2. Índice
Historia del Banco Nación…………………………………………….3
Historia del edificio del Banco Nación……………………………….4
1888-1939: Primer edificio……………………………………………4
1939-1955: Construcción e inauguración……………………………5
Arquitectura……………………………………………………………..6
Museo Histórico y Numismático………………………………………8
Historia de la Moneda Argentina……………………………………...9
La moneda de la Asamblea del año XIII……………………………12
Anexos………………………………………………………………….17
1
3. INTRODUCCIÓN
Dentro de un país, su moneda y sus bancos son los rasgos más distintivos de su
economía, y también los fundamentales para que esta funcione de manera
correcta.
En esta monografía investigaremos y desarrollaremos la historia sobre El Banco
de la Nación, y La Moneda Argentina, y así poder comprender en profundidad las
distintas situaciones económicas que sufrieron a lo largo de sus historias.
Además, explicaremos el por qué de las formas de transacciones y la extensión
del comercio en Argentina, causa de la necesidad de un Banco que abarque todo
su territorio y la facilidad que otorga la moneda para realizar esta actividad. Es
fundamental entender esto, ya que nos sometemos a ello en la vida cotidiana. Es
importante, también, entender el origen del Banco de la Nación el cual surgió en
medio de una gran crisis que afectaba al sistema bancario del momento.
También abordaremos al Banco de la Nación como monumento creado por el
legendario ingeniero Bustillo, explicando el desarrollo de su creación y
culminación. Por otro lado buscaremos información sobre su respectivo museo,
por su importancia como archivo histórico de este tema.
Al finalizar este proyecto, se podrá observar una conclusión donde explayaremos
nuestras distintas perspectivas respecto a dicho tema.
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4. Historia del Banco Nación
El Banco de la Nación Argentina fue fundado en 1891 por
iniciativa del presidente Carlos Pellegrini, como un medio para
resolver los golpes de una devastadora crisis económica
que afectaba, en especial, al sistema bancario existente en ese
momento.
De capital enteramente estatal, en pocos años abarcó en su giro a
toda la geografía nacional y se convirtió en el mayor banco
comercial argentino. Su objetivo principal es el de ejecutar la
función de agente financiero del Gobierno Federal y, como
tal, recibe depósitos oficiales y realiza pagos por cuenta y orden
de la Nación.
Durante toda la centuria participó activamente en los principales
acontecimientos de la vida económica del país. Tuvo una actitud
destacada en la asistencia al sector rural, a tal punto que
contribuyó decisivamente a que la República Argentina se
convirtiera en una potencia mundial en el segmento de los
agronegocios.
Otra prioridad del Banco ha sido la atención de las pequeñas y
medianas empresas, como así también a las partes de la
población menos favorecidas que cuentan con sus
servicios, inclusive en las localidades alejadas de los grandes
centros y de escasa relevancia económica.
A la par de esos compromisos y a tono con las innovaciones que
se fueron produciendo en las últimas décadas en la operatoria
bancaria, la entidad ha variado sus líneas de actuación para
ingresar en nuevos segmentos del mercado, especialmente en
áreas no tradicionales, cambiando su manejo hacia prácticas más
asociadas con el mismo, en armonía con las tendencias globales.
Sensible a los cambios que se fueron produciendo en las
relaciones económicas entre las naciones, el Banco proyectó su
quehacer más allá de las fronteras y luego de habilitar sucursales
en los países hermanos de América Latina (Bolivia, Brasil, Chile,
Panamá, Paraguay y Uruguay) se hizo presente en los centros
financieros de mayor nivel internacional (Estados Unidos de
América, Reino Unido, Francia, España y Japón).
La solidez y confiabilidad que alcanzó en la opinión pública, de la
que es testimonio la reciente elección por una importante
encuestadora como la marca del siglo en el sector a nivel
nacional, constituyen valiosos atributos que le garantizan una
participación destacada en la actividad bancaria argentina.
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5. Historia del edificio del Banco Nación
El Banco Nación posee en la Argentina una imagen
profundamente instalada, gracias a la existencia de un total de
617 sucursales en una gran cantidad de ciudades y pueblos de
todo el país. De esta forma, incluso en pueblos relativamente
pequeños, la sucursal del Nación es uno de los edificios
principales que suelen situarse cerca de la plaza central.
Desde 1888, la casa matriz del Banco Nacional se instaló en un
gran edificio de media manzana de superficie, entre las
calles Rivadavia, Reconquista y Piedad (hoy Bartolomé Mitre).
Esta construcción -remodelada- había sido antes la primera sede
del Teatro Colón, proyectada por el ingeniero Charles Henri
Pellegrini e inaugurada en 1857.
