5. Me sorprendió ver cómo todas las casas, a lo largo de la carretera, saliendo de las ciudades, tienen una pequeña huerta al frente para cultivar lo esencial. Son casas de un piso. Pasando la huerta hay un pequeño camino para las bicicletas. Las casas al lado de la carretera tienen una pequeña huerta al frente
6. Con los ojos pegados a la ventanilla veía este espacio tan vasto de nuestro planeta, pensando en la infinitud del mundo. El paisaje no cesaba de cambiar, diferente al nuestro; muchas veces sólo por pequeños detalles, como un turbante lila en la cabeza; otras veces por el tipo de árboles o flores que crecían a lo largo de la carretera; por la tierra que no cesaba de cambiar de color; aparecía ya quemada y marrón, ya verde y durante mucho rato roja, por la gran cantidad de amapolas que se mecían con el viento. Pastor con sus ovejas
7. Cada lugar entraña un misterio y el acceso al mismo lo facilita el idioma. Sin conocerlo, muchas veces ese mundo permanece para nosotros insondable e incomprensible. Más aún: descubrí una relación entre tener nombre y existir, pues cada vez que vuelvo a mi hotel me doy cuenta que sólo veía lo que sabía nombrar; recordaba una petunia, pero no la planta que estaba a su lado, porque desconocía su nombre. En una palabra, comprendí que cuanto más vocabulario haya atesorado y más lugares haya visto, más pronto y más rico en su inabarcable diversidad, se abrirá el mundo ante mi. Vendedoras de plantas en un mercado a las afueras de Bujará.
8. Una de las experiencias más emocionantes de viajar a lo largo de la Ruta de la Seda, es entrar a un bazar. La mayoría de las ciudades a lo largo de la ruta, tienen bazares permanentes que abren por lo general 6 días a la semana, y otros que tienen días especiales de mercado que atraen a todo tipo de personas que vienen a comprar y a vender. Los bazares por lo general están rodeando una mezquita, para que los comerciantes y los compradores puedan ir a hacer sus oraciones. Otra maravillosa experiencia son los mercados, por su variedad de frutos, verduras y mercancías que se ofrecen; además, por el colorido de los vestidos de sus gentes y los rostros diferentes que se ven. Niña vendiendo “nan”, con su clásico vestido de ikat y su exótica combinación
9. La figura de otra persona entraña una riqueza extraordinaria de lenguajes. Basta con intentar detectarlos y descifrarlos. Acostumbrados a comunicarnos exclusivamente a través de la palabra hablada o escrita, no nos paramos a pensar en que se trata tan sólo de una de las maneras de comunicarse que en realidad existen. Y es que todo habla: la expresión de la cara y de los ojos, la gesticulación de las manos y el movimiento del cuerpo, la ropa y la manera de llevarla. Las mujeres uzbekas se comunican a través de sus sonrisas y de su alegría de vivir, de su generosidad y de sus movimientos y sobre todo de su mirada siempre receptiva y transparente. Vendedora de “perfectos” jitomates ¿Don Carlos?!
10. En la antigüedad la mercancía se movía muy lentamente; viajaban unos 40 km al día, la distancia que cubre en 8 horas un camello cargado, dependiendo del terreno. La mercancía cambiaba de manos y de camellos, y los costos del transporte eran altísimos. Sardova : cisterna de agua en la carretera
11. Sólo queda la monumental entrada de lo que fue este "caravanserai"; fueron construidos a lo largo de la Ruta de la Seda para proveer de comida, agua y un lugar para dormir. La palabra proviene del persa: karvan , = varios viajando juntos, y sara = un lugar viviente. Eran tabernas en la carretera situadas a un día de camino, una de otra, en donde los viajeros podían comer, dormir y recuperarse de la jornada, con sus animales siendo cuidados y alimentados y sus mercancías a salvo. Sólo tenían una entrada bien defendida; lo suficientemente amplia para que entraran los camellos con las mercancías. Caravanserai en la carretera
12. Las moreras separan los campos en desmochadas hileras, como sucede en China. Las carreteras están bordeadas de largas filas de moreras; y en el campo, miles de rojas amapolas le dan un toque impresionista. Tortuga y amapola en parada estratégica
13. Nurata - fundada por Alejandro Magno Una vez conocida como Nur, esta antigua ciudad fue fundada en 327 aC por Alejandro Magno. Los restos de la fortaleza militar se levantan por encima de la ciudad y el sistema de abastecimiento de agua es el que instaló Alejandro Magno que todavía se utiliza parcialmente hoy. Hay un manantial que es sagrado, tanto el agua como los peces. La ciudad también es famosa como un lugar de peregrinación musulmana. Muhammad Narshani, quien escribió sobre la historia de Bujará, en 943, proporciona información sobre el poblado de Nur, situado al pie de la montaña. Harshahi escribió "muchas personas, que están enterrados allí, han visto al Profeta Muhammad". En la actualidad, los peregrinos siguen visitando los lugares de oración. Chashma es un lugar de peregrinación de los creyentes y uno de los centros religiosos más importantes del Islam en la región. Nurata, desde la fortificación hecha por Alejandro Magno en 327 aC Imagen de Wikipedia
