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EL JAGUAR NEGRO
En el Centro de la Región Maya Itzá y Lacandonia, en donde el gran Río Usumacinta
emerge al valle de su emparedado recorrido, se encuentra la región del Señor de
Tenoch, hasta ahí llegan las primeras o últimas estribaciones de la región
montañosa que separan a los dos grandes océanos.
Aquí llueve todos los meses del año con una temperatura promedio de 26°C, y la
precipitación pluvial alcanza los 3900 mm aproximadamente, que según este
fenómeno meteorológico es como se mueven los niveles de las aguas del gran Río.
Esta característica climática hace posible el cultivo del árbol sagrado del pochote
(Ceiba pentandra L.), muy apreciado por sus usos y fibra textil que se cosechaba
cada año por los habitantes de esta singular tierra que asemeja el paraíso terrenal,
y que, ante la importancia de su estratégica ubicación, era paso obligado en la ruta
mercante istmeña-peninsular.
Esta particularidad le permitía la gran oportunidad de truquear la fibra del árbol
sagrado del pochote con cerámica polícroma, jade, obsidiana, conchas marinas,
telas, plumas de aves primorosas, pieles de animales y almendras de cacao que
también utilizaban como pago en una forma de moneda.
Este hecho inspiró a los habitantes de tan prodigiosa región a venerar al majestuoso
árbol del pochote y connotarlo con la característica de árbol sagrado por su
majestuosidad ya que se elevan hasta los setenta metros de altura.
La majestuosa selva de esta plantación del árbol sagrado del pochote, constituye el
hábitat ideal para el gran jaguar, símbolo de la fertilidad y la realeza lo cual lo hacía
el acompañante ideal a los nueve regiones o niveles del inframundo.
El majestuoso árbol del pochote unía a los trece niveles o regiones del cielo que
tenían como límite a la superficie del suelo y penetrando con sus enormes raíces
los nueve niveles o regiones del inframundo de acuerdo a la cosmovisión y cultura
de los habitantes de tan privilegiada región.
Como puerta comercial de la región istmeña-peninsular fue próspera en abundancia
hasta que uno de sus gobernantes de nombre “Votan” decidió no continuar con lo
que le daba renombre, prestigio, y señorío a tan conocida región, envidia de los
mercaderes y comarcas lejanas que consideraban el esfuerzo y trabajo de tan
esmerada región.
Así llegó el día en que el gobernante malvado Votan, emitió la apocalíptica orden
de iniciar la tala irracional y acabar con el mítico cultivo del árbol del pochote,
símbolo de la rica y prospera tierra de la casa del Señor de Tenoch.
Los impactos ambientales pronto se hicieron manifiestos positivamente ya que
potencialmente se vieron afectados relativamente el suelo, aire, agua y el medio
biótico: flora y fauna.
En lo cultural se había modificado el hábitat, alterado los ciclos de vida y lastimado
el corazón de los habitantes al destruirse su fuente de conocimiento e inspiración
que a lo largo de los siglos se había desarrollado entorno al árbol sagrado del
pochote.
En lo económico y social; era perceptible el deterioro económico, así como el estilo
y calidad de vida en lo social cuya decadencia se iniciara con el reinado del cruel
Votan de aquella rica y particular región otrora envidia de lejanas comarcas se
apreciaba ahora desvalorizada y sin importancia social y comercial, lo que sus
habitantes sufrían como una catástrofe producida por la misma mano de su
gobernante Votan.
La población se organizó para hablar con Votan para que detuviera el cruel ecocidio,
pero se negó a escuchar el clamor de su pueblo el cual sufría a manos de su mismo
gobernante, le propusieron medidas de prevención del daño y como revertirlo,
medidas de mitigación y recomenzar antes de que fuera demasiado tarde, pero no
se dejó asesorar al ofrecérsele elaborar un código normativo para que en el futuro
acciones como la que estaban viviendo no se volvieran a repetir, la población había
desarrollado medidas de control a través de la educación comunitaria, pero no las
permitió, ciego y sordo continuó con su descabellado e irracional plan de acabar con
la plantación del sagrado árbol del pochote.
Así llegó hasta el día en que únicamente quedaba en pie el último y descomunal
árbol del pochote en la plaza central y ceremonial de la gran acrópolis de la casa
del Señor de Tenoch cuya población ya mermada por la tristeza, desesperación y
ansiedad, al igual que la población del gran jaguar, que al verse reducido en su
hábitat fue desapareciendo juntamente con la fertilidad del suelo.
