El documento describe la vida difícil de Jorge Federico Haendel antes de componer su obra maestra "Aleluya" de "La Vida del Mesías". Enfermo y deprimido a los 56 años, Haendel se inspiró durante 14 días sin parar para componer la obra en agradecimiento a Dios por su sanación. La presentación de "Aleluya" hizo que el rey Jorge II y la audiencia se pusieran de pie, estableciendo una tradición. La obra renovó la fe de Haendel y su vida, dedicándose a ayudar a los
2. Fue un impulso superior,
desconocido, irrefrenable.
Jorge II, monarca de Gran Bretaña e
Irlanda, al escuchar los primeros acordes
solo atinó a erguirse y con él,
en un movimiento único,
todos los allí presentes.
3. Desde entonces,
es tradición en Inglaterra
escuchar el Aleluya de Haendel,
de pie,
una pulgada más cerca de Dios.
4. Y fueron contando
de puerta en puerta,
que había sido creada
una obra musical
como no existía otra en la
tierra.
Y que una sola palabra,
hecha torrente musical desde
1741,
eleva la condición humana
a la gloria de su real
naturaleza:
ALEGRÍA.ALEGRÍA.
5. Pero, ¿Quién conocía la situación de
vida en qué se encontraba Jorge
Federico Haendel cuando fue visitado
por la gracia de una inspiración
superior?
Muy pocas personas.
Enfermo,
desahuciado por los médicos,
censurado por la estética musical
inglesa,
con riesgo de ir a la Torre de
Londres,
en prisión por deudor moroso,
no quería vivir.
6. Asistido por su empobrecido criado,
estaba sin fuerzas,
destruído por la depresión,
no tenía horizontes ni alegría.
Estaba acabado
a los 56 años.
7. En la cerrada noche de su
desesperación Haendel increpó a
Dios: por indolente, por distraído y
por cruel.
Como única respuesta un rayo
imprevisto irguió su derrumbada
contextura,
mientras en su abandonada mesa de
trabajo leyó:
“¡Confórmate!
Y di con fuerza
tu palabra”.
8. Haendel inclinó su cabeza sobre las
viejas y amarillentas hojas de
música,
ahora sacudida por una tempestad;
había desaparecido el cansancio,
todo él era un goce creador!
Durante catorce días con sus
noches,
no comió ni durmió, como si
hubiese enloquecido.
No dejaba de trabajar y cantar.
Quería levantar su testimonio
de gratitud y júbilo.
9. Sólo quien ha llegado
a la raíz misma del dolor,
puede saltar a la alegría
con ese vigor.
Su criado no podía controlarlo.
Jorge Federico Haendel
había resucitado con
“ LA VIDA DEL MESÍAS”“ LA VIDA DEL MESÍAS”
donde su
ALELUYA, ALELUYA, ALELUYA,ALELUYA, ALELUYA, ALELUYA,
borró con luz expansiva
toda la oscuridad de su vida.
10. ““No quiero recibir ningún dineroNo quiero recibir ningún dinero
por esta obra, no es mía.por esta obra, no es mía.
Todo lo que produzca que seaTodo lo que produzca que sea
para los enfermos y los presos;para los enfermos y los presos;
porque he sido un enfermoporque he sido un enfermo
y con ella me sané,y con ella me sané,
y he sido un presoy he sido un preso
y por ella me liberé”.y por ella me liberé”.
11. De este renacimiento da testimonioDe este renacimiento da testimonio
un gran escritor, Stefan Zweig;un gran escritor, Stefan Zweig;
sin embargo él y su esposa,sin embargo él y su esposa,
se suicidaron en 1942.se suicidaron en 1942.
No pudieron sobrellevar el horror deNo pudieron sobrellevar el horror de
la guerra mundial y su propiala guerra mundial y su propia
depresión:depresión:
“demasiado cansados para“demasiado cansados para
soportar todo esto”.soportar todo esto”.
12. En cambio, un músico destruido,En cambio, un músico destruido,
solo, sin ninguna violencia,solo, sin ninguna violencia,
fue capaz únicamente con su genio,fue capaz únicamente con su genio,
hacer poner de piehacer poner de pie
al rey de Inglaterraal rey de Inglaterra
y con él a todo un pueblo.y con él a todo un pueblo.
13. Tal vez puedas completar estaTal vez puedas completar esta
historia en tres movimientos:historia en tres movimientos:
escuchar el “escuchar el “Aleluya”,Aleluya”,
leerleer ““Grandes momentosGrandes momentos
estelaresestelares
de la humanidad”de la humanidad” de Stefande Stefan
y meditary meditar
sobre el poder creadorsobre el poder creador
que duermeque duerme
en cada uno de nosotros.en cada uno de nosotros.
14. “ALELUYA” de “LA VIDA DEL
MESÍAS”
Jorge Federico Haendel Oti
Imágenes: web y propias