La terapia estructural se centra en la dinámica de las interacciones familiares. Propone que los problemas se deben a desequilibrios estructurales en la familia. El terapeuta realiza un diagnóstico estructural y luego reestructura la dinámica familiar mediante técnicas como la escenificación y el trazado de límites, con el objetivo de activar un cambio que resuelva los problemas presentados.
1. Terapia Estructural
Por: Moisés Manzano y Lucio Olmedo
La terapia estructural es una de las más usadas para la intervención familiar,
pues su marco conceptual permite organizar, ordenar y darle sentido a
problemáticas complejas en las interacciones familiares. Es Salvador Minuchin
quien propone este modelo tras el trabajo con adolescentes internos a un centro de
rehabilitación a delincuentes, preocupándose por el contexto social y la intervención
en familias de clase social baja.
Conceptos básicos
La estructura familiar está formada a través de las interacciones repetidas a
lo largo del tiempo que nos indican el cómo, cuándo y dónde relacionarse un
miembro con el otro, lo que conlleva a un patrón invisible de demandas y
expectativas funcionales. De igual manera, la estructura familiar está compuesta por
dos tipos de regles, las universales y las que son únicas en cada familia. Entre ellas
están; la necesidad de una jerarquía y establecimiento de roles.
Los subsistemas son unidades más pequeñas dentro del sistema familiar, los
cuales se forman con el fin de cumplir funciones diferentes. Estos subsistemas se
pueden formar a partir del sexo, edad, intereses, procedencia, etc. Sin embargo, los
subsistemas más importantes son el conyugar, parental y el filial. El subsistema
conyugal es el formado de la unión de dos personas adultas con el objetivo de
formar un vínculo como pareja. Para este subsistema, se debe establecer reglas
respecto a los límites con el exterior y con la acomodación. El cual se da con la
adaptación y la comunicación respecto a las características, necesidades y estilo de
2. interacción personal del otro. La gran mayoría de acuerdos entre la pareja se da de
manera implícita, a pesar de que muchas necesitan ser dialogadas. Una de las
características de este subsistema es que los acuerdos deben están establecidos
en modo de dar y recibir, además del doble limite, es decir, lo que lo separa del otro
y del exterior. El subsistema parental se desarrolla cuando una pareja decide tener
hijos de los cuales estar a cargo. Es en este subsistema en el que los padres,
desarrollan en los hijos la vinculación afectiva, modelos de roles de género y
autonomía. El subsistema filial es el primer grupo de iguales del que un niño forma
parte, pues es el que está constituido por los hermanos. El objetivo de este
subsistema es prepáralos para las relaciones y la amistad.
Los límites o fronteras son el conjuntos de reglas que determina el tipo de
contacto entre los subsistemas, quien puede participar de ellos y como puede
hacerlo. Su función es que cada subsistema desarrolle sus funciones y protegerlos.
Los límites pueden ser clasificados en rígidos, claro y difusos. Los limites rígidos
son aquellos que aíslan a los subsistemas unos con otros, logrando que cada uno
sea más autónomo, sacrificando la conexión emocional. En los límites difusos hay
un excesivo intercambio de información entre subsistemas, promoviendo mayor
dependencia entre ellos, mientras que en los límites claros permiten la autonomía y
la diferenciación entre los subsistemas, así como la buena comunicación, contacto
y apoyo.
En la estructura familiar se pueden encontrar alianzas y coaliciones. Las
alianzas, son aquellas relaciones de especial cercanía, entre dos miembros de la
familia, son de carácter positivo y promueven la pertenencia sin dañar a otro
3. miembro. Por el contrario, se encuentran las coaliciones, las cuales se caracterizan
por la unión de dos miembros en contra de algún miembro de la familia, son de
carácter problemático.
El ciclo vital familiar se presenta a lo largo del desarrollo de la familia. Cada
que termina e inicia un ciclo se generan cambios en su funcionamiento, lo que puede
provocar incertidumbres y tensiones en la familia. Los problemas en las familias,
con frecuencia están ligados a estos cierres de ciclos, por lo que el terapeuta puede
ayudar a la nueva adaptación.
