1. Psicopedagoga de la enseñanza y el aprendizaje
Estrategias de educación emocional adecuadas para el desarrollo de esta
competencia
Neptali García Flores
Daniel Goleman define la inteligencia emocional como la capacidad para
reconocer sentimientos en uno mismo y en otros, siendo hábil para gestionarlos y
dirigirlos a la hora de relacionarse con los demás. Así, las personas que cuentan
con inteligencia emocional tienen la capacidad de ajustar sus comportamientos y
emociones a las situaciones. Por lo que se puede decir que a mayor inteligencia
emocional mayor capacidad para reconocer emociones y adaptarse a las
situaciones. La educación emocional tiene como objetivo el desarrollo de
competencias emocionales. Esto se puede hacer de formas muy diversas. Pero en
general se trata de una práctica que se puede entender como una forma de
entrenamiento en habilidades y competencias. Las competencias emocionales son:
a) Conciencia emocional: conocer las propias emociones y las emociones de los
demás. Esto a través de la autobservación y la observación del contexto.
b) Regulación emocional: dar una respuesta apropiada a las emociones que
experimentamos. Sus componentes principales son la tolerancia a la frustración,
el manejo de la ira, la capacidad para retrasar gratificaciones, la habilidad de
afrontamiento en situaciones de riesgo (consumo de drogas, violencia, etc.),
desarrollo de empatía. Algunas técnicas son: dialogo interno, introspección,
meditación, control del estrés, auto afirmaciones positivas, asertividad,
reestructuración cognitiva, imaginación emotiva. Se puede empezar por
emociones como la ira, miedo, tristeza, vergüenza, timidez, culpabilidad, envidia,
alegría, amor, etc.
c) Autonomía emocional: capacidad de no verse seriamente afectado por los
estímulos del entorno. Se requiere de una sana autoestima, autoconfianza,
percepción de autoeficacia, automotivación y responsabilidad. Es un equilibrio
entre la dependencia emocional y la desvinculación.
d) Habilidades sociales: facilitan las relaciones interpersonales con emociones
entretejidas. El escuchar a las personas y la empatía son la entrada a actitudes
pro sociales, que son contrarias a actitudes racistas, machistas que ocasionan
problemas. Las emociones interculturales son las que experimentamos cuando
estamos con personas de otra etnia, color, cultura, lengua, religión, etc., y que
según se utilicen facilitan o dificultan la convivencia.
e) Competencias para la vida y el bienestar: conjunto de habilidades, actitudes
y valores que promueven la construcción del bienestar personal y social.
Es importante para el desarrollo de la inteligencia emocional trabajar con seis
puntos cruciales:
I. Conocimiento de uno mismo
2. II. Empatía
III. Regulación emocional
IV. Habilidades sociales
V. Automotivación
VI. Felicidad
Por su parte los integrantes del CASEL (Collaborative for Academic, Social, and
Emotional Learning), describen cinco grupos de habilidades o aptitudes esenciales
para la inteligencia emocional:
1) Autoconciencia: identificar los pensamientos, los sentimientos y la fortaleza de
cada uno, y notar como influyen en las decisiones y en las acciones.
2) Autoconciencia social: identificar y comprender los pensamientos y los
sentimientos de los demás desarrollando la empatía y ser capaz de adoptar el
punto de vista de otros.
3) Auto ingestión: dominar las emociones para que faciliten la tarea que se está
realizando y no interfieran en ella; establecer objetivos a corto y largo plazo; y
hacer frente a los obstáculos que puedan aparecer.
4) Toma de decisiones responsables: generar, ejecutar y evaluar soluciones
positivas e informadas a los problemas, y considerar las consecuencias a largo
plazo de las acciones para uno mismo y para los demás.
5) Habilidades interpersonales: expresar rechazo a las presiones negativas de
compañeros y trabajar para resolver conflictos con el objetivo de mantener unas
relaciones sanas y gratificantes con los individuos y el grupo.
Otras habilidades que caracterizan a la inteligencia emocional son: suficiente
motivación y persistencia en los proyectos, resistencia a las frustraciones, control
de los impulsos, regulación del humor, desarrollo de la empatía y manejo del estrés.
Todas las personas podemos ser emocionalmente inteligentes, solo de trata
de poner en práctica ciertas pautas. Usar adecuadamente las herramientas que
tenemos disponibles es la forma de lograrlo.
Identificar y manejar las emociones adecuadamente: tratar siempre de
reconocer cual es la emoción que esta predominando en ese momento,
especialmente cuando nos sentimos mal.
Comprender la causa de las emociones: tomar unos minutos para tratar de
comprender la causa de nuestras propias emociones y también las ajenas. Esto
ayuda a entender el modo de actuar de las personas y evita prejuicios.
Hablar con libertad lo que se siente: en medida que se hable lo que se siente
será más sencillo tratar y transformar los sentimientos.
Valorar y reconocer lo bueno de los otros: reconocer y tomar lo mejor de las
personas.
Mantener la calma cuando se siente ira o ansiedad: no es fácil, pero cuando
se hace hay resultados en poco tiempo.
3. Esforzarse por eliminar lo negativo: es mejor erradicar los pensamientos y
sentimientos negativos.
Ser agradecido con las personas: cuando compruebas la cantidad de razones
por las cuales deberías de dar las gracias, verás que eres mucho más afortunado
de lo que creías.
Contemplar siempre la posibilidad de cambiar: estar abierto al cambio
cuando las cosas van mal es una buena estrategia.
Cuando poseemos un conocimiento eficaz sobre nuestra inteligencia emocional
podemos dirigir nuestras emociones, de manera que operen a favor, y no en contra
de nuestra personalidad. Este conocimiento, así, es simple y efectivo: puede
cambiar situaciones negativas en situaciones de éxito y precisión.
Aprovechar la inteligencia emocional no implica estar siempre bien o evitar las
dificultades y emociones negativas, sino saber manejarlas: saber atravesar los
malos momentos que nos depara la vida, reconocer y aceptar los propios
sentimientos y superar los conflictos sin dañarse ni dañar a los demás.
Se puede llegar a ser tan inteligente emocionalmente como se proponga,
desarrollar la inteligencia emocional nos ayuda a vivir más felices.
Bibliografía
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