SlideShare une entreprise Scribd logo
1  sur  202
Télécharger pour lire hors ligne
,,
POESIAS
P
ATRJ(Jf[CAS
Compilación
En Poesías patrióticas encontrará va­
rios poemas a la patria, encarnada por
nuestra tierra, aquélla donde nacieron
nuestros padres; aquélla a la que vene­
ramos no porque sea grandiosa y he­
roica, ni por débil e insignificante, sino
sencillamente porque nos pertenece,
porque es Ja tierra que nos vio nacer,
nuestro vergel donde a diario abreva­
mos el néctar sagrado de sus campos
de cultivo, de sus mares, de sus mon­
tañas, de su cielo. En Poesías patrióti­
cas encontrará Al viento, México, creo
en ti, y Bartolomé de las Casas, entre
otras poesías que, además de ser ver­
daderas obra: de la orfebrería literaria,
cuentan con una fina sensibilidad hu­
mana.
'
POESÍAS
PATRIÓTICAS
,,
POESIAS
PATRIÓTICAS
Poesías patrióticos
Edición: 2006
© Derechos reservados conforme a la Ley, 2006
Ediciones. Leyenda, S.A. de C.V.
Ciudad Universitaria No. 11
Col. Metropolitana 2a. Sección
Ciudad Nezahualcóyotl
Estado de México
C.P. 57730
Tel.: 57 65 73 50, Tel./Fax.: 57 65 72 59
ISBN 968-5146-67-5
Miembro de la Cámara Nacional
de la industria Editorial, Reg, No, 31 08
Prohibida la reproducción parcial o total de este
libro por cualquier medio, ya sea magnético,
fotográfico o facsimilar, o cualquier otro, sin el
permiso específico por escrito del editor.
www.leyenda.com.mx
www.ediciones_leyenda@hotmall.com
Impreso en México - Printed in Mexico
PRÓLOGO
Ediciones Leyenda presenta una maravi­
llosa recopilación de los mejores poemas
patrióticos de varios escritores de verda­
dera vocación, quienes han plasmado en
estas páginas una extraordinaria y bella
poesía. En esta selección encontrarán va­
rios poemas a la patria, representada por
nuestra tierra, la tierra de nuestros padres;
aquélla a la que amamos no porque sea grande y poderosa, ni por dé­
bil y pequeña, sino simplementeporque es la nuestra, nuestro lugar de
origen, nuestro vergel donde diariamente abrevamos en sus campos
de cultivo, en sus mares, en sus montañas, en sus cielos, etcétera. En
este libro el lector encontraráAl viento, México, creo en ti, y Barto­
lomé de las Casas, entre otras poesías que, además de ser verdaderas
obras de la orfebrería literaria, cuentanconunafina sensibilidad humana.
Creadores de una poesía intensa y comprensible, Manuel Acuña,
Francisco Ortega, Manuel M. Flores, Amado Nervo, Francisco Ortiz
y otros más descendieron hasta lo másprofundo del espíritu patriótico
del mexicano para extraer en forma de poemas y páginas, incalculables
tesoros líricos que demuestran su enorme sensibilidad espiritual. Estos
ilustres poetas han logrado combinar.todas estas cualidades para darle
forma a esa expresión sublime y universal que es la poesía.
En esta obra se intenta vislumbrar al mundo lo real e imaginario, y
lejos de reivindicar las gestas heroicas como una simple acumulación
de sucesos espontáneamente colocados unos sobre otros, se procura
traspasar esa incierta visión, para hallarla más allá, en las lindes del
sueño, donde se requiere una profunda sensatez, no tan superficial ni
tan simple, más profunda y aderezada por cada uno de los sentidos.
En el título dellibro, Ediciones Leyenda intentó resaltar las emociones
procedentes de lo más recóndito de la sensibilidad del mexicano
patriota, por lo que tenemos la certeza de que la conciencia del lector
será severamente sacudida luego de la lectura de esta obra.
Para conseguir este propósito Ediciones Leyenda ha compilado
estos poemas en esta obra, fértil abrevadero literario donde estos
escritores han vertido esa savia tan reconfortante para los amantes de
la cultura y la poesía.
Deseamos que ésta sea la primera de una serie de obras que
orgullosamente publicaremos para todosaquellos que sean sensibles
ante la magnitud de esa palabra que mueve todosnuestrossentidos: la
poesía.
Q
15 DE SEPTIEMBRE
Después de aquella página sombría .
en que trazó la Historia los detalles
de aquel horrible día,
cuando la triste Méxitli veía
sembradas de cadáveres sus calles;
después de aquella página de duelo
por Cuauhtémoc escrita ante la Historia,
cuando sintió lo inútil de su anhelo;
después de aquella página, la gloria
borrando nuestro cielo en su memoria
no volvió a aparecer en nuestro cielo.
La santa, la querida
madre de aquellos muertos, vencedores
en su misma caída,
fue hallada entre ellos, trémula y herida
por el mayor dolor de los dolores... ,
en su semblante pálido aún brillaba
de su llanto tristísimo una gota.•. ,
a su lado se alzaba
junto a un laurel una macana rota...,
y abandonada y sola como estaba,
vencido ya hasta el último patriota,
al ver sus ojos sin mirada y fijos,
los españoles la creyeron muerta,
y del ince�dio entre la llama incierta
la echaron en la tumba con sus hijos...
9
Y pasaron cien años y trescientos
sin que a ningún oído
llegaran los tristísimos acentos
de su apagado y lúgubre gemido.
MANUEL ACUÑA
A lTURBIDE EN Su CORONACIÓN
iY pudiste prestar fácil oído
a falaz ambición, y el lauro eterno
que tu frente ciñera
por la venda trocar que vil te ofrece
la lisonja rastrera,
que pérfida y astuta te adormece!
Sús: despierta, y escucha los clamores
que en tu pro y del azteca infortunado
te dirige la Gloria;
oye el hondo gemir del patriotismo;
oye a la fiel Historia
y retrocede, iay!, del hondo abismo.
En el pecho magnánimo recoge
aquel aliento y generoso brío
que te lanzó atrevido
de Iguala a la inmortal heroica hazaña,
y un cetro aborrecido
arroja presto que tu gloria empaña.
Desprecia la aura leve, engañadora,
de la ciega voluble muchedumbre,
que en su delirio, insana,·
1 0
tan pronto ciega abate como eleva,
y al justo a quien "hosana"
ayer cantaba su furor hoy lleva.
Con los almos patricios virtuosos
amigos tuyos y en el pueblo electos,
en lazo fiel te anuda;
atiende a sus consejos, que no dañan:
sólo ellos la desnuda
verdad te dicen; los demás te engañan.
Esos loores con que al cielo te alzan,
los vítores confusos, que de Anáhuac
señor hoy te proclaman,
del rango de los héroes, inhumanos,
te arrancan, y encaraman
al rango, ioh Dios! , fatal de los tiranos.
lNo miras, ioh caudillo deslumbrado! ,
ayer delicia del azteca libre,
cuánto su confianza,
su amor y gratitud has ya perdido,
rota, iay!, la alianza
con que debieras siempre estarle unido?
De puro y tierno amor no cual solía.
allegarse veráslo ya a tu lado,
y el paternal consejo
de tus labios oír: mas zozobrante
temblar al sobrecejo
de tu faz imperiosa y arrogante.
1 1
La cándida verdad, que te mostraba
el sendero del bien, rauda se aleja
del brillo fastuoso
que rodea ese solio tan ansiado;
ese solio ostentoso,
por nuestro mal y el tuyo levantado.
Y en vez de sus acentos celestiales
rastrera turba, pérfida, insolente,
de astutos lisonjeros
hará resonar sólo en tus oídos
loores placenteros;
iah! , placenteros..., ipero cuán mentidos!
No así fueron los himnos que entonara .
Tenoxtitlán cuando te abrió sus puertas
y saludó risueña,
al verte triunfador y enarbolando
la trigarante enseña,
seguido del leal patricio bando.
iCon qué placer tu triunfo se ensalzaba!
iLa ingenua gratitud con qué entusiasmo
lo grababa en los bronces!
iTu nombre amado, con acento vario,
cual resonaba entonces
en las calles, las plazas y el santuario!
Ni esperes ya el clamor del inocente,
ni de la ley la majestad hollada,
ni el sagrado derecho
de la patria vengar: que el cortesano,
1 2
o
de ti en continuo acecho,
atará para el bien tu fuerte mano.
¿ne la envidia las sierpes venenosas
del trono en derredor no ve_s alzarse,
y con enhiestos cuellos
abalanzarse a ti? lLos divinales
lazos de amistad bellos
rasgar y conjurarte mil rivales?
La patria en tanto, de dolor acerbo
y de males sin número oprimida,
en tus manos ansiosa .
busca el almo pendón con que juraste
la libertad preciosa,
que por un cetro aciago ya trocaste:
Y no lo halla, y en mortal desmayo
su seno maternal desgarrar siente
por impías facciones;
y de desolación y angustia llena,
los nuevos eslabones
mira forjar de bárbara cadena.
iOh, cuánto de pesares y desgracias,
cuánto tiene de sustos e inquietudes,
de dolor y de llanto;
cuánto tiene de mengua y de mancilla,
de horror y luto cuánto
esa diadema que a tus ojos brilla!
13
FRANCISCO ORTEGA
Q
A JUAREZ
Dadle a mi voz del huracán rugiente
el poder no domado y estruendoso,
que así quiero cantar de gente en gente
las inmortales glorias de un coloso.
Si la muerte, que a todos nos aterra,
un trono sobre el ancho firmamento
guarda a los semidioses de la tierra,
Juárez el inmortal tiene ese asient0.
Nacido en el peñón de una montaña
bajo el dosel del azulado espacio,
su alcázar infantil fue una cabaña,
y el abierto horizonte su palacio.
Por su indígena raza, firme, austero;
por su oscuro nacer, del pueblo hermano;
la tez de bronce, el corazón de acero
griego el pensar y el alma de romano.
Los más brillantes lauros de la gloria
estaban a su frente destinados,
los grandes caracteres de la historia
estaban en el suyo condensados.
El alma de Catón, el gran civismo
de Leónidas y el Agis, la justicia,
de Temístocles, todo el patriotismo,
de Licurgo, el saber y la pericia.
1 4
o
Todo en aquel humilde pequeñuelo
que en la tierra de lxtlán pobre crecía,
como en un arca lo guardaba el cielo,
isólo el Dios de los libres lo sabía!
Águila audaz que sobre abrupta peña
y en muda soledad cuelga su nido,
cuando más tarde la extensión domeña,
el valle ante tus pies queda vencido.
Así Juárez, así; sin esas galas falsas
con que la corte irradia bella,
águila de Anáhuac, abrió sus alas,
miró a su patria y combatió por ella.
La lucha era terrible; usos y leyes
íbanse a derrocar; el antro oscuro,
nido de encomenderos y virreyes,
iba a crujir con su imponente muro.
Aún vagaba en la atmósfera el aliento
de otras edades a la luz lejanas;
íbase a desatar el pensamiento,
a dejar el derecho sin cadenas.
