1. MARZO 2002 PASEANDO POR LAS ACERAS
Paseo n°1
Buscando el sol por Rico Cejudo. Familia gitana cantando a compás. Semillería.
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Avenida de la Cruz del Campo, callejuelas de Nervión. Villa Carmen, Villa
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Isabel y Villa Julita. Casas con torreoncillos. Muchos comercios tradicionales de
los del desavio.
Eso, la abandonada Cruz del Campo. Desastre urbanístico.
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Entro en una caja de ahorros con azulejo del vía crucis en la fachada (hasta aquí
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llega la fuerza de la mirada del Cachorro) y veo, mientras espero mi turno, un
cartel de la Parroquia del Perdón. Cantera de cofrades.
Luis Montoto. Antigua cárcel de menores. Otro azulejo.
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La Altea, El Verde Inglés y Flandes. Triunvirato de la decoración.
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Cuatro esquinas para un cruce : El Corte Inglés, Los Lebreros, Colegio Borbolla
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y el antiguo Vicens, que hace poco fue Horno Santa Justa y que ahora es una
tienda de complementos, que me dicen es muy cara.
Parroquia de San Benito. Preside Valvanera, los tres titulares de la penitencial en
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el altar de la izquierda. San Juan mira absorto la estampa desde el lado opuesto.
Redescubrimos a San Antonio, San José, en lo más alto el propio San Benito.
¡Ah! Y la placa que nos recuerda que aquí se fundó el Gran Poder.
Vemos lo bien que le va a Castro Motos que han ampliado negocio.
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Tienda de los veinte duros, o de los 60 céntimos de euro. Salimos cargados con
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cinco o seis cosas, y no todas a cien pelas.
Ya no hay puente, viaducto viejo y nuevo.
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Puerta Carmona. Peña Los Caperucitos. Carnaval en Sevilla.
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Plaza del Cristo de San Agustín. Intentos continuos cada año de resucitar esta
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vieja devoción, que según cuentan superaba con creces a cualquiera de las
actuales.
Calle San Esteban, bares, diminutos ultramarinos, fruterías, barrio perdido, que
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no todo el casco histórico es centro. Sevilla añora sus barrios intramuros y
abandona los extramuros. Ya no llora nadie por sus arrabales.
Balcones de la esquina de Imperial y de Medinaceli. San Esteban cerrada pero el
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Señor de la Salud y Buen Viaje recibe al caminante.
Preparando un catering en la Casa de Pilatos. Nos acercamos y tomamos nota de
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los precios de las visitas. Queda pendiente.
Calle Águilas. Están arreglando la casa que da nombre a la calle. Es una
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tranquilidad saber que no se te va a caer encima uno de los aguiluchos de piedra.
Convento de las Clarisas, San Pancracio. Cuanta fe en un metro cuadrado.
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Cuantos rezos a este singular Ministerio del Trabajo.
Nos desviamos por Vírgenes, Cabeza de Rey Don Pedro y volvemos hacia atrás
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por Alfalfa, que también es calle. Aunque esto confunde.
Ella entra en una de sus tiendas preferidas, un batiburrillo de pequeñas cosas
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entre las que destacan sus viejos cromos. Yo entro en el Catálogo Cofrade donde
los jueves hay rebajas. Me compro un libro de Muñoz y Pavón. Crónicas
periodísticas de principios del siglo XX.
Empieza a verse ambiente por las bodegas. Subimos entre naranjos buscando
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Luchana. No me extraña que San Isidoro haya decidido bajar por aquí para
buscar el Salvador por Alcaicería. Aquí si rompemos tradiciones pero en lo de
las mujeres ¿no?, eso no vale.
Comercio tradicional. Mil Lámparas para un salón incompleto.
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2. MARZO 2002 PASEANDO POR LAS ACERAS
San Isidoro. Parroquia renovada hace ya unos años. Esqueleto del pasovirgen en
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uno de los laterales, cerca de donde se guardan una de las joyas de nuestra
semana mayor, el Simón de Cirene que acompaña al Señor. Le podrían poner
algo más de luz. Frente al Cirineo está la Virgen de la Salud, que permite cada
año uno de esos otros momentos de gloria, en nuestra ciudad. Un euro para
seguir conservándola. En la capilla de la izquierda un cristo crucificado de época
más antigua que los que normalmente encontramos sobre nuestros pasos
procesionales. Este cristo llamó la atención de un escritor extranjero, especialista
en nuestra guerra civil, que reclamó información al capellán de la parroquia. El
escritor, un tal Irving, sentado junto a mí, en la capilla del Sagrario conversaba
con el susodicho lugareño sobre la etimología de la palabra Sagrario y sobre la
costumbre desconocida para él de tener una vela roja encendida cuando está
presente el cuerpo de Cristo. No le faltaron elogios para la supuesta buena
acústica del templo y para el altar de la capilla antes citada que calificó como
“cueva dorada para la virgen”. Siguió dando vueltas por la iglesia tomando notas
en su agenda. En la primera capilla junto a la puerta están las imágenes
procesionales de San Isidoro. Al igual que la Virgen de la Encarnación en San
Benito, la de Loreto estaba vestida de hebrea. Me gusta.