Era un comportamiento irracional de Votan llevar a su total exterminio a tan próspera
y rica región natural privilegiada en recursos naturales como pocas, cuyo renombre
y prestigio era por todos los pueblos conocidos.
Así hacha en mano, Votan había tomado la determinación de talar el último y primer
árbol sagrado de pochote que se erguía monumental en la plaza ceremonial por
más de setenta metros de altura alcanzando con su copa los trece niveles del cielo
que a través de su sistema radicular unía a los nueve niveles del inframundo.
Esto sucedió en el día akbal del último tzolkin en el que el perverso Votan decidió
acabar con aquel maravilloso y portentoso árbol que era el emblema por su
majestuosidad de la plaza ceremonial.
Pero justamente cuando levantó y blandió el hacha para asestar el primer golpe que
abriría la corteza del árbol, en ese mismo instante un fuerte y huracanado viento
sopló con tal fuerza que arrancó de raíz al gigantesco espécimen vegetal sagrado y
venerado por el pueblo, que abrió una enorme caverna en la superficie del suelo
que se tragó al malvado gobernante Votan juntamente con su séquito, y que hasta
el día de hoy se habla que cayeron hasta el último nivel del inframundo, dejando en
libertad al dios maligno Ah Puch, así como a legiones de seres de maldad que vivían
en las profundidades del noveno nivel de obscuridad de donde emergió juntamente
con ellos el malvado jaguar negro, encarnación maligna de Votan quien fuera un
gobernante malvado, inmisericorde y falto de sentido común quien gobernó y llevó
a la ruina aquella rica región envidia de comarcas lejanas conocida coma la casa
del Señor de Tenoch.
Hoy sus habitantes hicieron de la gran plaza ceremonial la plaza de la danza del
pochó que de manera simbólica rememora la otrora bonanza y prosperidad de la
rica región y que cada día 20 de enero de cada año inician las festividades. Mujeres,
hombres y jóvenes en gran número se llenan de atuendos a modo de disfraces.
Los hombres dan vida a los árboles del pochote, los cuales son mucho más que las
mujeres y jóvenes, representan por su vistosa indumentaria las cuatro estaciones
del año o las etapas del proceso fisiológico de reproducción de los árboles. En sus
calzados y a la altura de los tobillos y pantorrillas se amarran hojas secas de plátano
de las diferentes especies del género Musa representando el otoño época del año
en que el pochote pierde el total de su follaje; luego a manera de abrigo y para
protegerse de la época de invierno se cubren el torso con un peto elaborado con
fibra vegetal o de yute, este atuendo representa el invierno época en que el árbol
se encuentra revestido de un renovado follaje; la primavera está representada en el
sombrero que adornado con hermosas flores propias de la temporada le dan un
vistoso colorido por la variedad de especies que embellecen el tocado, ésta es la
primavera y época de floración del árbol; el verano se representa con un atuendo
que a modo de faldón e insertadas por el peciolo en una larga cuerda las hojas del
árbol de castaña o de pan (Artocarpus altilis) a como se le conoce, se ciñen en la
cintura de los hombres esta es la época de fructificación o de amarre del fruto; luego
cubren su cabeza con una mantilla que les acaricia los hombros, se colocan el
sobrero y cubren el rostro con una careta o máscara de madera que ha sido tallada
rústicamente la cual fijan por debajo de la nariz que asemeja a la de chac con el
barbiquejo del sombrero, en una mano animales de la región los acompañan ya
sean serpientes, iguanas, ardillas, coatís, loros, cotorras etc., y en la otra mano
hacen sonar una rama de guarumo seca conocida como shiquish, que viene a
representar el fruto del árbol, abierta por los extremos y rellenada con semillas de
chángala tapando los extremos con pedazos de bacal de mazorca de maíz al
momento que lanzan el conjuro de que regresen a las profundidades de donde
salieron los espíritus malignos. Este conglomerado de danzantes representa el gran
bosque que dio renombre a la rica región en antaño.
