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Los actos culturales

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Los actos culturales

  1. 1. LOS ACTOS CULTURALES Presentación Entendemos a los centros educativos como espacios para el libre desarrollo de las potencialidades individuales y colectivas, el desarrollo y fortalecimiento de las ideas de nación, compromiso social, responsabilidad, democracia, participación; la formación en las diversas corrientes del arte y la cultura y la expresión amplia de la creatividad de todos… veamos entonces qué se hace, por qué y para qué organizamos los actos culturales, las actividades colectivas y las celebraciones en general. Preguntas: ¿Qué celebran en tu centro educativo? ¿Quién se hace cargo de los eventos especiales? ¿Cómo se organizan para que todos participen? ¿Cómo seleccionan los temas y actividades? Voz: En la mirada crítica proponemos algunas reflexiones sobre esta rutina, los invitamos a revisarla y comentarla. LA MIRADA CRÍTICA 1. La celebración Es común que en el centro educativo nos organicemos para festejar fechas religiosas, patrias, fiestas populares, fin de año escolar, semana aniversaria… sólo que, en muchas ocasiones, la razón de la celebración carece de sentido para todos. Lo que pudiera ser un motivo de alegría o regocijo se transforma en una tarea más para cumplir, sin que se entienda muy bien el trasfondo de la fecha o la repercusión de los hechos, perdemos el valor educativo que genera el análisis y la trascendencia de las acciones. 2. Los temas, las ideas… Generalmente las celebraciones y los actos culturales son iguales cada año, y se representan de la manera más tradicional: los mismos bailes folklóricos; la representación de hechos significativos de la patria; algunos han incluido los bailes de moda, las dramatizaciones, los discursos… Por lo general, los temas y las razones interesan a algunos educadores y quedan de lado nuevas circunstancias, situaciones y fechas significativas para la comunidad y para los/las alumnos/as. 1
  2. 2. 3. Aprendizaje en acción El número de actividades especiales o eventos culturales previstos para realizar en el año escolar, es limitado y está estipulado desde siempre; básicamente por creer que son mera diversión y no posibilidades valiosas de aprendizaje. Con esta idea cerramos las opciones de los estudiantes para aprender más allá de lo que el currículo establece en los programas de estudio, coartamos la creatividad y nos inmovilizamos con el centro. 4. Participación de todos Los actos culturales y los eventos especiales por lo general privilegian a los estudiantes más afables, a los que se comunican con mayor fluidez, a los que se destacan por su simpatía. Igual sucede con los educadores, regularmente los eventos son responsabilidad sólo de aquellos que “saben lo que hay que hacer” y eso implica que siempre son los mismos, porque hacemos generalmente lo mismo… 5. Presencia y acción de la comunidad Regularmente la comunidad educativa (padres y madres, representantes de los estudiantes, vecinos…) acude a los centros como mera espectadora de lo que organizamos como evento especial o presentamos para ellos. Cuando pensamos los temas y los espacios para las actividades culturales, nos remitimos directamente al calendario escolar y a los lugares disponibles en el centro, los imaginamos puertas adentro y en fechas inamovibles… 6. Costos y creatividad Las actividades especiales y las celebraciones no tienen por qué ocasionar gastos onerosos a los padres ni al centro educativo, regularmente los presupuestos para los eventos se convierten en un dolor de cabeza para todos. Es mucho lo que se puede hacer sin que se tenga que recurrir al pago de cuotas especiales o pedirles a los padres que envíen el material que el estudiante va a necesitar para la presentación. PROPUESTAS PARA EL CAMBIO 1. La celebración Los eventos especiales son una posibilidad real para el desarrollo de la expresión creadora. Las actividades que realizamos en los centros se revisten de significación si son una verdadera vivencia para todos, si se puede aprender de ellas siempre, si se entiende la razón por la cual se celebra, si se vinculan con los proyectos de centro… Tienen sentido los actos culturales si asumimos la tarea con conocimiento y propiedad, si nos atrevemos a innovar, a crear, si valoramos cada actividad como una posibilidad de expansión, desarrollo de hermandad, unidad, expresión de compromiso y crecimiento mutuo. 2
