SlideShare une entreprise Scribd logo
1  sur  151
Télécharger pour lire hors ligne
El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta
1
El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta
2
El Paraíso de los Demonios:
Memorias de un Joven Poeta
El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta
3
El Paraíso de los Demonios:
Memorias de un Joven Poeta
Julio César Riascos
El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta
4
El Paraíso de los Demonios: Memorias de un Joven Poeta.
Dirección General, Diagramación y Diseño de Carátula e Ilustraciones:
© Julio César Riascos
Fotografía de Portada: “El Paraíso” (2014). Obra de J. Riascos
© Julio César Riascos
Corrección de Estilo y Edición
Vanessa Bolaños
Jennifer Luna
Alexie Vallejo
Edición virtual, Marzo de 2014
© Julio César Riascos.
Todos los derechos reservados
Prohibida su reproducción total o parcial por cualquier medio sin permiso del Autor.
Punto Editor.
Bogotá D. C.
Printed in Colombia.
149. P; 21 cm. Poesía
ISBN: 978-958-46-3178-7
El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta
5
A Vane…
Esa hermosa teatrera que danza en las tablas.
El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta
6
ADVERTENCIA
Los eventos recientes señalan que este, sea con seguridad, el último vestigio de
inteligencia humana en lo que queda del lugar. ¿Dónde estoy? –En el infierno o el Paraíso
de los demonios-. Me encuentro solo aquí y por supuesto, me dirijo a Ti. Sí lector, es
contigo con quien estoy hablando. Desprevenidamente has dado conmigo, la mayor de las
probabilidades sugiere que no comprendes nada de lo que está pasando, nada en absoluto,
pero puedo asegurarte que no eres el indicado para ésta lectura, ¡Abandónala!, es mejor
que desistas, ¡Vete de aquí!. Dedica tu tiempo a las trivialidades de lo cotidiano, a la
habitual calma de tu mundo moderno, seguro y confiable. De lo contrario asume las
consecuencias de tus actos, que en todo caso, serán poco más que irreversibles.
El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta
7
TABLA DE CONTENIDO
PRIMERA PARTE: EL ROSTRO
Pág.
El Rostro del Poeta 12
De nuestros ideales como mortales 16
Memorias confusas de un asesino fantasma 19
Viviré 23
El minuto inexorable 24
Memorias de un asesino 27
Plaza de Toros 29
Madre 30
Despertad 31
Seducción 31
Lápida 31
Fatalidad 32
Réquiem por un demonio 33
Libertad 33
Estúpida Princesa 34
La última esperanza (Guión incompleto para cine) 35
Hoy es un buen día para morir 38
Mi llegada al infierno y el origen del caos 38
Prostituta 39
Anónimo 39
Ausencia 40
Lo inevitable 41
Escapémonos 42
Presentación 42
Poesía para la Muerte (Loco suicida) 44
Para Ella 46
Deseo y Destrucción 46
Si la muerte ha de venir 47
Locura 47
Sus besos 48
El combate 48
Memorias de un joven poeta 49
El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta
8
Pág.
Te espero 50
Piano 50
Las cosas que se extinguirán con el Alba 51
Las cosas más bellas de la vida duran poco 52
Ahora ¡Por fin! nuestro último cielo 58
Obertura 58
Es solo un hombro dislocado 60
Percepción 60
Mi libertad 60
La buhardilla 61
Para Ti, lectora desconocida, que llegaste demasiado tarde 62
Retrato 62
Como un trozo de muerte 63
Como Poeta en el Desierto 63
La muerte 64
Tu ausencia 64
Vino 65
Esa horrible habitación (Corto-metraje) 65
Los refugios 69
Consecuencias (Cortometraje experimental) 69
De bandoneón 72
Ese maldito sujeto frente al espejo 73
Pueblito 73
Vidas 74
Trilogía de Héroes Derrotados 77
SEGUNDA PARTE: EL PARAÍSO
La mutación inminente 82
Samurái 82
Hospital de mala muerte 83
Para después del final 84
El Pájaro 84
Ese extraño milagro al que llaman amor 84
El ciclo del Phoenix 85
Rebelión 85
El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta
9
Pág.
Las tres versiones de ese extraño que soy Yo 86
Para Mí mismo 89
Esa intensa sensación de libertad (Novela Gráfica) 90
Imágenes 92
Amor 93
Equilibrio 93
Lo que hay dentro de Mí 94
Crimen 95
La visión del Poeta 95
Locura II 95
Respuesta 96
Otra vida 97
Transfiguración 98
Origen 99
Un pequeño cuervo 99
Memoria caminante 100
Nuestra respuesta 100
A Sueldo 100
Amenaza 101
La brevedad de un instante o la eternidad del silencio 103
La última función 104
Entre Tú y todo lo demás 105
Por fin ha llegado este momento definitivo... 105
Fusilamiento 105
Mujer 106
Bajo la superficie 106
Robaron la Primavera 107
Percepciones del Poeta 107
El último libro 108
Hambre 109
De lo divino y lo mortal 109
Días de furia o la Balada de los Tiempos Difíciles 109
Asesina celeste 109
Suicidio 110
El caos 110
La Venus 111
Éxtasis 112
El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta
10
Pág.
Amanecer 112
Cenizas 112
La edad 113
El obsequio 114
Taberna 114
Nuestros recuerdos 114
Beso de Sangre 116
Microcosmos 116
El vuelo del Poeta 117
Una breve nota sobre el autor (o los autores) 118
Política de las cosas que no ves 118
Paraíso 119
Origen y desaparición del Universo 120
Atardecer 120
Réquiem por la metrópoli 120
Prófugo 121
Una con el universo 121
Nuestro Juego 122
Ruleta Rusa 123
Abismo 124
Cena 124
Conversación con un fantasma 125
El Pasillo 128
Protagonista 139
Lo que nos aguarda 139
Pintura 140
Boxeador 141
Y entonces descubro que soy mi propio asesino 142
Del autor, la obra y sus personajes 143
Halcón 143
Viaje en bus 143
Nuestro bosque 144
Arcano primaveral 144
Humanidad 145
Árbol en la Ciudad 146
El paraíso de los demonios 147
Epílogo 148
El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta
11
PRIMERA PARTE
EL ROSTRO
El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta
12
El Habitante (2004)
El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta
13
El Rostro del Poeta
Obscuridad.
Botas ensangrentadas,
Puños llenos de rabia,
Cabellos largos y desordenados,
Rostro de niño.
¡Estoy vivo!
¡Y soy humano otra vez!
Un nuevo extraño en una tierra salvaje,
Viajero del Jardín de las entelequias,
Vagabundo en medio de los desiertos,
Un nuevo extraño
Con el rostro del poeta.
Ahora el Universo todo, me ha sido revelado.
El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta
14
I
Ahora mismo son las 7:15 p.m.
Soy viajero en este maldito autobús que, dentro de media hora me conducirá
inexorablemente a casa.
Mientras tanto, observo por la ventana las luces delirantes de la detestable ciudad y muy
arriba una luna blanca, despejada, perfectamente circular. Llevo conmigo una guitarra que
no suena muy bien y, que de seis cuerdas necesita con urgencia al menos tres. No soy
bueno para sacarle acordes y menos para cantar; además soy pésimo compositor. No tengo
novia. Alguna vez tuve una pero las cosas no salieron bien, terminé quedándome solo.
Supe que Ella tuvo un hijo y que se había casado; creo que con un arquitecto.
Miro el bulevar y poco después los centros comerciales. Por donde quiera que vaya la
gente deambula presurosa, desconfiada. Me gusta escuchar a Chaikovski, pero también
me agrada Audioslave. Sé que un buen día de estos acabaré por reventarme los tímpanos
con estos viejos audífonos que combaten contra los primitivos gustos musicales del
conductor. Llevo el cabello largo porque odio las peluquerías y, aunque trate de cuidarle,
es inútil. Hace un par de días que no me afeito pero no me importa. Fumo y bebo cerveza
y lo hago en exceso. Me gusta leer mientras escucho bandas sinfónicas o rock. A veces
escribo poesía, aunque tampoco soy bueno. Es más, no considero que sea una buena
persona. Soy egoísta y me gusta estar solo, sin que nadie me moleste. Creo que tengo el
alma podrida y no quiero dañar a nadie, tal vez solo sea un cobarde que teme le lastimen
nuevamente.
Regreso a mi casa, después de las clases de filosofía en la U. Todos piensan que estoy
equivocado, que debí estudiar medicina, arquitectura o economía. Recuerdo que quería
estudiar artes o quizás música, pero terminé en filosofía. De todas formas, no me interesa
que pueda decepcionar a alguien. Al llegar a casa me recibe mi madre. Habla, habla de la
vecina, me cuenta del mercado, me comenta de las noticias, habla, habla, y por momentos
creo que mi débil capacidad de entendimiento continuo en su conversación es bien
conocido por Ella, pero en fin, es feliz hablando. Voy a mi cuarto después de comer algo
ligero. Escucho el picoteo de una tímida llovizna sobre la ventana, seguido de las sirenas
de una ambulancia, de la policía o de los bomberos.
Me quedo en casa pensando cómo pasan estos frenéticos días de extrema melancolía.
Cuando pequeño me imaginaba diferente a mis 20 años. Mientras pienso en esto, supongo
que las implacables fauces del mundo me destrozarán en poco tiempo. Aun cuando he
prendido la tele, puedo escuchar el infatigable tic-tac del reloj, lo que me sugiere que mis
oídos todavía están en buenas condiciones. Cambio canales, casi tan rápido que, parecería
que es suficiente con una imagen para saber que no debo seguir perdiendo la brevedad de
El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta
15
estos últimos instantes, no encuentro nada, nada en absoluto que pueda llamar mi
atención.
II
¿Cómo saber que tu vida ha terminado?
Por alguna razón, siempre he pensado que estoy más muerto que vivo.
No entiendo qué quiere el mundo de Mí, no sé hacia dónde me lleva. Qué se supone debo
hacer. Al menos en este momento desearía ser otro. La televisión es incapaz de calmarme,
la música, la literatura, el cine, los centros comerciales, el amor que se compra y se vende,
los amigos ocasionales, el dinero, me producen ganas de mandar todo a la mierda.
¿Estoy enfermo?
Probablemente<
¿Importa?
He leído sobre las deficiencias psico-afectivas. Puede ser que dentro de Mí sea un asesino
en potencia. Me duele. Perdí a la mujer amada y me duele, y desde ese día supe que jamás
me iba a recuperar, desde ese día supe que había cavado mi propia tumba, desde ese día
me odié a Mí mismo por ser como Soy, por vagar de aquí para allá deseando ser una
estrella de rock, idolatrado por todos, inmortalizado por todos, amado por todos. Un
poeta famoso, un cineasta, un pintor< ¿Y qué soy?, ¿En qué me he convertido?, tomo mi
cara con las manos desesperadas, clavo con todas las fuerzas mis afiladas garras, siento
cómo atraviesan mi piel y permiten que sujete ésta m{scara< y con toda la rabia que
puede experimentar el alma atormentada de un hombre, termino por arrancarme el rostro.
III
Ahora sólo soy un nuevo extraño en una tierra salvaje.
Ahora que por fin he despertado del letargo
Y que el universo todo me ha sido revelado,
He de ocultar mis alas
Y he de camuflarme entre esa muchedumbre de confusos humanos.
Un nuevo extraño, un vagabundo
Recorre entre vosotros
Llevando consigo el Rostro del Poeta.
El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta
16
IV
Desperté.
Mi estadía en el paraíso había terminado.
Ahora nuevamente arrojado hacia este mundo,
Como si fuese un extraño más (nuevamente un mortal).
Perdido en la inmensa multitud,
Un ser que vive en medio del todo y de la nada,
Y al que le parece que todo cuanto existe a su alrededor
Es tan complejo y desconocido que, para descubrirle y comprenderle,
La eternidad no sería suficiente.
V
"Observé por última vez la violencia del mundo,
Guardé los dibujos,
Las canciones y la poesía,
Extendí mis alas de par en par y enfilé rumbo hacia el sol".
El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta
17
De nuestros ideales como mortales
Un nuevo día ante Mí<
La belleza de lo inexplicable, la inconsistencia de nuestra razón que no comprende, el
silencio que nos embriaga; hoy igual que ayer, un iconoclasta permanentemente
deslumbrado yace junto a los viejos acantilados, que para entonces, no me parecen tan
lejanos y quizás ya no son, de modo alguno, tan furtivos.
Místicos abrojos persiguen mi aflicción, sin proponérmelo una vez más me he acercado al
sol. ¿Y cómo no hacerlo si paseo cual viajero silencioso?, ¿Si desprovisto de cualquier
instancia transito absorto entre los valles siempre propios de la obscuridad? Y así, en
efecto, recorro el orbe que se proyecta a diario, más en este último viaje le he contemplado
de forma diferente -¿Cómo explicarlo?- Con otra percepción; creo que he vislumbrado más
allá de la distancia, como un destello tan vulnerable que busca asilo en todo aquello que a
su vez, es infinito y sobrenatural. Y Tú que aguardas paciente< ¿Qué me puedes decir que
sea realmente propio?
Pronto, en las tabernas de la mente, sin que al menos hubiese podido percatarme, me
encontré a Mí mismo sorprendido por la espontánea aparición de la tarde, de súbito
permanecí allí, visiblemente turbado, en mis repentinos pensamientos; ideas que gravitan
alrededor de la realidad perdida, confusa de los hombres, y más aún, de la irrealidad
jamás explorada por los mismos.
La tarde dibujando sueños infinitos nunca antes concebidos por ser alguno.
¿Quién era Yo?
¿Para qué estaba en el mundo?
Tras los esbozos de la eternidad, “la razón” vagaba callada; claudicaba, me abandonaba y
finalmente no me respondía, no me servía para nada. Razón muchas veces impropia,
premeditada, invariablemente lejana.
Y sin embargo, de la mano del tiempo podía sentir que no estaba solo,
Quizás nunca lo estuve realmente,
Acaso ¿Dónde estás alma mía?
¿Sabes?
Tengo mucho que contarte.
El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta
18
Juntos hemos burlado la historia, a lo largo y ancho de este camino intempestivo, con el
ímpetu que pertenece a la tierra, juntos hemos abordado los principios elementales de la
vida, y sin más por el momento, contemplamos sin reparo la extensión de nuestras almas.
Preguntas ¿Quién soy?
Soy los trazos inacabados (por tu ausencia),
Que combaten maquinaciones contra el mundo,
Pero mi mundo que es el tuyo,
Jamás lo olvidéis alma mía,
El mundo es vuestra casa y guarida,
Y la humanidad toda es<
La más maravillosa y estúpida criatura que haya habitado sobre la faz de la tierra.
Nos fue dada la oportunidad de existir, de vivir;
Aun no logro imaginar cuántas miles de eternidades tuvieron que pasar para que tal
suceso siquiera fuese posible.
No logro imaginar todas las condiciones adversas que fueron vencidas para finalmente
concretarse en este instante que es hoy nuestra vida.
Humanidad,
Si vuestra bestial naturaleza ha sido siempre destructiva,
(O eso es lo que nos hemos pretendido creer),
He aquí entre nosotros,
Como primer reto ineludible el primer combate espiritual; tan imperioso y definitivo:
Luchar contra nuestra demencia habitual,
Derrotar la esencia violenta propia de nuestro ser
Y preservar nuestras vidas.
¿Es realmente tarde para los hombres?
La mayor parte de las veces siempre he preferido hablarle a mi alma
Porque mi mente, pocas veces podía comprenderme.
En el devenir de nuestra historia,
El silencio de nuestros días,
A veces tener la razón no significa nada,
A veces, cuando se nos olvida una idea simple:
Después de todo tan solo somos humanos
Y en los sentimientos descansa la esencia de nuestras vidas.
Alguna vez en el pasado,
Cuando tan solo era un niño, soñé.
Fui nada más que un viajero incomprendido en el tiempo.
El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta
19
Construí imaginarios perdidos,
Tal vez podrían estar guardados para siempre en el silencio.
Después,
Fui testigo inadvertido de las grandes y pequeñas miserias del mundo,
Fui un caminante en el paraíso de los demonios,
Siempre cuestionando qué nos depararía el futuro,
Un futuro construido, para bien o para mal, en el presente,
Presente que se queda en el pasado.
Y del retorno,
El vanguardista olvidado en aquellos parajes de la memoria,
Mis escritos, mis libros, tu rostro y el tiempo,
El recuerdo de una época feliz que me abandonó prematuramente,
Que me dejó obnubilado en el estadio de lo intranquilo,
Sin descanso en un alma ya lo suficientemente afligida.
Mi eternidad es estar en el silencio.
Nosotros somos la generación futura, tan esperada.
Nosotros somos aquellos que otros dijeron que vendrían y cambiarían el mundo.
Muchos cerraron sus ojos con el anhelo, con la esperanza de que pudiésemos hacer algo,
No cualquier cosa. Sin duda, no se trata de algo simple.
Nosotros somos los salvadores esperados de la tierra.
Nosotros< y nadie m{s.
El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta
20
Memorias confusas de un asesino fantasma
Para todos aquellos que, como Yo, hemos perdido algo que ya no se puede recuperar.
Ella permanecía desnuda entre las sábanas, su cuerpo tembloroso aún, yacía descubierto
bajo la oscilación suave de las cortinas que danzaban impulsadas por la brisa de una
mañana fría de agosto. Pulsé un par de cuerdas de mi vieja guitarra mientras en mi pecho
abyecto jamás había experimentado tantas ganas de morir. Por un breve instante sentí el
cálido placer de su mano rozando mi espalda. Luego, sin previo aviso: el silencio más
profundo, inconmensurable e infinito. Podía percibir cada una de las ondulaciones que se
destilaban de su fragancia sobre mi piel. Ahora lo comprendo, estoy irremediablemente
perdido, no hay nada que pueda hacer, ha llegado mi hora más baja, es el final. Dejo
escritos los últimos acordes, también los últimos versos. Es curioso: “puedo concebir los
más hermosos pensamientos justo antes de morir”. No importa, nadie conseguiría
entender la belleza de este momento, el instante previo a la muerte. Por fin termino mi
tarea. Me pongo en pie, camino tranquilo, avanzo lentamente, sigiloso, siento mis pasos, el
ruido del piso de madera carcomida, el frío acusador en mi frente. Tomo el arma. Reposa
precisamente entre mis manos. La contemplo mientras me veo con Ella en el espejo. De
alguna forma siempre supe que las cosas terminarían así. Llevo el cañón a mi boca,
permanece allí un segundo que parece eterno, una última batalla interna me sugiere
arrepentirme, pero es demasiado tarde, no hay otra salida, cierro los ojos, aprieto el gatillo,
escucho el disparo, luego todo es silencio. Ahora, todo es como en un principio, como
antes de nacer, no hay más dolor, todo está bien.
Afuera la ciudad despertará agitada. Sucede siempre, todo el tiempo. El mismo caos. A
menudo puedes ver los rostros demacrados de desconocidos que viajan presurosos en
medio del tráfico, rostros pálidos y absortos, sin brillo ya en los ojos. ¿Acaso habremos
extraviado algo definitivamente irrecuperable? Si prestas suficiente atención,
comprenderás que la inmensa mayoría basa su comportamiento en muy limitadas
reflexiones filosóficas, en consecuencia, sus vidas rutinarias suponen la felicidad en
aspectos materiales irrelevantes que al final configuran la mayor de las trivialidades
posibles. Y bueno, es cierto, también está el amor. La amaba con todas mis fuerzas.
Simplemente no podía vivir sin Ella. Lo era todo, significaba la razón para seguir vivo en
medio de un mundo despiadado. ¿Por qué te pasas la vida buscando afanosamente el
amor? Es la única forma de sobrellevar, de soportar un mundo tan duro como éste. El
problema es que varios creemos encontrarlo (¿Estoy allí?), incluso se experimenta una
suerte de felicidad, pero aun cuando fuese verdadera no sobrevivirá eternamente. A
propósito, no creas en nada de lo que digo, estoy muerto.
A Ella le gustaba la poesía y la danza clásica y me amaba. Si me preguntas no sé por qué.
Era hermosa, como una princesa, como un ángel. Era única. Cuando me hablaba suavizaba
aún más su voz, me llenaba de esperanza, de fe. No le importaba abrazarme bajo la lluvia.
Mientras Ella era felicidad< Yo era melancolía, pero la amaba. Ahora mismo podría
El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta
21
hablarte del incomparable brillo en sus ojos, de su irresistible talle, de la ternura que me
embriagaba, pero es inútil, el lenguaje es demasiado reducido, demasiado limitado para
siquiera explicar, los sentimientos que mi corazón experimentaba con solo pensar en Ella.
Yo era un músico frustrado, nunca me sentí satisfecho con nada, renegaba del universo sin
comprenderlo lo suficiente, en fin, era según lo veo una suerte de desastre; pero su amor
me transformaba en una mejor versión de Mí mismo, alguien que valdría la pena. Nunca
lo logré, supongo que, como todos, soy descomunalmente imbécil. ¿Por qué las cosas
salieron tan mal? Lo reflexiono una y otra vez. ¿Nunca te ha pasado que tienes todo para
ser feliz y sin embargo te sientes fatal?, a Mí me pasa siempre y uno nunca aprende.
Ahora mismo podría confesarte diversidad de cosas, fragmentos de mi memoria
deshilvanada, trozos de recuerdos, historias de lo que queda de mi corazón, de mi alma
viajera, de mi espíritu alado. Los breves instantes de felicidad en mi vida se parecen a una
vieja película en blanco y negro que cada vez percibo con menor nitidez. No sé si sucede
igual con quienes morimos, pero en mi caso, empiezo a olvidarlo todo, los rostros, las
palabras, la música, los caminos, en fin. Desde la distancia veo el sol ocultarse, un ocaso,
parece un lienzo. ¿Si en verdad la amaba tanto, entonces, por qué la asesiné? Aún conservo
su mirada sobre la mía; por un segundo el cosmos se detuvo, me refugié en su calor, la
abracé con todas mis fuerzas, me aferré a su cuerpo que abandonaba la vida rápidamente
y en su mirada supe que me amaba, que me aceptaba con todo lo que era, y en ese instante
era su asesino. – ¡No te preocupes!, te acompañaré en unos segundos, te amo. –
¿Cuál es tu temor más grande?
Avanza sigiloso e implacable, infatigable para todos, lo escucho aún en este estado de
inconsciencia. Sí, tal y como lo imaginaba, se trata del viejo tic-tac del reloj. Lo percibo
siempre. Un despiadado rayo de luz atraviesa la ventana, se proyecta incandescente,
triunfal por toda la habitación y descansa sobre mi rostro, apenas si tengo un ápice de
razón, pero sin duda se trata de un nuevo día. Y< ¡Maldición, sigo siendo Yo!
Última anotación: ¿Qué es lo que tanto observo? A Ti, en efecto. Frágil y dependiente,
cuestionándolo todo, cuestionando incluso tu propia existencia, buscando respuestas, te
observo gravitando alrededor de los más bellos instantes del universo y sin embargo,
permaneces inmóvil, aceptas tu destino intentando encontrar tu felicidad en otros, cuando
siempre ha estado en Ti misma, eso es lo que observo.
Esperas, como Yo, que suceda algo extraordinario, pero nada pasa, aguardas igual que
todos aquí, tan cerca el uno del otro, empero, tan vacíos y solitarios, sentados frente al
resplandor, observando cómo poco a poco se nos va la vida, en medio de nuestras grandes
y pequeñas miserias, absolutas tragedias, destinos fatales. ¡Al infierno con todo!, ¡Me cansé
de esperar por algo que no llegará!, lo cierto es que estamos aquí y es ahora nuestro
El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta
22
momento, sin duda te resultará extraño, pero cuanto pienses de Mí, en realidad me
interesa lo mismo que la humanidad en este instante.
"Ahora, recuerda que, tu pequeño secreto de felicidad está seguro conmigo, puedo
destruirlo en cualquier momento".
“Tengo mis mejores ideas de autodestrucción en las primeras horas de la madrugada”. Por
lo que podrías advertir no soy más que un hombre común, eso es sin duda, lo que
apreciaría el ojo vulgar, pero no te fíes, no debes provocarme, soy peligroso, incluso para
Mí mismo, puedo destrozar de tajo el cielo y la tierra, puedo herirte en lo más profundo,
puedo extirparte el alma y quemarla en un segundo.
Y sin que me lo haya propuesto, me convertí en esta suerte de tipo solitario e
incomprendido que se refugia en el cine, en la literatura y que ahora mismo, planea su
propia destrucción. He sido paciente. He analizado todo con calma y después de mucho
pensarlo, solo existe una última alternativa: debo asesinarte.
Mi mundo en tu mano.
Podría pedirte perdón por todos los daños causados, pero no tendría caso, los volvería a
efectuar una y otra vez. Podría extender mis brazos y soñar que vuelo atravesando la
profundidad del manto celeste. Podría simplemente confesarte que te amo.
Ahora mi mundo se detiene en tus manos, frágil, indefenso, puedes destruirlo a voluntad
con un simple deseo; espero que lo cuides, es todo cuanto Soy. Me abandono de Mí mismo
en este último pacto, me sumerjo en Ti con la esperanza de poder observar un poco más de
cerca el brillo de tus ojos, la paz de tu presencia, el fresco aliento de tus palabras, el cálido
roce de tu sonrisa.
Altas horas de la madrugada. Parece que he bebido unos sorbos de vino de más. Cuántas
singulares cosas pasan a Mí alrededor, Ella viaja triste, mientras Él ha perdido las ganas de
vivir, aquí afuera llueve y alguien despierta por primera vez. Un anciano escucha voces en
su cabeza y la soledad acaba desahuciando un paciente terminal. Hoy un ave abrirá sus
alas para volar, un viejo carro se escucha desde lejos, una joven chica lleva un libro en las
manos, es hermosa. Un trabajador se detiene, está exhausto. Un amoroso padre recoge a su
hija, pronto, Ella habrá de enamorase de su mejor amiga de colegio. Un chico le dirá a
cierta chica cuánto la ama, Ella le dirá que no. Él se embriagará esta noche. Una madre
espera a su hijo en casa, no volverá. Alguien aguarda en una sala de urgencias, sin
importar el cansancio y el frio, eso no evitará un amargo desenlace. Una hoja de árbol se
desprende mientras un perro corre a casa agitando la cola. Un poeta camina presuroso en
busca de café suicida. Tú que eres el centro de mi universo, duermes tranquila mientras Yo
te pienso en secreto, jamás sabrás que te amé. Pero ante todo lo que pasa a Mí alrededor,
El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta
23
todas estas cosas, pequeños episodios de vidas que luchan bajo la lluvia, tu amor
imposible solo me produce una gran tranquilidad. Avanzo, sin prisa, apacible, mientras
cuantos me rodean intentan esquivar la lluvia, paso a paso me dirijo veloz a confrontar mi
destino.
De seguro nadie leerá esto y de cierta forma es mejor que así sea, que pase desapercibido
como aquellas verdades que resultan despiadadamente terribles como para soportarse. De
cualquier forma ya no importa nada.
Y de pronto me di cuenta que no tenía más ataduras, que había sido liberado. Podía
abandonarlo todo, dejarlo todo atrás. Sin compromisos, sin dolor, únicamente sobrecogido
por esta paz que me proporciona mi propia ausencia, mi propia inexistencia.
Después de mucho meditarlo, creo entender el gran problema que aflige a la Humanidad.
Creemos de forma individual que somos el centro del universo, que todo gira a nuestro
alrededor, que el suceso de mayor trascendencia en la historia de la humanidad se divide
antes y después de nuestra vida; quizás sea demasiado pretencioso, quizás estemos
equivocados y quizás es demasiado tarde para cambiar.
Sabías a la perfección que mi mundo se refugiaba entre sombras, y pudiste observar un
tenue rayo de luz, como un milagro difícil de explicar, luego desapareciste, siempre supe
que tu visita sería un breve instante de esperanza. Ahora enfrento las horas más bajas y un
dolor que me mantiene apenas con vida< Yo también lo sabía, la otra cara del amor es el
dolor y definitivamente ha llegado para quedarse, con esta soledad en exceso, se ha
convertido en mi nuevo mejor amigo. Tú me recuerdas el sonido del mar. Un cielo azul
que lo contempla todo en silencio, el sudor frio que recorre mi frente, cada una de mis
venas, los fluidos de sangre que atraviesan mi alma, cada destello imperceptible al cerrar
mis ojos, la cálida sensación de un beso, el aroma inconfundible de tu juventud, mis ganas
de morir y un disco de rock.
Mi habitación luce diferente. Apenas si puedo reconocer diminutos fragmentos de
historias, mis cosas, las pocas que sobrevivieron, lucen particularmente ordenadas. La
guitarra desafinada, de cuerdas oxidadas, las notas suicidas, algunas fotos y pequeños
recuerdos que se pierden en mi memoria vaga y confusa, todo permanece intacto, salvo
que, como estoy muerto, no sigo aquí.
"No hay una teoría para la vida, no existe un manual de instrucciones para sentirla,
simplemente se vive".
Bajo la lluvia. Me parece que tomo tu mano. Es solo un recuerdo, una macabra broma de
mi mente. La realidad es que estoy fuera, sólo y sin Ti, las gotas de lluvia se deslizan por
mis mejillas, Tú no estás a mi lado. La vida no es muy justa o tal vez lo es demasiado.
El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta
24
Primeras horas de la mañana.
El canto del gallo anuncia los primeros rayos del sol. ¿Qué quién soy en este breve
instante? Supongo que puedo definirme como un sujeto experimental del caos y la soledad
en exceso. Un asesino fantasma. Ahora debo desaparecer.
Viviré
Para Rous
En la lejanía.
Entre bosques, más allá de valles.
El hombre.
El vino y el Pan como vida.
Y la vida como el conocimiento de los sentidos.
Y Yo mismo como un único viajero.
Si quieres describirme comienza por decir que soy un viajero, iconoclasta,
Un vagabundo, un poeta.
Pensemos juntos en un lugar bello
Y quizás estaremos en él.
Te dejo mis poesías< aunque no las pediste.
Allí estarán consignadas algunas de mis furias y de mis alegrías,
Las cosas en las que creí y de las que, habitualmente dudé.
Mis tristezas,
Mis propios Ángeles y Demonios,
El Paraíso y el Infierno.
Mis miedos y mis pérdidas de consciencia.
Mañana,
Justo cuando no esté entre vosotros,
Cuando esté muerto,
Viviré en éstas, mis poesías.
El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta
25
El minuto inexorable
(Obra ligera)
Cinco Minutos
A continuación: Un sujeto pensando lo que escribirá. Lentes gruesos, cabellos enredados.
Cigarrillo a la mitad. En la mesa, intentos fallidos de historias, poesías, obras de teatro,
soliloquios, algunas canciones que nunca ser{n<
Sostiene la pluma en su mano derecha, juguetea en el aire, recorre la diminuta distancia
que le separa del papel. Entonces, escribe lo siguiente:
“Estaba solo en mi habitación, al menos eso creía Yo< y de pronto apareció una
revelación. No sé cómo explicarlo. Tuve la impresión de que alguien leía mis
pensamientos. Ya sabes, como cuando uno lee un libro. Y creo que escuché una voz que,
precisamente, continua leyendo esto mismo, que me encuentro escribiendo, una voz en
off, alguien que se oculta en tu propia mente inestable”.
Hago una pausa, pero la sensación persiste. Alguien, en este momento, en este preciso
instante se ha metido en mi cabeza<
¡Espera!< ¡Espera!< ¡Debo estar enloqueciendo!
El hombre se levanta de su silla, camina alrededor de la minúscula habitación, se rasca la
cabeza, se desplaza hasta el baño. Caga. Luego se mira al espejo. Sonríe y dice: *No me
engañas, continúas leyendo mis pensamientos. ¿Quién eres?, ¿Qué quieres de Mí?*
De repente, como si de una cámara implantada en su cerebro se tratara, vemos su rostro
frente al espejo. Esta sensación por supuesto, nos da la impresión de vernos a nosotros
mismos, y es inevitable experimentar el sentimiento de miedo que el hombre describe en
su semblante.
-No debe asustarse, pero intente conservar la calma, verse al espejo y no ser uno mismo,
puede ser una sensación nueva y extraña, justo como aquello que está viviendo-.
*No puedo verme< alguien lo hace, son muchas voces en mi cabeza y no son mías*
-¡Resista!-
*¿Dónde estoy?*
-Es difícil saberlo, pero creo que Ud., se ha desconectado temporalmente de la realidad.
¡Escuche con atención! Antes que nada, escuche. Sé que lo hace. Yo soy producto de su
El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta
26
imaginación, en realidad no existo más que en su cerebro, pero si me escucha, debo
representar un símbolo de Ud. mismo, y en este momento soy el único que puede
ayudarle-.
*No lo resisto. Es demasiado para Mí. Primero fue una voz desconocida, como si esto
mismo, fuera una hoja de papel que alguien estuviese leyendo. Ahora, es como si Alguien
que no conozco, intentase ayudarme, pero no existe< No existe en realidad, es solo el
producto de mi imaginación. Estoy solo en la habitación y no consigo siquiera verme,
cuando lo intento, no hay nada frente al espejo.*
Cuatro Minutos
Escuchamos el tic tac del reloj. Un reloj de esos antiguos con forma de escuadra (Seguro
nunca los has visto). Marca casi diez minutos para las dos de la mañana. El hombre está
reclinado sobre su silla. Pronto, tenemos la impresión de estar viendo una película en
blanco y negro. (Hay que cambiar el rollo 3 y comprobar el sonido, últimamente está
dando problemas). Su mirada parece observar al público en la sala de cine. El sujeto se
reincorpora y se acerca sigiloso. Sus dedos se deslizan por el recuadro. Una vez giramos
sobre su punto de vista, es claro que se encuentra acariciando los bordes de una pintura.
