1. HEMORRAGÍAS
Una hemorragia es la pérdida de sangre de forma incontrolada y anormal del sistema
circulatorio. Puede ocurrir tanto internamente, dentro del cuerpo, como externamente,
a través de una herida o una abertura en la piel. Las hemorragias pueden ser leves y
auto limitantes, o graves y potencialmente mortales, dependiendo de la causa y de la
cantidad de sangre perdida.
Existen diferentes tipos de hemorragias, entre las más comunes se encuentran:
Hemorragia externa: Ocurre cuando hay una ruptura en la piel o los tejidos y la sangre
se derrama hacia fuera del cuerpo. Estas hemorragias se pueden clasificar según la
cantidad de sangre perdida, como ligeras, moderadas o graves.
Hemorragia interna: Se produce cuando hay una ruptura en los vasos sanguíneos
internos y la sangre se acumula dentro del cuerpo. Estas hemorragias pueden ser
difíciles de detectar y pueden ser causadas por lesiones traumáticas, como fracturas
de huesos o lesiones en órganos internos.
Hemorragia gastrointestinal: Se origina en el sistema digestivo y puede ser
causada por diferentes condiciones, como úlceras pépticas, diverticulosis,
enfermedad inflamatoria intestinal, tumores o traumatismos. Los síntomas
pueden incluir vómitos con sangre, heces negras y alquitranadas (melena) o
sangre roja brillante en las heces.
Hemorragia cerebral: Ocurre en el cerebro y puede ser causada por un trauma
craneal, aneurisma cerebral, malformaciones arteriovenosas, hipertensión
arterial, entre otras causas. Los síntomas pueden variar dependiendo de la
ubicación y la cantidad de sangre liberada, e incluyen dolor de cabeza intenso,
cambios en la visión, debilidad, dificultad para hablar y pérdida de conciencia.
Es importante buscar atención médica de emergencia si se experimenta una
hemorragia grave o persistente, ya que puede poner en peligro la vida. El
tratamiento dependerá de la causa y la gravedad de la hemorragia e puede
incluir presión directa sobre la herida, suturas, transfusiones de sangre,
medicamentos o cirugía, según sea necesario.
Las hemorragias pueden deberse a una variedad de causas, que van desde
lesiones traumáticas hasta enfermedades o condiciones médicas subyacentes.
Algunas de las principales causas de las hemorragias incluyen:
2. Lesiones traumáticas: Las heridas, cortes o lesiones pueden provocar
hemorragias externas. Esto puede ocurrir debido a accidentes, caídas, lesiones
deportivas, heridas de arma blanca, entre otros. La gravedad de la hemorragia
dependerá del tipo y la ubicación de la lesión. Enfermedades o condiciones
médicas: Algunas enfermedades y afecciones pueden causar hemorragias
internas o externas. Algunos ejemplos incluyen:
Trastornos de la coagulación: Los trastornos como la hemofilia, la
trombocitopenia (baja cantidad de plaquetas) o los trastornos de la función
plaquetaria pueden provocar una coagulación deficiente y aumentar el riesgo
de hemorragias.
Enfermedades gastrointestinales: Úlceras pépticas, enfermedad inflamatoria
intestinal (como la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa), diverticulosis,
tumores gastrointestinales o angiodisplasias pueden causar hemorragias
gastrointestinales.
Enfermedades del sistema cardiovascular: Las enfermedades cardíacas, como
infarto de miocardio, insuficiencia cardíaca, hipertensión arterial o aneurismas,
pueden provocar hemorragias internas o cerebrales.
Enfermedades renales: Algunas enfermedades renales, como los cálculos
renales o los tumores renales, pueden causar hematuria (presencia de sangre
en la orina).
Enfermedades del hígado: La cirrosis hepática, causada principalmente por el
consumo excesivo de alcohol o infecciones crónicas del hígado, puede llevar a
la formación de várices esofágicas que pueden romperse y causar hemorragias
graves.
Medicamentos o tratamientos: Algunos medicamentos, como los
anticoagulantes (por ejemplo, warfarina o heparina), los antiinflamatorios no
esteroides (AINE), los inhibidores de la agregación plaquetaria (por ejemplo,
aspirina) o los anticoagulantes orales directos, pueden aumentar el riesgo de
hemorragias. Además, ciertos tratamientos médicos, como la radioterapia o la
quimioterapia, también pueden causar hemorragias en algunos casos.