5. OÍDO EXTERNO
Comprende el pabellón auricular o
auditivo - la "oreja"- (lóbulo externo del
oído) y el conducto auditivo externo,
que mide tres centímetros de longitud.
El conducto auditivo medio posee pelos
y glándulas secretoras de cera.
Su función es canalizar y dirigir las
ondas sonoras hacia el oído medio.
7. OÍDO MEDIO
Es un conducto estrecho, o fisura, que se extiende
unos quince milímetros en un recorrido vertical y
otros quince en recorrido horizontal
Es hueco, lleno de aire, limitando de un lado por el
tímpano y del otro por la ventana oval y la ventana
redonda, que lo comunican con el oído
interno(figura nº 9). Está en comunicación directa
con la nariz y la garganta a través de la trompa de
Eustaquio, que permite la entrada y la salida de
aire del oído medio para equilibrar las diferencias
de presión entre éste y el exterior.
Hay una cadena formada por cuatro huesos
pequeños y móviles (huesecillos) que atraviesa el
oído medio. Estos cuatro huesos reciben los
nombres de martillo, yunque, lenticular y estribo.
Los cuatro conectan acústicamente el tímpano con
el oído interno, transmitiendo las vibraciones del
tímpano amplificadas a la fenestra ovalis.
9. OÍDO INTERNO
El oído interno o laberinto se encuentra en el interior
del hueso temporal que contiene los órganos
auditivos y del equilibrio, que están inervados por
los filamentos del nervio auditivo. Está lleno de
líquido y tiene tres cavidades: el vestíbulo, dividido
en dos partes, utrículo y sáculo; los tres canales
semicirculares, órgano del sentido del equilibrio,
(están llenos de endolinfa); y el caracol o cóclea,
largo tubo arrollado en espiral donde se encuentran
las células receptoras de los sonidos, provistas de
cilios, cada una de las cuales está adaptada para la
recepción de sonidos de un tono determinado
(figura nº 10).
Las fibras nerviosas que salen del caracol y de los
canales semicirculares se reúnen para formar el
nervio acústico, que sale del sáculo por un tubo
que atraviesa el hueso temporal hasta la cavidad
craneana.
12. LOS MECANORRECEPTORES DE SONIDOS O
FONORRECEPTORES
Son los responsables del sentido del oído, es decir
de la captación de sonidos. Son los oídos.
Las vibraciones del aire mueven el tímpano y se
transmiten por la cadena de huesecillos hasta la
membrana de la ventana oval que contacto con
las cámaras y conductos del oído interno que
están llenas de un líquido denominado endolinfa.
De la primera cámara denominada utrículo salen
tres canales semicirculares y de la segunda
cámara denominada sáculo sale un largo
conducto en forma de espiral denominado
conducto coclear o cóclea o caracol.
13. Todas estas cámaras ocupan unas
cavidades del hueso temporal llenas
de un líquido denominado perilinfa.
Cuando hay un sonido se mueve la
endolinfa que llena la cóclea y esto
estimula los cilios de las células
sensibles internas, las cuales
comunican con el nervio acústico
que informa al cerebro de como es
este sonido.
14. LOS MECANORRECEPTORES DEL EQUILIBRIO.
Los responsables del sentido del equilibrio estático
o del "cuerpo quieto" son las células sensibles
que hay en el interior del utrículo y del sáculo.
Actúan en respuesta a la variaciones de presión de
la endolinfa interna.
Los responsables del equilibrio dinámico o del
"cuerpo en movimiento" son las células sensibles
internas de los canales semicirculares que
también están llenos de endolinfa.
15. Existe una sensibilidad profunda,
cuyos receptores se localizan en
el tejido subcutáneo, músculos,
huesos, periostios, etc.
Y que informa al cerebro de la
posición relativa década parte
corporal, y una sensibilidad
superficial que se relaciona de
manera especial con el sistema
nervioso.
16. La percepción del sonido se
realiza mediante el oído
órgano de muy compleja
estructura que permite el
registro de las oscilaciones o
vibraciones del aire que se
contribuyen en ondas sonoras.
18. El oído es el sentido que alcanza un
mayor desarrollo intrauterino.
Su formación comienza ya durante las
primeras semanas y, curiosamente, no
tiene lugar en la cara, sino en unas
protuberancias situadas bajo su
rudimentaria cabeza, los arcos
braquiales (a ambos lados del cuello);
poco a poco, los pabellones auditivos se
irán desplazando desde ahí hasta su
localización definitiva.
20. El oído interno está totalmente desarrollado a partir de
la mitad del embarazo y el feto puede percibir los
latidos del corazón de su madre, los ruidos
intestinales durante la digestión, el paso de la sangre
a través del cordón umbilical.
De hecho, se sabe que dentro del útero se produce un
continuo sonido rítmico, similar al del agua fluyendo,
mezclado con el ruido del aire que pasa por los
pulmones de la madre. Al final del sexto mes es
sensible a los sonidos externos y lo manifiesta
mediante movimientos: se sobresalta con los
portazos, se agita o se calma según la música que
escucha su madre.
Se sabe que el feto prefiere la música suave y
melódica. Por el contrario, rechaza la música con
estridencias y a volumen elevado.
22. Desde el final del sexto mes, el
oído ya está en su sitio y
completamente formado. Sin
embargo, el feto ya puede percibir
sonidos procedentes de la madre
o del exterior desde algunas
semanas antes, concretamente
desde la 16ª, y reacciona a ellos
acelerando el ritmo cardíaco y la
frecuencia de los movimientos
corporales.