En este momento, Ud., como espectador tiene una ansiedad prematura. ¡Relájese, nada
puede hacerse! Ha sido absorbido ahora. Como uno más de entre el público. Su situación
subyace al interior de una nueva mente, ¡Por supuesto! ¡Una mente ajena! Su reacción
natural, después de esta afirmación será negarlo (el escepticismo como respuesta), no debe
sorprenderse, es parte del subconsciente. Si sucedió lo contrario, simplemente es
demasiado consciente de lo que sucede a su alrededor, y ya no le interesan algunas
cuantas cosas que en el pasado pudieron ser importantes.
¿Qué ocurrirá al cabo del segundo inexorable?
Intervención del autor:
Nuestro personaje observa el cuadro, lo que se desarrollará ahora tendrá lugar en ese
cuadro<y solo en ese cuadro. ¿En verdad lo cree? Puede ser que el espacio de las acciones
no sea este libro, sino su propia mente, me refiero a la suya amable lector. Disculpe mi
interrupción.
En la pintura un hombre toca el piano< en medio de la lluvia, a las orillas del mar, en la
noche.
El músico nos dice: “¿Realmente creen tener las agallas para vivir sin restricciones?, ¿Para
hacer de la existencia, una existencia memorable?, ¿Algo que trascienda en el corazón de la
El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta
27
historia humana?, Sería lamentable vagar por allí, sin un propósito que cambie al mundo,
para bien o para mal, adem{s sería muy aburrido”.
Tres Minutos
*No me arrancaré el rostro, tampoco me extirparé los ojos, no me partiré la jodida
cabeza< Haré algo mejor< abriré mi pecho por la mitad< Sé que alguien me observa con
sigilo, sí, lo hace, lo hace con su mente, me imagina, existo en su mente, pero Yo no existo
en la mía. Abriré mi pecho y no habrá sangre, ni dolor, solo verán un pequeño riachuelo
de agua cristalina, atravesando algunas rocas. Hay un bosque aquí, se escucha el sonido de
los árboles, incluso puedes sentir el frío. Algo sobrecogedor nos asiste. En medio de este
lugar, una hermosa niña nos sonríe, nos ofrece una flor fresca, casi podemos sentir el
aroma de la vida que impregna cada detalle, que oprime al cielo en la tierra.*
Dos Minutos
Los científicos observan, registran cada nuevo dato. Cuentan con novedosas técnicas de
análisis experimental, capaces de determinar, cualquier variación que se encuentre fuera
de los parámetros establecidos. Todo ha sido dispuesto con extremada cautela, con
rigurosa precisión, sin duda, se trata de un trabajo considerablemente meticuloso. El sujeto
yace conectado a través de una serie de complejos artefactos que, permiten monitorear lo
que sucede en su cerebro. Cada estímulo recibido, cada reacción química, cada trayectoria
atravesada por los impulsos eléctricos emitidos desde la corteza, cada respuesta constituye
información relevante para el equipo de expertos.
El paciente proyecta una serie de imágenes de su propia vida, escenas de películas viejas,
personajes de libros de ficción, comics, música, pintura, diversidad de nutrientes que le
permiten desarrollar un espectro de Sí mismo. Este caso clínico sobresale porque el
paciente se halla imaginándonos de tal forma, que solo estamos en su mente; lo anterior
presume que, comprometer la integridad del sistema implicaría, inmediatamente, poner
en riesgo nuestra propia existencia.
Minuto inexorable
Los espectadores no tienen ni puta idea que estoy entre ellos, que Soy parte del público,
que ahora son parte de la misma jodida obra. Sentado en la última fila, aguardo, sonrío.
No hay afán. No soy el escritor, ni el pianista, no soy el maldito operador haciendo cirugía
cerebral. Soy el espectro de las cosas que nunca hiciste, el último centinela que nos reclama
combatientes.
El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta
28
Vivimos una vida que no queremos.
Nos aferramos a cosas que no necesitamos.
Pronto, aceptamos cabizbajos nuestro destino.
El primer rayo de sol es suficiente para formar una grieta en el iceberg.
Las manecillas del reloj avanzan y la pluma aún permanece suspendida en el aire.
Considera lo siguiente: Un desconocido lee tus pensamientos como si fueran un libro.
Pretendes que sea parte de la historia, que se vuelva un personaje, que pueda respirar en
el ártico, que sienta ganas de vivir, de volar, de sonreír, de amar.
Se cierra el telón.
El personaje de ficción se apodera del actor, y nadie, nadie puede darse cuenta, ni siquiera
impedirlo.
Es hora de planear nuestra propia desaparición para vivir otras vidas.
Memorias de un asesino
I
Una vez m{s<
Esta maldita melancolía que me acompaña a todas partes.
Intento olvidarte (lo sé) pero es inútil.
Me has desgarrado el alma sin tan siquiera proponértelo y luces fría e indiferente.
Por mi parte te contemplo absorto, sumido de forma constante en la más bella y mortal de
las depresiones.
Sin que pudiera advertirlo me asesinaste,
Ahora soy tan solo un muerto que sueña con poder observar el brillo infinito de tus ojos y
la paz duradera de tu espíritu combativo.
Me sedujiste premeditadamente acariciando la idea firme de destruirme.
¡Buen trabajo!
El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta
29
II
Por fin estás en mis brazos,
Luces tan hermosa como siempre,
Eres según lo creo el Ángel más perfecto que Dios pudo haber concebido nunca jamás.
Hoy estás a mi lado y soy feliz.
Es solo que ahora que te he quitado la vida ya no puedes sonreír.
III
Lo acepto.
Soy un asesino.
Lo confieso.
No porque haya tomado el arma homicida.
No porque de repente mi vida entera se llenó de intensa melancolía,
Sino porque olvidé decirte (hacerte abrigar) que eras lo que siempre le dio sentido a mi
vida.
Porque cuando estabas junto a Mí,
El mundo cambiaba de color,
Porque tu alma era mi alma,
Tus sueños eran mis sueños.
Porque te extraño cada día,
Cada segundo,
Porque ahora que solo me acompaña tu ausencia,
Yo mismo he muerto.
IV
Un revólver<
Y una mano temblorosa,
Un crucifijo.
Una lágrima.
La obscuridad de la habitación ocultando su rostro.
La foto de una bella mujer,
Su cuerpo inerte.
Un hombre apuntándose a Sí mismo.
Un disparo rompiendo el silencio.
La quietud de una inmensa y fría habitación.
Dame un segundo.
El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta
30
Ahora lo recuerdo con mayor claridad.
Alguien murió< fui Yo.
Dejemos esta pintura así.
Plaza de Toros
I
Los idiotas reían, festejaban, disfrutaban.
Todo mientras el aturdido animal fallecía.
El asesino caminaba triunfante empuñando su arma.
Ridículo atuendo de brillantes.
Mujerzuelas lanzaban flores al ruedo (flores cortadas para venderse en el mísero
comercio).
Capote y banderillas sobre la arena
Manchada de sangre fresca.
II
Hermosa mujer.
Bella y complaciente,
Frágil al amor.
Reía intempestiva y sagazmente al ver a su héroe triunfador,
Poco después de que clavara su arma.
Asestaba el golpe final.
La observó y lanzó un beso al aire en su dirección.
Justo al instante el animal se desplomó, la vida se le extinguía.
Cayó como cuando cae un gigante.
Ella feliz celebrando la victoria.
El asesino era festejado públicamente.
III
El triunfador [¿?] caminaba vistosamente. Solo bastaba el golpe de gracia. Conocía a la
perfección cada movimiento. Una mujerzuela bella, pero mujerzuela al fin y al cabo reía
animada para Él. Un beso en el aire y luego la muerte. ¡Muere animal miserable para
perpetuar mi victoria y grandeza!
El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta
31
IV
Presa del miedo y la confusión.
Obligado al combate.
Animal que sucumbía al cansancio y el maltrato.
Agotado, fatigado, triste, totalmente desequilibrado.
Su instinto le decía que debía matar al cabrón pero las fuerzas y la vida misma,
Le abandonaban rápidamente.
El torero lanzaba besos de victoria en tanto empuñaba diestro el arma y acudía cual ágil
depredador a la muerte de su atolondrada presa.
Caer con intenso dolor.
Escuchar el bullicio de la celebración.
Madre
A la familia
Abrigó como pudo a su hijo y pese hacerse todo lo fuerte: un llanto silencioso fue
inevitable. Derramó sus lágrimas hasta bañar la cabeza de la criatura. Inmensa tristeza.
Abatida por un intenso dolor que recorría todo su ser, resquebrajaba su alma, aniquilaba el
frágil corazón de madre. El pequeño sentía la melancólica brisa, el sombrío cobijo de la
angustia, de la desesperación, de la impotencia y del miedo.
La mujer permaneció en silencio. Podía escuchar a la perfección los pasos de los hombres
que le buscaban afanosamente, el sonido de las lágrimas recorriendo sus frías mejillas,
desprenderse para fundirse con la tierra.
Sollozos taciturnos.
Presa del cansancio el niño terminó por sucumbir al sueño, un segundo, tal vez dos. El
silencio acabó cuando los hombres derrumbaron violentamente la puerta. Entonces la
pobre mujer se transformó en la bestia más furiosa de toda la creación, sus ojos asesinos, la
expresión salvaje, morir o matar, y en sus brazos protegiendo al niño que asustado miraba
al primer soldado.
¡Tranquila!
¡La guerra terminó!
-¡Bendito sea Dios!-
El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta
32
Despertad
El poeta emerge violentamente. Sobresale presa del llanto en medio de la lluvia
inclemente. Se levanta por fin después de un largo sueño cautivo. Casi eterno, casi infinito,
(Creí que jamás habría de volver a despertar). Camina con dificultad observando las ramas
de los árboles muertos. Avanza contra el despiadado frío y lo hostil de una ciudad
indiferente. Arropado por las sombras de la noche, oculto entre la oscuridad, no existen
estrellas que iluminen su trayecto, pero nada impide su camino, ahora es inmortal, ahora
es un dios, ahora es un demonio, pero también es vulnerable, es humano y es frágil.
Seducción
El detective se reclinó cómodamente sobre el viejo mueble. De inmediato se estremeció al
verle con detenimiento. Permaneció en silencio y estudió su rostro ensimismado, absorto
por tan exuberante belleza que, emanaba de forma natural su existencia reveladora e
infinita. Ella desprendió el sabor de una bocanada mientras cerraba sus ojos y entraba en
un suave trance de placer. La habitación atravesada por un único, pero ambicioso rayo de
luz que se filtraba victorioso por una rendija y se proyectaba, buscando asilo
desesperadamente en su insospechado rostro de Ángel macabro. Ella sabía a la perfección
que era objeto de deseo y lo disfrutaba en extremo.
Lápida
“Sigilosamente un pequeño cuervo sombrío
Atraviesa sin demora mí propio cielo bañado de sangre”.
Paseaba tranquilo por este confortable valle.
Y mientras admiraba en secreto los inmensos jardines provistos de una amplia gama de
colores, pensaba en nuestro próximo encuentro amor mío.
Guardaba en mi memoria ese bello rostro que me embriaga de alegría, la profunda
felicidad que me producen tus ojos oscuros, la sonrisa perfecta que dibuja tu alma. Y me
preguntaba dentro mío ¿Qué hace qué el más bello Ángel de Dios se enamore de Mí? Y me
instalo nervioso porque te amo, te amo tanto como no tienes idea. Me llenas de vida, de
esperanza, de paz.
El día de hoy dejo unas bellas flores en la tumba de mi madre. Estará contenta de saber
que por fin te he encontrado. Todo aquí es tan apacible, me gustaría que ahora mismo
estuvieses a mi lado, sentir tu cabeza inclinada sobre mi hombro mientras te abrazo
eternamente.
El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta
33
Pronto estaremos juntos.
Termino mi oración.
Me incorporo, observo a lo lejos los niños correr, algunos ancianos platicando a gusto, soy
el único solo aquí. Veo tumbas bellamente adornadas, también algunas olvidadas por
mucho tiempo. Me aproximo a una especialmente abandonada, es la más triste, apartada
de todo, pensándolo bien, las flores, que ahora mismo llevo conmigo, no yacen tan
marchitas, me reclino para depositarlas, (<) al final una revelación. En la lápida se
encuentra grabado mi nombre.
Fatalidad
Casualmente Él se encontraba allí.
En realidad no fue nada premeditado.
Casualmente bebió una que otra copa de dulce vino y de amargo licor.
Invitado por bellas y provocadoras mujeres.
Sucumbió a los desórdenes del placer.
Abandonando para siempre la inocencia de la infancia,
Perpetrando sin tregua el espíritu libertario de las sentencias de la carne.
Luego todo fue confusión:
Luces.
Disparos.
Gritos.
Sangre.
Pudo ver sus manos llenas de sangre negra y espesa,
Corrió fatigado por entre la multitud confundida.
Sudaba como un condenado, mientras se percataba de sus propias heridas.
Por fin la salida. A lo lejos las sirenas.
Debían ser las tres de la mañana.
Penetró entre los arbustos
Y se refugió allí hasta que el sueño y el cansancio le invadieron por completo.
Se quedó así hasta que nada más importó.
-Sí, es Él.
Probablemente lleva media hora muerto.-
El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta
34
Réquiem por un demonio
La lluvia asesina bañaba los restos de la metrópoli.
Árboles ocultos bajo las sombras de esta noche impenetrable.
El desolado cementerio o la fragancia de la muerte,
Sobre la dulce hierba y las cenizas secas
De lo que en otro tiempo fue eternidad.
Ahí,
En medio de la más profunda obscuridad,
Un niño
Con el rostro del poeta,
Nos observa fijamente,
Sosteniendo un clavel en sus manos,
Frente a la tumba de su amor.
Un demonio que intenta soñar,
Que soñó con ser humano.
Un demonio recorriendo paciente su propio laberinto en el infierno.
Libertad
Sé que éstos son los últimos días.
Por eso mismo permanezco oculto,
Tras los rayos tímidos del sol fresco de la mañana.
Hace tiempo que estoy cautivo
Con la soledad como única compañera.
Aquí yacen los restos de árboles que se extinguieron con el alba.
Hace ya mucho de lo que tuve los momentos más bellos de mi vida,
Ahora están siendo aniquilados paulatinamente, uno a uno por los vacíos incontenibles de
la memoria.
Los fantasmas se pasean tranquilos cuidando de Mí en esta prisión< lejos de Ti.
El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta
35
Estúpida Princesa
I
Aun cuando debió doler en lo profundo del alma
Secó sus lágrimas y esbozó una sonrisa.
Contemplé tu enorme tristeza en el más absoluto silencio
Y me quedé allí junto a Ti,
Quieto, sin hacer nada.
No es aconsejable sacar provecho de situaciones adversas.
II
Sabías bien que te amaba.
Que ascendía por Ti.
Preferí alejarme,
Dejarte ser feliz.
Aunque eso implicaba romper mis alas y no volver a volar jamás.
III
Media noche.
Solitario en el silencio,
No sabes cuánto he pensado en Ti.
Pero ahora mis alas est{n rotas<
No te preocupes,
Estaré bien.
IV
Rostros confundidos en la niebla de día,
Absurdos pensamientos,
Mi vida se acaba,
Pero nunca la extensión de mi alma.
El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta
36
V
Estúpida princesa
En tus manos descansa mi vida y ni siquiera lo sabes.
Tengo miedo.
Las risas de los enemigos, mezclada con tu ausencia.
Quisiera destruir aquellas cosas que te duelen, que te producen daño.
Pero no puedo,
Ya no estaré allí junto a Ti.
Ahora debes hacerlo Tú misma,
Debes ser capaz de hacerlo
Si es que quieres sobrevivir.
La última esperanza
(Guión incompleto para cine)
“¿Qué sucedería si nos atrevemos a lo imposible y prohibido?”.
“Representé tantas veces ese maldito personaje que terminó por convertirse en Mí mismo,
La saciedad me impide reconocer la realidad, de la ficción”.
Toma 1
El teatro y los horrores de la guerra
Esta máscara, no es más una máscara, ahora es mi propio rostro cristalizado. Pretendimos,
en medio de cierta ingenuidad, una mente que, a su vez, fuese todas las mentes, un alma
que aglutine todas las almas, un cuerpo que derive todos los cuerpos. Creímos ser
excesivamente inteligentes y civilizados, preparados siempre, de forma conveniente y
precisa para afrontar cualquier desafío. Información, conocimiento, tecnología, eran los
insumos necesarios de la autodenominada sociedad moderna, instrumentos inequívocos
de la felicidad.
Nos olvidamos de todo lo demás, incluso, restamos importancia al hecho simple, de
conservar intacto un frágil corazón humano. Un manifiesto sagrado devino en un acto
violento, perpetrado tantas veces ya, con tanta regularidad, que acabó convirtiéndose en
un evento cotidiano, aceptado, cuantificado y monitoreado. De pronto, algo se suscitó en
la historia que avanza, una calamidad, una tragedia, ¡Algo, lo que sea!, contaminación,
guerra, no es difícil de imaginar, ¿cierto?, algo, en todo caso de proporciones apocalípticas,
lo que fuere, echó todo por tierra. Solo quedamos unos cuantos sobrevivientes. Es curioso,
en la adversidad nos confortamos unos a otros, tiene que suscitarse algo demasiado
El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta
37
terrible, sentirnos desesperadamente solos, para poder refugiarnos en los brazos de un
extraño, para poder confiar en Él.
Toma 2
La teoría del Doctor Z y las equidistantes disyuntivas acerca del destino
Como si de un viaje inter-temporal se tratase, decidí entrar en estado de suspensión
criogénica durante veinte años. Con la experiencia de un grupo de jóvenes científicos que,
confiaban en mis teorías y sus funestas predicciones, acordamos diseñar la biotecnología
necesaria para enfrentar la más significativa de todas las amenazas; me refiero, en todo
caso, al propio ser humano y su naturaleza destructiva, contradictoria, degenerativa,
irracional e insolente.
Ahora, he despertado. Los cambios pronosticados en tiempo y espacio están en perfecta
sincronía con lo esperado, los errores (anticipados) han sido mínimos y fueron
rápidamente corregidos en lo que el sistema se alimentaba de nueva información, por
supuesto, estuve allí en todo momento; solo mi cuerpo físico se desconectó; entre tanto, mi
cerebro procesaba cada mínima oscilación. Como resultado, mi desarrollo neuronal se
había estimulado un 30%, sin embargo, pese lo anterior, sabía claramente que esto, era
insuficiente para encontrar una solución más segura que la dejada por mi parte, dos
décadas atrás.
Toma 3
El peligro
¡Por favor!, consideremos lo siguiente: El patrón descrito por los algoritmos
computacionales, sugiere y solo sugiere que, la cumbre de nuestro conocimiento social ha
llegado a su máxima expresión y comienza su inevitable declive, su deterioro
infranqueable. La teoría expuesta por el Doctor Z, en la que, la mayor parte de nosotros
fuimos educados, suponía que en algún instante de la historia humana, esto ocurriría, así
que planteó dos escenarios posibles. Uno primero que es el que todos tememos, evidencia
el desmoronamiento de la civilización por completo. En esta situación, la destrucción de
nuestra raza sobrepasa el ritmo con que crecen los medios cognoscitivos necesarios para
siquiera evitarla. Esto nos lleva a la segunda alternativa, que subyace en concentrar la
suma de nuestro conocimiento en una entidad de perfección biogenética, cuya mentalidad
visionaria sea capaz de encontrar la salida que, por nuestras limitaciones no somos
capaces de advertir y, en consecuencia, nos permita protegernos. Esta opción, no obstante,
implica que depositemos todo nuestro poder, en lo que el profesor Z definió como una
suerte de voluntad divina, que una vez consciente de sus ilimitadas características,
pudiese someternos para siempre. Pretenciosa solución.
El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta
38
Toma 4
Conspiración
Como lo veo, existen dos escenarios factibles. En el primero, nos encontramos al borde de
la extinción, resultado natural de acometer la empresa infatigable de la sobreexplotación
de nuestras fuentes de vida; sin restricciones de ninguna clase, de la suposición torpe de
considerar que cada nuevo día, cada hora, cada segundo se encontraban garantizados,
independientemente de la cantidad de actos individuales que, de forma conjunta sumaban
estrepitosas consecuencias irreversibles. Si retrocedemos lo suficiente, es posible
determinar que la probabilidad de ocurrencia de un suceso de proporciones cataclísmicas,
asciende conforme se incrementa el colosal ritmo de producción de materiales inútiles que,
colateralmente se acompañan de una masiva proliferación de gases tóxicos, junto con la
imposibilidad de que el conocimiento existente pudiese hacer frente a semejante
ultimátum, mucho peor; la confortable vida de cientos de miles de sujetos indiferentes,
ensimismados en particulares destellos intrascendentes, desplazándose sin la menor idea
de cuánto les rodeaba, demasiado acostumbrados a las inequidades y la barbarie.
En el segundo, actuamos de forma más irresponsable. Imagina que juntamos todo nuestro
arsenal cognoscitivo en un coctel biogenético, exuberante, el ser humano que convertimos
en dios, confiando que su capacidad de discernimiento “sui generis”, resuelva el problema
por nosotros. Su ferviente idoneidad es solo proporcional al tamaño de nuestra estupidez.
Toma 5
Divinidad
Precisan aureolas de muerte, las inexpugnables fauces del mundo moderno y la esencia de
su teatro ficticio. Tarde violenta. Ángeles, humanos y demonios han sido abatidos. Soy
consciente de todo. Una nave penetra la atmosfera terrestre en busca de refugio y
esperanzas, como respuesta: El deslucimiento de la civilización. El tiempo y el espacio no
son más dimensiones lineales, ni cíclicas. Un error natural en los algoritmos suburbanos.
Más inteligente y despiadado. Replicado genéticamente para ser perfecto, una mente de
proporciones divinas y la materialización de un milagro. Tal fue su desesperación, que los
hombres de este tiempo invirtieron todo su esfuerzo en hacer posible la vida de un dios.
Ahora esperan que los guie y solo puedo decirles que todo está perdido.
El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta
39
Hoy es un buen día para morir
Hermosa niña, asesina de muy temprano en la mañana,
O mujer fatal de media noche.
Surges como un nuevo formidable demonio que me llena de placer,
Para luego, abandonarme con todos mis naufragios.
Hoy es, con absoluta seguridad, un buen día para morir.
Mi obsesión por la muerte no es, sin embargo, una manifestación reciente,
Comprende el periodo de mi inexistencia, mi nacimiento, mi vida como tal, mi propia
muerte y lo que sigue después.
¡Escuchadme!,
¡Os ruego que me escuchéis!,
No tardaré mucho más en responder.
Soy consciente de mis propios “errores”,
Tal vez demasiado consciente de todos ellos.
El llanto<
Fue realmente doloroso, pero sin duda necesario.
Estos días sin Ti, he fumado y bebido en exceso,
Buscando algo desesperadamente.
Tan solo Poesía para ser inmortal.
Todo parece apuntar a lo mismo.
Todo indica que en esta ocasión las cosas no serán diferentes.
Insostenible.
Afuera como ayer los demonios danzan y se divierten,
Las madres se convierten en Ángeles
Y los esqueletos se bañan bajo la lluvia.
Un pasajero más que se marcha sin haber hecho nada, sin tener una idea clara de su
propósito.
Mi llegada al infierno y el origen del caos
Merodeaban confusos y algo amedrentados, aún no están muy seguros de lo que quieren,
convergen sin embargo, desordenadamente hacia el centro de la ciudad donde habito
ahora. Para ese momento, cualquier esfuerzo por elevado que sea es por demás
infructuoso. Poco a poco han construido su propio infierno, pacientemente han diseñado
las maquetas que definen cada límite, cada breve espacio, la perfección del caos.
Todos convergen hacia ese círculo infernal.
El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta
40
Engañados entre sí. Te he visto entre ellos, he intentado salvarte, ha sido vano.
Desde aquí solo veo algunos Ángeles que han sido liberados.
Prostituta
Luces preciosa.
Pero no me engañas< tienes partida el alma.
Pareces feliz, pero ya no tienes ilusiones.
Si te digo que te amo, ya no lo creerías, además el tiempo es oro.
Estás tan desierta en el mundo como Yo.
Te busco. Solo quiero verte. Me gustan tus ojos.
No tengo más dinero esta noche.
Me gustaría conocerte,
Sacarte todo el dolor,
Devolverte la vida,
Pero es tarde y el tiempo entre los dos ha terminado.
Anónimo
*¡Siguiente!
Diga su nombre y ocupación.*
-No tengo ni nombre, ni ocupación.
No tengo casa, ni familia, ni fecha de nacimiento.
Nadie me espera en algún lugar.
No llevo nada en mis bolsillos-.
*¡Maldición!
Debe comprender que no estoy para bromas, no me haga perder el tiempo. ¿A qué ha
venido?*
-Vine a ofrendar mis ojos para que la gente pueda ver,
Quiero donar mi boca para gritar y besar,
Deseo regalar mis manos para que con ellas se acaricie a una mujer,
Concedo mis pies para quien, los quiera pueda recorrer el mundo,
Obsequio mis alas para soñar,
Quiero entregar mi alma para que alguien pueda sentir, de la forma cómo siento-.
El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta
41
Ausencia
I
No te engañes.
No soy un hombre simple.
Paseo taciturno entre vosotros, intangible. Ergo debes creerme, no soy un hombre común.
Te observo,
Ahora mismo te encuentro leyendo este pequeño fragmento.
Me buscas.
Piensas que es una broma,
Pero estoy allí justo detrás de Ti.
¡Ahora mismo puedes darte la vuelta y comprobarlo!
II
Viajo rumbo a casa en el autobús.
Estoy cerca de la ventana.
Te escucho. Pienso en el poco tiempo que tengo.
Veo la calle, la gente, la lluvia en la tarde.
Algunas miradas con brillo (extraño fulgor) llaman mi atención.
Pero de cualquier forma,
No estás Tú.
III
Asoman.
Primero tímidamente,
Luego bajo la complicidad propia de la noche y sus esferas celestes.
Buscan refugio.
Ahora mismo, se sumergen en la tierra húmeda, la hierba fresca,
Son lágrimas de sangre,
Semillas de rabia y de amor.
El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta
42
Lo inevitable
I
Cuando finalmente lo comprendió todo,
Un frío sepulcral invadió su cuerpo por completo.
La frente sudorosa,
Un rostro demacrado y palidecido por los crueles años de fatiga,
La reacción inminente después de descubrir la terrible verdad
Que le había sido ocultada hasta entonces.
Era una tarde lluviosa de Abril,
Yacía postrado junto a la ventana,
Desde donde divisaba el mundo.
Sus manos habían dejado caer un viejo libro que
Hace pocos segundos había terminado.
Apenas si un rayo de luz llegaba a sus ojos:
Ensimismados y absortos
En pensamientos jamás revelados.
II
Mira:
Es el ensayo de nuestras vidas, el diario de nuestro silencio.
¿Nos pertenece?
Aun no estoy muy seguro de ello.
El tiempo se ha servido de lo sublime,
Y mientras tanto continuamos aquí
Esperando a que la verdad por fin nos sea revelada.
Despojado del valle, de la belleza toda junta, como si mañana fuese demasiado tarde,
Como si fuésemos a morir,
Y de momento presiento que hemos construido sin quererlo nuestra propia prisión en la
mente.
III
De los escritos y los retratos,
El ensayo de los silencios.
De nuestros silencios.
¿Por qué callamos lo que realmente sentimos?
El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta
43
Es el temor sin fundamento de quedar expuestos a la fragilidad de nuestra condición
humana.
Nada existe en la consciencia, más
Que aquello que no hemos sido capaces de definir,
Lo que es infinito y a su vez extraordinariamente eterno.
Escapémonos
Déjame bailar contigo solo una vez.
Eres la más bella mujer,
Déjame rodear tu cintura,
Aferrarte a Mí,
Solo esta noche,
Escapemos del mundo,
Que nada más nos importe,
Que el cielo y la tierra se desgarren.
Déjame fundirme,
Aniquilarme en tu cuerpo desnudo.
Déjame lanzarme al vacío,
No importa que mis alas resulten dañadas,
Déjame robarte un beso con todas las fuerzas de mi alma.
Y luego,
Déjame morir junto a Ti.
Presentación
A Kathe.
“Para quienes creen saber lo suficiente de Sí mismos
Y para quienes no tienen ni puta idea de nada”.
I
Me desperté y bebí un trago para comenzar el día.
Vi a los idiotas deambular por las calles
Presurosos, confusos, temerosos,
¡Tantos imbéciles y tanto por hacer!
El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta
44
II
Su rostro tieso, rígido.
Fragancia de flores muertas o brisa de ocaso, tristeza de la tarde.
Fantasmas que mueren, demonios que nacen< todo reside en la mente del asesino.
III
Señoras,
Señores.
Dispensen mi repentina, mi inesperada intromisión.
Os ruego un instante su atención.
¡Miradme bien, todos, por favor!
Miradme fijamente.
De tal forma que la memoria jamás olvide mi rostro
(Que puedan percatarse de cada detalle).
Observad mis ojos
¡Vedles bien!
IV
(Introducción de música clásica)
¡Oh!
¡Cuánto lo siento!
Creí que alguno me reconocería.
No ha sido así.
De cualquier forma no importa,
No importa que no podáis recordarme por las cosas que hice en el pasado.
Sólo quería saber si, pese tanto tiempo, era posible avivar mi recuerdo en vuestras frívolas
mentes.
Pero ya sé bien que es improbable.
No os preocupéis,
No olvidarán lo que tengo planeado hacer en el futuro con Uds.
El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta
45
Poesía para la Muerte
(Loco suicida)
Hoy que no soy más que los vestigios de mi desolación, me embriaga un elevado
padecimiento, aguarda silencioso, asecha en los viejos sauces de mi olvidado Edén.
Hoy comienza mi retorno,
Ya no quiero saber nada más acerca del mundo.
Te extrañaré.
Porque te amo.
Lo sabes.
Ayer le pedí a Dios que te cuidase.
Ahora me aguardan las horas más bajas,
Los valles, los pantanos de este Paraíso de los Demonios.
La muerte luce bella,
Me seduce,
Se acerca a Mí.
Me besa con sus delicados labios de jazmín.
Me muerde salvaje,
Espera un breve instante,
Sonríe lasciva.
Tiene planes para Mí.
La tomo por la cintura,
Mientras se resiste débilmente.
La muerte se ha enamorado de un joven poeta con el rostro de niño.
“Ahora comienza el viaje sin retorno”:
Me anunció un tétrico cementerio.
Árboles muertos,
Lluvia asesina.
Algunas ramas secas sobrevienen en la tierra húmeda y estéril.
Muerte,
Me abrazas desnuda y frágil,
Estás triste, ¿Sabes?
Eres mi Ángel.
¡Espera!,
Olvidé en la tierra a quien amaré por siempre.
Estarás conmigo,
Al final, mi tristeza es tanto tuya como mía.
Y por eso me amas.
El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta
46
Me dices que soy tu poeta,
El Poeta de la Muerte.
Soy un vagabundo solitario.
¿Recuerdas aquellos días violentos del pasado?
Simplemente me marché.
Te amo en secreto,
Quise asesinar todo el amor para no sufrir más,
Tener un corazón como el tuyo,
Que nada puede penetrar.
He sido vencido.
Ahora la muerte se ha enamorado de Mí.
Preguntas que ¿Por qué estoy aquí?
¿Por qué sigo en este horrible infierno?
Tal vez sea por Ti.
Por las horas que restan.
Me levanto en silencio,
Ocultando mi rostro con una máscara diferente todos los días.
Atravieso los vestíbulos de la muerte,
Pronto recorro la antigua galería, el viejo teatro que se cae a pedazos.
Cabellos desordenados, rostro estacionario, ojos perdidos.
La muerte me reclama como suyo y me desea junto con mi poesía.
“Mi deidad ha sido profanada por los dioses”.
Mi rostro en la galería.
Mi rostro en el fuego.
Justamente, vi antes ese rostro en el fango,
La luz acaricia mis ojos como portales,
Solo tu amor puede decirme si estoy realmente vivo.
Botas ensangrentadas,
Puños llenos de rabia,
Rostro de niño.
¡Estoy vivo y soy humano otra vez!
El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta
47
Para Ella
Siendo tan diferentes
Decidí acercarme a Ti.
Escuchaste mi tímida poesía, sin tener ninguna obligación,
Mi canción temblorosa,
Mis dibujos con trazos inseguros.
Inclinaste tu cabeza en mi hombro,
Te besé en secreto.
Ahora debo dejarte partir.
Debo quedarme solo.
Volver a ser quien siempre fui,
Quien siempre seré.
Te escribo esto antes de conocerte.
Lo escribo solamente para Ti.
Cuando lo sientas en tu corazón quizás no estaré allí,
Pero no dudes que fue verdad:
Te amé.
Te escribo esto desde mi soledad,
Desde mi elipsis.
Ahora no me necesitas ya.
Pero recuerda que
De precisar a alguien que te ame de verdad,
Puedes pensar en Mí.
Deseo y Destrucción
Tu carne.
Tus besos,
Mi cuerpo penetrando tu cuerpo.
Cuánto te amé:
Hermosa mujer.
Tus senos en mis manos,
El placer y el amor.
Las flores sobre la cama vieja,
El vino y el pecado.
Tus lágrimas y mi habitual tristeza.
El deseo y la destrucción.
Nuestros gemidos,
El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta
48
La noche<
Un te amo.
Fuimos felices por ese breve instante eterno.
Si la muerte ha de venir
Si la muerte ha de venir, si ha de arrebatarme la vida sin contemplaciones, sin treguas, si
acude hasta mi lecho para conducirme por las moradas ineluctables de su reino, que no
me halle, sin haber acometido todos los combates posibles. Sin importar el resultado, que
no me encuentre sin ganas de vivir, que pueda devolverle la sonrisa a las horas más bajas
que aguardan implacables, que le cueste despojarme de todo lo que he vivido, por lo que
