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MANUAL DE BIBLIOTECONOMÍA
                                  Luisa Orera Orera



TEMA 1: LAS BIBLIOTECAS: CONCEPTO, FUNCIÓN Y
TIPOLOGÍA. Págs. 63-76.
1.- Concepto de biblioteca




El término biblioteca procede, a través del latín biblioteca, del griego bibliotheke, que
significa “caja de libros (biblion, “libro” y teka, “caja o depósito”), Etimológicamente, pues, una
biblioteca es un lugar donde se guardan libros. Hasta el siglo XVIII, se utilizó en Europa
la palabra librería para designar a la biblioteca, siendo a partir de este siglo cuando se
generaliza un nuevo término en los países latinos y germánicos, mientras, que los
anglosajones continuaron manteniendo la primitiva denominación (library). De esta manera
en nuestro ámbito, librería significa “lugar donde se venden colecciones particulares de
libros” mientras que biblioteca es el “lugar público que contiene grandes colecciones de
libros”. El Diccionario de la Real Academia Española la define como “local donde se
conserva una colección de libros debidamente ordenados y dispuestos para su
lectura”.

La definición de la UNESCO de biblioteca es: “institución que consiste en una colección
organizada de libros, impresos y revistas, o de cualquier clase de materiales gráficos y
audiovisuales; y sus correspondientes servicios de personal para proveer y facilitar el
uso de tales materiales, según lo requieren las necesidades de información,
investigación, educación y esparcimiento de los usuarios”. Esta definición queda
anticuada con el paso del tiempo, sin embargo acierta en cuanto a la tipología.

La definición de la ALA (American Library Association) de Biblioteca es: “Colección de
material de información organizada para que pueda acceder a ella un grupo de
usuarios. Tiene personal encargado de los servicios y programas relacionados con las
necesidades de información de los lectores”. Esta definición es mucho más amplia, cabe
todo.

Según la Ley 16/1985 de Patrimonio Histórico Español, por su parte, “Son bibliotecas las
instituciones culturales donde se conservan, reúnen, seleccionan, inventarían,
catalogan, clasifican y difunden conjuntos o colecciones de libros, manuscritos y
otros materiales bibliográficos o reproducidos por cualquier medio para su lectura en
sala pública o mediante préstamo temporal, al servicio de la educación, la
investigación, la cultura y la información”.
De estas definiciones se puede extraer una definición más clara y concisa y que contiene
todos los aspectos imprescindibles que las anteriores destacan. La biblioteca es aquella
colección de libros y otros materiales capaces de contener información y puesta a
disposición del usuario.




Los elementos básicos de una Biblioteca son: la colección, la organización y la
disponibilidad o difusión.




1.1.- La colección o fondo bibliográfico




Cuando hablamos de colección son los fondos bibliográficos o documentales, cuales son:
libros fundamentalmente, pero también, publicaciones periódicas, manuscritos, folletos,
mapas, música impresa, material sonoro, audiovisual, microfichas, discos ópticos,
diapositivas, etc.; en general, materiales que pueden contener información.

La colección no tiene que ser algo estático. Una biblioteca es heterogénea por los fondos
que alberga.




El desarrollo, mantenimiento y conservación es complejo. La colección de una biblioteca
está formada por diferentes colecciones. Dentro de una Biblioteca Universitaria, por
ejemplo, hay una colección didáctica o docente, con manuales u obras de referencia y otra
dedicada a los investigadores.




1.2.- Organización
Tiene como finalidad que el conocimiento se haga accesible, es decir, que la
organización de una biblioteca es el personal técnico que atiende al lector y es el
intermediario entre esté y el fondo, además del conjunto de conocimientos teóricos y
prácticos que permiten que los fondos sean accesibles a los usuarios, es decir, que
estén organizados.




1.3.- Servicios o acceso a la información




La finalidad última de la biblioteca es poner a disposición de los usuarios todos los elementos
de esa biblioteca.

Los servicios son el medio por el cual ponemos esos elementos a disposición de los
usuarios. Son variados y están en función del tipo de biblioteca.

Hay unos servicios básicos:

Lectura en sala: o consulta de documentos en el edificio.
Préstamo: individual, colectivo, interbibliotecario.
Información bibliográfica: al usuario se le da información no documentos.




Estos servicios van ligados a la formación de usuarios, que permite la máxima utilidad de los
servicios.




2.- Funciones:
En relación con los elementos básicos (fondo o colección, organización, difusión) pueden
señalarse las siguientes funciones:




Reunir los fondos bibliográficos. Comprende varias fases:

Selección, es decir, un proceso técnico mediante el cual el personal bibliotecario elige el
material adecuado para la biblioteca, según las necesidades informativas del usuario.
Es necesario hacer estudios de las necesidades de los usuarios, conocer las normas de las
bibliotecas, las fuentes para la selección, la producción de libros, la composición de las
colecciones y documentos que la integran.
Adquisición, que es un proceso administrativo que consiste en la solicitud de los
documentos que previamente han sido seleccionados. El procedimiento más
generalizado es la compra. También están los donativos, el intercambio bibliográfico, el
canje y el Depósito Legal.

Conservar y ordenar los fondos de forma adecuada. Comprende varias fases:

Registro. El registro de los materiales bibliográficos que llegan a la biblioteca por la
selección y adquisición previas. En él se marca el material con el sello de la biblioteca,
dejando así constancia de la propiedad de la institución sobre los documentos y de que, a
partir de este momento, el libro pasa a ser parte de la colección de la biblioteca.
Catalogación y clasificación. Cuando los documentos han sido adquiridos y ya forman
parte de la colección han de ser organizados, es decir, catalogados y clasificados.

Catalogación: es la descripción sistemática del documento, de manera que se le pueda
identificar de la mejor manera posible. Hay que tener en cuenta los datos importantes de
esos documentos: autor, título, lugar, editorial, fecha, páginas. Para describir esos
documentos hay unas reglas internacionales, los ISBD (International Standard Bibliographical
Description), que normalizan todo el proceso de descripción. Estas reglas se basan en 3
elementos, en el orden de esos elementos y la puntuación de esos.
Clasificación: Es la operación técnica por la cual se le asigna a cada documento un
código alfabético y/o numérico en el que se indica su contenido principal. Clasificar es
asignar sistemáticamente cada obra a ciertas secciones del saber. Existen grandes
sistemas de clasificación, como la Clasificación Decimal Dewey, la de la Library of Congress,
la BC de Bliss, la Colon Classification y la CDU ( Clasificación Decimal universal) de uso en
nuestro país.

Elaboración de catálogos. Como resultado de estas dos operaciones surge el catálogo,
instrumento que muestra al usuario el fondo existente en la biblioteca y permite la
recuperación de la información. Los catálogos tradicionales más conocidos son el alfabético
de autores y obras anónimas, el de títulos, el de materias, el diccionario y el sistemático. El
futuro es el catálogo automatizado en sus distintas formas: microficha COM (Computer
Output Microform), CD-ROM, OPAC (On Line Public Access Catalog).
Preservación y conservación. En la biblioteca es muy importante conservar la colección. La
preservación consiste en establecer medidas previas para evitar que la colección se
deteriore. La conservación incide en los documentos cuando se han estropeado, para
devolverles su estado original. Hay que estudiar los edificios y materiales, los sistemas
antiincendio y antihurto, etc.

Difundir el contenido de los fondos. Actualmente todas las tareas bibliotecarias van
encaminadas al usuario, pero donde más en cuenta se le tiene es a la hora de planificar los
servicios de los que va a disponer la biblioteca, las tareas más comunes son:

Informar al usuario adecuadamente de las características de la colección, de las
secciones de la biblioteca, de los horarios, de dónde y cómo proceder para satisfacer
esa necesidad de información que le ha hecho acudir al centro, con qué otras
bibliotecas cuenta, etc.
Formar. También hay que ayudar a los usuarios a utilizar los recursos informativos de la
biblioteca e incluso formarles en el empleo eficaz de los mismos.
Otros servicios, según el tipo de biblioteca que sea.




3.- Tipología:




Según Manuel Carrión, no podemos hablar de verdadera tipología de bibliotecas si no se ha
realizado atendiendo a cinco criterios al mismo tiempo:

Fondos.
Personal que la organiza.
Técnicas utilizadas.
Servicios.
Usuarios.




Clasificación de la UNESCO:




Bibliotecas Nacionales.
Bibliotecas de Instituciones de Enseñanza Superior:

Bibliotecas Universitarias Centrales.
Bibliotecas de Institutos y Departamentos Universitarios.
Bibliotecas de Centros de Enseñanza Superior, que no forman parte de la Universidad.




Bibliotecas Escolares.




Bibliotecas Públicas o Populares.




Bibliotecas Especializadas.




Clasificación de la IFLA:




Bibliotecas Generales de Investigación:

Bibliotecas Nacionales.
Bibliotecas Parlamentarias.
Bibliotecas Universitarias.
Otras bibliotecas de Investigación General.




Bibliotecas especializadas:

Administración.
Arte.
Biología.
Medicina.
Geología.
Ciencia y Tecnología.
Ciencias Sociales.




Bibliotecas al servicio del público en general:

Infantiles.
Para ciegos.
Para personas discapacitadas.
Para minorías culturales.
Públicas.
Escolares.




Según las “Directrices para un Plan Nacional de actuación 1983/1986 en materia de
documentación e información científica y técnica”, la clasificación de bibliotecas sería:

Bibliotecas Científicas, de estudio e Investigación:

Bibliotecas Especiales.
Bibliotecas Universitarias.
Bibliotecas Nacionales.

Bibliotecas Públicas.
Bibliotecas Escolares.
Bibliotecas Generales dirigidas a grupos especiales de usuarios.

Bibliotecas para ciegos.
Bibliotecas de hospitales.
Bibliotecas de prisiones, etc.
A la vista de estas clasificaciones podemos llegar a tres conclusiones:

En realidad no se dan tipos puros de bibliotecas, ya que aquella que cumple todas las
características de un tipo puede prestar servicios propios de otra, puede atender a distintos
usuarios, etc. Así que estas clasificaciones se hacen a modo orientativo pero de ninguna
manera pueden ser consideradas clasificaciones rígidas.
En todas las clasificaciones se repiten unos tipos concretos de bibliotecas que son los más
usuales en todas las clasificaciones:

Bibliotecas nacionales.
Bibliotecas universitarias.
Bibliotecas públicas.
Bibliotecas especializadas.
Bibliotecas escolares.

En estas clasificaciones existen tipos como las infantiles, para ciegos, hospitales, minorías
culturales, etc. que realmente no son bibliotecas diferenciadas del resto sino que se trata de
servicios que la biblioteca pública debe prestar. Están dirigidas a un tipo de usuario especial
pero los fondos no son especializados sino generales. Por lo tanto, formarían parte de la
biblioteca pública.




4.– El futuro de la biblioteca.




Frente a las bibliotecas tradicionales han aparecido Internet – Web – Hipertexto y las
bibliotecas digitales.

Las aplicaciones informáticas han surgido en las bibliotecas, estas han ido evolucionando y
su gestión ha cambiado.




Tres revoluciones en la biblioteca:

La aparición o nacimiento de la imprenta.
La aparición de las bibliotecas públicas.
La aparición de la informática.




En la actualidad se habla de Biblioteca Híbrida, por la adopción de medios tecnológicos. A la
colección en papel se añade una colección óptica y una biblioteca digital (colección en
soporte digital pero organizada con técnicas bibliotecarias).

El futuro es la Biblioteca Híbrida = Colección tradicional + Biblioteca Digital.

      TEMA 2: LA BIBLIOTECA PÚBLICA. CONCEPTO Y
                 FUNCIONES. Págs. 387-389.



1.- Evolución Histórica:




Tradicionalmente, las bibliotecas eran reductos reservados a los sabios y eruditos de la
sociedad, quienes tenían como misión su conservación. Hasta el siglo XVII no comienza una
tímida apertura de las bibliotecas a capas sociales más amplias, aunque aún enormemente
restringidas. Es en el siglo XVIII cuando esta apertura comienza a generalizarse, influida por
el espíritu de la Ilustración.

En España, en el siglo XIX aparece el Reglamento de la Biblioteca Nacional de Cortes, de
Bartolomé José Gallardo, que establecía un plan nacional de bibliotecas, aunque su finalidad
estribaba en reunir las bibliotecas que la guerra había dispersado; la Ley de Moyano intenta
salvar de la destrucción los fondos que la desamortización había puesto en la calle. Sin
embargo, las necesidades de la población, con grandes masas de analfabetos, no se
encontraban en la línea de las medidas legisladoras. Más próximas a estas necesidades
estuvieron las bibliotecas abiertas en los centros de enseñanza primaria por la Ley de Ruiz
Zorrilla: se abría una corriente bibliotecaria que se mantendría en las misiones Pedagógicas
de la II República y en la Comisaría de Extensión Cultural del MEN en los años cincuenta y
sesenta, dirigidas esencialmente a la alfabetización de la población, es decir, a la creación de
la demanda.

Lo más aproximado a un movimiento de bibliotecas públicas que haya existido en España en
el primer cuarto del siglo XX, es la creación en 1912 de las bibliotecas populares de Madrid,
experimento que se iría extendiendo a las cabezas de distrito universitario. Pero la llegada
efectiva de este tipo de bibliotecas no tendría lugar hasta 1915 con el movimiento
bibliotecario catalán encabezado por Rubió y d’Ors. Un acercamiento definitivo al concepto
de biblioteca pública fue la creación de la Junta de Intercambio y Adquisición de
publicaciones en 1931, tendencia seguida por el decreto de Ordenación de Archivos y
Bibliotecas en 1947 y el Servicio Nacional de Lectura en 1952, cuya orientación se mantuvo
hasta 1977. Pero no se creó una demanda social de bibliotecas debido, en parte, a las
escasas aficiones de la población y, en parte, al débil presupuesto en fondos y material
destinado a cubrirla.

Mientras tanto, la UNESCO sitúa las bibliotecas públicas en el centro de su interés, mediante
el Manifiesto de la UNESCO sobre la biblioteca pública (1949) y las Conferencias de Sao
Paulo (1951), y Seminarios de Ibadan (1954) y Nueva Delhi (1956), sobre el movimiento
bibliotecario en América, África y Asia respectivamente. En 1961 se encarga la divulgación
doctrinal al libro de André Maurois La biblioteca pública y su misión, lo que culminaría con la
celebración del Año Internacional del Libro en 1972 y la reunión en Budapest, Reading in a
changing world, del mismo año. Además cabe destacar la colaboración UNESCO-IFLA-ISO
que dio como resultado dos documentos de suma importancia: Estadísticas internacionales
sobre bibliotecas (1968) y Normas para bibliotecas públicas (1975).

2.- Concepto:




La UNESCO ha jugado un papel muy importante en la promoción y desarrollo de las
bibliotecas públicas en el mundo. Agencia especializada de la ONU, creada en 1946 como
medio para contribuir a la paz y el bienestar social a través de la colaboración entre las
naciones en el ámbito de la educación, la ciencia y la cultura. Concibe las bibliotecas
públicas como un instrumento para la expansión de la cultura, la democracia y el
fomento de la paz.

Su doctrina sobre bibliotecas públicas está contenida en el Manifiesto de la UNESCO,
publicado por primera vez en 1949 y revisado por la IFLA, a petición de la UNESCO, en
1972. Posteriormente, en 1994, la IFLA elaboró un nuevo texto aprobado por la UNESCO. En
él ofrece una definición de biblioteca pública: “fuerza viva para la educación, la cultura y la
información. Es un agente esencial para el fomento de la paz y del bienestar espiritual
a través del pensamiento de los hombres y las mujeres”.

La biblioteca es un centro local de información que facilita a los usuarios todas las clases de
conocimientos e información.

