Poema de mi mamá en el día de mi boda

1. Envuelta de blanco tul y de azabache
Lleva en sus trémulas manos
más de cien mil primaveras
y en sus ojitos de sal, la mar entera.
Arrebolada en canción de los corales
ya no quedan estrellas que no la bailen.
Nació de la luz de abril y de la bruma
y de la espuma del mar hice su cuna.
Perfumada en lavanda y en azahares
Ya no quedan luceros que no la canten
Que guapa
Que guapa está, mi niña de primavera.
Sabe mi niña amapola a brisa de los trigales.
Esculpida de luz de sol, y del jazmín florecido
guarda en sus labios de miel, una promesa,
para entregarle a su amor, la vida entera.
Tiene sueños y alegrías, poesías e ilusión.
Lleva futuros de amor y una triste melodía
que desde el cielo asoma en el día de su niña.
Tiene todas las palabras de los grandes poetas
y lleva el azul del mar para curar las heridas.
Las rosas de los rosales ya no quieren aromar
porque hoy se viste el novio de la flor del naranjal.
Vive el mar enamorado de sus ojos color crema
pues la noche lo cubrió de retazos de luna llena.
Las luces del firmamento le rendirán pleitesía
porque carga la emoción de un canto en el corazón
de renovada esperanza que quema cual luz de sol
y a su princesa prendida del fuego de sus pupilas.
Que cante
Que cante el viento sus nombres, en partitura serena
Que recite el trovador canciones de amores nuevas
Que pinte el mejor pintor, de color de hierbabuena
y de la lavanda en flor, la tierra entera.
Que guapa.
Que guapa está, mi niña de primavera
Que no respiren los vientos y el cielo se deshilache
Que callen los manantiales que se sonroje la flor
Que van a decir si quiero en la fiesta del amor
vestidos de blanco tul, de naranjal y azabache.
De Felisa Bisbal para sus amados hijos
Rebeca y Ximo en el día de su boda