2. FAMILIA Y TRANSMISIÓN DE VALORES
En este artículo se hace una breve exposición de la «situación» de la familia en el
contexto de la sociedad occidental. La «crisis» de la familia y los diferentes modelos
de la estructura familiar son abordados, desde una perspectiva sociológica, como
marco real para una educación en valores en el ámbito de la familia.
En ella encuentran los hijos las «condiciones ambientales» imprescindibles para el
aprendizaje de los valores: el clima moral, de seguridad y confianza, de diálogo y
responsabilidad que haga posible, desde la experiencia, la apropiación del valor. La
familia educa más por lo que «hace» que por lo que «dice».
FAMILIA Y TRANSMISIÓN DE VALORES
Pedro ORTEGA RUIZ y Ramón MÍNGUEZ VALLEJOS
Universidad de Murcia. Facultad de Educación. Departamento de Teoría e Historia de la Educación. Campus Universitario de
Espinardo. Murcia.
3. LOS VALORES Y LOS DESAFÍOS ACTUALES
Los valores constituyen un complejo y multifacético fenómeno que guarda relación con
todas las esferas de la vida humana. Están vinculados con el mundo social, con la historia,
con la subjetividad de las personas, con las instituciones. Realmente vivimos un mundo
lleno de valores. Y, por supuesto, uno de los ámbitos fundamentales donde los valores
tienen su asiento es la familia.
Los valores y la familia
autor: Dr. José Ramón Fabelo Corzo.
Capítulo VI del libro Los valores y los desafíos actuales. BUAP, México, 2001
4. LA FAMILIA COMO EJE FUNDAMENTAL EN LA FORMACIÓN DE VALORES EN EL NIÑO
La familia es referencia de vida de cada persona en nuestra sociedad; son estructuras complejas en
donde se vierten las emociones de los individuos, son filosofías de vida en donde se mantienen los
vínculos afectivos, valórales y en donde se ponen más a prueba los conflictos humanos. En el seno de la
familia se producen procesos básicos: la expresión de sentimientos, adecuados o inadecuados, la
personalidad del individuo y patrones de conducta; todo esto se aprende en la dinámica familiar y los
que así aprendan enseñarán a su vez a sus hijos, más o menos del mismo. Cuando su integración es
positiva, dentro de ellas se generan los valores más íntimos del espíritu: amor, bondad, y toda una serie
de expresiones éticas y de felicidad personal; pero al mismo tiempo si no sucede así la familia viene
siendo el centro de sufrimiento y malestar más grande del hombre. Los miembros de una familia tienden
a parecerse, no sólo fenotípicamente sino conductualmente
Libro: La familia como eje fundamental en la formación de valores en el niño
Dra. Odalys Suarez. Medico Pediatra. Profesor Asociado Universidad de Carabobo. Dr. Jose Moreno.
Profesor Asociado Universidad de Carabobo. Filial Carabobo, Sociedad Venezolana de Puericultura y
Pediatría
5. VALORES DE LA FAMILIA
La familia es el lugar ideal donde forjar una serie de valores, que son necesarios para lograr un modo de
vida más humano que se transmitirá a la sociedad. El valor nace y se desarrolla cuando cada uno de los
miembros de una familia, asume con responsabilidad el papel que le ha tocado desempeñar en su
familia, procurando el bienestar, desarrollo y felicidad del resto de los miembros. El valor de la familia se
basa en la presencia física, mental y espiritual de las personas en el hogar, haciendo un esfuerzo por
cultivar los valores en la persona misma, y de esta forma estar en las condiciones de poder transmitirlos
y enseñarlos
Revista Digital de futuros maestros en la Facultad de Educación de Toledo. Director: Ricardo Fernández
Muñoz.
6. ÉTICA DE LA VIDA FAMILIAR Y TRANSMISIÓN DE VALORES MORALES
La familia es una comunidad ética de personas en cuyo seno se vive la hospitalidad como criterio para edificar la moralidad
de la persona. La familia es el espacio social en que se hace efectiva la responsabilidad de los padres hacia el cuidado de
sus hijos. Si las relaciones familiares son una praxis de la hospitalidad, entonces la vida familiar es espacio privilegiado para
el aprendizaje de valores que se experimenta como cuidado responsable del otro. Así pues, los valores se aprenden en y
desde la experiencia de la acogida, de la donación y del acompañamiento de los adultos como narración y testimonio ante
niños y adolescentes. La experiencia de la acogida se convierte en cuidado responsable de los padres hacia sus hijos; el
cuidado responsable es la actitud ética fundamental de los padres para que los hijos puedan aprender valores morales
dentro de la vida familiar. De esa actitud se derivan cuatro criterios básicos: el tacto o sensibilidad pedagógica, la escucha
atenta, el humor y la comunicación interpersonal. Se establece que el tacto es un modo adecuado para que padres e hijos
establezcan relaciones. Junto al tacto, se indica que la escucha atenta es otro ingrediente importante de la educación en
valores. El diálogo y el humor, por su parte, se convierten en elementos dinámicos de las relaciones interpersonales. Por
último, la comunicación interpersonal se desenvuelve en relatos personales entre padres e hijos en la vida familiar.