Tiene que haber una igualdad de acceso para todas las personas, sin tener en cuenta su
edad, raza, sexo, religión, nacionalidad, idioma o condición social.

Deben ofrecerse servicios y materiales especiales para aquellos usuarios que no pueden
hacer uso de los servicios y materiales ordinarios. Ejemplos: minorías lingüísticas, personas
con discapacidades o personas en hospitales o en prisión.

Colecciones y servicios han de incluir todo tipo de soportes desde modernas tecnologías
hasta materiales tradicionales.
Son fundamentales su alta calidad y su adecuación a las necesidades y a las condiciones
locales.




La definición que nos ofrece la IFLA es más técnica pero mantiene el mismo espíritu que la
anterior: “Biblioteca fundada y sostenida por un órgano de la Administración, o por
algún organismo autorizado para actuar en su nombre, y accesible sin prejuicios ni
discriminación alguna a cuantos deseen utilizarla”.




La biblioteca pública está gratuitamente al servicio de una comunidad, especialmente
regional o local, para atender al público en general o a ciertas categorías del mismo. Sus
características principales son:

Creada en virtud de textos legales.
Financiadas con fondos públicos.
Abierta a todos los miembros de una comunidad para que la utilicen libremente y en igualdad
de condiciones.
Debe transmitir la información de cualquier forma como esté expresada.
Ha de poseer fondos sobre todo tipo de asunto (generales) y en las lenguas de la comunidad
a la que pertenece.
Debe estar situada en un lugar céntrico y accesible y abierta a horas convenientes para los
usuarios.
Debe tener los locales necesarios para actividades de extensión cultural.
Deberá tener sucursales en las zonas rurales y suburbanas.
Debe contar con una plantilla suficiente de personal capacitado.
Ha de estar al servicio activo de la comunidad.




En el caso español, el Real Decreto 582/89 que constituye el Reglamento de Bibliotecas
Públicas del Estado y del Sistema Español de Bibliotecas, en su Artículo 1º, define como
Biblioteca pública del Estado “todas aquellas bibliotecas adscritas al Ministerio de
Cultura a través de la Dirección General del Libro y destinadas esencialmente a la
difusión y fomento de la lectura en salas públicas o mediante préstamos temporales, y
también a la conservación de las colecciones bibliográficas de singular relevancia que
forman parte del Patrimonio Histórico Español”.




3.- Funciones:




El Manifiesto de la UNESCO sobre la biblioteca pública (1949) señala unos objetivos o
metas que son:

Crear y consolidar los hábitos de la lectura en niños desde los primeros años.
Prestar apoyo a la educación, tanto individual como autodidacta, así como a la educación
formal en todos los niveles.
Brindar posibilidades para el desarrollo personal creativo.
Estimular la imaginación y la creatividad de los niños y los jóvenes.
Fomentar el conocimiento del patrimonio cultural, la valoración de las artes, de los logros e
innovaciones científicas.
Facilitar el acceso a las experiencias culturales de todas las manifestaciones artísticas.
Fomentar el diálogo intercultural y favorecer la diversidad cultural.
Prestar apoyo a la tradición oral.
Garantizar a los ciudadanos el acceso a todo tipo de información de la comunidad.
Prestar los servicios adecuados de información a empresas, asociaciones y agrupaciones de
ámbito de ámbito local.
Facilitar el progreso en el uso de la información y su manejo a través de los medios
informáticos.
Prestar el apoyo y participar en programas y actividades de alfabetización para todos los
grupos de edad y, de ser necesario, iniciarlos.




En el caso español, como funciones primordiales de la biblioteca pública, el Reglamento de
bibliotecas Públicas del Estado y del Sistema Español marca:
Reunir, organizar y ofrecer al público una colección equilibrada de materiales bibliográficos y
audiovisuales que permitan a todos los ciudadanos mantener al día una información general
y mejorar su formación cultural.
Promover y estimular el uso de sus fondos mediante los servicios necesarios y actividades
culturales complementarias.
Conservar y enriquecer el patrimonio bibliográfico cuya custodia les está encomendada. Los
manuscritos, incunables y obras de las que no conste la existencia de al menos tres
ejemplares el Bibliotecas o servicios públicos y las que han sido declaradas Bienes de
Interés Cultural o aquellas incluidas en el Inventario General de Bienes Muebles del
Patrimonio Histórico Español, son objeto de especial protección, por lo que deberán ser
incluidas en un inventario especial de la biblioteca.
Ser depositarias de al menos un ejemplar de las obras procedentes del Depósito Legal de la
respectiva provincia, si están en la capital de la provincia.
Cooperar con las demás bibliotecas públicas del Estado y con las de su respectiva
Comunidad Autónoma, mediante el intercambio de información, la coordinación de
adquisiciones y el préstamo interbibliotecario.




     TEMA 5: LOS CATÁLOGOS EN LAS BIBLIOTECAS.
         CONCEPTO Y CLASES. NORMALIZACIÓN
     BIBLIOGRÁFICA. LOS CATÁLOGOS COLECTIVOS
1.- Concepto y funciones.

El catálogo puede definirse como un “fichero de registros bibliográficos, creado
conforme a principios específicos y uniformes de realización y siguiendo las
directrices de una lista oficial de encabezamientos que describe el material de la
colección, biblioteca o grupo de estas”.




Como elementos del catálogo se han señalado:

El asiento bibliográfico, que permite describir el documento.
Los puntos de acceso, que mediante su ordenación material o mediante una orden dada,
permiten acceder a la descripción del documento.
La signatura, que permite su localización.




La elaboración del catálogo implica:

Descripción formal.
Redacción de puntos de acceso.
Reproducción de asientos.
Ordenación de los asientos.
Mantenimiento del catálogo; una vez elaborado, es necesario mantenerlo por medio de fichas
abiertas, cruce de referencias y revisiones periódicas.




Las funciones del catálogo son:

Facilitar la localización física de un determinado documento; en la ficha catalográfica deberá
aparecer la signatura topográfica.
Reunir las manifestaciones específicas, ediciones o formatos diversos de una obra concreta.
Reunir todas las obras que sean producto de un solo agente responsable de su creación, es
decir, que tengan un origen común.
Reunir todas las obras que traten un tema común, es decir, que tengan una intención común.
Hacer transparente la lógica organizativa que satisfaga las funciones.

En definitiva, el fin último del catálogo es organizar, de una manera eficaz, el acceso a la
información almacenada en la biblioteca.




El catálogo ha sido, desde antiguo, uno de los elementos más característicos de la biblioteca,
aunque su configuración y funciones hayan ido variando, pasando de ser un simple
inventario que reflejaba los libros que la biblioteca poseía, a ser, sobre todo, un instrumento
de recuperación de la información. Últimamente, ampliando cada vez más este papel, e
impulsado a su vez por los cambios experimentados dentro del mundo de la información y a
los avances tecnológicos, a los que no ha sido ajena la biblioteca, ha variado sensiblemente
sus características.




2.- Clases.




Como ha señalado Carrión: “Las variedades de catálogos son prácticamente innumerables
como pueden serlo las características y puntos de vista de los fondos que se hallan en una
biblioteca”. La variada tipología ha posibilitado distintas clasificaciones de catálogos de
biblioteca.




Ramos Fajardo los ha dividido en dos grupos:

Catálogos convencionales:

Alfabético de autores y obras anónimas.
Alfabético de títulos.
Alfabético de materias.
Diccionario.
Sistemático de materias.
Topográfico.
Catálogos según las necesidades de los centros:

De publicaciones periódicas.
De series.
De fondos especiales.
Geográfico.
Cronológico.
Carrión los ha agrupado de la siguiente forma:

Por su extensión:

Colectivos: contienen asientos de fondos pertenecientes a distintas bibliotecas.
Generales: pueden ser entendidos como:

Integrados: contienen asientos de toda clase de materiales existentes en la biblioteca.
Universales: contienen todos los fondos impresos de la misma.

Especiales: pueden serlo por:

Contener asientos de una sola clase de materiales: libros, discos, revistas, microfilmes, etc.
Contener asientos de fondos que ya están contenidos en otro catálogo general.

Por su uso:

Internos: para uso exclusivo del personal bibliotecario; constituyen instrumentos de trabajo
necesarios para le realización de trabajos técnicos o para la administración de la biblioteca.
Externos o públicos: dirigidos a ser utilizados por todos los usuarios.
Por su sistema de ordenación:

Alfabéticos: de autores, de materias,...
Numéricos: por ISBN,...
Sistemáticos: siguen una clasificación por materias.
Topográficos: según la localización del documento.
¿?: por Depósito Legal.
Mixtos: combinan más de un sistema.

Por su forma:

En lista. Es la forma de catálogo más antigua y se utilizó generalmente hasta finales del siglo
XIX, coexistiendo con otras formas. Son muy útiles en fondos antiguos por su escaso o nulo
crecimiento. Entre sus variantes se encuentran:

Libros impresos: libros con hojas intercambiables.
Listas en microforma producida por el ordenador con el sistema COM ( Computer Output on
Microform).

En fichas. Aparecieron a mediados del siglo XVIII pero se generalizan como catálogo
prioritario en todas las bibliotecas a partir del siglo XIX; hasta la década de los 60 no tiene
competencia. El formato estándar para estas fichas de cartulina es de 7,5 cm x 12,5 cm.
Ventajas: la sencilla actualización y la fácil corrección. Inconvenientes: a medida qué va
creciendo su mantenimiento es más laborioso y su utilización se hace cada vez más difícil; el
deterioro por su uso; resulta poco transportable.
En acceso directo en línea: mediante catálogo informatizado.
En disco óptico.
En CD-ROM.

Por su función:

De autores.
De materias.




Actualmente, la distinción más sustancial que puede hacerse dentro de los catálogos quizá
sea la que los divide en:




Catálogos manuales:




Hasta bien entrado el siglo XX, los catálogos de las bibliotecas eran de tipo manual. Hoy en
día, aunque la mayoría de los catálogos de las bibliotecas de los países más avanzados son
catálogos automatizados, aún tiene sentido hablar de catálogos manuales, ya que en
algunas bibliotecas todavía persisten.

España presenta grandes diferencias si nos atenemos, sobre todo, a los distintos tipos de
bibliotecas. Mientras que las universitarias están parcial o totalmente informatizadas no
sucede lo mismo en buena parte de las especializadas y de las públicas, sobre todo las
municipales.




Por otra parte, la pervivencia de los catálogos manuales se da también en aquellas
bibliotecas, que, aun estando automatizadas, no se han llevado a cabo la conversión
retrospectiva de los catálogos manuales.




Uno de los problemas con que tropieza una biblioteca al llevar a cabo la implantación de un
sistema de gestión automatizado, es qué hacer con el antiguo catálogo. Una vez implantado
el sistema se debería abordar la tarea de conversión de los registros del antiguo sistema al
nuevo formato.
Pero muchas bibliotecas se encuentran, por causas económicas, con la imposibilidad de
acometer dicha tarea, por lo que siguen coexistiendo durante un tiempo los antiguos
catálogos manuales, cerrados, y los automatizados.




El catálogo en fichas:

El catálogo en fichas comenzó a utilizarse en Francia a mediados del siglo XVIII y pasó a ser
la forma predominante en el siglo XIX. Un ritmo más rápido en el crecimiento de las
colecciones hizo que se impusiera este tipo de catálogos, que presentaban, frente a los
catálogos en forma de lista, la gran ventaja de la flexibilidad, es decir, una fácil puesta al día
mediante la incorporación o extracción de fichas. Por esta razón ha perdurado hasta la
automatización de las mismas, aunque a medida que las colecciones han ido creciendo, han
empezado a surgir numerosos inconvenientes:

Al crearse grandes series, el mantenimiento de los catálogos se queda retrasado, ya que la
intercalación de fichas resulta muy costosa. Ello se va acentuando por la complejidad cada
vez mayor de las reglas de catalogación.
Por otra parte, como la estructura del catálogo en fichas se basa en varias entradas por
documento, cualquier modificación debe hacerse en todo el “juego” de fichas referidas a
dicho documento.
El deterioro por el uso.
Si se trata de grandes colecciones, el espacio físico ocupado por el catálogo es enorme.

Para cumplir sus funciones, el catálogo presenta una organización compleja que se basa
fundamentalmente en tres tipos de fichas: Ficha principal, fichas secundarias, Fichas de
referencia.




Principales tipos de catálogos manuales.

                               CATÁLOGOS DE USO PÚBLICO




                                     Catálogos Alfabéticos
Catálogos Sistemáticos




                              De autor

                              De Título




                         De Materia

De Materia




                         Catálogo Diccionario
CATÁLOGOS DE USO INTERNO




                                         Topográfico

                                       De Autoridades




Catálogo Alfabético de Autores y Obras Anónimas.




Es un catálogo técnico y difícil. Debe permitir responder a cuestiones como:

Si existe en la biblioteca una obra de un determinado autor.
Si existe en la biblioteca una obra determinada.
Qué hay de un determinado autor.
Qué ediciones hay de una obra.
Si existe una edición concreta de una obra.




Es preciso identificar al autor y el título de la obra; es lo que conocemos como elección de los
puntos de acceso y forma que adoptan. El catálogo de autores está formado por:

Asientos principales. Los principios en los que se basa la elección de los puntos de acceso
son diversos:

Importancia del influjo en la creación del contenido.
Prioridad cronológica.
Prioridad tipográfica.
Ocultación de la autoría (si hay más de tres autores).
Respecto a la forma del punto de acceso, se prefiere la forma por la que el autor es
comúnmente conocido. Suele respetarse también la lengua en la que el autor escribe. El
elemento inicial es aquel por el que el autor es más conocido, lo que resulta coherente con el
“principio de uso”. Hay una serie de casos especiales: legislación, tratados internacionales,
procesos de beatificación, convenios laborales,...




Recursos de seguridad. Asientos de referencia, secundarios y los de título uniformes. Los
tres son recursos técnicos que garantizan el acceso a la información, para que le usuario no
“se pierda” en el catálogo.
Los asientos secundarios son siempre libres en su redacción; únicamente exigen que los
puntos de acceso secundarios sean siempre encabezamientos, aún cuando sea título, y el
punto de acceso debe estar presente en la descripción en cualquiera de sus áreas.

Los asientos de referencia sirven de orientación entre diversas formas de encabezamientos
debido a que hayan sufrido variaciones los propios nombres de los puntos de acceso o las
normas que determinan selección o bien por la propia naturaleza del encabezamiento.

La ordenación de asientos es alfabética, atendiéndose a consideraciones formales, de forma
que pueda hacerse una ordenación: signos, palabras, bloques y campos. Los asientos de
referencia se ordenan al comienzo de la serie de asientos cuyo primer campo es idéntico.




Catálogo Alfabético de Materias.




En este catálogo la información pasa a primer término frente a la descripción. Este catálogo
responde a la pregunta de ¿qué hay sobre un tema?

La catalogación por materias requiere un análisis del contenido de los documentos, la
traducción de ese contenido en un signo y, la organización de estos signos entre sí de forma
de constituyan un lenguaje de almacenamiento y recuperación de la información.
De entre los lenguajes documentales, las listas de encabezamientos de materia son los que
hicieron su aparición en primer lugar. Aunque las posibilidades de análisis del contenido que
permiten son limitadas, se mantienen de bibliotecas generales públicas.




Los encabezamientos de materia son signos que representan la materia de un documento,
tomados del lenguaje natural: palabras o grupos de estas. Es un instrumento técnico que no
es válido para documentos que no tengan un asunto determinado (colecciones,
publicaciones periódicas,...) o cuyo tema no sea determinante (toda la literatura).




