Ce diaporama a bien été signalé.
Le téléchargement de votre SlideShare est en cours. ×

Manual del-santero-en-cuba

Publicité
Publicité
Publicité
Publicité
Publicité
Publicité
Publicité
Publicité
Publicité
Publicité
Publicité
Publicité
Manuel del Santero en Cuba
Exclusivo para religiosos consagrados Si tiene dudas, consulte con su Padrino(a)1
PREÁMBULO
En ...
Manuel del Santero en Cuba
Exclusivo para religiosos consagrados Si tiene dudas, consulte con su Padrino(a)2
ORIGEN DE LOS...
Manuel del Santero en Cuba
Exclusivo para religiosos consagrados Si tiene dudas, consulte con su Padrino(a)3
HISTORIA DEL ...
Publicité
Publicité
Publicité
Publicité
Publicité
Publicité
Publicité
Publicité
Publicité
Publicité
Prochain SlideShare
òRìsà e irúnmolè
òRìsà e irúnmolè
Chargement dans…3
×

Consultez-les par la suite

1 sur 156 Publicité

Plus De Contenu Connexe

Similaire à Manual del-santero-en-cuba (20)

Publicité

Plus récents (20)

Publicité

Manual del-santero-en-cuba

  1. 1. Manuel del Santero en Cuba Exclusivo para religiosos consagrados Si tiene dudas, consulte con su Padrino(a)1 PREÁMBULO En todos los pueblos del mundo existen historias y mitologías religiosas las cuales se fundamentan en dioses cuyas vidas, según cuentan esas leyendas, intervienen en el desenvolvimiento cultural, material y religioso. Se dice en estas leyendas que muchos de esos dioses vinieron a la tierra enviados directamente por Olofin (Dios), como avatares, o sea, no nacidos de mortales, para ordenar y hacer cumplir los mandatos del Altísimo en el plano de la Tierra. Tenemos, por ejemplo lo que nos dice la historia sobre la mitología de los dioses griegos, los cuales existieron ante de la venida de Jesucristo, tales como Neptuno, rey de las aguas del mar; Júpiter, rey de las aguas de lluvia; Tor, rey de la guerra y el fuego; Apolo, rey de la belleza y de tantos otros dioses más. Acorde con esto llegamos al África, donde según datos mitológicos, contamos con avatares, es decir, dioses descendientes directamente de OLOFIN, los cuales fueron traídos por los africanos que arribaron a la Isla en el siglo XVI, época en la que estaba en su apogeo la llamada trata de esclavos. Estos africanos, que fueron separados a la fuerza de sus países de origen, traídos y vendidos en Cuba para realizar los más duros trabajos, así como sometidos a los más crueles maltratos. A tal extremo llegaron los abusos que los esclavos formaron comunidades entre ellos de una misma región para celebrar sus ritos religiosos y poder clamar a sus dioses alivio para sus sufrimientos. De esta manera se fue expandiendo este culto religioso, pese a sus detractores, hasta invadir casi la totalidad de la población criolla de la Cuba de aquel entonces. Rito que a través de los años ha venido ganando adeptos y que en estos días se puede decir que una parte mayoritaria de nuestro país rinde culto al igual que los africanos y los descendientes de aquellos y a todos los dioses de dicho culto. Sin embargo, existen detractores que basan sus críticas sobre la base de investigaciones superficiales sobre los secretos y fundamentos de la religión africana y en otros casos argumentan que estos esclavos y sus descendientes carecían de cultura y educación al estilo occidental, sin tener en cuenta que cada pueblo tiene su propia cultura y educación. Cabe decir que los pueblos africanos, desde antes de la llegada de los colonizadores, poseían una gran cultura y sabiduría popular, al punto que lograron un sincretismo entre sus dioses y los traídos por la iglesia católica a Cuba. De ahí que se compare a Obatalá con la virgen de Las Mercedes; a Osaín con San Rafael; a Orichaoco con San Isidro; a Elegguá con el Niño de Atocha; a Yemayá con la virgen de Regla; a Oshún con la virgen de La Caridad del Cobre; a Changó con Santa Bárbara; a Oggún con San Pedro; y a Babalú Allé con San Lázaro, entre otros santos que fueron adorados por los esclavos africanos. Para un mayor conocimiento relataremos algunas de las historias de los santos africanos que han llegado a nuestro conocimiento a través de los relatos hechos por esclavos y sus descendientes, en ellos se podrá apreciar la similitud que tienen con las historias de algunos de los santos de la religión católica, aunque los nombres no sean los mismos.
  2. 2. Manuel del Santero en Cuba Exclusivo para religiosos consagrados Si tiene dudas, consulte con su Padrino(a)2 ORIGEN DE LOS SANTOS AFRICANOS De ahí que las lomas (que son oque) es la parte de la Tierra donde se originaron los volcanes, por donde salen toda clase de metrallas, nace el dio Oggún, y éste, el volcán que parió al dios Aggayú, de ahí sale todo para loe santos fuertes, de ahí porque se le llama a su mamá Oro Oña porque es hijo de las entrañas de la Tierra de donde nace el volcán, que a su ves es el mismo Aggayú, razón por la cuales se le considera en África el más fuerte de los santos, porque para ellos el volcán es más temido que el mar, que es donde nació la poderosísima Olokun. Como es lógico, del Sol, la Luna, la Tierra, el volcán, las lomas, la vegetación y el mar, no se puede asentar santo a nadie, ya que nadie resistiría el Sol, la Luna, la Tierra, el volcán, las lomas, la vegetación y el mar en la cabeza. Estos santos solamente se reciben, nunca se asientan. Todas estas historias y tratados que se trasmiten aquí fueron obtenidos de aquellos africanos que vinieron como esclavos y todos ellos creían firmemente y los fueron trasmitiendo de acuerdo a su lugar de Origen. ORIGEN DE LOS SANTOS AFRICANOS II En el continente africano, al igual que en otras partes del mundo existen distintas creencias, las cuales se fundamentan en alguna originalidad o en algún dato histórico. Una de esas leyendas dice que antiguamente Dios, o sea, Olofin andaba por la Tierra y cuando Olodumare andaba por este mundo, en el planeta no había árboles, ni nada, únicamente rocas y llamas, y esto sucedió por espacio de muchos años o siglos. Y como consecuencia de todo esto era un vapor producido por las llamas internas de la Tierra. Se acumuló en el espacio una gran cantidad de vapores, o sea, nebulosas las cuales ya no se sostenían en el espacio. Esto se produjo porque ya Olofin quería que sucediera, entonces descargó esos vapores ya convertidos en agua sobre las llamas. En la parte donde más trabajó la candela es donde ahora se encuentran los océanos del mundo. Aquí es donde nacen los Yemayases del mar, desde Okute hasta Olokun. Después entiende el africano que esa llama que había en el planeta y que la no existe sucedió por la voluntad de Olodumare, el cual ordenó que se trasladara al cielo par que se convirtiera en el Sol que hoy disfrutamos y que es para ellos el dios Aggayú. Antiguamente este santo era más temido y respetado que en nuestros días. La otra parte más floja de la candela la convirtió en la Luna, otro de los planetas conocidos por los mortales que al igual que el Sol comparten la preponderancia del sistema planetario. Después de muchos días las cenizas de aquellas rocas encendidas se acumularon en las partes altas y se fue formando una masa fangosa que era la Tierra, donde reinaría Orichaoco. Esa masa fangosa trajo como consecuencia la pudrición las epidemias y de ahí nace el santo Babalú Allé. Después, producto de las hierbas que nacieron y crecieron en la Tierra, nace el dios Osaín. Más tarde, al formarse grandes lomas nace el dios Oque, nuestro gran Oque que sólo Olofin lo destruye.
  3. 3. Manuel del Santero en Cuba Exclusivo para religiosos consagrados Si tiene dudas, consulte con su Padrino(a)3 HISTORIA DEL SOL Y LA LUNA Dice la mitología africana que en los comienzos del mundo Dios designó al Sol y la Luna para reinaran en todos los espacios siderales, sin destruirse. Sin destruirse mutuamente dependerían el uno del otro, estando las constelaciones al arbitrio de ellos. Dicen los africanos que al Sol se le dio el poder de Ifá y a la Luna el poder de Ocha, teniendo que llevarse bien estos dos poderes que son en sus ritos poderes importantes. Más tarde Olofin quiso crear estos dos poderes en la Tierra y eligió para la selva al león y al tigre para que reinaran entre todos los animales de la Tierra, pero en la selva volvió a repartir estos poderes, dándole a Orula la representación del león y a los Ocha la representación del tigre, dos fuerzas poderosísimas que representan la religión africana. Ninguno de los dos poderes se puede invadir porque sería la destrucción de los dos. Es por eso que en la selva africana el león no invade el territorio donde caza el tigre, prefiriendo irse a otro lado y el tigre hace lo mismo. Por eso en esa religión los africanos se cuidan muy bien de no invadir sus respectivos campos, ya que significaría la destrucción de las bases donde se asientan el principio de estas religiones. HISTORIA DE LA SAGRADA AURA TIÑOSAY LA DIVINA CEIBA En cierta ocasión el cielo y la Tierra discutieron. La Tierra porfiaba que era mayor y más poderosa que su hermano el cielo, llegando incluso a decirle que la Tierra era el fundamento del cielo. Sin ella el cielo se derrumbaría, no tendría un hermano donde apoyarse, todo sería humo, nada… La Tierra decía: fabrico todas las formas vivientes, las fijo y las mantengo, yo lo contengo todo, todo sale de mí, todo vuelve a mí. Mi poder no tiene límite, ni pueden calcularse mis riquezas… Y la Tierra repetía insolente “solita”, “soy solita”. Tú (el cielo), en cambio, no tienes cuerpo, eres vacío enteramente. ¿Y tus bienes pueden compararse con los míos? Ah, los bienes de mi hermano son intangibles. ¿Qué tienes, di, que se puede tocar y pesar en una mano? Aires, nubes luces. Pues consideren cuánto valgo más que él y baja para hacerme moforibale. Obba-Olorun viéndola tan obcecada y presuntuosa no la replicó por desprecio, le hizo un signo al cielo y este se distanció amenazador, horriblemente sereno. “Aprende”, murmuró el cielo al alejarse a inconmensurable distancia. “Aprende” que el castigo tarda lo que se preparación. Las palabras de los grandes no las deshace el viento. Iroko recogió esas palabras y meditó en silencio, en el silencio de una gran soledad que se hizo en ella al separarse el cielo de la Tierra, porque Iroko (la Ceiba) hundía sus raíces vigorosas en lo más profundo de la Tierra y sus brazos entraban hondo en el cielo. El gran corazón de Iroko tembló de espanto al comprender hasta dónde, gracias al acuerdo perfecto que reinaba entre estos hermanos, la existencia hasta ahora había sido venturosa para todas las criaturas terrestres. El cielo cuidaba regular las estaciones con una solicitud tan tierna y paternal que el frío y el calor eran igualmente gratos y beneficiosos. Ni
