El documento discute el papel de la educación y las TIC en la transformación social. Señala que la educación es fundamental para reducir desigualdades y promover la ciudadanía, pero que en América Latina existen desafíos como la baja escolarización en zonas rurales. Las TIC pueden contribuir al desarrollo económico y la equidad siempre que se consideren sus implicaciones pedagógicas y se apoye a los docentes en el cambio.