Este documento presenta el mensaje del Papa Benedicto XVI para la XXI Jornada Mundial del Enfermo, que se celebrará en el Santuario Mariano de Altötting, Alemania. El Papa invita a los enfermos a encontrar consuelo en la fe y a los pastores a facilitar la celebración de los enfermos. La homilía analiza la parábola del Buen Samaritano y exhorta a los fieles a ayudar a los necesitados como hizo el samaritano. Finaliza con una meditación sobre la compasión most
La mirada de Jesús: Una mirada que traspasa el corazón
Hora santa para enfermos final 13 enero 2013
1. S
“Anda y haz tu lo mismo”
Hora Santa Jornada Mundial del Enfermo 2013
1.- Todos.- Canto…………
2.- L.- Queridos hermanos, El tema del Mensaje de S.S.Benedicto XVI del pasado año
para la XX Jornada Mundial del Enfermo, «¡Levántate, vete; tu fe te ha salvado!», es una
primicia también para este«Año de la fe», que comenzó el 11 de octubre de 2012, ocasión
propicia y preciosa para redescubrir la fuerza y la belleza de la fe, para profundizar sus
contenidos y para testimoniarla en la vida de cada día (cf. Carta ap. Porta fidei, 11 de octubre
de 2011).
Deseo animar a los enfermos y a los que sufren a encontrar siempre en la fe un ancla segura,
alimentada por la escucha de la palabra de Dios, la oración personal y los sacramentos, a la
vez que invito a los pastores a facilitar a los enfermos su celebración.
Pidamos al Espíritu Santo que venga a nosotros, que nos una en su mismo Espíritu con todas
las personas que se unirán espiritualmente a esta Jornada Mundial del Enfermo. Hagamos
juntos la secuencia al Espíritu Santo.
Todos.-(Secuencia al Espíritu Santo):
1.-Ven, Dios Espíritu Santo, 6.- Eres pausa en el trabajo;
Y envíanos desde el cielo Brisa en un clima de fuego;
Tu Luz, para iluminarnos Consuelo en medio del llanto.
2.-Ven ya, padre de los pobres 7.-Ven Luz Santificadora,
Luz que penetra en las almas, Y entra hasta el fondo del alma
Dador de todos los dones. De todos los que te adoran
3.-Sin tu Inspiración Divina 8.- Doblega nuestra soberbia,
Los hombres nada podemos Calienta nuestra frialdad,
Y el pecado nos domina. Endereza nuestras sendas.
4.-Lava nuestras inmundicias, 9.- Concede a aquellos que ponen
Fecunda nuestros desiertos En Ti su fe y confianza,
Y cura nuestras heridas. Tus siete sagrados dones.
Danos virtudes y méritos
5.- Fuente de todo consueloDanos una buena muerte
Amable huésped del alma, Y contigo el gozo eterno. Amén
Paz en las horas de duelo.
1
2. 3.- P.- En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Todos.- Amén.
P.- Que la gracia de Nuestro Señor Jesucristo, el Amor del Padre y la Comunión del
Espíritu Santo estén con todos ustedes.
Todos.- Y con tu Espíritu.
P.- (Saludo personal) luego decir:
En el Santuario Mariano de Altötting, en la ciudad de Baviera, Alemania se celebrará
solemnemente este año 2013, la XXI Jornada Mundial del Enfermo. Esta Jornada representa
para todos los enfermos, agentes sanitarios, fieles cristianos y para todas las personas de
buena voluntad, «un momento fuerte de oración, participación y ofrecimiento del sufrimiento
para el bien de la Iglesia, así como de invitación a todos para que reconozcan en el rostro del
hermano enfermo el santo rostro de Cristo que, sufriendo, muriendo y resucitando, realizó la
salvación de la humanidad»
A propósito de esta Jornada Mundial del enfermo, el Papa Benedicto XVI, nos manda el
siguiente mensaje: “En esta ocasión, me siento especialmente cercano a cada uno de
vosotros, queridos enfermos, que, en los centros de salud y de asistencia, o también en casa,
vivís un difícil momento de prueba a causa de la enfermedad y el sufrimiento. Que lleguen a
todos las palabras llenas de aliento pronunciadas por los Padres del Concilio Ecuménico
Vaticano II: «No estáis… ni abandonados ni inútiles; sois los llamados por Cristo, su viva y
transparente imagen».