  4. 4. Manuel del Santero en Cuba Exclusivo para religiosos consagrados Si tiene dudas, consulte con su Padrino(a)4 tormentas, ni lluvias torrenciales destructoras, ni sequías asoladoras habían sembrado jamás la miseria y la desolación entre los hombres. Se vivía alegremente, se moría sin dolor; males y quebrantos eran desconocidos. Ni los individuos que pertenecían a las especies más voraces hubiesen podido adivinar, antes de la discordia, qué era el hombre. La desgracia no era cosa de este mundo, como tampoco la rogación al cielo. Y aseguró la tiñosa “porque nadie más que yo podrá cruzar arriba a la otra orilla”. Todos miraron con burlona antipatía al sombrío y repulsivo pajarraco que hablaba así cuando el intrépido sarnícaro, gran volador, se elevaba con las ofrendas y a poco se perdía de vista. Pero a un palmo del cielo también se abatía y con él la Tierra perdía el último de sus mejores correos. ¿Sería capaz de salir airoso este pájaro pesado y torpe que se había cebado devorando a los muertos? Sin embargo, era este pájaro asqueroso y pestilente la última esperanza, y Ara-Cole partió llevando la súplica de la Tierra, que no confiando en ella se creyó perdida. Ara-Cole o Canacana voló días y noches, incansable. Serena cruzó la otra orilla de lo infinito y aún voló más allá. Dejó oír la palabra de la Tierra y después depositó las ofrendas. “Oh, cielo, la Tierra me envía a pedirte perdón… perdón de corazón te piden los hijos de la Tierra que son tus esclavos. Señor la Tierra ha muerto. Todos hemos muerto. Abajo, los hombres que saben, no cesan de cantar. Señor, las gallinas, los gallos, las palomas, los carneros, el perro y el gato se han muerto. Todos los hombres se estás muriendo. Perdónanos. El cielo volvió los ojos hacia la Tierra. Hacía tanto tiempo que no la miraba y la contempló muerta. Contempló que los hombres lo reverenciaban debidamente y aceptó sus ofrendas. Perdonó a la Tierra diciéndole Ara-Cole. Abajo, al mismo tiempo, las criaturas veían llenarse de nubes los cuatro ángulos del cielo. Las ranas líquidas que venían en las nubes, o que resucitaban invisibles en el polvo muerto. Rodó el agua estruendosamente de los abismos en que había permanecido estancada y descendió en inmensas cataratas. Ara-Cole voló día y noche en los infinitos desiertos celestiales, huyendo de la crecida que avanzaba tras ella y ya punto próximo a la Tierra estuvo a punto de ahogarse en el derrumbe de la lluvia que durante mucho tiempo cayó torrencialmente y formó un lago profundo que cubrió la Tierra en toda su extensión. El pájaro sagrado en torno a ella. En Iroko y por Iroko las criaturas se salvaron del diluvio. La Tierra, que bebió hasta saciarse, revivió, ocultó su desnudez en verde nuevo y le dio las gracias al cielo. Los espíritus malignos que provocan los padecimientos físicos más adyectos y que invisible y arteros se introducen por los ojos o volatilizándose se hacían aspirar, no tenían nombres porque no existían, nadie se enfermaba. La muerte, deseable, limpia y dulce, se anunciaba con un sueño suavísimo. El hombre había disfrutado de una vida larga y venturosa. Un viejo, pero sin la triste experiencia de una vida amarga ni los quebrantos de la vejez, sentía un gran anhelo de inmovilidad. Un silencio avanzaba despacio por sus venas que buscaba deliciosamente al corazón, despacio se cerraban sus ojos, despacio oscurecía y era la felicidad infinita de apagarse, de morir; se acababa con un bello atardecer. Entonces la bondad sí era de este mundo. Un moribundo podía sonreír al representarse al placentero festín que su cuerpo hermoso y sano procuraría a los gusanos innumerables y golosos. Pensar enternecido en los
  5. 5. Manuel del Santero en Cuba Exclusivo para religiosos consagrados Si tiene dudas, consulte con su Padrino(a)5 pájaros que picotearían sus ojos brillantes convertidos en semillas. En las bestias fraternales que pastarían sus cabellos mezclados con la hierba fresca y jugosa. En sus hijos, sus hermanos que conocían sus huesos transformados en tubérculos. Nadie pensaba en hacer daño. Los elementos no habían dado el ejemplo, no había brujos malvados no había plantas nocivas, no había que ganarse a todo trance el favor de las fuerzas maléficas que nacieron después con el dolor y la miseria, no había que precaverse contra ataques (endokis), espíritus de chiriqui y de malos ojos. Todo era de todos por igual y no había que vencer ni adueñarse, ni que dominar, no criaba alimañas el cuerpo humano. Estaban unidos el cielo y la Tierra y jamás del cielo había caído un rayo, jamás el fuego de arriba había consumido el bosque, ni el Sol despiadado se había hecho sentir como un castigo. El mar, que tampoco revolvía vientos furiosos, era una balsa tranquila. El ratón: el mejor amigo del gato; una gota de miel el veneno de los alacranes. Cualquier monstruo era (lo que hoy se dice muy de tarde en tarde) un alma buena. La hiena y la paloma podían trocar sus corazones. La fealdad vino luego cuando acabaron los tiempos de no padecer. Aquí fue el llanto de Iroko, la tristeza del árbol amado del cielo y de la tierra en hondo duelo. La ceiba dio entonces sus flores impalpables y así apareció su pena por la tierra. Esta tristeza que iba con el viento en él, se comunicó a los hombres, a las bestias y a todo lo viviente. Un pesar jamás sentido se introdujo en las almas e Iroko extendió sus brazos inmensos en gesto de amparo, cuando al caer de la tarde se oyó el grito de lamento de la lechuza (un chillido agudo, desconcertado, nuevo en la mudez de un atardecer distinto. Aquella noche (una noche desconocida como la angustia) el miedo hizo su primera aparición, penetro en los sueños y esa noche engendró a Illondo. Dio formas diversas, rostros y garras crueles a la oscuridad, al día siguiente, el hombre, la bestia, el árbol: todos los seres vivientes se interrogaban sin darse cuenta ni comprenderse unos a otros. Aún no había palabras para la turbación y la ansiedad. Eran ininteligibles las voces que se oyeron amenazadoras en el viento o en la caída de las aguas. Comenzó un día áspero y trabajoso. El Sol comenzó a devorar la vida, la ceiba a cada criatura que cruzaba su sombra le decía: Hagamos rogación por nuestra madre Tierra que ha ofendido al cielo. Tampoco se entendían las palabras de Iroko, pues no se sabía lo que era ofender. Secretamente, la Tierra se acababa, se secaba. Al Sol que obedecía la consigna de no dañarla con su arder o excesiva lumbrosidad, dio órdenes al cielo de agotar las agua lentamente (entonces eran todas potables, caudalosas más inofensivas, claras mansas, llenas de virtudes y todas por las fauces abiertas del Sol subieron al cielo y éste las guardó en un abismo. La Tierra sentía en sus adentros los efectos de cólera de su hermano, sufría cruelmente de sed y al fin le suplicó en voz baja: Hermano, mis entrañas se consumen. Envíame un poco de agua. El cielo, para aliviar la sed cada vez mayor y más atroz de su hermana, la anegaba con un fuego blanco y soplaba luego sobre su cuerpo abrazado la violencia de un ventarrón cadente que a manotazos extremaba el dolor de las quemaduras. Los hijos de la Tierra padecieron con ella los tormentos horribles del fuego, de la sed, del hambre, pero más cruelmente dolían a la Tierra los martirios de sus hijos inocentes, de la hierba marchita y del árbol moribundo. Y ahora humillada pedía perdón al cielo.
  6. 6. Manuel del Santero en Cuba Exclusivo para religiosos consagrados Si tiene dudas, consulte con su Padrino(a)6 Se sufrió hasta perderse la memoria del menor bien pasado. El dolor abatió a las criaturas hasta borrar la última huella de la felicidad en que habían vivido. Toda ventura se hizo remota e inverosímil, se maldijo, la fealdad vino al mundo. Fue entonces cuando se incubaron y nacieron todas las desgracias, todos los horrores, la palabra se hizo mala. El reposo de los que habían muerto hace rato fue turbado y los que morían no descansaban en la belleza quieta de una noche cuya dulzura no terminaba. Perdón, pedía la Tierra. El cielo, implacable, retenía las aguas. Ya todo era polvo infecundo, casi todos los animales habían muerto; los hombres esqueléticos sin alimentos para sostenerse continuaban cavando para buscar agua en el seno seco y martirizado de la Tierra, sin fuerzas para devorarse los unos a los otros; yacían los hombres sobre las piedras desnudas. La vegetación había desaparecido y sólo un árbol en el mundo árido estaba en pie (la copa gigantesca, milagrosamente verde) era Iroko-Oco. Imperecedero, adornado y adornando al cielo. Allá fueron a refugiarse los muertos del pasado. El espíritu de Iroko hablaba con el cielo en lo profundo, trabajando cono ahínco inquebrantable por salvar la Tierra y a sus criaturas. Iroko era como un hijo preferido de la Tierra y el cielo. Sus ramas poderosas protegieron a los que se abrazaron a su sombra y a su amparo, y resistieron el tremendo castigo de Olorun. A estos dio instrucciones Iroko-Oco. Estos penetraron en el secreto que estaba en su raíz; estos aprendieron y cuando supieron que se humillaron se purificaron al pie de la ceiba o hicieron ebbó. La poca hierba que aún vivía, los animales de cuatro patas, los pájaros, los hombres que quedaban y que se habían vueltos clarividentes, consumaron el primer sacrificio en nombre de la Tierra. Y cuando hubo que enviarle las ofrendas al cielo (como éste se había alejado a una distancia incalculable y nadie que no tuviese alas no podía salta de estrella en estrella como antes) se eligió al tomeguín de mandadero. Era el más ligero de todos los pájaros y por eso alcanzaría la máxima altura del cielo. Partió el tomeguín mas no pudo llegar a su destino y a menos de la mitad del camino sucumbió de fatiga. Se le confió al pitirre esa misión, por audaz y valeroso, pero corrió la misma suerte. Se eligieron otros pájaros pero sus alas se quebraban o sus corazones dejaban de latir a gran altura y caían. El pájaro Aracole declaró entonces: Yo llevaré la ofrenda. Y lo hizo, pero la Tierra jamás volvió a conocer la felicidad de los primeros días. El cielo se fue desentendiendo cada vez más de la Tierra hasta que llegó a serle absolutamente indiferente. En fin, ya se sabe lo que ha sido la vida desde entonces. LA HISTORIA DEL LORO En cierta ocasión acordaron los pájaros dar un baile pero sus propósito eran darle muerte al Loro. Ellos le tenían mucha envidia pues sus plumas eran totalmente rojas. El Loro asistió a la fiesta y al despedirse les dijo “Adiós”, palabra que captaron sus enemigos. Se fueron antes que él y se situaron en las esquinas por donde tenía que pasar el Loro y a su paso le soplaron polvos y a pesar de haberse sacudido, quedó convertido con los colores gris y rojo.
  7. 7. Manuel del Santero en Cuba Exclusivo para religiosos consagrados Si tiene dudas, consulte con su Padrino(a)7 OLOFI N LE TENÍA MUCHA LÁSTIMA A OBBI Obbi era justo y puro de corazón, modesto y sencillo como los justos. Olofin le hizo el corazón blanco, así como las entrañas y la piel, y lo elevó a gran altura, pero Obbi se envaneció en las alturas. A su servicio estaba Elegguá, criado de Olofin también, éste conocía a los innumerables amigos de Obbi, entre éstos, a los grandes de la Tierra: los akukó, colorozú, tobi onisosé, obini ayiyeba loguó. También se contaba a los pobres, los aimiochí, aburegué, a mio, alakisa, alegbó, gente fea, miserable, sucia, llagada, pordiosera. Los feos, los deformes y los hermosos, los limpios, los sucios, todos querían a Obbi. Elegguá había observado el cambio de Obbi, le había advertido detalles de arrogancia y de orgullo que manchaban invisiblemente su inmaculada blancura y en vez de invitar a los ricos exclusivamente (como era intención de Obbi), sólo invitó a los limosneros, harapientos y mal olientes, hombres y mujeres defectuosos, de fealdad repugnante. Cuando Obbi contempló a aquella turba el día de su fiesta, les preguntó fuera de sí quién los había invitado, respondiéndoles ellos que Elegguá en nombre suyo. Obbi los despidió no sin haberlos reprendido duramente por haberse presentado ante él en ese estado de suciedad y abandono. Así, los miserables de la Tierra se marcharon abochornados de la casa de Obbi y Elegguá con ellos. Un tiempo después de haber pasado esto, Olofin envió a Elegguá a la Tierra con un recado para Obbi, pero Elegguá se negó a llevarlo y le contó la conducta inclemente del puro, del justo, del intachable Obbi. Olofin se disfrazó de mendigo y fue a buscarlo. Obbi, al ver a aquel okuro sarnoso que amenazaba contaminarlo con sus guiñapos hediondos le pidió que se alejara y le increpó por no haberse bañado y vestido con un aché limpio antes de presentarse, y le dio las espaldas. Entonces Olofin, sin fingir la voz pronunció su nombre con indignación y Obbi se volvió extrañado, reconoció a Olofin, se arrojó a sus plantas y dijo: perdón… Olofin le dijo: Obbi, tu eres justo, por eso te hice blanco de corazón. Pero ahora para castigar tu orgullo, aunque conservarás las entrañas blancas, bajarás de tus alturas para rodar y ensuciarte en la tierra. El castigo consistió en caer de las ramas y rodar por el suelo. OTRA HISTORIA DE OBBI Obbi era un santo muy presumido y vanidoso. Un día Olofin dio una fiesta a la que concurrieron todos los santos. Después que llegaron todos al poco rato hizo su entrada Obbi. Pero cuando quiso entrar la gente que acostumbraba a congregarse a las puertas del palacio fueron a saludarle y pedirle dinero (como hacían con los demás santos) pero Obbi los rechazaba y no quería que lo tocaran. Una vez dentro de la reunión, cuando todos se sentaron en el suelo el no lo hizo (porque se ensuciaba) y fue tanta la vanidad y el orgullo que tenía que todos se quejaron, llegando estas quejas a los oídos de Olofin y el dijo que iba a ver si era verdad lo que le contaban.
