SlideShare une entreprise Scribd logo
1  sur  4
Télécharger pour lire hors ligne
Silvia Giménez Rodríguez - 130 -
tradicionales el grado de patogenicidad es directamente proporcional a la cantidad de células infectadas.
Resulta también inconsistente el que haya más de 40 veces más leucocitos infectados en muchos
portadores del VIH sanos que en pacientes con SIDA. Bagasra y colaboradores (1992, pp.1385-1391)
afirman que existen personas sanas con entre 33 y 43 veces más células infectadas por VIH que en
pacientes SIDA.
En cuanto a la función biológica, se aprecia que los niveles de ARN del VIH en el SIDA son muy
bajos o inexistentes: solo de cada 10.000 a 100.000 millones de leucocitos expresan ARN vírico en el
50% de los pacientes, mientras en el otro 50% la carga viral es indetectable. Se resalta que el mismo
hecho de tener que acudir a la prueba diagnóstica a través de la ampliación de la PCR indica que tan
mínimos niveles son insuficientes para generar tal nivel de enfermedad.
En varias enfermedades del SIDA no producidas por inmunodeficiencia como es el caso del
Sarcoma de Kaposi o demencias, no se encuentra rastro del VIH. En este último caso por la incapacidad
de los retrovirus de infectar células que no se dividen como es el caso de las neuronas.
b) El agente no se encuentra en otras enfermedades
Otro de los postulados de Koch que no cumple es que el agente vírico no tendría que
encontrarse en otras enfermedades y sin embargo lo hace en 32 enfermedades más una no enfermedad
(recuento de la carga viral) distintas y algunas sin relación entre ellas como puede ser entre la demencia y
la diarrea.
c) Tras el aislamiento y la propagación en cultivo, el agente puede provocar la enfermedad de
nuevo
El VIH Tampoco cumple el tercero de los postulados de Koch, porque no consigue producir SIDA
cuando se inocula el virus a Chimpancés que fabrican anticuerpos contra el VIH igual que los humanos, e
incluso cuando se introduce en los mismos humanos accidentalmente. En este caso, aunque se
entienden limitaciones de Koch el que la mayoría de los microbios sólo resultan patógenos con el sistema
inmunológico bajo, tal es el caso con el bacilo de la tuberculosis, el cólera, el virus de la gripe y el virus de
la polio entre muchos otros. Sin embargo, esto no impide que la literatura científica aún tenga que probar
que uno solo de los miembros del personal sanitario o científico hayan contraído SIDA por haber estado
expuestos al virus del VIH. Aunque el CDC ya en 1992 diera la noticia de que 7 trabajadores sanitarios
Silvia Giménez Rodríguez - 131 -
habían desarrollado SIDA por infección ocupacional, lo cierto es que no ha habido evidencias de que
fuera esa la causa real, al no conocer el dato de sus hábitos, como pudiera ser el posible de consumo de
drogas, e incluso no se conoce el sexo de estos 7 supuestos casos de SIDA, ni si la enfermedad se ha
desarrollado antes o después del tratamiento con AZT.
A la vista de estos datos los investigadores del SIDA que reconocen el VIH como causa del
SIDA, también reconocen que esta hipótesis no cumple los postulados de Koch, pero su conclusión es
que este fallo invalida los postulados en vez de invalidar el VIH como la causa del SIDA. Argumentan que
bajo estas leyes no se demuestra al VIH como el agente que induce el SIDA, pero que habrá que mostrar
otras leyes que lo demuestren.
3.1.3.2. Evitar la patogenicidad mediante vacunación
Desde la vacunación de Jenner4 a finales del siglo XVIII todas las enfermedades víricas son
prevenidas o curadas con inmunidad antivírica. En el caso del VIH se detectan anticuerpos naturales del
virus que lo neutralizan hasta niveles indetectables, pero que son incapaces de prevenir contra las
enfermedades del SIDA. Tal y como sostienen los investigadores oficiales, son anticuerpos contra el VIH
pero no neutralizantes (Baltimore; Feinberg, 1990; Gallo, 1991) Sin embargo, existen evidencias
empíricas documentadas de que la actividad del virus es limitada debido a la inmunidad antivírica natural,
reduciéndose a menos de 1 por cada 1000 células T. (Clark, et. al., 1991)
3.1.3.3. Curar la enfermedad con fármacos antivíricos
En el apartado posterior del tratamiento de la enfermedad, se abordará con mayor detenimiento
4El médico inglés Edward Jenner realiza la primera inoculación de la vacuna contra la viruela, uno de los peores
males que sufría la humanidad: una de cada diez personas morían por su causa. Jenner, un boticario y cirujano de
Berkeley (Inglaterra), notó que los que habían sufrido previamente viruela vacuna -enfermedad de las vacas que
causa sólo síntomas de poca importancia en el hombre- demostraban resistencia cuando se exponían a la viruela.
