1. LA HISTORIA DEL ´TIO PIRULO´.
Es esta la historia del Tío Pirulo.
Achabo personaje este, andaba siempre perdido
entre la chiquillería, cuando estaba bien, cuando no se
perdía en su rincón, allá detrás de las paredes de la casuta
del tío Cartucho.
Era este tío Pirulo un personaje muy especial, no sé
por qué los chavales lo querían tanto unas y otras veces lo
criticaban tanto , sería por su forma de ser, todos lo
decían, hasta el Yío Carmelo. Que me consta lo conocía y
muy bien, decía que era un individuo muy especial, un
bohemio,persona de gran corazón ,poca maldad y
menores entendederas.
Estaba la bachillería deseando acabar el cole para ir
allá donde el Pirulo, él siempre allí estaba entre aquellos
cañaverales. Era la casa,bueno , mas bien una herrumbre
caseta en medio de muchas cañas verdes en primavera y
más amarillas que la puñeta en el invierno. Una balsa
rodeaba la construcción, pero el Pirulo nunca la llenaba,
decía él,que había un ojo que tragaba al que se metía
dentro, y como nos quería no la llenaba, bastante se
inundaba cuando por las lluvias aparecía la venía.
La verdad es que cuando el agua desbordada
aparecía por la rambla, era de miedo, lo inundaba todo,
2. pero el Tío Pirulo que era pobre, pero más listo que el
hambre, se había construido un palafito entre las ramas
de los tres árboles que guarecían la caseta, se subía arriba
y esperaba a pescar los barquitos con mensajes que
nosotros le mandábamos desde lo alto de la colina, luego
él nos remitía mensajes con lo que necesitaba y lo
cogíamos abajo en la vaguada.
Nos decía, ir donde la señora María, me compráis...,
nunca pedía tabaco, dos monjes, una barra, de pan y un
tonto. Después me lo mandáis río abajo en el ¨titánic¨.
Era la caraba, con el tiempo y edad en tendí aquello
que decía el tío Pirulo. Los monjes eran sardinas saladas,
el tonto un cartón de vino blanco, le llamaba así para
diferenciarlo del tinto que era el listo, y el medio mari el
rosado.
Me olvidaba, el titanic era una caja de plástico ,de la
fruta, a la que el mediante una cuerda agarrada sujetaba
a otra superior a guisa de rudimentaria tirolina,
deslizándola hacía un lado u otro según conveniencia..
Decía que esa idea ya la tenia él, pero la perfeccionó al
ver una película en el cine de Arriba, los balseros se
llamaba la película, bajaban el Mississippi.
Nos decía el tío Pirulo que el rio ese, estaba justo
debajo de nosotros, porque la tierra es redonda, como
una canica de jugar al ´gua¨, si le hacemos un agujero, nos
cae toda el agua, por eso siempre nos decía y nunca nos
3. dejaba jugar a los ¨zompos¨ y ¨peonzas¨que las tentaba el
diablo. Mira si hacéis un agujero y se llena todo esto de
agua. Ya tengo bastante con la que viene con la riada. Ah!
Eso en el mejor de los casos , en el peor se nos cuelan
unos cuantos chinos ,y entonces, ¿qué hacemos? Se
comen las natillas y los flanes mandarín.
Un día nos dijo,- venir mañana que os invito a
merendar-, es mi cumpleaños, aunque en verdad no sé ni
los que cumplo, ni cuando nací. El era así,- sé que unos
me quieren y otros me quieren ver fuera de aquí.
Fue una fiesta muy especial a la sombra de los árboles
en una tarde cargada de sol, fijaros era agosto. Entonces
nos anuncio , mientras preparaba el banquete, - voy a
llenar media piscina climatizá para que disfrutéis de la
fiesta. Pero, en aquella balsa no había agua ni para
mojarse el dedo gordo de un pie, ni izquierdo ni derecho.
Bueno chicos todos a comer, animaba, en el tronco de
un ciprés viejo y carcomido que de mesa hacía,colocaba
los manjares, decía, exquisitos, nos pidió sentarnos y que
disfrutáramos del evento y momento. Todos fingíamos
comer, pero era de mentiras, pues allí no había nada que
llevarnos a la boca y para deleite del reseco paladar. Al
finalizar, dijo que eso era lo que hacían los mayores en sus
fiestas.
4. Cómo nos engañó, cuando ya estábamos convencidos
que nuestros estómagos estaban llenos, más bien de aire
que de comida. Entonces nos sorprendió con unos
¨vikingos¨ (hamburguesas gigantes de no menos de
medio kilo por pieza, una par cada uno de los allí
presentes, catorce o quince en total, y una gran botella de
coca cola por barba. La verdad, entonces si que nos
pusimos las botas.
Mientras tanto nos dijo que los vikingos habían sido
unos señores muy brutos comiendo, matando y
quemando, y que procedían de un país muy pequeño
llamado Dinamarca,pero son los dueños de la isla más
grande del mundo, una tal Groenlandia, al parecer allí
hace mucho frío, mucha nieve , mucho hielo, hasta los
lobos se comían los dientes.
¡ Vaya Tío Pirulo !
Una tarde era el cumpleaños de una niña de la
pandilla, pero nuestros mayores no se hablaban, y claro
está no me invitaron. ¿ Qué hago yo? Y pensé resuelto,
con el tío Pirulo...
Estaba él a la sombra del pino, con un tablero de
ajedrez. Hacía un movimiento con las blancas, daba la
vuelta al tablero y entonces jugaba con las negras.
Deciame. - Pipin .no sé que hacer no pierdo nunca,
siempre gano.
5. Así era el tío Pirulo.
Bueno me recibió muy bien , me conminó pensara la
próxima jugada, mientras me hacía una juidada o una
palestinada, porque los limones eran de allí y según el
repartidor recibía un nombre u otro.
Un día me enseñó como se hacía el hielo , también me
enseñó a hacer cristal. La verdad es que aprendía más con
él que con la maestra, hasta que por celos o
profesionalidad se chivó a mi progenitor. - Su hijo hace
novillos. No asiste a clase. Y todo lo que le vino en gana y
desafuero. Vaya el paquete que nos llevamos los dos, Tío
Pirulo y un servidor.
Pasados unos meses me acerqué a saludarlo y estaba
muy triste. El motivo era su amigo radio-cantor y
despertador se había muerto.
Se llamaba ¨piriloto¨un pajarillo guapo, agradable,
simpático y bonito al que gustaba subirse en el hombro
del tito. Tenía su caseta en una orilla del palafito,
honorable casa refugio de nuestro personaje.
6. Lo había enterrado al pie del ciprés y todos los días le
llevaba un ramillete de florcillas y un poco de su
melancolía. Le limpiaba una pequeña lápida que le había
hecho con piedrecilas redondas que arrastró la última
riada.
Pasó el tiempo, y no veia la tio por el pueblo, así tomé
la decisión de visitarlo. Estaba mal carrizo, pelo canoso,
tez blanca y poca voluntad. Lo cierto es que llevaba la
invitación para mi boda.
Cuatro lágrimas rodaron de sus ojos pr la arrugada
mejilla. Entonces supe que algo ocurría.
– Pinín, me quedan dos días, no podré asistir , pero te
deseo la máxima felicidad , la que otros no pudimos
alcanzar. Quiérela , ámala, respétala y ganarás.
El tío Pirulo murió y en su lápida hay una inscripción
que refrenda su existencia.