2. RESUMEN CAPITULO 4 - LA PESTE
A medida que el tiempo pasaba se iban conociendo las nuevas
consecuencias de la peste durante los meses de septiembre y octubre toda la
ciudad se vio doblegada a vivir una angustia terrible la gente que no hacía nada más
que andar en sí ya psicológicamente estaban rotos, no daban un solo paso durante
mucho tiempo, Son absortos en un mismo lugar todo esto ha afectado no solamente
estos cabezas sino las ganas de seguir con sus vidas normalmente La peste no era
la única que agobiaba a la ciudad la bruma, del calor, el agua, la lluvia, todo se juntó
para seguir con el sufrimiento De los habitantes de ahora en este punto Rieux y
todas las personas que estaban junto ahí estaban dando cuenta del cansancio que
tenía nunca lo habían tenido presente pero ahora se empezaba a notar el cansancio
no sólo de ellos sino de todos los organismos de rescate de Oran se veían
cansados, tristes y sin ganas de ayudar, las noticias De cómo iba la peste y lo que
pasaba fuera dejaron de ser importantes ya no importaba sólo sabían que la peste
estaba ahí ya no importaba nada más La única cosa que no que no dejaba de
suceder eran los trabajadores ya que trabajaban literalmente día y noche sin
importarles el resto de las cosas. Tarrou, de Rambert y de Rieux Aún con su
cansancio encima seguían buscando ayudar en el Ayuntamiento, en la Secretaría,
en los equipos de rescate, en los trabajos nocturnos, pero el agotamiento se estaba
viendo más presente sin embargo seguían positivos con la idea de que después de
que terminara la peste se irían al menos una semana de vacaciones. Para este
punto la mayoría de personas creían que la separación del resto del mundo había
sido demasiado larga todos estaban en el mismo estado trataban de resistir lo mejor
que podía pero la verdad había perdido casi todas las esperanzas habían dejado de
preguntarse qué pasaba con las otras ciudades y el mundo entero, En resumen esta
peste lo único que había hecho era sepultar la ciudad de Oran solamente había
almacén alerta enloquecimiento supersticiones tristeza dolor una enfermedad
gigante que los hacía susceptibles e inestables a todos que hacía que las cosas se
olvidaron y la pérdida se volviera más monótono Tarrou normalmente salía con
Cottard y luego contaba en cada uno de sus libros o cuadernos cómo se unían en
3. la multitud sombría y en las noches oscuras donde ya no había ni el resplandor de
una lámpara y las personas caminaban todas juntas tratando de salvarse del frío de
la peste.