de esclarecer cuál fue la estrategia argumentativa elegida para el mencionado discurso por quien, en aquel momento, era el máximo dirigente político de Yugoslavia para legitimar el nuevo orden que emergió tras la capitulación del III Reich. El marco teórico de la investigación es el de los estudios críticos del discurso y, más en concreto, el del enfoque histórico del discurso (EHD). El método aplicado parte de la propuesta metodológica de Wodak (2003), principal referente del EHD. Es de carácter cualitativo e interpretativo, aunque se apoya en técnicas cuantitativas. El análisis identifica, párrafo a párrafo, cada uno de los topoi (de entre los incluidos en una lista aportada por la autora) utilizados por el orador en el texto del Día de la Victoria para, partiendo de esa base, revelar su estrategia argumentativa. Broz recurre a diez de los quince topoi recogidos en la lista de Wodak. Los que utiliza con más frecuencia son: responsabilidad (6 ocasiones), definición (5), humanitarismo (4), justicia (3), historia (2) y legalidad (2). En solo una ocasión empleó los de utilidad, números, ventaja y carga. Cabe destacar que el topos de la definición le sirve para reforzar otra estrategia discursiva, la de la referencia: el orador hace uso de palabras y expresiones que atribuyen características positivas a su bando y negativas al enemigo. Los topoi del humanitarismo y la responsabilidad justifican los grandes sacrificios realizados por los partisanos en su lucha triunfante contra la ocupación. El de la justicia, en cambio, le sirve para defender la igualdad y la hermandad entre los pueblos yugoslavos, así como la unidad de las naciones aliadas. El de la legalidad lo usa al ordenar que se rindan a los grupos armados autóctonos a los que acusa de colaboracionismo, poniendo sobre la mesa que los partisanos representaban ya al Estado yugoslavo. Finalmente, el empleo del topos de la historia es especialmente peculiar. Tito proyecta las recientes victorias partisanas como fuente de inspiración para futuras luchas. En conclusión, la estrategia argumentativa de Broz se basa en exponer las heroicidades de los partisanos para contrastarlas con las atrocidades de los fascistas, lo que justificaría una resistencia armada que implicó enormes sacrificios. Asimismo, trata de legitimar un poder partisano basado en la igualdad de los pueblos yugoslavos, que ya operaba como nueva legalidad y que pretendía deslegitimar a otros grupos por su colaboracionismo.