Ya va siendo hora de una cervecita, en Donaire, donde se puede leer un curioso
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cartel solicitando costaleros para el Jueves Santo en Jaén. Pagan el
desplazamiento y manutención. Mientras nosotros cerveza, manzanilla, jamón y
queso.
Nos volvemos por la Alfalfa, Odreros y Boteros. Es inevitable entrar a asomarse
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al Garlochi, bar de copas absolutamente barroco. Plaza de San Ildefonso,
Zamudio, San Leandro. Prohibir las litronas en la pila del pato, es tirar por tierra
mucha de la cultura popular de esta ciudad. Deben tener cuidado con las
prohibiciones.
No podemos evitar el recuerdo de esas noches viendo procesiones. Lunes Santo,
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Beso de Judas, Pila del Pato. Alternativa a la masificada Alfalfa.
Teniendo como vigía la esbelta torre mudéjar de Santa Catalina, llega muy
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pronto el 24. Se hace corto el trayecto. Frente a Los Arcos nos apeamos para
llegar pronto a casa.
Y mientras escribo esto, escucho Oración de Gloria, por la Banda de Cornetas y
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Tambores del Stmo. Cristo de la Sangre.
3. MARZO 2002 PASEANDO POR LAS ACERAS
Paseo n°2
Mariano Benlliure fue un escultor valenciano que nació el 8 septiembre de 1862
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y murió en Madrid el 9 noviembre de 1947. En Sevilla podemos observar su
obra, que yo sepa, en el Cementerio de San Fernando, con el monumento a
Joselito.
Sin tener que recurrir a tan lúgubres temas resulta que este señor es el que le da
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nombre a la calle donde vivo, y a la calle que recorrimos de cabo a rabo en un
poco soleado mediodía de un domingo del mes de marzo. Muy poca gente en las
calles con todos sus comercios cerrados, a excepción de alguna panadería y el
quiosco de los periódicos. Que estén cerrados es normal pero por mor de los
amigos de lo ajeno, ya no quedan casi escaparates que ver. Todo chapa y
pintura.
En Marqués de Pickman, donde más chapas y cancelas nos rodean cuando no
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hay comercio, pillamos el 5, al vuelo como quien dice.
Nos bajamos en esa frontera de todo que es la Plaza de Cuba. Dejando a la
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izquierda el reformado Monasterio de los Remedios, del que no dudo en tiempos
lejanos saldrían hasta procesiones.
Y por Pagés del Corro nos vamos adentrando en el arrabal de los arrabales, en el
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barrio de los barrios. Calle de tiendas, y de concesionarios, y de bancos, es la
Avenida de la Constitución de Triana. Atrás va quedando el Convento de la
Encarnación con su retablo con “la palomita de Triana” (cuando se cumplan 100
años de la refundación de la hermandad debería haber procesión extraordinaria),
la rociera calle Evangelista y ...
¿Por qué no salen procesiones de San Jacinto? Pienso que sería el lugar ideal de
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salida de La Estrella aunque su capilla oficial se mantuviera, le daría un porte
especial. Están celebrando misa en la parroquia que es amplia y luminosa.
Mucha gente.
Pero más gente y menos espacio en el besamanos de la dolorosa trianera de la
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calle San Jacinto.
Que poquito quea pa que Triana esté de fiesta
Que poquito quea pa enseñar al mundo su belleza
Que poquito quea pa que el domingo llore el puente
Y que en Sevilla se digan, los unos a los otros
Mirad por allí viene “la valiente”
Se confunde uno viendo escaparates de cerámica por Ocampos, Covadonga,
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Alfarería, Callao.
En Castilla, hay más trajes de flamenca y menos cerámica, y en la parroquia de
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la O, están de boda. Los novios llegarán de la luna de miel, justito para ver
cofradías y empalmar vacaciones, los hay listos.
El paso del Señor en pleno altar mayor esperando la bajada de su titular, el cual
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este año preside el cartel de la Semana Santa del distrito trianero. Me recuerda a
fotos antiguas, y es que si hay algo clásico en Triana es el Nazareno de la calle
Castilla.
En casa Diego se refresca la garganta el viajero y manda callar el estómago con
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una poquita de sangre encebollá y unas gambas con gabardina.
4. MARZO 2002 PASEANDO POR LAS ACERAS
Pero desde que nos bajamos del autobús se veía algo diferente, de día grande,
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¿qué pasa? qué va a pasar, chiquillo, que la Esperanza celebra Función Principal,
y es día de chaqueta y corbata, de medalla y de cervecita en el Bistec, o en el
Santa Ana, o en uno de los cuatro bares que rodean a la Capilla de los
Marineros. Cuatro hachones de cera para un paso que es Triana. El palio, su
cielo, lo pondrá Sevilla la mañana del Viernes Santo.
Retornamos por Pureza, Troya, Betis, puente San Telmo, Delicias, Colón,
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Postigo del Carbón (que me dicen se está convirtiendo en caótico por las obras
del paseo Colón), Santander y Avenida. Pillamos el 26 y nos vamos a comer
garbanzos an ca mi suegra.
Antonio Aranda Colubi