he creído y me he levantado, que llegado el momento, el instante definitivo de nuestra
existencia, pueda abrir mis alas y volar hacia el sol, que mi pecho incontenible agote hasta
el último latido de mi corazón. Que no le quede duda, de que a mi modo, he vivido este
tiempo limitado con toda la intensidad de mi alma.
Locura
Mañana gris.
Me levanté furioso y herido,
Mientras el circo de la miseria abría el telón otra vez.
Disparos, combates, dolor, muerte y destrucción.
Tengo la extraña sensación de silencio
Que se suscita
Cuando el asesino huye:
Ángeles que cantan
Y un dios que sonríe.
Cuando se es prisionero de la locura comprendes a la perfección que eres un alma
pasajera. Viajas a los lugares menos imaginados y sonríes plácidamente a toda una
multitud de extraños que, jamás pensaste conocer. Luego te proyectas hacia los vividos
recuerdos y llegas al encuentro con el olvido. Mientras tanto, el sujeto que permanece
aislado y recluido es inyectado periódicamente<
Existen periodos eventualmente caracterizados por tranquilidad.
Es un paciente amable –dicen-
Pero no te fíes<
A continuación se sucede la furia.
Las calles<
El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta
49
En esta tarde lucen vacías.
Una brisa suave se lleva las hojas del otoño.
Un último rayo de sol.
Luego la noche.
Puedo ver mi rostro de niño en la ventana
Desde donde te veo a Ti.
Sus besos
Me ha besado.
Su beso ha florecido lento, delicado y prolongado.
En principio su beso ha sido tibio, nervioso, agitado, tierno.
Luego se ha tornado deseoso, irresistible, dominante y febril.
Ella enloquece.
Puedo sentir el aroma del campo, la fragancia de las flores, la tierra húmeda,
La hierba que crece.
Sus besos saben a vida, a juventud, a cielo,
No importa que llueva,
No importa que sus lágrimas se fundan con las mías,
Me besa interminablemente.
Ella me amó demasiado,
Ahora se ha convertido en una estrella.
El combate
¿Cuándo supe que estaba muerto?
Supongo que cada momento.
La tumba y las flores fueron una buena evidencia.
Finalmente,
Soy un poeta de la muerte,
Un poeta de la obscuridad,
Estoy aquí en el Paraíso de los Demonios,
Tú siempre serás mi diosa.
Aunque ya no estés aquí.
Lejos escucho el ladrido de los perros, cerca de los acantilados.
Mil demonios han sido liberados.
Es hora del combate.
El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta
50
Memorias de un joven poeta
“Cuando mueres, ya nada m{s importa. Nada excepto tal vez el momento”. No puedo
decir con exactitud que estar muerto duele, lo que si sientes es una extraña y apacible
melancolía. Queda apenas un leve recuerdo intermitente. Lo que si sabes con absoluta
certeza es que has muerto y aunque despiertes nuevamente tu mundo es gris ahora. Se
siente mucho frío. Me sucede que escucho una suave melodía en lo profundo del alma, es
una canción triste. Me la paso observando el atardecer, en la lejanía veo el sol ocultarse. Si
estuviese vivo me gustaría que observaras junto a Mí la belleza de este ocaso o cada nuevo
amanecer, te aseguro que uno solo puede sentirse conmovido por tanta perfección. Aquí el
tiempo no cuenta, el tiempo es la eternidad. Eres viajero en busca de recuerdos, un poeta
extraviado. He besado por última vez tu frente. Eres mi Ángel que descansa plácidamente
entre mis sueños. Debo despedirme. Me marcho. Retorno por los mismos pantanos que
ayer definieron mi trayecto. Y del poeta de rostro de niño, solo resta el silencio de un
vagabundo que moriría por verte feliz. ¡Escucha! Esta vez las campanas doblan por Mí.
Como un dios que busca su rostro imaginario,
Ahora habito entre vosotros.
Aún guardo algunos recuerdos
De lo que fui.
Estoy enfermo.
Estoy loco.
Y estoy mal.
El demonio que habita dentro de Mí se agita. Ha esperado paciente, ha dejado el mundo
humano, ya no necesito reprimirle, contenerle, ahora será irremediablemente liberado. Yo
desapareceré entre los recuerdos de aquellas cosas que tanto amé. Daré lugar a su
existencia, renunciando a la mía tramo a tramo. Deambularé como un sombrío fantasma,
vagando entre góticas calles.
¿Soy un demonio?
Ya no soy Yo.
En todos los rostros humanos no veo más que demonios.
Según lo creo Yo mismo también soy ahora uno de ellos.
‚Soy un niño cuando quiero ser dios
Y un demonio cuando quiero ser hombre‛.
¿Cuál es la diferencia?
¿Cuál es la maldita diferencia?
Estuve aquí desde el principio de los tiempos,
Sé bien cómo empezó todo.
Estoy aquí entre vosotros ahora
El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta
51
Y sobre-existiré cuando llegue el final que sé:
Cuándo y cómo habrá de llegar.
Ahora puedo vivir en mi mente y también en mentes ajenas.
Te espero
Me haces daño. Lo sé.
Y sin embargo< aquí estoy, junto a Ti.
Aguardo en silencio, en la oscuridad de mi alma,
En los abrojos de mi aflicción,
En esta pálida tristeza,
En la vida que atardece,
Te espero aun cuando no existen promesas,
No existen esperanzas,
Aun cuando el dolor es insoportable,
Te espero pese a que no volverás.
Te espero.
Es la única razón para continuar.
No me queda nada más que esperar.
Piano
Atravieso silencioso el viejo vestíbulo.
Paso sin demora por la galería,
Llego al salón principal.
Estoy muerto, me he percatado varías veces ya.
De eso estoy completamente seguro.
No es esa, sin embargo, mi mayor aflicción.
Nunca te dije lo que significabas para Mí.
Las palabras siempre fueron insuficientes.
En este museo de arte moderno, me aguarda un gigantesco piano.
La intensidad de tu sonrisa se dibuja en mi memoria,
Con cada trazo intermitente.
Bailas en la noche con tu vestido blanco,
Danzas sin Mí.
Mis manos se estremecen.
El alma se sobrecoge.
Pienso que estás junto a Mí.
El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta
52
Que tus brazos me rodean.
Que me abandono a Ti.
Que te pertenezco por siempre.
Que una canción que comienza triste
Termina feliz.
Y de repente me encuentro solo,
Tocando el piano,
Una poesía sin palabras,
Est{s con vida y eres feliz<
Y Yo estoy muerto y te amo.
Mi canción es apacible,
Cada sonido habla de Ti,
De tus manos<
De tus besos<
Le diste sentido a mi vida,
Y tanto amor te tengo
Que le das sentido a mi muerte.
Tan solo,
Si pudieses escuchar el piano.
Es un lienzo que traza la luz de tu rostro,
La brevedad de los instantes felices,
La constante búsqueda de un alma atormentada
Que solo encuentra paz a tu lado.
De mi decisión de dejarte ir,
De esta pluma con la que describo cada acorde,
De estas dilatadas horas de ausencia,
De la escultura de tu vientre,
De lo mucho que te extraño.
De la adversidad y del cansancio.
La intensidad de una poesía que nunca pediste
Y que no obstante, se ha escrito para Ti.
Las cosas que se extinguirán con el Alba
Podría entrar y salir de tu mente, a voluntad,
Con una facilidad que no darías crédito.
Puedo coexistir en mi propia mente y también en mentes ajenas,
Puedo leer tus más oscuros pensamientos,
El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta
53
Sentir todo cuanto llevas por dentro.
Incluso puedo explorar aquello que ni siquiera conoces de Ti.
Acabo de recibir una herida mortal.
Como quiera que esto termine solo acaba de empezar.
Buscamos afanosa, desesperadamente una respuesta en lo sobrenatural.
Pronto
Tu perfecto y patético,
Tu vasto mundo de ilusiones,
Llegará de forma inexorable a su final.
¿Qué será de Ti cuando se extinga nuestro resplandor?
Demasiado brillo en los ojos.
Demasiadas luces en la ciudad.
Al caer esta noche
Varias cosas serán aniquiladas con el alba.
Por ejemplo:
La primavera y la fatalidad,
Mis ganas de vivir,
Lo irreparable y lo teatral,
Mis más profundos deseos de venganza,
Mis ganas de escribir o de matar.
Las cosas más bellas de la vida duran poco
I
Cuando niño poeta
“Las cosas m{s bellas de la vida duran poco” o al menos eso es lo que he percibido.
Inmediatamente me asalta este pensamiento viajo sin prisa por las calles del viejo pueblo
de la infancia, de casas que se desmoronan por el paso irreversible de los años, de puertas
de madera carcomida, de hombres campesinos de mirada triste y mujeres tejedoras de
sombreros y de ilusiones, de otro tiempo. Y ahora mismo, recuerdo las viejas ollas de barro
y carbón donde la abuela cocinaba mientras caía una tarde como esta. Viene a mi memoria
el respetable abuelo a quienes todos conocían y saludaban con alegría, entre tanto,
caminaba presuroso sujetando el racimo de verdes de un lado y del otro, aferrándome
El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta
54
seguro en medio de sus callosas manos. Siempre fuerte e invencible como nadie que
recuerde hasta estos nuevos tiempos adversos. Y cuando todo parecía ser fácil – o todavía
habitaba en Mí, un ápice de inocencia- como si de una pintura se tratase, se sucedía en
silencio un ocaso exuberante donde el firmamento todo, lucía su más amplia gama de
matices comenzando en rojo, tiñéndose de anaranjado, violeta y el más azul de los cielos
que haya visto desde entonces. Y mientras la cuidadosa existencia de esta suerte de
milagros se presentaba ante mis ojos de niño, el sonido del último tren despertaba mi
curiosidad en cada leve detalle: desde la fumarola que se fusionada con el aire hasta el
rostro de las personas que llegaban de viaje. Sus facciones con multitud de expresiones
fueron mi primera impresión de que el mundo era un lugar de gran variedad de
contrastes, de pequeñas alegrías en rostros tristes, lágrimas de felicidad y de desconcierto,
hasta el amor entre almas inverosímiles.
Las tardes en este pedacito de tierra donde todos se conocían y respetaban me llenaban,
sin embargo, de una extraña melancolía prematura, que habría de explicarse más adelante.
El aroma de los árboles y de las flores que se duermen mientras el sol se ocultaba en el
lejano e implacable horizonte donde un corazón frágil, que no conocía todavía lo
vulnerable buscaría refugio. Entre tanto, me embriagaba de una canción que se
reinventaba cada día, del infatigable tic-tac del reloj, de un ave atravesando el mundo, de
la primera vez que sentí deseos de volar, de ser libre, de cerrar mis ojos y sentir la brisa en
mi cara, de extender los brazos tranquilo, sin miedo, sin vacilación, sin esperar nada más
que este instante, como si fuera eterno. Cuando abría mis ojos me parecía un renacimiento,
era de noche y estaba en casa de nuevo. Lo mejor de la noche era sentarme en el techo, sin
importar el frío y contemplar el sigiloso brillo de las estrellas, contrario de lo que se pueda
pensar, nunca despertaron mi curiosidad, solo me gustaba contemplarlas absorto, en
silencio. Me agradaba observar las pequeñas luces que hacían intermitencias en el cielo.
No me interesaba conocer su misterio, era suficiente para Mí ese breve instante de belleza
que me ofrecían gratuitamente antes de ir a la cama y quedarme completamente dormido,
exhausto por la faena de aquella infancia sin retorno.
Mi primera idea de “Ciudad” es que debía ser un lugar grande. Debía tratarse de un
espacio donde todos conseguían hacer sus sueños posibles, y esta extraña fascinación
terminaba llevándose a una gran cantidad de personas que, de regresar, jamás volverían a
ser las mismas. Así que, mientras, para casi todos a quienes conocía, la ciudad era la
especial puerta de las oportunidades, para Mí se convertía en un lugar peligroso, porque
una vez alcanzados los sueños la gente cambiaba y ya nunca más volvía a ser como antes.
Me mantuve, hasta donde fue posible alejado de la ciudad, en su lugar, prefería dibujar los
tres rayos de sol que se introducían tímidamente, por las apolilladas cortinas de la casa, el
ruido de las viejas tablas de la sala, el vaivén de la hierba verde en el jardín y, las hojas
secas que revoloteaban haciendo círculos en el andén de la esquina. Jugar con canicas y
barro, reír con los amigos mientras saltábamos charcos y observarla en secreto, sin que se
diera cuenta, sin que supiera que mi corazón latía más fuerte y rápido cuando Ella se
El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta
55
acercaba, cuando pronunciaba dos o tres palabras, cuando me detenía un segundo en su
sonrisa.
El amor me había llegado poco a poco, sin darme cuenta, sin comprender sus
implicaciones, sin advertir su verdadero poder. El primer amor, ese que le negaba sentir a
todo el mundo, cuando Yo mismo sabía en silencio que estaba perdido sin Ella. Lo supe
cuando contemplé la luz de sus ojos, me conmoví al tratar de entender lo que pasaba en
medio de mi pecho y al describir el color de esas dos estrellas por las que había sido
inexorablemente fulminado. Ya la había visto antes, pero en aquella ocasión introdujo un
hermoso veneno en un rincón otrora vacío e inexplorado de mi alma. El sabor del amor me
produjo inquietantes y nuevos sentimientos, alegría cuando se encontraba cerca, ansiedad
cuando no la veía y al final una increíble tristeza. Por mucho que intentase distraerme en
mis habituales asuntos, era imposible desprender de Mí, la calidez de su rostro y su
presencia toda junta. Resultaba extraño que la magnificencia del cielo, el sonido del tren, la
intermitencia de las estrellas, el aroma del jardín de casa, la compañía de los amigos, el
barro y las canicas habían perdido gradualmente su convencional trascendencia. El mundo
giraba a mí alrededor y todas sus maravillas, grandes y pequeñas pasaban inadvertidas,
mientras el corazón y la mente iban tejiendo ilusiones en las que caía interminablemente
extasiado con la noche como única y solitaria cómplice literaria. Ahora que lo pienso con
detenimiento, el amor y el mundo son dos asuntos considerablemente extraños.
II
Y Pasaron 17 años
Quisiera volar<
Aunque sólo sea por un breve instante.
Hoy me he vuelto a levantar de la cama.
Sin comprender realmente por qué.
Supongo que estoy harto de perder mi propia batalla personal en contra de la soledad.
Merodeo por las frívolas avenidas concéntricas de la afligida metrópoli, que despierta
entre el tráfico y el reloj, me detengo a observar a la gente que corre a estudiar o al trabajo
mecánicamente. Llevo un cigarro a la boca, (no sabía que los muertos podíamos fumar),
estoy tranquilo; dejo escapar el aliento y pienso en su ausencia como un acto de
consecuencias irreparables. Nadie parece notar siquiera mi presencia, paseo desprevenido,
me hallo taciturno, melancólico, empedernido, en el fondo del abismo, me desplomo; no
supe exhortar mi vuelo, destrocé mis alas, de ellas, no queda nada más< Ahora no podré
volar.
El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta
56
Cuando quieres morir,
Quieres sentirte liberado,
Quieres olvidar, quieres volver a nacer<
III
A la mierda con todo, soy un alma errante
Ella prometió anclar con el ocaso; pero sus alerones no asistieron a mi teatro subliminal<
Sé que no llegará al acto; la escena vacía, por lo tanto, esta parte de la obra quedará
inconclusa. De todos modos no tiene trascendencia ya, así como ya no me interesa nada
más de este maldito mundo.
A mi lado, una botella, casi vacía, de amargo licor me hace compañía, el cielo se cubre de
rojo escarlata, mientras el sol se hunde y sobreviene la noche insoportable; un bello ocaso
se interrumpe inmóvil para atestiguar a un hombre en la orilla del mar deseando morir.
De nuevo, llevo a mi boca el viejo cigarro, el aliento deja escapar una fumarola
atolondrada, que describe en su curso impredecible, extrañas figuras danzando hacia lo
alto, que se van difuminando, igual que los restos de mi alma estridente, anhelando ser
libre e intentando rescatar algo que se creía perdido por mucho tiempo, algo de lo que, en
realidad, ya no tengo memoria, algo que por más que intento, no consigo recordar. Por
eso, te escribo cada cosa; hasta la más pequeña, todo detalle de una maltrecha obra de
dolor. Pretendo consignarlo en mi libreta de apuntes; intento percatarme de cada segundo
que pasa aniquilado, como nosotros ahora; que huye de Mí para convertirse en pasado y
encontrarse así con lo desconocido. Intento imaginarte a mi lado, como sé bien que no
sucederá. Como un enfermo, cuyo consuelo estriba en soñar dentro de la peor de las
desesperanzas, buscando asilo y alivio; tratando inútilmente de aferrarse al más
insignificante de los recuerdos, a otro tiempo y lugar, que emergen cada vez con menos
intensidad y nitidez; cada vez, por cierto, más distante, en lo que queda de una mente
confundida y lánguidamente articulada a un alma errante.
Como verás, esta no es una historia de amor, todo lo contrario, aquí el desamor hace de mi
alma su casa y su guarida, y el dolor es su centinela constante; queda poco tiempo y la
memoria abandona rápidamente los recuerdos para convertirse en olvido, poco a poco
siento la presencia de la muerte que me besa con sus bellos labios, que me habla en tono
de fúnebre poesía, que me dice que mi hora de partir ha llegado.
Alguna vez, no hace mucho de esto, te escribí una canción de amor, pero murió llena de
odio, como si en esencia se hubiese podrido; desde entonces andaba solo, era mejor
explorar el desierto sin nada más que perder, pero pronto descubriría que siempre eres
débil, siempre puedes volver a caer, volver a sangrar< volver a perder.
El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta
57
Bebía<
No tenía nada mejor que hacer, salvo escribir. Una suerte de ángel que intentó volar pero
rompió sus alas y cayó al abismo< Me la pasaba las tardes en casa, escuchaba rock y me
reclinaba en un viejo sillón con un cigarro y una cerveza, para terminar leyendo poesía
francesa, luego, al final, terminaba por elevar alguna oración a la muerte. - ¡Estoy
terriblemente jodido!-, -¡Qué mundo de mierda me tocó vivir en este momento!-.
¿Qué puedo escribirte?, para Mí siempre será fácil caer en los abismos depresivos de la
nada, adentro siempre emerge el llanto, afuera puedo conservar una máscara con una
sonrisa idiota para todos, siempre será un misterio la secreta forma de engañarnos.
¿Pero qué demonios estoy diciendo?,
¿Estoy muerto?,
Por supuesto, eso ya todos lo saben y pueden comprenderlo.
Es solo que, en ocasiones, es difícil aceptarlo.
No puedo sonreír. Esa fue la primera pista.
Tenía 23 años, llevaba el cabello largo hasta la barbilla y vestía siempre de negro. Me
acompañaba una guitarra del mismo color y caminaba bastante con unas botas realmente
viejas, escuchaba rock, por alguna razón, a poca gente le venía en gracia esa música,
supongo que culturalmente nos hacemos a otra clase de símbolos para buscar nuestra
independencia. En fin, para Mí era como si fuera el reinado de la ignorancia y la retirada
de todo arte. Viajaba tranquilo tratando de cicatrizar una herida de amor reciente, pero era
fuerte, de modo que la poesía y la música me servían de salida. Estudiaba en la
Universidad y buscaba una suerte de milagro; quizás alguna chica que me sacara del
fango y me transportara al paraíso, ansiaba violentamente creer en el amor, porque a decir
verdad esa declaración en particular se me estaba extinguiendo.
Eran los primeros días del joven poeta, antes; para simplificar, podríamos referirnos a un
tipo normal, sin mayores percepciones que las del común, tanto en la cabeza, como en el
alma. De todos modos, en aquella época el espíritu no había sido revelado aun. Existe una
secreta tendencia a morir joven, una fascinación subyacente. Es como si una especie de
fuerza destructiva se apoderara de lo creativo, y como si uno se cansara definitivamente
de todo. Ya no es necesario reincorporarse en absoluto. Vivía expectante, empezaba a
encajar mi atención en los detalles imperceptibles, en las cosas que suelen pasar
desapercibidas para el universo y, que por ende, suelen dejarse olvidadas, desprovistas de
su propio milagro. Encontré que la mayor parte de las veces, eso era finalmente lo más
relevante, pero era inútil tratar de despertar a los demás del letargo, en fin, uno busca
espacios como la música y la poesía que converjan a los imperiosos espíritus redentores,
de ahí, que estas artes puedan fusionarse, con extrema facilidad, ¡Claro! tienen un
propósito más elevado que el del simple entretenimiento.
El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta
58
IV
Un habano necesario
El viento, de abajo hacia arriba, azotando mi propio rostro imaginario, los brazos
extendidos de par en par, ojos cerrados, imaginar que se tiene alas y se asciende, una
sensación estática, serena, ligeramente feliz, como quien se descarga de todo el peso, como
quien se arranca todas las ansiedades absurdas, como quien empuña todo lo que le abate y
le lanza con potencia al infinito. Un instante de liberación. La caída. Después del ruido, el
rápido dolor, la obscuridad y, más tarde, el silencio brutal.
¿Quién eres?,
¿Qué haces aquí?,
¿Por qué estás aquí en este tiempo y espacio?,
¿Qué putas te hace tan diferente?
Siempre me he cuestionado esto mismo, a cada instante, desde que tengo memoria, (no
uso de razón, esto es obvio), en especial porque siempre muero y renazco, porque a falta
de otra palabra que se aproxime a definir lo que experimento incesante e inexorablemente:
soy eterno, pero envejezco, y es irremediable.
Sujeto a una pérdida de conciencia la mayor parte de las veces; subyace para Mí un
conjunto de infinitas percepciones y formas de aquello que buscamos, de quienes somos y
eventualmente podríamos ser. Nos hacemos viejos. Esto que vivimos no durará por
siempre. Que la ignorancia se hace frágil con el tiempo< puede que solo sea una señal
inequívoca de estar siempre equivocados. ¿Por qué recurro tanto a la muerte?... ¡Maldita
sea!, he visto cómo cambia el mundo desde el comienzo, no recuerdo con certeza qué
sucedió pero de continuar así, probablemente pueda ver el final de todo esto, no sé qué
habrá de suscitarse después, no puedo predecirlo con exactitud, pero si alguien puede
observarlo y sobrevivir para meditarlo, para bien o para mal seré Yo; ¿Se trata acaso de un
experimento?, ¿Algo más existe al final?... Es posible que pronto, todo quede al
descubierto y reducido a cenizas. Mientras tanto; un habano es todo lo que necesito.
La mente es un sub-mundo de poderosas reflexiones, algunas veces puedes llevar tus
ideas a escenarios donde todo es perfección y el paraíso hace todo posible; pero la mayor
parte, el infierno hace de cada quien su eterno prisionero. Puedo verlos, me basta precisar
un rostro y el brillo de sus ojos para entenderlos, porque los comprendo, logro hacerlo y al
mismo tiempo es por eso que tanto los detesto.
El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta
59
Ahora ¡Por fin! nuestro último cielo
Para nadie en absoluto
Ahora me detengo en este indefinible ocaso; me pregunto si en este momento sería posible
que puedas observar el bello cielo que aquí se proyecta, desde donde quiera que estés.
No sabes cuánto deseo dedicarte esta vida que pasa veloz.
No sabes cuánto te he buscado. No sabes cuánto te he amado mientras caía en el vacío,
silencioso y perdido.
Si estuvieses aquí, solo un instante, no podría ser más feliz.
Mis heridas sanarían de inmediato.
Podría olvidarme de quién soy por completo para cuidarte.
Podría lanzarme al abismo sin miedo, podría volar justo antes de tocar fondo y finalmente,
me elevaría para llegar a Ti.
Obertura
Para mi amigo Alex
*Un hombre, casi un espectro, vaga encerrado en medio de cuatro paredes pintadas de
blanco y salpicadas de sangre, una vez más ha vuelto a golpearse el rostro contra el propio
suelo, una vez más ha despertado a los asistentes del psiquiátrico, una vez más ha
perturbado la calma de todos los pacientes y ahora una vez más grita lo mismo incansable
y frenéticamente: -“Entonces el hombre creó a dios y dios creó al hombre, luego el hombre
se olvidó de dios y dios se olvidó del mundo”-.
Es viernes. Viajo en taxi, en verdad ni siquiera imagino que hoy en la noche escucharé sus
últimas palabras en medio de un llanto lleno de rabia y de dolor, llego a casa cansado, no
he dormido; tampoco tengo sueño, no he comido nada, tampoco tengo hambre, enciendo
la tele y veo la misma basura de siempre, mientras tanto, Él ha despertado. Camina
tranquilo en medio de su cuarto, sabe que no podrá ver su rostro en un espejo porque, por
su propia seguridad, ha sido retirado, sabe que ya no tiene un lápiz en sus manos para
escribir lo que siente, porque puede convertirse en un instrumento para infringirse daño, y
sabe con certeza que hoy es su último día en la tierra, a diferencia mía que, permanezco
exhausto sin sueño en un viejo departamento que se cae a pedazos, que reside en un barrio
peligroso, en un suburbio, que es una suerte que nada grave me haya pasado hasta el día
de hoy.
Su muerte me dolerá porque compartimos algo: Su visión del orbe en el que ambos nos
encontramos es casi la misma, obscura y terriblemente desesperanzadora, pensé en ello el
El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta
60
lunes cuando salí del trabajo, la gente viajaba en medio del caos, comprando, vendiendo,
aguantando las ganas, los golpes, las heridas, Yo también estoy exhausto, pero mi
paciente, que percibe el mundo exterior con mayor agudeza, ya no quiere seguir
soportándolo más, desea darse por vencido, he tratado de animarle pero todo esfuerzo ha
sido inútil, incluso he pensado en alejarme porque su obscura visión de las cosas ha
comenzado a perturbarme inusitadamente, porque para Mí, las cosas no son mejores, ni
hoy, ni en un futuro cercano.
Ahora, que la inconciencia me ha envuelto en una especie de letargo, presa del sueño,
muero por un rato; luego, sin haber caído por completo en lo más profundo del abismo,
algo me rescata, pero me molesta, ¿Acaso parecen no entender que ese instante era
necesario?, despierto, contesto de mala gana el teléfono y de inmediato, sé que es urgente,
que aquel hombre que para bien o para mal, es mi paciente ha colapsado. El psiquiatra de
turno ha sido la propia persona que me ha llamado y, eso solo nos deja la opción de una
nueva escena difícil para todos en aquel sitio decadente, el asilo a las afueras de la
metrópoli, el infierno en la tierra.
Al llegar, el hombre todavía sigue gritando, pero ahora me ha observado y parece
calmarse, luego me dice: “Dios ha Huido del mundo”, una frase que estudió en Alfred
Von Martin, para fijar su mirada de odio en todos los presentes y sacudir su cabeza por
última vez contra el suelo, con una violencia tan desesperada como aquel que no puede
convivir consigo mismo un segundo más. El impacto le habrá de destrozar la zona frontal
del cráneo, su cuerpo será conducido como cualquier otro al laboratorio 15, que hará las
veces de anfiteatro y, poco después de los exámenes e informes de rigor, será confinado
como uno más al sepulcro de los malvivientes en este detestable lugar de la tierra.
Aún recuerdo la imagen del impacto, la angustia en su rostro y sus ojos en los míos antes
de acabar su último ensayo, la sensación se ha quedado guardada en Mí, una muerte más
en mi lista de humanos, pero esta me duele en el alma, porque en otro tiempo pudo ser
salvado.*
-Es lo último que aparece en su diario, después de esto no volvió a escribir nunca más. El
tipo se lanzó del apartamento hasta impactar contra el asfalto, en mi opinión el tipo quedó
demasiado tocado-
-¡No se te paga por opinar Montes!, ¿Lo entiendes?... ¿Es claro?-
-Si señor-
El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta
61
Es solo un hombro dislocado
Mi victima yace en el suelo y está a punto de rendirse. Estoy presionando su hombro y
basta un movimiento sutil para dislocarlo. Por supuesto, sé a la perfección que sufre, sufre
de una manera inimaginable, intensa. Desde esta posición particular, puedo infringir el
mayor daño posible con, tan solo, un mínimo esfuerzo. Soy médico. Estudié medicina con
el propósito de conocer todos los puntos que hacen vulnerable a un adversario. El hombre
grita desesperado que se rinde. El público vocifera furioso. Su eco no me molesta. Sonrío.
Desgarro el brazo del oponente. Inmediatamente rompe en llanto. Una vez más he
vencido. Reclamo el dinero. Voy a la ducha, escupo la sangre. Reviso las heridas, no son
importantes, ninguna realmente lo es. Salgo a la calle; precisamente una ambulancia se
lleva al desafiante en camilla. Parece grave, no siento remordimiento alguno. Ahora la
ciudad nocturna habrá de deleitarme con todos sus bajos placeres.
Percepción
“Eliminemos por un instante nuestra limitada visión del mundo y seguramente
descubriremos cu{n equivocados podemos estar”
Mi libertad
En un medio como este, uno busca algo que pueda ser liberador, un catalizador del alma,
del cuerpo y del espíritu. El Rock por ejemplo, necesita de la literatura y para ésta, es
imprescindible la poesía. Puedo encontrar la libertad entre tus piernas, en tus senos firmes
de diosa virgen demente, de alquimista del fuego o, podría sencillamente, transgredir las
sensaciones subliminales delineando tus alas y tu rostro, con ese cuerpo de palabras y
saliva; recorrer una y otra vez, con manos temblorosas, ese caudal de deseo inagotable y
exuberante que Eres, esta magnífica noche que vuelvo poesía, que se funde en literatura,
que acaricia sinfonía. El cine, por su parte, me permite observarte fijamente, demoniaca y
lasciva, en medio de la seducción y las visiones de un museo gótico, rodeado de
novedosos trazos eufóricos. Envolver los espectros de cintas y carretes que esperan
pacientes el contacto con mis dedos, provocar tus besos desnudos y el aliento de tu boca
fría y húmeda, que regula la temperatura de mi pecho abyecto, un viaje sórdido para
descubrirnos insalvables y en caída libre, un escenario para concederte satisfacción en
cada profundo y retorcido apetito. Pensar que tu revolución sin hechos concretos me tiene
sin cuidado y, que podríamos correr el riesgo de representar tantas veces el mismo papel,
que terminaríamos por ceder, nuestra existencia a nuestros propios personajes y el teatro
físico, que les proporciona asilo.
El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta
62
La buhardilla
Casa grande. Casa vieja que se cae a pedazos. Soy un niño que sube las escaleras a toda
prisa, para luego deslizarse ágil por las barandillas celestes e inconformes. Soy la
tormentosa amenaza de floreros y ventanas cuando retozo irreductible por la antesala.
Luego, emerjo hacia la acera agrietada y me detengo curioso en el trayecto sigiloso de una
hormiga y su pesada carga. Cansado me quedo observando la calle gris. Por un buen rato,
nada sucede. Entonces la veo pasar por vez primera, sin reparo. Ella, que sujetaría mi
mano con fuerza, que tiempo más tarde, siendo un adolescente agitado, me daría el primer
beso lujurioso. Ella, que gustaba de poesía y de teatro. Ella, que revolucionaria se
declararía en desacato frente a opresiones familiares y del gobierno. Ella, que me enseñaría
a fumar hierba y beber vino. Ella, que ligera y sin timidez, sobrevendría desnuda en
nuestro secreto lecho improvisado, en aquella vieja buhardilla; donde más tarde se darían
cita los incipientes deseos de la carne clandestina. Ella, malhumorada, sin ganas de verme,
hermosamente conflictiva, sin intenciones de ser comprendida en absoluto. Ella, siempre
independiente. Ella, que a pesar de todo me amaba. Ella, que conspiraba canciones de
revuelo, que precisó ser libre como los libros. Ella, dueña de un excelso corazón humano,
de una mente profunda y de un alma y espíritu nobles, Ella, que siempre lo negara.
Y el tiempo inescrutable pasó, irreflexivo, insoslayable.
Atrás quedaron los viajes en bicicleta, las caricias escarlatas y la literatura medieval,
olvidamos las promesas de amor y crecimos entre los afanes intrascendentes de cada día,
las fiestas y los nuevos amigos, los compromisos sociales y los informes ejecutivos, las
juntas directivas y demás cosas aburridas de la gente grande.
Nos disipamos. Dejamos que las fauces del mundo moderno usurparan nuestro destino,
extraviamos las fotos y las madrugadas frescas; abrazados, perezosos, irresponsables y
enamorados. Y envejecimos, en la carrera infatigable de lo cotidiano, de los diplomas y los
salarios. De los autos y la ropa de marca. No supimos con precisión lo que perdimos, pero
sabemos que lo hicimos y ahora, lo buscamos desesperados.
Nuestro lecho de amor, escondido en el desván ausente ya de calidez, se aproxima a su
final, una nueva ciudad más moderna se erigirá sobre el pasado. La casita vieja, llena de
amor, poco a poco se quedó en ruinas. Mañana la echarán abajo.
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios
El Paraíso de los Demonios