En 1910 el ingeniero arquitecto Adolfo Büttner modificó a este
antiguo edificio, agregándole una mansarda y ornamentaciones.
Ante el crecimiento de la entidad, se adquirió en 1918 el edificio
vecino que alojaba a la Bolsa de Comercio, obra del
arquitecto Juan Antonio Buschiazzo. La Bolsa inauguró su nueva
sede, proyectada por Alejandro Christophersen, en la Avenida
Alem.
De todas formas, con el paso de los años se hizo insostenible
esta situación, y fue necesario proyectar un único edificio acorde
a las dimensiones y requerimientos del poderoso e inmenso
Banco Nación. Recién en 1936, la Dirección de la entidad aceptó
llamar a concurso de proyectos para la sede definitiva, que
ocuparía la manzana completa.
La propuesta ganadora fue la de Alejandro Bustillo, construida en
dos etapas entre 1940 y 1955. Este edificio se ha transformado en
uno de los más representativos de Buenos Aires, y por ejemplo ha
dado origen al actual logo de la institución, un pórtico de estilo
griego con un frontis.
1888-1939: Primer edificio
Una vez adquirido para el Banco Nacional, el viejo Teatro Colón
fue mínimamente reformado para sus nuevas funciones, pero se
colocaron conjuntos escultóricos sobre la cornisa de la fachada
para brindar una nueva imagen al edificio. Pero esta primera sede
resultó insuficiente a medida que la institución crecía y se
fortalecía luego de la crisis, y progresivamente el Banco fue
comprando los demás edificios de la manzana y anexándolos al
antiguo teatro, de tal forma que en 1910 tuvo la posibilidad de
encargar al arquitecto Adolf Büttner una remodelación total de las
fachadas, que mediante una mansarda agregada buscó unificar
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6. las fachadas heterogéneas bajo una imagen común. En 1916 la
Bolsa de Comercio inauguraba su nueva sede en la Avenida
Alem, y así la manzana completa iba pasando al poder del Banco
Nación, proceso que se concretó en 1925.
Así, en 1926 la institución tuvo una primera propuesta para la
construcción de su definitiva casa central, un proyecto y concurso
trunco que avanzó lentamente y quedó en la nada. Recién diez
años después la idea volvió a cobrar fuerza, en el período de
fuerte intervencionismo estatal de la presidencia de Agustín P.
Justo, ya que el prestigioso arquitecto Alejandro Bustillo comenzó
a bosquejar propuestas para el edificio hacia 1936.
Dos años más tarde, el Banco Nación formaba una Comisión
Asesora Técnica presidida por Bustillo que revisó los planos
ejecutados por la Oficina de Arquitectura de la institución. Bustillo
no tuvo un mero rol de consulta, si no que trabajó intensamente
en el proyecto, que denota su muy personal estilo, e incluso
encargó la construcción de una maqueta en yeso para analizar las
proporciones del proyecto y su pretenciosa estructura.
1939-1955: Construcción e inauguración
A medida que la figura de Bustillo iba ganando peso en las
decisiones proyectuales, el diseño del futuro edificio fue
volviéndose una cuestión personal, de tal forma que logró
imponer sus puntos de vista e ideas al Directorio del Banco
Nación. Dentro de ellas estuvo la realización de la construcción
por etapas. Luego de sorteadas las licitaciones y demoras
burocráticas, el 17 de septiembre de 1940, una vez demolida la
antigua Bolsa de Comercio y demás edificios, el presidente del
banco Jorge Santamaría colocó la piedra fundamental de la nueva
casa central, con una pala realizada en plata por la Casa Mappin
& Webb.
La construcción fue de una escala inédita para la ciudad,
tratándose solo de la primera etapa de la obra, que englobaba el
60% del edificio, exceptuando el sector que daría a la calle
Reconquista. Para cerca de 100.000 m2 se dibujaron 1.500
planos y en la obra se utilizaron 480.000 kg. de hierro y bronce y
se invirtieron m$n 2.500.000 en mármoles, granito y piedras
traídas de Córdoba y San Luis, actuando un total de 128
empresas subcontratistas.
El 21 de julio de 1944 era inaugurada, durante la dictadura de
la Revolución del 43, la primera etapa del nuevo Banco de la
Nación. El edificio ya ostentaba su imponente pórtico sobre la
ochava de Rivadavia y 25 de Mayo, y sus fachadas revestidas en
piedra traída de Balcarce, junto con su mansarda de bronce. Una
5
7. vez terminado este sector solo faltaba el cuarto de manzana
correspondiente a la esquina de Rivadavia y Reconquista, donde
antes había estado el primer Teatro Colón.
