3. 1.1 Los ríos peninsulares.
Un río es una corriente de agua continua que circula por
un cauce y desemboca en el mar, en otro río o en un
lago.
4. Distintos elementos condicionan el caudal de un río
(cantidad de agua que circula en un segundo por un lugar
determinado del río expresada en m3/s) y la organización
de los mismos en territorios que comparten las aguas
que van a un mismo río principal (cuenca hidrográfica),
y en territorios formados por los ríos que desembocan al
mismo mar (vertiente hidrográfica).
5.
6.
7. Modifican el caudal y organización de un río: el clima
(según las precipitaciones y temperaturas), el relieve
(separando los ríos y modificando su capacidad erosiva),
la litología (que hace que la escorrentía sea subterránea
– con las rocas calizas – o superficial – con las rocas
silíceas y arcillosas), la vegetación (su ausencia facilita
la evaporación, erosión e inundaciones) y la acción
humana (mediante la construcción de presas).
8. En particular, el caudal del río varía en función de su
recorrido (suele ser mayor en su desembocadura por los
aportes de los afluentes) y de las variaciones en el
tiempo (irregularidad anual al diferenciarse épocas de
crecidas y estiajes e irregularidad interanual).
9. Las variaciones estacionales en un río originan el
régimen fluvial del mismo que puede ser nival (si las
aguas proceden de las nieves), pluvial (si proceden de
las lluvias) o mixto (si proceden de nieves y lluvias).
10.
11.
12. En España se distinguen once grandes cuencas
hidrográficas: las del Norte, Miño, Dero, Tajo, Guadiana,
Guadalquivir, Pirineo oriental, Ebro, Júcar, Segura y Sur.
13. Estas cuencas se distribuyen en tres vertientes
hidrográficas: la cantábrica, la atlántica y la
mediterránea.
14. La vertiente cantábrica se caracteriza por sus ríos
cortos (al nacer cerca del mar), caudalosos y regulares
(gracias al clima oceánico) y con gran poder erosivo (por
la gran pendiente).
15. La vertiente atlántica se caracteriza por sus ríos largos
(al nacer lejos del mar), caudalosos (al recoger muchos
afluentes) e irregulares (por el estiaje del verano) y con
escaso poder erosivo (por la poca pendiente).
16. En la vertiente mediterránea los ríos en general son
cortos (al nacer cerca del mar), de escaso caudal e
irregulares (por el clima mediterráneo) y con gran poder
erosivo (por la pendiente y escasa vegetación).
17. 1.2 Los lagos y humedales
españoles.
Un lago es una masa de agua dulce o salobre que se
acumula en zonas hundidas. Las lagunas son lagos con
un tamaño y profundidad menor. En España hay unos
2.500 lagos, aunque predominan los pequeños y
estacionales.
18. Los lagos se clasifican según su origen en endógenos
(formados a partir de depresiones creadas por las
fuerzas del interior de la Tierra) y exógenos (formados a
partir de depresiones creadas por las fuerzas externas de
la Tierra).
19. Hay dos tipos de lagos endógenos: los tectónicos (en
terrenos hundidos por fallas o pliegues) y los volcánicos
(en el cráter de un antiguo volcán).
← Laguna de La Janda (Cádiz)
Laguna en Campo de Calatrava
(Ciudad Real) →
20. Hay cinco tipos de lagos exógenos. Los lagos glaciares
están formados partir de antiguos circos, lenguas y
morrenas glaciares.
Lago de Sanabria (Zamora)
21. Lagunas de Ruidera (Ciudad Real)
Los lagos cársticos se forman a partir de zonas calizas
hundidas por el agua.
22. Laguna de Gallocanta (Zaragoza)
Los lagos endorreicos, muy abundantes en España,
aparecen en zonas áridas planas.
23. Closes del Ampurdán (Girona)
Los lagos eólicos aparecen en depresiones formadas
por el viento.
24. Albufera de Alcudia (Mallorca)
Las albuferas son lagos litorales salados separados del
mar por un cordón litoral.
25. Los humedales o zonas palustres son terrenos
cubiertos por aguas poco profundas como lagunas,
albuferas, deltas, marismas. En España hay más de
2.500 humedales, destacando su importancia para la
fauna (anfibios, aves,...).
26. Los acuíferos son embalses subterráneos de agua que
se forman al infiltrarse en la superficie terrestre las aguas
de las precipitaciones hasta alcanzar un estrato
impermeable. Sus aguas salen a la superficie a través de
manantiales, teniendo un gran valor ante las sequías lo
que ha llevado a su sobreexplotación.
1.3 Los acuíferos españoles.
27. En España se encuentran en las depresiones de la
Meseta (Duero, Tajo, y Guadiana), próximas a ríos y en
las zonas de nacimiento de los principales ríos. En las
islas Baleares y Canarias son la principal fuente de agua
dulce.