  8. 8. Manuel del Santero en Cuba Exclusivo para religiosos consagrados Si tiene dudas, consulte con su Padrino(a)8 Entonces Olofin dio otra fiesta y se disfrazó de manera que Obbi no lo conociera y cuando vio entrar a Obbi le salió al paso para darle la mano y éste se la rechazó. Entonces Olofin se quitó el disfraz y Obbi al ver a quien había rechazado quedó sorprendido y enmudeció. Entonces Olofin le dijo: te voy a devolver el habla pero únicamente podrás hablar en el suelo por ser tan vanidoso y orgulloso. Es por eso que el coco se tira en el suelo y habla por las dos caras. HISTORIA DE OBBATALÁ De este poderosísimo santo cuentan todos los africanos traídos a Cuba en aquella época que este era un enviado directo de Dios para que pusiera en orden la Tierra, siendo por tanto un avatar, ya que no es nacido de humano, siendo unas veces santo varón y otras santa hembra, de acuerdo con los relatos. Este santo, que en el catolicismo representa a la Virgen de las Mercedes, en el único dueño de todas las cabezas, al extremo de que cuando hay disputas entre los santos por determinado hijo mortal y cada cual lo reclama para sí, al intervenir éste y declararse dueño de su cabeza, todos lo aceptan y se acaba la disputa. De él se cuentan muchas historias. Se dice que en la religión de los Ararás se le consideraba algo así como a Jesucristo, ya que hay una historia que dice que una vez encontrándose perseguido por sus enemigos, se le acercó San Lázaro para prevenirlo, tratando de que se salvara, ya que él sabía que lo querían matar al igual que a Jesucristo por dedicarse a predicar y practicar los ritos de la religión africana por mandato de Olofin. Y al igual que Cristo, él respondió que estaba allí por mandato divino, que se tenía que cumplir la profecía, que si tenía que morir por cumplir la palabra de Olofin, moriría y que su muerte serviría de ejemplo para la humanidad venidera, que así daba cumplimiento a lo que había ordenado Olofin. En otras historias es un santo inmortal. OTRA HISTORIA DE OBATALÁ En esta historia Obatalá tiene duda acerca de la sabiduría de sus hijos (oluos, baba loches e illalochas). Estando preocupado por esto se le acerca Elegguá y le pregunta: ¿Baba, en qué piensas? El le respondió: hijo, tengo dudas de la sabiduría de mis hijos y los que me siguen y de sus firmezas y convicciones de lo que yo les he enseñado. Elegguá le respondió; Babá ¿por qué usted no los pone a prueba? Usted debe fingirse muerto para ver la reacción de ellos, respondiéndole Obatalá: tienes razón hijo mío. Así lo haré. Días después Obatalá se decidió a hacer lo que Elegguá le había aconsejado. Se fingió muerto y ordenó que se le tendiera en su casa para velarlo y así comprobar por sí mismo la sabiduría y firmeza que tenían sus hijos y discípulos, sobretodo lo que él les había enseñado y predicado hasta entonces, poniendo a Elegguá en la esquina para que se lo fuera diciendo a todo aquel que pasara por ahí. Elegguá así lo hizo, se paró en la esquina del Ilé de Obatalá, fingiendo que lloraba y que estaba muy triste, y según se iban acercando los hijos y los discípulos, estos le preguntaban porqué lloraba y el les respondió: porque Baba ha muerto y le están velando. Todos aceptaron lo
  9. 9. Manuel del Santero en Cuba Exclusivo para religiosos consagrados Si tiene dudas, consulte con su Padrino(a)9 dicho por Elegguá y se apresuraron a ir a la casa de Obatalá para participar en el velorio, sin que ninguno se percatara de que era un acto fingido. Más tarde se le acercó un aleyo a Elegguá y le preguntó el motivo de su tristeza y de su llanto. Elegguá le respondió lo mismo que a los demás, pero el aleyo le respondió: imposible, Baba no puede haber muerto. No lo creo. Se dirigió al lugar donde este estaba tendido y acercándose al féretro y dirigiéndose a Obatalá en lengua le dijo: Babá, usted no puede estar muerto porque si usted muriera todo el mundo se acabaría. Así que levántese y no finja más. Obatalá se levantó y dijo maferefun al aleyo, que es el único que no ha creído en mi muerte y ha demostrado ser más firme en sus creencias que todos ustedes pese a ser mis hijos y haberlos enseñado. De ahora en adelante tendrán que rendirle moforibale al aleyo, que ha demostrado ser más sabio que ustedes. Desde entonces hay que tener en cuenta la palabra de los aleyos que de corazón hacen por esta religión. OTRA HISTORIA DE OBATALÁ En esta historia Obatalá era madre de Changó, estaba pasando mucho trabajo y decidió ir a pedirle consejos a Ifá. Este le dijo que fuera a casa de su hijo Changó, que era rey, pero que antes de marcharse se hiciera ebbó con la espiga de millo de Okableba. Le advirtió también que sufriría tres grandes contrariedades por el camino, mas tendría que callar y seguir adelante. Al salir, Obatalá tropezó con Echu disfrazado de carbonero, rogándole que le ayudara. El carbonero puso su mano sobre la bata de Obatalá que era blanca y se la tiznó. Ella iba a protestar pero se acordó de las palabras de Ifá y continuó andando. Otra vez volvió encontrarse con Echu disfrazado de vendedora con una canasta de frutas en la cabeza. Ayúdeme, le dijo, a bajar esta canasta. Obatalá fun fun wemé ayuda a la mujer que vuelca la canasta y la mancha toda de manteca de corojo. Obatalá tampoco dijo nada, dominó su in dignación y siguió adelante con la espiga de millo debajo del brazo. Después atravesó un monte (que estaba aurú) donde reinaba una sequía atroz. El caballo de Changó hacía doce años que se había perdido y andaba internado en aquel monte. A causa de la sequía estaba hambriento y al ver la espiga que llevaba Obatalá fue tras ella para comérsela. Obatalá espantaba al caballo pero este se volvía y así andando llegaron al lugar donde se hallaban los soldados de Changó quienes reconocieron el caballo. Lo amarraron y prendieron a la mujer de la espiga y la condujeron ante la presencia de Changó que estaba abacoso ite obba, sentado en su trono, pero éste al reconocer a su madre fue a su encuentro dando vueltas de carnero hasta caer a sus pies. Hacía muchos años que no la veía y estaba loco de alegría. Omoyu iya eti kekere. Changó le fabricó un ilé y desde aquel encuentro su collar que era rojo, se matizó con las cuentas blancas de su iya. OTRA HISTORIA DE OBATALÁ Dice esta historia que Obatalá había sido enviado por Olofin para que pusiera paz en la Tierra y confirmara los dominios de cada uno de los santos que estaban en ella.
  10. 10. Manuel del Santero en Cuba Exclusivo para religiosos consagrados Si tiene dudas, consulte con su Padrino(a)10 En la Tierra se encontró con que el rey Olokun era muy severo al extremo que no perdonaba nada castigaba severamente a todo aquel desobedecía sus órdenes o cometía cualquier equivocación. Obatalá llamó a Olokun para que éste modificara su proceder, pero él no le hacía caso y continuaba imponiendo severos castigos, hasta que al fin Obatalá, viendo que Olokun no se detenía lo encadenó en su palacio en las profundidades del mar. Por eso a este santo hay que respetarlo mucho y no se puede jugar con él ya que castiga con mucha severidad y solamente rogándole a Obatalá es posible alcanzar la clemencia de él. OTRA HISTORIA DE OBATALÁ Oú odede (la flor del algodón) tiene el envidiable privilegio de ser capa y manto de Obatalá, de envolverla perennemente de vivir pegado al Orishanla. Este honor provocó una envidia terrible en los Eiyé (los pájaros) los cuales se entrevistaron con el Sol y la Luna para calumniar al pobre algodón. A uno le pidieron que lo quemase con el fuego y a la otra que lo secase con su frialdad. Mas triunfó la inocencia del cándido Oú odede, que a punto de perecer hizo ebbó y los pájaros quedaron ante Obatalá como intrigantes, perversos y despreciables. Obatalá dispuso entonces que cuando estos atacaran al algodón se hincaran los ojos con los capullos que Babá Arubo le había dotado de las espinas pequeñas para su defensa. OTRA HISTORIA DE OBATALÁ Dice esta historia que Obatalá no come sal por culpa de Babalú Ayé. Este vivía en el monte y llegó a casa de Obatalá cuando todos habían comido. Quedaba un plato de comida que era de Obatalá y este de lo dio. Cuando fue a cocinar para comer él se le había acabado la sal, sin la cual se sirvió. OTRA HISTORIA DE OBATALÁ Cuando Obatalá era dueño del Obbi, reunió a los santos para darles jerarquía a cada uno de ello. Esta asamblea se hizo bajo un cocotero. Obatalá puso a los pies de cada uno un coco partido. Por eso todos los santos tienen derecho al coco, aunque no enteramente, pelado por fuera como por dentro, que es como se le ofrece a Obatalá. Alrededor del árbol se sentaron los orishas para escuchar respetuosamente las instrucciones de Obatalá. El único que se mostró renuente a obedecer sus palabras y demostró inconformidad fue Babalú Ayé, pero Obatalá lo dominó y al fin tuvo que acatar la voluntad del jefe supremo. Desde entonces no es posible que se practique un solo rito sin la ofrenda concebida de un coco a los Ikus y a los Orishas. OTRA HISTORIA DE OBATALÁ Obatalá ordenó a tres esclavos suyos llamados Aruma, Addima-Addima y Ochama que fueran a cortar guano (mariwo) para hacerse una casa. Addima- Addima tuvo la preocupación de hacerse ebbó antes de internarse en el bosque, pero Orula le pidió para verificarlo, el machete que llevaba (que no era
  11. 11. Manuel del Santero en Cuba Exclusivo para religiosos consagrados Si tiene dudas, consulte con su Padrino(a)11 suyo, sino de Obatalá). Cuando se reunió con Aruma y Achama y estos lo vieron sin el machete se rieron de él, le dijeron que cortara el guano con los dientes y lo dejaron solo. Addima-Addima, dispuesto a no cortar las pencas con los dientes, pero sí a arrancarlas con las manos, entró en el monte buscando las palmeras más bajas. Una ceiba llamó enseguida su atención, allí había un bulto raro que colgaba atado al tronco. Addima-Addima, ayudándose de un palo logró desprenderlo haciéndolo caer. Halló dentro una gran cantidad de plumas de loro. El hallazgo era de una importancia incalculable. Obatalá en secreto buscaba con gran afán plumas de loro. Estas escaseaban desde hacía mucho tiempo y nada podía tener tanto precio a los pies del orisha moderador y rey del género humano, como aquellas plumas que a la sazón necesitaba urgentemente. Addima-Addima sabía tejer. Tejió inmediatamente cestos de guano y en ellos guardó las codiciadas plumas. No había terminado de amarrar aquel precioso cesto cuando vio cerca de laceaba un ayanaku (elefante) muerto. Le arrancó los dos colmillos blancos, magníficos y los ató con las plumas. Achama y Aruma llegaron mucho antes que Addima-Addima al ilé de Obatalá y el orisha le preguntó por Addima-Addima. Ellos respondieron: no sabemos, él nos siguió y luego se fue y nos dijo que le había entregado su machete a Orula. ¿Mi machete, el machete que le di para que me sirviese? tronó Obatalá y llamó a Oggún y le dijo: en cuanto llegue Addima-Addima, que ha perdido mi machete, córtale la cabeza y bébete la sangre de él. Oggún Olé Adá Pkutá. Oggún afiló su machete y se sentó a esperar a Addima-Addima. Cuando Addima-Addima llegó lo primero que Obatalá vio fueron las plumas y los espléndidos enjijin (colmillos) que traía el muchacho muy ufano y Obatalá haciéndole un gesto a Oggún que iba a ponerse de pie para cumplir sus órdenes, le pidió que esperara. Addima-Addima colocó ante Obatalá las plumas y los marfiles. Obatalá mando a buscar un chivo y se lo entregó a Oggún y le dijo: toma este chivo, córtale la cabeza y márchate. En su alegría Obatalá bendijo a Addima-Addima, que había visto lo que el orisha necesitaba. Lo cubrió de riquezas y por Ifogué Igo (ciegos y estúpidos) castigó a Aruma y Achama. ORIGEN DE LA MALDICIÓN DE OGGUN Dice la historia que Obatalá vivía con Llembó, que era su mujer, y junto con ellos Elegguá, Oggún, Ochosi y Osun. También tenía a Dada, pero esta no vivía con ellos Obatalá salía a trabajar todos los días quedando los demás en la casa. Cuando llegaba, Osun era el que tenía que decirle lo que había pasado en la casa. Oggún era el que más trabajaba en la casa y por eso era muy mimado y todos tenían que obedecerle. Oggún, viendo que Elegguá le estorbaba para sus planes, comenzó a darle menos comida ya que el era el cocinero de la casa. Oggún se enamoró de su mamá Llembó y quiso muchas veces obligarla a hacer algo indigno con él, pero Elegguá siempre estaba vigilando y se lo decía a Osun, quien le llamaba la atención a Oggún. Oggún se dio cuenta que Elegguá se lo había dicho todo a Osun y buscando una tragedia con Elegguá lo botó de la casa. Elegguá se quedó en la esquina dando vueltas
