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Fray cesáreo de armellada

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Fray cesáreo de armellada

  1. 1. Recuerdo de Fray Cesáreo de Armellada Alma misionera en las Selvas de Venezuela El Capuchino misionero , hombre pleno de bondad y sabiduría en las áreas humanísticas, murió en la madrugada del jueves 10 de octubre del 96 en Caracas A los 88 años de edad falleció el Padre Indio, Condiscípulo de Elocuencia preparado para ejercer el sacerdocio y la labor misionera en el lugar donde Dios y la Iglesia le enviasen. Se marcha, pero se lleva consigo el agradecimiento de los indígenas con quienes convivió por tantos años. En un pueblito llamado Armellada de la Provincia de León, España, nació el 1 de febrero de 1908 Jesús María García Gómez (nombre de Bautismo). El llegaría a ser uno de los mejores chavales que llevase el pendón misionero en las selvas americanas, sin que lo derribasen vientos, tormentas, dificultades, riesgos ni peligros. Años después, se convertiría en Fray Cesáreo de Armellada, un misionero excepcional que más allá de los bienes terrenos y de las posesiones materiales de las que no disponía su familia, tuvo un espíritu de gran ideal que le impulsó a ponerle alas de ascensión a su inteligencia y a su alma. Capuchino misionero, fue miembro de la Sociedad de Estudios Americanistas de París, de la Sociedad Bolivariana de Caracas, Director de la revista Venezuela Misionera de Caracas, Director del Archivo Arzobispal de Caracas, periodista graduado, escritor fecundo y publicista renombrado. Durante su estadía en España, una de sus principales actividades fue la creación del Pre- Museo Tecnológico Misional de Cuatro Caminos ya que allá, en patrial ancestral, proyectó los valores culturales de nuestros indígenas y, a la vez, dio cumplimiento a una de las metas de las Misiones en el Nuevo Continente: preservar el patrimonio cultural de los habitantes de estas tierras. En 1968 asume la Dirección del Centro de Lenguas Indígenas de la UCAB, iniciativa del Instituto de Investigaciones Históricas de esta Universidad, del cual fue también Director. El Instituto de Investigaciones Históricas fue creado en 1956 aunque las investigaciones allí realizadas se remontan al año de 1953 cuando el Padre Hermann González Oropeza y el Doctor Pablo OjerCeligueta inician la búsqueda de documentaciones históricas. En la crónica de los Institutos Humanísticos de Investigación, dependientes de la Facultad de Humanidades y Educación de la UCAB, encontramos el siguiente resumen: El año 1968, el Instituto de Investigaciones Históricas de la UCAB, convencido de la
  2. 2. trascendencia de las culturas indígenas venezolanas, decidió crear el Centro de Lenguas Indígenas, y a este fin fue llamado el P. Cesáreo de Armellada OMF. Cap., veterano misionero y egresado de la Universidad Católica. Un paso desisivo ha sido el ingreso a la Universidad de la problemática y también de la realidad indígena de Venezuela; y si la UCAB ha abierto sus puertas a la voz. Hasta ahora, más silente de los grupos más marginados de nuestra población, lo ha hecho con conciencia de justicia y con ánimo venezolanista.1 Y, una vez más, el Padre de Armellada se une a José Del Rey Fajardo, S.J. para dar vida a un proyecto que, en sus comienzos, parecía imposible, una utópica tarea que, con la aprobación del doctor Pablo Ojer, fue una realidad durante muchos años y que desarrolló los estudios lingüísticos en las áreas: lexicografía, gramatical y literatura, así como la creación de la Serie Lenguas Indígenas de Venezuela con más de veinte títulos publicados; la Serie Menor con más de quince títulos dependiente de Lenguas Indígenas, así como la creación de una Sociedad de Amigos de la Cultura Aborígenes Nacionales. Trabajar, luchar y escribir para sus Misiones y por sus indios fue para él una necesidad de vida o muerte. Fray Cesáreo se identificó hasta tal punto con el alma del pueblo indígena venezolano que le dedicó los mejores años de su vida: fue el Padre Indio de las serranías de los Pemones, de los Yucpas, de los Motilones y de los Guajiros, cuyas