Al mirar a aquel hombre que surgía
de las revueltas mansas populares,
grande cual surge el luminar del día
de las revueltas ondas de los mares.
Rugió la envidia en su furor tremenda,
y el fanatismo, de rencor eterno,
1 5
Q
sintió, como el Satán de la leyenda,
odio al Jehová que lo lanzó al infierno.
Juárez, sereno en su saber profundo,
fija en el porvenir su audaz mirada,
y ve, como Colón, un nuevo mundo
entre las sombras de la edad pasada.
A describir sus luchas no me atrevo;
ante tanta grandeza yo me inclino,
aquel reformador, gigante y nuevo
tuvo un Gólgota horrible por camino.
A sus guerreros bravos y animosos,
apóstoles, heraldos, campeones,
vio morir en cadalsos afrentosos
entre befa y escarnio y maldiciones.
Y en medio del tumulto y la matanza,
siendo el derecho su sagrada norma,
su fe renueva, aviva s� esperanza,
mata el "fuero" y cimienta la "Reforma".
Allí está Veracruz en donde raya
a tal altura ante la patria historia,
que nuestro mar rompiéndose en la playa,
aún parece gritar: "iA Juárez, gloria! "
Nunca, de aliento ni firmeza falto,
coronó allí sus grandes ideales...,
águila junto al mar; voló tan alto,
que humilló el mar al verla sus cristales.
1 6
o
Allí fue tempestad, que con el trueno
asorda y llena la extensión vacía,
y con el rayo, de fulgores lleno,
rompe los muros de prisión sombría.
Más tarde, tres naciones se congregan
para vencerle y destrozarle unidas:
Cuando a las puertas de la patria llegan,
las encuentran por Juárez detenidas.
La que se queda sola en el combate
no vence a Juárez, que al burlarla experto,
lleva, nuevo Israel que no se abate,
el arca de la patria hasta el desierto.
Allí en el llano inculto, en la ribera
del Bravo que nos guarda y nos limita
lleva en nómada tienda su bandera,
y la muerte esperanza resucita.
No la mancilla la facción injusta
en cuyos odios la verdad se estrella;
iél salvó el arca de la ley augusta!,
icon ella huyó, pero triunfó con ella!
Que nada el vuelo de su fama corte;
todo lo tuvo ese hombre extraordinario:
Sinaí en Veracruz, y allá del Norte
en los desiertos, Gólgota y Calvario.
Pero el Tabor en que brilló su idea
con eternos y vivos resplandores,
17
Q
lo fue toda esa Patria, en la que ondea
el lábaro inmortal de tres colores.
La muerte, al arroparlo en negro manto,
le arrebató de la familia humana,
pero su nombre ha de vivir en tanto
haya un palmo de tierra mexicana.
Fue el plebeyo humillado a la nobleza;
fue el derecho imponiéndose a la Historia;
do acaba el hombre, el inmortal empieza;
su fama universal se llama gloria.
JUAN DE DIOS PEZA
A LA CORREGIDORA
Al viejo primate, las nubes del incienso;
al héroe, los himnos; a Dios, el inmenso
de bosques y mares solemne rumor;
al púgil que vence, la copa murna;
al mártir, las palmas; y a ti -la heroína-,
las hojas de acanto y el trébol en flor.
Hay versos de oro y hay notas de plata;
mas, busco, señora, la estrofa escarlata
que sea toda sangre, la estrofa oriental:
Y húmedas, vivas, calientes y rojas.
A mí me tienden las trémulas hojas
que en gráciles redes columpia el rosal.
iBrotad, nuevas flores! iSurgid a la vida!
iDespliega tus alas, ga�denia entumida!
1 8
o
iBotones, abríos! iOh, mirtos, arded!
iLucid, amapolas, los ricos briales!
iExúberas rosas los pérsicos chales
de sedas joyantes al aire tended!
lÜís un murmullo que, débil, remeda
el frote friolento de cauda de seda
en mármoles tersos o limpio marfil?
¿Qís?. .. iEs la savia fecunda que asciende,
que hincha los tallos y rompe y enciende
los rojos capullos del príncipe Abril!
iOh, noble señora! iLa tierra te canta
el salmo de vida, y a ti se levanta
el germen despierto y núbil botón;
el lirio gallardo de cáliz erecto;
y fúlgido, leve, vibrando, el insecto
que rasca impaciente su blanda prisión!
La casta azucena, cual tímida monja,
inciensa tus aras; la dalia se esponja
como ave impaciente que quiere volar,
y astuta, prendiendo su encaje a la piedra,
en corvos festones circunda la yedra,
icelosa y constante, señora, tu altar!
El chorro del agua con ímpetu rudo,
en alto su acero, brillante desnudo,
bruñido su casco, rizado el airón.
Y el iris por banda, buscándote salta
cual joven amante que brinca a la alta
velada cornisa de abierto balcón.
1 9
Venid a la fronda que os brinda hospedaje,
ioh pájaros raudos de rico plumaje;
los nidos aguardan; venid y cantad!
Cantad a la alondra que dijo al guerrero
el alba anunciando: iDesnuda tu acero,
despierta a los tuyos. . . Es hora... 1.farchad!
11. GCTIÉRREZ NAJERA
ALA PATRL
Com¡xJsidón reciC"ada por una niña en TacubaJ'3.
a los mártires del 16 de septiembre de J8í3
Ante el recuerdo bendito
de aquella noche sagrada
rompió al fin su esclavitud
en que la patria aherrojada
ante la dulce memoria
de aquella hora y de aquel día,
yo siento que en la alma mía
canta algo como un laúd.
Yo siento que brota en flores
el huerto de mi ternura,
que tiembla entre su espesura
la estrofa de una canción;
y al sonroso ardiente
murmurar de cada nota,
dentro de mi corazón,
siento algo grande que brota.
20
iBendita noche de gloria
que así mi espíritu agitas,
bendita entre las benditas
noche de la libertad!
Q
Hora de triunfo en que el pueblo
al sol de la independencia,
dejó libre la conciencia
rompiendo la oscuridad.
Yo te amo..., y al acercarme
ante este altar de victoria
donde la patria y la historia
contemplan nuestro placer,
yo vengo a unir al tributo
que en darte el pueblo se afana
mi canto de mexicana,
mi corazón de mujer.
IA LAS ARMAS!
No tenemos más rey que las leyes,
ino tenemos los libres señor!,
ique con su sangre se tiñe de reyes
nuestro bello pendón tricolor!
¿Hasta cuándo en vil ocio, hasta cuándo
yaceréis, mexicanos, dormidos?
¿Hasta cuándo seréis, tan sufridos
que se os pueda venir a insultar?
iNo de paz, no de fiestas y danzas
21
1873
MANUEL ACUÑA
o
es esta hora que paga tremenda...!
Aquí mismo, en la patria, su tienda,
iha venido el francés a plantar!
iA las armas! Oíd cual resuenan
de conquista los hurras salvajes...
¿Hasta cuándo vengáis los ultrajes?
¿Para cuándo queréis el valor?
El que lleva en su pecho grabada
de la patria la imagen querida,
nunca piensa que juega la vida,
sólo piensa que gana el honor.
Sólo piensa cuando entra en la lucha
que el oprobio al cobarde le queda;
sólo busca lugar en que pueda
la ancha espada mortífera hundir.
Sólo sabe, ya tinto en su sangre,
que morir por el niño, la anciana,
la misión más sublime del hombre;
por la madre, la esposa, la hermana,
por su Dios y su hogar. . . iNo es morir!
iEs cumplir por la patria bendita
es quizá bautizar con su nombre
una página de oro triunfal;
es vivir como vive la fama,
es vivir como vive la gloria,
es comprar a la excelsa victoria,
el derecho de ser inmortal!
iA las armas!, el grito de guerra
como el trueno los ámbitos llene,
22
Q
y del Gila al Grijalva resuene,
del Pacífico al Golfo también
y cual llama de incendio que el soplo
de impetuoso arrebata,
como tromba que el rayo desata,
ise desplome la guerra doquier!
iA las armas! iLos montes, los valles,
las ciudades vomitan guerreros! ...
iLuz nos den en el día los aceros,
y en las noches alumbre el cañón!
Y que corra la sangre agostando
flor y mies en la vasta campiña. . .
Cuando el agua de rojo se tiña
ya podremos lavar el baldón.
iNo hay paz! El flamígero incendio
del combate la atmósfera abrase,
icada pecho que el hierro traspase
multiplique en los otros la fe!
Y no quede un pedazo de tierra
que no moje la sangre enemiga...
Si es preciso, no quede quien diga
de nosotros: íLa Patria aquí fue!...
iSí! . . ., iprimero, primero se tornen
las ciudades en mudos desiertos,
y los campos se cubran de muertos,
y la patria perezca en luchar,
que sumisos a un amo extranjero
ofrecer nuestra carne a su vara,
de vergüenza taparnos la cara, ·
y cual pobres mujeres llorar! . ..
23
Q
Nuestro sol es sol de los libres,
nuestro suelo es un suelo de brazos,
pero si hay corazón de esclavos,
si hay traidores... , imaldígalos Dios!
El traidor no es hermano..., va solo.
Es Caín vagabundo y proscrito;
Dios escribe en su frente: iMaldito!,
y sus hijos le ven con horror.
iOh mi Patria! En su tiempo la lucha
sin piedad a tus hijos diezmaba;
sangre propia tu seno chorreaba,
sangre extraña tu espada también.
iEn un tiempo, con mano terrible
la melena real sacudiste
del ibero león, y le oíste,
ya vencido rugir a tus pies! ...
¿cómo es que hoy a tu frente divina
el baldón por el galo se escape?
¿Quién de Puebla arrasó el Guadalupe?
¿Quién el sol de tu Mayo apagó?
iA las armas! Doquier el incendio
de la guerra tus campos alumbre,
y retiemblen la costa y la cumbre
al feroz tronar del cañón.
iA las armas! iEl sol de la patria,
no vea más nuestra triste vergüenza!
iEs preciso que México venza,
y en el nombre de Dios vencerá!
iAl cadalso, a la tumba, al oprobio
24
o
rodarán el monarca y vasallos...
Y sus cascos pondrán los caballos,
en la sacra corona imperial!
iNo tenemos más rey que las leyes,
no tenemos los libres señor,
ni aquí tienen más tronos los reyes,
que el cadalso sin gloria ni honor!
A MÉXICO
iAy infeliz México mío!
Mientras con raro desvarío
vas de una en otra convulsión,
del lado opuesto de tu río
te está mirando, hostil y frío,
el ojo claro del sajón.
iCese tu lucha fratricida!
iDa tregua al ímpetu suicida!
¿surges apenas a la vida
y loco quieres ya morir?
iToma a la digna paz distante
que ennobleció tu ayer radiante,
y abre un camino de diamante
en el oscuro porvenir!