  12. 12. Manuel del Santero en Cuba Exclusivo para religiosos consagrados Si tiene dudas, consulte con su Padrino(a)12 sin entrar en la casa. Mientras, Oggún cogía cuatro sacos de maíz y se los daba a Osun para entretenerlo, pues mientras comía no podría delatarlo, pero Elegguá no perdía de vista a Oggún. Todos los días a una misma hora, Oggún cerraba la puerta y como Osun estaba comiendo no veía nada. Un día Elegguá esperó a Obatalá. Este, al verlo, le pregunto: qué pasa, hijo. Elegguá le contestó: -- Hace muchos días que yo no como. -- Por qué, preguntó Obatalá. -- Porque Oggún no quiere que vea lo malo que está haciendo en la casa -- Cómo Osun no me ha dicho nada, preguntó Obatalá -- Porque Oggún le da mucha comida y se queda dormido, respondió Elegguá. Entonces Obatalá dijo: “Imposible, Osun no puede acostarse y mucho menos quedarse dormido. Elegguá dijo: bueno, papá, usted no diga nada esta conversación y mañana levántese como de costumbre, salga para el trabajo y regrese a la hora regrese a la casa para que usted vea con sus propios ojos. Aquello dejó muy triste a Obatalá, quien aquella noche no pudo dormir con tranquilidad, soñando y delirando toda aquella noche. Al otro día, Obatalá salió para su trabajo como de costumbre, pero se escondió detrás de los matorrales del mangle y entonces vio a Osun acostarse y quedarse dormido y a Oggún cuando cerró la puerta. Obatalá lloró de sentimiento y cogió un bastón de mangle para apoyarse porque le faltaban las fuerzas y poco a poco se acercó a la puerta y tocó con el bastón. Llembó oyó y dijo tú vez Oggún, qué necesidad tenía yo de buscarme este lío. Oggún dijo: qué se le va hacer, yo abriré la puerta. Oggún viendo que Llembó no era culpable dijo: eso no mamá yo soy un hombre. Cuando abre se encuentra a Obatalá el cual tenía la mano levantada para maldecirle y él se anticipa y le dice: papá, no hable, no me eche maldición, yo mismo me voy a echar maldición, y la maldición será que mientras yo viva y el mundo sea mundo, todo el trabajo que haya en este mundo, yo Oggún Aguanillé, Oggún Ñaceñilé, Oggún Cobú Cobá, Oggún Tocumbí, yo papá, de día y de noche trabajaré. Obatalá dijo: Aché. Entonces Obatalá entró para amonestar a Llembó, más Oggún le dijo: no papá, mamá es inocente no la culpe. Entonces Obatalá dijo: Oggún, vete no puedes vivir dentro de la casa. Llamó a Osun y le dijo: yo he confiado en ti y tú por la comida te has vendido. De ahora en lo adelante Elegguá estará de guardiero y si Elegguá no come nadie come en mi casa. Elegguá no pasará más hambre y en esa puerta, para entrar o salir habrá que contar con él lo bueno y lo malo. Tú serás el que dejará entrar o salir. A ti, Llembó, no voy a mal decirte pero si te digo que cualquier hijo varón que tengamos, yo, Obatalá, lo mataré. Llembó lloró sin decir una palabra. Oggún se fue y entonces se hizo alaguede, empezó a trabajar en una herrería (eso es a lo que se le llama alagguaddé, es decir, herrero). Nace Orula y Obatalá lo coge y sin decir nada se lo lleva lejos de allí, pero Elegguá lo sigue. Obatalá llega a un lugar donde había una ata de ceiba, abre un hoyo y entierra a Orula hasta la cintura con los brazos por debajo de la tierra. Elegguá ve todo eso y se lo cuenta a Llembó. Esta, llorando, mandaba todos los días a Elegguá con comida para Orula. Desde el momento que Obatalá enterró a Orula, todo se le olvida. Al poco tiempo nace Changó. Era un niño muy bonito y hermoso. Obatalá lo coge en sus manos y se compadece de él y no quiere hacerle daño. Entonces piensa que Dada, su hija mayor, podía
  13. 13. Manuel del Santero en Cuba Exclusivo para religiosos consagrados Si tiene dudas, consulte con su Padrino(a)13 cuidarlo que vivía separado de él y así, no viendo a Changó él no podía hacerle daño porque Obatalá se había quedado encantado con Changó. Pasados cuatro años, Dada quiso que Changó viera a su papá y a su mamá, y lo vistió con un traje muy limpio y se lo llevó a Obatalá. Cuando este lo vio con un traje muy limpio se puso muy contento, pero Llembó estaba muy triste porque se acordaba de Orula. Changó estaba vestido de colorado. Obatalá se lo sentó en las piernas y Changó preguntó porqué su mamá lloraba. Yo te lo diré con calma, hijo mío. Diciéndole a Dada: yo quiero que todos los días me lo traigas, y Dadá así lo hizo. De ahí nace el canto de Changó que dice: achei guoguo changó moque guaguo orufina beguaguo, lo cual significa: siendo chiquito Changó, Obatalá le contaba su vida. Pues bien, Dadá traía todos los días a Chango donde estaba Obatalá y éste sentándoselo en las piernas le contaba día por día lo que Oggún le había hecho, así fue creciendo Changó con odio y rencor hacia Oggún. Ya hecho un hombre, Changó tenía muy mal genio y siempre estaba peleando pero no tenía armas y se fue a casa de su padrino Osaín y este le dio un güirito y le dijo: cuélgalo en un rincón de la casa y todos los días por la mañana antes de salir, te haces una cruz en la lengua. Changó hizo lo que le mandaron y es por eso que cuando usted saluda a Changó y el le contesta, por su boca le salen llamas de candela. Es por lo que todos decimos cuando truena eloeco osi osaín porque la llama es el relámpago y el trueno es la voz de Changó, que cuando grita todo el tiempo eso es gustito ni soro illa, así como grita es de grande. Pasado un tiempo la situación se puso muy mala y como Obatalá estaba muy desmemoriado, no acertaba aliviar la situación de todos, pero Llembó no le decía nada. Changó viendo el apuro de Obatalá y queriendo salvar a su hermano Orula de aquella prisión involuntaria, estando Obatalá, Elegguá, Llembó y Changó en la casa, Obatalá hablaba y comentaba la situación. Elegguá y Changó se querían mucho y se comprendían de lo mejor. Elegguá le hizo una seña a Changó para que éste tratara el asunto con Obatalá (porque ya ellos habían hablado de eso). Ya Orula lo sabía también. Entonces Changó esperó la ocasión y le dijo: papá, yo siempre te he hecho caso y te he dado buena pauta. Cada vez que te he dicho algo tu has salido adelante. Obatalá le dijo: hijo, eso es verdad. Changó le dijo: antes de nacer yo tú habías jurado no tener hijos varones y nació Orula y tú lo enterraste. Obatalá le dijo: qué tiene que ver eso y Changó le dijo: espera. Después nací yo y aquí me tienes ante tu presencia y tú saber que Olofin te oye todo. Como todos los varones tuyos son iguales ante él, no tiene nada de particular que Orula sea hijo de nuestra madre también (porque Obatalá le había dicho que su mamá era Odemasa que quiere decir la madre de la candela, así que Changó nunca mencionada a Llembó. Obatalá le respondió que Orula ya estaba en manos de Olofin, pero Elegguá le respondió: papá, puede ser que no. Entonces Obatalá salió para donde había enterrado a Orula, pero como Obatalá no se acordaba del camino, Elegguá le iba saliendo por el camino vestido de varias maneras y le iba indicando hasta que llego al lugar y encontró a Orula, sacándolo del lugar, pero como Orula no sabía trabajar, Changó se subió a un árbol y arrancando una tablero le hizo un tablero y le dijo: con esto tu trabajarás y serás adivino. Haciendo Orula su primer registro, que fue a su propio padre, rindiéndole marifobale y resolviendo la situación con lo que se le había mandado a hacer. Cuando Obatalá hizo lo que Orula le había indicado, su memoria estuvo por completo restablecida, entonces queso que Changó reconociera a su madre y
  14. 14. Manuel del Santero en Cuba Exclusivo para religiosos consagrados Si tiene dudas, consulte con su Padrino(a)14 de ahí para que la tuviera presente, le vistió de blanco y punzó (hasta hoy en día se viste Changó) para que de esta manera se acuerde de el pacto entre él y su mamá, esto es: su collar blanco y punzó. Llembó se vestía de blanco. En un Yemayá con el camino de Obatalá todas sus vestimentas son de color blanco. El tiempo pasaba pero changó no se olvidaba de lo de Oggún. Un día se vistió de guerrero y montado en un caballo se fue a las posesiones de Oggún. Éste estaba trabajando y era marido de Ollá. Changó sabía todo eso y pasó por casa de Ollá, ésta al verlo quedó enamorada de él. Changó correspondió a las palabras amorosas de Ollá y se la llevó (el interés de Chango era vengarse de la felonía de Oggún) y como Oggún bebía mucho y era muy revolucionario no le fue muy difícil a changó que Ollá se fuera con él. Changó ser la llevó a casa de Dadá (ambos se querían como madre e hijo) después de Obatalá era a la única que obedecía. Al saber Oggún que Changó se había llevado a Ollá le hizo la guerra, perdiendo la guerra Changó. De este resultado Ollá no quedo conforme. Así pasaron los días. Dadá nunca había andado en las cosas de Chango, pero un día Olla (que había visto que Changó todos los días al levantarse iba donde estaba un güirito introduciendo un dedo dentro y se hacía una cruz en la lengua y al salir para llamar a Dadá le salía candela por la boca, ella hizo lo mismo que Changó, pero cuando salió para llamar a Dadá le salió candela por la boca, asustándose ella y salió corriendo y se escondió en una palma. Dadá llamó a Ollá y no la encontró. Al ver el güirito de Changó notó que este estaba diferente y entonces movida por la curiosidad se acerca al güirito metiendo un dedo, hace lo mismo que Ollá y cuando fue a llamarla le salió candela por la boca, entonces corre y se entierra junto a Ollá. Cuando Changó regresa a la casa y llama a Ollá y a Dadá y estas no aparecen, se dirige al güirito y ve que no estaba como él lo había dejado. Entonces va a la palma donde él se metía y encuentra a las dos, regañándolas. Ollá no le hace caso y le dice: tú lo que tienes que hacer es declararle la guerra a Oggún, pero hacerle una guerra diferente a la anterior. Oggún se había preparado mejor para esta guerra y cuando Changó ya la tenía perdida, Ollá acude en su ayuda. Changó, por una parte, con los truenos, los rayos y los relámpagos, Ollá con la centella le ganan la guerra a Oggún, obligándolo a irse para dentro del monte, donde Chango un día lo encontró vestido de colorado y se asustó. Le quitó la ropa y la puso él, y vistió a Oggún de mariwo (guano). Por esta razón hasta nuestros días se dice que donde quiera que exista un caballo de Oggún y uno de Chango, es seguro que en ese cabildo habrá una tragedia entre esos dos santos. OTRAS HISTORIAS SOBRE EL NACIMIENTO DE ELEGGUÁ Había en una tribu un obba que se llamaba Oquiburu y su esposa Añagui. Ellos tuvieron un hijo al cual llamaron Elegguá. Como era príncipe, cuando creció le nombraron un séquito palaciego. Un día, siendo Elegguá muchachón, se fue a hacer una expedición acompañado de su séquito. Al llegar a un lugar él ordenó detener la marchar y se apartó solo para comprobar una cosa que había visto. Lo que Elegguá había visto era una luz brillante, como si fueran tres ojos deslumbrantes que estaban en el suelo. Elegguá lo recogió y vio que era un obbi (coco seco). Aquel muchacho era muy travieso y no le tenía miedo a nada ni a nadie, fuera bueno o malo. Tan pronto podría ser amigo como
  15. 15. Manuel del Santero en Cuba Exclusivo para religiosos consagrados Si tiene dudas, consulte con su Padrino(a)15 enemigo. Él estaba muy envalentonado con ser príncipe. Elegguá se llevó el coco para el palacio y les contó a sus padres lo que había visto y como no fue creído por ellos, tiró el coco detrás de la puerta del palacio y allí lo dejó. Pero un día, estando reunida la familia real y su séquito en una fiesta que celebraban, vieron con asombro las luces que salían de aquel obbi y todos horrorizados. Aconteció que a los tres días murió Elegguá y durante mucho tiempo después estuvo alumbrado aquel obbi, siendo respetado y temido por todos. Pasado algún tiempo, el pueblo pasaba por una situación tremenda y desesperada. Se reunieron los Aguos y sacaron la conclusión de lo que estaba pasando: era debido al estado de abandono en que tenían aquel obbi dejado por el príncipe detrás de la puerta. Entonces fueron allí y vieron que el obbi estaba vacío y comido por los bichos. Entonces deliberaron y llegaron a la conclusión deque había que hacer algo sólido que perdurara a través de los tiempos y pensaron que el otá (piedra) de santo era lo más indicado y fue aceptado el acuerdo. Hicieron el Otá y lo pusieron detrás de la puerta del palacio. Esta es la piedra que utilizamos hoy cuando hay que hacer santo. Ese fue el nacimiento de Elegguá y por eso se dice: Ikú babá ocha, que quiere decir: el muerto parió al santo, pues si el príncipe no hubiera muerto no se hubiera abandonado aquel obbi por no saber qué hacer con él. Es por eso que utilizamos el Otá para hacer santo. HISTORIA DEL ORISHA ELEGGUÁ En cierta ocasión Olofin padecía de un mal misterioso que agravándose por el día le impedía trabajar en sus labranzas. Todos los santos había intentado aliviarlo al menos, pero sus medicinas no había logrado ningún resultado El padre de los Orishas, el Creador, ya no podía levantarse, pues se encontraba extremadamente débil y adolorido. Elegguá, a pesar de sus pocos años, pidió a su madre Olla que lo llevase a casa de Olofin, asegurándole que lo curaría. Ollá lo llevó. El chivo escogió unas hierbas, hizo un brebaje y tan pronto el viejo se lo tragó, haciendo una larga mueca, empezó a sanar y a fortalecerse rápidamente. Agradecido Olofin, ordenó a los orishas mayores que precedieran a Elegguá las primicias de toda ofrenda. Depositó en sus manos unas llaves y lo hizo dueño de los caminos. Desde aquel día toleró con ilimitadas complacencias las picardías de Elegguá. OTRA HISTORIA Elegguá abre y cierra todos los caminos y las puertas, tiene las llaves del destino, es espía y mensajero de los dioses, por su genio de niño revoltoso (siempre dispuesto a alguna travesura) malévolo además por naturaleza, cuando es Eschu por suerte se le soborna fácilmente, pues comelón y goloso (como los Ybellis, predilectos de Obatalá y Changó). Elegguá está en todas partes acechando, es dueño de los papalotes, bolas, trompos. Elegguá comía en las basuras, ésta lo alimentaba, pero al enfermar de gravedad Olofin, fueron todos los inteligentes a verlo y nadie puso curarlo. Elegguá se puso un gorro blanco (como el que usan los babalaos) y con sus hierbas lo curó muy pronto.