Contenu connexe

Tendances

Escucha mi voz. Antología de poetas mexicanas
Escucha mi voz. Antología de poetas mexicanasEscucha mi voz. Antología de poetas mexicanas
Escucha mi voz. Antología de poetas mexicanasDr. J. Daniel Garcia
 
Figuras literarias: sinestesia, elipsis y pleonasmo
Figuras literarias: sinestesia, elipsis y pleonasmoFiguras literarias: sinestesia, elipsis y pleonasmo
Figuras literarias: sinestesia, elipsis y pleonasmoNora Guevara García
 
Miradas desde las cuatro direcciones - Vol 4 grupo poesía y escritos poéticos...
Miradas desde las cuatro direcciones - Vol 4 grupo poesía y escritos poéticos...Miradas desde las cuatro direcciones - Vol 4 grupo poesía y escritos poéticos...
Miradas desde las cuatro direcciones - Vol 4 grupo poesía y escritos poéticos...Enrique Posada
 
105401370 los-poetas-malditos-paul-verlaine
105401370 los-poetas-malditos-paul-verlaine105401370 los-poetas-malditos-paul-verlaine
105401370 los-poetas-malditos-paul-verlainechanchichoneschanchezsa
 
SUGERENCIAS (1954) Lise Deharme (Incompleto) (Poemario)
SUGERENCIAS (1954) Lise Deharme (Incompleto) (Poemario)SUGERENCIAS (1954) Lise Deharme (Incompleto) (Poemario)
SUGERENCIAS (1954) Lise Deharme (Incompleto) (Poemario)JulioPollinoTamayo
 
Antología de textos literarios
Antología de textos literariosAntología de textos literarios
Antología de textos literarioskarla rodriguez
 
EL MAGO EN LA MESA (1971-1974) María de las Estrellas
EL MAGO EN LA MESA (1971-1974) María de las EstrellasEL MAGO EN LA MESA (1971-1974) María de las Estrellas
EL MAGO EN LA MESA (1971-1974) María de las EstrellasJulioPollinoTamayo
 
Selección Poesía Primero Medio
Selección Poesía Primero MedioSelección Poesía Primero Medio
Selección Poesía Primero Mediolenguajesc
 
La Conspiracion De Las Mujeres Hermosas
La Conspiracion De Las Mujeres HermosasLa Conspiracion De Las Mujeres Hermosas
La Conspiracion De Las Mujeres Hermosasrubenroa
 
Antologia 10 11 espanol 6
Antologia 10 11 espanol 6Antologia 10 11 espanol 6
Antologia 10 11 espanol 6YUNIS17
 
EL CORAZÓN DE PIC (1937) Lise Deharme (Poemario)
EL CORAZÓN DE PIC (1937) Lise Deharme (Poemario)EL CORAZÓN DE PIC (1937) Lise Deharme (Poemario)
EL CORAZÓN DE PIC (1937) Lise Deharme (Poemario)JulioPollinoTamayo
 

Tendances (19)

Escucha mi voz. Antología de poetas mexicanas
Escucha mi voz. Antología de poetas mexicanasEscucha mi voz. Antología de poetas mexicanas
Escucha mi voz. Antología de poetas mexicanas
 
cuentos malévolos de Clemente Palma
cuentos malévolos de Clemente Palmacuentos malévolos de Clemente Palma
cuentos malévolos de Clemente Palma
 
Poemas para un funeral
Poemas para un funeralPoemas para un funeral
Poemas para un funeral
 
Tematicasenlasmanifestacionesartisticas
TematicasenlasmanifestacionesartisticasTematicasenlasmanifestacionesartisticas
Tematicasenlasmanifestacionesartisticas
 
Figuras literarias: sinestesia, elipsis y pleonasmo
Figuras literarias: sinestesia, elipsis y pleonasmoFiguras literarias: sinestesia, elipsis y pleonasmo
Figuras literarias: sinestesia, elipsis y pleonasmo
 
La circunstancia adecuada
La circunstancia adecuadaLa circunstancia adecuada
La circunstancia adecuada
 
Miradas desde las cuatro direcciones - Vol 4 grupo poesía y escritos poéticos...
Miradas desde las cuatro direcciones - Vol 4 grupo poesía y escritos poéticos...Miradas desde las cuatro direcciones - Vol 4 grupo poesía y escritos poéticos...
Miradas desde las cuatro direcciones - Vol 4 grupo poesía y escritos poéticos...
 