25
11ANUEL M. FLORES
AMADO NERVO
Q
A SANTIAGO TLALTELOLCO
Allí estás tú, coloso formidable,
el poder de los siglos desafiando,
sin temor de que el tiempo te carcoma
y te obligue a caer desmoronado;
en tus potentes muros de granito
el embate rechazas de los años,
sin resentir, como invencible atleta,
de esa gigante lucha los estragos.
iOh templo colosal! Tú me recuerdas
las épocas más tristes del pasado;
al contemplar tus imponentes muros
ennegrecidos por el tiempo cano.
Recuerdo que los hijos de la España,
que te formasen donde estás mandaron.
Pensando en ellos, por la mente mía,
en confusa tropel, ensangrentados,
miro pasar los héroes que en la lucha,
como leales y buenos, disputaron
con el valor supremo de los libres
la que fuera su patria, palmo a palmo,
en los rudos combates pereciendo
antes que el yugo soportar de esclavos.
¿y quién fue de esos héroes? ¿Qué nos resta
de esos batalladores denodados,
que siendo imperturbables en las lides,
no temieron jamás a sus contrarios?
¿Qué nos resta, ioh dolor!, de los valientes
que en el marcial y sangrentoso campo,
26
o
sin temblar, en el pecho recibían
como ínclitos guerreros esforzados,
la candente y mortífera metralla
que les mataba como mata el rayo?
iMurieron con valor unos tras otros,
y los siglos tras siglos caminando
su memoria no más nos transmitieron,
que muchos ni su nombre nos legaron... !
Venció el león, bajo el férreo yugo,
los desgraciados indios con sus brazos,
donde te sientas majestuoso y regio
en su martirio horrible te formaron;
y tú escuchaste el son de las cadenas
del infelice pueblo conquistado;
tú le viste sufrir en su desgracia
el despotismo atroz de los tiranos�
y tú, mudo testigo, los miraste
morir en sus faenas de cansancio,
corriendo por tus pálidas mejillas
de su ignominia el vergonzoso llanto:
Y tú viste también a los caudillos
cuya vida acabó sobre un cadalso
la férula de hierro del tirano.
Y escuchaste impasible los gemidos
del infelice pueblo subyugado
que de rey y señor de este hemisferio
de otra nación se convirtió en esclavo.
De estas fatalidades horrorosas
eras testigo tú, cuando Hidalgo
miraste los reclutas batallones
frenéticos de cólera peleando
27
o
por conquistar la libertad perdida,
por destrozar el yugo torpe, inflando,
que en la cerviz vencida de la patria
pusieron, iay! , aborrecibles hados.
Presenciaste también la horrenda lucha
en que han peleado hermanos contra hermanos:
presenciarás tranquilo a los que vengan,
e irás en su memoria despertando
los terribles recuerdos que aún existan
de la sangrienta historia del pasado.
Queda en paz, templo augusto, en tu silencio
el poder de los siglos desafiando,
sin temer por tu vida., que tu suerte
es vivir y vivir. El tiempo airado
te sabrá respetar... iOh, si pudiera
ser como tú! Pero me canso en vano:
Muy pronto habré de hundirme en el sepulcro,
y mi espíritu incógnito volando
partirá a esa región desconocida
de no penetrar el pensamiento humano.
iQuédate en paz te sientas ahora,
imperturbable atleta mexicano!
28
México, 186
FRANCISCO ÜRTI
Q
ADIÓS, ÜH PATRIA MlA
Alegre el marinero
en voz pausada canta,
y el ancla ya levanta
con extraño rumor.
De la cadena al ruido
me agita pena impía.
Adiós, oh patria mía,
adiós, tierra de amor.·
El barco suavemente
se inclina y se remece,
y luego se estremece
a impulso del vapor.
Las ruedas son cascadas
de blanca argentería.
Adi6s, oh patria mía,
adiós, tierra de amor.
Sentado yo en la popa
contemplo el mar inmenso,
y en mi desdicha pienso
y en mi tenaz dolor,
a ti mi suerte entrego,
a ti, Virgen María.
Adiós, oh patria mía,
adiós, tierra de amor.
De fuego ardiente globo
en las aguas se oculta:
A mis amigos de México
29
una onda lo sepulta
rodando con furor.
Rugiendo el mar anuncia
que muere el rey del día.
Adiós, oh patria mía,
adiós, tierra de amor.
Las olas que se mecen
como el niño en su cuna,
retratan de la luna
el rostro seductor.
Gime la brisa triste
cual hombre en agonía.
Adiós, oh patria mía,
adiós, tierra de amor.
Del astro de la noche
un rayo blandamente
resbala por mi frente
rugada de dolor.
Así como hoy la luna
en México lucía.
Adiós, oh patria mía,
adiós, tierra de amor.
o
iEn México! . . . iOh memoria! .. .
¿Cuándo tu rico suelo
y a tu azulado cielo
veré, triste cantor?
Sin ti, cólera y tedio
me causa la alegría.
Adiós, oh patria mía,
adiós, tierra de amor.
30
Pienso que en tu recinto
hay quien por mí suspire,
quien al oriente mire
buscando a su amador.
Mi pecho hondos gemidos
a la brisa confía.
Adiós, oh patria mía,
adiós, tierra de amor.
o
A bordo del paquete-vapor Teviot,
navegando de la baliza de Orleans a La Habana.
Domingo 12 de junio de 1842
IGNACIO RODRÍGUEZ GALVÁN
ÁGUil.AS Y ESTRELLAS
Del seno de las nieblas
adonde descendió mi estirpe de águilas,
vengo henchido de glorias y recuerdos,
de grandezas derruidas... iSoy mi raza!
¿Dónde fueron las tribus
vencedoras un día del Anáhuac?
lllhuicamina el flechador del cielo
y Netzahualcóyotl dónde se hallan?
La heroica tribu azteca
cayó rendida en la contienda_aciaga
y sobre su cadáver van errantes,
sin redención ni porvenir, los parias.
Fatal como el destino,
vengo desde la niebla desolada
a redimir mi estirpe... , iya no alienta!
iNo resta ni el recuerdo de la patria!
3 1
o
-iNo, no es ésta mi estirpe!
iNo es de esta raza el que al sentir sus pupilas
abrasarse, reía a sus verdugos...!
iManlinali! ¿Qué hiciste de mi raza?
Han caído mis templos y mis dioses
cayeron de sus aras;
el ahuehuetl, torciéndose de angustia,
eleva al cielo las vetustas ramas
implorando de todos los caídos,
sin redención, sin glorias y sin lágrimas,
la reivindicación de sus agravios
y el tributo fatal de la venganza...
Una gota de sangre, el Dios maligno
al verte sobre Anáhuac,
engendró la traición: al extranjero
se unieron tlaxcaltecas y los chalcas,
y la Malinche hasta mi aduar les trajo.
iTodas mis iras sobre ellos caigan!
iOh!, raza de cabellos xochipalli
y pupila azulada:
para arrojarte de mis patrios lares,
se alzará de la huesa funeraria
la estirpe muerta;
la de testa brava;
y al sonar el ahuehuetl y el teponextle,
agitará sus armas de obsidiana,
ipara arrancarte el corazón del pecho,
raza de ojos azules y de tez blanca. . . !
iNo arraigarán en suelo de mexica
tus pinos y tus palmas!
iNo dejarán mis águilas al buitre
hollar el pedestal de mis montañas!
iNi tu sangre unirás, de mercaderes,
32
.Q
raza de ojos azules
a mi sangre de dioses que es sagrada,
pelambre rubia y epidermis blanca...!
iA ti, Malinche, que en la eterna sombra
de Mictlán, te retuerces, a ti vayan
para siempre jamás, los que a mi suelo
al extranjero llaman:
que tus hijos renieguen de su origen,
su madre misma, airada,
con mano propia se desgarre el vientre
que el monstruo engendra!
Yo, el alma de mi raza;
yo, el fuego que en sus piras encendían;
ánfora del rocío de sus lágrimas
voluntad sacrosanta de mis dioses;
yo, el doliente recuerdo de su fama,
evocaré con mi plañir de sombras
pobladoras del bosque y las montañas...,
raza sin abolengo
surgida del cadáver de mi raza,
lquieres que de tus ruinas y leyendas
Tenochtitlán renazca?
iAl indio resucita!
iAl indio que si evoca de la patria
el recuerdo sagrado,
sólo sabe de bosques que le talan
o jirones de tierra que le roban!
iResucita esa raza
y del cadáver azteca, surja
la redención del paria!
iDevuélvele el terruño,
y en el terruño fundará la patria!
iCaballeros del Sol!, itened el arco!
33
O.
iCaballeros Leones! , iaprestad el arma!
iTened el arco, Caballeros Tigres
que en el teocali está encendida el ara
y vibra el ahuehuetl y el teponextle!
iRequerid vuestras hondas, vuestras clavas,
y unidos ofrendad al extranjero
nuevo Otumba y en ella, noche trágica!
iSólo unidos al indio
y los hijos de Cuauhtémoc y Cacama,
irán al templo de los dioses de oro
para arrancar con su arma de obsidiana,
el corazón, al de azulados ojos,
pelambre rubia y epidermis blanca...!
i�uitxilopoxtli!
iResucita el cadáver de mi raza
de águilas hoscas y a la par bravías...!
iSalva a mis dioses y redime al paria!
MA.RCELINO DÁVAWS
AL POETA MÁRTIR
JUAN DtAZ CovARRUBIAS
1
Hoy que de cada laúd
se eleva un canto a tu muerte,
con la que supiste hacerte
un altar del ataúd;
unido a esa juventud
que tu historia viene a hojear,
mientras ella alza el cantar
que en su pecho haces nacer,
34
o
yo también quiero poner
mi ofrenda sobre tu altar.
En la tumba donde flota
tu sombra muda y dormida
la lira de tu alma rota.
De sus cuerdas ya no brota
ni la patria ni el amor;
pero en medio del dolor
que sobre tu losa gime
ese silencio sublime,
ése es tu canto mejor.
Ése es el que se levanta
de la arpa del patriotismo;
ese silencio es lo mismo
que la libertad que canta;
pues en esa lucha santa
en que te hirió el retroceso,
al sucumbir bajo el peso
de la que nada respeta
sobre el cadáver del poeta
u
III
se alzó cantando el progreso.
IV
Un monstruo cuya memoria
casi en lo espantoso raya,
en que subió en Tacubaya
al cadalso de la historia,
sacrificando tu gloria,
creyó su triunfo más cierto,
35
Q
sin ver en su desacierto
y en su crueldad olvidando,
que un labio abierto y cantado
hable menos que el de un muerto.
V
De tu existencia temprana
tronchó la flor en capullo,
matando en ella al orgullo
de la lira americana.
Tu inspiración soberana
rodó ante su infamia vil;
pero tu pluma gentil
antes de romper su vuelo,
tomó por página el cielo
y escribió el once de abril.
VI
La patria a quien en tributo
tu santa vida ofreciste,
la patria llora y se viste
por tu memoria, de luto...
Y arrancando el mejor fruto
de su glorioso vergel,
te erige un altar y en él
corona tu aliento noble
con la recompensa doble
de la palma y el laurel.