Los principios básicos de la catalogación por materias son:

Especificidad: el término debe describir una única materia. Esto impide que haya
subordinación entre términos.
Principio de uso: el vocabulario se ajustará al uso común y se tendrá en cuenta las
necesidades del usuario a la hora de optar entre lenguaje técnico y vulgar. Se usará el
nombre de las disciplinas científicas, en lugar de esas materias al catalogar manuales de
carácter general y se tolerarán formas de encabezamiento que incluyan subdivisiones y
cronológicas bajo el subencabezamiento Historia.
Principio lingüístico: los términos pertenecerán al idioma habitual y respetarán las
conexiones del orden natural del idioma del que estén tomadas. Los términos extranjeros se
utilizarán si su uso es indispensable.
Principio de economía: se trata de hacer una síntesis, no hay que multiplicar; no se
recomienda usar par un asiento más de tres encabezamientos y tampoco usar uno
demasiado genérico. Hay que combinar exhaustividad y precisión, para no producir silencios
ni ruidos.




Se dan cuatro clases de subencabezamientos, que aparecerán ordenados en este orden si
coinciden varios de ellos:

De materia.
Topográfico.
Cronológico.
Formales.
Catálogo Alfabético de Títulos:




Está formado por fichas secundarias con encabezamiento secundario de título, ordenadas
alfabéticamente por título. Su mayor ventaja es poder buscar obras de las cuales no
conocemos el autor pero sí el título. Es un fichero muy útil para obras literarias porque
generalmente uno recuerda más el título que el autor. Además resulta útil para bibliotecas
infantiles. No es recomendable para bibliotecas científicas o especializadas porque los títulos
se suelen repetir en las distintas obras.




Catálogo Sistemático:




Responde a la pregunta “¿qué hay sobre una materia, sobre un determinado campo del
conocimiento?. Los asientos bibliográficos que integran este catálogo van encabezados por
notaciones de la clasificación asignadas al documento y la ordenación viene impuesta por la
propia estructura de la clasificación. Este catálogo lleva asociado un código, como la CDU,
por lo que el usuario no especializado encontrará dificultad para realizar las búsquedas.




Catálogo Topográfico:




Ordena las fichas reproduciendo el orden de colocación en las estanterías. Es un catálogo de
uso interno y de apoyo al trabajo técnico. El orden que se sigue es el de la signatura. Sirve
tanto para asignar signaturas, cuando hay vacantes, como para controlar la colección, ya que
es un elemento indispensable para realizar los recuentos periódicos.
Catálogo Diccionario:




Reúne en una única secuencia alfabética el catálogo alfabético de autores, títulos y materias.
Plantea graves problemas de ordenación por lo que pierde su teórico carácter de
accesibilidad y facilidad de uso. Sólo es un catálogo efectivo en pequeñas bibliotecas, donde
la escasez de documentos posibilita la unificación de éstos en un único catálogo.




Catálogo Analítico:




El catálogo analítico es el conjunto de asientos bibliográficos que describe parte o partes, con
sentido independiente, de una obra más amplia. Se incluyen las fichas catalográficas de los
distintos artículos contenidos en las revistas. Se ordena por materias o de forma alfabética o
sistemática. Este catálogo es sólo aconsejable en bibliotecas especializadas.




Catálogos automatizados:




Desde la década de los años 70 del siglo XX y hasta nuestros días las bibliotecas de todo el
mundo han sufrido la revolución informática y de las comunicaciones. En nuestro país las
bibliotecas universitarias más importantes ya están automatizadas, en general, todas las
grandes bibliotecas ya lo están o, al menos, están llevando a cabo el proceso de
automatización. Por otro lado, importantes bibliotecas, entre ellas la Biblioteca Nacional, han
hecho consultables sus catálogos a través de Internet.
No hay que dejar de señalar que la implantación de los sistemas de automatización en
nuestro país ha contado con numerosos problemas, entre ellos el reto que suponía para el
usuario y bibliotecarios cambiar el concepto que hasta entonces tenían de los servicios
bibliotecarios y, por otro lado, y no menos importante, los escasos recursos destinados a la
promoción de la cultura y las bibliotecas.




Además hay que recordar la pobre cultura informática que hasta hace unos años reinaba en
todos los campos y que ha ido venciéndose al comprobar las ventajas que ofrece la
informática al mundo de la información. En 1996 la mayoría de las grandes y medianas
bibliotecas ya se habían incorporado al proceso de automatización.

Las nuevas tecnologías aplicadas a la documentación no sólo han afectado a la concepción y
mantenimiento de los catálogos de bibliotecas, sino que puede asegurarse que éste ha sido
uno de los sectores más afectados por ellas. Los principales cambios sufridos afectan a los
siguientes aspectos:

Soportes: Tradicionalmente realizados en fichas de cartulina de 12,5 x 7,5 cm, con las
nuevas tecnologías han aparecido nuevos soportes:

Microfichas. Soporte fotosensible sobre el que reproducen los asientos catalográficos. Es
muy útil por el poco espacio que ocupa pero necesita de elementos auxiliares para su
lectura. Responde al tipo de catálogo en lista; ventajas: fácil maniobrabilidad y posibilidad de
transporte; inconvenientes: lento, difícil y costoso de actualizar.
Catálogo on-line o catálogo informatizado. No es un catálogo es sí mismo, sino una serie
de datos y órdenes que se actualizan y combinan según las necesidades del momento. El
catálogo en línea permite l a actualización inmediata de los ficheros, su acceso es fácil y su
transporte también. Sobre todo facilita dos aspectos de la catalogación, que son:

La elaboración misma del catálogo, porque hace innecesaria la duplicación de las fichas o la
existencia de múltiples catálogos: una sola descripción completa de un documento es
suficiente para recuperarlo desde cualquier punto de acceso del mismo.
los planes interbibliotecarios de catalogación compartida, cooperación en selección y
adquisiciones, elaboración de catálogos colectivos, etc.

Catálogo en CD-ROM. Presenta grandes ventajas derivadas de su enorme capacidad de
almacenamiento y fácil lectura. Pero al no ser interactivo quedará reservado a grandes
bibliotecas.

Utilización. Las nuevas tecnologías han abierto campos nuevos en el uso de los catálogos y
han facilitado su utilización. Características que deben tener las nuevas tecnologías:
Flexibilidad. Facilidad de actualización de esos catálogos. Un catálogo ha de permitir
introducir o eliminar registros sin romper la secuencia total. Resulta escasa para las
microfichas y el CD-ROM pero es total para el catálogo en línea.
Facilidad de consulta y uso, tanto por parte del usuario como por parte del personal
bibliotecario. Es necesario un determinado espacio de tiempo no sólo para poder mecanizar
y automatizar los ficheros existentes, sino para llegar a familiarizar al usuario con las nuevas
tecnologías. Los OPACs (Online Public Access Catalog) han sido bien recibidos, no así las
microfichas.
Facilidad de reproducción, u obtención de múltiples copias. Los más valiosos son los
impresos o en microficha. En los Catálogos en línea se potencia esta característica al ser
fácilmente accesibles desde cualquier punto.
Volumen. Aquellos en soporte microfotográfico o informático no presentan problemas de
espacio. No pasa lo mismo con los catálogos en fichas que necesitan muchos espacio.
Multiacceso. Consulta por varios usuarios a la vez. El mejor sistema actual es la consulta a
través del ordenador, donde las búsquedas se realizan de forma rápida y eficaz, lo que evita
estar esperando para poder utilizar el catálogo.
Gasto de tiempo en su mantenimiento.
Durabilidad de los catálogos. El de fichas sufre un gran deterioro.
Facilidad en la adaptación de los catálogos para la cooperación bibliotecaria. La tendencia
a cooperar y formar redes de bibliotecas es cada vez mayor y es necesario facilitar en la
medida de lo posible el acceso a los distintos catálogos de las bibliotecas.
Bajo coste de producción y mantenimiento.




Los OPACs.




¿Qué es un OPAC?

El On-line Pulbic Access Catalog (OPAC) se denomina en español Catálogo Público de
Acceso en Línea.

Es el medio por el cual el usuario se pone en contacto con la colección. El OPAC permite al
usuario acceder en línea, es decir, de forma directa con el sistema a través de las líneas de
una red de área local (LAN) o de larga distancia, a toda la información que el sistema posee
por medio de un lenguaje de interrogación que sirve para recuperarla.

El usuario valorará el proceso de automatización según la forma en que el OPAC le permita
acceder y recuperar mejor la información. Es uno de los puntos más emblemáticos a la hora
de implantar un sistema de automatización de bibliotecas.

Para conseguir el objetivo principal del OPAC, que es la recuperación de la información
bibliográfica, se necesita una planificación y un mantenimiento constante.
El OPAC es una parte esencial de los sistemas de automatización de bibliotecas. Los
Sistemas Automatizados de Bibliotecas (SAB) consisten en sistemas informáticos capaces
de dar cuenta de manera integrada de las funciones bibliotecarias clásicas. Los SAB las
gestionan con gran eficacia, e incluso abren posibilidades impensables en los catálogos
manuales. Dichas funciones suelen ser la gestión de adquisiciones, el control de series, la
catalogación, la circulación y el propio OPAC.




El OPAC es un paso adelante sobre el catálogo en fichas. Desde el punto de vista
estrictamente bibliotecario, el OPAC realiza la función que en los sistemas tradicionales
correspondía a los catálogos de acceso público: permitir a los usuarios localizar un
determinado ejemplar de una obra concreta o los documentos que una biblioteca posee
sobre un autor o tema determinados.
TEMA 8:
Además de organizar los documentos de forma intelectual hay que organizarlos físicamente.
Esta ubicación física se basa en la Signatura que es un código que nos dice dónde está el
documento.

Hay 2 modelos de ubicación física en una biblioteca:

Agrupación en depósitos cerrados ⇒ Signaturas mecánicas.
Agrupación en libre acceso ⇒ Signaturas lógicas.

Signatura mecánica ⇒ No agrupa los libros por materias. Números correlativos para
que lo encuentre el bibliotecario.

Signatura lógica ⇒ Código que representa la materia de la que trata el libro.




       TEMA 9: LOS SERVICIOS DE LAS BIBLIOTECAS
           PÚBLICAS. PRÉSTAMO, PRÉSTAMO
            INTERBIBLIOTECARIO. Págs. 393-394.


Antes de pasar a los servicios propiamente dichos hay que tener en cuenta una serie de
consideraciones:

En la biblioteca pública se da una mayor diversificación de servicios que en otras bibliotecas
en función de la diversificación de usuarios. Hay que recordar que la biblioteca pública posee
la mayor variedad posible de usuarios, ya que los incluye a todos.
Con el desarrollo bibliotecario general, ayudado a su vez por un mejor desarrollo tecnológico,
las bibliotecas en general, y las públicas en particular, están en mejores condiciones para
atender todas las necesidades de los usuarios, lo que incide también en una cada vez mayor
variedad de servicios.
El Manifiesto de la UNESCO establece que los servicios de la biblioteca pública deberían ser
gratuitos, afirmación coherente si se tiene en cuenta que el mismo documento establece un
carácter de universalidad para la biblioteca pública, al concebirla abierta a todo tipo de
usuarios. El cobro de servicios excluiría a determinados grupos sociales de un acceso total a
la biblioteca pública.




Sin embargo este espíritu del Manifiesto se ha enfrentado en los últimos tiempos con
dificultades, ya que algunos servicios, y más concretamente los relacionados con el
suministro de información al usuario, en los que cada vez es más frecuente la necesidad de
acceder a bases de datos, generan costes muy altos, y las administraciones no disponen de
medios ilimitados.

La IFLA, a través del Grupo de Trabajo sobre el Impacto de la Tecnología en las Bibliotecas
Públicas, se dedicó al estudio de este tipo de problemas, mostrándose partidaria de restringir
las tasas lo más posible. En los últimos tiempos este problema se ha atenuado por la
introducción en las colecciones de las bibliotecas de las bases de datos de CD-ROM, cuya
mayor o menor consulta no genera un mayor gasto que el producido ya por su adquisición.
Lo mismo ocurre con la suscripción por parte de las bibliotecas a redes de comunicación que
suponen gastos fijos pero no se ven incrementados por el número de consultas realizadas.




La IFLA al referirse a servicios de la biblioteca pública menciona los siguientes: servicios
relacionados con el acceso al documento (consulta y préstamo); servicios de información y
referencia; servicios para niños; actividades culturales; atención a personas discapacitadas;
servicios a personas que por su situación especial no pueden acudir a la biblioteca (personas
hospitalizadas, penitenciarias, etc.); servicios a minorías étnicas y lingüísticas y servicios a
escuelas.




No todos los servicios, en principio posibles, son igualmente necesarios en cualquier
comunidad, ni todas las bibliotecas públicas están en condiciones de darlos, aunque, hoy día,
las posibilidades se multiplican al existir una mayor cooperación interbibliotecaria. En el
campo de las bibliotecas públicas se impone cada vez más la creación de sistemas y redes
para atender todas las necesidades.
Existen unos servicios básicos que deben ser ofrecidos por todas las bibliotecas públicas, y
otros que, por determinadas circunstancias son menos frecuentes y están menos
generalizados.
TEMA 11: SERVICIOS DE LA BIBLIOTECA PARA
  SECTORES ESPECÍFICOS DE LA POBLACIÓN: NIÑOS,
      ANCIANOS, ENFERMOS, ETC. Págs. 394-398.



Servicios para niños y jóvenes:




El servicio para niños tiene una gran importancia dentro de la biblioteca pública, y así lo
considera la UNESCO cuando enumera, entre las funciones de la biblioteca pública, las de
crear y consolidar los hábitos de lectura en los niños desde los primeros años y estimular la
imaginación y creatividad de niños y jóvenes.




Las Pautas sobre servicios en las bibliotecas para niños, lo entienden así también al decir
que el servicio para niños asegura la continuidad de la biblioteca, ya que los que la utilizan
tienden a seguir siendo usuarios cuando crecen. El objetivo básico de estas bibliotecas
queda también expuesto: “la biblioteca para niños deberá ofrecer estímulos culturales y
educativos de tal clase que permita a los niños convertirse en adultos activos y espontáneos.




Para niños y jóvenes los límites de edades suelen estar entre los 5 y los 14 años. En el caso
de la sección infantil de las bibliotecas municipales de Zaragoza se incluyen una sección de
hasta 5 años.

Pero los usuarios de las bibliotecas o secciones infantiles no sólo son niños y jóvenes,
incluyen también adultos, como docentes, padres de familia, tutores de guarderías infantiles,
de clubes juveniles, editores, bibliotecarios, etc.




Dentro del marco de la biblioteca pública, la biblioteca infantil presenta una serie de
peculiaridades en aspectos tales como la colección, el personal, el marco físico, etc., en
orden a una mejor adaptación a las circunstancias especiales de dicho grupo de usuarios.

En cuanto a la ubicación aunque existen otros modelos organizativos, lo más habitual es
incluir los servicios para niños como una de las secciones de la biblioteca general.




Servicios a escuelas:
La IFLA, a través de sus Pautas propone una estrecha colaboración entre la biblioteca
pública y las bibliotecas escolares con la finalidad de dar un servicio más completo a la
comunidad escolar.

Por otra parte, algunos autores han señalado que la escuela y la biblioteca pública
comparten unos objetivos comunes, como son los de poner en relación los niños con los
libros, promoviendo el gusto y dominio por la lectura.

Existe una dilatada experiencia acerca de la colaboración entre la biblioteca pública y la
biblioteca escolar, variando de unos países a otros tanto el modo de establecer dicha
relación como las líneas de actuación.

Refiriéndonos al primer aspecto hay que decir que en muchos países, generalmente los más
desarrollados desde el punto de vista bibliotecario, las relaciones se establecen formalmente,
por medio de disposiciones legislativas.