105401370 los-poetas-malditos-paul-verlaine
105401370 los-poetas-malditos-paul-verlaine105401370 los-poetas-malditos-paul-verlaine
105401370 los-poetas-malditos-paul-verlaine
 
SUGERENCIAS (1954) Lise Deharme (Incompleto) (Poemario)
SUGERENCIAS (1954) Lise Deharme (Incompleto) (Poemario)SUGERENCIAS (1954) Lise Deharme (Incompleto) (Poemario)
SUGERENCIAS (1954) Lise Deharme (Incompleto) (Poemario)
 
Antología de textos literarios
Antología de textos literariosAntología de textos literarios
Antología de textos literarios
 
EL MAGO EN LA MESA (1971-1974) María de las Estrellas
EL MAGO EN LA MESA (1971-1974) María de las EstrellasEL MAGO EN LA MESA (1971-1974) María de las Estrellas
EL MAGO EN LA MESA (1971-1974) María de las Estrellas
 
Laberintos semanticos
Laberintos semanticosLaberintos semanticos
Laberintos semanticos
 
Selección Poesía Primero Medio
Selección Poesía Primero MedioSelección Poesía Primero Medio
Selección Poesía Primero Medio
 
La Conspiracion De Las Mujeres Hermosas
La Conspiracion De Las Mujeres HermosasLa Conspiracion De Las Mujeres Hermosas
La Conspiracion De Las Mujeres Hermosas
 
Poemas
Poemas Poemas
Poemas
 
Antologia 10 11 espanol 6
Antologia 10 11 espanol 6Antologia 10 11 espanol 6
Antologia 10 11 espanol 6
 
Poesía de Mario Gastelo ...2012..
Poesía de Mario Gastelo ...2012..   Poesía de Mario Gastelo ...2012..
Poesía de Mario Gastelo ...2012..
 
Cortázar julio la noche boca arriba
Cortázar julio la noche boca arribaCortázar julio la noche boca arriba
Cortázar julio la noche boca arriba
 
EL CORAZÓN DE PIC (1937) Lise Deharme (Poemario)
EL CORAZÓN DE PIC (1937) Lise Deharme (Poemario)EL CORAZÓN DE PIC (1937) Lise Deharme (Poemario)
EL CORAZÓN DE PIC (1937) Lise Deharme (Poemario)
 

En vedette

213149148 el-paraiso-de-los-demonios
213149148 el-paraiso-de-los-demonios213149148 el-paraiso-de-los-demonios
213149148 el-paraiso-de-los-demoniosJuliocesariascos
 
El Paraiso
El ParaisoEl Paraiso
El Paraisoantso
 
Analisis de la divina comedia
Analisis de la divina comediaAnalisis de la divina comedia
Analisis de la divina comediaFelix Luque
 
El Paraíso (La Divina Comedia)
El Paraíso (La Divina Comedia)El Paraíso (La Divina Comedia)
El Paraíso (La Divina Comedia)Nazth Dleon
 
Analisis la divina comedia
Analisis la divina comediaAnalisis la divina comedia
Analisis la divina comediaestefaniacarito
 

En vedette (6)

213149148 el-paraiso-de-los-demonios
213149148 el-paraiso-de-los-demonios213149148 el-paraiso-de-los-demonios
213149148 el-paraiso-de-los-demonios
 
El Paraiso
El ParaisoEl Paraiso
El Paraiso
 
Analisis de la divina comedia
Analisis de la divina comediaAnalisis de la divina comedia
Analisis de la divina comedia
 
La divina comedia
La divina comediaLa divina comedia
La divina comedia
 
El Paraíso (La Divina Comedia)
El Paraíso (La Divina Comedia)El Paraíso (La Divina Comedia)
El Paraíso (La Divina Comedia)
 
Analisis la divina comedia
Analisis la divina comediaAnalisis la divina comedia
Analisis la divina comedia
 

Similaire à El Paraíso de los Demonios

co.incidir 91 septiembre 2021
co.incidir 91 septiembre 2021co.incidir 91 septiembre 2021
co.incidir 91 septiembre 2021maliciapino
 
Breve recuento de la Literatura Latinoamericana
Breve recuento de la Literatura LatinoamericanaBreve recuento de la Literatura Latinoamericana
Breve recuento de la Literatura LatinoamericanaVero González
 
Breve recuento por la Literatura Latinoamericana
Breve recuento por la Literatura LatinoamericanaBreve recuento por la Literatura Latinoamericana
Breve recuento por la Literatura LatinoamericanaVero González
 
Tópicos clasicos
Tópicos clasicosTópicos clasicos
Tópicos clasicosbelenge
 
Boletín Literario MAL DE OJO. numero 6, junio
Boletín Literario MAL DE OJO. numero 6, junioBoletín Literario MAL DE OJO. numero 6, junio
Boletín Literario MAL DE OJO. numero 6, junioIsabel Guerrero
 
ANTOLOGIA POETICA
ANTOLOGIA POETICA ANTOLOGIA POETICA
ANTOLOGIA POETICA Demian Mazur
 
TEXTOS LIBERTINOS
TEXTOS LIBERTINOS TEXTOS LIBERTINOS
TEXTOS LIBERTINOS Demian Mazur
 
Co.incidir 89 julio 2021 1 v.r.
Co.incidir 89 julio 2021 1 v.r.Co.incidir 89 julio 2021 1 v.r.
Co.incidir 89 julio 2021 1 v.r.maliciapino
 
Todo , por charles bukowski
 Todo , por charles bukowski Todo , por charles bukowski
Todo , por charles bukowskiᛆᛐᛚ ᛂᛒ
 
Pres Slide 2 Musi
Pres Slide 2 MusiPres Slide 2 Musi
Pres Slide 2 MusiKDarienJ
 
Cuentos que cortan el aliento
Cuentos que cortan el alientoCuentos que cortan el aliento
Cuentos que cortan el alientoDocentic Inecicu
 

Similaire à El Paraíso de los Demonios (20)

Los sueños y lo sobrenatural
Los sueños y lo sobrenaturalLos sueños y lo sobrenatural
Los sueños y lo sobrenatural
 
co.incidir 91 septiembre 2021
co.incidir 91 septiembre 2021co.incidir 91 septiembre 2021
co.incidir 91 septiembre 2021
 
Palimpsesto interior en pdf
Palimpsesto interior en pdfPalimpsesto interior en pdf
Palimpsesto interior en pdf
 
La décima 20150220
La décima 20150220La décima 20150220
La décima 20150220
 
Revista Güemesina
Revista GüemesinaRevista Güemesina
Revista Güemesina
 
Revista Güemesina
Revista GüemesinaRevista Güemesina
Revista Güemesina
 
Breve recuento de la Literatura Latinoamericana
Breve recuento de la Literatura LatinoamericanaBreve recuento de la Literatura Latinoamericana
Breve recuento de la Literatura Latinoamericana
 
Breve recuento por la Literatura Latinoamericana
Breve recuento por la Literatura LatinoamericanaBreve recuento por la Literatura Latinoamericana
Breve recuento por la Literatura Latinoamericana
 
Tópicos clasicos
Tópicos clasicosTópicos clasicos
Tópicos clasicos
 
Boletín Literario MAL DE OJO. numero 6, junio
Boletín Literario MAL DE OJO. numero 6, junioBoletín Literario MAL DE OJO. numero 6, junio
Boletín Literario MAL DE OJO. numero 6, junio
 
ANTOLOGIA POETICA
ANTOLOGIA POETICA ANTOLOGIA POETICA
ANTOLOGIA POETICA
 
TEXTOS LIBERTINOS
TEXTOS LIBERTINOS TEXTOS LIBERTINOS
TEXTOS LIBERTINOS
 
Antología Poética Enrique García-Máiquez
Antología Poética Enrique García-MáiquezAntología Poética Enrique García-Máiquez
Antología Poética Enrique García-Máiquez
 
Pero lo sabe
Pero lo sabePero lo sabe
Pero lo sabe
 
Co.incidir 89 julio 2021 1 v.r.
Co.incidir 89 julio 2021 1 v.r.Co.incidir 89 julio 2021 1 v.r.
Co.incidir 89 julio 2021 1 v.r.
 
Todo , por charles bukowski
 Todo , por charles bukowski Todo , por charles bukowski
Todo , por charles bukowski
 
Pres Slide 2 Musi
Pres Slide 2 MusiPres Slide 2 Musi
Pres Slide 2 Musi
 
Beso eterno - mario santiago papasquiaro
Beso eterno - mario santiago papasquiaroBeso eterno - mario santiago papasquiaro
Beso eterno - mario santiago papasquiaro
 
Cuentos que cortan el aliento
Cuentos que cortan el alientoCuentos que cortan el aliento
Cuentos que cortan el aliento
 
Poesia y rap para slideshare
Poesia y rap para slidesharePoesia y rap para slideshare
Poesia y rap para slideshare
 

