3. LAS EMOCIONES
Para aprender a perdonar y llegar a una posterior
reconciliación con determinada persona o situación,
primero tenemos que aprender a conocer y entender
nuestras emociones.
Las emociones son estados afectivos que experimentamos
y que producen en nosotros reacciones fisiológicas y
emocionales.
Todas las emociones son necesarias y tienen un papel
importante para asegurar la supervivencia del ser humano.
4. La forma como manejamos
las emociones está ligada al
ambiente en que vivimos, el
entorno en que crecimos y
las experiencias de vida.
“Cualquiera puede enojarse,
eso es fácil, pero enojarse
con la persona que es, en el
momento que es, por la
razón adecuada y del modo
correcto, eso, ciertamente,
no es tan sencillo”
Aristóteles
5.
6. El equilibrio emocional se logra cuando entendemos
que no es lo que viene de fuera, sino la forma en que
lo asumimos lo que causa nuestras reacciones
emocionales y en la medida en que aprendemos a
conocer y entender nuestra forma de asumir dichas
emociones estaremos en capacidad de hacer lo mismo
con las emociones de los demás.
7. Las emociones mal encauzadas esclavizan y la
experiencia más liberadora es el perdón.
8. VENTAJAS DEL PERDÓN
- El perdón es un regalo, primero para quien lo da,
luego para quien lo recibe.
- Es una decisión, fruto de un proceso, o que conlleva
a un proceso.
- Es dejar de ser víctima para recordar sin dolor.
- Es sanador y liberador
- Es un acto de madurez emocional
9. DEFINICIÓN PSICOLÓGICA DEL PERDÓN
La psicología describe el perdón como un proceso que
desarrolla el individuo interiormente y que beneficia
mas al que perdona que al que se le perdona.
Muchas son las razones por las cuales una persona
pide perdón , en su mayoría para sentirse bien con
ellos mismos. Otros para sentirse perdonados por algo
que se les había convertido en una carga insoportable.
10. El perdonar es una
manifestación de poseer
altos valores morales y
trae como consecuencia
sanidad y libera a la
persona de sentimientos
de enojo, rencor y odio.
Al perdonar no
necesariamente se olvida
ni la persona se reconcilia
con su agresor, pero puede
vivir sin la pesada carga
del resentimiento y deseos
negativos contra la
persona a la cual no se le
había podido perdonar.
11. Las personas que no admiten sus errores y tienen su auto estima
muy baja y tienen poca tolerancia a la crítica de otros son a las que
comúnmente más les cuesta pedir perdón.
También muchas son las veces en que la persona pide perdón y no
es perdonada, pues al individuo al cual se le pidió perdón no esta
listo para hacerlo pues sus heridas todavía no han cicatrizado.
13. La biblianos dice …
Perdónanos nuestros
pecados, porque nosotros
mismos también
perdonamos a todo el que
nos debe” (Lucas 11:4).
De igual manera, en la
parábola del esclavo que
no mostró misericordia,
Jesús explicó que el
perdón es como la
cancelación de una deuda
(Mateo 18:23-35).
La Biblia enseña que el
perdón se basa en el amor
sincero, ya que el amor
“no lleva cuenta del daño”
(1 Corintios 13:4, 5).
14. Perdonar no significa:
Aprobar la ofensa: La
Biblia condena a quienes
consideran una mala
acción como aceptable o
inofensiva (Isaías 5:20).
Actuar como si la persona
no hubiera cometido la
ofensa: Dios le perdonó al
rey David sus graves
pecados, pero no lo libró
de las consecuencias.
Además, Dios hizo que los
pecados de David se
pusieran por escrito para
que se conocieran en la
actualidad (2 Samuel 12:9-
13).
15. Dejar que los demás se
aprovechen de uno:
Supongamos que le
prestamos dinero a
alguien. Pero él lo
malgasta, así que no
puede devolverlo como
se había comprometido a
hacer. Él se siente mal y
nos pide perdón.
Nosotros podríamos
decidir perdonarlo, es
decir, no guardarle
resentimiento ni echarle
en cara continuamente lo
que ha hecho. Quizás
hasta pudiéramos
cancelarle la deuda por
completo. Sin embargo,
eso no significa que
tenemos que estar
dispuestos a prestarle más
dinero en el futuro (Salmo
37:21; Proverbios 14:15;
22:3; Gálatas 6:7).