29. La vegetación o flora es el conjunto de especies
vegetales de un territorio. Su distribución sobre la Tierra
es estudiada por la biogeografía que diferencia varios
reinos y regiones.
30. España, dentro del reino boreal u holártico, presenta
cuatro regiones: boreolapina, eurosiberiana (atlántica),
mediterránea y macaronésica.
31. Las formaciones vegetales varían en función del
tamaño, aspecto y tipo de flora, dando lugar a bosques,
matorrales (vegetación arbustiva) y vegetación herbácea.
Una serie de factores físicos y humanos modifican su
distribución.
2.1 Factores que influyen
en la vegetación.
32. Factores físicos que modifican la flora son: el clima
(cada especie prefiere uno), el relieve (la altura y la
orientación modifican el clima), los suelos (cada especie
se adapta mejor a uno), y la localización (la insularidad o
la posición de puente). La vegetación climax o potencial
es la que existe en un lugar según sólo estos factores.
33. También la flora puede variar en función de factores
humanos, pues el ser humano puede introducir especies
por su valor económico o sobreexplotar la vegetación
existente, e incluso eliminarla para el cultivo o pasto. La
vegetación de una zona que depende de la intervención
humana se denomina vegetación secundaria.
35. La vegetación eurosiberiana propia del norte
peninsular, se asocia al clima oceánico y da lugar al
bosque caducifolio o marcescente, a la landa y a los
prados.
36. Haya >
El bosque caducifolio de árboles altos, lisos y hojas
caducas está formado por robles y hayas, introduciendo
el ser humano el castaño, los pinos y el eucalipto.
< Roble
43. El bosque marcescente se caracteriza por los árboles
que mantienen las hojas secas hasta el nacimiento de
otras nuevas (como el quejigo y el rebollo).
46. La landa es una formación arbustiva eurosiberiana de
matorrales bajos, aunque pueden alcanzar los cuatro
metros de altura. Las especies más comunes son el
brezo, el tojo y la retama.
48. Los prados es la formación herbácea eurosiberiana, que
se ha expandido por efecto del desarrollo ganadero
impulsado por los humanos.
49. La vegetación mediterránea propia toda la península
(salvo la zona norte) y las islas Baleares se asocia al
clima mediterráneo y da lugar al bosque perennifolio o
de ribera, a la maquia, la garriga, la estepa o el
sotobosque de ribera.
50. El bosque mediterráneo perennifolio presenta árboles
medianos de troncos gruesos y rugosos y hojas perenne,
destacando especies xerófilas como la encina y el
alcornoque, habiendo aclarado los bosques formando
dehesas e introducido el ser humano los pinos.
54. El bosque mediterráneo de ribera aparece junto a los
ríos, donde el suelo es más húmedo lo que permite el
crecimiento de especies hidrófilas y caducifolias como los
sauces, alisos, álamos, fresnos y olmos.
59. La garriga es una formación arbustiva mediterránea
aclarada de matorrales esclerófilos, destacando la
presencia de plantas aromáticas como el tomillo.
64. El formación arbustiva del bosque de ribera es el
sotobosque en el que se encuentran especies como laza
zarzamoras y los rosales silvestres, junto a juncos y
helechos .
65. La vegetación de montaña aparece en las principales
cordilleras peninsulares y se asocia al clima de montaña.
Se caracteriza por la estratificación de la vegetación en
pisos en función de la altitud y orientación.
66.
67. La montaña alpina (Pirineos) presenta vegetación
borealpina distinguiéndose cuatro pisos vegetales: piso
basal, piso subalpino o montanao, piso alpino o
supraforestal y piso nival.
81. El resto de montañas peninsulares presentan vegetación
eurosiberiana o mediterránea distinguiéndose tres pisos
vegetales: piso basal, piso supraforestal, piso nival o
cima.
83. La vegetación macaronésica en España sólo se da en
las islas Canarias y se asocia al clima subtropical. Se
caracteriza por la combinación de vegetación
mediterránea, africana y del Atlántico sur. Su insularidad
genera la aparición de especies exclusivas (endemismos)
y formaciones vegetales de épocas geológicas pasadas
(reliquias o relictos).
84. La vegetación de Canarias también varía en función de
la altitud, diferenciándose cinco pisos de vegetación: el
basal, el intermedio, el termocanario, el canario y el
supracanario.
95. El suelo es la capa superficial de la corteza terrestre
compuesta por sólidos (minerales procedentes de rocas y
materia orgánica), líquidos (agua) y gases (oxígeno y
dióxido de carbono). El suelo es estudiado por la
edafología.