El 14 de mayo de 1796 extrajo pus de una pústula de la mano de Sarah Nelmes, una ordeñadora que había
contraído la viruela de su vaca lechera e inoculó a James Phipps, un niño saludable de 8 años, mediante dos
incisiones superficiales. El niño desarrolló una leve enfermedad que desapareció sin la menor complicación. El
primer día de julio, se inoculó al niño con la viruela, pero no se enfermó. Hoy día la viruela es una de las pocas
enfermedades erradicadas de la faz del planeta. El descubrimiento de Jenner se publicó en su libro "An Inquiry into
the Causes and Effects of the Variolae Vaccinae, a Disease Known by the Name of Cow Pox" (Investigaciones
acerca de las causas y efectos de las vacunas de la viruela) en 1798, donde también se acuñó el término virus.
Silvia Giménez Rodríguez - 132 -
la hipótesis que sostiene que los fármacos antivirales producen efectos tóxicos en el organismo y por
tanto adversos en la cura del SIDA. De hecho, su efecto quimioterapéutico hace disminuir el sistema
inmunológico, por lo que más enfermedades oportunistas pueden ser albergadas en el organismo. Desde
que en 1987 se diera licencia al AZT como fármaco recomendado a los enfermos de SIDA y desde que
en 1990 también se concediera la licencia para ser administrado como prevención para portadores,
pasando por la triple terapia de 1996 y los actuales inhibidores de la fusión, lo cierto es que aún no se ha
curado la enfermedad.
3.1.3.4. Evitar la enfermedad evitando la infección
La ausencia de VIH no es indispensable para que no aparezcan enfermedades definitorias de
SIDA. Lo único que consigue es evitar el diagnóstico como SIDA. De hecho las enfermedades definitorias
del SIDA existían antes del virus. Recordemos la existencia de un síndrome similar a SIDA pero en
ausencia de VIH, con los mismos síntomas y las mismas enfermedades concomitantes y que en 1992 los
CDC lo consideraron una nueva enfermedad denominada Linfocitopenia Idiopática de los T CD4 (Weiss,
et. al., 1992:608-609; Faucci, 1993: 429-431)
3.1.4. Causa del SIDA
Desde que Luc Montagnier hiciera las siguientes declaraciones en la XIII Conferencia
Internacional sobre SIDA en Ámsterdam en julio 1992: “Creo que ahora deberíamos centrarnos en los
cofactores igual que lo hemos hecho en el VIH”. “...Alrededor del 10% de los seropositivos no llegará
nunca a tener SIDA” “...Hay un pequeño número de casos de SIDA en los que no hay rastro del VIH”
“...Es bastante posible que algún otro agente, a veces induzca a algún tipo de reacción autoinmune que
destruiría el sistema inmune. El VIH no es el único” y escribió: “El VIH es necesario pero, sin el cofactor
no es una causa suficiente de SIDA” (Maddox, 1992:189). Los investigadores de la hipótesis oficial
asumen de pleno esta teoría de los cofactores, considerando que estos, por un lado activarían las células
inmunocompetentes, lo que las haría susceptibles a la replicación del VIH y por otro lado, causarían
inmunodepresión por sí mismos. Tendrían efectos inmunogénicos e inmunotóxicos. (Fauci, 1993a; Levy
1993,1998). A continuación se citan algunos de los agentes que se han propuesto como cofactores en la
literatura científica a lo largo de los años.
Silvia Giménez Rodríguez - 133 -
FACTORES QUE INFLUYEN EN LA PROGRESIÓN DE LA ENFERMEDAD POR VIH
Factores Ambientales (Cofactores) Características del Huésped
Agentes infecciosos
Micoplasmas
Mycobacterium tuberculosis
Citomegalovirus
Virus de Epstein-Barr
Virus del herpes simple 1 y 2
HHV-6
HTLV-1 y HTLV-2
VIH-2
VHB
Papovavirus
Adenovirus
VIH-1 (nuevas infecciones)
Antígenos HLA
Edad
Sexo
Ejercicio y estrés
Estado nutricional
Reactividad inmune preferente (TH1/TH2)
Repertorio de receptores de quimoquinas
Fármacos y tóxicos Propiedades del inóculo vírico
Número de partículas víricas transmitidas
Vía de contagio
Características de la cepa vírica
Metadona
Heroína
Nicotina
Nitritos de amilo
Alcohol
Agentes físicos
Luz ultravioleta
Temperatura elevada
Otros
Transfusiones, etc.