16. QUE NOS PUEDE AYUDARA PERDONAR?
Recordar qué implica el perdón. No significa que consideramos
que está bien lo que sucedió ni que nunca pasó. Sencillamente
lo pasamos por alto.
Pensemos en los beneficios de perdonar. Dejar de sentirnos
enojados o de guardar rencor nos ayudará a estar más
calmados, mejorará nuestra salud y nos permitirá ser más
felices (Proverbios 14:30; Mateo 5:9). Y, lo que es más
importante, perdonar a los demás es imprescindible para que
Dios perdone nuestros pecados (Mateo 6:14, 15).
Seamos comprensivos. Todos somos imperfectos (Santiago
3:2). Puesto que deseamos que los demás perdonen nuestros
errores, nosotros también debemos perdonar los suyos (Mateo
7:12).
17. Seamos razonables. Si el error es de poca importancia, tenemos
que poner en práctica el siguiente consejo de la Biblia:
“Continúen soportándose unos a otros” (Colosenses 3:13).
Actuemos de inmediato. Esforcémonos por perdonar enseguida
en vez de dejar que se intensifique la ira (Efesios 4:26, 27).
19. Dios nos perdona en la misma medida en que nosotros
perdonamos, de allí que al no perdonar estamos perdiendo la
gracia santificante. Nuestras faltas ya sean en hechos, omisiones,
pensamiento, cuando desagradan a Dios, nos alejan de Su
Presencia, de allí la importancia de vivir en el amor a Dios, a uno
mismo y al prójimo.
Cuando perdemos el estado de gracia, debemos buscar los medios
para que nos sea devuelta y por ello no debemos olvidar que Dios
nos pide perdonar porque Él mismo ya nos ha perdonado y ha
derramado Su Sangre por amor a nosotros. Para recuperar la
gracia nos ha dejado el Sacramento de la Reconciliación.
Los cristianos estamos llamados a la santidad; para ello hay que
vivir en gracia de Dios; pero podemos perder la gracia bautismal
por el pecado mortal, que mata la vida sobrenatural del alma y
rompe la amistad y la comunión con Dios.
20. El pecado, como explicaba San Juan Pablo II, es un acto suicida,
porque ante todo, el hombre se daña a sí mismo, destruyendo toda
obra buena.
El Señor Jesús ha instituido el sacramento de la penitencia, que se
llama también y muy adecuadamente "Sacramento de la
Reconciliación" o Confesión, para perdonar los pecados cometidos
después del Bautismo y abrirnos así la puerta a la reconciliación
con Dios.
Jesucristo, por ser Dios, tiene poder para perdonar los pecados, y
dio este poder a los Apóstoles y sus sucesores en el sacerdocio,
quienes actúan "en la persona de Cristo"; o sea que, de hecho, es
el mismo Jesucristo el que perdona por el misterio del sacerdote.
21.
22. ¿Qué es necesario para
hacer una buena
confesión?
Para hacer una buena confesión
es necesario:
1º Examen de conciencia.
2º Dolor de los pecados.
3º Propósito de enmienda.
4º Decir los pecados al confesor.
5º Cumplir la penitencia.
¿Qué es el examen de
conciencia?
Es recordar los pecados
cometidos desde la última
confesión bien hecha.
¿Qué es el dolor de los pecados?
Es un sentimiento o pena interior
de haber ofendido a Dios.
¿Qué es propósito de la
enmienda?
Es una firme resolución de no
volver a pecar y de evitar todo lo
que pueda ser ocasión de
cometer pecados.
23. ¿Qué pecados debemos
confesar?
Debemos confesar todos los
pecados mortales no confesados
anteriormente, con su número y
circunstancias. Conviene decir
también los pecados veniales.
¿Qué pecado comete el que calla
por vergüenza la confesión de
algún pecado mortal?
El que calla por vergüenza la
confesión de algún pecado mortal
comete un grave pecado llamado
sacrilegio, y no se le perdonan los
otros pecados confesados.
¿Qué ocurre si se olvida la
confesión de un pecado
mortal?
Si se olvida la confesión de un
pecado mortal, la confesión
vale, pero el pecado olvidado
debe manifestarse en la
próxima confesión.
¿Qué es cumplir la
penitencia?
Cumplir la penitencia es rezar
las oraciones y hacer las
buenas obras que manda el
confesor.