Para acompañaros en la peregrinación espiritual que desde Lourdes, lugar y
símbolo de esperanza y gracia, nos conduce hacia el Santuario de Altötting, quisiera proponer
a vuestra consideración la figura emblemática del Buen Samaritano (cf. Lc 10,25-37). La
parábola evangélica narrada por san Lucas forma parte de una serie de imágenes y
narraciones extraídas de la vida cotidiana, con las que Jesús nos enseña el amor profundo de
Dios por todo ser humano, especialmente cuando experimenta la enfermedad y el dolor.
N.- Queridos hermanos, la Palabra Divina ilumina la existencia humana y mueve a la
conciencia a revisar en profundidad la propia vida. Demos la bienvenida a la Palabra de Dios,
con la disposición de dejarnos iluminar y concientizar.
4.- L.- PROCESIÓN CON LA PALABRA DE DIOS.
Canto………….
5.- P.- PROCLAMACIÒN DEL SANTO EVANGELIO SEGÙN SAN LUCAS: 10, 25-37.
En aquel tiempo, se presentó ante Jesús un doctor de la ley para ponerlo a
prueba y le pregunto: “Maestro, ¿qué debo hacer para conseguir la vida eterna?” Jesús le dijo:
“¿Qué es lo que está escrito en la ley? ¿Qué lees en ella?”. El doctor de la ley contestó:
“Amarás al Señor tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con
todo tu ser, y a tu prójimo como a ti mismo”. Jesús le dijo: “Has contestado bien; si haces eso,
vivirás”.
El doctor de la ley, para justificarse, le pregunto a Jesús: “¿Y quién es mi
prójimo?”. Jesús le dijo: “Un hombre que bajaba por el camino de Jerusalén a Jericó, cayó en
manos de unos ladrones, los cuales lo robaron, lo hirieron y lo dejaron medio muerto. Sucedió
2
3. que por el mismo camino bajaba un sacerdote, el cual lo vio y pasó de largo. De igual modo,
un levita que pasó por ahí, lo vio y siguió adelante. Pero un samaritano que iba de viaje, al
verlo, se compadeció de él, se le acercó, ungió sus heridas con aceite y vino y se las vendó;
luego lo puso sobre su cabalgadura, lo llevó a un mesón y cuidó de él. Al día siguiente sacó
dos denarios, se los dio al dueño del mesón y le dijo: “Cuida de él y lo que gastes de más, te
lo pagaré a mi regreso”.
¿Cuál de estos tres te parece que se portó como prójimo del hombre que fue
asaltado por los ladrones?”. El doctor de la ley le respondió: “El que tuvo compasión de él”.
Entonces Jesús le dijo: “Anda y haz tú lo mismo”. Palabra del Señor.
Todos.- Gloria a Ti, Señor Jesús.
N.-Con las palabras finales de la parábola del Buen Samaritano, «Anda y haz tú lo mismo» el
Señor nos señala cuál es la actitud que todo discípulo suyo ha de tener hacia los demás,
especialmente a los que están necesitados de atención. Se trata por tanto de extraer del amor
infinito de Dios, a través de una intensa relación con Él en la oración, la fuerza para vivir cada
día como el Buen Samaritano, con una atención concreta hacia quien está herido en el cuerpo
y el espíritu, hacia quien pide ayuda, aunque sea un desconocido y no tenga recursos.
Esto no sólo vale para los agentes pastorales y sanitarios, sino para todos, también
para el mismo enfermo, que puede vivir su propia condición en una perspectiva de fe: «Lo que
cura al hombre no es esquivar el sufrimiento y huir ante el dolor, sino la capacidad de aceptar
la tribulación, madurar en ella y encontrar en ella un sentido mediante la unión con Cristo, que
ha sufrido con amor infinito» (Enc. Spesalvi. 37).
Después de haber escuchado la Buena Nueva que nos trae el Evangelio y con la
llegada de Jesús Sacramentado, estamos participando con en el resto del mundo, del gozo de
su Presencia entre nosotros. Y esta venida permanente del Señor, pide constantemente de la
colaboración nuestra, como miembros de la Iglesia, sí, porque la Iglesia que es como la novia,
la prometida que recibe a su Amado. Démosle la bienvenida como se merece. Con alegría,
cantemos con amor.
6.- P.- EXPOSICIÓN DEL SANTÌSIMO SACRAMENTO.
Canto………..Cantemos al Amor de los amores….
P.- Alabemos y demos gracias en cada instante y momento.
Todos.- Al Santísimo y Divinísimo Sacramento.