36
Si tu afán era subir
y alzarte hasta el infinito,
ansiando dejar escrito
Q
VII
tu nombre en el porvenir;
bien puedes en paz dormir
bajo tu sepulcro, inerte:
mientras que la patria al verte
que si fue hermosa tu vida,
fue más hermosa tu muerte.
Yo te vengo a decir que no es preciso
que muera a hierro el que con hierro mate,
que no es con sangre como el siglo quiere
que el pueblo aprenda las lecciones tuyas;
que el siglo quiere que en lugar de templos
le des escuelas y le des ejemplos,
le des un techo y bajo de él lo instruyas.
Así es como en tu frente
podrás al fin ceñirte la corona
que el porvenir te tiene destinada;
él, que conoce tu alma, que adivina
en ti a la santa madre del progreso,
y que hoy ante el recuerdo de aquella hora
en que uno de sus besos fue la aurora
que surgió de tu noche entre lo espeso,
mientras el pueblo se entusiasma y llora,
te viene a acariciar con otro beso.
Cuando una noche un hombre que velaba
soñando en no sé qué grande y augusto
como la misma fe que le inspiraba,
37
Q
oyó un inmenso grito que le hablaba
desde su alma de justo...
-Yo soy -le repetía-,
descendiente de aquellos que en la lucha
sellaron su derrota con la muerte...
iYo soy la queja que ninguno escucha,
yo soy el llanto que ninguno advierte. . . !
Mi fe me ha dicho que tu fuerza es mucha,·
que es grande tu virtud y vengo a verte;
que en el eterno y rudo sufrimiento
con que hace siglos sin cesar batallo,
yo sé que tú has de darme lo que no hallo;
mi madre que está aquí porque lo siento-.
Dijo la voz y al santo regocijo
que el anciano sintió en su omnipotencia,
-si el indio llora por su madre -dijo-,
a esta hora, y en un día
yo encontraré una madre para ese hijo.
Y encontró aquella madre en su conciencia.
Como éste, en que incensamos su memoria,
fue cuando aquel anciano lo decía,
y desde ese momento patria mía,
tú sabes bien que el astro de tu gloria
clavado sobre el libro de tu historia,
no se ha puesto en tus cielos todavía.
A estas horas fue cuando rodó en pedazos
la piedra que sellaba aquel sepulcro
donde estuviste como Cristo, muerta
para resucitar al tercer día;
a esta hora, que en su seno te veía
38
Q
con un supremo miedo en su alegría
de que tu aparición no fuera cierta;
tranquila y sin temores en tu pecho,
y desde ese momento, y desde esa hora,
tu sueño se cobija bajo un techo
donde el placer es lo único que llora...
Tus hijos ya no gimen
como antes al recuerdo de tu ausencia
ni cadenas hay ya que los lastimen.,.,
en tus feraces campos ya no corre
la sangre de la lucha y la matanza,
y de la paz entre los goces suaves
ni se avergüenzan de nacer tus flores,
bajo un cielo sin sombras ni vapores,
ni se avergüenzan de cantar tus aves.
Grande eres y a tu paso
tienes abierto un porvenir de gloria
con la dulce promesa de la Historia
de que para tu sol nunca habrá ocaso... ,
por él camina y sigue
de tu lección de ayer con la experiencia;
trabaja y lucha hasta acabar esa obra
que empezaste al volver a la existencia,
que aún hay algo que el vuelo no recobra,
y aún hay algo de España en tu conciencia.
Yo vengo a decir que es necesario
matar ya ese recuerdo de los reyes
que escondido tras de un confesionario,
quiere darle otras leyes de tus leyes...,
que Dios es el que vive en tus talleres
que no es el que perdona en el cadalso,
39
Q
que no es del altar y de los rezos;
que Dios es el que vive en tus talleres
y el que se alza presente y encarnado
allí donde sin odio a los deberes
se come por la noche un pan honrado.
AL VIENTO
Cuando era niño, con pavor te ofa
en las puertas gemir de mi aposento;
doloroso, tristísimo lamento
de,misteriosos seres te creía.
Cuando era joven, tu rumor decía
frases que adivinó mi pensamiento,
y cruzando después el campamento,
"patria", tu ronca voz me repetía.
Hoy te siento azotando, en las oscuras
noches, de mi prisión las fuertes rejas;
pero hanme dicho ya mis desventuras
que eres viento, no más, cuando te quejas,
eres viento si ruges o murmuras,
viento si llegas, viento si te alejas.
M.A.NuEL ACUÑA
VICENTE RlVA PALACIO
40
Q
ANTE EL ALTAR
DE Los CAUDILLOS DE LA INDEPENDENCIA
México, al recordar la ardiente gtierra
a que debió su sacra autonomía,
convoca a las naciones de la tierra
a convivir con ella en armonía.
Ya no es el español el hombre odiado
que provocara cólera o rencores;
es el colono, por la ley llam�do,
para entregarse en paz a sus labores.
lQué mejor oblación en los altares
de Hidalgo, de Morelos y Guerrero,
que ofrecer nuestra mano y nuestros lares,
transformando en nativo al extranjero?
La sangre por doquiera derramada
de aquella lucha, en los heroicos hechos,
da su fruto en la tierra liberada:
por eso surgen ya nuevos derechos.
México en otro tiempo campo rojo,
sin ley augusta y sin precisa norma,
que incitaba al pillaje y al despojo,
en pueblo laborioso se transforma.
Abre los brazos al obrero honrado
y de la servidumbre lo redime
para que viva siempre emancipado
de la miseria amarga que lo oprime.
4 1
Q
Al que la tierra con afán cultiva,
lo alienta para ser un propietario,
y su esperanza y su trabajo aviva,
librándolo de todo victimario.
Si antes nos agobió el encomendero
con su avaricia y su crueldad odiosa,
ya no hay trabas que opriman al obrero,
ni al campesino en la heredad fructuosa.
Escuelas, bibliotecas y talleres
impulsan ya al estudio o la tarea
a ignaras mas no inútiles mujeres,
y al indio analfabeto de la aldea.
Tales son los presentes redentores
traídos de la patria a los altares
son los frutos más sanos, los mejores
de las grandes contiendas seculares.
iQue venga hacia este suelo el que confíe
en la rica cosecha del mañana,
que ya una nueva aurora nos sonríe
en esta fértil tierra mexicana!
42
LIC. MANuEL BRIOSO
Y CANDIANI
o
BARTOLOMÉ DE LAS CASAS
En la conquista roja de sangre, y entre el bélico
estruendo, se levanta la dulce imploración
que sostiene la fuerza de tu brazo evangélico
y el ala de paloma de tu blanca oración.
Por eso te circuye la luz de un nimbo célico
y tu ropaje esmaltan las rosas de Sión;
y, como en los beatos que pintó Frá..Angélico,
hay en ti una inefable actitud de perdón.
Y porque ante la queja del hermoso proscrito
detuviste la marcha del blanco palafrén,
y los suaves lienzos de tu amor infinito.
De una raza enjugaron el sudor de la sien,
ioh, Padre de mis padres, sé mil veces bendito·
y loado en los siglos de los siglos! Amén.
CHURUBUSCO
Batalla tras batalla
y derrota tras derrota;
doquiera el incendio brota,
doquiera el cañón estalla.
Silba fugaz la metralla
en Palo Alto y la Angostura
en Veracruz y en la altura
del heroico Churubusco,
43
RAFAEL LÓPEZ
o
y es el ataque tan brusco
que infunde al alma pavura.
Rumbo al Molino del Rey
camina el yanqui ambicioso,
queriendo voluntarioso
la fuerza imponer por ley;
pero en animosa grey
los soldados mexicanos,
con esfuerzos sobrehumanos,
que Anáhuac jamás olvida,
ila feroz acometida
resisten cual espartanos!
iY allí, el general Rincón,
lleno de indomable brío,
impertérrito y sombrío,
oye tronar el cañón!
Y llevando en su pendón
por lema: "Victoria o muerte",
ni le preocupa la suerte
que le toque en el combate,
ini se humilla, ni se abate,
ni se rinde ante el más fuerte!
Y gritan con gran denuedo
los de "Independencia" y "Bravos".
iNo hay en Churubusco esclavos
del torpe y cobarde miedo!
El patriotismo, su credo,
los excita a la pelea,
hirviente la sangre humea,
los hurras llevan al viento
44
Q
y se escucha el ronco acento
del cañón que centellea.
Mil héroes en este día
en el campo del honor,
por tí con bélico ardor
dan su vida. iPatria Mía!
No quiso por suerte impía
coronarlos la victoria,
pero sus nombres la Historia
guarda con amor profundo,
para que brille en el mundo
cual sol fulgente de gloria.
Peñuñuri y Espinosa,
Méndez, Martínez de Castro,
y Anaya, el campeón, el astro
de aquella época luctuosa,
toda la gente afanosa
toma parte en la refriega,
y lucha, y se esfuerza, y brega
con tal desesperación,
ique la heroica posición
se rinde, mas no se entrega!
No existe en la historia humana
otra página tan bella,
tan brillante, como aquella
de la historia mexicana.
Ya la hueste americana
llega al convento, y allí
a Twigs que en su frenesí
pide el parque. "Si lo hubiera
45
-dice Anaya-, no estuviera
d 1
...,,
uste , genera , aqm .
iValiente respuesta! Digna
de un general espartano.
lDe qué pueblo americano
la Historia otra igual consigna?
¿Qué patriota no se indigna
y se siente enardecer
en ira, si al recorrer
esta página inmortal
en lucha tan desigual
ve mil héroes perecer?
iPatriotas! En la confianza
de encontraros cuando muera,
allá en la radiante esfera
es de la paz y la esperanza
mientras brilla en lontananza
la luz de la eterna aurora,
mientras se acerca la hora
en que tenga que partir,
os viene mi alma a decir,
ihéroes santos!, que os adora.
iChurubusco! Griego templo
donde heroico el patriotismo
de valor y de civismo
dio al mundo sublime ejemplo.
iChurubusco, te contemplo
y al pasar con alegría
cuántos héroes a porfía
aquí la memoria evoca! ,
46
iquisiera yo en ansia loca
morir por la patria mía!
o
MARCELINO DÁVALOS
CINCO DE MAYO
I
Tres eran, mas la Inglaterra
volvió a lanzarse a las olas,
y las naves españolas
tomaron rumbo a su tierra.
Sólo Francia gritó: "iGuerra!", .
sofí.ando, ioh patria!, en vencerte,
sirviéndose en su provecho
se alzó erigiendo en derecho
el derecho del más fuerte.
n
Sin ver que en lid tan sangrienta
tu brazo era más pequeño,
la lid encarnó en su empeño
la redención de tu afrenta.
Brotó en luz amarillenta
la llama de sus cañones,
y el mundo vio a tus legiones
entrar al combate rudo,
llevando por solo escudo
su escudo de corazones.
47
o
lll
Y entonces fue cuando al grito
lanzado por tu denuedo,
tembló la Francia de miedo
comprendiendo su delito.
Cuando a tu aliento infinito
se oyó la palabra sea,
y cuando al ver la pelea
terrible y desesperada
se alzó en tu mano la espada
y en tu conciencia la idea.
