El sufrimiento es algo muy personal, y lo experimentamos de varias formas. En épocas de angustia extrema, las palabras y explicaciones adecuadas parecen eludirnos. Buscamos las respuestas a las preguntas urgentes del momento: “¿por qué?, ¿por qué a mí?, ¿por qué ahora?, ¿por qué esto?, ¿qué sigue luego?, ¿dónde estaba Dios cuando todo esto sucedió?”.
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El sufrimiento
1. 0
| JULIO CANAL | Prof. Josue Gallegos
EL SUFRIMIENTO
¿Por qué sufrimos?
2. 1
INTRODUCCIÓN
El sufrimiento es algo muy personal, y lo
experimentamos de varias formas. En épocas de
angustia extrema, las palabras y explicaciones
adecuadas parecen eludirnos. Buscamos las
respuestas a las preguntas urgentes del momento:
“¿porqué?, ¿porquéa mí?, ¿porquéahora?, ¿porqué
esto?, ¿qué sigue luego?, ¿dóndeestaba Dios cuando
todo esto sucedió?”.
Es claro que algunas personas se acarrean el
sufrimiento con las decisiones que toman. Pero
también es obvio que hay algunas víctimas inocentes
de las malas decisiones de otros o de una serie de
sucesos al azar. Pero, no podríamos esperar que Dios
al menos protegiera a aquéllos que sinceramente
tratan de vivir una buenavida y obedecersu ley.
3. 2
ESBOSO
1. ¿Por qué sufrimos?
2. Cuál es el origen del sufrimiento desde una
perspectiva Bíblica
3. Un mundo colmado de sufrimiento.
4. El sufrimiento es parte de la vida
5. Dondeesta Dios cuando sufrimos
6. Cuando uno sufre
7. Hecho perfecto por medio del sufrimiento
8. Cosechamos lo que sembramos
9. Aprendamos a dependerde Dios
10. Cómo encontrarán finalmente la paz los que
sufren
CONCLUSIÓN
BIBLIOGRAFIA
4. PORQUE SUFRIMOS
1. ¿Por qué sufrimos?
El hombre siempre ha intentado dar una explicación al sufrimiento, siempre ha intentado dar una
respuesta al porqué de tanto sufrimiento. A veces estas explicaciones en lugar de mejorar la imagen de
Dios pueden haberla distorsionado. Solo hay que recordar a modo de ejemplo las afirmaciones
realizadas por Singer, que no son las suyas, pero que responden a lo que los cristianos hemos podido
decir a lo largo de la historia cuando hemos tenido que hablar acerca del sufrimiento. Las explicaciones
dadas por los creyentes no siempre han servido de consuelo y en numerosas ocasiones han alejado al
hombre de Dios. A veces es mejor el silencio que no una respuesta cuando no se tiene o no ha de ser
satisfactoria.
2. Cuál es el origen del sufrimiento desde una perspectiva Bíblica
Para comenzar habríamos de intentar saber en qué circunstancias se origina el sufrimiento, quién es el
responsable. Qué respuesta da la Biblia en relación al origen del sufrimiento. Si cogemos la Biblia por
el libro del Génesis, leemos que Dios es el creador del Universo y de todo cuanto existe. En definitiva,
Dios es el creador del hombre. Pero si leemos atentamente, Dios crea, y todo lo que crea es bueno en
gran manera (Génesis 1:31). Entonces si todo lo que crea es bueno en gran manera, cómo explicar el
sufrimiento, qué circunstancias se dieron para que aquello que era bueno en gran manera ahora no lo
sea. Si seguimos con el relato sobre los orígenes registrado en libro del Génesis, en el capítulo tercero
se plantea como el hombre se aparta de Dios, o más bien como toma sus propias decisiones al margen
de la divinidad. En el momento de la creación Dios le dice al hombre que todo aquello que ha creado
está a su disposición, pero que abstengan de comer del árbol del bien y del mal (Génesis 2:17).
Pero, el hombre desobedece y actúa de forma independiente y decide comer haciendo caso omiso a las
advertencias de Dios. Creamos o no en la literalidad del pasaje, lo que es evidente, es que en un
momento dado el hombre actúa al margen de Dios, en definitiva se aparta de Dios, actúa
independientemente y al hacerlo sufre las consecuencias de sus actos.
