La formación del profesorado universitario es una de las cuestiones en la que los centros de enseñanza superior están invirtiendo más recurso durante los últimos años. Son dos los aspectos íntimamente ligados que han llevado a la Universidad Española a dar este paso. Por un lado la necesidad de aumentar la competitividad, y la calidad de las enseñanzas universitarias y por otro la de preparar al profesorado universitario para la inmediata implantación del plan de convergencia de las enseñanza superior en el Espacio Europeo de Educación Superior (EEES). Los cursos de formación del profesorado universitario que se están impartiendo durante los últimos años en las universidades españolas, son una muy buena herramienta para ir alcanzando los objetivos antes mencionados, pese a que en ocasiones son infrautilizados por los alumnos-docentes debido al vocabulario tan específico utilizado por los especialistas en pedagogía que suelen impartirlos. Por otro lado el colectivo de los profesores noveles suele quedarse al margen del aprovechamiento de estos cursos por sus especiales circunstancias y se enfrentan a la docencia sin apenas recursos docentes que aportar. Esto puede traducirse en desanimo por parte del docente, del alumno y por una sensación de pérdida de competitividad y calidad por parte de la universidad. Los autores consideran que esta situación podría solucionarse con la creación de la figura del profesor mentor, que sería un profesor veterano que guiara al novel durante el primer año de impartición de la asignatura. En este trabajo se exponen las experiencias y reflexiones de dos exprofesores noveles durante la puesta en marcha de una asignatura eminentemente práctica en el contexto de una licenciatura de ciencias experimentales