Padre Nuestro….Ave María…Gloria….
P.- Santísimo Sacramento, Amor del Eterno Padre
Todos.- Alumbra mi entendimiento, para que mi alma se salve.
Padre Nuestro….Ave María…Gloria….
P.- Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, yo te adoro profundamente a
través del Purísimo e Inmaculado Corazón de María.
Padre Nuestro….Ave María…Gloria….
3
4. L.- Señor,
1.-Tú conoces mi vida y sabes mi dolor,4.-Ayúdame a sufrir con Amor,
haz visto mis ojos llorar, hasta con alegría.
mi rostro entristecerse, Si no es posible que pase este cáliz.
mi cuerpo lleno de dolencias 5.-Te pido por todos los que sufren:
y mi alma traspasada por la angustia. Por los enfermos como yo
2.-Lo mismo que te pasó a tipor los pobres, los abandonados,
cuando, camino de la cruz,los desvalidos, los que no tienen
todos te abandonaroncariño ni comprensión y se sienten solos
hazme comprender tus sufrimientos6.-Señor:
y con ellos el Amor que Tú nos tienes.Sé que también el dolor lo permites
3.-Y que yo también aprenda, Tú, para mayor bien de los que amamos.
que uniendo mis dolores a Tus DoloresHaz que estas dolencias que me aquejan,
tienen un valor redentor Me purifiquen, me hagan más humano,
Me transformen y me acerque a Ti.
Amén
P.- Padre Nuestro….Ave María….Gloria…….
Canto…………
P.- En los cielos y en la tierra sea para siempre alabado.
Todos.- El Corazón Amoroso de Jesús Sacramentado.
P.- Jesús Hostia Viva
Todos.- Compártenos de tu Vida.
L.- OH Jesús, presente sacramentalmente entre nosotros aumenta nuestra fe y
danos la gracia para cumplir tu voluntad.,
¿Qué encontrarás en nuestra alma? Reconocemos que no hemos tenido el cuidado
que debemos tener con nuestro prójimo, hemos pasado de largo muchas veces ante el
necesitado.
La indiferencia,la apatía, la pereza, el desánimo el egoísmo, cambia nuestra forma de
actuar.Perdón y misericordia, ten piedad. Ya no queremos ser igual, renuévanos, OH Jesús,
te compasión de nosotros. Ten piedad.
P.- Padre Nuestro….Ave María…Gloria….
Canto…. Renuévame,Señor Jesús……
P.- OH Preciosísima Sangre, derramada en la flagelación de mi Señor.
Todos.- Libramos del enemigo tentador.
P.- Con la Sangre de tu Hijo, séllanos Divino Padre.
Todos.- Para asegurar que nuestra alma se salve.
L.- Oh Padre Celestial, reunidos en tu Santo Nombre como miembros de la Iglesia, te
suplicamos por las necesidades de tu pueblo santo. Te pedimos por las intenciones y
4
5. necesidades de S.S. el Papa Benedicto XVI, por nuestro Sr. Arzobispo Don Alfonso Cortés
Contreras, por nuestro Arzobispo Emérito Don José Gpe. Martín Rábago, el Sr. Obispo
auxiliar Juan Frausto Pallares, el Sr. Cura…., nuestro(s) Vicario(s) y por todos los sacerdotes,
diáconos, religiosos, misioneros, seminaristas, laicos comprometidos y fieles en general. Te lo
pedimos, Señor, por María, Salud de los enfermos
P. Oremos Unidos a María Santísima: en tus manos amorosas, queremos depositar a
todos los enfermos y familiares de nuestra Arquidiócesis y a los que forman la Pastoral de la
Salud, dales amor para tratarlos; fuerza para sostenerlos; esperanza ante la adversidad y
confianza en Ti, en medio del sufrimiento.
Todos.- Te lo pedimos, Señor, por María, Salud de los enfermos
P.La fe y la esperanza están siempre presentes en los que asisten a los enfermos. Aumenta
nuestra fe para comprometernos y ser perseverantes en nuestro apostolado.
Todos.- Te lo pedimos, Señor, por María, Salud de los enfermos.
P.-Pidamos por los médicos y enfermeras y voluntariado para que sea la caridad la que los
guíe para ver en el enfermo el rostro de Cristo.
Todos.- Te lo pedimos, Señor, por María, Salud de los enfermos.
N.- INTENCIONES. En un momento de silencio, ofrezcámosle todas nuestras
intercesiones y peticiones personales….