3. Un mundo colmado de sufrimiento.-
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El sufrimiento no es un tema agradable, pero es necesario abordarlo. El sufrimiento es un estado de
angustia o dolor que puede presentarse por muchas razones y en muchas circunstancias. El sufrimiento
abunda en nuestro mundo y nos afecta de muchas formas, tanto en el aspecto físico como en el
sicológico y el emocional. Sea cual sea su manifestación, un sufrimiento prolongado puede llevar a un
colapso del cuerpo y del espíritu.
El sufrimiento afecta tanto a los justos como a los injustos. Aflige a víctimas inocentes. Para muchas
personas, este hecho inquietante es difícil de reconciliar con la idea de un Dios justo e inteligente.
Algunos se sienten tan afectados por esta situación que tratan de remediarla. Dedican buena parte de
su energía a realizar obras de caridad con el afán de aliviar en algo el sufrimiento inmerecido. Desean
hacer del mundo un lugar más justo y equitativo.
Pero a pesar de lo nobles que puedan ser estos esfuerzos, las obras de caridad no resuelven los
problemas del mundo. Tal pareciera que, en el mejor de los casos, nuestros esfuerzos por detener el
sufrimiento no logran más que demorar lo inevitable. Todo indica que nadie tiene una explicación
convincente de por qué persiste tanta miseria humana.
¿Cuál es la respuesta? ¿Por qué el sufrimiento es algo indiscriminado? ¿Por qué no les sobreviene
solamente a aquellos que lo merecen? ¿Por qué los inocentes sufren por acciones y sucesos que no
pueden controlar y con frecuencia no pueden prever?. Por siglos pensadores y filósofos han analizado
este tema, pero no han sido capaces de encontrar una respuesta adecuada.
4. El sufrimiento es parte de la vida
En el Antiguo Testamento, Adán y Eva son los primeros en recibir cuota de dolor. Después de la
desobediencia original, dijo Dios a Adán: «Te ganarás el pan con el sudor de tu frente, hasta que
vuelvas a la misma tierra de la cual fuiste formado, pues tierra eres y en tierra te convertirás (Génesis
3.)
A la mujer le dijo: «Aumentaré tus dolores cuando tengas hijos, y con dolor los darás a luz» (V.16). En
el proceso histórico posterior, el pueblo hebreo anduvo errante cuarenta años por el desierto, sujeto a
privaciones y angustias. Los reyes y príncipes de Israel padecieron intensamente, no obstante el
esplendor de su gloria; y a su lado, el pueblo padeció también por motivos innumerables. Sufrieron los
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profetas, como Jeremías; los hombres letrados, como el predicador del Eclesiastés; los jóvenes y los
ancianos; y entre los poderosos y opulentos, sufrió Job, el idumeo, cuya figura se destaca solitaria en
su amargura, como la de un hombre a la intemperie y sin amigos.
Cuando llegamos al Nuevo Testamento el dolor humano es el mismo, pero la actitud que se asume ante
él es distinta; ya no tiene ese carácter trágico y definitivo del principio, como si fuera irreparable. No
es maldición ni castigo sino oportunidad de ganancia o victoria.