El Paraíso de los Demonios

  • 1. El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta 1
  • 2. El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta 2 El Paraíso de los Demonios: Memorias de un Joven Poeta
  • 3. El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta 3 El Paraíso de los Demonios: Memorias de un Joven Poeta Julio César Riascos
  • 4. El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta 4 El Paraíso de los Demonios: Memorias de un Joven Poeta. Dirección General, Diagramación y Diseño de Carátula e Ilustraciones: © Julio César Riascos Fotografía de Portada: “El Paraíso” (2014). Obra de J. Riascos © Julio César Riascos Corrección de Estilo y Edición Vanessa Bolaños Jennifer Luna Alexie Vallejo Edición virtual, Marzo de 2014 © Julio César Riascos. Todos los derechos reservados Prohibida su reproducción total o parcial por cualquier medio sin permiso del Autor. Punto Editor. Bogotá D. C. Printed in Colombia. 149. P; 21 cm. Poesía ISBN: 978-958-46-3178-7
  • 5. El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta 5 A Vane… Esa hermosa teatrera que danza en las tablas.
  • 6. El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta 6 ADVERTENCIA Los eventos recientes señalan que este, sea con seguridad, el último vestigio de inteligencia humana en lo que queda del lugar. ¿Dónde estoy? –En el infierno o el Paraíso de los demonios-. Me encuentro solo aquí y por supuesto, me dirijo a Ti. Sí lector, es contigo con quien estoy hablando. Desprevenidamente has dado conmigo, la mayor de las probabilidades sugiere que no comprendes nada de lo que está pasando, nada en absoluto, pero puedo asegurarte que no eres el indicado para ésta lectura, ¡Abandónala!, es mejor que desistas, ¡Vete de aquí!. Dedica tu tiempo a las trivialidades de lo cotidiano, a la habitual calma de tu mundo moderno, seguro y confiable. De lo contrario asume las consecuencias de tus actos, que en todo caso, serán poco más que irreversibles.
  • 7. El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta 7 TABLA DE CONTENIDO PRIMERA PARTE: EL ROSTRO Pág. El Rostro del Poeta 12 De nuestros ideales como mortales 16 Memorias confusas de un asesino fantasma 19 Viviré 23 El minuto inexorable 24 Memorias de un asesino 27 Plaza de Toros 29 Madre 30 Despertad 31 Seducción 31 Lápida 31 Fatalidad 32 Réquiem por un demonio 33 Libertad 33 Estúpida Princesa 34 La última esperanza (Guión incompleto para cine) 35 Hoy es un buen día para morir 38 Mi llegada al infierno y el origen del caos 38 Prostituta 39 Anónimo 39 Ausencia 40 Lo inevitable 41 Escapémonos 42 Presentación 42 Poesía para la Muerte (Loco suicida) 44 Para Ella 46 Deseo y Destrucción 46 Si la muerte ha de venir 47 Locura 47 Sus besos 48 El combate 48 Memorias de un joven poeta 49
  • 8. El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta 8 Pág. Te espero 50 Piano 50 Las cosas que se extinguirán con el Alba 51 Las cosas más bellas de la vida duran poco 52 Ahora ¡Por fin! nuestro último cielo 58 Obertura 58 Es solo un hombro dislocado 60 Percepción 60 Mi libertad 60 La buhardilla 61 Para Ti, lectora desconocida, que llegaste demasiado tarde 62 Retrato 62 Como un trozo de muerte 63 Como Poeta en el Desierto 63 La muerte 64 Tu ausencia 64 Vino 65 Esa horrible habitación (Corto-metraje) 65 Los refugios 69 Consecuencias (Cortometraje experimental) 69 De bandoneón 72 Ese maldito sujeto frente al espejo 73 Pueblito 73 Vidas 74 Trilogía de Héroes Derrotados 77 SEGUNDA PARTE: EL PARAÍSO La mutación inminente 82 Samurái 82 Hospital de mala muerte 83 Para después del final 84 El Pájaro 84 Ese extraño milagro al que llaman amor 84 El ciclo del Phoenix 85 Rebelión 85
  • 9. El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta 9 Pág. Las tres versiones de ese extraño que soy Yo 86 Para Mí mismo 89 Esa intensa sensación de libertad (Novela Gráfica) 90 Imágenes 92 Amor 93 Equilibrio 93 Lo que hay dentro de Mí 94 Crimen 95 La visión del Poeta 95 Locura II 95 Respuesta 96 Otra vida 97 Transfiguración 98 Origen 99 Un pequeño cuervo 99 Memoria caminante 100 Nuestra respuesta 100 A Sueldo 100 Amenaza 101 La brevedad de un instante o la eternidad del silencio 103 La última función 104 Entre Tú y todo lo demás 105 Por fin ha llegado este momento definitivo... 105 Fusilamiento 105 Mujer 106 Bajo la superficie 106 Robaron la Primavera 107 Percepciones del Poeta 107 El último libro 108 Hambre 109 De lo divino y lo mortal 109 Días de furia o la Balada de los Tiempos Difíciles 109 Asesina celeste 109 Suicidio 110 El caos 110 La Venus 111 Éxtasis 112
  • 10. El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta 10 Pág. Amanecer 112 Cenizas 112 La edad 113 El obsequio 114 Taberna 114 Nuestros recuerdos 114 Beso de Sangre 116 Microcosmos 116 El vuelo del Poeta 117 Una breve nota sobre el autor (o los autores) 118 Política de las cosas que no ves 118 Paraíso 119 Origen y desaparición del Universo 120 Atardecer 120 Réquiem por la metrópoli 120 Prófugo 121 Una con el universo 121 Nuestro Juego 122 Ruleta Rusa 123 Abismo 124 Cena 124 Conversación con un fantasma 125 El Pasillo 128 Protagonista 139 Lo que nos aguarda 139 Pintura 140 Boxeador 141 Y entonces descubro que soy mi propio asesino 142 Del autor, la obra y sus personajes 143 Halcón 143 Viaje en bus 143 Nuestro bosque 144 Arcano primaveral 144 Humanidad 145 Árbol en la Ciudad 146 El paraíso de los demonios 147 Epílogo 148
  • 11. El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta 11 PRIMERA PARTE EL ROSTRO
  • 12. El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta 12 El Habitante (2004)
  • 13. El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta 13 El Rostro del Poeta Obscuridad. Botas ensangrentadas, Puños llenos de rabia, Cabellos largos y desordenados, Rostro de niño. ¡Estoy vivo! ¡Y soy humano otra vez! Un nuevo extraño en una tierra salvaje, Viajero del Jardín de las entelequias, Vagabundo en medio de los desiertos, Un nuevo extraño Con el rostro del poeta. Ahora el Universo todo, me ha sido revelado.
  • 14. El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta 14 I Ahora mismo son las 7:15 p.m. Soy viajero en este maldito autobús que, dentro de media hora me conducirá inexorablemente a casa. Mientras tanto, observo por la ventana las luces delirantes de la detestable ciudad y muy arriba una luna blanca, despejada, perfectamente circular. Llevo conmigo una guitarra que no suena muy bien y, que de seis cuerdas necesita con urgencia al menos tres. No soy bueno para sacarle acordes y menos para cantar; además soy pésimo compositor. No tengo novia. Alguna vez tuve una pero las cosas no salieron bien, terminé quedándome solo. Supe que Ella tuvo un hijo y que se había casado; creo que con un arquitecto. Miro el bulevar y poco después los centros comerciales. Por donde quiera que vaya la gente deambula presurosa, desconfiada. Me gusta escuchar a Chaikovski, pero también me agrada Audioslave. Sé que un buen día de estos acabaré por reventarme los tímpanos con estos viejos audífonos que combaten contra los primitivos gustos musicales del conductor. Llevo el cabello largo porque odio las peluquerías y, aunque trate de cuidarle, es inútil. Hace un par de días que no me afeito pero no me importa. Fumo y bebo cerveza y lo hago en exceso. Me gusta leer mientras escucho bandas sinfónicas o rock. A veces escribo poesía, aunque tampoco soy bueno. Es más, no considero que sea una buena persona. Soy egoísta y me gusta estar solo, sin que nadie me moleste. Creo que tengo el alma podrida y no quiero dañar a nadie, tal vez solo sea un cobarde que teme le lastimen nuevamente. Regreso a mi casa, después de las clases de filosofía en la U. Todos piensan que estoy equivocado, que debí estudiar medicina, arquitectura o economía. Recuerdo que quería estudiar artes o quizás música, pero terminé en filosofía. De todas formas, no me interesa que pueda decepcionar a alguien. Al llegar a casa me recibe mi madre. Habla, habla de la vecina, me cuenta del mercado, me comenta de las noticias, habla, habla, y por momentos creo que mi débil capacidad de entendimiento continuo en su conversación es bien conocido por Ella, pero en fin, es feliz hablando. Voy a mi cuarto después de comer algo ligero. Escucho el picoteo de una tímida llovizna sobre la ventana, seguido de las sirenas de una ambulancia, de la policía o de los bomberos. Me quedo en casa pensando cómo pasan estos frenéticos días de extrema melancolía. Cuando pequeño me imaginaba diferente a mis 20 años. Mientras pienso en esto, supongo que las implacables fauces del mundo me destrozarán en poco tiempo. Aun cuando he prendido la tele, puedo escuchar el infatigable tic-tac del reloj, lo que me sugiere que mis oídos todavía están en buenas condiciones. Cambio canales, casi tan rápido que, parecería que es suficiente con una imagen para saber que no debo seguir perdiendo la brevedad de
  • 15. El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta 15 estos últimos instantes, no encuentro nada, nada en absoluto que pueda llamar mi atención. II ¿Cómo saber que tu vida ha terminado? Por alguna razón, siempre he pensado que estoy más muerto que vivo. No entiendo qué quiere el mundo de Mí, no sé hacia dónde me lleva. Qué se supone debo hacer. Al menos en este momento desearía ser otro. La televisión es incapaz de calmarme, la música, la literatura, el cine, los centros comerciales, el amor que se compra y se vende, los amigos ocasionales, el dinero, me producen ganas de mandar todo a la mierda. ¿Estoy enfermo? Probablemente< ¿Importa? He leído sobre las deficiencias psico-afectivas. Puede ser que dentro de Mí sea un asesino en potencia. Me duele. Perdí a la mujer amada y me duele, y desde ese día supe que jamás me iba a recuperar, desde ese día supe que había cavado mi propia tumba, desde ese día me odié a Mí mismo por ser como Soy, por vagar de aquí para allá deseando ser una estrella de rock, idolatrado por todos, inmortalizado por todos, amado por todos. Un poeta famoso, un cineasta, un pintor< ¿Y qué soy?, ¿En qué me he convertido?, tomo mi cara con las manos desesperadas, clavo con todas las fuerzas mis afiladas garras, siento cómo atraviesan mi piel y permiten que sujete ésta m{scara< y con toda la rabia que puede experimentar el alma atormentada de un hombre, termino por arrancarme el rostro. III Ahora sólo soy un nuevo extraño en una tierra salvaje. Ahora que por fin he despertado del letargo Y que el universo todo me ha sido revelado, He de ocultar mis alas Y he de camuflarme entre esa muchedumbre de confusos humanos. Un nuevo extraño, un vagabundo Recorre entre vosotros Llevando consigo el Rostro del Poeta.
  • 16. El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta 16 IV Desperté. Mi estadía en el paraíso había terminado. Ahora nuevamente arrojado hacia este mundo, Como si fuese un extraño más (nuevamente un mortal). Perdido en la inmensa multitud, Un ser que vive en medio del todo y de la nada, Y al que le parece que todo cuanto existe a su alrededor Es tan complejo y desconocido que, para descubrirle y comprenderle, La eternidad no sería suficiente. V "Observé por última vez la violencia del mundo, Guardé los dibujos, Las canciones y la poesía, Extendí mis alas de par en par y enfilé rumbo hacia el sol".
  • 17. El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta 17 De nuestros ideales como mortales Un nuevo día ante Mí< La belleza de lo inexplicable, la inconsistencia de nuestra razón que no comprende, el silencio que nos embriaga; hoy igual que ayer, un iconoclasta permanentemente deslumbrado yace junto a los viejos acantilados, que para entonces, no me parecen tan lejanos y quizás ya no son, de modo alguno, tan furtivos. Místicos abrojos persiguen mi aflicción, sin proponérmelo una vez más me he acercado al sol. ¿Y cómo no hacerlo si paseo cual viajero silencioso?, ¿Si desprovisto de cualquier instancia transito absorto entre los valles siempre propios de la obscuridad? Y así, en efecto, recorro el orbe que se proyecta a diario, más en este último viaje le he contemplado de forma diferente -¿Cómo explicarlo?- Con otra percepción; creo que he vislumbrado más allá de la distancia, como un destello tan vulnerable que busca asilo en todo aquello que a su vez, es infinito y sobrenatural. Y Tú que aguardas paciente< ¿Qué me puedes decir que sea realmente propio? Pronto, en las tabernas de la mente, sin que al menos hubiese podido percatarme, me encontré a Mí mismo sorprendido por la espontánea aparición de la tarde, de súbito permanecí allí, visiblemente turbado, en mis repentinos pensamientos; ideas que gravitan alrededor de la realidad perdida, confusa de los hombres, y más aún, de la irrealidad jamás explorada por los mismos. La tarde dibujando sueños infinitos nunca antes concebidos por ser alguno. ¿Quién era Yo? ¿Para qué estaba en el mundo? Tras los esbozos de la eternidad, “la razón” vagaba callada; claudicaba, me abandonaba y finalmente no me respondía, no me servía para nada. Razón muchas veces impropia, premeditada, invariablemente lejana. Y sin embargo, de la mano del tiempo podía sentir que no estaba solo, Quizás nunca lo estuve realmente, Acaso ¿Dónde estás alma mía? ¿Sabes? Tengo mucho que contarte.
  • 18. El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta 18 Juntos hemos burlado la historia, a lo largo y ancho de este camino intempestivo, con el ímpetu que pertenece a la tierra, juntos hemos abordado los principios elementales de la vida, y sin más por el momento, contemplamos sin reparo la extensión de nuestras almas. Preguntas ¿Quién soy? Soy los trazos inacabados (por tu ausencia), Que combaten maquinaciones contra el mundo, Pero mi mundo que es el tuyo, Jamás lo olvidéis alma mía, El mundo es vuestra casa y guarida, Y la humanidad toda es< La más maravillosa y estúpida criatura que haya habitado sobre la faz de la tierra. Nos fue dada la oportunidad de existir, de vivir; Aun no logro imaginar cuántas miles de eternidades tuvieron que pasar para que tal suceso siquiera fuese posible. No logro imaginar todas las condiciones adversas que fueron vencidas para finalmente concretarse en este instante que es hoy nuestra vida. Humanidad, Si vuestra bestial naturaleza ha sido siempre destructiva, (O eso es lo que nos hemos pretendido creer), He aquí entre nosotros, Como primer reto ineludible el primer combate espiritual; tan imperioso y definitivo: Luchar contra nuestra demencia habitual, Derrotar la esencia violenta propia de nuestro ser Y preservar nuestras vidas. ¿Es realmente tarde para los hombres? La mayor parte de las veces siempre he preferido hablarle a mi alma Porque mi mente, pocas veces podía comprenderme. En el devenir de nuestra historia, El silencio de nuestros días, A veces tener la razón no significa nada, A veces, cuando se nos olvida una idea simple: Después de todo tan solo somos humanos Y en los sentimientos descansa la esencia de nuestras vidas. Alguna vez en el pasado, Cuando tan solo era un niño, soñé. Fui nada más que un viajero incomprendido en el tiempo.
  • 19. El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta 19 Construí imaginarios perdidos, Tal vez podrían estar guardados para siempre en el silencio. Después, Fui testigo inadvertido de las grandes y pequeñas miserias del mundo, Fui un caminante en el paraíso de los demonios, Siempre cuestionando qué nos depararía el futuro, Un futuro construido, para bien o para mal, en el presente, Presente que se queda en el pasado. Y del retorno, El vanguardista olvidado en aquellos parajes de la memoria, Mis escritos, mis libros, tu rostro y el tiempo, El recuerdo de una época feliz que me abandonó prematuramente, Que me dejó obnubilado en el estadio de lo intranquilo, Sin descanso en un alma ya lo suficientemente afligida. Mi eternidad es estar en el silencio. Nosotros somos la generación futura, tan esperada. Nosotros somos aquellos que otros dijeron que vendrían y cambiarían el mundo. Muchos cerraron sus ojos con el anhelo, con la esperanza de que pudiésemos hacer algo, No cualquier cosa. Sin duda, no se trata de algo simple. Nosotros somos los salvadores esperados de la tierra. Nosotros< y nadie m{s.
  • 20. El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta 20 Memorias confusas de un asesino fantasma Para todos aquellos que, como Yo, hemos perdido algo que ya no se puede recuperar. Ella permanecía desnuda entre las sábanas, su cuerpo tembloroso aún, yacía descubierto bajo la oscilación suave de las cortinas que danzaban impulsadas por la brisa de una mañana fría de agosto. Pulsé un par de cuerdas de mi vieja guitarra mientras en mi pecho abyecto jamás había experimentado tantas ganas de morir. Por un breve instante sentí el cálido placer de su mano rozando mi espalda. Luego, sin previo aviso: el silencio más profundo, inconmensurable e infinito. Podía percibir cada una de las ondulaciones que se destilaban de su fragancia sobre mi piel. Ahora lo comprendo, estoy irremediablemente perdido, no hay nada que pueda hacer, ha llegado mi hora más baja, es el final. Dejo escritos los últimos acordes, también los últimos versos. Es curioso: “puedo concebir los más hermosos pensamientos justo antes de morir”. No importa, nadie conseguiría entender la belleza de este momento, el instante previo a la muerte. Por fin termino mi tarea. Me pongo en pie, camino tranquilo, avanzo lentamente, sigiloso, siento mis pasos, el ruido del piso de madera carcomida, el frío acusador en mi frente. Tomo el arma. Reposa precisamente entre mis manos. La contemplo mientras me veo con Ella en el espejo. De alguna forma siempre supe que las cosas terminarían así. Llevo el cañón a mi boca, permanece allí un segundo que parece eterno, una última batalla interna me sugiere arrepentirme, pero es demasiado tarde, no hay otra salida, cierro los ojos, aprieto el gatillo, escucho el disparo, luego todo es silencio. Ahora, todo es como en un principio, como antes de nacer, no hay más dolor, todo está bien. Afuera la ciudad despertará agitada. Sucede siempre, todo el tiempo. El mismo caos. A menudo puedes ver los rostros demacrados de desconocidos que viajan presurosos en medio del tráfico, rostros pálidos y absortos, sin brillo ya en los ojos. ¿Acaso habremos extraviado algo definitivamente irrecuperable? Si prestas suficiente atención, comprenderás que la inmensa mayoría basa su comportamiento en muy limitadas reflexiones filosóficas, en consecuencia, sus vidas rutinarias suponen la felicidad en aspectos materiales irrelevantes que al final configuran la mayor de las trivialidades posibles. Y bueno, es cierto, también está el amor. La amaba con todas mis fuerzas. Simplemente no podía vivir sin Ella. Lo era todo, significaba la razón para seguir vivo en medio de un mundo despiadado. ¿Por qué te pasas la vida buscando afanosamente el amor? Es la única forma de sobrellevar, de soportar un mundo tan duro como éste. El problema es que varios creemos encontrarlo (¿Estoy allí?), incluso se experimenta una suerte de felicidad, pero aun cuando fuese verdadera no sobrevivirá eternamente. A propósito, no creas en nada de lo que digo, estoy muerto. A Ella le gustaba la poesía y la danza clásica y me amaba. Si me preguntas no sé por qué. Era hermosa, como una princesa, como un ángel. Era única. Cuando me hablaba suavizaba aún más su voz, me llenaba de esperanza, de fe. No le importaba abrazarme bajo la lluvia. Mientras Ella era felicidad< Yo era melancolía, pero la amaba. Ahora mismo podría
  • 21. El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta 21 hablarte del incomparable brillo en sus ojos, de su irresistible talle, de la ternura que me embriagaba, pero es inútil, el lenguaje es demasiado reducido, demasiado limitado para siquiera explicar, los sentimientos que mi corazón experimentaba con solo pensar en Ella. Yo era un músico frustrado, nunca me sentí satisfecho con nada, renegaba del universo sin comprenderlo lo suficiente, en fin, era según lo veo una suerte de desastre; pero su amor me transformaba en una mejor versión de Mí mismo, alguien que valdría la pena. Nunca lo logré, supongo que, como todos, soy descomunalmente imbécil. ¿Por qué las cosas salieron tan mal? Lo reflexiono una y otra vez. ¿Nunca te ha pasado que tienes todo para ser feliz y sin embargo te sientes fatal?, a Mí me pasa siempre y uno nunca aprende. Ahora mismo podría confesarte diversidad de cosas, fragmentos de mi memoria deshilvanada, trozos de recuerdos, historias de lo que queda de mi corazón, de mi alma viajera, de mi espíritu alado. Los breves instantes de felicidad en mi vida se parecen a una vieja película en blanco y negro que cada vez percibo con menor nitidez. No sé si sucede igual con quienes morimos, pero en mi caso, empiezo a olvidarlo todo, los rostros, las palabras, la música, los caminos, en fin. Desde la distancia veo el sol ocultarse, un ocaso, parece un lienzo. ¿Si en verdad la amaba tanto, entonces, por qué la asesiné? Aún conservo su mirada sobre la mía; por un segundo el cosmos se detuvo, me refugié en su calor, la abracé con todas mis fuerzas, me aferré a su cuerpo que abandonaba la vida rápidamente y en su mirada supe que me amaba, que me aceptaba con todo lo que era, y en ese instante era su asesino. – ¡No te preocupes!, te acompañaré en unos segundos, te amo. – ¿Cuál es tu temor más grande? Avanza sigiloso e implacable, infatigable para todos, lo escucho aún en este estado de inconsciencia. Sí, tal y como lo imaginaba, se trata del viejo tic-tac del reloj. Lo percibo siempre. Un despiadado rayo de luz atraviesa la ventana, se proyecta incandescente, triunfal por toda la habitación y descansa sobre mi rostro, apenas si tengo un ápice de razón, pero sin duda se trata de un nuevo día. Y< ¡Maldición, sigo siendo Yo! Última anotación: ¿Qué es lo que tanto observo? A Ti, en efecto. Frágil y dependiente, cuestionándolo todo, cuestionando incluso tu propia existencia, buscando respuestas, te observo gravitando alrededor de los más bellos instantes del universo y sin embargo, permaneces inmóvil, aceptas tu destino intentando encontrar tu felicidad en otros, cuando siempre ha estado en Ti misma, eso es lo que observo. Esperas, como Yo, que suceda algo extraordinario, pero nada pasa, aguardas igual que todos aquí, tan cerca el uno del otro, empero, tan vacíos y solitarios, sentados frente al resplandor, observando cómo poco a poco se nos va la vida, en medio de nuestras grandes y pequeñas miserias, absolutas tragedias, destinos fatales. ¡Al infierno con todo!, ¡Me cansé de esperar por algo que no llegará!, lo cierto es que estamos aquí y es ahora nuestro
  • 22. El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta 22 momento, sin duda te resultará extraño, pero cuanto pienses de Mí, en realidad me interesa lo mismo que la humanidad en este instante. "Ahora, recuerda que, tu pequeño secreto de felicidad está seguro conmigo, puedo destruirlo en cualquier momento". “Tengo mis mejores ideas de autodestrucción en las primeras horas de la madrugada”. Por lo que podrías advertir no soy más que un hombre común, eso es sin duda, lo que apreciaría el ojo vulgar, pero no te fíes, no debes provocarme, soy peligroso, incluso para Mí mismo, puedo destrozar de tajo el cielo y la tierra, puedo herirte en lo más profundo, puedo extirparte el alma y quemarla en un segundo. Y sin que me lo haya propuesto, me convertí en esta suerte de tipo solitario e incomprendido que se refugia en el cine, en la literatura y que ahora mismo, planea su propia destrucción. He sido paciente. He analizado todo con calma y después de mucho pensarlo, solo existe una última alternativa: debo asesinarte. Mi mundo en tu mano. Podría pedirte perdón por todos los daños causados, pero no tendría caso, los volvería a efectuar una y otra vez. Podría extender mis brazos y soñar que vuelo atravesando la profundidad del manto celeste. Podría simplemente confesarte que te amo. Ahora mi mundo se detiene en tus manos, frágil, indefenso, puedes destruirlo a voluntad con un simple deseo; espero que lo cuides, es todo cuanto Soy. Me abandono de Mí mismo en este último pacto, me sumerjo en Ti con la esperanza de poder observar un poco más de cerca el brillo de tus ojos, la paz de tu presencia, el fresco aliento de tus palabras, el cálido roce de tu sonrisa. Altas horas de la madrugada. Parece que he bebido unos sorbos de vino de más. Cuántas singulares cosas pasan a Mí alrededor, Ella viaja triste, mientras Él ha perdido las ganas de vivir, aquí afuera llueve y alguien despierta por primera vez. Un anciano escucha voces en su cabeza y la soledad acaba desahuciando un paciente terminal. Hoy un ave abrirá sus alas para volar, un viejo carro se escucha desde lejos, una joven chica lleva un libro en las manos, es hermosa. Un trabajador se detiene, está exhausto. Un amoroso padre recoge a su hija, pronto, Ella habrá de enamorase de su mejor amiga de colegio. Un chico le dirá a cierta chica cuánto la ama, Ella le dirá que no. Él se embriagará esta noche. Una madre espera a su hijo en casa, no volverá. Alguien aguarda en una sala de urgencias, sin importar el cansancio y el frio, eso no evitará un amargo desenlace. Una hoja de árbol se desprende mientras un perro corre a casa agitando la cola. Un poeta camina presuroso en busca de café suicida. Tú que eres el centro de mi universo, duermes tranquila mientras Yo te pienso en secreto, jamás sabrás que te amé. Pero ante todo lo que pasa a Mí alrededor,
  • 23. El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta 23 todas estas cosas, pequeños episodios de vidas que luchan bajo la lluvia, tu amor imposible solo me produce una gran tranquilidad. Avanzo, sin prisa, apacible, mientras cuantos me rodean intentan esquivar la lluvia, paso a paso me dirijo veloz a confrontar mi destino. De seguro nadie leerá esto y de cierta forma es mejor que así sea, que pase desapercibido como aquellas verdades que resultan despiadadamente terribles como para soportarse. De cualquier forma ya no importa nada. Y de pronto me di cuenta que no tenía más ataduras, que había sido liberado. Podía abandonarlo todo, dejarlo todo atrás. Sin compromisos, sin dolor, únicamente sobrecogido por esta paz que me proporciona mi propia ausencia, mi propia inexistencia. Después de mucho meditarlo, creo entender el gran problema que aflige a la Humanidad. Creemos de forma individual que somos el centro del universo, que todo gira a nuestro alrededor, que el suceso de mayor trascendencia en la historia de la humanidad se divide antes y después de nuestra vida; quizás sea demasiado pretencioso, quizás estemos equivocados y quizás es demasiado tarde para cambiar. Sabías a la perfección que mi mundo se refugiaba entre sombras, y pudiste observar un tenue rayo de luz, como un milagro difícil de explicar, luego desapareciste, siempre supe que tu visita sería un breve instante de esperanza. Ahora enfrento las horas más bajas y un dolor que me mantiene apenas con vida< Yo también lo sabía, la otra cara del amor es el dolor y definitivamente ha llegado para quedarse, con esta soledad en exceso, se ha convertido en mi nuevo mejor amigo. Tú me recuerdas el sonido del mar. Un cielo azul que lo contempla todo en silencio, el sudor frio que recorre mi frente, cada una de mis venas, los fluidos de sangre que atraviesan mi alma, cada destello imperceptible al cerrar mis ojos, la cálida sensación de un beso, el aroma inconfundible de tu juventud, mis ganas de morir y un disco de rock. Mi habitación luce diferente. Apenas si puedo reconocer diminutos fragmentos de historias, mis cosas, las pocas que sobrevivieron, lucen particularmente ordenadas. La guitarra desafinada, de cuerdas oxidadas, las notas suicidas, algunas fotos y pequeños recuerdos que se pierden en mi memoria vaga y confusa, todo permanece intacto, salvo que, como estoy muerto, no sigo aquí. "No hay una teoría para la vida, no existe un manual de instrucciones para sentirla, simplemente se vive". Bajo la lluvia. Me parece que tomo tu mano. Es solo un recuerdo, una macabra broma de mi mente. La realidad es que estoy fuera, sólo y sin Ti, las gotas de lluvia se deslizan por mis mejillas, Tú no estás a mi lado. La vida no es muy justa o tal vez lo es demasiado.
  • 24. El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta 24 Primeras horas de la mañana. El canto del gallo anuncia los primeros rayos del sol. ¿Qué quién soy en este breve instante? Supongo que puedo definirme como un sujeto experimental del caos y la soledad en exceso. Un asesino fantasma. Ahora debo desaparecer. Viviré Para Rous En la lejanía. Entre bosques, más allá de valles. El hombre. El vino y el Pan como vida. Y la vida como el conocimiento de los sentidos. Y Yo mismo como un único viajero. Si quieres describirme comienza por decir que soy un viajero, iconoclasta, Un vagabundo, un poeta. Pensemos juntos en un lugar bello Y quizás estaremos en él. Te dejo mis poesías< aunque no las pediste. Allí estarán consignadas algunas de mis furias y de mis alegrías, Las cosas en las que creí y de las que, habitualmente dudé. Mis tristezas, Mis propios Ángeles y Demonios, El Paraíso y el Infierno. Mis miedos y mis pérdidas de consciencia. Mañana, Justo cuando no esté entre vosotros, Cuando esté muerto, Viviré en éstas, mis poesías.
  • 25. El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta 25 El minuto inexorable (Obra ligera) Cinco Minutos A continuación: Un sujeto pensando lo que escribirá. Lentes gruesos, cabellos enredados. Cigarrillo a la mitad. En la mesa, intentos fallidos de historias, poesías, obras de teatro, soliloquios, algunas canciones que nunca ser{n< Sostiene la pluma en su mano derecha, juguetea en el aire, recorre la diminuta distancia que le separa del papel. Entonces, escribe lo siguiente: “Estaba solo en mi habitación, al menos eso creía Yo< y de pronto apareció una revelación. No sé cómo explicarlo. Tuve la impresión de que alguien leía mis pensamientos. Ya sabes, como cuando uno lee un libro. Y creo que escuché una voz que, precisamente, continua leyendo esto mismo, que me encuentro escribiendo, una voz en off, alguien que se oculta en tu propia mente inestable”. Hago una pausa, pero la sensación persiste. Alguien, en este momento, en este preciso instante se ha metido en mi cabeza< ¡Espera!< ¡Espera!< ¡Debo estar enloqueciendo! El hombre se levanta de su silla, camina alrededor de la minúscula habitación, se rasca la cabeza, se desplaza hasta el baño. Caga. Luego se mira al espejo. Sonríe y dice: *No me engañas, continúas leyendo mis pensamientos. ¿Quién eres?, ¿Qué quieres de Mí?* De repente, como si de una cámara implantada en su cerebro se tratara, vemos su rostro frente al espejo. Esta sensación por supuesto, nos da la impresión de vernos a nosotros mismos, y es inevitable experimentar el sentimiento de miedo que el hombre describe en su semblante. -No debe asustarse, pero intente conservar la calma, verse al espejo y no ser uno mismo, puede ser una sensación nueva y extraña, justo como aquello que está viviendo-. *No puedo verme< alguien lo hace, son muchas voces en mi cabeza y no son mías* -¡Resista!- *¿Dónde estoy?* -Es difícil saberlo, pero creo que Ud., se ha desconectado temporalmente de la realidad. ¡Escuche con atención! Antes que nada, escuche. Sé que lo hace. Yo soy producto de su