Ética de la vida familiar y transmisión de valores morales
Ramón Mínguez Vallejos Universidad de Murcia. Facultad de Educación. Murcia, España.
7.
8. Falta de comunicación
La falta de comunicación va creando problemas dentro de la familia.
Entre los esposos: La falta de comunicación entre ellos, va enfriando la relación al grado de llegar a
pensar que los cónyuges ya no se importan mutuamente, pierden interés el uno del otro y se vuelven
indiferentes entre ellos.
Entre padre e hijos: La falta de comunicación entre ellos provoca que los hijos se alejen de la familia, lo
que podría generar a futuro problemas de aprendizaje, problemas de conducta, problemas sociales, que
podrían desencadenar en un futro el caer en adicciones o en el caso de la responsabilidad terminar con
embarazos prematuros.
Lograr que los padres busquen tiempo para dialogar con sus hijos sobre sus
intereses, aficiones, temores y situaciones que elevan o bajan autoestima.
9. Educar en la libertad con límites
En el ámbito familiar es peligroso no orientar, no dar criterios y sustituir
decisiones del niño, esto crea una falsa libertad fundada en actitudes que no
favorecen la verdadera libertad interior. La verdadera educación enseña a valerse
por sí mismo, es decir enseña a tener una jerarquía de valores en el momento de
tomar una decisión.
Sin embargo el padre debe tener cuidado, pues dejar que el niño sea libre no
implica dejarlo a su suerte, sin supervisión y guía.
Lograr que los padres permitan a sus hijos tomar sus propias decisiones, darles la
oportunidad de resolver por sí mismos sus dificultades.
10. Falta de respeto
La autoridad se encuentra en una encrucijada y, por tanto, es difícil saber cómo ejercerla. A tal punto,
que tenemos planteada una auténtica crisis de autoridad en la familia: Los padres se quejan de la
desobediencia de los hijos y de la falta de respeto que llega a veces a la altanería. Los hijos, por el
contrario, reprochan el autoritarismo de los padres y sus imposiciones. Muchas veces causada por la
juventud de los padres, los cuales no terminan de ser hijos y creen que siendo permisivos lograran
educar bien a sus hijos.
Es importante que los padres sepan emplear los elementos adecuados para ejercer
una autoridad equilibrada, serena, compartida, con espíritu de crítica y revisión.
11. Falta de amor
Este valor muchas veces se empieza a perder en la familia ¿Como?
Muchos padres de hoy en día deben pasar mas horas trabajando que viento por
sus niños, quedando ellos a cargo de sus abuelos, nanas u otro familiar, esto trae
como consecuencia un desapego hacia la madre o el padre, sintiendo los niños
que sus padres no los quieren ya que no tiene el tiempo suficiente para estar a su
lado, brindarles afecto y compartir buenos momento s como familia.
Buscar en los padres mayor tiempo de calidad y afecto con sus niños.
12. Falta de tolerancia
La tolerancia se basa en la propia seguridad que transmitimos a los demás con nuestras actitudes y
comportamientos. Podemos ser tolerantes en la medida que no tememos que nuestro yo se resquebraje.
La intolerancia tiene como base la inseguridad psicológica. Al sentirse débil la persona ataca al otro o se
repliega a si misma o se autocastiga por no conseguir las metas previstas. Por ello es importante que los padres
enseñen a los hijos lo siguiente:
• Debemos enseñar a los niños que sean capaces de escuchar la palabra No (una negativa, un desaire, etc. sin
que se descontrolen.
• Hay que transmitirle a los niños que debemos aprender a valorar a las personas por su belleza interior
(honradez, solidaridad, capacidad de respeto, etc.)
Es importante que los padres sean tolerantes con sus pequeños, respeten sus
etapas y vivencias, para que así ellos puedan ser tolerantes a futuro.
13. BUSCAMOS AMOR Y RESPETO DE NUESTROS
HIJOS, PERO ¿LO ENSEÑAMOS EN CASA?