Dijo Pablo a los romanos, que los sufrimientos del tiempo presente no son nada si los comparamos con
la gloria que habremos de ver después (Romanos 8.18). Cuando menos pensamos, el sufrimiento que
acompañaba al apóstol y predicador del evangelio, enmendaba a Dios, que juzga con rectitud. Cristo
mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre la cruz, para que nosotros muramos al pecado y
vivamos una vida de rectitud. Cristo fue herido para que ustedes fueran sanados. Pues ustedes andaban
antes como ovejas extraviadas, pero ahora han vuelto a Cristo, que los cuida como un pastor y vela por
ustedes. 1 Pedro 2.22-25.1
5. Donde esta Dios cuando sufrimos
El sufrimiento aparece en muy variadas formas, pero siempre nos lleva a la misma pregunta de todos
los tiempos: ¿Dónde está Dios cuando sufrimos? Job era una buena persona que de pronto comienza a
perder todas las cosas importantes en su vida... sus animales, sus empleados, sus propiedades, sus hijos,
y su salud. Cuando tres de sus amigos se enteraron de su gran sufrimiento, “salieron de sus respectivos
lugares para ir juntos a expresarle a Job sus condolencias y consuelo” (Job 2:11). Después de estar un
rato con Job, cada uno de ellos trató de compartir con Job cómo entendían ellos el significado del
sufrimiento en la vida de él... lo trataron de ayudar a ver la imagen escondida... le dieron explicaciones
en respuesta a la pregunta: “¿Dónde está Dios en todo esto?”. Cuando nos sobreviene el sufrimiento,
nuestro impulso natural es hacer lo que hicieron los amigos de Job. El especular con diferentes
respuestas, tratando de explicar la razón del sufrimiento, es algo que nace de nuestra naturaleza
humana... para que el sufrimiento tenga sentido, necesitamos tener algún tipo de explicación.2
1 Josep Antoni Álvarez “Sobre el sufrimiento, la muerte y la felicidad”. Ed. Aula Activa. Barcelona. 2013
2 Joe Burnham “Dónde está Dios cuando sufrimos”. Ed. Cristo Para las Naciones. Canadá. 2006.
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6. Cuando uno sufre
Si usted está sufriendo, ¿qué debería hacer? ¡Lleve su problema delante de Dios en oración con fe, y
pídale que le dé consuelo y fortaleza! En el libro de los Salmos leemos cómo en muchas ocasiones el
rey David le pedía a su Creador que lo librara de sus aflicciones.
Uno de los propósitos de Jesucristo fue aliviar nuestro sufrimiento. Él no es ajeno al sufrimiento, y les
ofrece su consuelo, su ayuda y esperanza a todos aquellos que sufren. “Venid a mí todos los que estáis
trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que
soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas”
Mateo 11:28-29. No debemos desanimarnos por el mal que domina al mundo. Saber que el sufrimiento
ocurre por razones válidas nos ayuda a enfrentar la pregunta de por qué Dios permite el sufrimiento en
primer lugar. Él es soberano y es finalmente quien está al mando. Ha prometido liberar al mundo del
sufrimiento; no ahora, sino cuando Cristo regrese para establecer el Reino de Dios. Jesús nos dice que
debemos orar por la llegada de ese reino, perseverar en el camino de Dios y esperar pacientemente
hasta que ocurra (Mateo 6:9-10; 24:13; Lucas 21:19). Sólo entonces terminará el sufrimiento.
En cuanto a usted y su vida, asegúrese de haberse rendido a Dios en arrepentimiento genuino, tal como
Jesús nos ordenó (Lucas 13:3, 5). Cuando Cristo vivió en la tierra como Hijo de Dios, hace casi 2000
años, entendió que había venido a un pueblo que gemía por las injusticias y el dolor. Hablando de ese
mundo, en Mateo 4:16 se nos dice: “El pueblo asentado en tinieblas vio gran luz; y a los asentados en
región de sombra de muerte, luz les resplandeció”. Esa luz era Jesús mismo y la verdad de Dios que
revelaba.
7. Hecho perfecto por medio del sufrimiento
¿Por qué Dios permite el sufrimiento en la vida de aquellos que están tratando de obedecerlo?
Claramente, el sufrimiento se introdujo en el mundo como resultado del pecado. Esto no significa que
las personas que están sufriendo han causado siempre su propio sufrimiento; con frecuencia las
personas sufren por el pecado de otros. Y aunque el sufrimiento es doloroso y deberíamos siempre
hacer lo posible para evitar causarlo, Dios lo puede utilizar para producir el bien.
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Como leemos en el libro de Hebreos, el sufrimiento ayudó a Jesucristo a alcanzar algo valioso: “Pero
vemos a aquel que fue hecho un poco menor que los ángeles, a Jesús, coronado de gloria y de honra, a
causa del padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios gustase la muerte por todos. Porque
convenía a aquel por cuya causa son todas las cosas, y por quien todas las cosas subsisten, que habiendo
de llevar muchos hijos a la gloria, perfeccionase por aflicciones al autor de la salvación de ellos”
(Hebreos 2:9-10).