En España, sin embargo, no sólo no existen disposiciones dirigidas a desarrollar esta
colaboración, sino que en el Real Decreto 582/1989, de 19 de mayo, por el que se aprueba el
Reglamento de Bibliotecas Públicas del Estado y del Sistema Español de Bibliotecas (BOE
de 31 de mayo) las bibliotecas escolares quedan excluidas expresamente del Sistema.




Servicio a personas discapacitadas. Servicios a personas que no pueden
acudir a la biblioteca. Servicio a minorías étnicas y lingüísticas.




La biblioteca pública actual, en su compromiso de estar abierta a todo tipo de usuarios, se
plantea una serie de servicios que van dirigidos a grupos minoritarios.




Van dirigidos a lectores que padecen algún tipo de minusvalía, a aquellos que no pueden
acudir a la biblioteca (ancianos, soldados, enfermos, personas confinadas en instituciones
correccionales, etc.) y a las minorías étnicas y lingüísticas.
Entre las personas discapacitadas, las Pautas hacen especial mención a las personas ciegas
o con dificultades de visión, haciendo constar que la biblioteca pública debe ofrecerles
materiales especiales para posibilitar la lectura, papel muy importante si tenemos en cuenta
que estos materiales son más bien escasos, ya que de la producción impresa, sólo una
décima parte es accesible a los ciegos.

En el caso de los servicios a personas ciegas o con importantes dificultades de visión, la
biblioteca pública en muchos casos, debido a la falta de recursos, lo que hace sobre todo es
prestar colaboración a las organizaciones, que atienden a este tipo de usuarios. Es el caso
de la ONCE en España.

Sin embargo, hay bibliotecas, que disponiendo de más medios, no sólo se plantean esta
colaboración sino que han desarrollado los servicios bibliotecarios para invidentes, como, por
ejemplo, la BPI Centre George Pompidou de París que ha destinado una sala especial para
este tipo de usuarios, en la que pueden leer en voz alta. Además ha creado la infraestructura
necesaria tanto de personal especializado como de aparatos, para permitir el acceso a la
información contenida en todo tipo de documentos, así como a otros servicios propios de la
biblioteca pública (actividades culturales, etc.)




Muchas veces, los lectores no pueden acudir a la biblioteca pública, por la que esta debe
acercarse a ellos. Es el caso de los ancianos que viven en residencias; enfermos ingresados
en hospitales, reclusos, etc. La biblioteca pública tiene la obligación de acercarse a ellos por
distintos métodos: reparto a domicilio, préstamo colectivo, etc.




Los usuarios recluidos en instituciones penitenciarias reúnen unas características muy
especiales siendo quizá los que generalmente han tenido menos contacto con la biblioteca,
por lo que este grupo resulta uno de los más difíciles para la aceptación por parte de la
biblioteca pública.

La existencia de este servicio en el marco de la biblioteca pública está recogida en el espíritu
del Manifiesto de la UNESCO y reúne una serie de características que han sido formuladas
por las Pautas para servicios bibliotecarios para prisioneros:




Los prisioneros tienen el mismo derecho que otros ciudadanos a acceder a la información y
por lo tanto, a facilidades bibliotecarias apropiadas. Tiene derecho a acceder a material de
lectura del mismo modo que tienen derecho a participar en actividades deportivas a asistir a
cursos para mejorar su educación.
Las facilidades bibliotecarias deben estar situadas dentro de las instituciones, dado que es
virtualmente imposible para los prisioneros asistir a bibliotecas fuera de ella.
Las bibliotecas en prisiones están situadas en una posición especial (después de la
televisión) como única fuente de información y, por ende, tienen la responsabilidad de
coleccionar y ofrecer tal información a sus clientes presos. Debemos aclarar, sin embargo,
que el objetivo primordial debe ser el de proveer acceso igualitario para todos los programas
y servicios de los cuales se puede también disfrutar en bibliotecas externas.
Los servicios bibliotecarios, como parte de las actividades sociales y culturales deberán ser
considerados ampliamente en la programación de las actividades carcelarias. Se dará a los
prisioneros tiempo suficiente para usar la biblioteca.
Como factor integral en el desarrollo de los programas socioculturales, una biblioteca
carcelaria será un centro completo de información y de recursos. La biblioteca estimulará el
desarrollo intelectual, social y cultural de los prisioneros.
La biblioteca apoyará todas las actividades educativas que se realizan en la institución.
Habrá consultas entre bibliotecarios y supervisores de tales actividades con el fin de permitir
a los bibliotecarios contribuir a su preparación, organización y implementación. La biblioteca
ampliará al horizonte educativo de los prisioneros y enriquecerá sus antecedentes culturales.
La biblioteca estimulará en su entorno un clima de libertad intelectual, curiosidad,
responsabilidad, consulta creativa y sensibilidad cultural y preparará a los prisioneros para
poder reinsertarse en sociedad con éxito.
La biblioteca proveerá al personal de la prisión apoyo y material para su desarrollo
profesional.
El sistema de bibliotecas carcelarias deberá ser idéntico. O bien parecerse lo más posible, a
aquéllos aplicados en las bibliotecas públicas de cada país.




La biblioteca puede jugar, en el caso de minorías étnicas y lingüísticas, un papel muy
importante en su integración en la sociedad, entendiendo dentro de la integración la
conservación de sus señas de identidad cultural.
TEMA ¿: LA COLECCIÓN: FORMACIÓN, DESARROLLO Y
                MANTENIMIENTO



Bibliografía:

GARCIA CAMARERO, Ernesto / GARCIA MELERO, Luis Ángel. La biblioteca digital. Madrid:
Arco Libros, 2001.




1. - Colección:




La Colección o fondo bibliográfico es el conjunto de documentos propios de la
biblioteca que pone a disposición de los usuarios. Por documento propio se entiende
aquel que es propiedad de la biblioteca o aquellos que la biblioteca tiene derecho a
utilizar (por ejemplo: las revistas – e, la biblioteca compra los derechos de acceso, no la
propiedad).

Se distingue entonces, a raíz de la aparición de los documentos – e, entre propiedad y
acceso.




En una biblioteca no existe una colección única sino varias colecciones.




En la actualidad hay que distinguir también entre la colección tradicional y la colección
digital. La suma de ambas colecciones da lugar al concepto de Biblioteca Híbrida.
La colección debe tener una tamaño mínimo, pero no cuanto más grande mejor.




2. - Selección:




2.1 - Concepto:




Selección es el proceso de tipo técnico, fundamental para la colección, y cuya
responsabilidad fundamental debe recaer en los bibliotecarios. Muchas veces se realiza a
través de un equipo (usuario, profesores).

El bibliotecario es el máximo responsable porque conoce la colección.

El usuario está siempre presente en el proceso (en la Biblioteca Pública a través de las
desideratas).

Hay que seleccionar aquellos documentos que por sus características materiales e
intelectuales resulten adecuados para la biblioteca.

Hay que tener en cuenta a los usuarios reales y también a los usuarios potenciales.




2.2. – Historia:
La selección nace en los años 20. La Bibliotecas universitarias no tienen presupuesto
suficiente para comprarlo todo y surge la necesidad de elegir entre todos los documentos
aquellos que son más necesarios para el usuario.




Puede ser:

Positiva: Selección.
Negativa: Expurgo.




2.3. – Principios:




La necesidad de la selección queda planteada en las 5 leyes de la Biblioteconomía,
formuladas por Ranganathan en 1931:

Los libros están para usarse.
A cada lector su libro.
A cada libro su lector.
Es preciso ahorrar tiempo al lector.
La biblioteca es un organismo en movimiento.




Factores que intervienen en la selección son:

El presupuesto.
El tipo de biblioteca.
Los tipos de usuarios.
El entorno informatizado de la biblioteca (la pertenencia o no a una red de Bibliotecas,
etc.).
La posibilidad de disponer de determinados documentos por medio de otros
procedimientos que no sean la adquisición, el préstamo interbibliotecario, etc.
2.4. - Aspectos:




La selección responde a una serie de preguntas que se platea el bibliotecario:

¿Cuántos documentos? ⇒ ASPECTOS CUANTITATIVOS.
¿Cuáles documentos? ⇒ ASPECTOS CUALITATIVOS.




ASPECTOS CUANTITATIVOS: en cuanto al tamaño, no hay normas exactas. Lo mejor es la
observación diaria del uso de la colección. Es conveniente también acudir a las directrices
para bibliotecas.

Las directrices son recomendaciones dadas a los bibliotecarios para ayudarles en la
gestión de la biblioteca. Responden a experiencias, investigaciones y estudios realizados
en distintas bibliotecas. El contenido se refiere a los aspectos más importantes de la gestión
bibliotecaria: personal, colección, servicios, etc.

Hay directrices para todo tipo de bibliotecas. En principio nacieron como normas, con
principios cuantitativos y como una obligación. Con el desarrollo de la biblioteca se vio que
esas normas eran de difícil aplicación en algunos países. Han ido evolucionando hacia
directrices de tipo cualitativo, que también contienen cifras pero como recomendación, no de
obligado cumplimiento.




ASPECTOS CUALITATIVOS:

Materia: dependerá de la tipología bibliotecaria.
Tipología documental: es muy importante para cubrir las necesidades de los usuarios. A
cada usuario le interesa un tipo de documento, y hay que tenerlo en cuenta.
Lengua: hay que conocer las lenguas que manejan los usuarios y adquirir los
documentos más necesarios en esas lenguas.
Calidad: hay indicios para medir la calidad: autor, editorial, aparato crítico, la configuración
del documento (índice, introducción) perdurabilidad del documento (sobre todo e).
Documento concreto: fuentes para la selección son recursos que nos van a permitir
conocer que documentos concretos existen en el mercado.
Principales fuentes de información para la selección:

Catálogos comerciales: listas de documentos editados por librerías, editores o
distribuidoras. Localiza los documentos. Información comercial para conocer sus
productos.
Bibliografías: listas de documentos sin finalidad comercial, muy variadas.

Nacionales: editadas por las Bibliotecas Nacionales basadas en el Depósito Legal. La
Biblioteca Nacional publica:

Bibliografía nacional corriente: la del año.
Bibliografía nacional retrospectiva: suma de todas las corrientes.
Especializadas: en una materia determinada.

Enumerada.
Comentada.
Comerciales: a partir del ISBN (número normalizado a nivel internacional).
Desde 1957 el Depósito Legal es obligatorio.
El ISBN es obligatorio desde 1972.
En 1987 se creó el NIPO (número de identificación pública oficial).

Catálogos de Bibliotecas: se suelen utilizar para rellenar lagunas de la colección, de
fuentes retrospectivas. Hay de diferentes tipos:

Individual: de 1 biblioteca.
Colectivos: REBIUN ( fondos de Bibliotecas universitarias españolas).




Diferencias entre la Bibliografía Nacional Española y el Catálogo de la Biblioteca
Nacional:




La Bibliografía te dice que el libro existe pero el Catálogo te dice si está realmente en la
biblioteca. La Bibliografía Nacional Española empieza en 1958.
En una Bibliografía Nacional sólo están los libros que entrar por D. L., por lo tanto un libro
francés puede figurar en el Catálogo, pero no en la Bibliografía Nacional.




Estas son las fuentes formales con unas normas establecidas.
Hay otras fuentes informales cuya finalidad es dar noticia sobre los documentos, no dar
noticias bibliográficas.




En los periódicos hay noticias – artículos – críticas de los libros; este tipo de fuentes su
puede utilizar en la Bibliotecas públicas.




Cuando se selecciona por medio de fuentes, nos dan información indirecta porque el libro no
se ve. Es un método indirecto para la selección.




También se pueden utilizar métodos directos, como los libros a examen. Las bibliotecas se
ponen de acuerdo con las librerías para que estas les envíen todos los libros que han
salido al mercado. Así se puede examinar en la mano, de forma directa: índices,
bibliografía, contenido; y decidir su adquisición o no. El bibliotecario puede enterarse así
de las novedades sin consultar fuentes y puede juzgar el libro de forma más objetiva.
Otro método directo es ir por las librerías.

Es conveniente combinar ambos métodos para la selección.




2.5. – Expurgo o selección negativa:




Proceso técnico que consiste en identificar determinados documentos para extraerlos de
la colección (no eliminarlos).




Nació tardíamente, cuando hay tal explosión de información que los documentos no caben
en los estantes. Nació en las Bibliotecas universitarias anglosajonas.
Causas:

Lograr más espacio para documentos nuevos.
Lograr documentos pertinentes, necesarios para el usuario.
Eliminar documentos deteriorados.
Lograr que las colecciones sean más manejables.
Se eliminan duplicados no necesarios.




Para realizar el expurgo hay que hacer estudios de uso de la colección, mediante los
datos que la biblioteca tiene: estadísticas, solicitudes, desideratas... Es un factor indiscutible
para el expurgo. Según la biblioteca tendrá más o menos importancia (la Biblioteca
Nacional tiene la obligación de conservarlo todo por el Depósito Legal; una pública
practicará más el expurgo).




Los documentos expurgados desaparecen de la colección de origen. Algunos se
destruyen, otros van a parar a otras bibliotecas. En las Bibliotecas universitarias se crean
depósitos donde se guardan documentos considerados importantes. Las Bibliotecas
Generales suelen recibir documentos que proceden de esos depósitos.

Otro destino es el canje, intercambio de documentos entre distintas bibliotecas. Las
bibliotecas realizan listas de canje con los documentos expurgados. Está muy
normalizado a nivel internacional. El origen del canje no siempre es el expurgo.




3. – Desarrollo de colecciones:




3.1. – Procedimientos de adquisición:
No todos los documentos seleccionados son adquiridos. Causa: falta de presupuesto.

Gratuitos:

Canje.
Donativos.
Deposito Legal.

Onerosos:

Compra.




Compra:

Depende del presupuesto de la biblioteca.

Requiere un procedimiento administrativo y un conocimiento del mercado del libro.




Adquisición compartida o cooperativa:

Nace en los años 50 en EE.UU. ⇒ Plan Farmington (1947 – 1972).




Varias bibliotecas se reúnen y se reparten aquellos documentos que van a compara unas y
otras. Reparto geográfico o por materias.




Requiere una infraestructura adecuada. Ej. : Catálogo común para conocer lo que
compran las otras bibliotecas. Se impulsa sobre todo con la aparición del catalogo
automatizado.

Requiere un préstamo interbibliotecario y un sistema de foto documentación muy
importante. Ej. : ARIEL (Sistema electrónico que posibilita escanear documentos y enviarlos
por correo electrónico a una biblioteca u otra).
CSIC: consejo más importante de España en investigación. Organismo Público de
Investigación (OPI) = que universidad en investigación y en personal. Tiene una red de
bibliotecas de más o menos 100 bibliotecas por toda España. Investiga sobre todo tipo
de materias. Ej. : Historia, ciencias, biblioteconomía, etc.




La compra requiere una infraestructura jurídica.

Cooperación informal.
Cooperación formal:

Planes: planificación que viene de la administración. Ej. : CADIST ( Centres d’Acquisition
et d’ Diffusion de l’Information Scientifique et Technique): bibliotecas francesas. Plan de
adquisición en Ciencias de la Salud subvencionado por el Gobierno Francés. Plan Scandia:
adquisición cooperativa entre países nórdicos.
Redes de bibliotecas: iniciativa privada. Ej. : OCLC (Ohio College Library Center): red
americana de bibliotecas más importantes del mundo. Adquisición cooperativa pionera
en este aspecto.




Canje:

Siempre hay una correspondencia entre documentos.




Tiene un origen bastante antiguo.




Uno de los elementos más importantes es la lista de canje o lista de documentos que
tiene cada biblioteca.




Se puede realizar a nivel internacional, nacional, regional, etc.

