2. Otoño de Vivaldi
Hugo Izarra
Hay un momento
–no importa si estásvivo omuerto–
en que la vida se detiene, toma aire
y, sin mirarte a losojos, recoge suscosas
y se va de tu cuerpopara siempre,
te abandona sin dejarte
siquiera una nota.
El amor esun poco así,
comola propia vida. Acude cuando
nole llamas, te invade, te ilumina,
se cansa de latir, se apaga y se va
y te deja reducidoa esto
que erashoy, que fuiste hoy
que ya no volverása ser,
por muchoque te duela,
nunca más.
3. SEÑALESDE OTOÑO
M. Rosa Serdio
Grazna un cuervo en la dorada luz del mediodía. Es una sensación de
escuchar, en su voz que espera comerse el sol para nutrir susplumasirisadas,
lasmismasque noshablarán de la próxima oscuridad del manto del otoño.
Pero me resulta imposible darle la razón. Brillan las hojas de los castaños,
viajan altas y pausadas las nubes, las fachadas rebrillan del placer de la
marcha gloriosa del sol sobre el paisaje.
El río luce como nunca todo su esplendor, transparencia, riqueza de maticesy
mansedumbre hacia un destino que hoy me parece despreocupado.
El mundo gira atento a las penúltimas bellezas de la plenitud antes de
recoger su manto y deleitarse ante losfuegosy lasnieves.
Quizá nosengañemosy mañana el otoño nosdiga que ya estaba encerrado
en cada una de las rosas de esta primavera, que ya era lágrimas azules en
cada una de las olas que arriban a playas solitarias, que tenía su ritmo en
cada latido de nuestro corazón veraniego y desentendido.
El graznido del cuervo, esa realidad, me arranca de lo oscuro siendo como es
la misma oscuridad.
Me arranca de mí adentro porque, con precisión de reloj, me da la voz de
alarma.
4. EL HADA DE OTOÑO
María García Esperón
Fuente
El hada de Otoño
despertó temprano:
escuchó una hoja
caer en su patio.
Se vistió de luz,
arregló su armario,
sacudió tres fresnos
y siete castaños.
Escribió unas cartas
a las mariposas:
Si no vuelan pronto
no tendremos rosas.
Fue a tocar la puerta
de las azucenas:
estaban dormidas
después de la fiesta.
Todas despidieron
al hada Verano
que había trabajado
como nunca ese año.
El hada de Otoño
le dio un par de besos
la llevó a la puerta
le puso el sombrero.
Dio un largo suspiro
y se fue el verano
dejando un poema
y un ramo de nardos.
5.
6. EL VIENTO DEL
OTOÑO
Carmen Gil
El viento de otoño, que es muy
juguetón,
le despeina el moño a doña Asunción.
El viento, que vuela, como lagartija
se mete y se cuela por cualquier
rendija.
A don Barrendero le esparce las hojas.
Cubre el pueblo entero de sábanas
rojas.
Una vez al año desnuda al manzano
Desviste al castaño después del
verano.
Roba los sombreros, les da volteretas:
son volatineros de las plazoletas.
Y al salir la luna le canta al oído
canciones de cuna a un niño dormido.
7. UN DIBUJO DE
OCTUBRE
José Emilio Pacheco
Verdes por última vez
las hojas cuentan sus historias,
se hacen preguntas,
intercambian recuerdos,
se reconcilian o se dejan de hablar
mientras el viento lo permite.
Mañana el cuerpo entero les dolerá.
Todo el año vivido les caerá encima
como el flagelo de un rayo.
Marchitas e inservibles se arrastrarán por el
suelo,
girarán en la hoguera.
Convertidas en humo
llegarán a la gloria
precaria e inestable del bosque de las nubes.
8.
9. ESTABAS BAJO EL
ÁRBOL
Anibal Jairo Niño
Estabas bajo el árbol,
y un golpe de viento hizo
caer una lluvia de hojas
que produjeron unas
sombras
de color perla
sobre tu cuerpo.
Estabas bajo el árbol,
y como las hojas produjeron
una lluvia de sombras
sobre ti
y en ese momento
caíste suavemente de
rodillas sobre el pasto
pensé que una bandada de
pájaros de color perla
te había derribado.
10.
11. La mariposa volotea
y arde —con el sol—a veces.
Mancha volante y llamarada,
ahora se queda parada
sobre una hoja que la mece.
Me decían: —No tienesnada.
No estásenfermo. Te parece.
Yo tampoco decía nada.
Y pasó el tiempo de lasmieses.
Hoy una mano de congoja
llena de otoño el horizonte.
Y hasta de mi alma caen hojas.
Me decían: —No tienesnada.
No estásenfermo. Te parece.
Era la hora de lasespiga.
El sol, ahora,
convalece.
Todo se va en la vida, amigos.
Se va o perece.
Se va la mano que te induce.
Se va o perece.
Se va la rosa que desates.
También la boca que te bese.
El agua, la sombra y el vaso.
Se va o perece
.
Pasó la hora de lasespigas.
El sol, ahora, convalece.
Su lengua tibia me rodea.
También me dice: —Te parece.
La mariposa volotea,
revolotea,
y desaparece.
MARIPOSA DEOTOÑO
Pablo Neruda
12.
13. MÚSICA DEL OTOÑO
Alicia Morel
Oigo una música
dulce y triste.
Son las hojas secas
que cantan,
es el aire cansado
que canta.
son los frutos maduros
que cantan.
En los granados
ríe la granada
una risa colorada.
En las higueras
ríen los higos
una risita arrugada.
Oigo una música
dulce y triste.
Es el otoño que canta.
14. EL ÁRBOL
Marisa Peña
El viento del otoño azotaba sin tregua las ramas del árbol. Por mucho que
éste se empeñaba, nada podía contra la fuerza de aquel soplo que le
despojaba cruelmente de su bello manto de hojas amarillentas. Le gustaba
especialmente el abanico de colores que se mezclaban en su copa al llegar
septiembre: del marrón al amarillo, pasando por el rojo, el ocre, el sepia y
alguna pincelada tímida de un verde que se resistía a ceder su terreno. ¡Pero
duraba tan poco aquella fiesta de coloresotoñales…! El viento de octubre se
había llevado una vez mássu abrigo estival, y tan sólo una hoja conseguía
sostenerse soportando aquel vaivén incesante.
¡Cuántas veces los vientos del otoño sacuden nuestras vidas empeñados en
llevarse todo lo que quedó caduco, el equipaje que ya no nos sirve, el
absurdo fardo de lo irrecuperable! Y nosotros, como la irreductible hoja del
árbol , nosaferramosa lo que fuimospor miedo a lo que nosdepara el largo
invierno, sin ser capaces de confiar en el eterno ritual de renacimiento que
nosregalará la primavera.
15. EL OTOÑO
Alejandra Moglia
Hoy las hojas saltaron
de los árboles
para ir a jugar
libres con el viento.
El árbol
con nostalgia
y ternura
las saluda
por última vez.
Ellas ríen, cantan y
sueñan haciendo
remolinos
en el parque
mientras el viento
hace garabatos
de dulzura en tu pelo.
Antes de despedirse
pintan de amarillos
y naranjas tu mirada
reescribiendo la poesía
de la vida en el cielo.
¡Llegó el otoño!
Hoy las hojas
alegres y risueñas
te invitan a jugar
con ellas.