El sufrimiento puede tener el mismo impacto en nosotros —nos puede ayudar a parecernos más a Cristo
en nuestro carácter y en nuestra vida. Como acabamos de leer, Dios está en el proceso de llevar muchos
hijos a la gloria; y Cristo es el primogénito que nos mostró el camino. Cristo fue tentado por Satanás
el diablo y nunca sucumbió. Él fue probado y puesto a prueba, azotado y crucificado, aunque nunca
pecó.3
8. Cosechamos lo que sembramos
Las malas decisiones causan mucho sufrimiento. La Biblia nos ofrece una guía para que sepamos cómo
vivir. Sin embargo, a partir de Adán y Eva hemos pasado por alto y despreciado repetidamente las
instrucciones de Dios, por lo que nos hemos acarreado mucho dolor y sufrimiento.
La Biblia nos brinda consejos prácticos en casi todos los aspectos de la vida. Muchos de estos principios
se refieren a cómo evitar y en cierta manera aliviar el sufrimiento. No podremos vivir sustancialmente
libres del sufrimiento hasta que nos reconciliemos con Dios y acatemos sus mandamientos. “Hijo mío,
no te olvides de mi ley, y tu corazón guarde mis mandamientos; porque largura de días y años de vida
y paz te aumentarán” (Proverbios 3:1-2).
Si como naciones siguiéramos las instrucciones de Dios, inmediatamente veríamos una tremenda
reducción en el crimen, enfermedad, hostilidad entre las naciones, contaminación, accidentes,
enfermedades mentales, familias destruidas, relaciones deterioradas y muchos otros males que nos
causan tanto dolor. La ley de Dios ni es dura ni es gravosa. Es la ley de la libertad (Santiago 1:25) que
eliminaría la mayor parte del dolor del mundo si se obedeciera universalmente.
3 Mike Bennett. “¿Por qué Dios permite el mal y el sufrimiento?”. Iglesia de Dios. 2015.
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9. Aprendamos a depender de Dios
Debemos entender que, aunque Dios permite que tengamos pruebas y dificultades en la vida, no es
indiferente cuando eso ocurre. Dios es un padre amoroso y compasivo que no encuentra ninguna alegría
al vernos sufrir. ¿Cómo se siente Dios hacia nosotros en esos casos? “Depositen en él toda ansiedad,
porque él cuida de ustedes” (1 Pedro 5:7). Estas palabras nos enseñan que en algunas ocasiones Dios
es el único en quien podemos confiar pare que nos dé la fuerza que necesitamos para soportar la
adversidad.
Cuando padecemos, Dios desea que nos acerquemos a él. Ha prometido ayudarnos cuando lo hagamos
así. Pablo escribió que Dios consuela a los humildes (2 Corintios 7:6), pero debemos pedirle su ayuda.
Nos promete que no seremos probados más allá de lo que podamos resistir, y que juntamente con la
prueba nos dará ya sea el socorro o la fuerza para que podamos soportar (1 Corintios 10:13).
Necesitamos creer en Dios y en su promesa, y pedirle que cumpla su palabra, especialmente cuando
sentimos que estamos a punto de desfallecer. Necesitamos entender que Dios con frecuencia protege a
los que le buscan. “El Señor afirma los pasos del hombre cuando le agrada su modo de vivir; podrá
tropezar, pero no caerá, porque el Señor lo sostiene de la mano” (Salmos37:23-24).
Teniendo esto en mente, conviene leer el Salmo 91. Debemos pedirle a Dios que nos proteja y que
proteja a nuestros seres queridos. Él escucha las oraciones del justo (Santiago 5:16; 1 Pedro 3:12) y
protege y bendice a su pueblo. Sin embargo, nadie es inmune a los caprichos del tiempo y la ocasión.
Cuando éstos nos afecten negativamente, debemos pedirle que nos dé un descanso en nuestro
sufrimiento de tal forma que éste no exceda nuestra capacidad de perseverar, y que nos dé la fuerza
para resistir hasta donde sea necesario.