  3. 3. La diversidad, la alegría, las múltiples opciones y las posibilidades nuevas para cada celebración, tendrían que ser la receta a seguir. 2. Los temas, las ideas… Lo que justifica el desarrollo de los eventos especiales y la realización de los actos culturales, es la posibilidad real de salir de lo estructurado de los contenidos académicos y abrir las opciones para que el día a día sea diferente e interesante. Celebración es sinónimo de alegría, compromiso, entrega, trabajo conjunto, suma de inquietudes, desarrollo de ideas colectivas e individuales; es la posibilidad para conocer a otros y descubrirse a sí mismo en el intercambio. Lo folklórico debe tener espacio en los centros desde lo auténtico y significativo, resaltando y valorando las tradiciones de la comunidad; es preciso el rescate de los juegos, saberes y sabores locales, todo esto y más pueden ser razones suficientes para tener eventos especiales siempre. 3. Aprendizaje en acción La alegría, la creatividad, el ingenio, el encuentro con los otros, la expresión generosa de hacer un buen trabajo para que otros lo disfruten… son algunas de las dimensiones que necesitamos atender en los centros desde el currículo oculto y necesario. Para que el acontecimiento a celebrar cobre sentido para todos, es necesario escudriñarlo, estudiarlo, verlo desde múltiples ángulos... Se trata de que las razones y las acciones se encuentren para hacer de cada evento una posibilidad de aprendizaje y crecimiento. 4. Participación de todos Reconocer y valorar a los otros por sus potencialidades es parte del trabajo primordial de los centros educativos. En cada actividad que se desarrolle es preciso considerar la participación de todos, entendiendo ésta como la expresión individual, desde lo que cada cual es y puede aportar. Para atender los detalles que los eventos conllevan, se necesita de la participación del colectivo: lectores en voz alta, promotores de acuerdos, productores de escenografía y protocolo, diseñadores, actores, creativos, responsables de la elaboración y entrega de invitaciones especiales… Estos lugares los ocupan los estudiantes y educadores de los diversos cursos y asignaturas, si hay la oportunidad, si se abre el espacio, si se confía en ellos, si se trabaja como un verdadero colectivo. 5. Presencia y acción de la comunidad La comunidad puede ser protagonista, responsable de actividades, propiciadora de encuentros y celebraciones, las puertas del centro deben estar abiertas a las nuevas ideas, a la gente que quiere participar desde lo que sabe y hace; la comunidad no debe seguir siendo un ente ajeno y sólo útil. 3
  4. 4. Los centros pueden ser núcleos de expansión, referencia para la colectividad, puerta abierta y franca a las ideas que contribuyan a mejorar las condiciones de bienestar de todos. 6. Costos y creatividad No es necesario disponer de muchos recursos económicos para celebrar en grande, lo fundamental es tener claro el objetivo y alcanzar el entusiasmo de la colectividad, así el evento será propicio para el derroche de esfuerzo, de ideas creativas y de satisfacción por lograr una meta común. Los eventos especiales son una oportunidad para explotar el uso de materiales de desecho, crear nuevos personajes, incursionar en el teatro, la mímica, revalorizar actividades comunes como la lectura de poesía, la lectura de los textos de los talleres literarios, la presentación de coros, exposiciones de temas diversos, creación de experimentos… Más propuestas para el cambio 1. La celebración Es preciso pensar que cada acción que se desarrolle en el centro, por muy divertida que sea, requiere de preparación, creatividad, compromiso y sobre todo representa la posibilidad de participación colectiva, de aprender de cada acción, de descubrir cada momento nuevos temas, tendencias, opciones y razones para compartir en el centro. Nos constituimos como un grupo de trabajo (diverso y comprometido) y planificamos las diversas actividades extra cátedras en el centro. Aportamos miradas nuevas al estudio de la historia, rescatamos a personajes o a figuras históricas que se han dejado de lado, etc. Nos convertimos en un equipo que estudia, analiza las situaciones, las entiende y asume para presentarlas a los otros con la fuerza y la calidad que se requiere. 2. Los temas, las ideas… Con la ayuda del profesor de música o de algún educador o representante que le guste y sepa de música, organizamos un coro y ofrecemos un recital para todos, allí cantamos canciones folklóricas, canciones que cantaban los abuelos, canciones que nos reafirman la identidad y nos reconcilian con nuestras tradiciones; también, por qué no, canciones nuevas inventadas por nosotros. Organizamos un festival de juegos tradicionales, en donde puedan participar los padres y estudiantes. Además del festival podemos hacer una exposición de cómo han evolucionando esos mismos juguetes que siguen siendo tradicionales. Por ejemplo los patines, los triciclos, bicicletas, trompos, etc… Razones para celebrar: 4