La segunda y última etapa de la obra fue paralizada durante los
siguientes años, hasta que fue encarada en 1950 durante la
presidencia de Juan Domingo Perón, y aunque representaba el
40% del edificio, demoró los siguientes cinco años, de tal forma
que la casa central del Banco de la Nación estuvo terminada para
1955.
En 1966 quedó inaugurado en el primer piso el Museo Histórico y
Numismático, y en 1971 comenzó a funcionar en la planta baja la
Galería de Arte “Alejandro Bustillo”. Por otra parte el Banco
Nación vivió su pionero proceso de instalación de computadoras
entre 1964 y 1977, cuando comenzaron a operar, instaladas en el
último piso.
Arquitectura
La casa central del Banco Nación es una de las obras de
arquitectura más imponentes y pretenciosas de la Argentina, tanto
por su volumen edilicio como por diversos elementos de su diseño
entre los cuales se destaca especialmente su gigantesca cúpula
de 50 metros de diámetro, juzgada por Bustillo como la más
grande de Sudamérica, probablemente. Realizada con nervios de
hormigón armado y completamente vidriada para proveer de luz al
gran espacio central de cuádruple altura que domina el edificio,
posee un original sistema de apoyo que no descarga
directamente sobre los muros laterales, sino que posee una serie
de rieles con ruedas que le permite deslizarse libremente cuando
dilata y comprime, cargando sobre cuatro columnas su peso de
50.000 toneladas.
El edificio posee nueve niveles: tres subsuelos, la planta baja,
cuatro pisos y una mansarda que se encuentra sobre el nivel de la
cúpula-claraboya. Los niveles bajo tierra alojan no solo las cajas
de seguridad y los estacionamientos vehiculares, sino además un
salón para práctica de tiro y talleres de mantenimiento, además
de una calle interna vehicular con salida por 25 de mayo. La
planta baja está dedicada a la atención al público y posee acceso
por cuatro diagonales que parten de las esquinas del edificio, que
desembocan en el gran espacio central que toma cuatro niveles
de altura, ya que a partir del entrepiso las siguientes plantas
funcionan como anillos con galerías perimetrales, dejando libre el
espacio aéreo del área de atención al público, permitiendo ver
todo desde la planta baja e iluminar el gigantesco espacio con luz
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8. natural. Apenas superados los accesos desde las esquinas,
pasando por sendos halls de recepción y habiendo subido
escalinatas, se llegan a vestíbulos intermedios de los cuales
parten baterías de ascensores y escaleras completamente
revestidas en piedra granítica. En el primer piso funciona la
Biblioteca “General Belgrano”, abierta al público.
En cuanto al estilo del edificio, se puede juzgar en rasgos
generales como monumentalista, ya que toma elementos
arquitectónicos en escala monumental, representándolos en
dimensiones inusuales, como las cuatro columnas que marcan el
acceso principal y recorren los tres niveles completos de la
fachada, o el espacio central de múltiple altura, de proporciones
inusuales e imponentes para un edificio bancario. Para crear esta
monumentalidad, Bustillo aplicó una mezcla de estilos que ya
venía trabajando en proyectos anteriores, ya que a pesar de ser
un elogioso de la modernidad y un innovador en lo técnico, era
conservador en cuanto al diseño y se encontraba en la búsqueda
de un estilo que fuera nacional, pero basado en las formas
clásicas y en las proporciones académicas. En el Banco Nación
combinó elementos de la arquitectura neoclásica de moda
durante la década de 1930 y favorecida tanto por los régimenes
nazi y fascista como por la Unión Soviética y los Estados Unidos,
como el inmenso pórtico que domina la entrada principal por la
ochava de Rivadavia y 25 de Mayo o las columnas corintias;
como la influencia clara de la tradición arquitectónica francesa, a
través de elementos como la mansarda de bronce que remata el
edificio.
En esta fachada maciza y compacta que toma los cuatro frentes
del edificio, la única irregularidad es la ochava en Rivadavia y 25
de Mayo, en donde se eligió mantener el corte a 45° que existía
en el anterior edificio de la Bolsa de Comercio, aprovechándolo
para implantar allí el acceso principal, mirando a la Casa Rosada.
Esa resolución de la ochava tan particular, hacía un juego de
simetría con la esquina de Balcarce e Yrigoyen, del otro lado de la
Plaza de Mayo, en donde existió entre 1854 y 1942 el primer
edificio del Congreso Nacional. Se formaba una simetría perfecta
que enfatizaba la Casa Rosada ampliando la perspectiva, sin
embargo con la construcción del actual edificio de la AFIP, que
tomó su esquina a 90° sin ochava, este efecto se perdió
definitivamente. Otro detalle notable es el parentesco entre las
fachadas del Banco Nación y el vecino edificio de la SIDE, que no
casualmente fue diseñado también por Alejandro Bustillo por
encargo de Federico Martínez de Hoz en 1929, y posee en su
7
9. fachada un frontis de influencia neoclásica que parece repetir el
del banco.