A través del Centro de Canje se realiza el Canje Internacional.
Duplicados: sobre todo para bibliotecas del Tercer Mundo.
DUP: Plan Internacional de Disponibilidad de documentos. Para que cualquier ciudadano
en cualquier parte del mundo pueda disponer de cualquier publicación.




El canje también puede ser una posibilidad de adquisición de documentos difíciles de
encontrar. Ej. : tesis doctorales sin publicar.




D   UP: UNIVERSAL AVAILABILITY OF PUBLICATION (UAP).

DISPONIBILIDAD UNIVERSAL DE PUBLICACIONES (DUP).




      CBU: UNIVERSAL BIBLIOGRAPHIC CONTROL INTERNATIONAL, MARC

      (UBCIM).

CONTROL BIBLIOGRÁFICO UNIVERSAL Y MARC

      INTERNACIONAL.




El CBU sirve para conocer lo que se publica en el mundo. Anterior al DUP. El más
importante de la IFLA. Del que parten todos. Se realiza a través del Depósito Legal,
Bibliografías, Bibliotecas Nacionales, etc.

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  • 1. MANUAL DE BIBLIOTECONOMÍA Luisa Orera Orera TEMA 1: LAS BIBLIOTECAS: CONCEPTO, FUNCIÓN Y TIPOLOGÍA. Págs. 63-76. 1.- Concepto de biblioteca El término biblioteca procede, a través del latín biblioteca, del griego bibliotheke, que significa “caja de libros (biblion, “libro” y teka, “caja o depósito”), Etimológicamente, pues, una biblioteca es un lugar donde se guardan libros. Hasta el siglo XVIII, se utilizó en Europa la palabra librería para designar a la biblioteca, siendo a partir de este siglo cuando se generaliza un nuevo término en los países latinos y germánicos, mientras, que los anglosajones continuaron manteniendo la primitiva denominación (library). De esta manera en nuestro ámbito, librería significa “lugar donde se venden colecciones particulares de libros” mientras que biblioteca es el “lugar público que contiene grandes colecciones de libros”. El Diccionario de la Real Academia Española la define como “local donde se conserva una colección de libros debidamente ordenados y dispuestos para su lectura”. La definición de la UNESCO de biblioteca es: “institución que consiste en una colección organizada de libros, impresos y revistas, o de cualquier clase de materiales gráficos y audiovisuales; y sus correspondientes servicios de personal para proveer y facilitar el uso de tales materiales, según lo requieren las necesidades de información, investigación, educación y esparcimiento de los usuarios”. Esta definición queda anticuada con el paso del tiempo, sin embargo acierta en cuanto a la tipología. La definición de la ALA (American Library Association) de Biblioteca es: “Colección de material de información organizada para que pueda acceder a ella un grupo de usuarios. Tiene personal encargado de los servicios y programas relacionados con las necesidades de información de los lectores”. Esta definición es mucho más amplia, cabe todo. Según la Ley 16/1985 de Patrimonio Histórico Español, por su parte, “Son bibliotecas las instituciones culturales donde se conservan, reúnen, seleccionan, inventarían, catalogan, clasifican y difunden conjuntos o colecciones de libros, manuscritos y otros materiales bibliográficos o reproducidos por cualquier medio para su lectura en sala pública o mediante préstamo temporal, al servicio de la educación, la investigación, la cultura y la información”.
  • 2. De estas definiciones se puede extraer una definición más clara y concisa y que contiene todos los aspectos imprescindibles que las anteriores destacan. La biblioteca es aquella colección de libros y otros materiales capaces de contener información y puesta a disposición del usuario. Los elementos básicos de una Biblioteca son: la colección, la organización y la disponibilidad o difusión. 1.1.- La colección o fondo bibliográfico Cuando hablamos de colección son los fondos bibliográficos o documentales, cuales son: libros fundamentalmente, pero también, publicaciones periódicas, manuscritos, folletos, mapas, música impresa, material sonoro, audiovisual, microfichas, discos ópticos, diapositivas, etc.; en general, materiales que pueden contener información. La colección no tiene que ser algo estático. Una biblioteca es heterogénea por los fondos que alberga. El desarrollo, mantenimiento y conservación es complejo. La colección de una biblioteca está formada por diferentes colecciones. Dentro de una Biblioteca Universitaria, por ejemplo, hay una colección didáctica o docente, con manuales u obras de referencia y otra dedicada a los investigadores. 1.2.- Organización
  • 3. Tiene como finalidad que el conocimiento se haga accesible, es decir, que la organización de una biblioteca es el personal técnico que atiende al lector y es el intermediario entre esté y el fondo, además del conjunto de conocimientos teóricos y prácticos que permiten que los fondos sean accesibles a los usuarios, es decir, que estén organizados. 1.3.- Servicios o acceso a la información La finalidad última de la biblioteca es poner a disposición de los usuarios todos los elementos de esa biblioteca. Los servicios son el medio por el cual ponemos esos elementos a disposición de los usuarios. Son variados y están en función del tipo de biblioteca. Hay unos servicios básicos: Lectura en sala: o consulta de documentos en el edificio. Préstamo: individual, colectivo, interbibliotecario. Información bibliográfica: al usuario se le da información no documentos. Estos servicios van ligados a la formación de usuarios, que permite la máxima utilidad de los servicios. 2.- Funciones:
  • 4. En relación con los elementos básicos (fondo o colección, organización, difusión) pueden señalarse las siguientes funciones: Reunir los fondos bibliográficos. Comprende varias fases: Selección, es decir, un proceso técnico mediante el cual el personal bibliotecario elige el material adecuado para la biblioteca, según las necesidades informativas del usuario. Es necesario hacer estudios de las necesidades de los usuarios, conocer las normas de las bibliotecas, las fuentes para la selección, la producción de libros, la composición de las colecciones y documentos que la integran. Adquisición, que es un proceso administrativo que consiste en la solicitud de los documentos que previamente han sido seleccionados. El procedimiento más generalizado es la compra. También están los donativos, el intercambio bibliográfico, el canje y el Depósito Legal. Conservar y ordenar los fondos de forma adecuada. Comprende varias fases: Registro. El registro de los materiales bibliográficos que llegan a la biblioteca por la selección y adquisición previas. En él se marca el material con el sello de la biblioteca, dejando así constancia de la propiedad de la institución sobre los documentos y de que, a partir de este momento, el libro pasa a ser parte de la colección de la biblioteca. Catalogación y clasificación. Cuando los documentos han sido adquiridos y ya forman parte de la colección han de ser organizados, es decir, catalogados y clasificados. Catalogación: es la descripción sistemática del documento, de manera que se le pueda identificar de la mejor manera posible. Hay que tener en cuenta los datos importantes de esos documentos: autor, título, lugar, editorial, fecha, páginas. Para describir esos documentos hay unas reglas internacionales, los ISBD (International Standard Bibliographical Description), que normalizan todo el proceso de descripción. Estas reglas se basan en 3 elementos, en el orden de esos elementos y la puntuación de esos. Clasificación: Es la operación técnica por la cual se le asigna a cada documento un código alfabético y/o numérico en el que se indica su contenido principal. Clasificar es asignar sistemáticamente cada obra a ciertas secciones del saber. Existen grandes sistemas de clasificación, como la Clasificación Decimal Dewey, la de la Library of Congress, la BC de Bliss, la Colon Classification y la CDU ( Clasificación Decimal universal) de uso en nuestro país. Elaboración de catálogos. Como resultado de estas dos operaciones surge el catálogo, instrumento que muestra al usuario el fondo existente en la biblioteca y permite la recuperación de la información. Los catálogos tradicionales más conocidos son el alfabético de autores y obras anónimas, el de títulos, el de materias, el diccionario y el sistemático. El futuro es el catálogo automatizado en sus distintas formas: microficha COM (Computer Output Microform), CD-ROM, OPAC (On Line Public Access Catalog).
  • 5. Preservación y conservación. En la biblioteca es muy importante conservar la colección. La preservación consiste en establecer medidas previas para evitar que la colección se deteriore. La conservación incide en los documentos cuando se han estropeado, para devolverles su estado original. Hay que estudiar los edificios y materiales, los sistemas antiincendio y antihurto, etc. Difundir el contenido de los fondos. Actualmente todas las tareas bibliotecarias van encaminadas al usuario, pero donde más en cuenta se le tiene es a la hora de planificar los servicios de los que va a disponer la biblioteca, las tareas más comunes son: Informar al usuario adecuadamente de las características de la colección, de las secciones de la biblioteca, de los horarios, de dónde y cómo proceder para satisfacer esa necesidad de información que le ha hecho acudir al centro, con qué otras bibliotecas cuenta, etc. Formar. También hay que ayudar a los usuarios a utilizar los recursos informativos de la biblioteca e incluso formarles en el empleo eficaz de los mismos. Otros servicios, según el tipo de biblioteca que sea. 3.- Tipología: Según Manuel Carrión, no podemos hablar de verdadera tipología de bibliotecas si no se ha realizado atendiendo a cinco criterios al mismo tiempo: Fondos. Personal que la organiza. Técnicas utilizadas. Servicios. Usuarios. Clasificación de la UNESCO: Bibliotecas Nacionales.
  • 6. Bibliotecas de Instituciones de Enseñanza Superior: Bibliotecas Universitarias Centrales. Bibliotecas de Institutos y Departamentos Universitarios. Bibliotecas de Centros de Enseñanza Superior, que no forman parte de la Universidad. Bibliotecas Escolares. Bibliotecas Públicas o Populares. Bibliotecas Especializadas. Clasificación de la IFLA: Bibliotecas Generales de Investigación: Bibliotecas Nacionales. Bibliotecas Parlamentarias. Bibliotecas Universitarias. Otras bibliotecas de Investigación General. Bibliotecas especializadas: Administración.
  • 7. Arte. Biología. Medicina. Geología. Ciencia y Tecnología. Ciencias Sociales. Bibliotecas al servicio del público en general: Infantiles. Para ciegos. Para personas discapacitadas. Para minorías culturales. Públicas. Escolares. Según las “Directrices para un Plan Nacional de actuación 1983/1986 en materia de documentación e información científica y técnica”, la clasificación de bibliotecas sería: Bibliotecas Científicas, de estudio e Investigación: Bibliotecas Especiales. Bibliotecas Universitarias. Bibliotecas Nacionales. Bibliotecas Públicas. Bibliotecas Escolares. Bibliotecas Generales dirigidas a grupos especiales de usuarios. Bibliotecas para ciegos. Bibliotecas de hospitales. Bibliotecas de prisiones, etc.
  • 8. A la vista de estas clasificaciones podemos llegar a tres conclusiones: En realidad no se dan tipos puros de bibliotecas, ya que aquella que cumple todas las características de un tipo puede prestar servicios propios de otra, puede atender a distintos usuarios, etc. Así que estas clasificaciones se hacen a modo orientativo pero de ninguna manera pueden ser consideradas clasificaciones rígidas. En todas las clasificaciones se repiten unos tipos concretos de bibliotecas que son los más usuales en todas las clasificaciones: Bibliotecas nacionales. Bibliotecas universitarias. Bibliotecas públicas. Bibliotecas especializadas. Bibliotecas escolares. En estas clasificaciones existen tipos como las infantiles, para ciegos, hospitales, minorías culturales, etc. que realmente no son bibliotecas diferenciadas del resto sino que se trata de servicios que la biblioteca pública debe prestar. Están dirigidas a un tipo de usuario especial pero los fondos no son especializados sino generales. Por lo tanto, formarían parte de la biblioteca pública. 4.– El futuro de la biblioteca. Frente a las bibliotecas tradicionales han aparecido Internet – Web – Hipertexto y las bibliotecas digitales. Las aplicaciones informáticas han surgido en las bibliotecas, estas han ido evolucionando y su gestión ha cambiado. Tres revoluciones en la biblioteca: La aparición o nacimiento de la imprenta. La aparición de las bibliotecas públicas.
  • 9. La aparición de la informática. En la actualidad se habla de Biblioteca Híbrida, por la adopción de medios tecnológicos. A la colección en papel se añade una colección óptica y una biblioteca digital (colección en soporte digital pero organizada con técnicas bibliotecarias). El futuro es la Biblioteca Híbrida = Colección tradicional + Biblioteca Digital. TEMA 2: LA BIBLIOTECA PÚBLICA. CONCEPTO Y FUNCIONES. Págs. 387-389. 1.- Evolución Histórica: Tradicionalmente, las bibliotecas eran reductos reservados a los sabios y eruditos de la sociedad, quienes tenían como misión su conservación. Hasta el siglo XVII no comienza una tímida apertura de las bibliotecas a capas sociales más amplias, aunque aún enormemente restringidas. Es en el siglo XVIII cuando esta apertura comienza a generalizarse, influida por el espíritu de la Ilustración. En España, en el siglo XIX aparece el Reglamento de la Biblioteca Nacional de Cortes, de Bartolomé José Gallardo, que establecía un plan nacional de bibliotecas, aunque su finalidad estribaba en reunir las bibliotecas que la guerra había dispersado; la Ley de Moyano intenta salvar de la destrucción los fondos que la desamortización había puesto en la calle. Sin embargo, las necesidades de la población, con grandes masas de analfabetos, no se encontraban en la línea de las medidas legisladoras. Más próximas a estas necesidades estuvieron las bibliotecas abiertas en los centros de enseñanza primaria por la Ley de Ruiz Zorrilla: se abría una corriente bibliotecaria que se mantendría en las misiones Pedagógicas de la II República y en la Comisaría de Extensión Cultural del MEN en los años cincuenta y sesenta, dirigidas esencialmente a la alfabetización de la población, es decir, a la creación de la demanda. Lo más aproximado a un movimiento de bibliotecas públicas que haya existido en España en el primer cuarto del siglo XX, es la creación en 1912 de las bibliotecas populares de Madrid, experimento que se iría extendiendo a las cabezas de distrito universitario. Pero la llegada efectiva de este tipo de bibliotecas no tendría lugar hasta 1915 con el movimiento bibliotecario catalán encabezado por Rubió y d’Ors. Un acercamiento definitivo al concepto de biblioteca pública fue la creación de la Junta de Intercambio y Adquisición de publicaciones en 1931, tendencia seguida por el decreto de Ordenación de Archivos y
  • 10. Bibliotecas en 1947 y el Servicio Nacional de Lectura en 1952, cuya orientación se mantuvo hasta 1977. Pero no se creó una demanda social de bibliotecas debido, en parte, a las escasas aficiones de la población y, en parte, al débil presupuesto en fondos y material destinado a cubrirla. Mientras tanto, la UNESCO sitúa las bibliotecas públicas en el centro de su interés, mediante el Manifiesto de la UNESCO sobre la biblioteca pública (1949) y las Conferencias de Sao Paulo (1951), y Seminarios de Ibadan (1954) y Nueva Delhi (1956), sobre el movimiento bibliotecario en América, África y Asia respectivamente. En 1961 se encarga la divulgación doctrinal al libro de André Maurois La biblioteca pública y su misión, lo que culminaría con la celebración del Año Internacional del Libro en 1972 y la reunión en Budapest, Reading in a changing world, del mismo año. Además cabe destacar la colaboración UNESCO-IFLA-ISO que dio como resultado dos documentos de suma importancia: Estadísticas internacionales sobre bibliotecas (1968) y Normas para bibliotecas públicas (1975). 2.- Concepto: La UNESCO ha jugado un papel muy importante en la promoción y desarrollo de las bibliotecas públicas en el mundo. Agencia especializada de la ONU, creada en 1946 como medio para contribuir a la paz y el bienestar social a través de la colaboración entre las naciones en el ámbito de la educación, la ciencia y la cultura. Concibe las bibliotecas públicas como un instrumento para la expansión de la cultura, la democracia y el fomento de la paz. Su doctrina sobre bibliotecas públicas está contenida en el Manifiesto de la UNESCO, publicado por primera vez en 1949 y revisado por la IFLA, a petición de la UNESCO, en 1972. Posteriormente, en 1994, la IFLA elaboró un nuevo texto aprobado por la UNESCO. En él ofrece una definición de biblioteca pública: “fuerza viva para la educación, la cultura y la información. Es un agente esencial para el fomento de la paz y del bienestar espiritual a través del pensamiento de los hombres y las mujeres”. La biblioteca es un centro local de información que facilita a los usuarios todas las clases de conocimientos e información. Tiene que haber una igualdad de acceso para todas las personas, sin tener en cuenta su edad, raza, sexo, religión, nacionalidad, idioma o condición social. Deben ofrecerse servicios y materiales especiales para aquellos usuarios que no pueden hacer uso de los servicios y materiales ordinarios. Ejemplos: minorías lingüísticas, personas con discapacidades o personas en hospitales o en prisión. Colecciones y servicios han de incluir todo tipo de soportes desde modernas tecnologías hasta materiales tradicionales.