La jerarquía es necesaria en la estructura familiar, pues es está la que le
otorga mayor poder o autoridad a los padre o adultos dentro de la familia. Esta
jerarquía debe ser clara y eficaz para poder evitar disfunciones, desequilibrios y
luchas de poder.
Visión global del proceso terapéutico.
Dentro del trasfondo de un análisis estructural de la familia, se encuentran
dos ideas fundamentales las cuales ayudan a guiar la evaluación y la intervención,
se trata del supuesto de competencia y el supuesto de originalidad. (Simon, 1995).
El supuesto de competencia menciona que muchas familias con problemas
se han quedado estancadas en patrones de relación que en el pasado fueron útiles,
pero crean conflicto ahora en el presente. Cada una de las familias disponen de
diferentes alternativas que buscan logar un mejor funcionamiento familiar y una de
las tareas del terapeuta es darles confianza para poder explorar y ayudarles a
encontrarlas. El supuesto de originalidad plantea que dentro de las familias se
4. podrían compartir algunas características similares a otra, pero cada familia es
esencialmente diferente. Por eso dentro de la evaluación es importante poner
atención a lo que es particular en esa familia ya que cada miembro tiene sus propias
experiencias.
Características de la familia funcional
Una familia llega a ser funcional cuando su estructura de límites, subsistemas
y organización jerárquica permite mantenerla unidad por medio del cumplimiento de
tareas que son esenciales para el crecimiento y bienestar de los miembros que la
integran. Esta debe tener demasiada estabilidad para poder brindar a los miembros
equilibrio y así puedan adaptarse a los cambios continuos que puedan presentarse
como la inclusión de nuevos miembros (nacimiento, adopción, matrimonio), pérdida
(salida del hogar, muerte), nuevas necesidades de los integrantes (cambios
evolutivos en la niñez, adolescencia, enfermedades) y las modificaciones del
contexto en el que viven (cambio de trabajo, mudanza).
En estas situaciones es normal que la familia pueda sentir ansiedad y
dificultades mientras se afronta la situación. Algunas reglas de relación ya no sirven
y es necesario modificar la estructura con el fin de poder afrontar las situaciones
nuevas. Sin embargo, la disfunción familiar se va a presentar bajo estas situaciones
de cambio, cuando la familia no es capaz de modificar su estructura y organización
dinámica para adaptarse a ellas. Esta dificultad puede ser temporal y parte de un
proceso de adaptación.
5. Metas en la terapia
Dentro de este modelo los problemas que surgen se deben a que la
estructura familiar no logra adaptarse a las nuevas vivencias, necesidades o
situaciones que se tienen que enfrentar, es por eso que el objetivo de la terapia es
activar un cambio en la estructura familiar y por ende se produzca un cambio en la
problemática presentada.
Rol del terapeuta
El rol del terapeuta se caracterizaba por ser muy activo y directivo buscando
generar el cambio en las pautas familiares por medio del cuestionamiento directo
de los roles, siendo en ocasiones un tanto desafiante y confrontando la actuación
de los miembros de la familia. Minuchin en su último libro (Minuchin, Nichols y Lee,
2007) señala las aportaciones que el enfoque narrativo ha tenido para la terapia
estructural, recuperando la importancia de las experiencias y los significados
individuales, siendo una postura más respetuosa y menos directiva la cual
promueve el cambio en colaboración con la familia.
Estrategias y técnicas
El proceso de cambio se desarrolla a través de cuatro fases: Joining y
acomodación: el terapeuta establece contacto y alianza con los pacientes con el fin
de poder ganar su confianza y así ellos puedan exponer sus preocupaciones,
miedos, explorar modos alternativos de relacionarse y aceptar sus intervenciones
para generar el cambio.