10. Cómo encontrarán finalmente la paz los que sufren
El plan de Dios incluye una forma de redimir a todos los que han sufrido y han muerto en el pasado
sin entender por qué sufrían. Miles de millones de seres humanos han vivido y han muerto a lo largo
de la historia sin conocer a Dios, sin entender su propósito. La gran mayoría no oyó hablar de Cristo
durante su vida; vivieron y murieron en ignorancia acerca de él y sin comprensión alguna del plan de
Dios. La Biblia revela que después de mil años del regreso de Cristo, Dios volverá a la vida a aquellos
que vivieron pero no recibieron entendimiento del propósito de Dios. Los resucitará a una vida física,
temporal, y les dará la oportunidad de ejercitar su libre albedrío. Pero vivirán en el mundo de Dios,
no en el mundo que Satanás mantiene cautivo, y entenderán el verdadero conocimiento espiritual.
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En esa época tendrán que escoger el camino de vida de Dios, o rechazarlo deliberada y
conscientemente, con pleno conocimiento. Su elección determinará si recibirán vida eterna o si
perecerán en el lago de fuego (Apocalipsis 20:15).
La mayoría de las personas harán la elección correcta y se someterán a Cristo como su Señor y
Salvador; este es un camino que, cuando lo escojan, las llevará a la vida eterna. En Apocalipsis 20:12
se describe esta resurrección: “Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros
fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos
por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras”. Dios resucitará a estas personas y
después serán juzgadas de acuerdo con los patrones bíblicos, según la forma en que respondan al
entendimiento espiritual que entonces habrán recibido por primera vez. El presente mundo malo no
es justo y nunca lo será. Como hemos visto, es el mundo de Satanás, no el mundo de Dios. Pero Dios
es perfectamente justo, santo, recto y misericordioso. En su plan incluyó un tiempo en el que va a
transformar al mundo y le va a dar a la humanidad la oportunidad de ser redimida. Cuando todo esto
suceda, todo el sufrimiento será borrado.
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CONCLUSIÓN
Es fácil preguntar por qué Dios nos permite pasar por situaciones penosas y duras, y es difícil encontrar
las respuestas. Sin darnos cuenta de que Él sufre con nosotros. Él entiende nuestros miedos y nuestras
preguntas. Jesucristo vivió entre los hombres y sufrió el rechazo y la muerte. Se identificó con nosotros y
siempre está a nuestro lado. El dolor humano, a veces incomprendido e incomprensible, es nuestra
participación en el de Cristo; es un reto para que cada uno actualice su capacidad creadora; es un lugar
oscuro en el que acontecen las grandes transformaciones y los cambios interiores, ya que Dios puede sacar
gracia y bienes insospechados del mismo mal que producen los hombres.
La Biblia nos enseña que Dios ha hecho del dolor un instrumento de salvación; que únicamente en Cristo
el dolor tiene explicación, sentido y trascendencia.
Es fácil preguntar por qué Dios nos permite pasar por situaciones penosas y duras, y es difícil encontrar
las respuestas. Sin darnos cuenta de que Él sufre con nosotros. Él entiende nuestros miedos y nuestras
preguntas. Jesucristo vivió entre los hombres y sufrió el rechazo y la muerte. Se identificó con nosotros y
siempre está a nuestro lado. El dolor humano, a veces incomprendido e incomprensible, es nuestra
participación en el de Cristo; es un reto para que cada uno actualice su capacidad creadora; es un lugar
oscuro en el que acontecen las grandes transformaciones y los cambios interiores, ya que Dios puede sacar
gracia y bienes insospechados del mismo mal que producen los hombres.
La Biblia nos enseña que Dios ha hecho del dolor un instrumento de salvación; que únicamente en
Cristo el dolor tiene explicación, sentido y trascendencia.
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BIBLIOGRAFIA
Josep Antoni Álvarez “Sobre el sufrimiento, la muerte y la felicidad”. Ed. Aula Activa. Barcelona.
2013
Joe Burnham “Dónde está Dios cuando sufrimos”. Ed. Cristo Para las Naciones. Canadá. 2006.
Mike Bennett. “¿Por qué Dios permite el mal y el sufrimiento?”. Iglesia de Dios. 2015.
CASTILLO, José María, Dios y nuestra felicidad, Bilbao: Desclée de Brouwer, 2001.
Trabajo elaborado por uno de mis alumnos JULIO CANAL PAULLO
Sicuani, mayo De 2017