IV
Desde que ardió en el oriente
la luz de ese sol eterno
cuyo rayo puro y tierno
viene a besarte la frente,
tu bandera independiente,
flotaba ya en las montañas,
mientras las huestes extrañas
alzaban la suya airosa,
que se agitaba orgullosa
del brillo de las hazañas.
Y llegó la hora y el cielo
nublado y oscurecido
desapareció escondido
V
como en los pliegues de un velo.
La muerte tendió su vuelo
sobre la espantada tierra
y entre el francés que se aterra
y el mexicano iracundo,
48
o
se alzó estremeciendo al mundo
tu inmenso grito de guerra.
Y allí el francés, el primero
de los soldados del orbe,
VI
el que en sus glorias absorbe
todas las del mundo entero,
tres veces pálido y fiero
se vio a correr obligado,
frente al pueblo denodado
que para salvar tu nombre
le dio un soldado en cada hombre,
iy un héroe en cada soldado!
VII
iTres veces!, y cuando hundida
sintió su fama de guerrera
contemplando su bandera
manchada y escarnecida,
la Francia, viendo perdida
la ilusión de su victoria,
y a despecho de su anhelo,
vio asomar sobre otro cielo
a despecho de su Historia
y en otro mundo la gloria.
VIII
Que entre la niebla indecisa
que sobre el campo flotaba,
y entre el humo que se alzaba
bajo el paso de la brisa,
su más hermosa sonrisa
49
fue para tu alma inocente,
su canción más elocuente
para entonada a tu huella,
y su corona más bella
para ponerla en tJ frente.
Q
IX
iSí, patria!, desde ese día
tú no eres ya para el mundo
lo que en su desdén profundo
la Europa se suponía,
desde entonces, patria mía,
has entrado a una nueva era,
la era noble y duradera
de la gloria y del progreso,
que bajan hoy, como un beso
de amor, sobre tu bandera.
X
Sobre esa insignia bendita
que hoy viene a cubrir de flores
la gente que en sus amores
en torno suyo se agita,
la que en la dicha infinita
con que en tu suelo la clava,
te jura animosa y brava,
como ante el francés un día,
morir por ti, patria mía,
primero que verte esclava.
50
MANUEL ACUÑA
Q
CORRIDO DE CATARINO MARAVILLAS
Catarino Maravillas,
Catarino Maravillas,
de noche cruzó la mar.
Llegó de Cuba la linda,
iay, sí!, iay, no!,
llegó de Cuba la linda
y nadie lo fue a esperar.
Se fue por el mal gobierno
que lo quería asesinar.
Primero fue maderista
en guerra contra el rural.
iQue vivan Pancho Madero
y don Aquiles Serdán!
Madero murió a balazos,
-ila cosa se puso mal!-,
Catarino Maravillas
con Zapata fue a pelear.
iQué verde estaba el ejido
que con sus manos sembró!
Verdes cañas, cañas altas
que hasta el cielo levantó.
Zapata murió a balazos,
-ila cosa se puso mal!-,
pero quedaba Carranza
y con Carranza fue a dar.
5 1
o
Montaña azul del domingo,
lunes salobre del mar,
combate que empieza en martes
para el viernes acabar.
Blanco sábado en sosiego
sin pólvora al despert�r.
Carranza murió a balazos,
-ila cosa se puso mal!-,
Catarino Maravillas
con Villa se fue a pelear.
Combate de Las Palomas
batalla en El Capulín;
veinte leguas a caballo,
veintiuna en ferrocarril.
Caballito de batalla
-galopar y no llegar-,
caballito de batalla,
inunca podrás descansar!
Villa fue muerto a balazos,
-ila cosa se puso mal!-,
Catarino Maravillas
se regresa a la ciudad.
Ciudad de bandera al aire
y calma presidencial;
el Sagrario, los Portales,
el Palacio Nacional,
el Zócalo, en el que cabe
la más recia tempestad.
52
Catarino Maravillas,
sintetiza a la Nación
grita el 15 de septiembre:
o
iQue vivan por muchos años
la Virgen de Guadalupe
y el general Obregón!
Obregón murió a balazos,
-ila cosa se puso mal!-,
Catarino Maravillas
de nuevo se fue a pelear.
Una mañanita blanca,
blanca en los rieles del tren,
se fue camino del Norte,
se fue para no volver.
Del Norte se fue a La Habana
-destierro en el corazón­
Catarino Maravillas,
Catarino Maravillas
piensa regresar a México
cuando haya Revolución.
53
M. GUTIÉRREZ NÁJERA
�'"'
�
CORRIDO DE DOMINGO ARENAS
El panadero·hacía pan,
pan de dulce,
pan de sal;
rosquitas para los niños
que lo miran hacer pan.
Todo el pueblo lo miraba
hacer el pan cotidiano:
pan de dulce,
pan de sal,
pan de nubes con azúcar,
cuernos de luna con sal.
Todo el pueblo le decía:
-"Don Domingo, lya está el pan?"
Don Domingo les decía:
-"Lo estoy poniendo a dorar".
Don Domingo estaba manco,
con una mano hace el pan,
la otra la tiene prendida
de milagrito un altar.
Los domingos iba a misa,
era devoto al rezar:
"Santa Madre de los cielos,
icuándo la podré olvidar?"
Don Domingo tiene novia,
morena de cielo y bosque.
La novia lleva los ojos
ceñidos de medianoche.
54
Sus brazos estaban frescos
como cuentas de collar;
agua en espejo fragante
de cántaro y manantial.
Primero se atormentaron,
luego ella lo abandonó.
iArquitectura de naipes
que sola se desplomó!
o
Desde entonces Don Domingo
forjó en yunque rojo vivo
el odio de su puñal,
puñal en horno caliente
puesto a dorar con el pan.
La Revolución cantando
rodaba por la montaña.
La luna en plato de lirios
por la montaña asomaba.
Gritaba Domingo Arenas:
"iPan de dulce, pan de sal! ",
y sus gritos picoteaban
lo blanco de la ciudad.
Granizo de balas rojas
hizo amapolas las calles,
en cada árbol una flor
de pajaritos en sangre.
-"Compadre: Domingo Arenas
ya viene cerca del río,
55
Q
meta a sus hijas al pozo,
no importa que tengan frío".
-"Compadre: mis hijas son
en el pozo ya escondidas.
El agua del pozo está
llena de estrellas caídas".
A las ocho de la noche
el miedo atrancó las puertas;
por las rendijas entraba
la luz de las bayonetas.
Los cascos de los caballos
frotaban oro en las piedras;
los fusiles reventaban
sus flores rojas y negras.
Domingo Arenas ha hincado
su garra en carne tabaco,
su novia tiene en el pecho
un trébol ensangrentado.
Fusiles de terco aullido
rompen la luz de los vidrios,
en la calle se desploman
los ojos y los gemidos.
Las manos siembran incendios
y destrozan la ciudad;
a las muchachas decentes
desnudan su honestidad.
56
A las seis de la mañana
la tropa se va a los cerros.
Domingo Arenas se lleva
el nardo de los luceros.
La ciudad se queda sola,
Q
sonora de cartucheras.
-"Compadre: ya no tengo hijas,
se las llevó el manco Arenas
prendidas en las espuelas".
CREDO
México, creo en ti,
como el vértice de un juramento.
Tú hueles a tragedia, tierra mía,
y sin embargo, ríes demasiado,
acaso porque sabes que la risa
es la envoltura de un dolor callado.
México, creo en ti,
sin que te represente en una forma
porque te llevo dentro; sin que se sepa
lo que tú eres en mí; pero presiento
que mucho te pareces a mi alma,
que sé que existe pero no la veo.
México, creo en ti,
en el vuelo sutil de tus canciones
que nace porque sí; en la plegaria
57
MIGUEL N. LIRA
A ManuelBerna!
o
que yo aprendí para llamarte patria,
algo que es mío en mí, como tu sombra
que se tiende con vida sobre el mapa.
México, creo en ti,
en forma tal que tienes de mi amada
la promesa y el beso que son míos,
sin que sepa por qué se me entregaron:
no sé si por ser bueno o por ser malo,
o porque del perdón nazca el milagro.
México, creo en ti,
sin preocuparme del oro de tu entraña:
es bastante la vida de tu barro
que refresca lo claro de las aguas,
en el jarro que llora por los poros
la opresión de la carne de tu raza.
México, creo en ti,
porque creyendo te me vuelves ansia
y castidad y celo y esperanza.
Si yo conozco el cielo es por tu cielo,
si conozco el dolor es por tus lágrimas
que están en mí aprendiendo a ser lloradas.
México, creo en ti,
en tus cosechas de milagrería
que sólo son deseo en las palabras,
te contagias de auroras que te cantan,
iy todo el bosque se te vuelve earne! ,
iy todo el hombre se te vuelve selva!
58
o
México, creo en ti,
porque nací de ti, como la flama
es compendio del fuego y de la brasa;
porque me puse a meditar que existes
en el sueño y materia que me forman
y en el delirio de escalar montañas.
México, creo en ti,
porque escribes tu nombre con la X
que algo tiene de cruz y de calvario;
porque el águila brava de tu escudo
se divierte jugando a los "volados"
con la vida y, a veces, con la muerte.
México, creo en ti,
como creo en los clavos que te sangran;
en las espinas que hay en tu corona,
y en el mar que te aprieta la cintura
. para que tomes en la forma humana
hechuras de sirena en las espumas.
México, creo en ti,
porque si no creyera que eres mío
el propio corazón me lo gritara,
y te arrebataría con mis brazos
a todo intento de volverte ajeno,
isintiendo que a mí mismo me salvaba!
59
México, creo en ti,
porque eres el alto de mi marcha
y el punto de partida de mi impulso.
iMi credo, patria, tiene que ser tuyo,
como la voz que salva y como el ancla. . .!
Ricardo López Ménde
CUAUHTÉMOC
Solamente triste fue Cuauhtémoc. Un día
un grupo de hombres blancos se abalanzó hasta él
y mientras que el imperio de tal se sorprendía
el arcabuz llenaba sus huecos el broquel.
Preso quedó, y el indio, que nunca sonreía,
una sonrisa tuvo que se deshizo en hiel.
-lEn dónde está el tesoro? --clamó la vocería;
el arcabuz llenaba sus huecos el broquel.
Llegó el tormento. . ., y alguien de la imperial nobleza
quejóse. El héroe díjole, irguiendo la cabeza:
-iMi lecho no es de rosas! -y se volvió a callar.
En tanto al retostarle los pies, chirriaba el fuego,
que se agitaba a modo de balbuciente ruego,
iporque se hacía lenguas como queriendo hablar!
}OSÉ SANTOS CHOCAN
60
("
V
DECLARACIÓN DE AMOR
A LA CIUDAD DE MÉXICO
Señorial urbe mía, de traza majestuosa;
de mórbidos perfiles con celestes reflejos:
Tus senos son las cúpulas vestidas de azulejos,
donde el aire se nutre de luz maravillosa. . .