Capacidad para inducir sincitios
Tasa de replicación
Resistencia a AZT
Variabilidad genética («cuasiespecies»)
Fuente: Soriano, V., (1999) Manual del SIDA. Madrid: Iespala, p. 271.
Anterior Inicio Siguiente

34

  • 1. Silvia Giménez Rodríguez - 130 - tradicionales el grado de patogenicidad es directamente proporcional a la cantidad de células infectadas. Resulta también inconsistente el que haya más de 40 veces más leucocitos infectados en muchos portadores del VIH sanos que en pacientes con SIDA. Bagasra y colaboradores (1992, pp.1385-1391) afirman que existen personas sanas con entre 33 y 43 veces más células infectadas por VIH que en pacientes SIDA. En cuanto a la función biológica, se aprecia que los niveles de ARN del VIH en el SIDA son muy bajos o inexistentes: solo de cada 10.000 a 100.000 millones de leucocitos expresan ARN vírico en el 50% de los pacientes, mientras en el otro 50% la carga viral es indetectable. Se resalta que el mismo hecho de tener que acudir a la prueba diagnóstica a través de la ampliación de la PCR indica que tan mínimos niveles son insuficientes para generar tal nivel de enfermedad. En varias enfermedades del SIDA no producidas por inmunodeficiencia como es el caso del Sarcoma de Kaposi o demencias, no se encuentra rastro del VIH. En este último caso por la incapacidad de los retrovirus de infectar células que no se dividen como es el caso de las neuronas. b) El agente no se encuentra en otras enfermedades Otro de los postulados de Koch que no cumple es que el agente vírico no tendría que encontrarse en otras enfermedades y sin embargo lo hace en 32 enfermedades más una no enfermedad (recuento de la carga viral) distintas y algunas sin relación entre ellas como puede ser entre la demencia y la diarrea. c) Tras el aislamiento y la propagación en cultivo, el agente puede provocar la enfermedad de nuevo El VIH Tampoco cumple el tercero de los postulados de Koch, porque no consigue producir SIDA cuando se inocula el virus a Chimpancés que fabrican anticuerpos contra el VIH igual que los humanos, e incluso cuando se introduce en los mismos humanos accidentalmente. En este caso, aunque se entienden limitaciones de Koch el que la mayoría de los microbios sólo resultan patógenos con el sistema inmunológico bajo, tal es el caso con el bacilo de la tuberculosis, el cólera, el virus de la gripe y el virus de la polio entre muchos otros. Sin embargo, esto no impide que la literatura científica aún tenga que probar que uno solo de los miembros del personal sanitario o científico hayan contraído SIDA por haber estado expuestos al virus del VIH. Aunque el CDC ya en 1992 diera la noticia de que 7 trabajadores sanitarios
  • 2. Silvia Giménez Rodríguez - 131 - habían desarrollado SIDA por infección ocupacional, lo cierto es que no ha habido evidencias de que fuera esa la causa real, al no conocer el dato de sus hábitos, como pudiera ser el posible de consumo de drogas, e incluso no se conoce el sexo de estos 7 supuestos casos de SIDA, ni si la enfermedad se ha desarrollado antes o después del tratamiento con AZT. A la vista de estos datos los investigadores del SIDA que reconocen el VIH como causa del SIDA, también reconocen que esta hipótesis no cumple los postulados de Koch, pero su conclusión es que este fallo invalida los postulados en vez de invalidar el VIH como la causa del SIDA. Argumentan que bajo estas leyes no se demuestra al VIH como el agente que induce el SIDA, pero que habrá que mostrar otras leyes que lo demuestren. 3.1.3.2. Evitar la patogenicidad mediante vacunación Desde la vacunación de Jenner4 a finales del siglo XVIII todas las enfermedades víricas son prevenidas o curadas con inmunidad antivírica. En el caso del VIH se detectan anticuerpos naturales del virus que lo neutralizan hasta niveles indetectables, pero que son incapaces de prevenir contra las enfermedades del SIDA. Tal y como sostienen los investigadores oficiales, son anticuerpos contra el VIH pero no neutralizantes (Baltimore; Feinberg, 1990; Gallo, 1991) Sin embargo, existen evidencias empíricas documentadas de que la actividad del virus es limitada debido a la inmunidad antivírica natural, reduciéndose a menos de 1 por cada 1000 células T. (Clark, et. al., 1991) 3.1.3.3. Curar la enfermedad con fármacos antivíricos En el apartado posterior del tratamiento de la enfermedad, se abordará con mayor detenimiento 4El médico inglés Edward Jenner realiza la primera inoculación de la vacuna contra la viruela, uno de los peores males que sufría la humanidad: una de cada diez personas morían por su causa. Jenner, un boticario y cirujano de Berkeley (Inglaterra), notó que los que habían sufrido previamente viruela vacuna -enfermedad de las vacas que causa sólo síntomas de poca importancia en el hombre- demostraban resistencia cuando se exponían a la viruela. El 14 de mayo de 1796 extrajo pus de una pústula de la mano de Sarah Nelmes, una ordeñadora que había contraído la viruela de su vaca lechera e inoculó a James Phipps, un niño saludable de 8 años, mediante dos incisiones superficiales. El niño desarrolló una leve enfermedad que desapareció sin la menor complicación. El primer día de julio, se inoculó al niño con la viruela, pero no se enfermó. Hoy día la viruela es una de las pocas enfermedades erradicadas de la faz del planeta. El descubrimiento de Jenner se publicó en su libro "An Inquiry into the Causes and Effects of the Variolae Vaccinae, a Disease Known by the Name of Cow Pox" (Investigaciones acerca de las causas y efectos de las vacunas de la viruela) en 1798, donde también se acuñó el término virus.