Para los interiores del Banco Nación, el tono es claramente más
moderno y está despojado de ornamentos con referencias tan
claras, y lo notable son los revestimientos en piedra pulida, un
rasgo que el Banco Nación comparte con un edificio anterior de
Bustillo, el Museo Nacional de Bellas Artes (1933).
Museo Histórico y Numismático
En ocasión de celebrarse el 75º aniversario del banco, se creó el
museo el 26 de octubre de 1966. Se ubicó en el primer piso del
edificio monumental y de estilo grecolatino, concebido por
Alejandro Bustillo. La sede primitiva del banco, fundado por
Carlos Pellegrini en 1891 -por la crisis del '90- estuvo en el solar
que perteneció a Garay y donde, luego, estuvo el antiguo Teatro
Colón. Lo había construido el ingeniero Carlos Enrique Pellegrini,
padre de Carlos.
El objetivo del museo fue reunir, conservar y exhibir las reliquias
y objetos vinculados con la entidad y testimonios de la historia
económica argentina. Documentos, acciones, cheques y billetes
del Banco de Buenos Aires, del Banco Nacional de las Provincias
Unidas del Río de la Plata, son prolijamente exhibidos, junto con
cajas fuertes, máquinas diversas y objetos, y una completa
colección numismática. La biblioteca especializada cuenta con
unos 200 volúmenes y el archivo histórico con más de 3.000
objetos, como onza de oro; monedas de la época colonial
acuñadas en Potosí, en 1575; colección de pesos argentinos
(1813), una de las más importantes de las existentes; piezas del
periodo federal; bonos de 50 millones de pesos de la Caja de
Conversión y la réplica de la fuente "Los Atletas", del escultor
José Zorrilla de San Martín, donada por el Banco de la República
Oriental del Uruguay, en el cincuentenario del Banco de la Nación
Argentina.
8
10. Historia de la Moneda Argentina
● El Peso Moneda Nacional (Símbolo: m$n) fue la moneda
vigente en la Argentina en el período 1881-1969. Fue creada
mediante la Ley 1.130, sancionada el 5 de noviembre de 1881
con el objetivo de unificar el sistema monetario en el país, que
hasta ese entonces, era bastante caótico, ya que habían varios
tipos de moneda (pesos moneda corriente, pesos fuerte y además
circulaban libremente monedas extranjeras. Esta ley determinó
que la unidad monetaria de la Argentina fuese el peso de oro y
plata y que los bancos de emisión debían renovar toda su emisión
de billetes a moneda nacional.
Los años entre 1881 y 1884, se caracterizan por emisiones
estipuladas por el Banco Nacional, sobre una serie de billetes en
pesos monedas nacional oro.
El 3 de Noviembre de 1887, el Congreso sanciona la ley de
Bancos Nacionales Garantidos, que establecía que cualquier
banco estaba autorizado a emitir billetes con la condición de
realizar un depósito en oro en el tesoro nacional, por el cual
recibiera una determinada cantidad de bonos públicos.
El 7 de Octubre de 1890, el Doctor Carlos Pellegrini, Presidente
de la República Argentina, crea la Caja de Conversión, que
nuclea la impresión, habilitando y emitiendo todo el papel moneda
nacional. Los primeros billetes son emitidos con fecha 5 de
septiembre de 1890.
En 1891 se liquidó el Banco Nacional y se fundó el Banco de la
Nación Argentina.
La Ley 3.505, sancionada el 20 de septiembre de 1897, autorizó a
la Caja de Conversión a renovar toda la moneda circulante de la
época. Se decidió hacer un diseño exclusivo, llamado "Efigie del
Progreso", donde aparece una mujer sentada, que sostiene una
antorcha encendida y apoya su brazo sobre una versión del
Escudo Nacional.
Estos billetes originalmente fueron creados de gran tamaño e
impresos en la Casa de Moneda, usando papel de origen francés.
Debido a su tamaño y a que el papel no resultó de buena calidad,
comenzaron a deteriorarse rápidamente. Por lo que se suspendió
la impresión y se eligió un nuevo proveedor. Los nuevos billetes
—de menor tamaño— comenzaron a emitirse en 1903.
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11. La "Efigie del Progreso", acompaña casi medio siglo, las
emisiones argentinas. Esta imagen tiene como finalidad, eliminar
del papel moneda, las figuras de personalidades políticas.
Esta serie tan importante, continúa hasta poco después de creado
el Banco Central de la República Argentina, en 1935.
En 1942, el Banco Central decide emitir sus primeros billetes
propios, con un diseño más moderno y seguro, abandonando la
clásica Efigie del Progreso.