Mexicana metrópoli adornada de encajes
hechos de espuma pétrea -magia de Churriguera­
cómo te han profanado los bárbaros tatuajes
de rótulos y anuncios, de esta fenicia era.
Tenochtitlán los indios te llamaron. Debieras
seguir con ese nombre; con las aguas tranquilas
de tus cinco lagunas que abrieron sus pupilas
sólo para admirarte yacente en las riberas;
con tus adoratorios en forma de pirámides
en donde ardía el fuego del rubio Tonatiúh,
frente al Popocatépetl y a la lztaccíhuatl, clámides
que te cubren la espalda con su blanco tisú.
Ochenta y cuatro días resististe el combate,
de los teutlis, embate de cañón y arcabuz
contra flechas de sílex... -iOh, glorioso combate
que esmaltó tus canales de sanguíneo, granate;
sólo así sucumbiste..., por la espada y la Cruz!
Conquistaste al sañudo conquistador hispano,
que en ti fincó sus lares y acrecentó su arca;
prendaste a la Condesa Calderón de la Barca
y cautivar supiste al gran Barón germano
y al Archiduque Rubio que jugó a ser Monarca...
Tus anales gloriosos, con amarillo brillo,
de "muy leal y noble"... , ostentan tu blasón.
Ayer ahijada fuiste de Díaz del Castillo
y hoy... , viuda de don Luis González Obregón.
6 1
Admirable tu ingenio popular que se aguza
en la fina ganzúa. . ., o en la grácil saeta:
por ti la picardía de Martín Garatuza
y el ágil epigrama del Negrito Poeta.
Por ti la cervantina presteza mexicana
de Femández Lizardi. .. Su escala de Jacob
tendió sobre tu cielo nuestra insigne Sor Juana
y en tus festines líricos, por ti -rubia y galana­
la espuma del champagne de nuestro Duque Job.
Doncella gentilicia de actitudes donosas
que recata una túnica violeta episcopal;
a tus plantas florecen -todo el año- esas rosas
plasmadas por la dulce leyenda del sayal
de la fe de tu pueblo... iEsas rosas preciosas
que engalanan las púas de tu bronco nopal!
Entre esas flores quiero, fervoroso, ofrecerte
en perfumado aliento mi fiel veneración;
pues, amándote, espero que nutras, a mi muerte,
con zumo de mi limo, que no seguirá inerte:
ila rosa que se enraíce sobre mi corazón!
SOLÓN DE MIE
62
o
DIECISÉIS DE SEPTIEMBRE
Ite, ait; egregias animas, quae sanguine nobis
Hanc patriam peperere suo, decorate supremis
Muncribus...
(Virgilio, Eneid
a, L. XI)
Renueva, ioh musa!, el victorioso aliento
con que, fiel de la patria al amor santo,
el fin glorioso de su acerbo llanto
audaz predije en inspirado acento:
Cuando más orgulloso
y con mentidos triunfos más ufano,
el ibero sañoso
tanto, iay!, en la opresión cargó la mano,
que al Anáhuac vencido
contó por siempre a su coyunda unido.
"Al miserable esclavo (cruel decía)
que independencia ciego apellidando,
de rebelión el pabellón nefando
alzó una vez en algazara impía,
de nuevo en las cadenas
con más rigor a su cerviz atadas, .
aumentemos las penas,
que a su última progenie prolongadas,
en digno cautiverio
por siglos aseguren nuestro imperio".
"¿Qué sirvió en los Dolores vil cortijo,
que el aleve pastor el grito diera
de libertad, que dócil repitiera
63
o
la insana chusma con afán prolijo?
Su valor inexperto
de sacrílega audacia estimado,
a nuestra vista yerto
en el campo quedó y escarmentado;
su criminal caudillo
rindió ya el cuello al vengador cuchillo".
"Cual al romper las Pléyades lluviosas
el seno de las nubes encendidas,
del mar las olas antes dormidas
súbito el austro altera tempestuosas;
de la caterva osada
así los rezos nuestra voz espanta,
que resuena indignada
·y recuerda, si altiva se levanta,
el respeto profundo
que inspiró de Vespucio al mundo rico".
"iAy del que hoy más los sediciosos labios
de libertad al nombre lisonjero,
abriese, pretextando novelero
mentidos males, fútiles agravios!
Del cadalso oprobioso
veloz descenderá a la tumba fría,
y ejemplar provechoso
al rebelde será, que en su porfía
desconociere el yugo
que al invicto español echarle plugo".
Así los hijos de Yandalia ruda
fieros clamaron cuando el héroe augusto
cedió de la fortuna al golpe injusto;
64
y el brazo fuerte que la empresa escuda,
faltando a sus campeones,
del terror y la muerte precedidos,
feroces escuadrones
talan impunes campos florecidos,
y al desierto sombrío
consagran de la paz el nombre pío.
No será empero que el benigno cielo,
cómplice fácil de opresión sangrienta,
niegue a la patria en tan cruel tormenta
una tierna mirada de consuelo.
Ante el trono clemente
sin cesar sube el encendido ruego,
el quejido doliente
de aquel prelado, que inflamado en fuego
de caridad divina,
la América indefensa patrocina;
"Padre amoroso, dice, que a tu hechura,
como el don más sublime concediste,
la noble libertad con que quisiste
de tu gloria ensalzarla hasta la altura,
lno ves a un orbe entero
gemir, privado de excelencia tanta,
bajo el dominio fiero
del execrable pueblo que decanta,
asesinando al hombre,
dar honor a tu excelso y dulce nombre?"
"iCuánto, iay!, en su maldad ya se gozara
cuando por permisión inescrutable
de tu justo decreto y adorable,
65
Q
de sangre en la conquista se bañara,
sacrílego arbolando
la enseña de tu cruz en burla impía,
cuando más profanando
su religión con negra hipocresía,
para gloria del cielo
cubrió de excesos el indiano suelo!"
"De entonces su poder, icómo ha pesado
sobre el inerme pueblo! iQué de horrores,
creciendo siempre en crímenes mayores,
el primero a tu vista han aumentado!
La astucia seductora
en auxilio han unido a su violencia:
1.foral corrompedora
predican con su bárbara insolencia,
y por divinas leyes
proclaman los caprichos de sus reyes".
"Allí se ve con asombroso espanto
cual traición castigado el patriotismo,
en delito erigido el heroísmo
que al hombre eleva y engrandece tanto.
¿Qué más? En duda horrenda
se consulta el oráculo sagrado
por saber si la prenda
de la razón al indio se ha otorgado,
y, mientras Roma calla,
entre las bestias confundido se halla".
"¿y qué, cuando llegado se creía
de redención el suspirado instante, ·
permites, justo Dios, que ufana cante
66
o
nuevos triunfos la odiosa tiranía?
El adalid primero,
el generoso Hidalgo, ha perecido;
el término postrero
ver no le fue de la obra concedido;
mas otros campeones
suscita que rediman las naciones".
Dijo, y Morelos siente enardecido
el noble pecho en belicoso aliento;
la victoria en su enseña toma asiento
y su ejemplo de mil se ve seguido,
la sangre difundida
de los héroes su número recrece,
como tal vez herida
de la segur, la encina reverdece,
y más vigor recibe,
y con más pompa y más verdor revive.
Más, lquién de la alabanza el premio digno
con títulos supremos arrebata,
y el laurel más glorioso a su sien ata,
guerrero invicto, vencedor benigno?
El que en Iguala dijo:
Libre la patria sea, y fuelo luego
que el estrago prolijo
atajó, y de la guerra el voraz fuego,
y con dulce clemencia:
iEn el trono asentó la Independencia!
iHimnos sin fin a su indeleble gloria!
Honor eterno a los varones claros
que el camino supieron prepararos.
67
Q
iOh Iturbide inmortal!, a la victoria,
sus nombres antes fueron
cubiertos de luz pura, esplendorosa;
mas nuestros ojos vieron
brillar el tuyo como en noche hermosa
entre estrellas sin cuento
a la luna en el alto firmamento.
i Sombras ilustres, que con cruento riego
de libertad la planta fecundasteis,
y sus frutos dulcísimos legasteis
al suelo patrio, ardiente en sacro fuego!
Recibid hoy, benignas,
de su fiel gratitud prendas sinceras
en alabanzas dignas,
más que el mármol el bronce y duraderas,
con que vuestra memoria
coloca en el alcázar de la gloria.
ANDRÉS QUINTANA Re
DONATO GUERRA
''No son los muertos los que en dulce cah
en paz reposan en la tumba fr
muertos son los que tienen muerta elah
y viven todaví
a.
Levanta, Gloria, la atrevida frente,
ino llores más al ínclito guerrero;
al que fue de los débiles hermano
y terror de retrógrada canalla;
al patriota inmortal; al arquetipo
68
Núñez de AJ
o
de indeclinable fe, al caballero!
Más noble que Bayardo y más valiente;
al que alentó bajo grosera malla
alma de niño, corazón de acero;
al que tigre en los campos de batalla
fue en culta sociedad humilde, humano;
al demócrata fiel; al intachable;
al mártir coronado de victoria,
al hombre, en fin, cuya brillante vida
glorificó un verdugo miserable.
lPor qué, Gloria, llorar, si transmitida
de una edad a otra edad va su memoria
digna de que los siglos la veneren?. . .
La Diosa Libertad estremecida
escribe sobre el bronce de la Historia:
su nombre es una égida,
y el cadalso es el templo de su gloria.
illustre general! Hoy acompaña
a tu recuerdo mi sentido canto,
sin que esa tumba que de luz se baña
empañe con las gotas de mi llanto.
Tú el brasero de Scévola encendiste
al calor de tu aliento poderoso,
y al heroísmo catoniano uniste
la abnegación de Régulo... iDichoso
tú que gozando en mundo de verdades
la beatitud ingente,
has dejado flotando en las edades
tu nombre refulgente!
69
Brillante como el sol fue tu carrera...
iModelo de civismo!
Yo te envidiara, si envidiar supiera.
Mas... , ¿quién como tú mismo?
¿y quién habrá que ahora
al mártir llora que tan grande era? . . .
La muerte del soldado, no se llora;
la tumba de los héroes, se venera.
No son los muertos, no, los que reciben
rayos de gloria en sus despojos yertos:
los que mueren con honra, siempre viven;
los que viven sin honra, son los muertos.
EL ALMA PRIMITIVA
Soy el alma primitiva,
ANTONIO PLAZ
soy el alma primitiva, de los Andes y las selvas.
Soy el ruido de las hojas en la noche,
que parece que en mis versos ensayaran una orquesta;
soy el canto de turpiales y cenzontles, cuando el alba
ruboriza la blancura de la nieve de las crestas,
soy el himno de las aguas y los vientos,
el chasquido de las piedras,
el crujido de los troncos
y el aullido de las fieras...
Soy el alma primitiva,
soy el alma primitiva de los Andes y las selvas.
Mis maestros so"n los árboles vibrantes
en que el fleco de los ábregos se enreda
y las fuentes bullidoras que se encajan
70
en el verde terciopelo de las cuencas,
y los rasgos de la brisa
que retozan en las fauces de las ávidas cavernas,
y los astros en las fauces de las ávidas cavernas,
y las cúspides que sueñan
y los troncos que dan ramas y las ramas que dan flores
y las flores que son bocas que se callan, pero besan. . .