Las mujeres visten coloridas faldas floreadas y pulcras blusas blancas, usando a
modo de pequeña túnica un paliacate rojo en sus espaldas amarrado de sus
hombros o cuello, su sombrero es al igual que el de los hombres adornado de
vistosas y coloridas flores de la temporada, y en sus pies calzan delicadas sandalias
de piel, en el grupo de mujeres una es la líder y lleva con ella una bandera roja que
hace ondear al ritmo de la monótona melodía que surge de un pitero y tamborilero,
la bandera al final de la festividad ondeará de color blanco. Este conglomerado de
mujeres, representan la fertilidad de la tierra, de lo que fue esta rica y fértil región
de la cultura maya.
Los tigres caracterizados por los danzantes más jóvenes usan un calzón de manta
y cubren la totalidad del su cuerpo con barro amarillo el cual una vez que ha secado
en sus cuerpos hacen círculos negros con un carbón asemejando las motas en la
piel del jaguar, cubriendo cabeza y dorso con una piel legitima de jaguar, estos son
los jaguares habitantes predilectos del bosque del árbol sagrado del pochote y
quienes descenderán al inframundo, para hablar con los señores de la obscuridad
para que el bosque nunca más muera. Dos de ellos tienden una cuerda que los
otros jaguares saltan, ésta cuerda representa a la tierra es decir la separación entre
los trece niveles del cielo y los nueve niveles del inframundo el saltar la cuerda
representa que están descendiendo al inframundo. Los jaguares toman a algunos
cojoes que representan a los árboles en sí y los ofrendan a los señores del
inframundo derribándolos, para que el bosque del árbol sagrado del pochote nunca
más sufra del total exterminio como el del malvado rey Votan.
La música integrada por un tamborilero y un pitero inician el monótono ritmo con un
sonido especial de preparación de la madre tierra y que es representada por las
danzantes mujeres llamadas pochoveras y que representan la misma fertilidad
natural del suelo o tierra, al cambio de ritmo entran los hombres disfrazados de
cojoes y que representan el bosque del árbol sagrado del pochote y que el pueblo
venera por sus infinitas bondades para con sus habitantes. Posteriormente los
jaguares representados por los más jóvenes descienden al inframundo a perpetuar
el pacto de protección del bosque ofrendando algunos árboles, pero que al retornar
de su viaje reviven y reintegran al bosque, pero su propósito al descender es el de
que nunca más dejen libre al espíritu del rey perverso de Votan, que se liberó de las
profundidades en el temible y malvado Jaguar negro.

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  • 1. EL JAGUAR NEGRO En el Centro de la Región Maya Itzá y Lacandonia, en donde el gran Río Usumacinta emerge al valle de su emparedado recorrido, se encuentra la región del Señor de Tenoch, hasta ahí llegan las primeras o últimas estribaciones de la región montañosa que separan a los dos grandes océanos. Aquí llueve todos los meses del año con una temperatura promedio de 26°C, y la precipitación pluvial alcanza los 3900 mm aproximadamente, que según este fenómeno meteorológico es como se mueven los niveles de las aguas del gran Río. Esta característica climática hace posible el cultivo del árbol sagrado del pochote (Ceiba pentandra L.), muy apreciado por sus usos y fibra textil que se cosechaba cada año por los habitantes de esta singular tierra que asemeja el paraíso terrenal, y que, ante la importancia de su estratégica ubicación, era paso obligado en la ruta mercante istmeña-peninsular. Esta particularidad le permitía la gran oportunidad de truquear la fibra del árbol sagrado del pochote con cerámica polícroma, jade, obsidiana, conchas marinas, telas, plumas de aves primorosas, pieles de animales y almendras de cacao que también utilizaban como pago en una forma de moneda. Este hecho inspiró a los habitantes de tan prodigiosa región a venerar al majestuoso árbol del pochote y connotarlo con la característica de árbol sagrado por su majestuosidad ya que se elevan hasta los setenta metros de altura. La majestuosa selva de esta plantación del árbol sagrado del pochote, constituye el hábitat ideal para el gran jaguar, símbolo de la fertilidad y la realeza lo cual lo hacía el acompañante ideal a los nueve regiones o niveles del inframundo. El majestuoso árbol del pochote unía a los trece niveles o regiones del cielo que tenían como límite a la superficie del suelo y penetrando con sus enormes raíces los nueve niveles o regiones del inframundo de acuerdo a la cosmovisión y cultura de los habitantes de tan privilegiada región. Como puerta comercial de la región istmeña-peninsular fue próspera en abundancia hasta que uno de sus gobernantes de nombre “Votan” decidió no continuar con lo que le daba renombre, prestigio, y señorío a tan conocida región, envidia de los mercaderes y comarcas lejanas que consideraban el esfuerzo y trabajo de tan esmerada región. Así llegó el día en que el gobernante malvado Votan, emitió la apocalíptica orden de iniciar la tala irracional y acabar con el mítico cultivo del árbol del pochote, símbolo de la rica y prospera tierra de la casa del Señor de Tenoch.
