1. Instituto craneomandibular mas de 40 años dedicados a
la patologáa de la ATM y el dolor orofacial.
El Dolor orofacial es la especialidad de la odontología que engloba el hallazgo, el abordaje y tratamiento
de los problemas de agonía de la mandíbula, boca, cara, cabeza y cuello. La especialidad de Agonía
orofacial está dedicada a la comprensión basada en la confirmación de la fisiopatología, etiología,
contrarresto y tratamiento fundamentales de estos problemas y al desarrollo posterior de la admisión a
la consideración interdisciplinaria del paciente.
La Fundación Estadounidense de Agonía Orofacial, una asociación de especialistas dentales y otros
expertos en salud, se compromete a mitigar el dolor y soportar el avance de la grandeza en la
capacitación, el examen y la consideración del paciente en el campo del tormento orofacial y problemas
relacionados.
Los problemas relacionados con la OFP incluyen, sin embargo, no se limitan a los problemas del músculo
y la articulación temporomandibular (TMJ), problemas de desarrollo de la mandíbula, problemas de
dolor neuropático y neurovascular, dolor de cabeza y problemas de sueño.
Probablemente, las condiciones de agonía más generalizadas y paralizantes surgen de los diseños
inervados por el marco del trigémino (cabeza, cara, estructura muscular masticatoria, articulación
temporomandibular y estructuras relacionadas). El tormento orofacial (OFP) puede surgir de varios
distritos y etiologías. Los problemas temporomandibulares Dolor orofacial son las condiciones de
tormento orofacial más comunes por las que los pacientes buscan tratamiento. Los problemas
temporomandibulares incorporan varios problemas clínicos que incluyen la estructura del músculo
masticatorio, la articulación temporomandibular (ATM) o ambas. Las condiciones de tormento
neuropático del trigémino pueden surgir de una lesión opcional a métodos dentales, contaminación,
neoplasias o infección o rotura de la franja o sistema sensorial potencialmente focal. Los problemas
2. neurovasculares, al igual que las migrañas esenciales, pueden presentarse como un tormento orofacial
persistente, como por un dolor de cabeza facial, donde el agravamiento se limita a la segunda y tercera
división del nervio trigémino. Juntas, estas cuestiones del marco del trigémino influyen enfáticamente
en la satisfacción personal de la víctima. Se debe considerar un enfoque multidisciplinario del tormento
de la junta para el tratamiento ideal de los problemas de tormento orofacial, incluidas las modalidades
farmacológicas y no farmacológicas.
La mayoría de los estudios epidemiológicos muestran claramente que los efectos secundarios de TMD se
encuentran con mayor frecuencia en mujeres que en hombres,1 y que muchos efectos secundarios
parecen surgir en la pubertad o a mediados de los veinte y pueden continuar de manera discontinua,
hasta bien entrada la mediana edad; en cualquier caso, la sintomatología de TTM mejora el tiempo,
apoyando un enfoque de administración moderado. En un concentrado de Solberg et al6, el 76 % de los
sujetos de 18 a 25 años de edad tenían al menos un signo relacionado con el TTM y el 26 % tenía al
menos un efecto secundario relacionado con el Dolor orofacial. De esta reunión, solo el 10% tuvo
efectos secundarios que los sujetos consideraron suficientemente graves como para buscar tratamiento.
Rasmussen7 descubrió que la mayoría de los casos de chasquidos en la ATM no se convirtieron en un
estado de bloqueo abierto o cerrado. Eso es lo que rasmussen notó, en el movimiento normal de la
locura interna, los efectos secundarios intensos de TMD duraron un promedio de 5,5 años y, aunque los
clamores conjuntos en general no desaparecieron, los efectos secundarios más graves y paralizantes se
extinguieron con el tiempo. Resultados similares fueron mostrados por Könönen et al, quienes dieron
seguimiento a 128 adultos finlandeses por encima de los 9 años, en quienes la frecuencia de chasquidos
aumentó con la edad.8 Ninguno de los pacientes, en ningún caso, creó bloqueo. En un informe
posterior, la presencia de problemas articulares degenerativos se consideró el factor de separación en
dos subgrupos de edad diferentes: los pacientes con un alcance de edad promedio de 52 años
presentaron un predominio de crepitación, mientras que los pacientes con un alcance de edad
promedio de 38 años.