96. El suelo es resultado de la alteración de las rocas por
el clima (temperaturas y precipitaciones) y los seres
vivos (plantas y animales), evolucionando con el paso
del tiempo hasta alcanzar el equilibrio con el medio.
3.1 Factores condicionantes
de los suelos.
97. La roca madre es un factor básico del suelo que
determina su color, textura (tamaño de partículas),
estructura (organización de las partículas), permeabilidad
(capacidad de filtrar agua) y acidez (grado de fertilidad).
Según la roca los suelos pueden ser silíceos (sueltos y
permeables), calizos (pastosos y permeables) y
arcillosos (compactos e impermeables).
98. Otro factor del suelo es el clima. Las precipitaciones
condicionan la disolución y arrastre de elementos de la
capa superficial del suelo a las más bajas (lixiviado).
Cuando los suelos dependen de los climas hablamos de
suelos zonales o climax y si dependen más de otros
factores son azonales o intrazonales.
99. La topografía también es factor del suelo. Las zonas de
pendiente tienen suelos delgados (por la erosión) y en las
zonas bajas los suelos son gruesos y profundos (por la
sedimentación).
100. Los seres vivos también influyen en los suelos. Hay
plantas cuyas hojas empobrecen y acidifican el suelo
(coníferas), mientras que otras lo enriquecen (frondosas).
Algunos animales (lombrices, insectos, roedores,…)
remueven y oxigenan los suelos. El humus es generado
por la descomposición de materia orgánica por
microorganismos (bacterias, hongos,….). El ser humano
puede arrasar el suelos o mejorarlo (abonos).
101. También el tiempo cronológico influye en los suelos,
pues estos se forman lentamente. Por eso se distinguen
entre suelos jóvenes (de formación reciente) y suelos
evolucionados (desarrollados durante un largo periodo de
tiempo).
102. En los suelos se diferencian distintos horizontes o
estratos (capas con características físicas, químicas y
biológicas comunes).
3.2 Estructura de los suelos:
los horizontes.
103. El Horizonte A es la capa superficial en la que se
distinguen tres subcapas: una primera de hojarasca, una
segunda oscura de humus, y una tercera más clara (que
ha perdido sustancias por lixivación).
104. El Horizonte B es la capa intermedia, de color más
fuerte, en la que se diferencia una primera subcapa de
acumulación de sustancias lixiviadas procedentes del
Horizonte A, y una segunda subcapa de alteración al
entrar en contacto con el Horizonte C.
105. Por último el Horizonte C es la capa más profunda del
suelo formada por la roca madre. En ella se distingue una
primera subcapa de roca meteorizada (alterada y
fragmentada por agentes atmosféricos) y una segunda
subcapa en la que la roca está sin alterar.
106. Los suelos se pueden clasificar de acuerdo a su origen y
evolución (clasificación genética) o de acuerdo a sus
características (clasificación analítica). En función de
las áreas climáticas y de roquedo hay diversos suelos
zonales.
3.3 Los tipos de suelo.
107.
108. Los suelos de clima oceánico son evolucionados, ricos
en materia orgánica y ácidos (por la fuerte lixivación y las
repoblaciones de pinos y eucaliptos). Sobre el roquedo
silíceo aumenta la acidez y da lugar a la tierra parda
húmeda y en las zonas pendientes a los rankers. Sobre
el roquedo calizo la acidez es menor y da lugar a la
tierra parda caliza y en las zonas montañosas a la terra
fusca.
109. Los suelos de clima mediterráneo están muy alterados
por el ser humano. Sobre el roquedo silíceo domina la
tierra parda meridional (ácida, escasa de humus y
suelta, por lo que fácilmente se erosiona). Sobre el
roquedo calizo aparecen suelos rojizos como el suelo
rojo mediterráneo y en zonas de calizas duras la terra
rossa.
110. En la zona mediterránea
sobre arcillas y margas
aparecen vertisuelos o
tierras negras (a partir de
arcillas expansivas que
voltean el suelo), que son
los suelos más fértiles de
España. Y en las zonas de
clima mediterráneo
subdesértico predomina
el serosem o suelo gris
subdesértico (rico en
caliza, casi siempre seco y
pobre en humus).
111. Cuando los suelos no tienen un perfil definido por ser
jóvenes o situados en grandes pendientes se llaman
azonales. Mientras que los suelos que tienen un perfil
definido pero que no responden al clima se llaman
suelos intrazonales.
112. En los suelos intrazonales existen diversos factores que
condicionan los suelos: calizas con abundante carbonato
cálcico dan lugar a suelos pardo calizos y rendzinas;
las orillas de los ríos generan suelos aluviales; las
zonas endorreicas dan lugar a suelos encharcados;
diversos factores pueden dar lugar a suelos arenosos;
las marismas generan suelos salinos; y los volcanes
suelos volcánicos.