  • 2. Los impactos ambientales pronto se hicieron manifiestos positivamente ya que potencialmente se vieron afectados relativamente el suelo, aire, agua y el medio biótico: flora y fauna. En lo cultural se había modificado el hábitat, alterado los ciclos de vida y lastimado el corazón de los habitantes al destruirse su fuente de conocimiento e inspiración que a lo largo de los siglos se había desarrollado entorno al árbol sagrado del pochote. En lo económico y social; era perceptible el deterioro económico, así como el estilo y calidad de vida en lo social cuya decadencia se iniciara con el reinado del cruel Votan de aquella rica y particular región otrora envidia de lejanas comarcas se apreciaba ahora desvalorizada y sin importancia social y comercial, lo que sus habitantes sufrían como una catástrofe producida por la misma mano de su gobernante Votan. La población se organizó para hablar con Votan para que detuviera el cruel ecocidio, pero se negó a escuchar el clamor de su pueblo el cual sufría a manos de su mismo gobernante, le propusieron medidas de prevención del daño y como revertirlo, medidas de mitigación y recomenzar antes de que fuera demasiado tarde, pero no se dejó asesorar al ofrecérsele elaborar un código normativo para que en el futuro acciones como la que estaban viviendo no se volvieran a repetir, la población había desarrollado medidas de control a través de la educación comunitaria, pero no las permitió, ciego y sordo continuó con su descabellado e irracional plan de acabar con la plantación del sagrado árbol del pochote. Así llegó hasta el día en que únicamente quedaba en pie el último y descomunal árbol del pochote en la plaza central y ceremonial de la gran acrópolis de la casa del Señor de Tenoch cuya población ya mermada por la tristeza, desesperación y ansiedad, al igual que la población del gran jaguar, que al verse reducido en su hábitat fue desapareciendo juntamente con la fertilidad del suelo. Era un comportamiento irracional de Votan llevar a su total exterminio a tan próspera y rica región natural privilegiada en recursos naturales como pocas, cuyo renombre y prestigio era por todos los pueblos conocidos. Así hacha en mano, Votan había tomado la determinación de talar el último y primer árbol sagrado de pochote que se erguía monumental en la plaza ceremonial por más de setenta metros de altura alcanzando con su copa los trece niveles del cielo que a través de su sistema radicular unía a los nueve niveles del inframundo. Esto sucedió en el día akbal del último tzolkin en el que el perverso Votan decidió acabar con aquel maravilloso y portentoso árbol que era el emblema por su majestuosidad de la plaza ceremonial. Pero justamente cuando levantó y blandió el hacha para asestar el primer golpe que abriría la corteza del árbol, en ese mismo instante un fuerte y huracanado viento
  • 3. sopló con tal fuerza que arrancó de raíz al gigantesco espécimen vegetal sagrado y venerado por el pueblo, que abrió una enorme caverna en la superficie del suelo que se tragó al malvado gobernante Votan juntamente con su séquito, y que hasta el día de hoy se habla que cayeron hasta el último nivel del inframundo, dejando en libertad al dios maligno Ah Puch, así como a legiones de seres de maldad que vivían en las profundidades del noveno nivel de obscuridad de donde emergió juntamente con ellos el malvado jaguar negro, encarnación maligna de Votan quien fuera un gobernante malvado, inmisericorde y falto de sentido común quien gobernó y llevó a la ruina aquella rica región envidia de comarcas lejanas conocida coma la casa del Señor de Tenoch. Hoy sus habitantes hicieron de la gran plaza ceremonial la plaza de la danza del pochó que de manera simbólica rememora la otrora bonanza y prosperidad de la rica región y que cada día 20 de enero de cada año inician las festividades. Mujeres, hombres y jóvenes en gran número se llenan de atuendos a modo de disfraces. Los hombres dan vida a los árboles del pochote, los cuales son mucho más que las mujeres y jóvenes, representan por su vistosa indumentaria las cuatro estaciones del año o las etapas del proceso fisiológico de reproducción de los árboles. En sus calzados y a la altura de los tobillos y pantorrillas se amarran hojas secas de plátano de las diferentes especies