14. Donde antaño los mercaderes habían viajado a voluntad entre janatos musulmanes en decadencia, las fronteras de la nueva Asía Central son ahora el paraíso de un burócrata. Preocupado porque se creara un bloque musulmán dentro de su imperio, Stalin delineó las fronteras de estos países a mediados de los años veinte, concediéndoles historias adulteradas. En vano, sus fronteras intentaron seguir realidades étnicas. Incluso ahora, después del dominio soviético, los dialectos turcos se entremezclan. Uzbekistán derrama sus gentes por todos los países que lo circundan. Y toda Asia Central está impregnada de rusos, ucranianos, tártaros, alemanes, uigures, chinos y coreanos. Con la desintegración de la Unión Soviética, sus jóvenes repúblicas musulmanas, cuyas fronteras se habían trazado para perder su significado con el paso del tiempo, llevan sus frágiles identidades al escenario mundial. Rosquetas consagradas en Nurata
15. Me dice un uzbeko: "Mi generación no es feliz. Nos educaron para creer en el sueño soviético. Cantamos esos himnos en la escuela, sobre un futuro prometedor, y yo me lo creí todo. Luego cuando tenía 18 años el sueño se hizo pedazos. Ahora ¿en qué debemos creer? ¿en el Islam? No... El árabe no es mi lengua. No es mi historia, ni mi desierto. Somos gente de montaña. Y tuvimos 70 años de dominio soviético. Nos habituamos al vodka..." Pero el uzbeko bebe té. Nurata - pequeño pueblo con un estanque “milagroso·
16. Y por esta desolación habían transitado siglos de caravanas. Por mi ventanilla, contemplé su recuerdo con asombro. En distintos períodos, todo lo que el mundo conocía había pasado por aquí. En sus primeros tiempos, la Ruta de la Seda parecía internarse en Asia Central como si lo hiciera en un lugar salvaje y recóndito. Los grandes imperios al este y al oeste --China, Persia, Roma– se desvanecían en su silencio. La ilusión era de una borrosa transición. Extrañas flores vistas desde el autobús
17. Nuestra ida a pasar una noche en el desierto, acampando en una yurta, desencadenó una pequeña sublevación entre el grupo. Había a los que les parecía una experiencia inolvidable, como lo fue por diferentes motivos para cada uno, y los que pensábamos que nos podíamos ahorrar esa incomodidad, por más novedosa que fuera. Al final ganaron los que querían nuevas experiencias, así es que todos fuimos, ya que no había hotel a la redonda en 300 km. LLegamos con un sol radiante... El camión que nos llevó a las yurtas
18. Las yurtas son la perfecta solución para los nómadas. Relativamente manuables, calientes y espaciosas, están hechas de materiales provistos por los rebaños de los nómadas. No es de extrañar que Genghis Kan se quedaba en una yurta; y Tamerlán prefería la acogedora yurta de su jardín que sus palacios. Afuera de una yurta
19. El interior de las yurtas tradicionales consiste de un espacio circular. Están hechas de madera recubierta con un fieltro. El fieltro se fabrica a partir de la lana de los rebaños de ovejas que acompañan a los pastores. La cena en la yurta Mantel ikat
20. La madera para hacer la estructura externa no se encuentra en los árboles de las estepas, y debe ser obtenida en los valles más abajo. El interior de una yurta
21. El marco consta de una o más celosías o secciones de pared, un marco de puerta, techo y postes. Algunos estilos de yurtas tienen una o más columnas de apoyo para el centro. El apoyo y el marco de madera están cubiertos de piezas de fieltro. Dependiendo de la disponibilidad, además, está cubierta con lona. El marco se mantiene unido. con una o más cuerdas o cintas. La estructura se mantiene en virtud de la compresión por el peso de las cubiertas, a veces con un peso colgado desde el centro del techo. Varían regionalmente, con el techo curvado o recto. Las columnas son de diferente tamaño y peso. Una yurta está diseñada para ser desmantelada y las piezas cargadas por camellos o yaks, para ser reconstruida en otro sitio. Las yurtas
22. La salida del sol en el desierto, como cerca del mar, siempre es un espectáculo luminoso, por momentos místico... El mundo, ese mismo mundo que nos ha abandonado por la tarde y ha desaparecido durante la noche, de repente regresa. Regresan el cielo, la tierra y la gente. Todo esto vuelve a ser y estar, volvemos a verlo todo. En este momento sobrecogedor los musulmanes se hincan de rodillas y dicen su primera oración: el sald as-subh. Las yurtas en el desierto
23. He comprendido que los viajes que hago, los puedo alargar, repetir y multiplicar leyendo libros, estudiando mapas, entrando al internet, escribiendo sobre ellos, contemplando cuadros y mis fotografías. Más aún: que siempre complementan a los real y materialmente hechos, pues en un viaje iconográfico me puedo detener en cualquier momento para observarlo con detenimiento, puedo retroceder a la imagen anterior, etc. ... cosas que en un viaje real a menudo quedan fuera de mi alcance por falta de tiempo y de oportunidad. En un -stop- estratégico
24. Baños que el intrépido viajero se va encontrando en la ruta…
25. [Lo que parece “escalera`… es la rejilla o coladera del W.C.]
31. Ruta de la Seda - 9 Camino a las yurtas (y baños) Fotos y textos por Mati Romo (+ algo de internet) [email_address] ♫ - Uigur Green Tea – Chang-Fu – Tea Travel –primera parte - ♫