2. “El tiempo para leer, al igual
que el tiempo para amar,
dilata el tiempo de vivir”.
(D. Pennac).
3.
4. Corresponde a la manera en que está
organizada la historia, es decir, si su
orden es lineal (o cronológico) o si ha
sufrido alteraciones (por ejemplo, que
comience desde el final).
5. La lectura siempre significa una experiencia del
tiempo.
Cualquier relato reafirma, enriquece o altera la
percepción del tiempo que ya tenemos: nos hace darnos
cuenta de que nuestra vida está inscrita en un tiempo
que se desarrolla secuencialmente, y nos hace darnos
cuenta de que el tiempo tiene unas dimensiones
fenomenológicas no lineales.
Simultáneamente, la lectura, tanto en la primera
comprensión de lo leído como en la reflexión e
incorporación que viene después, supone un
aumento de las competencias literarias, una entrada
en el mundo que propone su texto y un reajuste de las
propias experiencias.
Cada cómic, cada álbum ilustrado se integra en nuestra
historia personal de lecturas y experiencias, y, en
consecuencia, después de la lectura el lector vuelve a
su realidad, pero ya no es el mismo, se va
transformando.
6. En cada relato hay un tiempo
narrante o tiempo de contar -el
tiempo que dura un discurso
narrativo- , y un tiempo narrado – el
tiempo que dura la historia que se
cuenta-.
7. En un nivel fenomenológico, los relatos nos
hablan del transcurso del tiempo, de cómo
funciona, de cómo avanza
inexorablemente, de cómo en unas
ocasiones deseamos retenerlo, pero se nos
escapa y en otras deseamos que avance,
pero se nos hace eterno.
En el caso particular de los álbumes, esa
función de aprendizaje del tiempo, propia
de las narraciones, se acentúa debido al
ritmo impuesto por el paso de página, que
juega con las expectativas del lector y
recurre a distintos mecanismos para
engancharlo hasta el desenlace.
8.
9. El tiempo de la historia se
refiere a aquella cualidad
temporal de toda
narración que cuenta con
un inicio de las acciones,
un desarrollo de las
mismas y un desenlace
que las concluye. Es decir,
predomina el tiempo
lógico lineal sin
alteraciones cronológicas
en su disposición.
10. Está íntimamente
relacionado con el
aspecto estético de una
narración.
Apunta a la organización y
disposición interna en que
la narración presenta las
acciones de la historia.
De ahí que pocas veces el
tiempo de la historia y el
del relato coincidan, pues
el texto organiza el tiempo
de la historia, alterando su
orden lineal y generando
con ello una temporalidad
exclusiva del relato.
11. En un nivel más profundo, las tramas de los relatos nos hacen
ver cómo los hombres intentamos dar sentido y orden a la
realidad en la que muchas veces nos parece que no hay ni una
cosa ni otra, y nos ayudan en los aspectos más importantes del
conocimiento propio: el de configurar la propia percepción del
tiempo.
Los cómics y los álbumes ilustrados, en este sentido, a la vez
que nos enseñan cómo el tiempo se organiza de modo
narrativo y secuencial, también nos sirven para comprendernos
a nosotros mismos, pues la comprensión de la propia vida,
generamente, también es narrativa.
Dice Paul Ricoeur que “el tiempo se hace tiempo humano en la
medida en que se articula en un modo narrativo, y la narración
alcanza su plena significación cuando se convierte en una
condición de la existencia temporal” (Tiempo y narración I.
Configuración del tiempo en el relato histórico, Cristiandad,
Madrid, p.117)
Cabe destacar la importancia de estas consideraciones si
pensamos en los álbumes y cómics, la LIJ, en general, como
relatos dirigidos a quienes tienen poca experiencia vital.
12. En la literatura infantil y juvenil, y más aún en el cómic y en el
álbum ilustrado, lo habitual es que el tiempo narrado o tiempo
de la historia real sea siempre mucho más largo que el tiempo
que ocupa contar esa historia y, que el tiempo que lleva leerla,
aunque también hay excepciones.
Eric Auerbach comenta el papel de algunas disgresiones que
presentan cambios de tiempo y escenarios: “lo esencial es que
un episodio exterior insignificante desencadene una fluencia de
ideas que abandonan su actualidad y se mueven libremente
en las profundidades del tiempo.”
(Mímesis. La representación de la realidad en la literatura occidental. Fondo de
Cultura Económica, Mexico, 1996, pp. 509)
Un niño es alguien para quien todo es novedad y de ahí hay
tantos álbumes que tratan sobre sucesos cotidianos que son la
mayor aventura para un niño o un joven. Estos acontecimientos
suelen estar llenos de significación y cargados de
consecuencias, a veces, también para los adultos.
13. En álbumes y cómics dirigidos a niños de primeras
edades abundan las narraciones cronológicamente
lineales.
Suelen ser relatos que cuentas rutinas de la vida
familiar, acontecimientos propios de la vida
cotidiana, generalmente narrados en presente o
pretérito imperfecto de indicativo, por su sencillez ,
para provocar la identificación del lector y también
para darles un carácter de permanencia.