del género Musa representando el otoño época del año en que el pochote pierde el total de su follaje; luego a manera de abrigo y para protegerse de la época de invierno se cubren el torso con un peto elaborado con fibra vegetal o de yute, este atuendo representa el invierno época en que el árbol se encuentra revestido de un renovado follaje; la primavera está representada en el sombrero que adornado con hermosas flores propias de la temporada le dan un vistoso colorido por la variedad de especies que embellecen el tocado, ésta es la primavera y época de floración del árbol; el verano se representa con un atuendo que a modo de faldón e insertadas por el peciolo en una larga cuerda las hojas del árbol de castaña o de pan (Artocarpus altilis) a como se le conoce, se ciñen en la cintura de los hombres esta es la época de fructificación o de amarre del fruto; luego cubren su cabeza con una mantilla que les acaricia los hombros, se colocan el sobrero y cubren el rostro con una careta o máscara de madera que ha sido tallada rústicamente la cual fijan por debajo de la nariz que asemeja a la de chac con el barbiquejo del sombrero, en una mano animales de la región los acompañan ya sean serpientes, iguanas, ardillas, coatís, loros, cotorras etc., y en la otra mano hacen sonar una rama de guarumo seca conocida como shiquish, que viene a representar el fruto del árbol, abierta por los extremos y rellenada con semillas de chángala tapando los extremos con pedazos de bacal de mazorca de maíz al momento que lanzan el conjuro de que regresen a las profundidades de donde salieron los espíritus malignos. Este conglomerado de danzantes representa el gran bosque que dio renombre a la rica región en antaño. Las mujeres visten coloridas faldas floreadas y pulcras blusas blancas, usando a modo de pequeña túnica un paliacate rojo en sus espaldas amarrado de sus
  • 4. hombros o cuello, su sombrero es al igual que el de los hombres adornado de vistosas y coloridas flores de la temporada, y en sus pies calzan delicadas sandalias de piel, en el grupo de mujeres una es la líder y lleva con ella una bandera roja que hace ondear al ritmo de la monótona melodía que surge de un pitero y tamborilero, la bandera al final de la festividad ondeará de color blanco. Este conglomerado de mujeres, representan la fertilidad de la tierra, de lo que fue esta rica y fértil región de la cultura maya. Los tigres caracterizados por los danzantes más jóvenes usan un calzón de manta y cubren la totalidad del su cuerpo con barro amarillo el cual una vez que ha secado en sus cuerpos hacen círculos negros con un carbón asemejando las motas en la piel del jaguar, cubriendo cabeza y dorso con una piel legitima de jaguar, estos son los jaguares habitantes predilectos del bosque del árbol sagrado del pochote y quienes descenderán al inframundo, para hablar con los señores de la obscuridad para que el bosque nunca más muera. Dos de ellos tienden una cuerda que los otros jaguares saltan, ésta cuerda representa a la tierra es decir la separación entre los trece niveles del cielo y los nueve niveles del inframundo el saltar la cuerda representa que están descendiendo al inframundo. Los jaguares toman a algunos cojoes que representan a los árboles en sí y los ofrendan a los señores del inframundo derribándolos, para que el bosque del árbol sagrado del pochote nunca más sufra del total exterminio como el del malvado rey Votan. La música integrada por un tamborilero y un pitero inician el monótono ritmo con un sonido especial de preparación de la madre tierra y que es representada por las danzantes mujeres llamadas pochoveras y que representan la misma fertilidad natural del suelo o tierra, al cambio de ritmo entran los hombres disfrazados de cojoes y que representan el bosque del árbol sagrado del pochote y que el pueblo venera por sus infinitas bondades para con sus habitantes. Posteriormente los jaguares representados por los más jóvenes descienden al inframundo a perpetuar el pacto de protección del bosque ofrendando algunos árboles, pero que al retornar de su viaje reviven y reintegran al bosque, pero su propósito al descender es el de que nunca más dejen libre al espíritu del rey perverso de Votan, que se liberó de las profundidades en el temible y malvado Jaguar negro.