  • 26. El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta 26 imaginación, en realidad no existo más que en su cerebro, pero si me escucha, debo representar un símbolo de Ud. mismo, y en este momento soy el único que puede ayudarle-. *No lo resisto. Es demasiado para Mí. Primero fue una voz desconocida, como si esto mismo, fuera una hoja de papel que alguien estuviese leyendo. Ahora, es como si Alguien que no conozco, intentase ayudarme, pero no existe< No existe en realidad, es solo el producto de mi imaginación. Estoy solo en la habitación y no consigo siquiera verme, cuando lo intento, no hay nada frente al espejo.* Cuatro Minutos Escuchamos el tic tac del reloj. Un reloj de esos antiguos con forma de escuadra (Seguro nunca los has visto). Marca casi diez minutos para las dos de la mañana. El hombre está reclinado sobre su silla. Pronto, tenemos la impresión de estar viendo una película en blanco y negro. (Hay que cambiar el rollo 3 y comprobar el sonido, últimamente está dando problemas). Su mirada parece observar al público en la sala de cine. El sujeto se reincorpora y se acerca sigiloso. Sus dedos se deslizan por el recuadro. Una vez giramos sobre su punto de vista, es claro que se encuentra acariciando los bordes de una pintura. En este momento, Ud., como espectador tiene una ansiedad prematura. ¡Relájese, nada puede hacerse! Ha sido absorbido ahora. Como uno más de entre el público. Su situación subyace al interior de una nueva mente, ¡Por supuesto! ¡Una mente ajena! Su reacción natural, después de esta afirmación será negarlo (el escepticismo como respuesta), no debe sorprenderse, es parte del subconsciente. Si sucedió lo contrario, simplemente es demasiado consciente de lo que sucede a su alrededor, y ya no le interesan algunas cuantas cosas que en el pasado pudieron ser importantes. ¿Qué ocurrirá al cabo del segundo inexorable? Intervención del autor: Nuestro personaje observa el cuadro, lo que se desarrollará ahora tendrá lugar en ese cuadro<y solo en ese cuadro. ¿En verdad lo cree? Puede ser que el espacio de las acciones no sea este libro, sino su propia mente, me refiero a la suya amable lector. Disculpe mi interrupción. En la pintura un hombre toca el piano< en medio de la lluvia, a las orillas del mar, en la noche. El músico nos dice: “¿Realmente creen tener las agallas para vivir sin restricciones?, ¿Para hacer de la existencia, una existencia memorable?, ¿Algo que trascienda en el corazón de la
  • 27. El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta 27 historia humana?, Sería lamentable vagar por allí, sin un propósito que cambie al mundo, para bien o para mal, adem{s sería muy aburrido”. Tres Minutos *No me arrancaré el rostro, tampoco me extirparé los ojos, no me partiré la jodida cabeza< Haré algo mejor< abriré mi pecho por la mitad< Sé que alguien me observa con sigilo, sí, lo hace, lo hace con su mente, me imagina, existo en su mente, pero Yo no existo en la mía. Abriré mi pecho y no habrá sangre, ni dolor, solo verán un pequeño riachuelo de agua cristalina, atravesando algunas rocas. Hay un bosque aquí, se escucha el sonido de los árboles, incluso puedes sentir el frío. Algo sobrecogedor nos asiste. En medio de este lugar, una hermosa niña nos sonríe, nos ofrece una flor fresca, casi podemos sentir el aroma de la vida que impregna cada detalle, que oprime al cielo en la tierra.* Dos Minutos Los científicos observan, registran cada nuevo dato. Cuentan con novedosas técnicas de análisis experimental, capaces de determinar, cualquier variación que se encuentre fuera de los parámetros establecidos. Todo ha sido dispuesto con extremada cautela, con rigurosa precisión, sin duda, se trata de un trabajo considerablemente meticuloso. El sujeto yace conectado a través de una serie de complejos artefactos que, permiten monitorear lo que sucede en su cerebro. Cada estímulo recibido, cada reacción química, cada trayectoria atravesada por los impulsos eléctricos emitidos desde la corteza, cada respuesta constituye información relevante para el equipo de expertos. El paciente proyecta una serie de imágenes de su propia vida, escenas de películas viejas, personajes de libros de ficción, comics, música, pintura, diversidad de nutrientes que le permiten desarrollar un espectro de Sí mismo. Este caso clínico sobresale porque el paciente se halla imaginándonos de tal forma, que solo estamos en su mente; lo anterior presume que, comprometer la integridad del sistema implicaría, inmediatamente, poner en riesgo nuestra propia existencia. Minuto inexorable Los espectadores no tienen ni puta idea que estoy entre ellos, que Soy parte del público, que ahora son parte de la misma jodida obra. Sentado en la última fila, aguardo, sonrío. No hay afán. No soy el escritor, ni el pianista, no soy el maldito operador haciendo cirugía cerebral. Soy el espectro de las cosas que nunca hiciste, el último centinela que nos reclama combatientes.
  • 28. El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta 28 Vivimos una vida que no queremos. Nos aferramos a cosas que no necesitamos. Pronto, aceptamos cabizbajos nuestro destino. El primer rayo de sol es suficiente para formar una grieta en el iceberg. Las manecillas del reloj avanzan y la pluma aún permanece suspendida en el aire. Considera lo siguiente: Un desconocido lee tus pensamientos como si fueran un libro. Pretendes que sea parte de la historia, que se vuelva un personaje, que pueda respirar en el ártico, que sienta ganas de vivir, de volar, de sonreír, de amar. Se cierra el telón. El personaje de ficción se apodera del actor, y nadie, nadie puede darse cuenta, ni siquiera impedirlo. Es hora de planear nuestra propia desaparición para vivir otras vidas. Memorias de un asesino I Una vez m{s< Esta maldita melancolía que me acompaña a todas partes. Intento olvidarte (lo sé) pero es inútil. Me has desgarrado el alma sin tan siquiera proponértelo y luces fría e indiferente. Por mi parte te contemplo absorto, sumido de forma constante en la más bella y mortal de las depresiones. Sin que pudiera advertirlo me asesinaste, Ahora soy tan solo un muerto que sueña con poder observar el brillo infinito de tus ojos y la paz duradera de tu espíritu combativo. Me sedujiste premeditadamente acariciando la idea firme de destruirme. ¡Buen trabajo!
  • 29. El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta 29 II Por fin estás en mis brazos, Luces tan hermosa como siempre, Eres según lo creo el Ángel más perfecto que Dios pudo haber concebido nunca jamás. Hoy estás a mi lado y soy feliz. Es solo que ahora que te he quitado la vida ya no puedes sonreír. III Lo acepto. Soy un asesino. Lo confieso. No porque haya tomado el arma homicida. No porque de repente mi vida entera se llenó de intensa melancolía, Sino porque olvidé decirte (hacerte abrigar) que eras lo que siempre le dio sentido a mi vida. Porque cuando estabas junto a Mí, El mundo cambiaba de color, Porque tu alma era mi alma, Tus sueños eran mis sueños. Porque te extraño cada día, Cada segundo, Porque ahora que solo me acompaña tu ausencia, Yo mismo he muerto. IV Un revólver< Y una mano temblorosa, Un crucifijo. Una lágrima. La obscuridad de la habitación ocultando su rostro. La foto de una bella mujer, Su cuerpo inerte. Un hombre apuntándose a Sí mismo. Un disparo rompiendo el silencio. La quietud de una inmensa y fría habitación. Dame un segundo.
  • 30. El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta 30 Ahora lo recuerdo con mayor claridad. Alguien murió< fui Yo. Dejemos esta pintura así. Plaza de Toros I Los idiotas reían, festejaban, disfrutaban. Todo mientras el aturdido animal fallecía. El asesino caminaba triunfante empuñando su arma. Ridículo atuendo de brillantes. Mujerzuelas lanzaban flores al ruedo (flores cortadas para venderse en el mísero comercio). Capote y banderillas sobre la arena Manchada de sangre fresca. II Hermosa mujer. Bella y complaciente, Frágil al amor. Reía intempestiva y sagazmente al ver a su héroe triunfador, Poco después de que clavara su arma. Asestaba el golpe final. La observó y lanzó un beso al aire en su dirección. Justo al instante el animal se desplomó, la vida se le extinguía. Cayó como cuando cae un gigante. Ella feliz celebrando la victoria. El asesino era festejado públicamente. III El triunfador [¿?] caminaba vistosamente. Solo bastaba el golpe de gracia. Conocía a la perfección cada movimiento. Una mujerzuela bella, pero mujerzuela al fin y al cabo reía animada para Él. Un beso en el aire y luego la muerte. ¡Muere animal miserable para perpetuar mi victoria y grandeza!
  • 31. El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta 31 IV Presa del miedo y la confusión. Obligado al combate. Animal que sucumbía al cansancio y el maltrato. Agotado, fatigado, triste, totalmente desequilibrado. Su instinto le decía que debía matar al cabrón pero las fuerzas y la vida misma, Le abandonaban rápidamente. El torero lanzaba besos de victoria en tanto empuñaba diestro el arma y acudía cual ágil depredador a la muerte de su atolondrada presa. Caer con intenso dolor. Escuchar el bullicio de la celebración. Madre A la familia Abrigó como pudo a su hijo y pese hacerse todo lo fuerte: un llanto silencioso fue inevitable. Derramó sus lágrimas hasta bañar la cabeza de la criatura. Inmensa tristeza. Abatida por un intenso dolor que recorría todo su ser, resquebrajaba su alma, aniquilaba el frágil corazón de madre. El pequeño sentía la melancólica brisa, el sombrío cobijo de la angustia, de la desesperación, de la impotencia y del miedo. La mujer permaneció en silencio. Podía escuchar a la perfección los pasos de los hombres que le buscaban afanosamente, el sonido de las lágrimas recorriendo sus frías mejillas, desprenderse para fundirse con la tierra. Sollozos taciturnos. Presa del cansancio el niño terminó por sucumbir al sueño, un segundo, tal vez dos. El silencio acabó cuando los hombres derrumbaron violentamente la puerta. Entonces la pobre mujer se transformó en la bestia más furiosa de toda la creación, sus ojos asesinos, la expresión salvaje, morir o matar, y en sus brazos protegiendo al niño que asustado miraba al primer soldado. ¡Tranquila! ¡La guerra terminó! -¡Bendito sea Dios!-
  • 32. El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta 32 Despertad El poeta emerge violentamente. Sobresale presa del llanto en medio de la lluvia inclemente. Se levanta por fin después de un largo sueño cautivo. Casi eterno, casi infinito, (Creí que jamás habría de volver a despertar). Camina con dificultad observando las ramas de los árboles muertos. Avanza contra el despiadado frío y lo hostil de una ciudad indiferente. Arropado por las sombras de la noche, oculto entre la oscuridad, no existen estrellas que iluminen su trayecto, pero nada impide su camino, ahora es inmortal, ahora es un dios, ahora es un demonio, pero también es vulnerable, es humano y es frágil. Seducción El detective se reclinó cómodamente sobre el viejo mueble. De inmediato se estremeció al verle con detenimiento. Permaneció en silencio y estudió su rostro ensimismado, absorto por tan exuberante belleza que, emanaba de forma natural su existencia reveladora e infinita. Ella desprendió el sabor de una bocanada mientras cerraba sus ojos y entraba en un suave trance de placer. La habitación atravesada por un único, pero ambicioso rayo de luz que se filtraba victorioso por una rendija y se proyectaba, buscando asilo desesperadamente en su insospechado rostro de Ángel macabro. Ella sabía a la perfección que era objeto de deseo y lo disfrutaba en extremo. Lápida “Sigilosamente un pequeño cuervo sombrío Atraviesa sin demora mí propio cielo bañado de sangre”. Paseaba tranquilo por este confortable valle. Y mientras admiraba en secreto los inmensos jardines provistos de una amplia gama de colores, pensaba en nuestro próximo encuentro amor mío. Guardaba en mi memoria ese bello rostro que me embriaga de alegría, la profunda felicidad que me producen tus ojos oscuros, la sonrisa perfecta que dibuja tu alma. Y me preguntaba dentro mío ¿Qué hace qué el más bello Ángel de Dios se enamore de Mí? Y me instalo nervioso porque te amo, te amo tanto como no tienes idea. Me llenas de vida, de esperanza, de paz. El día de hoy dejo unas bellas flores en la tumba de mi madre. Estará contenta de saber que por fin te he encontrado. Todo aquí es tan apacible, me gustaría que ahora mismo estuvieses a mi lado, sentir tu cabeza inclinada sobre mi hombro mientras te abrazo eternamente.
  • 33. El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta 33 Pronto estaremos juntos. Termino mi oración. Me incorporo, observo a lo lejos los niños correr, algunos ancianos platicando a gusto, soy el único solo aquí. Veo tumbas bellamente adornadas, también algunas olvidadas por mucho tiempo. Me aproximo a una especialmente abandonada, es la más triste, apartada de todo, pensándolo bien, las flores, que ahora mismo llevo conmigo, no yacen tan marchitas, me reclino para depositarlas, (<) al final una revelación. En la lápida se encuentra grabado mi nombre. Fatalidad Casualmente Él se encontraba allí. En realidad no fue nada premeditado. Casualmente bebió una que otra copa de dulce vino y de amargo licor. Invitado por bellas y provocadoras mujeres. Sucumbió a los desórdenes del placer. Abandonando para siempre la inocencia de la infancia, Perpetrando sin tregua el espíritu libertario de las sentencias de la carne. Luego todo fue confusión: Luces. Disparos. Gritos. Sangre. Pudo ver sus manos llenas de sangre negra y espesa, Corrió fatigado por entre la multitud confundida. Sudaba como un condenado, mientras se percataba de sus propias heridas. Por fin la salida. A lo lejos las sirenas. Debían ser las tres de la mañana. Penetró entre los arbustos Y se refugió allí hasta que el sueño y el cansancio le invadieron por completo. Se quedó así hasta que nada más importó. -Sí, es Él. Probablemente lleva media hora muerto.-
  • 34. El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta 34 Réquiem por un demonio La lluvia asesina bañaba los restos de la metrópoli. Árboles ocultos bajo las sombras de esta noche impenetrable. El desolado cementerio o la fragancia de la muerte, Sobre la dulce hierba y las cenizas secas De lo que en otro tiempo fue eternidad. Ahí, En medio de la más profunda obscuridad, Un niño Con el rostro del poeta, Nos observa fijamente, Sosteniendo un clavel en sus manos, Frente a la tumba de su amor. Un demonio que intenta soñar, Que soñó con ser humano. Un demonio recorriendo paciente su propio laberinto en el infierno. Libertad Sé que éstos son los últimos días. Por eso mismo permanezco oculto, Tras los rayos tímidos del sol fresco de la mañana. Hace tiempo que estoy cautivo Con la soledad como única compañera. Aquí yacen los restos de árboles que se extinguieron con el alba. Hace ya mucho de lo que tuve los momentos más bellos de mi vida, Ahora están siendo aniquilados paulatinamente, uno a uno por los vacíos incontenibles de la memoria. Los fantasmas se pasean tranquilos cuidando de Mí en esta prisión< lejos de Ti.
  • 35. El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta 35 Estúpida Princesa I Aun cuando debió doler en lo profundo del alma Secó sus lágrimas y esbozó una sonrisa. Contemplé tu enorme tristeza en el más absoluto silencio Y me quedé allí junto a Ti, Quieto, sin hacer nada. No es aconsejable sacar provecho de situaciones adversas. II Sabías bien que te amaba. Que ascendía por Ti. Preferí alejarme, Dejarte ser feliz. Aunque eso implicaba romper mis alas y no volver a volar jamás. III Media noche. Solitario en el silencio, No sabes cuánto he pensado en Ti. Pero ahora mis alas est{n rotas< No te preocupes, Estaré bien. IV Rostros confundidos en la niebla de día, Absurdos pensamientos, Mi vida se acaba, Pero nunca la extensión de mi alma.
  • 36. El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta 36 V Estúpida princesa En tus manos descansa mi vida y ni siquiera lo sabes. Tengo miedo. Las risas de los enemigos, mezclada con tu ausencia. Quisiera destruir aquellas cosas que te duelen, que te producen daño. Pero no puedo, Ya no estaré allí junto a Ti. Ahora debes hacerlo Tú misma, Debes ser capaz de hacerlo Si es que quieres sobrevivir. La última esperanza (Guión incompleto para cine) “¿Qué sucedería si nos atrevemos a lo imposible y prohibido?”. “Representé tantas veces ese maldito personaje que terminó por convertirse en Mí mismo, La saciedad me impide reconocer la realidad, de la ficción”. Toma 1 El teatro y los horrores de la guerra Esta máscara, no es más una máscara, ahora es mi propio rostro cristalizado. Pretendimos, en medio de cierta ingenuidad, una mente que, a su vez, fuese todas las mentes, un alma que aglutine todas las almas, un cuerpo que derive todos los cuerpos. Creímos ser excesivamente inteligentes y civilizados, preparados siempre, de forma conveniente y precisa para afrontar cualquier desafío. Información, conocimiento, tecnología, eran los insumos necesarios de la autodenominada sociedad moderna, instrumentos inequívocos de la felicidad. Nos olvidamos de todo lo demás, incluso, restamos importancia al hecho simple, de conservar intacto un frágil corazón humano. Un manifiesto sagrado devino en un acto violento, perpetrado tantas veces ya, con tanta regularidad, que acabó convirtiéndose en un evento cotidiano, aceptado, cuantificado y monitoreado. De pronto, algo se suscitó en la historia que avanza, una calamidad, una tragedia, ¡Algo, lo que sea!, contaminación, guerra, no es difícil de imaginar, ¿cierto?, algo, en todo caso de proporciones apocalípticas, lo que fuere, echó todo por tierra. Solo quedamos unos cuantos sobrevivientes. Es curioso, en la adversidad nos confortamos unos a otros, tiene que suscitarse algo demasiado
  • 37. El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta 37 terrible, sentirnos desesperadamente solos, para poder refugiarnos en los brazos de un extraño, para poder confiar en Él. Toma 2 La teoría del Doctor Z y las equidistantes disyuntivas acerca del destino Como si de un viaje inter-temporal se tratase, decidí entrar en estado de suspensión criogénica durante veinte años. Con la experiencia de un grupo de jóvenes científicos que, confiaban en mis teorías y sus funestas predicciones, acordamos diseñar la biotecnología necesaria para enfrentar la más significativa de todas las amenazas; me refiero, en todo caso, al propio ser humano y su naturaleza destructiva, contradictoria, degenerativa, irracional e insolente. Ahora, he despertado. Los cambios pronosticados en tiempo y espacio están en perfecta sincronía con lo esperado, los errores (anticipados) han sido mínimos y fueron rápidamente corregidos en lo que el sistema se alimentaba de nueva información, por supuesto, estuve allí en todo momento; solo mi cuerpo físico se desconectó; entre tanto, mi cerebro procesaba cada mínima oscilación. Como resultado, mi desarrollo neuronal se había estimulado un 30%, sin embargo, pese lo anterior, sabía claramente que esto, era insuficiente para encontrar una solución más segura que la dejada por mi parte, dos décadas atrás. Toma 3 El peligro ¡Por favor!, consideremos lo siguiente: El patrón descrito por los algoritmos computacionales, sugiere y solo sugiere que, la cumbre de nuestro conocimiento social ha llegado a su máxima expresión y comienza su inevitable declive, su deterioro infranqueable. La teoría expuesta por el Doctor Z, en la que, la mayor parte de nosotros fuimos educados, suponía que en algún instante de la historia humana, esto ocurriría, así que planteó dos escenarios posibles. Uno primero que es el que todos tememos, evidencia el desmoronamiento de la civilización por completo. En esta situación, la destrucción de nuestra raza sobrepasa el ritmo con que crecen los medios cognoscitivos necesarios para siquiera evitarla. Esto nos lleva a la segunda alternativa, que subyace en concentrar la suma de nuestro conocimiento en una entidad de perfección biogenética, cuya mentalidad visionaria sea capaz de encontrar la salida que, por nuestras limitaciones no somos capaces de advertir y, en consecuencia, nos permita protegernos. Esta opción, no obstante, implica que depositemos todo nuestro poder, en lo que el profesor Z definió como una suerte de voluntad divina, que una vez consciente de sus ilimitadas características, pudiese someternos para siempre. Pretenciosa solución.
  • 38. El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta 38 Toma 4 Conspiración Como lo veo, existen dos escenarios factibles. En el primero, nos encontramos al borde de la extinción, resultado natural de acometer la empresa infatigable de la sobreexplotación de nuestras fuentes de vida; sin restricciones de ninguna clase, de la suposición torpe de considerar que cada nuevo día, cada hora, cada segundo se encontraban garantizados, independientemente de la cantidad de actos individuales que, de forma conjunta sumaban estrepitosas consecuencias irreversibles. Si retrocedemos lo suficiente, es posible determinar que la probabilidad de ocurrencia de un suceso de proporciones cataclísmicas, asciende conforme se incrementa el colosal ritmo de producción de materiales inútiles que, colateralmente se acompañan de una masiva proliferación de gases tóxicos, junto con la imposibilidad de que el conocimiento existente pudiese hacer frente a semejante ultimátum, mucho peor; la confortable vida de cientos de miles de sujetos indiferentes, ensimismados en particulares destellos intrascendentes, desplazándose sin la menor idea de cuánto les rodeaba, demasiado acostumbrados a las inequidades y la barbarie. En el segundo, actuamos de forma más irresponsable. Imagina que juntamos todo nuestro arsenal cognoscitivo en un coctel biogenético, exuberante, el ser humano que convertimos en dios, confiando que su capacidad de discernimiento “sui generis”, resuelva el problema por nosotros. Su ferviente idoneidad es solo proporcional al tamaño de nuestra estupidez. Toma 5 Divinidad Precisan aureolas de muerte, las inexpugnables fauces del mundo moderno y la esencia de su teatro ficticio. Tarde violenta. Ángeles, humanos y demonios han sido abatidos. Soy consciente de todo. Una nave penetra la atmosfera terrestre en busca de refugio y esperanzas, como respuesta: El deslucimiento de la civilización. El tiempo y el espacio no son más dimensiones lineales, ni cíclicas. Un error natural en los algoritmos suburbanos. Más inteligente y despiadado. Replicado genéticamente para ser perfecto, una mente de proporciones divinas y la materialización de un milagro. Tal fue su desesperación, que los hombres de este tiempo invirtieron todo su esfuerzo en hacer posible la vida de un dios. Ahora esperan que los guie y solo puedo decirles que todo está perdido.
  • 39. El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta 39 Hoy es un buen día para morir Hermosa niña, asesina de muy temprano en la mañana, O mujer fatal de media noche. Surges como un nuevo formidable demonio que me llena de placer, Para luego, abandonarme con todos mis naufragios. Hoy es, con absoluta seguridad, un buen día para morir. Mi obsesión por la muerte no es, sin embargo, una manifestación reciente, Comprende el periodo de mi inexistencia, mi nacimiento, mi vida como tal, mi propia muerte y lo que sigue después. ¡Escuchadme!, ¡Os ruego que me escuchéis!, No tardaré mucho más en responder. Soy consciente de mis propios “errores”, Tal vez demasiado consciente de todos ellos. El llanto< Fue realmente doloroso, pero sin duda necesario. Estos días sin Ti, he fumado y bebido en exceso, Buscando algo desesperadamente. Tan solo Poesía para ser inmortal. Todo parece apuntar a lo mismo. Todo indica que en esta ocasión las cosas no serán diferentes. Insostenible. Afuera como ayer los demonios danzan y se divierten, Las madres se convierten en Ángeles Y los esqueletos se bañan bajo la lluvia. Un pasajero más que se marcha sin haber hecho nada, sin tener una idea clara de su propósito. Mi llegada al infierno y el origen del caos Merodeaban confusos y algo amedrentados, aún no están muy seguros de lo que quieren, convergen sin embargo, desordenadamente hacia el centro de la ciudad donde habito ahora. Para ese momento, cualquier esfuerzo por elevado que sea es por demás infructuoso. Poco a poco han construido su propio infierno, pacientemente han diseñado las maquetas que definen cada límite, cada breve espacio, la perfección del caos. Todos convergen hacia ese círculo infernal.
  • 40. El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta 40 Engañados entre sí. Te he visto entre ellos, he intentado salvarte, ha sido vano. Desde aquí solo veo algunos Ángeles que han sido liberados. Prostituta Luces preciosa. Pero no me engañas< tienes partida el alma. Pareces feliz, pero ya no tienes ilusiones. Si te digo que te amo, ya no lo creerías, además el tiempo es oro. Estás tan desierta en el mundo como Yo. Te busco. Solo quiero verte. Me gustan tus ojos. No tengo más dinero esta noche. Me gustaría conocerte, Sacarte todo el dolor, Devolverte la vida, Pero es tarde y el tiempo entre los dos ha terminado. Anónimo *¡Siguiente! Diga su nombre y ocupación.* -No tengo ni nombre, ni ocupación. No tengo casa, ni familia, ni fecha de nacimiento. Nadie me espera en algún lugar. No llevo nada en mis bolsillos-. *¡Maldición! Debe comprender que no estoy para bromas, no me haga perder el tiempo. ¿A qué ha venido?* -Vine a ofrendar mis ojos para que la gente pueda ver, Quiero donar mi boca para gritar y besar, Deseo regalar mis manos para que con ellas se acaricie a una mujer, Concedo mis pies para quien, los quiera pueda recorrer el mundo, Obsequio mis alas para soñar, Quiero entregar mi alma para que alguien pueda sentir, de la forma cómo siento-.
  • 41. El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta 41 Ausencia I No te engañes. No soy un hombre simple. Paseo taciturno entre vosotros, intangible. Ergo debes creerme, no soy un hombre común. Te observo, Ahora mismo te encuentro leyendo este pequeño fragmento. Me buscas. Piensas que es una broma, Pero estoy allí justo detrás de Ti. ¡Ahora mismo puedes darte la vuelta y comprobarlo! II Viajo rumbo a casa en el autobús. Estoy cerca de la ventana. Te escucho. Pienso en el poco tiempo que tengo. Veo la calle, la gente, la lluvia en la tarde. Algunas miradas con brillo (extraño fulgor) llaman mi atención. Pero de cualquier forma, No estás Tú. III Asoman. Primero tímidamente, Luego bajo la complicidad propia de la noche y sus esferas celestes. Buscan refugio. Ahora mismo, se sumergen en la tierra húmeda, la hierba fresca, Son lágrimas de sangre, Semillas de rabia y de amor.
  • 42. El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta 42 Lo inevitable I Cuando finalmente lo comprendió todo, Un frío sepulcral invadió su cuerpo por completo. La frente sudorosa, Un rostro demacrado y palidecido por los crueles años de fatiga, La reacción inminente después de descubrir la terrible verdad Que le había sido ocultada hasta entonces. Era una tarde lluviosa de Abril, Yacía postrado junto a la ventana, Desde donde divisaba el mundo. Sus manos habían dejado caer un viejo libro que Hace pocos segundos había terminado. Apenas si un rayo de luz llegaba a sus ojos: Ensimismados y absortos En pensamientos jamás revelados. II Mira: Es el ensayo de nuestras vidas, el diario de nuestro silencio. ¿Nos pertenece? Aun no estoy muy seguro de ello. El tiempo se ha servido de lo sublime, Y mientras tanto continuamos aquí Esperando a que la verdad por fin nos sea revelada. Despojado del valle, de la belleza toda junta, como si mañana fuese demasiado tarde, Como si fuésemos a morir, Y de momento presiento que hemos construido sin quererlo nuestra propia prisión en la mente. III De los escritos y los retratos, El ensayo de los silencios. De nuestros silencios. ¿Por qué callamos lo que realmente sentimos?
  • 43. El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta 43 Es el temor sin fundamento de quedar expuestos a la fragilidad de nuestra condición humana. Nada existe en la consciencia, más Que aquello que no hemos sido capaces de definir, Lo que es infinito y a su vez extraordinariamente eterno. Escapémonos Déjame bailar contigo solo una vez. Eres la más bella mujer, Déjame rodear tu cintura, Aferrarte a Mí, Solo esta noche, Escapemos del mundo, Que nada más nos importe, Que el cielo y la tierra se desgarren. Déjame fundirme, Aniquilarme en tu cuerpo desnudo. Déjame lanzarme al vacío, No importa que mis alas resulten dañadas, Déjame robarte un beso con todas las fuerzas de mi alma. Y luego, Déjame morir junto a Ti. Presentación A Kathe. “Para quienes creen saber lo suficiente de Sí mismos Y para quienes no tienen ni puta idea de nada”. I Me desperté y bebí un trago para comenzar el día. Vi a los idiotas deambular por las calles Presurosos, confusos, temerosos, ¡Tantos imbéciles y tanto por hacer!
  • 44. El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta 44 II Su rostro tieso, rígido. Fragancia de flores muertas o brisa de ocaso, tristeza de la tarde. Fantasmas que mueren, demonios que nacen< todo reside en la mente del asesino. III Señoras, Señores. Dispensen mi repentina, mi inesperada intromisión. Os ruego un instante su atención. ¡Miradme bien, todos, por favor! Miradme fijamente. De tal forma que la memoria jamás olvide mi rostro (Que puedan percatarse de cada detalle). Observad mis ojos ¡Vedles bien! IV (Introducción de música clásica) ¡Oh! ¡Cuánto lo siento! Creí que alguno me reconocería. No ha sido así. De cualquier forma no importa, No importa que no podáis recordarme por las cosas que hice en el pasado. Sólo quería saber si, pese tanto tiempo, era posible avivar mi recuerdo en vuestras frívolas mentes. Pero ya sé bien que es improbable. No os preocupéis, No olvidarán lo que tengo planeado hacer en el futuro con Uds.
  • 45. El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta 45 Poesía para la Muerte (Loco suicida) Hoy que no soy más que los vestigios de mi desolación, me embriaga un elevado padecimiento, aguarda silencioso, asecha en los viejos sauces de mi olvidado Edén. Hoy comienza mi retorno, Ya no quiero saber nada más acerca del mundo. Te extrañaré. Porque te amo. Lo sabes. Ayer le pedí a Dios que te cuidase. Ahora me aguardan las horas más bajas, Los valles, los pantanos de este Paraíso de los Demonios. La muerte luce bella, Me seduce, Se acerca a Mí. Me besa con sus delicados labios de jazmín. Me muerde salvaje, Espera un breve instante, Sonríe lasciva. Tiene planes para Mí. La tomo por la cintura, Mientras se resiste débilmente. La muerte se ha enamorado de un joven poeta con el rostro de niño. “Ahora comienza el viaje sin retorno”: Me anunció un tétrico cementerio. Árboles muertos, Lluvia asesina. Algunas ramas secas sobrevienen en la tierra húmeda y estéril. Muerte, Me abrazas desnuda y frágil, Estás triste, ¿Sabes? Eres mi Ángel. ¡Espera!, Olvidé en la tierra a quien amaré por siempre. Estarás conmigo, Al final, mi tristeza es tanto tuya como mía. Y por eso me amas.
  • 46. El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta 46 Me dices que soy tu poeta, El Poeta de la Muerte. Soy un vagabundo solitario. ¿Recuerdas aquellos días violentos del pasado? Simplemente me marché. Te amo en secreto, Quise asesinar todo el amor para no sufrir más, Tener un corazón como el tuyo, Que nada puede penetrar. He sido vencido. Ahora la muerte se ha enamorado de Mí. Preguntas que ¿Por qué estoy aquí? ¿Por qué sigo en este horrible infierno? Tal vez sea por Ti. Por las horas que restan. Me levanto en silencio, Ocultando mi rostro con una máscara diferente todos los días. Atravieso los vestíbulos de la muerte, Pronto recorro la antigua galería, el viejo teatro que se cae a pedazos. Cabellos desordenados, rostro estacionario, ojos perdidos. La muerte me reclama como suyo y me desea junto con mi poesía. “Mi deidad ha sido profanada por los dioses”. Mi rostro en la galería. Mi rostro en el fuego. Justamente, vi antes ese rostro en el fango, La luz acaricia mis ojos como portales, Solo tu amor puede decirme si estoy realmente vivo. Botas ensangrentadas, Puños llenos de rabia, Rostro de niño. ¡Estoy vivo y soy humano otra vez!
  • 47. El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta 47 Para Ella Siendo tan diferentes Decidí acercarme a Ti. Escuchaste mi tímida poesía, sin tener ninguna obligación, Mi canción temblorosa, Mis dibujos con trazos inseguros. Inclinaste tu cabeza en mi hombro, Te besé en secreto. Ahora debo dejarte partir. Debo quedarme solo. Volver a ser quien siempre fui, Quien siempre seré. Te escribo esto antes de conocerte. Lo escribo solamente para Ti. Cuando lo sientas en tu corazón quizás no estaré allí, Pero no dudes que fue verdad: Te amé. Te escribo esto desde mi soledad, Desde mi elipsis. Ahora no me necesitas ya. Pero recuerda que De precisar a alguien que te ame de verdad, Puedes pensar en Mí. Deseo y Destrucción Tu carne. Tus besos, Mi cuerpo penetrando tu cuerpo. Cuánto te amé: Hermosa mujer. Tus senos en mis manos, El placer y el amor. Las flores sobre la cama vieja, El vino y el pecado. Tus lágrimas y mi habitual tristeza. El deseo y la destrucción. Nuestros gemidos,