lenguas estudió en extensas publicaciones. Viajero y explorador En mayo de 1936 por vez primera llega en avión a la Gran Sabana. Todos los demás viajes realizados con otros misioneros, dentro y fuera de esta región, tuvo que hacerlos a pie, transportando las cargas sobre su propia espalda, caminando en obligada fila india. En esta zona permanece Fray Cesáreo hasta el año 1944 con una dedicación tan total, incondicional y desinteresada a estos indígenas Pemones que llegaron a considerarlo uno más de su comunidad, bautizándolo como Padre Indio, y para muchos de sus escritos adopta el seudónimo Pemón de EmasensenTuari, que significa el pobre corresenderos. Aprendió seis lenguas, que habló con la misma perfección y facilidad que el castellano, lo que le permitió recoger y traducir cuentos y leyendas. En la Gran Sabana este misionero se encontró con una civilización tan rica que no sólo tuvo identificación en lengua y psicología, sino que además logró un caudal de datos para cultivar los valores de esta etnia.
  3. 3. Creador cultural Por testimonio de hechos y por justicia de trabajos, muchos le han calificado a este Misionero como salvador de la cultura ancestral del Pueblo Pemón. Se dedicó a tiempo completo para lograr la obra que estaba preparando con constancia durante sus años en la Tribu: la publicación de la Primera Gramática y Diccionario de la Lengua Pemón. Del amor a los indios y a su tierra brotaron en Fray Cesáreo creaciones culturales y literaturas de lo más variadas, sobre todo para el público infantil de los internados misionales. Transcribió el himno a la Gran Sabana, compuesto por él, inspirado en topografía y etnografía de la región, parafraseándo el canto argelino Cruzando el desierto. Fray Cesáreo reconoció la existencia en nuestro país de un grupo de hombres, venzolanistas en la vertiente indígena, que comienza con Fermín Toro, autor de un Vocabulario Guajiro, culmina con Lisandro Alvarado y termina quizás con Luis Oramas. Algunos escritores nacionales muy benévolamente nos han atribuido el alto honor de ser descubridores de las Literaturas Indígenas Venezolanas y haberlas puesto a circular en Venezuela y en el Mundo. Sería suficiente y nos damos por satisfechos si se dice que la falsa ecuación, que se formulaba diciendo literatura = belleza en la palabra escrita, ya hace tiempo cambiada por literatura = belleza en la palabra, o solo oral o ya escrita, la supimos aplicar a nuestros pueblos indígenas venezolanos, ágrafos hasta que los misioneros les llevamos el alfabeto, el papel y la pluma; y pusimos a circular la expresión paradójica de literatura oral, que tampoco fue inventada por nosotros; y tomándolo de la UNESCO repetimos y aplicamos a nuestra propia casa el axioma y la advertencia aquella de que En los pueblos que no saben escribir, un anciano muere sin que su sabiduría haya sido recogida (grabada o escrita), es una biblioteca que desaparece. 2 La investigación, recopilación y valoración en torno a las culturas indígenas de Venezuela, le sirvieron de base para que en 1994 un jurado designado por el Consejo Nacional de la Cultura le otorgara el Premio Nacional de Cultura Popular Aquiles Nazoa. Periodista, escritor y publicista La voluntad indomable y el espíritu emprendedor determinaron a Fray Cesáreo a cursar, a los sesenta años de edad, la carrera de Periodismo en la UCAB, siendo el alumno de mayor edad de la primera promoción salida de la Universidad Católica en el año 1965.
  4. 4. Experto en lides literarias y batido en publicaciones multifacéticas, fue un venezolano más en la Universidad, en la Prensa, en la Academia de la Historia y luego en la Academia de la Lengua. No debe olvidarse que fue una persona relevante y una autoridad extraordinaria en el campo de la literatura y las lenguas indígenas de Venezuela con grandes proyectos y dinamismo ilimitado, quien realizó una labor de provecho, tanto para la comunidad como para sí mismo. Alexandra Briceño http://www.ucab.edu.ve/tl_files/sala_de_prensa/recursos/ucabista/oct96_2/armellad.htm lunes 21 de noviembre de 2011

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