P.- Padre Nuestro….Ave María…Gloria….
Canto….
7.- P.- MEDITACION DE LA PALABRA DE DIOS.
Mediante esta parábola Cristo quiso responder a la pregunta « ¿Y quién es mi
prójimo? ».Entre los tres personajes que viajaban a lo largo de la carretera de Jerusalén a
Jericó, donde estaba tendido en tierra medio muerto un hombre robado y herido por los
ladrones, precisamente el Samaritano demostró ser verdaderamente el « prójimo ».
Esta parada no significa curiosidad, sino más bien disponibilidad, que « se
conmueve » ante la desgracia del prójimo. Si Cristo, conocedor del interior del hombre,
subraya esta conmoción, quiere decir que es importante nuestra actitud. Es necesario cultivar
en sí mismo esta sensibilidad del corazón, que testimonia la compasión hacia el que sufre. A
veces es la única o principal manifestación de nuestro amor y de nuestra solidaridad.
Estas se convierten en estímulo a la acción que tiende a ayudar al hombre
herido.En ella pone todo su corazón y no ahorra ni siquiera medios materiales, destinando a
esta causa todo el tiempo y las fuerzas que tienen a su disposición fuera de sus actividades
cotidianas.(S.S. Juan Pablo II, carta apostólica: “El Sentido Cristiano del Sufrimiento humano”)
Hoy en nuestra realidad hay muchos prójimos, tirados de diferentes formas en
casas, hospitales, calles yse prolonga el mismo sufrimiento y dolor. Hemos perdido el sentido
5
6. de que mi prójimo es mi hermano, por eso pasamos de largo, sin detenernos, pues en
ocasiones buscamos nuestro beneficio más que el de los demás.
Nuestra realidad es que se asalta a niños y se les roba su inocencia dejándolos
heridos y enfermos en toda su integridad, a nuestros jóvenes con ideologías contrarias a la
vida con falsas creencias, robando la libertad al manipular su voluntad, matrimonios no
conscientes del sacramento, así hemos cooperado a tener una sociedad enferma.
Hospitales saturados de enfermos, tirados, necesitando un samaritano que quiera bajarse de
su comodidad, vendar las heridas sus heridas del alma que deja la sorpresa de una
enfermedad y dar el aceite del consuelo y el vino de la esperanza, y en ocasiones hasta el
gasto material, al donar su tiempo y gastos de transporte.
Casas con ancianos que teniendo muchos familiares no tienen a nadie, viven sus
soledades y angustias que parecieran no tener fin.
Calles con enfermos de adicciones abandonados y rechazados por diferentes causas
y en ocasiones por sus propios familiares.
Y seguimos por el camino viviendo los diferentes roles de todos y cada uno de
los personajes de esta bella parábola, donde se debe resaltar cada día la imagen del Buen
Samaritano, que hizo todo en beneficio del hombre al darnos una muestra más de amor y
como amar y enseñándonos que cualquiera que sea mi prójimo es mi hermano.
Un vivo ejemplo de amor al prójimo, son el Papa Juan Pablo II y la Madre Teresa de
Calcuta. Ellos formaron a tantos y tantos fieles de la Iglesia. La Madre Teresa de Calcuta
repetía con frecuencia: “nunca dejemos que alguien se acerque a nosotros sin que se vaya
mejor y más feliz, porque lo más importante no es lo que damos, sino el AMOR que ponemos
al dar, encuentra tu tiempo para practicar la caridad, porque la caridad es la llave del paraíso”.
El Año de la fe será también una buena oportunidad para intensificar el testimonio de la
caridad. San Pablo nos recuerda: «Ahora subsisten la fe, la esperanza y la caridad. Pero la
mayor de ellas es la caridad» (1 Co 13, 13). Con palabras aún más fuertes —que siempre
atañen a los cristianos—, el apóstol Santiago dice: « ¿De qué le sirve a uno, hermanos míos,
decir que tiene fe, si no tiene obras? Si no se tienen obras, está muerta por dentro. Pero
alguno dirá: “Tú tienes fe y yo tengo obras, muéstrame esa fe tuya sin las obras, y yo con mis
obras te mostraré la fe”» (St 2, 14-18).
La fe sin la caridad no da fruto. La fe y el amor se necesitan mutuamente, de modo que
una permite a la otra seguir su camino. En efecto, muchos cristianos dedican sus vidas con
amor a quien está solo, marginado o excluido, como el primero a quien hay que atender y el
más importante que socorrer, porque precisamente en él se refleja el rostro mismo de Cristo.