  • 48. El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta 48 La noche< Un te amo. Fuimos felices por ese breve instante eterno. Si la muerte ha de venir Si la muerte ha de venir, si ha de arrebatarme la vida sin contemplaciones, sin treguas, si acude hasta mi lecho para conducirme por las moradas ineluctables de su reino, que no me halle, sin haber acometido todos los combates posibles. Sin importar el resultado, que no me encuentre sin ganas de vivir, que pueda devolverle la sonrisa a las horas más bajas que aguardan implacables, que le cueste despojarme de todo lo que he vivido, por lo que he creído y me he levantado, que llegado el momento, el instante definitivo de nuestra existencia, pueda abrir mis alas y volar hacia el sol, que mi pecho incontenible agote hasta el último latido de mi corazón. Que no le quede duda, de que a mi modo, he vivido este tiempo limitado con toda la intensidad de mi alma. Locura Mañana gris. Me levanté furioso y herido, Mientras el circo de la miseria abría el telón otra vez. Disparos, combates, dolor, muerte y destrucción. Tengo la extraña sensación de silencio Que se suscita Cuando el asesino huye: Ángeles que cantan Y un dios que sonríe. Cuando se es prisionero de la locura comprendes a la perfección que eres un alma pasajera. Viajas a los lugares menos imaginados y sonríes plácidamente a toda una multitud de extraños que, jamás pensaste conocer. Luego te proyectas hacia los vividos recuerdos y llegas al encuentro con el olvido. Mientras tanto, el sujeto que permanece aislado y recluido es inyectado periódicamente< Existen periodos eventualmente caracterizados por tranquilidad. Es un paciente amable –dicen- Pero no te fíes< A continuación se sucede la furia. Las calles<
  • 49. El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta 49 En esta tarde lucen vacías. Una brisa suave se lleva las hojas del otoño. Un último rayo de sol. Luego la noche. Puedo ver mi rostro de niño en la ventana Desde donde te veo a Ti. Sus besos Me ha besado. Su beso ha florecido lento, delicado y prolongado. En principio su beso ha sido tibio, nervioso, agitado, tierno. Luego se ha tornado deseoso, irresistible, dominante y febril. Ella enloquece. Puedo sentir el aroma del campo, la fragancia de las flores, la tierra húmeda, La hierba que crece. Sus besos saben a vida, a juventud, a cielo, No importa que llueva, No importa que sus lágrimas se fundan con las mías, Me besa interminablemente. Ella me amó demasiado, Ahora se ha convertido en una estrella. El combate ¿Cuándo supe que estaba muerto? Supongo que cada momento. La tumba y las flores fueron una buena evidencia. Finalmente, Soy un poeta de la muerte, Un poeta de la obscuridad, Estoy aquí en el Paraíso de los Demonios, Tú siempre serás mi diosa. Aunque ya no estés aquí. Lejos escucho el ladrido de los perros, cerca de los acantilados. Mil demonios han sido liberados. Es hora del combate.
  • 50. El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta 50 Memorias de un joven poeta “Cuando mueres, ya nada m{s importa. Nada excepto tal vez el momento”. No puedo decir con exactitud que estar muerto duele, lo que si sientes es una extraña y apacible melancolía. Queda apenas un leve recuerdo intermitente. Lo que si sabes con absoluta certeza es que has muerto y aunque despiertes nuevamente tu mundo es gris ahora. Se siente mucho frío. Me sucede que escucho una suave melodía en lo profundo del alma, es una canción triste. Me la paso observando el atardecer, en la lejanía veo el sol ocultarse. Si estuviese vivo me gustaría que observaras junto a Mí la belleza de este ocaso o cada nuevo amanecer, te aseguro que uno solo puede sentirse conmovido por tanta perfección. Aquí el tiempo no cuenta, el tiempo es la eternidad. Eres viajero en busca de recuerdos, un poeta extraviado. He besado por última vez tu frente. Eres mi Ángel que descansa plácidamente entre mis sueños. Debo despedirme. Me marcho. Retorno por los mismos pantanos que ayer definieron mi trayecto. Y del poeta de rostro de niño, solo resta el silencio de un vagabundo que moriría por verte feliz. ¡Escucha! Esta vez las campanas doblan por Mí. Como un dios que busca su rostro imaginario, Ahora habito entre vosotros. Aún guardo algunos recuerdos De lo que fui. Estoy enfermo. Estoy loco. Y estoy mal. El demonio que habita dentro de Mí se agita. Ha esperado paciente, ha dejado el mundo humano, ya no necesito reprimirle, contenerle, ahora será irremediablemente liberado. Yo desapareceré entre los recuerdos de aquellas cosas que tanto amé. Daré lugar a su existencia, renunciando a la mía tramo a tramo. Deambularé como un sombrío fantasma, vagando entre góticas calles. ¿Soy un demonio? Ya no soy Yo. En todos los rostros humanos no veo más que demonios. Según lo creo Yo mismo también soy ahora uno de ellos. ‚Soy un niño cuando quiero ser dios Y un demonio cuando quiero ser hombre‛. ¿Cuál es la diferencia? ¿Cuál es la maldita diferencia? Estuve aquí desde el principio de los tiempos, Sé bien cómo empezó todo. Estoy aquí entre vosotros ahora
  • 51. El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta 51 Y sobre-existiré cuando llegue el final que sé: Cuándo y cómo habrá de llegar. Ahora puedo vivir en mi mente y también en mentes ajenas. Te espero Me haces daño. Lo sé. Y sin embargo< aquí estoy, junto a Ti. Aguardo en silencio, en la oscuridad de mi alma, En los abrojos de mi aflicción, En esta pálida tristeza, En la vida que atardece, Te espero aun cuando no existen promesas, No existen esperanzas, Aun cuando el dolor es insoportable, Te espero pese a que no volverás. Te espero. Es la única razón para continuar. No me queda nada más que esperar. Piano Atravieso silencioso el viejo vestíbulo. Paso sin demora por la galería, Llego al salón principal. Estoy muerto, me he percatado varías veces ya. De eso estoy completamente seguro. No es esa, sin embargo, mi mayor aflicción. Nunca te dije lo que significabas para Mí. Las palabras siempre fueron insuficientes. En este museo de arte moderno, me aguarda un gigantesco piano. La intensidad de tu sonrisa se dibuja en mi memoria, Con cada trazo intermitente. Bailas en la noche con tu vestido blanco, Danzas sin Mí. Mis manos se estremecen. El alma se sobrecoge. Pienso que estás junto a Mí.
  • 52. El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta 52 Que tus brazos me rodean. Que me abandono a Ti. Que te pertenezco por siempre. Que una canción que comienza triste Termina feliz. Y de repente me encuentro solo, Tocando el piano, Una poesía sin palabras, Est{s con vida y eres feliz< Y Yo estoy muerto y te amo. Mi canción es apacible, Cada sonido habla de Ti, De tus manos< De tus besos< Le diste sentido a mi vida, Y tanto amor te tengo Que le das sentido a mi muerte. Tan solo, Si pudieses escuchar el piano. Es un lienzo que traza la luz de tu rostro, La brevedad de los instantes felices, La constante búsqueda de un alma atormentada Que solo encuentra paz a tu lado. De mi decisión de dejarte ir, De esta pluma con la que describo cada acorde, De estas dilatadas horas de ausencia, De la escultura de tu vientre, De lo mucho que te extraño. De la adversidad y del cansancio. La intensidad de una poesía que nunca pediste Y que no obstante, se ha escrito para Ti. Las cosas que se extinguirán con el Alba Podría entrar y salir de tu mente, a voluntad, Con una facilidad que no darías crédito. Puedo coexistir en mi propia mente y también en mentes ajenas, Puedo leer tus más oscuros pensamientos,
  • 53. El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta 53 Sentir todo cuanto llevas por dentro. Incluso puedo explorar aquello que ni siquiera conoces de Ti. Acabo de recibir una herida mortal. Como quiera que esto termine solo acaba de empezar. Buscamos afanosa, desesperadamente una respuesta en lo sobrenatural. Pronto Tu perfecto y patético, Tu vasto mundo de ilusiones, Llegará de forma inexorable a su final. ¿Qué será de Ti cuando se extinga nuestro resplandor? Demasiado brillo en los ojos. Demasiadas luces en la ciudad. Al caer esta noche Varias cosas serán aniquiladas con el alba. Por ejemplo: La primavera y la fatalidad, Mis ganas de vivir, Lo irreparable y lo teatral, Mis más profundos deseos de venganza, Mis ganas de escribir o de matar. Las cosas más bellas de la vida duran poco I Cuando niño poeta “Las cosas m{s bellas de la vida duran poco” o al menos eso es lo que he percibido. Inmediatamente me asalta este pensamiento viajo sin prisa por las calles del viejo pueblo de la infancia, de casas que se desmoronan por el paso irreversible de los años, de puertas de madera carcomida, de hombres campesinos de mirada triste y mujeres tejedoras de sombreros y de ilusiones, de otro tiempo. Y ahora mismo, recuerdo las viejas ollas de barro y carbón donde la abuela cocinaba mientras caía una tarde como esta. Viene a mi memoria el respetable abuelo a quienes todos conocían y saludaban con alegría, entre tanto, caminaba presuroso sujetando el racimo de verdes de un lado y del otro, aferrándome
  • 54. El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta 54 seguro en medio de sus callosas manos. Siempre fuerte e invencible como nadie que recuerde hasta estos nuevos tiempos adversos. Y cuando todo parecía ser fácil – o todavía habitaba en Mí, un ápice de inocencia- como si de una pintura se tratase, se sucedía en silencio un ocaso exuberante donde el firmamento todo, lucía su más amplia gama de matices comenzando en rojo, tiñéndose de anaranjado, violeta y el más azul de los cielos que haya visto desde entonces. Y mientras la cuidadosa existencia de esta suerte de milagros se presentaba ante mis ojos de niño, el sonido del último tren despertaba mi curiosidad en cada leve detalle: desde la fumarola que se fusionada con el aire hasta el rostro de las personas que llegaban de viaje. Sus facciones con multitud de expresiones fueron mi primera impresión de que el mundo era un lugar de gran variedad de contrastes, de pequeñas alegrías en rostros tristes, lágrimas de felicidad y de desconcierto, hasta el amor entre almas inverosímiles. Las tardes en este pedacito de tierra donde todos se conocían y respetaban me llenaban, sin embargo, de una extraña melancolía prematura, que habría de explicarse más adelante. El aroma de los árboles y de las flores que se duermen mientras el sol se ocultaba en el lejano e implacable horizonte donde un corazón frágil, que no conocía todavía lo vulnerable buscaría refugio. Entre tanto, me embriagaba de una canción que se reinventaba cada día, del infatigable tic-tac del reloj, de un ave atravesando el mundo, de la primera vez que sentí deseos de volar, de ser libre, de cerrar mis ojos y sentir la brisa en mi cara, de extender los brazos tranquilo, sin miedo, sin vacilación, sin esperar nada más que este instante, como si fuera eterno. Cuando abría mis ojos me parecía un renacimiento, era de noche y estaba en casa de nuevo. Lo mejor de la noche era sentarme en el techo, sin importar el frío y contemplar el sigiloso brillo de las estrellas, contrario de lo que se pueda pensar, nunca despertaron mi curiosidad, solo me gustaba contemplarlas absorto, en silencio. Me agradaba observar las pequeñas luces que hacían intermitencias en el cielo. No me interesaba conocer su misterio, era suficiente para Mí ese breve instante de belleza que me ofrecían gratuitamente antes de ir a la cama y quedarme completamente dormido, exhausto por la faena de aquella infancia sin retorno. Mi primera idea de “Ciudad” es que debía ser un lugar grande. Debía tratarse de un espacio donde todos conseguían hacer sus sueños posibles, y esta extraña fascinación terminaba llevándose a una gran cantidad de personas que, de regresar, jamás volverían a ser las mismas. Así que, mientras, para casi todos a quienes conocía, la ciudad era la especial puerta de las oportunidades, para Mí se convertía en un lugar peligroso, porque una vez alcanzados los sueños la gente cambiaba y ya nunca más volvía a ser como antes. Me mantuve, hasta donde fue posible alejado de la ciudad, en su lugar, prefería dibujar los tres rayos de sol que se introducían tímidamente, por las apolilladas cortinas de la casa, el ruido de las viejas tablas de la sala, el vaivén de la hierba verde en el jardín y, las hojas secas que revoloteaban haciendo círculos en el andén de la esquina. Jugar con canicas y barro, reír con los amigos mientras saltábamos charcos y observarla en secreto, sin que se diera cuenta, sin que supiera que mi corazón latía más fuerte y rápido cuando Ella se
  • 55. El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta 55 acercaba, cuando pronunciaba dos o tres palabras, cuando me detenía un segundo en su sonrisa. El amor me había llegado poco a poco, sin darme cuenta, sin comprender sus implicaciones, sin advertir su verdadero poder. El primer amor, ese que le negaba sentir a todo el mundo, cuando Yo mismo sabía en silencio que estaba perdido sin Ella. Lo supe cuando contemplé la luz de sus ojos, me conmoví al tratar de entender lo que pasaba en medio de mi pecho y al describir el color de esas dos estrellas por las que había sido inexorablemente fulminado. Ya la había visto antes, pero en aquella ocasión introdujo un hermoso veneno en un rincón otrora vacío e inexplorado de mi alma. El sabor del amor me produjo inquietantes y nuevos sentimientos, alegría cuando se encontraba cerca, ansiedad cuando no la veía y al final una increíble tristeza. Por mucho que intentase distraerme en mis habituales asuntos, era imposible desprender de Mí, la calidez de su rostro y su presencia toda junta. Resultaba extraño que la magnificencia del cielo, el sonido del tren, la intermitencia de las estrellas, el aroma del jardín de casa, la compañía de los amigos, el barro y las canicas habían perdido gradualmente su convencional trascendencia. El mundo giraba a mí alrededor y todas sus maravillas, grandes y pequeñas pasaban inadvertidas, mientras el corazón y la mente iban tejiendo ilusiones en las que caía interminablemente extasiado con la noche como única y solitaria cómplice literaria. Ahora que lo pienso con detenimiento, el amor y el mundo son dos asuntos considerablemente extraños. II Y Pasaron 17 años Quisiera volar< Aunque sólo sea por un breve instante. Hoy me he vuelto a levantar de la cama. Sin comprender realmente por qué. Supongo que estoy harto de perder mi propia batalla personal en contra de la soledad. Merodeo por las frívolas avenidas concéntricas de la afligida metrópoli, que despierta entre el tráfico y el reloj, me detengo a observar a la gente que corre a estudiar o al trabajo mecánicamente. Llevo un cigarro a la boca, (no sabía que los muertos podíamos fumar), estoy tranquilo; dejo escapar el aliento y pienso en su ausencia como un acto de consecuencias irreparables. Nadie parece notar siquiera mi presencia, paseo desprevenido, me hallo taciturno, melancólico, empedernido, en el fondo del abismo, me desplomo; no supe exhortar mi vuelo, destrocé mis alas, de ellas, no queda nada más< Ahora no podré volar.
  • 56. El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta 56 Cuando quieres morir, Quieres sentirte liberado, Quieres olvidar, quieres volver a nacer< III A la mierda con todo, soy un alma errante Ella prometió anclar con el ocaso; pero sus alerones no asistieron a mi teatro subliminal< Sé que no llegará al acto; la escena vacía, por lo tanto, esta parte de la obra quedará inconclusa. De todos modos no tiene trascendencia ya, así como ya no me interesa nada más de este maldito mundo. A mi lado, una botella, casi vacía, de amargo licor me hace compañía, el cielo se cubre de rojo escarlata, mientras el sol se hunde y sobreviene la noche insoportable; un bello ocaso se interrumpe inmóvil para atestiguar a un hombre en la orilla del mar deseando morir. De nuevo, llevo a mi boca el viejo cigarro, el aliento deja escapar una fumarola atolondrada, que describe en su curso impredecible, extrañas figuras danzando hacia lo alto, que se van difuminando, igual que los restos de mi alma estridente, anhelando ser libre e intentando rescatar algo que se creía perdido por mucho tiempo, algo de lo que, en realidad, ya no tengo memoria, algo que por más que intento, no consigo recordar. Por eso, te escribo cada cosa; hasta la más pequeña, todo detalle de una maltrecha obra de dolor. Pretendo consignarlo en mi libreta de apuntes; intento percatarme de cada segundo que pasa aniquilado, como nosotros ahora; que huye de Mí para convertirse en pasado y encontrarse así con lo desconocido. Intento imaginarte a mi lado, como sé bien que no sucederá. Como un enfermo, cuyo consuelo estriba en soñar dentro de la peor de las desesperanzas, buscando asilo y alivio; tratando inútilmente de aferrarse al más insignificante de los recuerdos, a otro tiempo y lugar, que emergen cada vez con menos intensidad y nitidez; cada vez, por cierto, más distante, en lo que queda de una mente confundida y lánguidamente articulada a un alma errante. Como verás, esta no es una historia de amor, todo lo contrario, aquí el desamor hace de mi alma su casa y su guarida, y el dolor es su centinela constante; queda poco tiempo y la memoria abandona rápidamente los recuerdos para convertirse en olvido, poco a poco siento la presencia de la muerte que me besa con sus bellos labios, que me habla en tono de fúnebre poesía, que me dice que mi hora de partir ha llegado. Alguna vez, no hace mucho de esto, te escribí una canción de amor, pero murió llena de odio, como si en esencia se hubiese podrido; desde entonces andaba solo, era mejor explorar el desierto sin nada más que perder, pero pronto descubriría que siempre eres débil, siempre puedes volver a caer, volver a sangrar< volver a perder.
  • 57. El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta 57 Bebía< No tenía nada mejor que hacer, salvo escribir. Una suerte de ángel que intentó volar pero rompió sus alas y cayó al abismo< Me la pasaba las tardes en casa, escuchaba rock y me reclinaba en un viejo sillón con un cigarro y una cerveza, para terminar leyendo poesía francesa, luego, al final, terminaba por elevar alguna oración a la muerte. - ¡Estoy terriblemente jodido!-, -¡Qué mundo de mierda me tocó vivir en este momento!-. ¿Qué puedo escribirte?, para Mí siempre será fácil caer en los abismos depresivos de la nada, adentro siempre emerge el llanto, afuera puedo conservar una máscara con una sonrisa idiota para todos, siempre será un misterio la secreta forma de engañarnos. ¿Pero qué demonios estoy diciendo?, ¿Estoy muerto?, Por supuesto, eso ya todos lo saben y pueden comprenderlo. Es solo que, en ocasiones, es difícil aceptarlo. No puedo sonreír. Esa fue la primera pista. Tenía 23 años, llevaba el cabello largo hasta la barbilla y vestía siempre de negro. Me acompañaba una guitarra del mismo color y caminaba bastante con unas botas realmente viejas, escuchaba rock, por alguna razón, a poca gente le venía en gracia esa música, supongo que culturalmente nos hacemos a otra clase de símbolos para buscar nuestra independencia. En fin, para Mí era como si fuera el reinado de la ignorancia y la retirada de todo arte. Viajaba tranquilo tratando de cicatrizar una herida de amor reciente, pero era fuerte, de modo que la poesía y la música me servían de salida. Estudiaba en la Universidad y buscaba una suerte de milagro; quizás alguna chica que me sacara del fango y me transportara al paraíso, ansiaba violentamente creer en el amor, porque a decir verdad esa declaración en particular se me estaba extinguiendo. Eran los primeros días del joven poeta, antes; para simplificar, podríamos referirnos a un tipo normal, sin mayores percepciones que las del común, tanto en la cabeza, como en el alma. De todos modos, en aquella época el espíritu no había sido revelado aun. Existe una secreta tendencia a morir joven, una fascinación subyacente. Es como si una especie de fuerza destructiva se apoderara de lo creativo, y como si uno se cansara definitivamente de todo. Ya no es necesario reincorporarse en absoluto. Vivía expectante, empezaba a encajar mi atención en los detalles imperceptibles, en las cosas que suelen pasar desapercibidas para el universo y, que por ende, suelen dejarse olvidadas, desprovistas de su propio milagro. Encontré que la mayor parte de las veces, eso era finalmente lo más relevante, pero era inútil tratar de despertar a los demás del letargo, en fin, uno busca espacios como la música y la poesía que converjan a los imperiosos espíritus redentores, de ahí, que estas artes puedan fusionarse, con extrema facilidad, ¡Claro! tienen un propósito más elevado que el del simple entretenimiento.
  • 58. El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta 58 IV Un habano necesario El viento, de abajo hacia arriba, azotando mi propio rostro imaginario, los brazos extendidos de par en par, ojos cerrados, imaginar que se tiene alas y se asciende, una sensación estática, serena, ligeramente feliz, como quien se descarga de todo el peso, como quien se arranca todas las ansiedades absurdas, como quien empuña todo lo que le abate y le lanza con potencia al infinito. Un instante de liberación. La caída. Después del ruido, el rápido dolor, la obscuridad y, más tarde, el silencio brutal. ¿Quién eres?, ¿Qué haces aquí?, ¿Por qué estás aquí en este tiempo y espacio?, ¿Qué putas te hace tan diferente? Siempre me he cuestionado esto mismo, a cada instante, desde que tengo memoria, (no uso de razón, esto es obvio), en especial porque siempre muero y renazco, porque a falta de otra palabra que se aproxime a definir lo que experimento incesante e inexorablemente: soy eterno, pero envejezco, y es irremediable. Sujeto a una pérdida de conciencia la mayor parte de las veces; subyace para Mí un conjunto de infinitas percepciones y formas de aquello que buscamos, de quienes somos y eventualmente podríamos ser. Nos hacemos viejos. Esto que vivimos no durará por siempre. Que la ignorancia se hace frágil con el tiempo< puede que solo sea una señal inequívoca de estar siempre equivocados. ¿Por qué recurro tanto a la muerte?... ¡Maldita sea!, he visto cómo cambia el mundo desde el comienzo, no recuerdo con certeza qué sucedió pero de continuar así, probablemente pueda ver el final de todo esto, no sé qué habrá de suscitarse después, no puedo predecirlo con exactitud, pero si alguien puede observarlo y sobrevivir para meditarlo, para bien o para mal seré Yo; ¿Se trata acaso de un experimento?, ¿Algo más existe al final?... Es posible que pronto, todo quede al descubierto y reducido a cenizas. Mientras tanto; un habano es todo lo que necesito. La mente es un sub-mundo de poderosas reflexiones, algunas veces puedes llevar tus ideas a escenarios donde todo es perfección y el paraíso hace todo posible; pero la mayor parte, el infierno hace de cada quien su eterno prisionero. Puedo verlos, me basta precisar un rostro y el brillo de sus ojos para entenderlos, porque los comprendo, logro hacerlo y al mismo tiempo es por eso que tanto los detesto.
  • 59. El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta 59 Ahora ¡Por fin! nuestro último cielo Para nadie en absoluto Ahora me detengo en este indefinible ocaso; me pregunto si en este momento sería posible que puedas observar el bello cielo que aquí se proyecta, desde donde quiera que estés. No sabes cuánto deseo dedicarte esta vida que pasa veloz. No sabes cuánto te he buscado. No sabes cuánto te he amado mientras caía en el vacío, silencioso y perdido. Si estuvieses aquí, solo un instante, no podría ser más feliz. Mis heridas sanarían de inmediato. Podría olvidarme de quién soy por completo para cuidarte. Podría lanzarme al abismo sin miedo, podría volar justo antes de tocar fondo y finalmente, me elevaría para llegar a Ti. Obertura Para mi amigo Alex *Un hombre, casi un espectro, vaga encerrado en medio de cuatro paredes pintadas de blanco y salpicadas de sangre, una vez más ha vuelto a golpearse el rostro contra el propio suelo, una vez más ha despertado a los asistentes del psiquiátrico, una vez más ha perturbado la calma de todos los pacientes y ahora una vez más grita lo mismo incansable y frenéticamente: -“Entonces el hombre creó a dios y dios creó al hombre, luego el hombre se olvidó de dios y dios se olvidó del mundo”-. Es viernes. Viajo en taxi, en verdad ni siquiera imagino que hoy en la noche escucharé sus últimas palabras en medio de un llanto lleno de rabia y de dolor, llego a casa cansado, no he dormido; tampoco tengo sueño, no he comido nada, tampoco tengo hambre, enciendo la tele y veo la misma basura de siempre, mientras tanto, Él ha despertado. Camina tranquilo en medio de su cuarto, sabe que no podrá ver su rostro en un espejo porque, por su propia seguridad, ha sido retirado, sabe que ya no tiene un lápiz en sus manos para escribir lo que siente, porque puede convertirse en un instrumento para infringirse daño, y sabe con certeza que hoy es su último día en la tierra, a diferencia mía que, permanezco exhausto sin sueño en un viejo departamento que se cae a pedazos, que reside en un barrio peligroso, en un suburbio, que es una suerte que nada grave me haya pasado hasta el día de hoy. Su muerte me dolerá porque compartimos algo: Su visión del orbe en el que ambos nos encontramos es casi la misma, obscura y terriblemente desesperanzadora, pensé en ello el
  • 60. El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta 60 lunes cuando salí del trabajo, la gente viajaba en medio del caos, comprando, vendiendo, aguantando las ganas, los golpes, las heridas, Yo también estoy exhausto, pero mi paciente, que percibe el mundo exterior con mayor agudeza, ya no quiere seguir soportándolo más, desea darse por vencido, he tratado de animarle pero todo esfuerzo ha sido inútil, incluso he pensado en alejarme porque su obscura visión de las cosas ha comenzado a perturbarme inusitadamente, porque para Mí, las cosas no son mejores, ni hoy, ni en un futuro cercano. Ahora, que la inconciencia me ha envuelto en una especie de letargo, presa del sueño, muero por un rato; luego, sin haber caído por completo en lo más profundo del abismo, algo me rescata, pero me molesta, ¿Acaso parecen no entender que ese instante era necesario?, despierto, contesto de mala gana el teléfono y de inmediato, sé que es urgente, que aquel hombre que para bien o para mal, es mi paciente ha colapsado. El psiquiatra de turno ha sido la propia persona que me ha llamado y, eso solo nos deja la opción de una nueva escena difícil para todos en aquel sitio decadente, el asilo a las afueras de la metrópoli, el infierno en la tierra. Al llegar, el hombre todavía sigue gritando, pero ahora me ha observado y parece calmarse, luego me dice: “Dios ha Huido del mundo”, una frase que estudió en Alfred Von Martin, para fijar su mirada de odio en todos los presentes y sacudir su cabeza por última vez contra el suelo, con una violencia tan desesperada como aquel que no puede convivir consigo mismo un segundo más. El impacto le habrá de destrozar la zona frontal del cráneo, su cuerpo será conducido como cualquier otro al laboratorio 15, que hará las veces de anfiteatro y, poco después de los exámenes e informes de rigor, será confinado como uno más al sepulcro de los malvivientes en este detestable lugar de la tierra. Aún recuerdo la imagen del impacto, la angustia en su rostro y sus ojos en los míos antes de acabar su último ensayo, la sensación se ha quedado guardada en Mí, una muerte más en mi lista de humanos, pero esta me duele en el alma, porque en otro tiempo pudo ser salvado.* -Es lo último que aparece en su diario, después de esto no volvió a escribir nunca más. El tipo se lanzó del apartamento hasta impactar contra el asfalto, en mi opinión el tipo quedó demasiado tocado- -¡No se te paga por opinar Montes!, ¿Lo entiendes?... ¿Es claro?- -Si señor-
  • 61. El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta 61 Es solo un hombro dislocado Mi victima yace en el suelo y está a punto de rendirse. Estoy presionando su hombro y basta un movimiento sutil para dislocarlo. Por supuesto, sé a la perfección que sufre, sufre de una manera inimaginable, intensa. Desde esta posición particular, puedo infringir el mayor daño posible con, tan solo, un mínimo esfuerzo. Soy médico. Estudié medicina con el propósito de conocer todos los puntos que hacen vulnerable a un adversario. El hombre grita desesperado que se rinde. El público vocifera furioso. Su eco no me molesta. Sonrío. Desgarro el brazo del oponente. Inmediatamente rompe en llanto. Una vez más he vencido. Reclamo el dinero. Voy a la ducha, escupo la sangre. Reviso las heridas, no son importantes, ninguna realmente lo es. Salgo a la calle; precisamente una ambulancia se lleva al desafiante en camilla. Parece grave, no siento remordimiento alguno. Ahora la ciudad nocturna habrá de deleitarme con todos sus bajos placeres. Percepción “Eliminemos por un instante nuestra limitada visión del mundo y seguramente descubriremos cu{n equivocados podemos estar” Mi libertad En un medio como este, uno busca algo que pueda ser liberador, un catalizador del alma, del cuerpo y del espíritu. El Rock por ejemplo, necesita de la literatura y para ésta, es imprescindible la poesía. Puedo encontrar la libertad entre tus piernas, en tus senos firmes de diosa virgen demente, de alquimista del fuego o, podría sencillamente, transgredir las sensaciones subliminales delineando tus alas y tu rostro, con ese cuerpo de palabras y saliva; recorrer una y otra vez, con manos temblorosas, ese caudal de deseo inagotable y exuberante que Eres, esta magnífica noche que vuelvo poesía, que se funde en literatura, que acaricia sinfonía. El cine, por su parte, me permite observarte fijamente, demoniaca y lasciva, en medio de la seducción y las visiones de un museo gótico, rodeado de novedosos trazos eufóricos. Envolver los espectros de cintas y carretes que esperan pacientes el contacto con mis dedos, provocar tus besos desnudos y el aliento de tu boca fría y húmeda, que regula la temperatura de mi pecho abyecto, un viaje sórdido para descubrirnos insalvables y en caída libre, un escenario para concederte satisfacción en cada profundo y retorcido apetito. Pensar que tu revolución sin hechos concretos me tiene sin cuidado y, que podríamos correr el riesgo de representar tantas veces el mismo papel, que terminaríamos por ceder, nuestra existencia a nuestros propios personajes y el teatro físico, que les proporciona asilo.
  • 62. El Paraíso de Los demonios: Memorias de un Joven Poeta 62 La buhardilla Casa grande. Casa vieja que se cae a pedazos. Soy un niño que sube las escaleras a toda prisa, para luego deslizarse ágil por las barandillas celestes e inconformes. Soy la tormentosa amenaza de floreros y ventanas cuando retozo irreductible por la antesala. Luego, emerjo hacia la acera agrietada y me detengo curioso en el trayecto sigiloso de una hormiga y su pesada carga. Cansado me quedo observando la calle gris. Por un buen rato, nada sucede. Entonces la veo pasar por vez primera, sin reparo. Ella, que sujetaría mi mano con fuerza, que tiempo más tarde, siendo un adolescente agitado, me daría el primer beso lujurioso. Ella, que gustaba de poesía y de teatro. Ella, que revolucionaria se declararía en desacato frente a opresiones familiares y del gobierno. Ella, que me enseñaría a fumar hierba y beber vino. Ella, que ligera y sin timidez, sobrevendría desnuda en nuestro secreto lecho improvisado, en aquella vieja buhardilla; donde más tarde se darían cita los incipientes deseos de la carne clandestina. Ella, malhumorada, sin ganas de verme, hermosamente conflictiva, sin intenciones de ser comprendida en absoluto. Ella, siempre independiente. Ella, que a pesar de todo me amaba. Ella, que conspiraba canciones de revuelo, que precisó ser libre como los libros. Ella, dueña de un excelso corazón humano, de una mente profunda y de un alma y espíritu nobles, Ella, que siempre lo negara. Y el tiempo inescrutable pasó, irreflexivo, insoslayable. Atrás quedaron los viajes en bicicleta, las caricias escarlatas y la literatura medieval, olvidamos las promesas de amor y crecimos entre los afanes intrascendentes de cada día, las fiestas y los nuevos amigos, los compromisos sociales y los informes ejecutivos, las juntas directivas y demás cosas aburridas de la gente grande. Nos disipamos. Dejamos que las fauces del mundo moderno usurparan nuestro destino, extraviamos las fotos y las madrugadas frescas; abrazados, perezosos, irresponsables y enamorados. Y envejecimos, en la carrera infatigable de lo cotidiano, de los diplomas y los salarios. De los autos y la ropa de marca. No supimos con precisión lo que perdimos, pero sabemos que lo hicimos y ahora, lo buscamos desesperados. Nuestro lecho de amor, escondido en el desván ausente ya de calidez, se aproxima a su final, una nueva ciudad más moderna se erigirá sobre el pasado. La casita vieja, llena de amor, poco a poco se quedó en ruinas. Mañana la echarán abajo.