Mis maestros me enseñaron
unas cosas siempre nuevas
para el hombre: los secretos armoniosos
de la gran Naturaleza;
y pusieron en el arco de mi lira,
que es de piedra,
una cuerda más: la cuerda de las músicas salvajes.
Y es así como yo canto con mi lira de ocho cuerdas.
Soy el alma primitiva,
soy el alma primitiva de los Andes y las selvas.
He sentido muchas veces
que, en el fondo de mi idea,
yo era un árbol, era un árbol corpulento
de raíces gigantescas...
Y he crecido... Y he crecido...
Y el abrazo de diez hombres
no ceñía mi corteza.
Y los ojos padecían un vahído
al mirarme resaltando por encima de la selva.
Y en los huecos de mi tronco se hospedaban,
como en una madriguera,
los jaguares que en mis costras afilaban sus colmillos
y rascaban enarcados las heridas de su lepra. . .
Yo era un árbol, era un árbol corpulento,
y mis ramas florecían en vibrante primavera,
y mis flores se empinaban como copas en un brindis
71
Q
y yo todo me empinaba como espíritu que anhela,
porque, bajo de mis frondas
y tendidos en el musgo, los caciques de la tierra
celebraban una junta y en la junta aparecía
el abuelo de las tribus con sus barbas retorcidas
cual manojo de culebras.
Otras veces he soñado
que era un pico de los Andes, el orgullo de una piedra;
y que, encima
de mi trágica insolencia,
una nieve de diez siglos
congelaba sus rigores en la punta de mis crestas.
Desde lo alto de los Andes
he mirado muchas millas, he mirado muchas leguas;
y las nieves de mi cumbre
deshacíanse en madejas
de agua fina. . ., y los ríos
se enredaban en las grietas
cual si fuesen gargantillas
de diamantes o de perlas.
Y yo, en tanto, contemplaba...,
contemplaba..., contemplaba,
el acopio de las selvas,
y el bostezo dilatado de las pampas en el fondo,
y el dibujo de los ríos que bajaban por mis cuestas,
y el anchísimo horizonte de nublados, y la faja
de los mares, y la línea de las garzas en hilera. . .
Yo era un pico de los Andes,
era un pico de los Andes, el orgullo de una piedra;
y, de pronto,
sobre todos los rigores de mis nieves sempiternas,
sentí el vuelo de un gran pájaro,
sentí el vuelo de un gran pájaro en las nieblas,
72
que, clavado en sus diez garras
en mis crestas,
dio a los aires su estridente
voz de cóndor como el grito sofocado de una alerta. . .
Y esa voz que por en medio de mis cánticos resuena,
y que dice todavía, sobre todas las edades,
recorriendo ocho sonidos en mi lira de ocho cuerdas.
iSoy el alma primitiva,
soy el alma primitiva de los Andes y las selvas!
}OSÉ SANTOS CHOCANO
EL GIRO
ROMANCERODELA GUERRA DEINDEPENDENCIA
I
Medio oculta entre la selva
como un nido entre las ramas,
y medio hundida en el fondo
tranquilo de una cañada
allá por aquellos tiempos
hubo en Landín1 una casa
que no por ser tan sencilla
ni de una fecha tan larga,
era menos pintoresca
ni tampoco menos blanca.
Sombreaba su puerta un olmo
de hojosas y verdes ramas,
punto de citas de todas
las aves de las montañas;
y en uno de sus costados,
Estado de Quanajuato, entre Santa Cruz y Chamacuero.
73
o
brotando límpida y clara,
saltaba entre los terrones
y entre las hierbas el agua,
de noche siempre tranquila
y eternamente callada.
Apenas el sol naciente
filtraba por sus ventanas
cuando estremecido el aire
sonaban dulces y claras,
la voz de una cuna hablando
de cuanto los niños hablan;
la voz de una madre, rica
de sentimientos y de alma,
y la voz de un hombre que era
la eterna voz de la patria,
soñando ya con sus glorias
y ya con sus esperanzas,
tez cobriza como aquellos
primeros hijos de Anáhuac,
que tantas veces hicieron
temblar de miedo.a la España
cuando la España atrevida
midió con ellos sus armas;
fuerte y ágil como todos
los hijos de las montañas;
como un labriego, robusto;
como un patriota, entusiasta;
como un valiente atrevido,
y como un joven todo alma,
el hombre de aquellas selvas,
el hombre de aquella casa,
era el eterno modelo
de esas figuras sagradas
74
Q
que en el altar de los siglos
hacen un Dios de una estatua.
Veinticinco años apenas
por este tiempo contaba,
y de sus nobles heridas
la suma aún era más larga,
que no hubo por el Bajío
ningún combate ni hazaña
donde su ardor no estuviera,
donde faltara su lanza,
en donde grito de muerte,
sus huellas no señalara
con el licor de sus venas
o el de las venas extrañas.
Y allí tranquilo y oculto
su triste vida pasaba,
lamentando en su impotencia
la esclavitud de la patria
que, renunciando a la lucha,
renunciaba a la esperanza
cuando una mañana, a la hora
que el último sueño marca,
despertó, oyendo a lo lejos;
y adivinaba al instante
la suerte que le amagaba,
bajó del lecho al influjo
de una decisión extraña;
besa en la frente a su hijo,
y en los labios a su amada,
clava los ojos ardientes
en la entreabierta ventana,
y al ver por sus enemigos
ya casi envuelta su casa,
75
Q
salta de las rocas, entre ellos
se escapa por la montaña.
II
Aún no se alzaba del todo
la niebla de la montaña,
y aún no acertaban a darse
cuenta de tamaña audacia,
los sitiadores furiosos
que sorprenderle esperaban,
cuando al galope y bajando
camino de la cañada,
vieron venir a lo lejos
un grupo de gente armada,
compuesto de ocho jinetes
y el hombre que los mandaba.
En mayor número de ellos
y con superiores armas,
seguros de la victoria
fácil que se les aguardaba,
todos empuñan las riendas,
todos afirman la lanza,
todos ven al enemigo
todos miden la distancia,
y en silencio y todos ellos
prontos a ponerse en marcha,
sólo esperan a que llegue
la hora de entrar en batalla.
Los insurgentes en tanto,
viendo las huestes contrarias
más de coraje la encienden
y más de amor la entusiasman,
y ansiosos· de dar su sangre
76
o
por la salud de la patria
sobre el caballo se inclinan,
la floja rienda adelantan,
y fijos los barboquejos
y el sombrero hacia la espalda,
entre la niebla y el polvo
corren y vuelan y avanzan,
siguiendo entre los peñascos
al hombre de la cañada.
Y ya los de Bustamante2
su primer paso avanzaban,
anhelando en su impaciencia
cómo acortar la distancia
que la interpuesta colina
con un recodo aumentaba;
cuando de pie en lo más alto
de las rocas escarpadas,
vieron alzarse a un jinete
que con voz sonora y clara:
-"Yo soy el Giro -les dijo-,
si al Giro es a quien aguardan:
y el que lo busque venga
si tiene honor y tiene alma,
11
que a todos espera el Giro
frente a frente y cara a cara".
Dijo: y los fieros dragones
al grito de "iViva España!",
como un solo hombre treparon
111 General don Anastaslo Bustamante. Presidente de la República. y que, en su JwentUd,·militó
1111 el ejército realista.
l
77
r
o
hasta donde el Giro estaba
dispuesto como los suyos
a sucumbir por la patria. . .,
y fue la lucha, y terribles
al dar la espantosa carga,
insurgentes y realistas,
ardiendo en cólera y rabia,
se entremezclaron sedientos
de victoria y de matanza. . .
Quiso la triste fortuna
favorecer a la España
el brillo de los fulgores
negándole a nuestras armas,
que ya de los insurgentes
uno tan sólo quedaba
a caballo todavía,
pero ya herido y sin armas.
Era el Giro, que entre doce
dragones que lo rodeaban,
sin rendirse al desaliento
ni inclinarse a la desgracia
luchaba y arremetía
contra el que más se acercaba,
convirtiendo a su caballo,
a un tiempo en escudo y arma.
Por fin un abrazo atrevido
clavó en su pecho una lanza,
perder haciéndole el poco
aliento que le quedaba;
pero él, aunque ya en el suelo,
con fuerza siempre y con alma,
coge su lanza, del pecho,
78
sin cavilar se la arranca,
y estremecido y al grito
Q
de "Independencia" y de "Patria",
de pie sobre los peñascos
a sus contrarios aguarda;
y después de herir a todos
los que acercársele ensayan,
hace huir a los restantes
que ante heroicidad tamafía
se alejan, y desde lejos
lo rematan a pedradas.
iMártir que toda tu sangre
supiste dar por la patria,
tú, de los desconocidos
que murieron por salvarla,
gracias por tu fortaleza,
por tus sacrificios, gracias!
III
RAMÓN LóPEZ VELARDE
EL GRAN VIAJE
¿Quién será� en un futuro no lejano,
el Cristóbal Colón de algún planeta?
lQuién logrará, con máquina potente,
sondear el océano
del éter, y llevarnos de la mano
allí donde llegaron solamente
los osados ensuefíos del poeta?
79
o
lQuién será en un futuro no lejano
el Cristóbal Colón de algún planeta?
¿y qué sabremos tras el viaje augusto?
lQué nos enseñaréis, humanidades
de otros orbes, que giran
en la divina noche silenciosa,
y que acaso hace siglos que nos miran?
Espíritus a quienes las edades
en su fluir robusto
mostraron ya la clave portentosa
de lo Bello y lo Justo,
lcuál será la cosecha de verdades
que deis al hombre, tras el viaje augusto?
lCon qué luz nueva escrutará el arcano?
iOh, la esencial revelación completa
que fije en nuevo molde al barro humano!
lQuién será en un futuro no lejano
el Cristóbal Colón de algún planeta?
AMADO NERVI
EL IDILIO DE Los VOLCANES
El lztaccíhuatl traza la figura yaciente
de una mujer dormida bajo el Sol.
El Popocatépetl flamea en los siglos
como una apocalíptica visión; ·
y esos dos volcanes solemnes
tienen una historia de amor,
digna de ser cantada en las complicaciones
80
Q
de una extraordinaria canción.
lztaccíhuatl -hace ya miles de años­
fue la princesa más parecida a una flor,
que en la tribu de los viejos caciques
· del más gentil capitán se enamoró.
El padre augustamente abrió los labios
y díjole al capitán seductor
que si tornaba un día con la cabeza
del cacique enemigo clavada en su lanzón,
encontraría preparados, a un tiempo mismo,
el festín de su triunfo y el lecho de su amor.
Y Popocatépetl fuese a la guerra
con la esperanza·en el corazón:
domó las rebeldías de selvas obstinadas,
el motín de los riscos al paso vencedor,
la osadía despeñada del torrente,
la asechanza de los pantanos, eh traición;
y contra cientos de cientos de soldados,
por años y más años gallardos combatió.
