1. El poder constituyente originario: Es el poder de elaborar una Constitución, el que se puede ejercer de manera primigenia, es decir cuando se da por primera vez una Carta Fundamental, o porque se desea reemplazar la vigente por una nueva. Es un poder en principio ilimitado, con plenos poderes y competencias para elaborar o reformar la Constitución. Es un poder pleno, pues en este caso no existe una Constitución ni ninguna norma jurídica positiva anterior, pues antes de ejercer este poder constituyente originario fundacional el Estado como tal jurídicamente no existe. El poder constituyente constituido o derivado: Tiene la facultad de reformar la Constitución elaborada por el poder constituyente originario, no de dictar una nueva. Es un poder que deriva la Constitución, por lo que no es ilimitado positivamente como el poder constituyente originario. Adicionalmente, el ejercicio de esta facultad otorgada por la Constitución al poder constituyente derivado debe someterse a los procedimientos establecidos en la propia Carta Primera. En definitiva, la potestad del poder constituyente derivado se limita a reformar la Constitución, y lo hace en la forma y a través de los procedimientos señalados en el Código político. Bibliografía: Rafael Oyarte Martínez, Curso de Derecho Constitucional, Tomo I Fuentes del Derecho Constitucional Poder Constituyente Derechos Políticos.