  • 3. Silvia Giménez Rodríguez - 132 - la hipótesis que sostiene que los fármacos antivirales producen efectos tóxicos en el organismo y por tanto adversos en la cura del SIDA. De hecho, su efecto quimioterapéutico hace disminuir el sistema inmunológico, por lo que más enfermedades oportunistas pueden ser albergadas en el organismo. Desde que en 1987 se diera licencia al AZT como fármaco recomendado a los enfermos de SIDA y desde que en 1990 también se concediera la licencia para ser administrado como prevención para portadores, pasando por la triple terapia de 1996 y los actuales inhibidores de la fusión, lo cierto es que aún no se ha curado la enfermedad. 3.1.3.4. Evitar la enfermedad evitando la infección La ausencia de VIH no es indispensable para que no aparezcan enfermedades definitorias de SIDA. Lo único que consigue es evitar el diagnóstico como SIDA. De hecho las enfermedades definitorias del SIDA existían antes del virus. Recordemos la existencia de un síndrome similar a SIDA pero en ausencia de VIH, con los mismos síntomas y las mismas enfermedades concomitantes y que en 1992 los CDC lo consideraron una nueva enfermedad denominada Linfocitopenia Idiopática de los T CD4 (Weiss, et. al., 1992:608-609; Faucci, 1993: 429-431) 3.1.4. Causa del SIDA Desde que Luc Montagnier hiciera las siguientes declaraciones en la XIII Conferencia Internacional sobre SIDA en Ámsterdam en julio 1992: “Creo que ahora deberíamos centrarnos en los cofactores igual que lo hemos hecho en el VIH”. “...Alrededor del 10% de los seropositivos no llegará nunca a tener SIDA” “...Hay un pequeño número de casos de SIDA en los que no hay rastro del VIH” “...Es bastante posible que algún otro agente, a veces induzca a algún tipo de reacción autoinmune que destruiría el sistema inmune. El VIH no es el único” y escribió: “El VIH es necesario pero, sin el cofactor no es una causa suficiente de SIDA” (Maddox, 1992:189). Los investigadores de la hipótesis oficial asumen de pleno esta teoría de los cofactores, considerando que estos, por un lado activarían las células inmunocompetentes, lo que las haría susceptibles a la replicación del VIH y por otro lado, causarían inmunodepresión por sí mismos. Tendrían efectos inmunogénicos e inmunotóxicos. (Fauci, 1993a; Levy 1993,1998). A continuación se citan algunos de los agentes que se han propuesto como cofactores en la literatura científica a lo largo de los años.
  • 4. Silvia Giménez Rodríguez - 133 - FACTORES QUE INFLUYEN EN LA PROGRESIÓN DE LA ENFERMEDAD POR VIH Factores Ambientales (Cofactores) Características del Huésped Agentes infecciosos Micoplasmas Mycobacterium tuberculosis Citomegalovirus Virus de Epstein-Barr Virus del herpes simple 1 y 2 HHV-6 HTLV-1 y HTLV-2 VIH-2 VHB Papovavirus Adenovirus VIH-1 (nuevas infecciones) Antígenos HLA Edad Sexo Ejercicio y estrés Estado nutricional Reactividad inmune preferente (TH1/TH2) Repertorio de receptores de quimoquinas Fármacos y tóxicos Propiedades del inóculo vírico Número de partículas víricas transmitidas Vía de contagio Características de la cepa vírica Metadona Heroína Nicotina Nitritos de amilo Alcohol Agentes físicos Luz ultravioleta Temperatura elevada Otros Transfusiones, etc. Capacidad para inducir sincitios Tasa de replicación Resistencia a AZT Variabilidad genética («cuasiespecies») Fuente: Soriano, V., (1999) Manual del SIDA. Madrid: Iespala, p. 271. Anterior Inicio Siguiente