  16. 16. Manuel del Santero en Cuba Exclusivo para religiosos consagrados Si tiene dudas, consulte con su Padrino(a)16 El viejo dijo: y con tantos hijos sabios como tengo y ninguno se sirvió curarme. Elegguá pide lo que quieras, muchacho. Y este que conocía la miseria le contestó: Comer antes que nadie y que me pongan en la puerta para que me saluden antes que nadie también. Así será, dijo Olofin y además te nombro correo. OTRA HISTORIA En una oportunidad Elegguá descubre que los adivinos Aguos registraron el año y le habían trocado a Olofin los Odón. Esto sentó un precedente coei boleri. OTRA HISTORIA Una vez Elegguá invita al Creador a un encuentro con un ratón que los orishas insubordinados, deseando destronarle, habían puesto a las puertas de su ilé, sabiendo que a Olofin le inspiraba terror los ratones. Por eso Olofin le consagra el ratón y por eso Elegguá come ratón y para obtener de él algo grande se le mata uno. Pero la más ligera equivocación en el rito resultará en perjuicio de quien lo realiza, ya que los peores daños o bienes se han utilizando un ratón. OTRA HISTORIA En la época que Elegguá andaba de juerga con Osun, otro mensajero de Obatalá, lo emborrachó y éste se quedó dormido. Elegguá aprovechó el sueño para robarse un chivo. Lo mató, se lo comió y la culpa de aquel que robó cayó sobre Osun porque Elegguá le embarró de sangre la boca, dejó a sus pies los huesos y desapareció. Cuando Achelu vio la boca de Osun y media cara ensangrentada, le fue fácil deducir quién era el ladrón. La pasión del baile, como en todos los santos mortales, es también muy fuerte en Elegguá, por ir a una fiesta era capaz de cualquier sacrificio. OTRA HISTORIA Se cuenta que una vez hallándose muy pobre, sin zapatos y carente de dinero, se decidió a pedirle a Obatalá que le permitiera limpiarle y barrerle su Ilé a cambio de un poco de dinero. Los primeros días (escoba nueva barre bien) limpió admirablemente la casa. Obatalá le pagó y Elegguá se fue a un baile. Al día siguiente, cansado de una mala noche, tuvo que volver a cumplir sus obligaciones con Obatalá, y como todas las noches bailaba y bebía, todo lo que hacía le salía mal y de mala gana pues estaba cansado. La limpieza dejaba mucho que desear por lo cual Obatalá enfermó y temeroso de despedir a Elegguá llamó a Orula, quien dijo después de consultar su Ekuele, que el muchacho que estaba en su casa debía marcharse cuanto antes, pues de lo contrario no recobraría la salud por la gran cantidad de polvo y basura acumulada. Sin embargo, Obatalá, para no indisponerse con el peligrosísimo criado, espero a que se celebrara una nueva fiesta y dándole una cantidad apreciable de eguó (que no era entonces monedas, sino caracoles) le dijo:
  17. 17. Manuel del Santero en Cuba Exclusivo para religiosos consagrados Si tiene dudas, consulte con su Padrino(a)17 toma este dinero y no me debes nada, ve a bailar y visítame de vez en cuando. Obatalá en su casa limpia se repuso rápidamente. OTRA HISTORIA En un principio, Olofin, antes de distanciarse del mundo le dijo a cada Orisha que le dejaría una misión. Repartió los empleos y Elegguá, como es tan vagabundo, se quedó sin desempeñar alguno. Andando el tiempo se le quejó a Changó de su situación, a éste le había tocado a Ifá en el reparto, pero como era muy joven y rumbero (existían enfermos en el mundo pero no había médicos) le había traspasado Ifá a Orula. Dijo Elegguá: changó, ando por ahí sin ocupación fija. ¿Tengo que predicar para mantenerme? Changó llevó a Elegguá a casa de Orula y le dijo al viejo: este será tu centinela. Estará siempre vigilante a las puertas de tu casa a cambio que le des de comer. Orula se quedó con Elegguá y le dio el cuidado de su puerta, pero como Elegguá no comía todo lo que él quería y veía a Orula adivinando, se enceló y le dijo: yo también quiero hablar un poco y ganar algo. Tú tienes todo lo que necesitas, qué más quieres, le contestó Orula. Al día siguiente llaman a la puerta. ¿Está Orula? Orula estaba en casa pero Elegguá contestó: No está. Y a todo el que tocaba Elegguá le respondía lo mismo. Pasaron varios días en esta situación y Orula acostumbrado a aconsejar y curar a todo el mundo y a mejorar oguó le preguntó a su guardiero: ¿Es posible que la gente no venga a verme? Vienen pero yo no los dejo pasar. Orula le dijo: Ven acá y le dio tres caracoles para que adivinara. ¿Estás conforme? Está bien, le respondió, es suficiente. OTRA HISTORIA Al ir Elegguá a monte en busca de una jutía que necesitaba se tendió y se quedó dormido. Lo despertó un quejido y vio que muy cerca de él asomaba de la tierra una forma semejante a la de un pie. Kilonché, preguntó. No le respondieron. Volvió a escuchar otro quejido y era la tierra que pujaba. Entonces Elegguá le dijo al ñame que nacía: Dide (levántate) y lo sacó de la tierra. Se lo mostró a Orula y este dijo: esto es Ichu y en tu ausencia te remplazará ofrendándoselo a Obatalá cocinado y amasado arriba en una loma. El ñame y el coco acompañan a Elegguá, nunca puede faltarle a él ni a ningún Orisha. OTRA HISTORIA Para Olofin conocer la capacidad de Orula y si estaba a la altura de su cargo como era el de ser dueño del tablero, lo mandó a buscar a través de Changó y cuando se marchó éste, Olofin tomó maíz crudo y maíz tostado, sembró en un cuadro de tierra el crudo y al lado, a un palmo de distancia, el tostado. Elegguá vio hacer esta operación y rápido se lo contó a Changó de que Olofin no tardaría en llamar a Orula para que le señalase dónde estaba sembrado el maíz. Changó previno a Orula a tiempo, y cuando Olofin efectivamente lo mandó a buscar en el quicio de de su puerta, Elegguá le reveló al oído el secreto y la situación exacta de los maíces.
  18. 18. Manuel del Santero en Cuba Exclusivo para religiosos consagrados Si tiene dudas, consulte con su Padrino(a)18 Olofin lo llevó al terreno y le preguntó a Orula. Orula no le dejó terminar y le respondió: Babami, ahí, en esa parte, a la izquierda, no saldrá maíz porque usted lo sembró tostado, para saber si yo ofe (lo veo), pero aquí estamos parados los dos sobre uno que pronto crecerá. Satisfecho Olofin le entregó el tablero a Orula y todos los instrumentos de adivinar. HISTORIA DEL NACIMIENTO DE ORULA Dicen los africanos que vinieron a Cuba que Orumila o Orula es un santo pero Orula nació después de haber maldecido Obatalá y no querer tener hijos varones. Orula nació primero que Changó, es mayor que Changó por nacimiento, nació con su virtud de adivino, poder que le dio Olofin para que no se cumpliera la maldición de Obatalá de no tener hijos varones, ni siguiera uno. Después de Orula nació changó. El Oddún donde nació Orula es el 10. Ofun mafun (donde nacieron los fenómenos, donde nació la maldición. Donde nació Ananagu. ¿Quién es Ananagu? Nosotros los cristianos, los hijos de Olofin los hijos de dios Ofun, es el Oddún que parió a Elliro sun, por eso muchos creen que Osun es un santo al igual que otro cualquiera. Osun es el santo que comunica todo a Obatalá o a Olofin (Osun madubale-dureganga la bosú) que quiere decir: Osun no puede estar acostado, sino parado firme. Ese es el sullere que osuboro madubale ureganga la bosú asubororo mandubule dureganga labosu aguo. Entonces si esto es así, resulta ser un intérprete de Olofin, de Orula y de Obatalá, un heraldo que lo ve todo y lo dice a Olofin todo lo que respecta a nosotros. También comunica lo relacionado de Olofin a Obatalá, de Olofin a Orula. Ese es el papel de Osun y por eso no puede estar acostado ni se puede caer, siempre tiene que estar firme. Ahora bien, si Osun comunica nuestra situación a Olofin, a Obatalá, a Orula y viceversa para nosotros, ¿qué es Orula en el campo de nuestra religión? Pues es el babalao o illalosha. Para aclarar un asunto importante debe dirigirse a Orula, el supremo adivino de nuestra religión. Pero para hacerlo no será con ekuele, sino bajando a Orula con tres o más babalaos (los que usted quiera), pues es un error pensar que se baja a Orula o se saca el Tablero con un solo bacalao. A todo esto se le llama Junta de Bacalaos. Boguo oguo omocu baba mofa Orula: reuniendo a los jueces de Orula. El santero no debe entregar a Osun. No es de su competencia. Esto es de los bacalaos. La competencia de los santeros es entregar todos los santos que lleven diloggún (caracol) menos Osun. También es deber de un santero cuando esté haciendo un registro y sale una letra mayor de 12 (Ellilá) mandar a esa persona a donde está Orula. Esto es de justicia de obrar bien de acuerdo con la religión. Cuando se hace un santo hay veces que la persona que se lo hace por la letra le sale que tiene que hacer o coger Orula. Se le debe advertir a esa persona, sea hombre o mujer, si es hombre puede coger de una mano hasta hacerse Oluo, aunque tenga santo hecho, y las mujeres desde un iddé hasta Aicofá. Cuando una persona se hace santo y tiene que coger a Orula, hay muchas formas que el santo manda a esa persona para hacerlo, pero hoy la mayoría de los que auspician un santo no lo hacen así. A Orula se manda a recibir cuando esa persona tenga en su signo lo siguiente: 4-8-8-4, 6-4-4-6-8-8-5, 10-4, 10-10-10-6, 6-6 y 5-5 en su cabeza o en Elegguá
  19. 19. Manuel del Santero en Cuba Exclusivo para religiosos consagrados Si tiene dudas, consulte con su Padrino(a)19 6-10-10-6, 8-10-10-8 y 5-10. Estas letras marcan la necesidad de hacer Orula o recibirlo, y con cualquier otra letra cuando el santo que tenga hecho no responda por su cabeza y Orula sí, o por salvarlo de enfermedad o de algo malo en contra de la persona. Cualquier bacalao puede hacer lavar o mandar entregar a Elegguá por cualquier camino que éste traiga, pues es de competencia. La illalocha (santera) puede hacerlo igual pero hasta cierto extremo por tratarse del santo que es Aroye, o sea, Echu, esto es porque hay un Elegguá que es Echu que es como se llama este santo. Elegguá en todo lo que se pone detrás de la puerta como guardiero, todo lo que sirve para responderle a usted (todo lo que sea para velar por lo suyo), a esa casa se le da un solo nombre: Elegguá. Ahora bien, Echu hay siete, con 21 caminos y los siete Echu, cada uno de ellos tiene tres caminos, que son los 21 en total. Los Echu son los siguientes: Añagui, que es la madre de todos los Elegguá; Echu Ocuboro, el de la muerte o la vida; Echu Maguana, el que está en todas partes; Echu Lalliqui, nadie sabe cómo empiezan las cosas y cómo acaban; Echu Laroye, el que siempre está peleando o forma discusión; Echu Batielle, el que acaba con todos de cualquier forma; Echu o de maza, el del momento lo mismo para bien que para mal. Dentro de estos Echus la illalocha los puede hacer todos, pero hay ciertas ceremonias que son para hacerlas un hombre, pero ella puede hacer todo lo demás. Es costumbre que muchos santeros y santeras digan (tal vez por falta de conocimientos) que son los Oluos quienes dan los santos guerreros. Esto en realidad no es de los Oluos, es de la competencia de los santeros. A no ser que el mandato del santo diga que se haga en la casa de un Oluo. Entonces hay que respetar eso. Ahora debe ser una cosa bien hecha. Este oluo debe primero tener hecho santo, entonces puede dar los guerreros aunque no lo mande ningún santo, si quieren la madrina o el padrino del que los necesite. Esto no quiere decir que cualquier Oluo no pueda dar Elegguá, si tiene o no hecho santo. Cualquier puede dar un Elegguá y Osun, Elegguá de Orula, Elegguá de Maza, pero Oggún no es de su competencia. Tampoco puede dar Elegguá de piedra sola, porque todo esto necesita un proceso de oro y de sulleres que es exclusivamente de los santeros (es lógico que si los santeros no saben como se hace un Icofá, que no lo dé, ni tampoco debe dar Osun porque desconoce los sulleres que esto requiere para lavarlos y para que sirva. Asimismo el oluo debe abstenerse de dar una cosa que ellos desconocen sus procesos básicos. No se trata de quitar la autoridad a los oluos, sino de aclarar las facultades de cada uno. Otro caso donde los oluos piensan que babalochas e illalochas se abrigan facultades en el caso de Achogún. Todo el que alcanzó lucumí en Cuba sabe que pasa hacer Achogún basta ser hombre y si este hombre era hijo de Oggún, mejor. A estos eran los que se utilizaban como Achogún. En cuanto a esto y para ser justote acuerdo al criterio de la mayoría de los africanos antiguos, se debe llamar a uno que no tenga santo hecho, aunque otros prefieren que lo haga un bacalao por su gran práctica y porque él no deja de ser un santo más con distintas categorías y para darle más seriedad a la obra que se está realizando. Ahora bien, en todos los casos siempre hay que decir la verdad por la verdad misma y si así pensaba la mayoría, así se debe hacer. Existen muchos santeros y santeras que no usan el afache (el aché de Orula) en los casos que lo quieran algunos lo hacen con cascarilla, mal precedente,
  20. 20. Manuel del Santero en Cuba Exclusivo para religiosos consagrados Si tiene dudas, consulte con su Padrino(a)20 porque ya lo dice la palabra: afache, esto es necesario. Y quien lo puede hacer mejor que el Oluo. El Llefá no es de los santeros, es del oluo y cuando el santero necesita de el es justo que vaya a buscarlo a casa del oluo. OTRA HISTORIA DE ORULA Olofin dio una fiesta y todos los santos le llevaron regalos suntuosos. Orula no quiso llegar con las manos vacías. El tenía una siembra de ñames, escogió el menor y se lo llevó a Olofin. Era cuanto tenía. Todos los santos se rieron de la pobreza de aquel regalo, se burlaron de Orula y de su ñame. Pero Olofin, ante la sorpresa de todos y de manera que ninguno dejara de oírlo dijo: Ñame, serás bendito. Pasó el tiempo, se desató una plaga, peste y adversidad para el pueblo. Los ricos se arruinaron y hasta para comer se dificultaba. Los tuvieron que ir a pedirle ñame a aquel de quien tanto se burlaron. Orula precisamente estaba recogiendo su cosecha de ñame y puso socorrerlos. Desde entonces todos los santos comieron ñame. HISTORIA DEL SALUDO DEL ORULA Un día, el Rey llamó a todos los babalaos de su pueblo para que fueran a adivinarlo, para que saber qué era lo que tenía su hija que estaba en cama diciendo que estaba embarazada. Ya habían ido todos los babalaos a adivinar qué era lo que le pasaba a la hija del Rey, pero ninguno pudo acertar. El rey le dijo que se fueran. Entonces llamó a Orula que era el único que faltaba para ver si adivinaba. Orula venía caminando y se encontró con una niña que estaba sentada al lado de un manantial cogiendo agua con una tinaja. Al ver a Orula que estaba fatigado de tanto caminar, le brindó agua y se pusieron a conversar y ya dentro de la conversación él le dijo que era una de las hijas del Rey y que su padre estaba fingiendo que tenía una hermana en estado y que eso no era cierto, porque lo que tenía era una muñeca de trapos, porque ellas nada más eran tres hermanas y que eso lo hacía el padre porque él no creía en ningún babalao. Cuando Orula iba a proseguir su camino, le preguntó su nombre y ella le respondió que se llamaba Iboru. El siguió su camino y cuando ya divisaba la población, le salieron al paso dos niñas que jugaban, las cuales resultaron ser las otras hijas del rey. Estas le dijeron lo mismo que su hermana a Orula. Él les preguntó que cómo se llamaban, ellas respondieron que: Ibolla y la otra Ibochiche. Cuando Orula llegó a casa, le dijo al Rey, que si los otros babalaos del pueblo no pudieron adivinar lo que él preguntaba, como el Rey quería que él, siendo de más lejos pudiera adivinar. Que él (Orula) no podría adivinar; que eso que él tenía (fingiendo que era hija suya) y que decía que estaba en estado no era más que una muñeca de trapos que él no tenía más que tres hijas. El rey se quedó encantado de cómo Orula había adivinado su engaño y le hizo grandes regalos. Por eso Orula cambió el saludo que se le hacía de moddukue por el Iború, Ibolla, Ibochiché, que es como se saluda hoy a los Oluos.