6. Diagnóstico estructural: el terapeuta por medio de la observación realiza un
diagnóstico del problema o situación por la que acuden y observa como incluye a
todos los miembros de la familia. También nos brinda una idea de las áreas
disfuncionales y objetivos para el cambio. Esta estrategia se basa en seis áreas;
estructura familiar, la flexibilidad del sistema y su capacidad para modificar el
sistema, la medida en que el sistema es sensible a los mensajes de cada miembro
de la familia, contexto vital de la familia, la fase de ciclo vital familiar y logro las
tareas y síntoma presentado por el paciente. Para el diagnostico estructural es
importante realizar una representación gráfica donde se indique los aspectos más
relevantes de la organización familiar.
Cuestionamiento del síntoma: el terapeuta amplía la perspectiva del
problema que con frecuencia plantean y lo realiza explorando la dinámica relacional
presente y la historia familiar de estas pautas relacionales. Se les puede brindar a
la familia una definición relacional de su problema con el fin que les permita observar
como ese síntoma se relaciona con la interacción familiar (puestas en escena).
También se analizan las perspectivas de cada miembro de la familia y se ayuda en
la reformulación del problema.
Reestructuración: una vez analizada la situación del problema, que les
dificulta el cambio, en qué personas y cuales áreas hay más posibilidad de cambio,
se interviene con el objetivo de modificar aspectos estructurales o disfunciones de
jerarquía. Las tareas que se asignas dentro de la sesión también son parte para
generar cambios en la estructura.
7. Técnicas estructurales
Escenificación (enactments): el terapeuta guía a la familia a la actuación de
cierta problemática interactuando entre ellos mismos con el fin de observar y
modificar las pautas de interacción familiar. Son tres los pasos que hay que seguir
para poner una escena; 1. Inicio de la escenificación- retirada del terapeuta: el
terapeuta brinda un tema para comenzar a desarrollar la interacción y en ese
momento el terapeuta permite que la familia actué como si estuvieran solos. 2.
Facilitación de la escenificación: el terapeuta se mantiene retirado, simplemente los
motiva a expresar con más detalle lo que siente, piensan y buscar que los miembros
puedan participar. 3. Conclusión o cierre: después de poner la escena en juego el
terapeuta propone una nueva perspectiva para la interacción, destaca el esfuerzo
de los participantes y con estas nuevas formas de relacionarse se empieza a
generar un cambio.
Trazado de límites: el terapeuta se encarga de establecer el control durante
la sesión, por ejemplo, respetar cuando algún miembro de la familia está hablando
y esperar su turno para poder opinar, sentarse de una forma determinada con el fin
de no crear riñas dentro de la sesión, etc.
Intensidad e inducción de crisis: cuando no ha funcionado con alguna otra
técnica el terapeuta busca la manera de crear un efecto de mayor intensidad y
resaltar el mensaje. Por ejemplo, repetición de un mensaje, tono de voz, el ritmo de
las palabras para aumentar el dramatismo. En la inducción de crisis el terapeuta y
la familia unen sus fuerzas con el fin de afrontar y modificar el problema de alguna
situación que es muy urgente hacerlo y la familia tienda a evitarlo.
8. Desequilibrio: el terapeuta crea una alianza terapéutica con el miembro que
se encuentra en una posición con mayor debilidad, forzando un cambio en el
subsistema con el fin de buscar el equilibrio dentro de la estructura familiar.
Posteriormente el terapeuta compensa el desequilibrio apoyando otros miembros
de la familia.
Potenciar los recursos y la competencia familiar: se da énfasis en poder
identificar todos los aspectos positivos de la familia y los individuos que la
componen. Es muy importante resaltar los pequeños cambios y éxitos positivos que
se han obtenido durante las sesiones.
Intervenciones no verbales y el uso de metáforas: el terapeuta utiliza su
lenguaje no verbal como bloquear con gestos la intervención de algún miembro,
poner en pie a una persona que a la que se quiere dar más poder, etc. Y la utilización
de metáforas permite la confrontación con los miembros de la familia.
9. Referencias
Moreno Fernández, A. (2014), Manual de Terapia Sistémica: Principios y
herramientas de intervención. Bilbao, España: EDITORIAL DESCLÉE DE
BROUWER.