Por problemas de momentánea falta de capacidad, algunas series
fueron impresas en Inglaterra, pero luego se retomó la impresión
en la Casa de Moneda.
● El Peso Ley 18.188 (Símbolo: $Ley) fue la moneda vigente en
la Argentina en el período 1970-1983, popularmente conocida
como peso ley. Cada peso ley equivalía a 100 m$n (Peso Moneda
Nacional).
Para que el público se fuese acostumbrado a la conversión, se
dispuso que mientras se confeccionaran los nuevos billetes con el
nuevo diseño, se continuaran emitiendo los valores existentes
pero resellados con los nuevos valores. Así, por ejemplo, los de
100, 500 y 1.000 (m$n) fueron convertidos a 1, 5 y 10 Pesos Ley
respectivamente.
El peso ley, que entró en circulación como tal en 1970, sufrió una
elevada inflación, sobre todo a partir de 1975, y en 1982. En ese
año se llegó a emitir un billete de $ 1.000.000.
En 1983 se reemplazó por una nueva unidad, el Peso Argentino.
● El Peso Argentino (símbolo: $a) fue la moneda vigente en la
Argentina en el período 1983-1985. Fue creada mediante el
Decreto 2270 y entró en vigencia el 1° de junio de 1983.
Cada Peso Argentino equivalía a 10.000 $ (Peso Ley 18.188). A
diferencia del anterior cambio de moneda, esta vez no hubo
resellado de billetes.
Sin embargo, la inflación en este periodo siguió en ascenso y en
junio de 1985, es reemplazada por una nueva moneda, el Austral.
● El Austral se convirtió en moneda de curso legal de la
República Argentina el 14 de junio de 1985, cuando el entonces
presidente Raúl Alfonsín firmó el decreto 1096, anunciando un
nuevo plan económico (llamado Plan Austral) del entonces
ministro de Economía Juan Vital Sourrouille para contener una
inflación que venía siendo creciente.
10
12. El plan incluyó la creación de una nueva moneda, equivalente a
1.000 $a (Peso Argentino). En un principio el plan pareció exitoso
para contener la alzada inflacionaria, pero hacia 1986 comenzó a
desvalorizarse con respecto al dólar y nunca más logró
reposicionarse. El austral se llegó a depreciar un 5.000% anual
con respecto al dólar hacia 1989. En 1992 fue reemplazado por
una nueva unidad monetaria, el Peso convertible, a razón de
10000 australes por peso.
Originalmente se emitieron monedas por 1/2, 1, 5, 10, 50
Centavos y billetes por 1, 5, 10, 50 y 100 Australes. Pero a
medida que la inflación fue avanzado, se empezaron a emitir
valores muchos más grandes. Se llegaron a emitir monedas de
1.000 australes y billetes de 500.000 australes.
● El Decreto del Poder Ejecutivo N° 2.128 del 10 de octubre de
1991 dispuso la puesta en vigencia, a partir del 1 de enero de
1992, de la LÍNEA PESO. Se estableció una paridad de un peso
($1) equivalente a diez mil australes (A 10.000). El peso era
convertible con el dólar de los Estados Unidos, a una relación un
peso ($1) por cada dólar, paridad ésta que se estableció
continuando con lo legislado por la Ley de Convertibilidad del
Austral N° 23.928 del 27 de marzo de 1991. Los billetes emitidos
en esa oportunidad llevaban la leyenda “convertibles de curso
legal”.
A cinco años del lanzamiento del Peso Convertible, se efectuaron
algunos cambios en la línea, que incluyeron mejoras en los
grabados, papel de un gramaje superior , marca de agua de
molde cilíndrico localizada, que reproduce el retrato del diseño
orientado en el mismo sentido.
La Ley N° 25.561, de Emergencia Pública y Reforma del Régimen
Cambiario del 6 de enero de 2002, en su artículo 3° deroga los
artículos 1° y 2° de la Ley de Convertibilidad del Austral, por lo
que se dispuso suprimir el vocablo "convertibles de curso legal"
en los billetes de la línea peso.
Asimismo, los billetes que tienen esa leyenda y que continúan en
circulación, conservan su curso legal.
11
13. La moneda de la Asamblea del año XIII
Con el pronunciamiento patriota de mayo de 1810, las ideas de
independencia se extienden por todo el Virreinato. La Junta
decide
enviar
expediciones
al
Alto
Perú,
zona
preponderantemente realista y donde los patriotas habían sido
sangrientamente reprimidos en las sublevaciones de Chuquisaca
y La Paz. Tras variada suerte, marchas y retrocesos, los ejércitos
argentinos ocupan la Villa Imperial de Potosí en 1810, 1813 y
1815, pero sólo en las dos últimas oportunidades se toman
medidas relacionadas con el medio circulante. Después de la
victoria de Salta, el 20 de febrero de 1813, el Ejército Auxiliar del
Perú a las órdenes del General Belgrano ocupa Potosí, que había
sido evacuada por el general Goyeneche el 1º de marzo.