Son relatos iterativos, que condensan formas de ser o
comportamientos en unas pocas escenas. En ellas se
cuenta una sola vez algo que sucede muchas veces.
14. La Familia C cuenta la historia y las rutinas
cotidianas de una familia que adora el circo
“y eso da color a su vida”, según explica el
autor, Pep Bruno. Las ilustraciones, realizadas
por Mariona Cabassa, con técnica mixta,
destacan por su colorido y su fuerza
expresiva
Julieta, es la segunda de tres hermanos en una
familia de ratones humanizados . Su actitud para
reclamar la atención de sus padres consiste en
hacer ruido, hacer a su manera algunas tareas
caseras ... Rosemary Wells ha creado en sus libros a
unos grandes ratones llenos de ternura con los que
los niños se identifican enseguida: situaciones de la
vida cotidiana, la familia cercana, conflictos que
se resuelven y un poco de humor, dado el
carácter de Julieta y por la rima con la que la
historia está contada .
15.
16. Otra clase de relatos lineales son los
singulativos. En algunos se cuenta una
vez lo que sucedió sólo una vez, como
en Rosablanca, La historia de Erika o El
destello de Hiroshima.
17. En otra clase de relatos en cómic o álbum, también
singulativos, un acontecimiento muy parecido se
cuenta todas las veces que sucedió, buscándose de
esta manera un efecto de insistencia que, además
de subrayar la tenacidad, va preparando al lector
de forma gradual para un resultado final que añade
algo nuevo a la experiencia que ya tenía. Por
ejemplo en el caso de El topo que quería saber quien
se había hecho aquello en su cabeza o El pollito de
la avellaneda.
18. En último lugar, tenemos los
relatos repetitivos, cuando un
hecho que se produjo una
vez se cuenta varias veces.
En Voces en el parque se
muestra un mismo suceso
narrado desde el punto de
vista de cada personaje. Es
un caso de redundancia
narrativa muy interesante en
el que se muestran las
distintas posibilidades de
percibir el tiempo, los
acontecimientos, la
personalidad de distintos
personajes…
19.
20. La anacronía se define como una ruptura temporal
del relato producida en el momento en que la
narración de la historia se suspende
momentáneamente, para dar paso a un
acontecimiento con un tiempo distinto al que sigue
el relato. Podríamos decir que son saltos adelante o
atrás en el relato con los que se activan las
capacidades del lector de recuerdo y anticipación.
Como todos los álbumes ilustrados están preparados
por adultos, suelen tener mucho de miradas
retrospectivas hacia el mundo de la infancia, realistas
o idealizadas, a veces desencantadas, otras
nostálgicas…
21. Hay álbumes que presentan explícitamente
recuerdos de algún episodio de la infancia del
propio narrador, como por ej. Mi papá, de
Anthony Browne, o La luna del búho, de Jane
Yolen
22. Otros álbumes nos presentan un narrador de
la historia y otro interior a la historia que
cuenta un recuerdo del pasado, de manera
que el álbum nos hace ver el presente y el
pasado al mismo tiempo. Por ejemplo en El
día en que la boa de Jimmy se comió la
ropa, de Trinka Hakes y Steven kellogg.
23. Podemos encontrar otras ábumes con analepsis o
doble flashbacks. Ejemplos muy interesantes resultan
El ángel del abuelo, de Jutta bauer y Mejillas rojas, de
Aljosha Blau y Heins Janisch. En ambas unos nietos
nos narran anécdotas del pasado y recuerdos que
sus abuelos les narraron, provocando saltos adelante
y atrás en el tiempo, que reajustan o completan
nuestra interpretación de lo que sucedió. Estas
historias también nos hacen pensar en los niños que
fuimos y en los adultos que somos o seremos,
apuntando en cierta manera, al futuro.
24. Dos álbumes que juegan con el deseo y la
inquietud de los niños por crecer son Soy
demasiado pequeña para ir al colegio, de
lauren child y Quiero ser astronauta, de
Byron Barton.
25. Un don del mar, de Kate Banks y Georg Hallensleben
26.
27. Algunos otros títulos de álbumes sobre
temas con contenido histórico o sobre el
concepto de tiempo:
La composición, de Antonio Skármeta y alfonso
ruano.
Así empezó todo, 34 historias sobre el origen del
mundo, de Jürg Schubiger, Franz Hohler y Jutta
Bauer.
El soldado y la niña, de Jordi Sierra y fabra y Mabel
Piérola.
28. El cuento de Auggie Wren, de Paul Auster e
Isol.
¿Todavía nada? De Christian Voltz.
El coleccionista de momentos, de Quint
Buchholz.
29. Historia de España en cómic, de Jorge Alonso y
Félix Carrión y otros.
Papyrus, de Frank Miller.
Asterix y Cleopatra, de Goscinny y Uderzo.
30. 300, de Frank Miller.
La caja de Pandora, de Jan López.
La cruz del sur, de Luis Durán y Raquel
Alzate.
31. El quinto centenario, de Ibáñez.
Los Borgia, de Manaro y Jodorowsky.
Koolau el leproso, de Manuel Giménez.
32. El loto azul, de Hergé.
Maus, de Art Spiegelman.
Persépolis, de Marjane Satrapi.