  21. 21. Manuel del Santero en Cuba Exclusivo para religiosos consagrados Si tiene dudas, consulte con su Padrino(a)21 OTRA HISTORIA DE ORULA Orula tenía un hijo que se llamaba Ocuequeña, y la Muerte tenía otro que se llamaba Alé. Ocuequeña y Alé siempre se odiaron. Un día por la mañana Orula estaba registrando el día y le salió que lo venía a visitar la Luna. El hijo de Orula se enteró que con la claridad de la Luna querían matar a Orula. Alé oyó que la Luna visitaría a Orula y se lo fue a decir a la Muerte y ésta pensó que con la claridad podría sorprender a los curiosos que saldrían a ver la Luna, ya que ésta hacía tiempo que no salía. Pero el hijo de Orula y de la Muerte se encontraron y se fajaron. Ocuequeña se enteró de lo que planeaba la Muerte si salía la Luna y fue a decírselo a Orula para que la muerte no lo ganara. Orula llevó al camino real por donde venía la Luna comidas de todas clases con bastante manteca de corojo y fue tanta la cantidad de auras tiñosas que bajaron a comer lo que había en el camino real que la luz de la Luna no se vio esa noche en el pueblo, y así Orula le pudo ganar a la Muerte. HISTORIA DE CHANGÓ Cuenta la historia que Changó fue a ver a Ochún y ésta le dijo: Eluekon, es posible que un hombre tan elegante como tú no le dé vergüenza vivir con una mujer defectuosa. Qué mujer, le respondió. Obbá, contestó Ochún. Obbá Changó (maggué aladó y yina). Y todo se averiguó. Changó el pañuelo blanco con el que se tapaba Obbá la cabeza vio que le faltaba una oreja. ¿Qué has hecho, Obbá? Le preguntó changó “Obbá odí etí” (no te abandonaré) serás mi principal, pero como te has mutilado no viviré más en tu casa. Obbá reclamó judicialmente a Changó. El juez, que era Orischaoco (San Isidro), el que falla los pleitos de los santos. Changó explicó porqué motivo abandonó a Obbá. Después del juicio Changó la llevó al cielo, por eso no baja a ninguna cabeza. Si Obbá “Yuru” baja es solo para llevarse de este mundo a algún hijo. Como mujer legítima de Changó, (Obbá Seré, Changó Iloro) se le canta. Es tan tremenda como él y Changó siempre consultaba con ella. Está en el cementerio, al borde de las tumbas. Cuando se baila Obbá, laque baila se lleva las manos a la cabeza ocultándose las orejas. En una fiesta batá en que estaba bailando Changó, Ollá fue a llevárselo, pero el le enseñó la cabeza del carnero y ella se asustó y se fue. Obbá, por propia voluntad y para amarrar a Changó, se cortó la oreja y la echó en el quimbombó, pero Changó vio la oreja cortada nadando en el caldo y se marchó. Entonces Obatalá cubrió la cabeza de Obbá con un pañuelo blanco que ella no se quita nunca. Estas diosas están enemistadas desde entonces. Obbá, que adora a Changó se llama Obadimelli, cuando esta en la tierra de su suegro Obatalá; Obakoso, cuando está en la tierra de Kosé, Olufina. Changó, que cuando pequeño se sentaba en las piernas de Obatalá, no ha perdonado a Ollá (ella fue la que le dio el consejito de la oreja) aunque hay quien dice que fue Ochún. Una leyenda explica porqué las palmas, más que los árboles, son blanco de los rayos. Changó subía a una y desde allí se comunicaba por señas con las mujeres con las que tenía relaciones secretas, para evitar la sospecha de Ollá y el temible enojo de la diosa. Changó supo inmediatamente que Ollá había subido a lo último de la copa y dedujo que la diosa estaba alerta y a punto de descubrir sus secretos. No la requirió pero llenó el árbol de lagartijas, que
  22. 22. Manuel del Santero en Cuba Exclusivo para religiosos consagrados Si tiene dudas, consulte con su Padrino(a)22 asustan a Ollá, de manera que cuando esta volvió a la palma y comenzó a trepar, innumerables lagartijas pardas y verdes se deslizaron por el tronco en todas direcciones y la diosa en su azoramiento y por nadería quemó la palma de una centella. Desde entonces las palmas son víctimas de los celos de Ollá, defraudada por la evidente complicidad de las lagartijas alcahuetas que le impidieron llevar más adelante sus pesquisas. OTRA HISTORIA DE CHANGO Una vez Changó adivinaba en público y un cojo leproso que oía su palabra le preguntó: porqué no me dices algo, no quieres adivinarme. Te diré, le contestó Changó, yo tengo un hermano y un medio hermano mayores que yo, este medio hermano eres tú. Escucha ahora. Donde nací no pude vivir. Hoy me llamo Oni Changó pero vivo en tierra ajena. Tu porvenir y tu suerte están lejos de aquí, vuelve las espaldas y vete, atraviesa el monte y encontrarás donde reinar ¿Cómo voy a andar por el mundo en el estado en que me encuentro (aquel hombre era Babalú Ayé). Entonces changó se dirigió también a otro hombre que se hallaba también presente (era Oggún), su otro hermano, acompañado de dos perrazos, le quitó los perros y se los dio a Babalú Ayé. Oggún se lo reclamó después a Changó. Oggún tiene muchos perros y Changó muchos caballos. Por esta acción los dos guerreros se mantuvieron en discordia. OTRA HISTORIA DE ORULA Una de las veces que tuvo que esconderse de sus contrarios porque querían cortarle la cabeza, introdujo Changó en casa de Ollá, su concubina oficial. Sitiaron la casa y no había manera de escapar. Changó vaciló aquel día y entonces Ollá se cortó sus trenzas y se las puso, lo vistió con sus ropas, lo adornó con sus prendas e hizo correr la noticia de que ella iba a dar un paseo (Changó y Ollá tenían los mismos cuerpos). El salió vestido de mujer. Altanera como ella y saludando a todo el mundo muy ceremoniosamente y sin hablarle a nadie (Ollá es muy seria). Los enemigos de Changó muy respetuosos creyeron que era la santa, le abrieron paso a Changó y pudo escapar. Cuando ya no tenía peligro, salió Ollá de verdad y ellos se decían: ¿pero qué es esto? Que Changó se nos fue de dentro de nuestras manos, con las trenzas y el traje de Ollá. Con esta vestimenta es como se adora a Santa Bárbara en las iglesias católicas. OTRA HISTORIA DE CHANGÓ Se dice que Changó llegó a la tierra de Yemayá y sin saber que era su madre la enamoró en una fiesta. Yemayá le dijo que ella también lo quería y que fuera a verla a su azul grande. “Aquel que ves allá lejos esa es mi casa”, y le señaló el mar. ¿Hay que ir allá? Le dijo changó. Yo no se nadar pero si me llevas voy. Caminaron hasta la orilla, tenemos que ir más lejos, le dijo Yemayá. Yo no se nadar volvió a decir Changó. Yemayá saltó a su bote, hizo entrar a Changó. Yemayá se tira y baja hasta el fondo, levanta al hundirse una ola grande, vira el bote y Changó cae al agua, se agarra al bote y lucha por no ahogarse. Yemayá
  23. 23. Manuel del Santero en Cuba Exclusivo para religiosos consagrados Si tiene dudas, consulte con su Padrino(a)23 vuelve a la superficie. Ve la desesperación de Changó que grita y pide auxilio, pero ella, quieta, riéndose de él no lo socorro. En eso llega Obatalá (con los pies apoyados en el majá) y dice: Yemayá, no permitas que tu hijo se muera: adyacuá omodukué onisaggó. Contesta Yemayá, alekatta oni faba orischa nigwa. Cuando changó no podía más Yemayá lo sostuvo en el agua. Te voy a salvar pero en lo adelante respeta a tu illá (cofiedeno Ollá mí), dijo Changó que significa: yo no sabía que eras mi madre. Yemayá enderezó el bote y lo ayudó a entrar. Entonces Changó ante los dos santos reunidos preguntó cuál de los dos me trajo al mundo: Obatalá (dijo Yemayá) yo te cuidé pero ella te parió. Changó y Yemayá se abrazaron en el mar y cuando hay batá y bajan estos dos ochas, Changó (que dice después de Olofin) en el mundo no hay santo más grande que él (layé layé mi sagguó), se achica ante sus madres, las respeta a las dos y las dos lo amansan cuando se arrebata. HISTORIA DE OCHÚN Dice la historia africana que Ochún en la dueña de Oro, del río, la mensajera de Olofin, que por su intervención salvó el mundo, la niña mimada de los santos. Tiene entre sus múltiples facetas la de haber hecho la primera lámpara de calabaza (bailando con ella en la cabeza con la luz). Ochún empezó a hacer milagros curando mujeres en el río con calabaza y millo y en uno de sus milagros aparecieron los jimaguas y le hicieron Oro con rezos, santos cascabeles y campanillas fueron cantando hasta un calabazar. La calabaza es vientre, por eso el que padezca del vientre no debe comerla mucho). La primera cazuela de Changó fue una calabaza (mucho antes de la cazuela de barro), la gangá se guardó en una calabaza. Después del diluvio los babalaos registraron en Oyó para averiguar quiénes serían los reyes. A Babá bajo el nombre de Aboyi le dieron el reino de Dahomei, pero no sabía ningún camino egueyuko (manigual) comenzando las cosechas y nació la calabaza, que señaló el camino de Oyó a Dahomei, bendijeron el terreno, le dieron de comer e hicieron la ciudad. Quedó Babalú Ayé en Dahomei como rey (Asoyi fe mayi, agronica, nobitasa. Todo el mundo tocó el suelo con las manos y el rumbo lo dio el tallo de “alaguede”. Ochún guarda su brujería en ella y su brujería y dinero lo guarda dentro de una calabaza en el río. OTRA HISTORIA DE OCHÚN Ollá quería a Changó para ella sola pues sufría cuando salía éste. Para impedir que se fuera de su lado, llamó a los muertos, rodeó la casa de Ikus y así tuvo a Changó prisionero. Cada vez que éste abría la puerta tratando de salir, los muertos venían a su encuentro chillando ifulli. Changó se retiraba y cerraba la puerta. Un día que Ochún fue a ver a Changó en ausencia de Ollá, éste se quejó de la situación en que se hallaba. Ochún buscó una botella de aguardiente, oñí y efún, pintó a Changó con cascarilla y al muerto que estaba de guardia la puerta lo emborrachó con Otí y lo endulzó con oñí, coqueteándole al iku y este empezó a enamorar a Ochún, creído que iba a conquistarla, mientras Changó