Comunicada la noticia a Buenos Aires, la Asamblea General
Constituyente recibe un proyecto del diputado doctor Pedro José
Agrelo que propone, como medida eminentemente política, la
acuñación de un nuevo tipo de moneda, con "la única alteración
del sello, substituyendo, bajo la misma Ley, peso y valor, el
augusto emblema de la Libertad a las execrables imágenes de los
déspotas antiguos". Se aclaraba que su crédito "debe ser el
mismo, a pesar de la variación accidental del sello" y acompañaba
dibujos de las nuevas piezas (Agrelo menciona en su
autobiografía: “… se quitó su efigie [la de los reyes de España] de
la moneda, mandándola acuñar bajo un nuevo tipo enteramente
patriótico, por un decreto eminentemente soberano, que me cupo
la suerte de redactar y firmar en el mes de mi presidencia,
después de haberlo yo mismo dispuesto, presentado, y hecho
adoptar por una moción mía especial, acompañando el diseño”),
aunque estos diseños no han llegado a nuestros días. En base a
este proyecto, la Asamblea sancionó, en sesión del martes 13 de
abril, la siguiente ley:
«La Asamblea General Constituyente de las Provincias Unidas del
Río de la Plata en Sesión de este día ha expedido el Decreto
siguiente:
“Expídase orden al S.P.E para que la comunique por su parte al
Superintendente de la Casa de Moneda de Potosí, a fin de que
inmediatamente y bajo la misma ley y peso que ha tenido la
moneda de oro y plata en los últimos Reinados de D. Carlos 4º y
su hijo D. Fernando 7º; se abran y esculpan nuevos cellos por el
modo siguiente:
Moneda de Plata
La moneda de Plata que de aquí en adelante debe acuñarse en la
Casa de Moneda de Potosí, tendrá por una parte el sello de la
Asamblea Gral., quitado el Sol que lo encabeza, y un letrero
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14. alrededor que diga; Provincias del Río de la Plata; por el reverso
un Sol que ocupe todo el centro y alrededor la inscripción
siguiente; en unión y libertad; debiendo además llevar todos los
otros signos que expresen el nombre de los ensayadores, lugar
de su amonedación, año y valor de la moneda y demás que han
contenido las expresadas monedas.
Moneda de Oro
Lo mismo que la de plata con sola la diferencia, que al pie de la
pica, y bajo las manos que la afianzan, se esculpan trofeos
militares, consistentes en dos banderas de cada lado, dos
cañones cruzados y un tambor al pie. De una y otra deberán
sacarse dibujos en pergamino, que autorizados debidamente
acompañen la orden de la nueva amonedación.”
Lo tendrá así entendido el S.P.E. para su debida observancia y
cumplimiento. Bs. As. 13 de Abr. de 1813
Pedro José Agrelo Preste.
La orden se envió a Potosí el 27 de abril acompañada de los
dibujos originales en los que se habían trastocado las leyendas,
pasando las del anverso y reverso y viceversa y al mismo tiempo
suprimido la palabra "Unidas", «que en la faz del sol se había
estampado», según reza el decreto aprobatorio de los diseños
emanado de la Asamblea ese mismo día. Esto -la inversión de las
leyendas- ha sido el origen de la polémica sobre la determinación
del anverso de las primeras monedas patrias. Por su parte, en
Potosí habían seguido todos esos años acuñando monedas con
el busto del rey, en oro y plata, con fecha de 1808. La anterior
ocupación argentina había promovido una cruenta represión con
los fusilamientos del gobernador Francisco de Paula Sanz y otros
personajes, y por esta razón los principales funcionarios de la
ceca comprometidos con la causa del rey huyeron con el ejército
de Goyeneche, creando serios problemas técnicos a los patriotas.