  5. 5. − Una lucha reivindicativa importante para la comunidad − El día de la amistad y la solidaridad − Día de los jóvenes − Semana Santa − La proclamación de los derechos humanos − Reinventamos días: día de la familia, sustituyendo al día de la madre y del padre, día de la libertad, día de la mujer, día de la paz, día de la solidaridad, día de los cuentos, día de la salud… El trabajo por proyectos, que se ha convertido en una posibilidad concreta para desarrollar ideas en colectivo y es una posibilidad coherente con la construcción del conocimiento en interacción con diversidad de perspectivas, se dificulta en algunos casos, porque al educador y a los estudiantes se les agotan las ideas, allí la comunidad puede influir significativamente. Juntos podrían construir proyectos que sin ninguna duda beneficiarán a todos:  Proyectos para re-conocer y valorar las costumbres de la localidad: en comida típica, en artesanía, en producción agrícola y/o pecuaria, en sus bailes y festividades…  Proyectos para ubicar en el tiempo a personajes que han nacido, vivido o que viven en la localidad y que se han destacado en ámbitos más amplios: deportistas, científicos, maestros, políticos, artistas. 3. Aprendizaje en acción Invitamos a algún grupo de danzas, o de música o de teatro de la localidad para que nos cuente a todo el colectivo, de dónde vienen esos bailes, canciones u obras que representan, cuál es su historia, cómo se preparan, en qué ocasiones se realizan, a qué aluden, a qué lugar del país o del mundo pertenecen las piezas que representan, cómo se conecta con nuestra historia… En torno a cada actividad o acto a representar se generan nuevos grupos, la gente de la comunidad se organiza para apoyar al centro, se desarrolla un trabajo creativo, cohesionado y responsable. La ganancia está en el trabajo de preparación, en las tareas diversas, en las lecturas compartidas, en los análisis de las situaciones, en el desarrollo de propuestas, en la participación de todos (aun cuando la presentación final estuviera a cargo de pocos). Se trata de que el acto a presentarse sea el medio y no sólo el fin. 4. Participación de todos Presentar una exposición abierta a todo público en la que se muestra la historia de la comunidad, construida por los estudiantes de diversos grados y coordinada por educadores/as y por padres o miembros de la comunidad. Esta exposición podría contener fotografías, recortes de periódicos antiguos, planos de las calles, cuentos de personajes, historias o leyendas que han transcendido de generación en generación. Esta actividad podría ser una gran oportunidad para celebrar en colectivo. 5
  6. 6. Todos: estudiantes, padres, madres, educadores, vecinos pueden organizarse para planificar cada cierto tiempo los eventos especiales y las actividades extracurriculares que se realizarán en el centro educativo durante el año escolar. La planificación conjunta abrirá espacios de participación y de compromiso, permitirá que el evento se realice con mejores posibilidades y mayor alegría. 5. Presencia y acción de la comunidad Organizar con la comunidad una fiesta en la que se hacen comidas de las diversas regiones de donde provienen las familias, también se exponen artesanías típicas, se leen textos de autores de esas regiones o países… Podemos celebrar conjuntamente la fecha de fundación del barrio, invitando a los viejos de la comunidad, a los que fundaron el primer abasto o tienda de venta de víveres, a los dueños de la primera fábrica o empresa, a los que llegaron primero, a los que recién llegan... Muchas de las fiestas programadas en el centro podemos hacerlas en la calle, celebrando con la gente del barrio por ejemplo, una fecha importante, la navidad, un fiesta religiosa local, un acontecimiento significativo; podemos ofrecer desde el centro la proyección de un video interesante, de una buena película o de alguna que resulte de interés colectivo, o de un programa de televisión que por lo general promueve la discusión, el aprendizaje y el intercambio de ideas… 6. Costos y creatividad Organizar una exposición trimestral, abierta a la comunidad, de las obras elaboradas por los estudiantes (en el área de artes plásticas, educación para el trabajo o trabajos manuales). Allí quedarían plasmadas además de sus obras, la habilidad de cada uno para la presentación: los marcos para los cuadros, escenarios para las figuras de plastilina o de arcilla, teatrinos para los títeres o marionetas, espacios decorados para los juguetes elaborados con materiales de desecho… En carnaval o en las fiestas propias de los disfraces, nos disfrazamos de manera divertida y creativa, utilizando materiales de desecho y mucho ingenio. Cada año tenemos un nuevo tema, cada año una nueva excusa para seguir aprendiendo y creando. 6
  7. 7. TEXTO 1 El centro como gran grupo. Actividades generales del centro. Durante el curso la mayoría de los centros organizan una serie de actividades que a menudo son de carácter social, cultural, lúdico o deportivo. Las principales diferencias entre los centros están asociadas a la proyección y la finalidad de dichas actividades. Por consiguiente, hay que son del grupo y para el grupo, es decir, de carácter interno, y otras que están abiertas a otros colectivos. En relación con la función o finalidad, encontramos actividades para el disfrute, la motivación, la promoción externa, la demostración y el compromiso. Todas las actividades de grupo/escuela, si son satisfactorias, potencian el sentimiento de pertenencia y de identificación con el grupo, la autoestima colectiva. Por lo tanto, fomentan