Tu tranquilidad lo vale todo
William Alcántara
En la vida diaria siempre habrá momentos en que estemos angustiados y
cansados por el ajetreo del trabajo, del estudio y el ritmo de vida tan acelerado
que tenemos en la actualidad.
Nuestra tranquilidad se ve afectada por estas acciones y lo único que puede
provocar son daños a la salud física y emocional.
Entonces, ¿qué hacer en estas circunstancias?
Muy fácil, dejarse guiar como las aguas en un manantial que fluye
libremente, aunque puede contaminarse de basura y otras cosas que caigan en él;
siempre que haya movimiento en sus aguas habrá nuevas opciones de salir
adelante, que no estaremos estancados por siempre, es decir, que por más
ajetreados y angustiados que estemos, existe la posibilidad de salir de estas
situaciones y seguir adelante.
Por esto valórate, ámate, cuídate y quiérete a ti mismo; date la importancia
que realmente tienes y que te mereces, aunque para otros no lo seas, date tú mismo
el valor porque dice alguien que estimo desde hace tantos años: “Dios no hace
porquerías” (Aris Leida Peña).