De los 32 empleados que componían la dotación de la Casa, 12
altos funcionarios entre los que se contaba el Superintendente
Conde de Casa Real de Moneda, el ministro tesorero Manuel
Carrión, los dos ensayadores Pedro Martín de Albizu y Juan
Palomo y Sierra; el ministro fiel Carlos González de la Madrid y el
talla mayor Nicolás Moncayo evacuaron la Villa antes de la
llegada de los argentinos. Frente a esta situación se debió
ascender a oficiales subalternos, muchos de los cuales no
estaban suficientemente capacitados para ejercer los cargos y
cometieron numerosos errores. Así, el oficial 2º Pedro Venavídez
fue promovido a Talla Mayor y el oficio de Ensayador fue cubierto
con un fundidor interino de 67, años, José Antonio de Sierra. Los
cuños de las monedas de plata se abrieron rápidamente y para
13
15. fines de junio ya se conocieron en la Villa las primeras monedas,
como lo escribe un cronista anónimo: «El 25 sacaron de la Casa
de Moneda cuarenta mil pesos, que depositaron en el banco para
rescatar metales. Esta plata se selló con nuevos troqueles, en una
de sus caras, tenía un sol al medio y un rótulo que decía,
Provincias del Río de la Plata, en la otra una guirnalda al medio
de dos manos unidas que sostenían una varita y a su contorno un
letrero que decía: En Unión y Libertad, año de 1813.». El 28 de
julio el Gobierno de Buenos Aires remitió para su conocimiento al
Cabildo cincuenta monedas, recibidas unos días antes desde
Potosí, las que fueron distribuidas entre los empleados.
Los valores acuñados en plata iban desde 8 a 1/2 real y la
cantidad emitida desde el 22 de junio al 18 de noviembre fue de
879.860,5 pesos, en su mayoría en pesos de a ocho. La labor del
oro en cambio comenzó el 16 de agosto y se concluyó el 7 de
septiembre, lapso en el que sólo se amonedaron 198 marcos,
cifra cuya escasez se refleja en las piezas conocidas: una
veintena de onzas, dos ejemplares de dos escudos y cuatro de
uno. Se ignora si se acuñó e 4 escudos, puesta hasta el presente
no apareció ninguna pieza de este valor.
De acuerdo a los estudios de Cunietti, Lazo García y Gumucio, he
podido elaborar la siguiente tabla con la cantidad acuñada de
monedas por valor:
Mientras las monedas de oro llevan canto estriado oblicuo al igual
que las piezas con el busto real, en las de plata se sustituyó el de
cadeneta española por los laureles de la libertad.
Existían entre 1-5-10-25-50 soles y en duros había entre 1-5-7-1020-50 y 100
De acuerdo a los estudios de Ferrari, ampliados con posterioridad
por Janson, se conocen sólo tres cuños de anverso y de reverso
para las monedas de oro (uno de cada valor), mientras que de
plata se conocen 50 de anverso y 47 de reverso para los 8 reales;
12 de anverso y 11 de reverso para los 4 reales; 4 de anverso y 6
de reverso para los 2 reales; 2 de anverso y 2 de reverso para los
reales); y 2 de anverso y 1 de reverso para los medios reales. La
última entrega de monedas patrias se realizó en Potosí el 18 de
noviembre de 1813, el mismo día en que Belgrano inicia su
retirada hacia Jujuy después de la derrota de Ayohúma.
Previamente el general patriota hizo retirar la población de la
plaza principal y sus accesos, con el fin de volar el edificio de la
Casa de Moneda, para lo cual se habían colocado gran número
de barriles de pólvora en la sala de la fielatura. Felizmente este
plan fracasó; Cunietti coincide con Mitre al afirmar que su
"ejecución habría hecho más daño al crédito de la revolución que
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16. al enemigo y cuya concepción indica ya el grado de exaltación de
las pasiones revolucionarias". Muchas de las oficinas de la Casa
de Moneda habían sido destruidas en un intento de privar de
recursos a los realistas, quienes sólo el 9 de diciembre pudieron
reiniciar la acuñación con el busto de Fernando VII. El oficial 3º de
talla, Santiago Virnes, que había colaborado con los patriotas, fue
indultado por el mariscal Ramírez "por haber ocultado 27 matrices
de troqueles del busto de Rey cuando los insurgentes los
mandaban deshacer". En cambio, el fundidor José Antonio de
Sierra, cuya inicial J aparece en todas las monedas patrias de
1813, fue detenido por colaboracionista y permaneció en prisión
más de un año, hasta el 25 de enero de 1815, cuando el Conde
de Casa Real de Moneda dictaminó su inocencia y lo repuso en
su antiguo empleo. Mientras tanto, 16 empleados de la Casa se
habían retirado con el ejército de Belgrano, por miedo a las
represalias de los realistas.
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17. Anexos
Noticia del intento de privatización del Banco Nación en la época del
gobierno de Menem en 1998. Diario Clarín.