actitudes de compromiso y responsabilidad hacia los demás y también refuerzan el estímulo y la motivación respecto a los proyectos del centro, entre ellos los que están relacionados con la formación y el estudio. Esta potencialidad obliga a valorar con mucha atención las características de las actividades que se proponen. En muchos casos existe una contradicción paradójica; algunos, por ejemplo a pesar de tener una declaración de intenciones no consumistas, promueven fiestas, representaciones o carnavales, en los cuales es imprescindible la compra de disfraces o vestidos caros e inútiles para otras actividades; otros hacen manifestaciones cooperativas y anticompetitivas y, en cambio, a menudo organizan concursos, competiciones y juegos con premios; los hay que, a pesar de definirse como no sexistas, no tienen en cuenta este aspecto al asignar los papeles de ambos sexos en las representaciones, las actuaciones o los juegos; y también los hay que hacen declaraciones de “humildad” y organizan grandes actos que básicamente son manifestaciones publicitarias. Asimismo, encontraremos centros en los que muchas de estas actividades generales tienen lugar en el exterior o están dirigidas hacia el exterior: actividades de participación en fiestas o actos culturales de barrio, colonias en campos de trabajo, actividades de investigación social, servicios para la comunidad (recogida y reciclaje de papel, ofrecimiento de las instalaciones escolares, etc…) Se trata de actividades que demuestran el compromiso social del centro y que constituyen la forma más coherente, y por consiguiente más formativa, de responder a unas finalidades educativas vinculadas a valores como la solidaridad, el respeto, el compromiso, etc. ¿Qué criterios utilizaremos para valorar estas actividades? Al igual que en todas las experiencias que viven los alumnos, debemos plantear qué aprendizajes fomentan. Tenemos que preguntarnos qué contenidos conceptuales, procedimentales y sobre todo actitudinales se trabajan en cada una de las actividades y relacionarlos con las finalidades educativas que promueven. Una vez más, el análisis de los contenidos del aprendizaje debe permitirnos llegar a conclusiones sobre la función social de la enseñanza que tiene el centro y la capacidad de incidencia formativa que tienen dichas actividades. Zavala Vidella, Antoni. (1995) La practica educativa. Cómo enseñar. Graó, Barcelona. 7
  8. 8. TEXTO 2 El diferente grado de participación en la gestión Difícilmente un alumno o una alumna puede ser responsable y aceptar las ideas de los otros si no se ha ejercitado en modelos que le obliguen a actuar bajo dichos principios. Para ser coherentes con unos objetivos de esta magnitud es necesario que las decisiones que se toman en el centro, las normas de convivencia que lo rigen y, sobre todo, la manera de establecerlas y administrarlas, estén en consonancia con las finalidades educativas que se proponen. Qué duda cabe que son el instrumento más poderoso que tenemos en nuestras manos para formar a los chicos y chicas en esos valores. Si la opción del centro es la formación integral de la persona y uno de los objetivos es la educación en estos valores democráticos, habrá que incluir instancias y procesos que permitan que el alumnado conozca progresivamente las reglas de juego de una sociedad democrática y, especialmente, que sepa actuar y defenderla. El juicio y la revisión de las normas del centro, las elecciones de representantes, las asambleas de clase o de centro, si conviene, y, finalmente, todas aquellas formas que permiten que los chicos y chicas aprendan a participar responsablemente en un colectivo, son los medios educativos que posibilitan la formación en esta faceta capital de la personalidad. Lejos de configurarse como un elemento estrictamente estructural, el ámbito centro o grupo/escuela, su gestión y la posibilidad que ofrece a sus miembros de participar responsablemente, surgen como el marco formativo que irá concretándose después en el ámbito más restringido del grupo clase. Zavala Vidella, Antoni. (1995) La practica educativa. Cómo enseñar. Graó, Barcelona. 8
  9. 9. La productividad y el aprendizaje La educación popular supone entender y asumir los centros educativos ya no como lugares donde los docentes van a enseñar, los alumnos a aprender y la comunidad llega hasta el portón; sino como lugares donde todos, educadores, estudiantes y comunidad van a aprender a valerse por sí mismos, a organizarse, a resolver sus problemas, a producir propuestas e iniciativas, a crear arte, ciencia y tecnología, a celebrar su cultura y su fe como expresión que les permita decirse y decirle a los demás lo que son, sienten y quieren, y de este modo mejorar su calidad de vida e ir fraguando una sociedad más participativa y más justa. Pérez Esclarín, Antonio (2003). Educación Popular y su pedagogía. Programa de Formación de Educadores Populares. Federación Internacional y Fundación Santa María, Caracas. 9

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