Gracias a la fe podemos reconocer en quienes piden nuestro amor el rostro del Señor
resucitado. «Cada vez que lo hicisteis con uno de estos, mis hermanos más pequeños,
conmigo lo hicisteis» (Mt 25, 40).
Estas palabras suyas son una advertencia que no se ha de olvidar, y una invitación perenne a
devolver ese amor con el que él cuida de nosotros. Es la fe la que nos permite reconocer a
Cristo, y es su mismo amor el que impulsa a socorrerlo cada vez que se hace nuestro prójimo
en el camino de la vida.
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7. L.- Perdón, Señor, por los pecados que hemos cometido y por las virtudes que no hemos
practicado. Perdón por la falta de caridad hacia nuestro prójimo.
Padre celestial, desde la llaga del corazón de tu santísimo hijo, Jesucristo nuestro señor, te
adoramos, te damos gracias, te pedimos perdón e imploramos tu divina misericordia para toda
la humanidad.
Oh llaga latente y doliente del corazón de Jesús, ten misericordia de nosotros y del
mundo entero.
Canto……….
8.- L.- Señor Jesús:Nos presentamos ante Ti sabiendo que nos llamas y que nos amas
tal como somos.
"Tú tienes palabras de Vida Eterna y nosotros hemos creído y conocido que Tú
Eres el Hijo de Dios" (Jn. 6,69).
Nuestra esperanza se traduce en confianza, gozo de Pascua y camino
apresurado contigo hacia el Padre.
Queremos sentir como Tú y valorar las cosas como las valoras Tú. Porque Tú
eres el centro, el principio y el fin de todo.
Apoyados en esta ESPERANZA, queremos infundir en el mundo esta escala de
valores evangélicos por la que Dios y sus dones salvíficos ocupan el primer lugar en el
corazón y en las actitudes de la vida concreta.
Queremos AMAR COMO TÚ, que das la vida y te comunicas con todo lo que
Eres.
Quisiéramos decir como San Pablo: "Mi vida es Cristo" (Flp. 1,21).
Nuestra vida no tiene sentido sin Ti.
CREYENDO, ESPERANDO Y AMANDO, TE ADORAMOS con una actitud
sencilla de presencia, silencio y espera, que quiere ser también reparación, como respuesta a
tus palabras: "Quedaos aquí y velad conmigo" (Mt. 26,38).
Tú superas la pobreza de nuestros pensamientos, sentimientos y palabras; por
eso queremos aprender a adorar admirando el misterio, amándolo tal como es, y callando con
un silencio de amigo y con una presencia de donación.
El Espíritu Santo que has infundido en nuestros corazones nos ayuda a decir
esos "gemidos inenarrables" (Rom. 8,26), que se traducen en actitud agradecida y sencilla, y
en el gesto filial de quien ya se contenta con sola tu presencia, tu amor y tu palabra.
Aprendiendo este más allá de la ADORACIÓN, estaremos en tu intimidad o "misterio".
Entonces nuestra oración se convertirá en respeto hacia el "misterio" de cada
hermano y de cada acontecimiento para insertarnos en nuestro ambiente familiar y social y
construir la historia con este silencio activo y fecundo que nace de la contemplación.
Gracias a Ti, nuestra capacidad de silencio y de adoración se convertirá en
capacidad de AMAR y de SERVIR.
Nos has dado a tu Madre como nuestra para que nos enseñe a meditar y adorar
en el corazón. Ella, recibiendo la Palabra y poniéndola en práctica, se hizo la más perfecta
Madre.
Ayúdanos a ser tu Iglesia misionera, que sabe meditar adorando y amando tu
Palabra, para transformarla en vida y comunicarla a todos los hermanos.
Amén.
N.- Creemos en Ti, Señor Jesús, pero aumenta nuestra fe.
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8. Todos.- Creemos en Ti, Señor Jesús, pero aumenta nuestra fe.
Canto……
9.- P.- Señor Jesucristo, que para redimir a los hombres y sanar a los enfermos quisiste
asumir nuestra condición humana, mira con piedad a nuestros hermanos enfermos, y que
necesitan ser curados en el cuerpo y en el espíritu. Reconfórtalos con tu poder para que
levanten su ánimo y puedan superar todos sus males; y, ya que has querido asociarlo a tu
Pasión redentora, haz que confíen en la eficacia del dolor para la salvación del mundo.