  • 11. Son fundamentales su alta calidad y su adecuación a las necesidades y a las condiciones locales. La definición que nos ofrece la IFLA es más técnica pero mantiene el mismo espíritu que la anterior: “Biblioteca fundada y sostenida por un órgano de la Administración, o por algún organismo autorizado para actuar en su nombre, y accesible sin prejuicios ni discriminación alguna a cuantos deseen utilizarla”. La biblioteca pública está gratuitamente al servicio de una comunidad, especialmente regional o local, para atender al público en general o a ciertas categorías del mismo. Sus características principales son: Creada en virtud de textos legales. Financiadas con fondos públicos. Abierta a todos los miembros de una comunidad para que la utilicen libremente y en igualdad de condiciones. Debe transmitir la información de cualquier forma como esté expresada. Ha de poseer fondos sobre todo tipo de asunto (generales) y en las lenguas de la comunidad a la que pertenece. Debe estar situada en un lugar céntrico y accesible y abierta a horas convenientes para los usuarios. Debe tener los locales necesarios para actividades de extensión cultural. Deberá tener sucursales en las zonas rurales y suburbanas. Debe contar con una plantilla suficiente de personal capacitado. Ha de estar al servicio activo de la comunidad. En el caso español, el Real Decreto 582/89 que constituye el Reglamento de Bibliotecas Públicas del Estado y del Sistema Español de Bibliotecas, en su Artículo 1º, define como Biblioteca pública del Estado “todas aquellas bibliotecas adscritas al Ministerio de Cultura a través de la Dirección General del Libro y destinadas esencialmente a la difusión y fomento de la lectura en salas públicas o mediante préstamos temporales, y
  • 12. también a la conservación de las colecciones bibliográficas de singular relevancia que forman parte del Patrimonio Histórico Español”. 3.- Funciones: El Manifiesto de la UNESCO sobre la biblioteca pública (1949) señala unos objetivos o metas que son: Crear y consolidar los hábitos de la lectura en niños desde los primeros años. Prestar apoyo a la educación, tanto individual como autodidacta, así como a la educación formal en todos los niveles. Brindar posibilidades para el desarrollo personal creativo. Estimular la imaginación y la creatividad de los niños y los jóvenes. Fomentar el conocimiento del patrimonio cultural, la valoración de las artes, de los logros e innovaciones científicas. Facilitar el acceso a las experiencias culturales de todas las manifestaciones artísticas. Fomentar el diálogo intercultural y favorecer la diversidad cultural. Prestar apoyo a la tradición oral. Garantizar a los ciudadanos el acceso a todo tipo de información de la comunidad. Prestar los servicios adecuados de información a empresas, asociaciones y agrupaciones de ámbito de ámbito local. Facilitar el progreso en el uso de la información y su manejo a través de los medios informáticos. Prestar el apoyo y participar en programas y actividades de alfabetización para todos los grupos de edad y, de ser necesario, iniciarlos. En el caso español, como funciones primordiales de la biblioteca pública, el Reglamento de bibliotecas Públicas del Estado y del Sistema Español marca:
  • 13. Reunir, organizar y ofrecer al público una colección equilibrada de materiales bibliográficos y audiovisuales que permitan a todos los ciudadanos mantener al día una información general y mejorar su formación cultural. Promover y estimular el uso de sus fondos mediante los servicios necesarios y actividades culturales complementarias. Conservar y enriquecer el patrimonio bibliográfico cuya custodia les está encomendada. Los manuscritos, incunables y obras de las que no conste la existencia de al menos tres ejemplares el Bibliotecas o servicios públicos y las que han sido declaradas Bienes de Interés Cultural o aquellas incluidas en el Inventario General de Bienes Muebles del Patrimonio Histórico Español, son objeto de especial protección, por lo que deberán ser incluidas en un inventario especial de la biblioteca. Ser depositarias de al menos un ejemplar de las obras procedentes del Depósito Legal de la respectiva provincia, si están en la capital de la provincia. Cooperar con las demás bibliotecas públicas del Estado y con las de su respectiva Comunidad Autónoma, mediante el intercambio de información, la coordinación de adquisiciones y el préstamo interbibliotecario. TEMA 5: LOS CATÁLOGOS EN LAS BIBLIOTECAS. CONCEPTO Y CLASES. NORMALIZACIÓN BIBLIOGRÁFICA. LOS CATÁLOGOS COLECTIVOS 1.- Concepto y funciones. El catálogo puede definirse como un “fichero de registros bibliográficos, creado conforme a principios específicos y uniformes de realización y siguiendo las
  • 14. directrices de una lista oficial de encabezamientos que describe el material de la colección, biblioteca o grupo de estas”. Como elementos del catálogo se han señalado: El asiento bibliográfico, que permite describir el documento. Los puntos de acceso, que mediante su ordenación material o mediante una orden dada, permiten acceder a la descripción del documento. La signatura, que permite su localización. La elaboración del catálogo implica: Descripción formal. Redacción de puntos de acceso. Reproducción de asientos. Ordenación de los asientos. Mantenimiento del catálogo; una vez elaborado, es necesario mantenerlo por medio de fichas abiertas, cruce de referencias y revisiones periódicas. Las funciones del catálogo son: Facilitar la localización física de un determinado documento; en la ficha catalográfica deberá aparecer la signatura topográfica. Reunir las manifestaciones específicas, ediciones o formatos diversos de una obra concreta. Reunir todas las obras que sean producto de un solo agente responsable de su creación, es decir, que tengan un origen común. Reunir todas las obras que traten un tema común, es decir, que tengan una intención común. Hacer transparente la lógica organizativa que satisfaga las funciones. En definitiva, el fin último del catálogo es organizar, de una manera eficaz, el acceso a la información almacenada en la biblioteca. El catálogo ha sido, desde antiguo, uno de los elementos más característicos de la biblioteca, aunque su configuración y funciones hayan ido variando, pasando de ser un simple inventario que reflejaba los libros que la biblioteca poseía, a ser, sobre todo, un instrumento de recuperación de la información. Últimamente, ampliando cada vez más este papel, e impulsado a su vez por los cambios experimentados dentro del mundo de la información y a
  • 15. los avances tecnológicos, a los que no ha sido ajena la biblioteca, ha variado sensiblemente sus características. 2.- Clases. Como ha señalado Carrión: “Las variedades de catálogos son prácticamente innumerables como pueden serlo las características y puntos de vista de los fondos que se hallan en una biblioteca”. La variada tipología ha posibilitado distintas clasificaciones de catálogos de biblioteca. Ramos Fajardo los ha dividido en dos grupos: Catálogos convencionales: Alfabético de autores y obras anónimas. Alfabético de títulos. Alfabético de materias. Diccionario. Sistemático de materias. Topográfico. Catálogos según las necesidades de los centros: De publicaciones periódicas. De series. De fondos especiales. Geográfico. Cronológico.
  • 16. Carrión los ha agrupado de la siguiente forma: Por su extensión: Colectivos: contienen asientos de fondos pertenecientes a distintas bibliotecas. Generales: pueden ser entendidos como: Integrados: contienen asientos de toda clase de materiales existentes en la biblioteca. Universales: contienen todos los fondos impresos de la misma. Especiales: pueden serlo por: Contener asientos de una sola clase de materiales: libros, discos, revistas, microfilmes, etc. Contener asientos de fondos que ya están contenidos en otro catálogo general. Por su uso: Internos: para uso exclusivo del personal bibliotecario; constituyen instrumentos de trabajo necesarios para le realización de trabajos técnicos o para la administración de la biblioteca. Externos o públicos: dirigidos a ser utilizados por todos los usuarios. Por su sistema de ordenación: Alfabéticos: de autores, de materias,... Numéricos: por ISBN,... Sistemáticos: siguen una clasificación por materias. Topográficos: según la localización del documento. ¿?: por Depósito Legal. Mixtos: combinan más de un sistema. Por su forma: En lista. Es la forma de catálogo más antigua y se utilizó generalmente hasta finales del siglo XIX, coexistiendo con otras formas. Son muy útiles en fondos antiguos por su escaso o nulo crecimiento. Entre sus variantes se encuentran: Libros impresos: libros con hojas intercambiables. Listas en microforma producida por el ordenador con el sistema COM ( Computer Output on Microform). En fichas. Aparecieron a mediados del siglo XVIII pero se generalizan como catálogo prioritario en todas las bibliotecas a partir del siglo XIX; hasta la década de los 60 no tiene competencia. El formato estándar para estas fichas de cartulina es de 7,5 cm x 12,5 cm. Ventajas: la sencilla actualización y la fácil corrección. Inconvenientes: a medida qué va creciendo su mantenimiento es más laborioso y su utilización se hace cada vez más difícil; el deterioro por su uso; resulta poco transportable.
  • 17. En acceso directo en línea: mediante catálogo informatizado. En disco óptico. En CD-ROM. Por su función: De autores. De materias. Actualmente, la distinción más sustancial que puede hacerse dentro de los catálogos quizá sea la que los divide en: Catálogos manuales: Hasta bien entrado el siglo XX, los catálogos de las bibliotecas eran de tipo manual. Hoy en día, aunque la mayoría de los catálogos de las bibliotecas de los países más avanzados son catálogos automatizados, aún tiene sentido hablar de catálogos manuales, ya que en algunas bibliotecas todavía persisten. España presenta grandes diferencias si nos atenemos, sobre todo, a los distintos tipos de bibliotecas. Mientras que las universitarias están parcial o totalmente informatizadas no sucede lo mismo en buena parte de las especializadas y de las públicas, sobre todo las municipales. Por otra parte, la pervivencia de los catálogos manuales se da también en aquellas bibliotecas, que, aun estando automatizadas, no se han llevado a cabo la conversión retrospectiva de los catálogos manuales. Uno de los problemas con que tropieza una biblioteca al llevar a cabo la implantación de un sistema de gestión automatizado, es qué hacer con el antiguo catálogo. Una vez implantado el sistema se debería abordar la tarea de conversión de los registros del antiguo sistema al nuevo formato.
  • 18. Pero muchas bibliotecas se encuentran, por causas económicas, con la imposibilidad de acometer dicha tarea, por lo que siguen coexistiendo durante un tiempo los antiguos catálogos manuales, cerrados, y los automatizados. El catálogo en fichas: El catálogo en fichas comenzó a utilizarse en Francia a mediados del siglo XVIII y pasó a ser la forma predominante en el siglo XIX. Un ritmo más rápido en el crecimiento de las colecciones hizo que se impusiera este tipo de catálogos, que presentaban, frente a los catálogos en forma de lista, la gran ventaja de la flexibilidad, es decir, una fácil puesta al día mediante la incorporación o extracción de fichas. Por esta razón ha perdurado hasta la automatización de las mismas, aunque a medida que las colecciones han ido creciendo, han empezado a surgir numerosos inconvenientes: Al crearse grandes series, el mantenimiento de los catálogos se queda retrasado, ya que la intercalación de fichas resulta muy costosa. Ello se va acentuando por la complejidad cada vez mayor de las reglas de catalogación. Por otra parte, como la estructura del catálogo en fichas se basa en varias entradas por documento, cualquier modificación debe hacerse en todo el “juego” de fichas referidas a dicho documento. El deterioro por el uso. Si se trata de grandes colecciones, el espacio físico ocupado por el catálogo es enorme. Para cumplir sus funciones, el catálogo presenta una organización compleja que se basa fundamentalmente en tres tipos de fichas: Ficha principal, fichas secundarias, Fichas de referencia. Principales tipos de catálogos manuales. CATÁLOGOS DE USO PÚBLICO Catálogos Alfabéticos
  • 19. Catálogos Sistemáticos De autor De Título De Materia De Materia Catálogo Diccionario
  • 20. CATÁLOGOS DE USO INTERNO Topográfico De Autoridades Catálogo Alfabético de Autores y Obras Anónimas. Es un catálogo técnico y difícil. Debe permitir responder a cuestiones como: Si existe en la biblioteca una obra de un determinado autor. Si existe en la biblioteca una obra determinada. Qué hay de un determinado autor. Qué ediciones hay de una obra. Si existe una edición concreta de una obra. Es preciso identificar al autor y el título de la obra; es lo que conocemos como elección de los puntos de acceso y forma que adoptan. El catálogo de autores está formado por: Asientos principales. Los principios en los que se basa la elección de los puntos de acceso son diversos: Importancia del influjo en la creación del contenido. Prioridad cronológica. Prioridad tipográfica. Ocultación de la autoría (si hay más de tres autores).
  • 21. Respecto a la forma del punto de acceso, se prefiere la forma por la que el autor es comúnmente conocido. Suele respetarse también la lengua en la que el autor escribe. El elemento inicial es aquel por el que el autor es más conocido, lo que resulta coherente con el “principio de uso”. Hay una serie de casos especiales: legislación, tratados internacionales, procesos de beatificación, convenios laborales,... Recursos de seguridad. Asientos de referencia, secundarios y los de título uniformes. Los tres son recursos técnicos que garantizan el acceso a la información, para que le usuario no “se pierda” en el catálogo. Los asientos secundarios son siempre libres en su redacción; únicamente exigen que los puntos de acceso secundarios sean siempre encabezamientos, aún cuando sea título, y el punto de acceso debe estar presente en la descripción en cualquiera de sus áreas. Los asientos de referencia sirven de orientación entre diversas formas de encabezamientos debido a que hayan sufrido variaciones los propios nombres de los puntos de acceso o las normas que determinan selección o bien por la propia naturaleza del encabezamiento. La ordenación de asientos es alfabética, atendiéndose a consideraciones formales, de forma que pueda hacerse una ordenación: signos, palabras, bloques y campos. Los asientos de referencia se ordenan al comienzo de la serie de asientos cuyo primer campo es idéntico. Catálogo Alfabético de Materias. En este catálogo la información pasa a primer término frente a la descripción. Este catálogo responde a la pregunta de ¿qué hay sobre un tema? La catalogación por materias requiere un análisis del contenido de los documentos, la traducción de ese contenido en un signo y, la organización de estos signos entre sí de forma de constituyan un lenguaje de almacenamiento y recuperación de la información.