LOS EMPRESARIOS PIDEN QUE SE AVANCE CON LA FLEXIBILIDAD LABORAL (15/01/1998)
Menem insistió en que será privatizado el Banco Nación
La entidad estatal saldrá a la venta este año
Los directivos del Consejo Empresario Argentino indicaron que el Gobierno se
está manejando bien frente a las consecuencias de la crisis en los mercados
asiáticos
El presidente Carlos Menem aseguró a los integrantes del Consejo Empresario Argentino
(CEA) que el Banco Nación será privatizado en el transcurso de este año. Fue durante
una reunión, efectuada en la Casa Rosada, que mantuvieron el primer mandatario y los
directivos de los principales grupos económicos del país.El CEA, por su parte, solicitó al
presidente Menem que avance con el proyecto de flexibilización laboral. Al mismo tiempo
los empresarios dieron su apoyo al Gobierno por la forma en que Economía afronta los
embates de la crisis en el sudeste asiático.Luego del encuentro, el presidente de la
entidad, Santiago Soldati, dijo que si la Argentina sigue haciendo los deberes como los ha
hecho hasta ahora, va a salir con puntos a favor, va a salir victoriosa de la crisis
mundial.Soldati añadió que para que eso ocurra, hay que mostrarle a la comunidad
internacional y nacional, y al sector financiero mundial, que la Argentina sigue adelante
con la profundización del modelo. Y sin vueltas, el titular del CEA agregó que hacer los
deberes es avanzar en la reforma laboral, mantener la apertura económica, ir mejorando
el sistema de la recaudación impositiva y tratar de eliminar en lo posible el déficit
fiscal.FlexibilidadLos 804 mil nuevos empleos creados en el último año demuestran que el
crecimiento económico y la flexibilidad que existe hasta el momento han sido importantes
para la creación de empleos, afirmó Soldati.En obvia respuesta a las declaraciones del
titular de la CGT, Rodolfo Daer, quien dijo ayer que la situación no soporta más ajuste
laboral, Soldati agregó : El ajuste en el sector laboral no es una reducción salarial ni nada
de eso.Soldati también afirmó que el CEA le señaló a Menem la opinión favorable sobre la
forma en que se maneja la Argentina dentro de la crisis bursátil mundial.En este momento
la situación es mucho mejor que la del 95, porque el sector financiero está muy
consolidado y esto se debe no al azar, sino a que el Gobierno ha ido llevando adelante
una política muy positiva hacia el sector, señaló Soldati.Por su parte, Manuel Sacerdote,
vicepresidente del CEA y titular del Banco Boston, señaló que ese sector empresarial no
está de acuerdo con aquellos economistas que acusan al Gobierno de ser demasiado
pasivo frente a la crisis asiática.Pensamos que hay cosas para profundizar y hay que
seguir trabajando en la dirección que el Gobierno viene trabajando, pero vamos bien,
sostuvo el banquero.Sobre este particular, el presidente Menem fue categórico ayer al
responder por televisión: Esto del piloto automático es una frase muy poco feliz. La
economía funciona de acuerdo a la política. Y el Presidente está tomando medidas, como
la baja del 50% en el IVA para el campo.La comitiva del Consejo Empresario estuvo
integrada, además, por Jorge Brea, José Martínez de Hoz, Luis Bameule, Federico
Zorraquín, Francisco de Narváez, Eduardo Elsztain y Hugo DAlessandro, entre otros.
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18. Imágenes del Banco Nación
● Sede del banco frente a la Plaza de Mayo, en la Ciudad de Buenos Aires.
● El primer Teatro Colón, luego sede del Banco Nación entre 1888 a 1940.
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19. ● El frontis que destaca la entrada principal, detrás del Monumento a Belgrano.
● La Bolsa de Comercio estaba en Rivadavia y 25 de Mayo.
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20. Imágenes de la Moneda Argentina
● Peso Moneda Nacional
● Peso Ley 18.188
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22. Conclusión
Luego de leer la información investigada, y de darle una visita al Banco de la
Nación Argentina, pudimos llegar a la conclusión de que nuestro país tuvo que
atravesar muchas crisis, la cuales tuvieron diferentes resultados cada una, un
ejemplo es el mismo Banco, que surgió de una de ellas.
Es claro que la moneda, al Banco y la economía trabajan en conjunto, y esto
queda manifestado con la cantidad de billetes que se han impreso durante la
historia de la Argentina. Estas distintas moneda, como lo ejemplifican las
primeras monedas acuñadas del año 13, fueron producto tanto de revoluciones
como de crisis financieras.
También cabe destacar que la elegancia y delicadeza con las que se
caracteriza la arquitectura del Banco, creado en medio de una crisis, representa
la grandeza a la que aspiraba y aun aspira nuestra nación, lo cual puede
observarse al ver en persona las construcciones dentro del Banco.
Luego de investigar el tema, y mirarlo de frente, se puede observar que la
Argentina siempre ha tenido los suficientes recursos para llegar alto, pero que,
los gobiernos no siempre fueron suficientemente capaces para lograrlo, o no
han hecho lo que correspondía para hacerlo.
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