  24. 24. Manuel del Santero en Cuba Exclusivo para religiosos consagrados Si tiene dudas, consulte con su Padrino(a)24 pintarrajeado de blanco se pudo librar de los muertos que no lo reconocieron y escapó de Ollá. OTRA HISTORIA DE OCHÚN Ochún salvó a Orula en cierta ocasión con cinco pañuelos, ya que sus enemigos querían matarlo por envidia. Cuando Ochún se enteró dónde estaba Orula prisionero, presentándose ante el carcelero, el cual emborrachó con otí y endulzó con oñí, quitándole luego las llaves y se introdujo donde estaba preso Orula a quien disfrazó con los pañuelos y según dice la historia el último de los pañuelos era el menstruo, quedando completamente desnuda ante Orula que al verla así se enamoro de ella, llegando a ser Ochún su mujer después de ella haberlo liberado de su encierro. OTRA HISTORIA DE OCHÚN Se dice en esta historia que Obatalá hacía todos los esfuerzos junto al resto de los santos tratando de sacar a Oggún del monte donde éste se había internado. Cuando ya todos los santos habían fracasado en su empeño de sacara Oggún del monte, se presentó Ochún ante el bravío guerrero sacándole del monte para lo cual utilizando una jícara con oñí, cantándole y poniéndole oñi en los labios él fue siguiéndola detrás hasta la ciudad y allí lograron encadenarlo y llevarlo ante la presencia de Obatalá. De esta forma triunfó Ochún donde los demás santos habían fracasado. OTRA HISTORIA DE OCHÚN Dice esta historia que estando Ochún en un pueblo de África, había vaticinado que lloverían del cielo bastantes monedas, y el pueblo salió y las recogió. Más tarde dijo que llovería alimentos y el pueblo salió y los recogió; después dijo que llovería machetes y todo tipo de armas, pero nadie las recogió, saliendo entonces Ochún y las recogió. Más tarde hubo una guerra y la gente del pueblo no tenía armas para defenderse y tuvieron que comprárselas a Ochún que se quedó con el dinero. OTRA HISTORIA DE OCHÚN Se dice en esta historia de los africanos que Olofin al repartir los achés, le concedió a Babalú Ayé la potestad de ser el dueño de las mujeres, o sea, de ser el que más mujeres conquistará. Babalú Ayé se envaneció y no quiso respetar la abstinencia de los Jueves Santos. Por ese motivo se hubo de enfermar de lepra, lo cual le costó la muerte poco después. Ochún fue a ver a Olofin y le rogó por él, logrando que Olofin lo resucitase, por lo tanto San Lázaro en África es un santo que ha resucitado de entre los
  25. 25. Manuel del Santero en Cuba Exclusivo para religiosos consagrados Si tiene dudas, consulte con su Padrino(a)25 muertos. Por eso los hijos de esta letra donde habla San Lázaro personalmente son hijos de él y tienen que ver con los muertos. LA HISTORIA DE UN GALLO KIKIRIKÍ Había un hombre que tenía muchos animales en la casa y también tenía muchos familiares que vivían con él en su casa. El tenía de todos los animales. Un día se enfermó un familiar de la casa y se puso a la Muerte. Todo el mundo estaba triste en la casa menos el gallo kikirikí, el cual no tenía porqué estar triste. La enferma estaba al borde la muerte y es que ésta quería llevársela. El kikirikí no estaba triste porque él conocía el lenguaje de los animales por eso estaba sin novedad. Un día el perro le habló y le dijo. No te huyas que no te voy a hacer nada, porque la señora del amo está enferma y nosotros no debemos estar correteando, y el kikirikí se sonreía y decía: “qué cobarde son todos, en el momento que el señor los necesita es cuando ni uno solo sirve”. Llevó el día en que la Muerte se decidió ir a buscar a la señora. Cuando llegó, todos los animales se asustaron, el ganso gritaba, el gato maullaba, el perro ladraba, el gallo grande cantaba, en fin, todos los animales gritaban y le huían a la Muerte, pero el kikirikí (que era entre todos el más atrevido y que a todos se les cuadraba) se enfrentó contra la Muerte y en uno de los revuelos que le tiró se le quedó enganchado una pluma suya a la Muerte. Esta al ver la pluma se asustó (porque no sabía qué era aquello) y se fue corriendo, cada vez que se veía la pluma corría más y así de esa manera el kikirikí ahuyentó a la Muerte de la casa. La enferma se sanó y el dueño de la casa se dio cuenta que el animal más útil que tenía en la casa era el kikirikí, el lo sabía porque entendía el idioma de los animales. Así que si usted puede, tenga en su casa un kikirikí ya que es bueno para usted y sus familiares, si estos están en su casa. En cambio, no tenga nunca gallinas malayas, ni grifas, ni gallos grifos, porque si usted es mujer nunca tendrá esposo y si es hombre nunca tendrá mujer. Las palomas la pueden tener los hijos de -8, Elleúnle; -10, Ofún; 9-9, Osa Melli; -7-7, Oddi Melli; -3-3 Oggimda Psa; -3-5, Oggunda Osché. Si usted es hijo o hija de -5-5, Osce Melli, no vaya a matar hormigas y no permita que entre en su casa otro animal que no sea el canario. RELACION DE ALGUNOS SANTOS Oloddumare Dios Obba Moro Jesús de Nazareno Olofin El Espíritu Santo Elegguá Anima sola, San Antonio, San Roque, Niño de Atocha, San Pedro, San Pablo Osaín San Silvestre y San Antonio, San Rafael en el campo, INLE en la ciudad. Oggún San Pedro y San Juan Ochosi San Norberto Obatalá La Virgen de las Mercedes Ollá La Candelaria y Santa Teresa Aggayú San Cristóbal
  26. 26. Manuel del Santero en Cuba Exclusivo para religiosos consagrados Si tiene dudas, consulte con su Padrino(a)26 Yemayá La Virgen de Regla Ochún La Virgen de la Caridad del Cobre Orula San Francisco de Asís Babalú Ayé San Lázaro Ñañaburugu Nuestra Señora del Carmen Orischaoko San Isidro Labrador Oddúa San Manuel Obba La Candelaria (en La Habana, Santa Catalina) Ochagrina San José Dada Nuestra Señora del Rosario Yewa Santa Clara de los Desamparados Aguema Santa Filomena Los Ybellis San Cosme y San Damián Iroko La Purísima Concepción Changó Santa Bárbara Oke San Roberto Eschu San Miguel Arcángel Efru-Elefuro Santa Ana Inle San Rafael en La Habana, San Ambrosio en el campo Aguidai San Bartolomé Olosi El diablo La comparación de estos santos con los santos de origen africano la han hechos los criollos por ser estos la mayoría de los católicos o cristianos por pertenecer a la Iglesia, por las formas, costumbres, hasta por sus vestuarios, han hecho estas comparaciones, ya que los africanos si siquiera sabían leer para así conocer la historia de Santa Teresa de Ollaza, de Santa Bárbara ni de otros santos del santoral cristiano. Pero a través de los tiempos s fueron generalizando y haciéndose comparaciones. Los africanos vieron que los mismos días en que ellos celebraban sus fiestas de unos de sus dioses, los católicos, a su vez, estaban celebrando la fiesta de uno de sus santos. Usted no tiene que pensarlo mucho. Si se da cuenta, el santoral africano data de siglo atrás mientras que el cristianismo es más reciente. Esta es la razón por la cual los criollos fueron los que más se ocuparon de buscar un sincretismo entre los santos africanos y los santos católicos. Por esta razón, Ollá Llanzá, que se celebra en La Habana el dos de febrero (es el día de la Candelaria) el 15 de octubre es día de San Rafael (Osaín), pero en la capital es el día de Inle. El 24 de junio, en el campo, es el día de San Juan, pero en la capital es el día de Oggún. Sin embargo, ese día de Oggún en el campo no lo tienen como tal, sino el 28 del propio mes y también como el día de Elegguá (San Pedro y San Pablo). Por eso no es de extrañar la confusión que para algunos representa esta disparidad de cristianos. Todos los hombres que viven en núcleos familiares sociales de más o menos grado de civilización, necesitan del lenguaje para exteriorizar sus deseos o sus ideales. Luego entonces los lucumíes también tienen su lenguaje que es distinto al de sus vecinos cercanos y hasta en los mismos lucumíes existen diferentes dialectos que son los siguientes: El Yesa, el Tecua, Aguadó, Ara- Usa, Ara-Taco. Este último es el que utilizamos en el libro y a continuación
  27. 27. Manuel del Santero en Cuba Exclusivo para religiosos consagrados Si tiene dudas, consulte con su Padrino(a)27 brindamos las palabras más usadas del dialecto lucumí Ara-Taco en nuestra religión. Agua Oni Ajos Alubezaguere Adelante Suayú Aceite Adí Ante mis ojos, no Oyú-niniosi Agua de lluvia Olleure Arco iris Oronú ochumale Allá lejos Iguelen aní Allá tú Iguo lona Agujero Ode Aguja Aberé Acariciar Mababé Abanico Abebé Así como grita Oguetitó Acuérdese Mobagué Es de grande Ñisoreillá Agacha los ojos Ofoyudé Agrio Loun Agachó la frente Ofuyó eledá Aquí estoy Becó nileí Aquí Becó A mi sí Niqué Acostumbrado azamini Acto sexual Teille oudoce Almidón Raguca Allá malo Ofo tele Allá bueno Obatilé Aire Lain Abre Bia Andar Checheú A comer Gualleún Abuelo va Babalá Abuela Illá Año Adún Arrancar Torun ori Atrevido Ogurullenú Acompáñame Oguedemí Amigo Oré Agua bendita Oní olofi Amarilo Eñí Arrodíllate Cúle Algodón Eú Acostado Dubule Acuéstese Dedebalo Alza Didé Alto Ibaé Astro Otonaguá Agua de café Omí erududú Apúrese Nurasí Agua bomba Omí lasazán Anjá Monijey Amigo inseparable Oré catá catá Amigo a fondo Oré gumá gumá Amigo mata amigo Oré ocuá oré Andar Vodé Adonde Youn Boca Enú Barriga Ifún Brazo Acuá Bollito Ocará Bofe adofí Buey Malú Buenos días Ocú olliero Buenas tardes Ocú ollumeo Viento Afefé Buenas noches Ocú azán Bueno Odá Bien Odará iré Beber Mamú Bebida Otí Borracho Ocu majana Boniato Cucunducú Blanco Oibé (persona) Blanco (color) Fun fun Bollo grande Abebé (batirí) Bebida de color Otí loro Baile Oyeré Bandera Asia lequé Brazo Ibín Bomba Lazazan Babosa Ibín Bulto Cuanducú Bate Cumanbé Bien muy bien Odá modá
  28. 28. Manuel del Santero en Cuba Exclusivo para religiosos consagrados Si tiene dudas, consulte con su Padrino(a)28 Batea Vuadé Baño Uniere Bonito Televí Buen camino Onare Basura Icen Basurero Icen nicún Camarón Edé Cabeza Erí Corazón Ocás Carnero Abué Caballo Echín Camaleón Aguema Acuá Cucaracha Codorniz Acuaro Canario Enagó Comer Llilé Comida Lleún Caldo Obé Candela Icán-iná Casa Ilé Caliente Boná Calor Barausa Cuero Aboreo-igue Carbón Edú Cenizas Bebeina Cama Ení-igui Cascarilla Efún Cazuela Icoco Calabaza Eleguedó Caldo Solve Cachita Cocotava Cuchillo Obé Colorado Cucuá Claro Guangua Cójalo Cofagua Cállese Cerrado Fofo Cielo Otonaguá Corre Muraguiri Cuchara Cuacó Collar Lequé Ciego Ofallú Canasta Aván Cochino Eledé Cuantos Elo Comerciante Arboní Catarro Ceúma Caracol Allé Cocotazo Odanico Cadena Chabá Con favor de dios Olodumare ¿Cómo está? Iguandé ¿Cómo se llama? Ollineri ilá Ceiba Araba Cacao Ori Coco Obbi Cuentas de collar Ñale lequé Caña Iguerí Costumbre Azán Cállate Meguicán Costumbre de ellos Azán ni Cubo Bade Carne de res Erán Malú Carnes Erán Carne de gallo Erán acucó Corona Adé Camino Ibe Caminar Chon chon Cascabeles chagueré Chiva Bure Concha de caracol Allé cuejera Chivo Aúco Chucho Cuerí Chino Filani Chismoso Afofó Maracas Cheré Chismoso, conversador Elenú Chulo Isú Chorizo Eran guiguí De Uón Dio Tori Dios Oloddumare El santísimo Olofin Diablo Alosi Dos cosas iguales Llican De otra La odé Espalda Ení la Dientes Eñé Discusión Tillá tillá Día Yodo