  • 22. De entre los lenguajes documentales, las listas de encabezamientos de materia son los que hicieron su aparición en primer lugar. Aunque las posibilidades de análisis del contenido que permiten son limitadas, se mantienen de bibliotecas generales públicas. Los encabezamientos de materia son signos que representan la materia de un documento, tomados del lenguaje natural: palabras o grupos de estas. Es un instrumento técnico que no es válido para documentos que no tengan un asunto determinado (colecciones, publicaciones periódicas,...) o cuyo tema no sea determinante (toda la literatura). Los principios básicos de la catalogación por materias son: Especificidad: el término debe describir una única materia. Esto impide que haya subordinación entre términos. Principio de uso: el vocabulario se ajustará al uso común y se tendrá en cuenta las necesidades del usuario a la hora de optar entre lenguaje técnico y vulgar. Se usará el nombre de las disciplinas científicas, en lugar de esas materias al catalogar manuales de carácter general y se tolerarán formas de encabezamiento que incluyan subdivisiones y cronológicas bajo el subencabezamiento Historia. Principio lingüístico: los términos pertenecerán al idioma habitual y respetarán las conexiones del orden natural del idioma del que estén tomadas. Los términos extranjeros se utilizarán si su uso es indispensable. Principio de economía: se trata de hacer una síntesis, no hay que multiplicar; no se recomienda usar par un asiento más de tres encabezamientos y tampoco usar uno demasiado genérico. Hay que combinar exhaustividad y precisión, para no producir silencios ni ruidos. Se dan cuatro clases de subencabezamientos, que aparecerán ordenados en este orden si coinciden varios de ellos: De materia. Topográfico. Cronológico. Formales.
  • 23. Catálogo Alfabético de Títulos: Está formado por fichas secundarias con encabezamiento secundario de título, ordenadas alfabéticamente por título. Su mayor ventaja es poder buscar obras de las cuales no conocemos el autor pero sí el título. Es un fichero muy útil para obras literarias porque generalmente uno recuerda más el título que el autor. Además resulta útil para bibliotecas infantiles. No es recomendable para bibliotecas científicas o especializadas porque los títulos se suelen repetir en las distintas obras. Catálogo Sistemático: Responde a la pregunta “¿qué hay sobre una materia, sobre un determinado campo del conocimiento?. Los asientos bibliográficos que integran este catálogo van encabezados por notaciones de la clasificación asignadas al documento y la ordenación viene impuesta por la propia estructura de la clasificación. Este catálogo lleva asociado un código, como la CDU, por lo que el usuario no especializado encontrará dificultad para realizar las búsquedas. Catálogo Topográfico: Ordena las fichas reproduciendo el orden de colocación en las estanterías. Es un catálogo de uso interno y de apoyo al trabajo técnico. El orden que se sigue es el de la signatura. Sirve tanto para asignar signaturas, cuando hay vacantes, como para controlar la colección, ya que es un elemento indispensable para realizar los recuentos periódicos.
  • 24. Catálogo Diccionario: Reúne en una única secuencia alfabética el catálogo alfabético de autores, títulos y materias. Plantea graves problemas de ordenación por lo que pierde su teórico carácter de accesibilidad y facilidad de uso. Sólo es un catálogo efectivo en pequeñas bibliotecas, donde la escasez de documentos posibilita la unificación de éstos en un único catálogo. Catálogo Analítico: El catálogo analítico es el conjunto de asientos bibliográficos que describe parte o partes, con sentido independiente, de una obra más amplia. Se incluyen las fichas catalográficas de los distintos artículos contenidos en las revistas. Se ordena por materias o de forma alfabética o sistemática. Este catálogo es sólo aconsejable en bibliotecas especializadas. Catálogos automatizados: Desde la década de los años 70 del siglo XX y hasta nuestros días las bibliotecas de todo el mundo han sufrido la revolución informática y de las comunicaciones. En nuestro país las bibliotecas universitarias más importantes ya están automatizadas, en general, todas las grandes bibliotecas ya lo están o, al menos, están llevando a cabo el proceso de automatización. Por otro lado, importantes bibliotecas, entre ellas la Biblioteca Nacional, han hecho consultables sus catálogos a través de Internet.
  • 25. No hay que dejar de señalar que la implantación de los sistemas de automatización en nuestro país ha contado con numerosos problemas, entre ellos el reto que suponía para el usuario y bibliotecarios cambiar el concepto que hasta entonces tenían de los servicios bibliotecarios y, por otro lado, y no menos importante, los escasos recursos destinados a la promoción de la cultura y las bibliotecas. Además hay que recordar la pobre cultura informática que hasta hace unos años reinaba en todos los campos y que ha ido venciéndose al comprobar las ventajas que ofrece la informática al mundo de la información. En 1996 la mayoría de las grandes y medianas bibliotecas ya se habían incorporado al proceso de automatización. Las nuevas tecnologías aplicadas a la documentación no sólo han afectado a la concepción y mantenimiento de los catálogos de bibliotecas, sino que puede asegurarse que éste ha sido uno de los sectores más afectados por ellas. Los principales cambios sufridos afectan a los siguientes aspectos: Soportes: Tradicionalmente realizados en fichas de cartulina de 12,5 x 7,5 cm, con las nuevas tecnologías han aparecido nuevos soportes: Microfichas. Soporte fotosensible sobre el que reproducen los asientos catalográficos. Es muy útil por el poco espacio que ocupa pero necesita de elementos auxiliares para su lectura. Responde al tipo de catálogo en lista; ventajas: fácil maniobrabilidad y posibilidad de transporte; inconvenientes: lento, difícil y costoso de actualizar. Catálogo on-line o catálogo informatizado. No es un catálogo es sí mismo, sino una serie de datos y órdenes que se actualizan y combinan según las necesidades del momento. El catálogo en línea permite l a actualización inmediata de los ficheros, su acceso es fácil y su transporte también. Sobre todo facilita dos aspectos de la catalogación, que son: La elaboración misma del catálogo, porque hace innecesaria la duplicación de las fichas o la existencia de múltiples catálogos: una sola descripción completa de un documento es suficiente para recuperarlo desde cualquier punto de acceso del mismo. los planes interbibliotecarios de catalogación compartida, cooperación en selección y adquisiciones, elaboración de catálogos colectivos, etc. Catálogo en CD-ROM. Presenta grandes ventajas derivadas de su enorme capacidad de almacenamiento y fácil lectura. Pero al no ser interactivo quedará reservado a grandes bibliotecas. Utilización. Las nuevas tecnologías han abierto campos nuevos en el uso de los catálogos y han facilitado su utilización. Características que deben tener las nuevas tecnologías: Flexibilidad. Facilidad de actualización de esos catálogos. Un catálogo ha de permitir introducir o eliminar registros sin romper la secuencia total. Resulta escasa para las microfichas y el CD-ROM pero es total para el catálogo en línea.
  • 26. Facilidad de consulta y uso, tanto por parte del usuario como por parte del personal bibliotecario. Es necesario un determinado espacio de tiempo no sólo para poder mecanizar y automatizar los ficheros existentes, sino para llegar a familiarizar al usuario con las nuevas tecnologías. Los OPACs (Online Public Access Catalog) han sido bien recibidos, no así las microfichas. Facilidad de reproducción, u obtención de múltiples copias. Los más valiosos son los impresos o en microficha. En los Catálogos en línea se potencia esta característica al ser fácilmente accesibles desde cualquier punto. Volumen. Aquellos en soporte microfotográfico o informático no presentan problemas de espacio. No pasa lo mismo con los catálogos en fichas que necesitan muchos espacio. Multiacceso. Consulta por varios usuarios a la vez. El mejor sistema actual es la consulta a través del ordenador, donde las búsquedas se realizan de forma rápida y eficaz, lo que evita estar esperando para poder utilizar el catálogo. Gasto de tiempo en su mantenimiento. Durabilidad de los catálogos. El de fichas sufre un gran deterioro. Facilidad en la adaptación de los catálogos para la cooperación bibliotecaria. La tendencia a cooperar y formar redes de bibliotecas es cada vez mayor y es necesario facilitar en la medida de lo posible el acceso a los distintos catálogos de las bibliotecas. Bajo coste de producción y mantenimiento. Los OPACs. ¿Qué es un OPAC? El On-line Pulbic Access Catalog (OPAC) se denomina en español Catálogo Público de Acceso en Línea. Es el medio por el cual el usuario se pone en contacto con la colección. El OPAC permite al usuario acceder en línea, es decir, de forma directa con el sistema a través de las líneas de una red de área local (LAN) o de larga distancia, a toda la información que el sistema posee por medio de un lenguaje de interrogación que sirve para recuperarla. El usuario valorará el proceso de automatización según la forma en que el OPAC le permita acceder y recuperar mejor la información. Es uno de los puntos más emblemáticos a la hora de implantar un sistema de automatización de bibliotecas. Para conseguir el objetivo principal del OPAC, que es la recuperación de la información bibliográfica, se necesita una planificación y un mantenimiento constante.
  • 27. El OPAC es una parte esencial de los sistemas de automatización de bibliotecas. Los Sistemas Automatizados de Bibliotecas (SAB) consisten en sistemas informáticos capaces de dar cuenta de manera integrada de las funciones bibliotecarias clásicas. Los SAB las gestionan con gran eficacia, e incluso abren posibilidades impensables en los catálogos manuales. Dichas funciones suelen ser la gestión de adquisiciones, el control de series, la catalogación, la circulación y el propio OPAC. El OPAC es un paso adelante sobre el catálogo en fichas. Desde el punto de vista estrictamente bibliotecario, el OPAC realiza la función que en los sistemas tradicionales correspondía a los catálogos de acceso público: permitir a los usuarios localizar un determinado ejemplar de una obra concreta o los documentos que una biblioteca posee sobre un autor o tema determinados.
  • 28. TEMA 8: Además de organizar los documentos de forma intelectual hay que organizarlos físicamente. Esta ubicación física se basa en la Signatura que es un código que nos dice dónde está el documento. Hay 2 modelos de ubicación física en una biblioteca: Agrupación en depósitos cerrados ⇒ Signaturas mecánicas. Agrupación en libre acceso ⇒ Signaturas lógicas. Signatura mecánica ⇒ No agrupa los libros por materias. Números correlativos para que lo encuentre el bibliotecario. Signatura lógica ⇒ Código que representa la materia de la que trata el libro. TEMA 9: LOS SERVICIOS DE LAS BIBLIOTECAS PÚBLICAS. PRÉSTAMO, PRÉSTAMO INTERBIBLIOTECARIO. Págs. 393-394. Antes de pasar a los servicios propiamente dichos hay que tener en cuenta una serie de consideraciones: En la biblioteca pública se da una mayor diversificación de servicios que en otras bibliotecas en función de la diversificación de usuarios. Hay que recordar que la biblioteca pública posee la mayor variedad posible de usuarios, ya que los incluye a todos. Con el desarrollo bibliotecario general, ayudado a su vez por un mejor desarrollo tecnológico, las bibliotecas en general, y las públicas en particular, están en mejores condiciones para
  • 29. atender todas las necesidades de los usuarios, lo que incide también en una cada vez mayor variedad de servicios. El Manifiesto de la UNESCO establece que los servicios de la biblioteca pública deberían ser gratuitos, afirmación coherente si se tiene en cuenta que el mismo documento establece un carácter de universalidad para la biblioteca pública, al concebirla abierta a todo tipo de usuarios. El cobro de servicios excluiría a determinados grupos sociales de un acceso total a la biblioteca pública. Sin embargo este espíritu del Manifiesto se ha enfrentado en los últimos tiempos con dificultades, ya que algunos servicios, y más concretamente los relacionados con el suministro de información al usuario, en los que cada vez es más frecuente la necesidad de acceder a bases de datos, generan costes muy altos, y las administraciones no disponen de medios ilimitados. La IFLA, a través del Grupo de Trabajo sobre el Impacto de la Tecnología en las Bibliotecas Públicas, se dedicó al estudio de este tipo de problemas, mostrándose partidaria de restringir las tasas lo más posible. En los últimos tiempos este problema se ha atenuado por la introducción en las colecciones de las bibliotecas de las bases de datos de CD-ROM, cuya mayor o menor consulta no genera un mayor gasto que el producido ya por su adquisición. Lo mismo ocurre con la suscripción por parte de las bibliotecas a redes de comunicación que suponen gastos fijos pero no se ven incrementados por el número de consultas realizadas. La IFLA al referirse a servicios de la biblioteca pública menciona los siguientes: servicios relacionados con el acceso al documento (consulta y préstamo); servicios de información y referencia; servicios para niños; actividades culturales; atención a personas discapacitadas; servicios a personas que por su situación especial no pueden acudir a la biblioteca (personas hospitalizadas, penitenciarias, etc.); servicios a minorías étnicas y lingüísticas y servicios a escuelas. No todos los servicios, en principio posibles, son igualmente necesarios en cualquier comunidad, ni todas las bibliotecas públicas están en condiciones de darlos, aunque, hoy día, las posibilidades se multiplican al existir una mayor cooperación interbibliotecaria. En el campo de las bibliotecas públicas se impone cada vez más la creación de sistemas y redes para atender todas las necesidades.
  • 30. Existen unos servicios básicos que deben ser ofrecidos por todas las bibliotecas públicas, y otros que, por determinadas circunstancias son menos frecuentes y están menos generalizados.
  • 31. TEMA 11: SERVICIOS DE LA BIBLIOTECA PARA SECTORES ESPECÍFICOS DE LA POBLACIÓN: NIÑOS, ANCIANOS, ENFERMOS, ETC. Págs. 394-398. Servicios para niños y jóvenes: El servicio para niños tiene una gran importancia dentro de la biblioteca pública, y así lo considera la UNESCO cuando enumera, entre las funciones de la biblioteca pública, las de
  • 32. crear y consolidar los hábitos de lectura en los niños desde los primeros años y estimular la imaginación y creatividad de niños y jóvenes. Las Pautas sobre servicios en las bibliotecas para niños, lo entienden así también al decir que el servicio para niños asegura la continuidad de la biblioteca, ya que los que la utilizan tienden a seguir siendo usuarios cuando crecen. El objetivo básico de estas bibliotecas queda también expuesto: “la biblioteca para niños deberá ofrecer estímulos culturales y educativos de tal clase que permita a los niños convertirse en adultos activos y espontáneos. Para niños y jóvenes los límites de edades suelen estar entre los 5 y los 14 años. En el caso de la sección infantil de las bibliotecas municipales de Zaragoza se incluyen una sección de hasta 5 años. Pero los usuarios de las bibliotecas o secciones infantiles no sólo son niños y jóvenes, incluyen también adultos, como docentes, padres de familia, tutores de guarderías infantiles, de clubes juveniles, editores, bibliotecarios, etc. Dentro del marco de la biblioteca pública, la biblioteca infantil presenta una serie de peculiaridades en aspectos tales como la colección, el personal, el marco físico, etc., en orden a una mejor adaptación a las circunstancias especiales de dicho grupo de usuarios. En cuanto a la ubicación aunque existen otros modelos organizativos, lo más habitual es incluir los servicios para niños como una de las secciones de la biblioteca general. Servicios a escuelas:
  • 33. La IFLA, a través de sus Pautas propone una estrecha colaboración entre la biblioteca pública y las bibliotecas escolares con la finalidad de dar un servicio más completo a la comunidad escolar. Por otra parte, algunos autores han señalado que la escuela y la biblioteca pública comparten unos objetivos comunes, como son los de poner en relación los niños con los libros, promoviendo el gusto y dominio por la lectura. Existe una dilatada experiencia acerca de la colaboración entre la biblioteca pública y la biblioteca escolar, variando de unos países a otros tanto el modo de establecer dicha relación como las líneas de actuación. Refiriéndonos al primer aspecto hay que decir que en muchos países, generalmente los más desarrollados desde el punto de vista bibliotecario, las relaciones se establecen formalmente, por medio de disposiciones legislativas. En España, sin embargo, no sólo no existen disposiciones dirigidas a desarrollar esta colaboración, sino que en el Real Decreto 582/1989, de 19 de mayo, por el que se aprueba el Reglamento de Bibliotecas Públicas del Estado y del Sistema Español de Bibliotecas (BOE de 31 de mayo) las bibliotecas escolares quedan excluidas expresamente del Sistema. Servicio a personas discapacitadas. Servicios a personas que no pueden acudir a la biblioteca. Servicio a minorías étnicas y lingüísticas. La biblioteca pública actual, en su compromiso de estar abierta a todo tipo de usuarios, se plantea una serie de servicios que van dirigidos a grupos minoritarios. Van dirigidos a lectores que padecen algún tipo de minusvalía, a aquellos que no pueden acudir a la biblioteca (ancianos, soldados, enfermos, personas confinadas en instituciones correccionales, etc.) y a las minorías étnicas y lingüísticas.