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
N.- Señor Jesús, aquel a quien amas está enfermo. Tú lo puedes todo; te pido
humildemente que le devuelvas la salud. Pero, sin son otros tus designios, te pido le
concedas la gracia de sobrellevar cristianamente su enfermedad.
En los caminos de Palestina tratabas a los enfermos con tal delicadeza que
todos venían a ti, dame esa misma dulzura, ese tacto que es tan difícil de tener cuando se
está sano.
Que yo sepa dominar mi nerviosismo para no agobiarle, que sepa sacrificar una
parte de mis ocupaciones para acompañarles, si es su deseo.
Yo estoy lleno de vida, Señor, y te doy gracias por ello. Pero haz que el sufrimiento de los
demás me santifique, formándome en la abnegación y en la caridad. Amén
Canto………
10.- P.- Escuchemos el mensaje final del Papa Benedicto XVI, para esta Jornada
Mundial del enfermo 2013: “Queridos hermanos y hermanas: “El Año de la fe que estamos
viviendo constituye una ocasión propicia, para ser cada uno buen samaritano del otro, del que
está a nuestro lado.
En este sentido, y para que nos sirvan de ejemplo y de estímulo, quisiera llamar la atención
sobre algunas de las muchas figuras que en la historia de la Iglesia han ayudado a las
personas enfermas a valorar el sufrimiento desde el punto de vista humano y espiritual. Santa
Teresa del Niño Jesús supo vivir «en profunda unión a la Pasión de Jesús» la enfermedad
que «la llevaría a la muerte en medio de grandes sufrimientos» El venerable Luigi Novarese,
del que muchos conservan todavía hoy un vivo recuerdo, advirtió de manera particular en el
ejercicio de su ministerio la importancia de la oración por y con los enfermos y los que sufren,
a los que acompañaba con frecuencia a los santuarios marianos, de modo especial a la gruta
de Lourdes. Movido por la caridad hacia el prójimo,
Raúl Follereau dedicó su vida al cuidado de las personas afectadas por el morbo de
Hansen, hasta en los lugares más remotos del planeta, promoviendo entre otras cosas la
Jornada Mundial contra la lepra. La beata Teresa de Calcuta comenzaba siempre el día
encontrando a Jesús en la Eucaristía, saliendo después por las calles con el rosario en la
mano para encontrar y servir al Señor presente en los que sufren, especialmente en los que
«no son queridos, ni amados, ni atendidos». También santa Ana Schäffer de Mindelstetten
supo unir de modo ejemplar sus propios sufrimientos a los de Cristo: «La habitación de la
enferma se transformó en una celda conventual, y el sufrimiento en servicio misionero…
Fortificada por la comunión cotidiana se convirtió en una intercesora infatigable en la oración,
y un espejo del amor de Dios para muchas personas en búsqueda de consejo» En el
evangelio destaca la figura de la Bienaventurada Virgen María, que siguió al Hijo sufriente
hasta el supremo sacrifico en el Gólgota. No perdió nunca la esperanza en la victoria de Dios
sobre el mal, el dolor y la muerte, y supo acoger con el mismo abrazo de fe y amor al Hijo de
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9. Dios nacido en la gruta de Belén y muerto en la cruz. Su firme confianza en la potencia divina
se vio iluminada por la resurrección de Cristo, que ofrece esperanza a quien se encuentra en
el sufrimiento y renueva la certeza de la cercanía y el consuelo del Señor.
Quisiera por último dirigir una palabra de profundo reconocimiento y de ánimo a las
instituciones sanitarias católicas y a la misma sociedad civil, a las diócesis, las comunidades
cristianas, las asociaciones de agentes sanitarios y de voluntarios. Que en todos crezca la
conciencia de que «en la aceptación amorosa y generosa de toda vida humana, sobre todo si
es débil o enferma, la Iglesia vive hoy un momento fundamental de su misión»
Confío esta XXI Jornada Mundial del Enfermo a la intercesión de la Santísima
Virgen María de las Gracias, venerada en Altötting, para que acompañe siempre a la
humanidad que sufre, en búsqueda de alivio y de firme esperanza, que ayude a todos los que
participan en el apostolado de la misericordia a ser buenos samaritanos para sus hermanos y
hermanas que padecen la enfermedad y el sufrimiento, a la vez que imparto de todo corazón
la Bendición Apostólica.
11.- P.- BENDICIÓN CON EL SANTÍSIMO SACRAMENTO. RESERVA DEL MISMO.
Canto………
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