  29. 29. Manuel del Santero en Cuba Exclusivo para religiosos consagrados Si tiene dudas, consulte con su Padrino(a)29 Dame Fumí Donde Illecún Dormir Dobule Dinero Oguó Durmiendo La Ozún Dale Babanacuero Descansa en paz Ibaé bayé tonú Despacio Molo moló Dos testarudos Chileviafo melli De prisa Muraquiri Dos narizudos no se pueden besar Odafó imúz Dueño Loco mola Dueño, hable claro Guanguará Demasiado hace Aseyú mocho Dos personas fuertes Melli agadagó Dulce Oquiquie Esposo Isumo De lado Yicán yicán Elefante Malú o allanacú Espíritu Eggún El año que viene Allaí Esposa Isumo El cuerpo de la persona Uón ni erari El campo Uón ni areoko Está pelando contigo Otocomí El mundo este Ellé guey Enséñamelo Afín jami El otro mundo Allé onú Estoy bravo Aí mabinú Está embarazada ni oleñú El que siente algo Bambeni El mar Uón ni ocun El que se mueve Chebo El río Uón ni losa Dinero saca tragedia Ogué uón nindillalé Enemigo Otaco Envidioso Eguemí El viento Uón ni Afefé Entrégamelo Guaní comió Escopeta Ebá El hombre mata Evincuami Espejo Agueña Enfermedad Anona Embarazo Aleñu Escalera Chaso El pueblo Uón nilú Entra Ueleé Esclavo Aguadá Está bien Modá Extensión Lodé Espacio Lodé Escoba Aquisa Fondo Gumá Fresco Tute Fracasado Sarandá Fracasó Obesebí Frijoles Jeré Falso Oquesorde Flecha Ofá Firme Loasó Falso Dudaqué Fuerte Agadagó Familia Agueré Favor Mokuezun Frente Eledá Favor grande Modukuesún Gato Olevue Gallo Acucó Gallina Adié Guinea Etú Guabina Ellare Gracias Modokué Guajiro Allabadó Güiro Agué Grandísimo Gagá Guía Gaisollú Guanajo Toló Toló Guía de melón Gaisollú ollé Guerra Trullá Gente Onia Género Achó Género blanco Aché fun fun Género negro Aché erú Género amarillo Aché Eñí Género punzó Achó cu cuá Gancho Ogán Harina Amalá Garganta Gunuguache
  30. 30. Manuel del Santero en Cuba Exclusivo para religiosos consagrados Si tiene dudas, consulte con su Padrino(a)30 Hueso Egugú Hasta otro día Odí olomi Húmedo Omiche Hace demasiado Ise Aseyú Hueco Sodo Hechicería Everá Hierro Laguadé Hablar Soró Huevo Eñiadié Huevos Cocoroadié Hombre Ocuní Hijo Omó Hijo mío Omó mí Hermano (a) Abure Hizo Mose ona Hizo Loguosé Hoy Yodí Hijo del rey Omobá Hay enfermo Oúnve ano Hoy no puedo Llodí cosi Hierbas Egue Hígado Adofá Y su casa Uónile Y su casa Ilé Iguo Y su casa Ilenco Jutía Ecú u oquete Jicotea Ayapa Jícara Iguá Jugar Sire o sireré Jabón Oché Lavar Misí Limpiarse Saraundere Loco Asigueré eledá Lengua Inú Las tetas Emú León Ecunlá Lagartija Aguema Loro Coidé Lo dio Uón Tori La Uón Lo hizo Uón guaso Leña Egué igui Luna Usucán La tierra Ará Levántese Didé La zanja Guaseodo La mujer parió Obini lovi La plaza Melollá Le dije Emiché Lo cogió Oguesó Lo agarró Cogagua Lazo Llaga Lo tumbó Equimale La agarré Oguede Lo aguantó Iveo Lo puse Ive Lo llamo a usted Macuedé Iguo Loma Oke Llovió Ollereguá Laguna Ibaode Lloviznando Olleureguajere Lloviendo Olleregüey Llama Cuedé Llamó Mocuedé Llegó Guasi Siéntese Lloco Llegó a mi casa Megualami Yo no Acisi Yo lo vi Olluminí Yo lo dije mi muche Yo sí Aiqué Yo Aí Ya llegó Gaidele Llegó el mar Guancelokún Lleno Baguiri Lluvia Olleuro Yo sabía Nanllé enfé Llorar Socún Muertos Ikus Yuca Baguadá Mecha Acará Murió Otokú Mano Legué Muerte Otokú Mano izquierda Legué osí Mano derecha Legué otun Excremento Cheré añaga Miembros Ocoguirí Madre Illá Mujer Obini Mayor Abuá Muchacho Moquaquere
  31. 31. Manuel del Santero en Cuba Exclusivo para religiosos consagrados Si tiene dudas, consulte con su Padrino(a)31 Majá Beelló Mono Oboe Mañana Odelá Madrugada Oslé Mundo Allé Malo Ofodá morerá Muchacho Omó abusallé Me ayudó Oguemi Echó a perder la religión Ochaní Me acompaño Oguedemí Muñeca Aguema, ogueré Manteca corojo Epó Mar Ocún Manteca cacao Etáoro Manteca cerdo Etáelodo Maíz Aguadó Maíz tierno Aguadó tut Maíz seco Aguadó guiguí Malanga Ichú Melón Ollé Misa Oro Mango Oroe Mis costumbres Azán mimi Mulato Acuamadé Mi pueblo Ilumí Me ayudó en la guerra Ogué mi nilla Mundo de hoy Allá guesi Me van a dar algo Ogua guilleyumi Me ayudó Ogué mini Matar Ocuá Mata con su revolución Ocuá buyurule Mi querido Ocolomi Mayor de la familia Agué agueré Mi papá Babá mi Moverse Burucusele Majadero en el otro mundo Agurullemu Majadero Ogurú Mi casa Ilé mi Mi mamá Illá mi Me puso aché en la lengua Achése mi lema Majadero en la casa Aguruyule Misa en la iglesia Orile Olofin Machete Adá Maní Epán Mentiroso Oroní Me llamó Mokué de mí No se pueden besar Melli imúz agadagogo osi Mesa Guataco Mentira Iron Naranja Ozán Mandado a buscar Metiloguague No hablé contigo Omebe Nariz Imúz No me gusta Caguemí Niño Moquequeré No tengo Osi Negro Erú No paso nada Cabiosile No hable así Coche osí No puedo Aí cosi No se mira Cococaibó enfeyú osí No sabe Asu agufó No me olvides Mabagé Ojos Ollú No sirve Ofedá Ojos brillantes Ollú cuará cuará No se desespere Coyusoun Orejas Letó Ñame Ichú Otro día Odi ilemí Ojos abiertos Ollú cuará Hormiga Eramí Ojos cerrados Ofellú Óyeme letiguemí Orina Ote Ola Lana Por su puesto Ogó Olas de agua Amilana Objetos chicos y Fadesio Oíste Guoleti
  32. 32. Manuel del Santero en Cuba Exclusivo para religiosos consagrados Si tiene dudas, consulte con su Padrino(a)32 hondos como jícaras Pelo Egú Olas del mar Omilanaocún Padre Babá Ojo de agua Ibuedo Paloma Ellelé Oro Afefá Perro Allá Palabras Aché Pescado fresco Ellá tuto pescuezo Gunuguaché Ponlo arriba Cade Porrón Otun Pollito Adielo Pimienta Ataré Pescado Ellá Pintura Ozún Por detrás de mí Idi la ado mado Poco a poco Meló meló Pasado mañana Otunlá Poco Dié Palo Igui Polvo Afeché (para bueno) Polvo Ofún Pañuelo Guelé Plátano Oguedé Pan Oca Palangana Gade Ponlo Guasi Plato Gade agué Paño Acho Plato Aguán (forma vulgar) Peinado Larí Poquito Titicú Peine Elaerí Péinelo Guase laerí Plato Abuá Poquito Quqún Pedacito Quéun Para Arere Pintar Fifí Pintado Guaefifi Píntalo Mochese ofifi Piedras Ocutá Piedra grande Ocutá guanlá Persona Onia Parió Loví Pato Cuecuellé Palabra mía Aché mi Paciencia Amazoún Plantillero Afullalaza Pueblo Ilú Pueblo ciego Ilú ofoyú Pelado Ofarí Pelado Ofaerí Puente Cahe ode Párese derecho Duro loase Párese firme Durolaose Párese delante Adé churé Párese a la vista Adó achureo Párese aquí delante Duro Suayú Perdónelo Cofiedenu Quítalo Téru Que Qui Quieto Losí losí Qué hacemos Cuelé cuelé Querida Allada Qué hace Quila se Quieto Erro Quién lo trajo Tanimoguá Querido Ocolomi Quién te enseñó Quina ofiji quimbombó Allé Quitó Coleguade Qué paso Ibó si Qué es eso Ibo siaré Pequeño Icucocué Rebaño Alá Ruéguese la cabeza Cobo erí Ruéguese Cobo Revoltoso Eborallillé Robo ollee Revolución Buruyule
  33. 33. Manuel del Santero en Cuba Exclusivo para religiosos consagrados Si tiene dudas, consulte con su Padrino(a)33 Reloj Agogo Rebosado Guadé Revolucionario aguruyonú Revoltoso Oroyé Revolucionario Ogurú Regular Odaquéen Carnero Obue Carnera Ogután Rodillas Onocú Rodillas Monucú Ratón Ecúte Rey Obá Rey de sabana Obanigue Redondo como sol Gangaa lórun Rebosado Adé Revólver Burucú Revólver Ituborá Romper Cucurú Repartió Daguadí Rositas de maíz Aguadé niña Rosita Niña Respeto Tingui Rabo Oleñi Rabo Afiza Revolucionó el otro mundo Aguro tente onú Relámpago Menamana Rehilete Laigué Respeto al mayor Tingui aguó Se hizo Mocheeona Rana Apolo Seguro Ollaló Sapo Iguegueré Sabroso Maimai Santo Ocha Cintura Baradí Saliva Omiso Señorita Móndia Sangre Ellé Sábana Acholá Silla Apotí Sala de mi casa Colladé ilé mi Salió Lladé Señora Mori Se salió Lladé Sal Illó Señor Móri Seco Guigui Sí señor Benámi Se va Moúnlo Sombrero Agueté ¿Se va usted? Boleni Sombrilla Agueté llouro Siempre adelante Geisolú Sábana Nigue o ebó Sube Obeso Saltando como muñeco bisaguena Sable Adá Soga Ogá Si no llueve, maíz no crece Ollenú soco ni aguadó Tírese Dodobalei Tiñosa Colé colé icolé Tiñosa Aracolé Toro Malú Tarro Ogué Tarde Cualimae Tigre Ecún Beber Mamú Tiene Uonbe Tierra Ará ecó Tinaja Otunde Todas partes Guelodé Tengo hambre Ebín cuso Tengo sed Eguegue mí Tragedia Elló Trabajo Oro Todavía no se acabó Uón otiobusé Tu me gustas Guegué mí Traicionero Oquesodo Todos Bogué Trampa Oquesodo
  34. 34. Manuel del Santero en Cuba Exclusivo para religiosos consagrados Si tiene dudas, consulte con su Padrino(a)34 Tumbó Equi malle Porfiado Biafó Tramposo Oquesodo Tiró Fiboceña Mujeres malas Alacuatá Tira Fibóe Uñas Acana Tallo de plátano Odí oguede Usted Iguó Ternero Aguadán ¿Usted me llamó? Igué me cuedemí Usted habla todo Iguó mozecu era taco Usted lo conoce Iguó monillé efe Un solo ojo Ofeyú ocán Vela Ataná Viejo Arubo Vergüenza mayor Tillu aguá Ud. Lo compró Iguó medicuén Visita Aleyo Venado Iguaní Viene Umboguá Vergüenza Tillú Ve a la plaza Molo ilé Ollá Ve a dormir La Ozún Vaya partiendo Cuachumbanchou Vino Guano Vicioso Ocobe Ven Guasí Venga adelante Adó achuré Venga bien Aguaré Vengan todos Bogué aguá Va a salir Oún nicollado Va a salir Mónleo Vino seco Otí gui Zapatos Batalsé Va Unléni o moloni Médico Obachégun Venga Agualona Abogado Obafeicita Viva guangueo Escribiente Feicitá Zanja Cuasé ode Policía Acheilú Princesa Allobo Amo Yaguatina Presidente Oba A los pies de Dios Embelse oloddumare Juez Omo coloba Ilú Puso la palabra en mi boca Afaché semilé Tropezón Toleí Jefe de policía Obacheilú Se va Osaní y osaoló Dueño Locoloma Tres esquinas Erita mera Con el permiso A yuba Cuatro esquinas Erita merin Salud Kimkamaché Para afamar a Changó le decían Ogodó maculecué Con el permiso de la casa Aggó ilé Acabó bien Tobi Quien está cantando Mani mosullé Cantos Sulleres Cantadora Mosullera Arriba Calucú El permiso es suyo Aggolloá Saludos al nuevo año Atodun fodun Año sobre año Atochu fochu Mes sobre mes Atpsi fosi Semana sobre semana EL BAUTIZO DEL ÑAME

×