  • 34. Entre las personas discapacitadas, las Pautas hacen especial mención a las personas ciegas o con dificultades de visión, haciendo constar que la biblioteca pública debe ofrecerles materiales especiales para posibilitar la lectura, papel muy importante si tenemos en cuenta que estos materiales son más bien escasos, ya que de la producción impresa, sólo una décima parte es accesible a los ciegos. En el caso de los servicios a personas ciegas o con importantes dificultades de visión, la biblioteca pública en muchos casos, debido a la falta de recursos, lo que hace sobre todo es prestar colaboración a las organizaciones, que atienden a este tipo de usuarios. Es el caso de la ONCE en España. Sin embargo, hay bibliotecas, que disponiendo de más medios, no sólo se plantean esta colaboración sino que han desarrollado los servicios bibliotecarios para invidentes, como, por ejemplo, la BPI Centre George Pompidou de París que ha destinado una sala especial para este tipo de usuarios, en la que pueden leer en voz alta. Además ha creado la infraestructura necesaria tanto de personal especializado como de aparatos, para permitir el acceso a la información contenida en todo tipo de documentos, así como a otros servicios propios de la biblioteca pública (actividades culturales, etc.) Muchas veces, los lectores no pueden acudir a la biblioteca pública, por la que esta debe acercarse a ellos. Es el caso de los ancianos que viven en residencias; enfermos ingresados en hospitales, reclusos, etc. La biblioteca pública tiene la obligación de acercarse a ellos por distintos métodos: reparto a domicilio, préstamo colectivo, etc. Los usuarios recluidos en instituciones penitenciarias reúnen unas características muy especiales siendo quizá los que generalmente han tenido menos contacto con la biblioteca, por lo que este grupo resulta uno de los más difíciles para la aceptación por parte de la biblioteca pública. La existencia de este servicio en el marco de la biblioteca pública está recogida en el espíritu del Manifiesto de la UNESCO y reúne una serie de características que han sido formuladas por las Pautas para servicios bibliotecarios para prisioneros: Los prisioneros tienen el mismo derecho que otros ciudadanos a acceder a la información y por lo tanto, a facilidades bibliotecarias apropiadas. Tiene derecho a acceder a material de lectura del mismo modo que tienen derecho a participar en actividades deportivas a asistir a cursos para mejorar su educación. Las facilidades bibliotecarias deben estar situadas dentro de las instituciones, dado que es virtualmente imposible para los prisioneros asistir a bibliotecas fuera de ella.
  • 35. Las bibliotecas en prisiones están situadas en una posición especial (después de la televisión) como única fuente de información y, por ende, tienen la responsabilidad de coleccionar y ofrecer tal información a sus clientes presos. Debemos aclarar, sin embargo, que el objetivo primordial debe ser el de proveer acceso igualitario para todos los programas y servicios de los cuales se puede también disfrutar en bibliotecas externas. Los servicios bibliotecarios, como parte de las actividades sociales y culturales deberán ser considerados ampliamente en la programación de las actividades carcelarias. Se dará a los prisioneros tiempo suficiente para usar la biblioteca. Como factor integral en el desarrollo de los programas socioculturales, una biblioteca carcelaria será un centro completo de información y de recursos. La biblioteca estimulará el desarrollo intelectual, social y cultural de los prisioneros. La biblioteca apoyará todas las actividades educativas que se realizan en la institución. Habrá consultas entre bibliotecarios y supervisores de tales actividades con el fin de permitir a los bibliotecarios contribuir a su preparación, organización y implementación. La biblioteca ampliará al horizonte educativo de los prisioneros y enriquecerá sus antecedentes culturales. La biblioteca estimulará en su entorno un clima de libertad intelectual, curiosidad, responsabilidad, consulta creativa y sensibilidad cultural y preparará a los prisioneros para poder reinsertarse en sociedad con éxito. La biblioteca proveerá al personal de la prisión apoyo y material para su desarrollo profesional. El sistema de bibliotecas carcelarias deberá ser idéntico. O bien parecerse lo más posible, a aquéllos aplicados en las bibliotecas públicas de cada país. La biblioteca puede jugar, en el caso de minorías étnicas y lingüísticas, un papel muy importante en su integración en la sociedad, entendiendo dentro de la integración la conservación de sus señas de identidad cultural.
  • 36. TEMA ¿: LA COLECCIÓN: FORMACIÓN, DESARROLLO Y MANTENIMIENTO Bibliografía: GARCIA CAMARERO, Ernesto / GARCIA MELERO, Luis Ángel. La biblioteca digital. Madrid: Arco Libros, 2001. 1. - Colección: La Colección o fondo bibliográfico es el conjunto de documentos propios de la biblioteca que pone a disposición de los usuarios. Por documento propio se entiende aquel que es propiedad de la biblioteca o aquellos que la biblioteca tiene derecho a utilizar (por ejemplo: las revistas – e, la biblioteca compra los derechos de acceso, no la propiedad). Se distingue entonces, a raíz de la aparición de los documentos – e, entre propiedad y acceso. En una biblioteca no existe una colección única sino varias colecciones. En la actualidad hay que distinguir también entre la colección tradicional y la colección digital. La suma de ambas colecciones da lugar al concepto de Biblioteca Híbrida.
  • 37. La colección debe tener una tamaño mínimo, pero no cuanto más grande mejor. 2. - Selección: 2.1 - Concepto: Selección es el proceso de tipo técnico, fundamental para la colección, y cuya responsabilidad fundamental debe recaer en los bibliotecarios. Muchas veces se realiza a través de un equipo (usuario, profesores). El bibliotecario es el máximo responsable porque conoce la colección. El usuario está siempre presente en el proceso (en la Biblioteca Pública a través de las desideratas). Hay que seleccionar aquellos documentos que por sus características materiales e intelectuales resulten adecuados para la biblioteca. Hay que tener en cuenta a los usuarios reales y también a los usuarios potenciales. 2.2. – Historia:
  • 38. La selección nace en los años 20. La Bibliotecas universitarias no tienen presupuesto suficiente para comprarlo todo y surge la necesidad de elegir entre todos los documentos aquellos que son más necesarios para el usuario. Puede ser: Positiva: Selección. Negativa: Expurgo. 2.3. – Principios: La necesidad de la selección queda planteada en las 5 leyes de la Biblioteconomía, formuladas por Ranganathan en 1931: Los libros están para usarse. A cada lector su libro. A cada libro su lector. Es preciso ahorrar tiempo al lector. La biblioteca es un organismo en movimiento. Factores que intervienen en la selección son: El presupuesto. El tipo de biblioteca. Los tipos de usuarios. El entorno informatizado de la biblioteca (la pertenencia o no a una red de Bibliotecas, etc.). La posibilidad de disponer de determinados documentos por medio de otros procedimientos que no sean la adquisición, el préstamo interbibliotecario, etc.
  • 39. 2.4. - Aspectos: La selección responde a una serie de preguntas que se platea el bibliotecario: ¿Cuántos documentos? ⇒ ASPECTOS CUANTITATIVOS. ¿Cuáles documentos? ⇒ ASPECTOS CUALITATIVOS. ASPECTOS CUANTITATIVOS: en cuanto al tamaño, no hay normas exactas. Lo mejor es la observación diaria del uso de la colección. Es conveniente también acudir a las directrices para bibliotecas. Las directrices son recomendaciones dadas a los bibliotecarios para ayudarles en la gestión de la biblioteca. Responden a experiencias, investigaciones y estudios realizados en distintas bibliotecas. El contenido se refiere a los aspectos más importantes de la gestión bibliotecaria: personal, colección, servicios, etc. Hay directrices para todo tipo de bibliotecas. En principio nacieron como normas, con principios cuantitativos y como una obligación. Con el desarrollo de la biblioteca se vio que esas normas eran de difícil aplicación en algunos países. Han ido evolucionando hacia directrices de tipo cualitativo, que también contienen cifras pero como recomendación, no de obligado cumplimiento. ASPECTOS CUALITATIVOS: Materia: dependerá de la tipología bibliotecaria. Tipología documental: es muy importante para cubrir las necesidades de los usuarios. A cada usuario le interesa un tipo de documento, y hay que tenerlo en cuenta. Lengua: hay que conocer las lenguas que manejan los usuarios y adquirir los documentos más necesarios en esas lenguas. Calidad: hay indicios para medir la calidad: autor, editorial, aparato crítico, la configuración del documento (índice, introducción) perdurabilidad del documento (sobre todo e). Documento concreto: fuentes para la selección son recursos que nos van a permitir conocer que documentos concretos existen en el mercado.
  • 40. Principales fuentes de información para la selección: Catálogos comerciales: listas de documentos editados por librerías, editores o distribuidoras. Localiza los documentos. Información comercial para conocer sus productos. Bibliografías: listas de documentos sin finalidad comercial, muy variadas. Nacionales: editadas por las Bibliotecas Nacionales basadas en el Depósito Legal. La Biblioteca Nacional publica: Bibliografía nacional corriente: la del año. Bibliografía nacional retrospectiva: suma de todas las corrientes. Especializadas: en una materia determinada. Enumerada. Comentada. Comerciales: a partir del ISBN (número normalizado a nivel internacional). Desde 1957 el Depósito Legal es obligatorio. El ISBN es obligatorio desde 1972. En 1987 se creó el NIPO (número de identificación pública oficial). Catálogos de Bibliotecas: se suelen utilizar para rellenar lagunas de la colección, de fuentes retrospectivas. Hay de diferentes tipos: Individual: de 1 biblioteca. Colectivos: REBIUN ( fondos de Bibliotecas universitarias españolas). Diferencias entre la Bibliografía Nacional Española y el Catálogo de la Biblioteca Nacional: La Bibliografía te dice que el libro existe pero el Catálogo te dice si está realmente en la biblioteca. La Bibliografía Nacional Española empieza en 1958. En una Bibliografía Nacional sólo están los libros que entrar por D. L., por lo tanto un libro francés puede figurar en el Catálogo, pero no en la Bibliografía Nacional. Estas son las fuentes formales con unas normas establecidas.
  • 41. Hay otras fuentes informales cuya finalidad es dar noticia sobre los documentos, no dar noticias bibliográficas. En los periódicos hay noticias – artículos – críticas de los libros; este tipo de fuentes su puede utilizar en la Bibliotecas públicas. Cuando se selecciona por medio de fuentes, nos dan información indirecta porque el libro no se ve. Es un método indirecto para la selección. También se pueden utilizar métodos directos, como los libros a examen. Las bibliotecas se ponen de acuerdo con las librerías para que estas les envíen todos los libros que han salido al mercado. Así se puede examinar en la mano, de forma directa: índices, bibliografía, contenido; y decidir su adquisición o no. El bibliotecario puede enterarse así de las novedades sin consultar fuentes y puede juzgar el libro de forma más objetiva. Otro método directo es ir por las librerías. Es conveniente combinar ambos métodos para la selección. 2.5. – Expurgo o selección negativa: Proceso técnico que consiste en identificar determinados documentos para extraerlos de la colección (no eliminarlos). Nació tardíamente, cuando hay tal explosión de información que los documentos no caben en los estantes. Nació en las Bibliotecas universitarias anglosajonas.
  • 42. Causas: Lograr más espacio para documentos nuevos. Lograr documentos pertinentes, necesarios para el usuario. Eliminar documentos deteriorados. Lograr que las colecciones sean más manejables. Se eliminan duplicados no necesarios. Para realizar el expurgo hay que hacer estudios de uso de la colección, mediante los datos que la biblioteca tiene: estadísticas, solicitudes, desideratas... Es un factor indiscutible para el expurgo. Según la biblioteca tendrá más o menos importancia (la Biblioteca Nacional tiene la obligación de conservarlo todo por el Depósito Legal; una pública practicará más el expurgo). Los documentos expurgados desaparecen de la colección de origen. Algunos se destruyen, otros van a parar a otras bibliotecas. En las Bibliotecas universitarias se crean depósitos donde se guardan documentos considerados importantes. Las Bibliotecas Generales suelen recibir documentos que proceden de esos depósitos. Otro destino es el canje, intercambio de documentos entre distintas bibliotecas. Las bibliotecas realizan listas de canje con los documentos expurgados. Está muy normalizado a nivel internacional. El origen del canje no siempre es el expurgo. 3. – Desarrollo de colecciones: 3.1. – Procedimientos de adquisición:
  • 43. No todos los documentos seleccionados son adquiridos. Causa: falta de presupuesto. Gratuitos: Canje. Donativos. Deposito Legal. Onerosos: Compra. Compra: Depende del presupuesto de la biblioteca. Requiere un procedimiento administrativo y un conocimiento del mercado del libro. Adquisición compartida o cooperativa: Nace en los años 50 en EE.UU. ⇒ Plan Farmington (1947 – 1972). Varias bibliotecas se reúnen y se reparten aquellos documentos que van a compara unas y otras. Reparto geográfico o por materias. Requiere una infraestructura adecuada. Ej. : Catálogo común para conocer lo que compran las otras bibliotecas. Se impulsa sobre todo con la aparición del catalogo automatizado. Requiere un préstamo interbibliotecario y un sistema de foto documentación muy importante. Ej. : ARIEL (Sistema electrónico que posibilita escanear documentos y enviarlos por correo electrónico a una biblioteca u otra).
  • 44. CSIC: consejo más importante de España en investigación. Organismo Público de Investigación (OPI) = que universidad en investigación y en personal. Tiene una red de bibliotecas de más o menos 100 bibliotecas por toda España. Investiga sobre todo tipo de materias. Ej. : Historia, ciencias, biblioteconomía, etc. La compra requiere una infraestructura jurídica. Cooperación informal. Cooperación formal: Planes: planificación que viene de la administración. Ej. : CADIST ( Centres d’Acquisition et d’ Diffusion de l’Information Scientifique et Technique): bibliotecas francesas. Plan de adquisición en Ciencias de la Salud subvencionado por el Gobierno Francés. Plan Scandia: adquisición cooperativa entre países nórdicos. Redes de bibliotecas: iniciativa privada. Ej. : OCLC (Ohio College Library Center): red americana de bibliotecas más importantes del mundo. Adquisición cooperativa pionera en este aspecto. Canje: Siempre hay una correspondencia entre documentos. Tiene un origen bastante antiguo. Uno de los elementos más importantes es la lista de canje o lista de documentos que tiene cada biblioteca. Se puede realizar a nivel internacional, nacional, regional, etc. A través del Centro de Canje se realiza el Canje Internacional.
  • 45. Duplicados: sobre todo para bibliotecas del Tercer Mundo. DUP: Plan Internacional de Disponibilidad de documentos. Para que cualquier ciudadano en cualquier parte del mundo pueda disponer de cualquier publicación. El canje también puede ser una posibilidad de adquisición de documentos difíciles de encontrar. Ej. : tesis doctorales sin publicar. D UP: UNIVERSAL AVAILABILITY OF PUBLICATION (UAP). DISPONIBILIDAD UNIVERSAL DE PUBLICACIONES (DUP). CBU: UNIVERSAL BIBLIOGRAPHIC CONTROL INTERNATIONAL, MARC (UBCIM). CONTROL BIBLIOGRÁFICO UNIVERSAL Y MARC INTERNACIONAL. El CBU sirve para conocer lo que se publica en el mundo. Anterior al DUP. El más importante de la IFLA. Del que parten todos. Se realiza a través del Depósito Legal, Bibliografías, Bibliotecas Nacionales, etc.