Al fin tornó a la tribu, y la cabeza
del cacique enemigo sangraba en su lanzón.
Halló el festín del triunfo preparado,
pero no así el lecho de su amor:
En vez de lecho encontró el túmulo
en que su novia, dormida bajo el Sol,
esperaba en su frente el beso póstumo
de la boca que nunca en vida la besó.
Y Popocatépetl quebró en sus rodillas
el haz de flechas; y en una sorda voz,
conjuró las sombras de sus antepasados
contra las crueldades de su impasible dios.
8 1
Q
Era la vida suya, muy suya,
porque contra la muerte la ganó:
tenía el triunfo, la riqueza, el poderío,
pero no tenía amor...
Entonces hizo que veinte mil esclavos
alzaran un gran túmulo ante el Sol:
Amontonó diez cumbres
en una escalantina como de alucinación:
tomó en sus brazos a la mujer amada
y él mismo sobre el túmulo la colocó;
luego, encendió una antorcha, y para siempre
quedóse en pie alumbrando el sarcófago de su dolor.
Duerme en paz, lztaccíhuatl: nunca los tiempos
borrarán los perfiles de tu casta expresión.
Vela en paz, Popocatépetl nunca los huracanes
apagarán tu antorcha, eterna como el amor...
JOSÉ SANTOS CHOCA
EL INDULTO
Desde el grito de Dolores
eran dos ilustres pasados,
y sólo un hombre luchaba
contra el poder del tirano;
un hombre cuyas acciones,
cuyo civismo preclaro
cuyo valor y virtudes
fama eterna conquistaron.
Él guard6 por tanto tiempo
del patriotismo sagrado .
82
y del honor insurgentes
el sublime fuego intacto.
De la sierra a las ciudades,
de los montes a los llanos
iba al frente de sus tropas
Q
y de Guerrero ante el nombre
se asustaban sus contrarios;
como se asustan los tigres
con el estruendo del rayo.
Mas, .un día memorable
de la crueldad en los fastos,
de su valor y constancia
quiso vengarse el tirano,
a su hija inocente y pura,
y a su esposa encarcelando
para ver si así domaba
su noble pecho esforzado:
y no pudiendo abatirlo
ni con viles represalias
ni con arteros engaños,
le ofreció riqueza, honores,
y quiso para sarcasmo,
que el padre del héroe fuera
de aquel indulto emisario.
Explicar es imposible
en ningún lenguaje humano,
los tormentos y las dudas
que su pecho desgarraron,
al ver que su mismo padre
le suplicaba llorando,
que traicionase a su patria,
que marchitara sus lauros;
mas era su alma de bronce,
83
o
de aquellas que proclamaron
que es preferible la muerte
a la paz con los tiranos.
- "Padre, mi padre" -le dijo
con acento sofocado,
mientras con filial ternura
besábale frente y manos-:
"Que sacrifique en.buena hora
el déspota sanguinario,
para calmar su despecho
los seres a quienes amo.
Cada lágrima que viertan
en ese martirio santo,
la vengaré en los combates
con sangre de sus soldados,
pero no logrará nunca
que ante su yugo nefando
se humille mi altiva frente
ni se humedezcan mis labios.
iLibertad, Independencia!
Me verás siempre clamando,
mientras tenga por baluarte
estos altivos peñascos:
Hasta que cumplido sea
mi juramento sagrado,
o me conduzca el destino
a morir en un cadalso".
Y estrechándose en su seno,
y conteniendo sus penas,
se despidió del anciano.
Largo tiempo todavía
después del postrer abrazo,
estuvo el guerrero ilustre
84
Q
a su padre contemplando. . .
Y cuando le vio perderse
tras el último barranco,
camino de la montaña
se fue triste y cabizbajo.
GUSTAVO BAZ
EL SOLDADO DE LA LIBERTAD
Sobre un caballo brioso
camina un joven guerrero
cubierto de duro acero,
lleno de bélico ardor.
Lleva la espada en el cinto,
lleva en la cuja la lanza,
brilla en su faz la esperanza
en sus ojos el valor.
De su diestra el guante quita,
y el robusto cuello halaga,
y la crin, que al viento vaga,
de su compañero fiel.
Al sentirse acariciado
por la mano del valiente,
ufano alzando la frente
relincha el noble corcel.
Su negro pecho y sus brazos
de blanca espuma se llenan;
sus herraduras resuenan
sobre el duro pedernal;
y al compás de sus pisadas,
85
Q
y al ronco son del acero,
alza la voz el guerrero
con un acento inmortal:
"Vuela, vuela, corcel mío
denodado;
no abatan tu noble brío
enemigos escuadrones,
que el fuego de los cañones
siempre altivo has despreciado,
y mil veces
has oído
su estallido
aterrador,
como un canto
de victoria,
de tu gloria
precursor.
Entre hierros, con oprobio
gocen otros de la paz;
yo no, que busco en la guerra
la muerte o la libertad".
"Yo dejé el paterno asilo
delicioso;
dejé mi existir tranquilo
para ceñirme la espada,
y del seno de mi amada
supe arrancarme animoso;
vi al dejarla
su tormento,
iqué momento
de dolor!
86
Vi su llanto
y pena impía;
fue a la mía
superior.
Entre hierros, con oprobio
gocen otros de la paz;
Q
yo no, que busco en la guerra
la muerte o la libertad".
"El artero cortesano
la grandeza
busque adulando al tirano,
y doblando la rodilla;
mi trotón y humilde silla
no daré por su riqueza,
y bien pueden
sus salones
con canciones
resonar;
corcel mío
yo prefiero
tu altanero
relinchar.
Entre hierros, con oprobio
gocen otros de la paz;
yo no, que busco en la guerra
la muerte o la libertad".
"Vuela, bruto generoso,
que ha llegado
el momento venturoso
de mostrar tu noble brío,
y hollar del tirano impío
87
o
el pendón abominado;
en su alcázar
relumbrante
arrogante
pisarás,
y en su pecho
con bravura
tu herradura
estamparás.
Entre hierros, con oprobio
gocen otros de la paz;
yo no, que busco en la guerra
la muerte o la libertad".
Así el guerrero cantaba,
cuando resuena en su oído
un lejano sordo ruido,
como de guerra el fragor:
"A la lid", el fuerte grita,
en los estribos se afianza,
y empuña la dura lanza,
lleno de insólito ardor.
En sus ojos, en su frente,
la luz brilla de la gloria,
un presagio de victoria,
un rayo de libertad.
Del monte en las quiebras hondas
resuena su voz terrible,
como el huracán horrible
que anuncia la tempestad.
Rápido vuela el caballo,
ya del combate impaciente,
88
Q
mucho más que el rayo ardiente
es su carrera veloz.
Entre una nube de polvo
desaparece el guerrero,
se ve aún brillar su acero,
se oye a lo lejos su voz:
"iGloria, gloria! iYo no quiero
una vergonzosa paz;
busco en medio de la guerra,
la muerte o la libertad!"
FERNANDO CALDERÓN
EN EL TEOCALI DE CHOLULA
iCuánto es bella la tierra que habitaban
los aztecas valientes! En su seno
en una estrecha zona concentrados
con asombro se ven todos los climas ·
que hay desde el polo al ecuador. Sus llanos
cubren, a par de las doradas mieses,
las cañas deliciosas. El naranjo
y la piña y el plátano sonante,
hijos del suelo equinoccial, se mezclan
a la frondosa vid, al pino agreste,
y de Minerva al árbol majestuoso.
nieve eternal corona las cabezas
de lztaccíhuatl, purísimo. Orizaba
y Popocatépetl; sin que el invierno
toque jamás con destructora mano
los campos fertilísimos de ledo
los mira el indio en púrpura ligera
89
Q
y oro teñirse, reflejando el brillo
del sol en Occidente, que sereno
en hielo eterno y perennal verdura
a torrentes vertió su luz dorada.
Y vio a Naturaleza conmovida
con su dulce calor hervir en vida.
Era la tarde: su ligera brisa
las alas en silencio ya plegaba
y entre la hierba y árboles dormía,
mientras el ancho sol su disco hundía
detrás de lztaccíhuatl. La nieve eterna,
cual disuelta en mar de oro, semejaba
temblar en torno de él; un arco inmenso
que del empíreo en el cenit finaba
como espléndido pórtico del cielo
de luz vestido y centelleante gloria,
de sus últimos rayos recibía,
los colores riquísimos. Su brillo
desfalleciendo fue: la blanca luna
y de Venus la estrella solitaria
en el desierto cielo se veían.
iCrepúsculo feliz! Hora más bella
que la alma noche o el brillante día.
iCuánto es dulce tu paz al alma mía!
Hallábame sentado en la famosa
Cholulteca pirámide. Tendido.
El llano inmenso que ante mí yacía,
los ojos a espaciarse convidaba.
iQué silencio! iQué paz! iOh!, ¿quién diría
que en estos bellos campos reina alzada
la bárbara opresión, y que esta tierra
90
o
brota mieses tan ricas, abonada
con sangre de hombres, en que fue inundada
por la superstición y por la guerra?...
Bajó la noche en tanto, de la esfera
el leve azul, oscuro y más oscuro
se fue tornando: la movible sombra
de las nubes serenas que volaban
por el espacio en alas de la brisa:
Era visible en el tendido llano,
lztaccíhuatl purísimo volvía
del argentado rayo de la luna
el plácido fulgor y en el Oriente
bien como puntos de oro centelleaban
mil estrellas y mil. .. iOh!, yo os saludo,
fuentes de luz, que de la noche umbría
ilumináis el velo,
y sois del firmamento poesía.
Al paso que la luna declinaba
y al ocaso fulgente descendía
con lentitud, la sombra se extendía
del Popocatépetl y semejaba
fantasma colosal. El arco oscuro
a mí llegó, cubrióme y su grandeza
fue mayor hasta que al cabo
en sombra'universal veló la tierra.
Volví los ojos al volcán sublime
que velado en vapores transparentes
sus inmensos contornos dibujaba
de Occidente en el cielo.
. iGigante del Anáhuac! lCómo el vuelo
9 1
o
de las edades rápidas no imprime
alguna huella en tu nevada frente?
Corre el tiempo veloz arrebatando
años y siglos, como el norte fiero
precipita ante sí la muchedumbre
de las olas del mar. Pueblos y reyes.
viste hervir a tus pies, que combatían
cual hora combatimos, y llamaban
eternas sus ciudades y creían
fatigar a la tierra con su gloria
fueron: de ellos no resta ni memoria.
lYtú eterno serás? Tal vez un día
de tus profundas bases desquiciado
caerás: abrumarás tu gran ruina
al yermo Anáhuac; alzáranse en ella
nuevas generaciones y orgullosas
que fuiste negarán...
Todo parece.
Por ley universal, aun este mundo
tan bello y tan brillante que habitamos,
es el cadáver pálido y deforme
de otro mundo que fue
en tal contemplación embellecido
sorprendióme el sopor. Un largo sueño
de glorias engolfadas y perdidas
en la profunda noche de los tiempos,
descendió sobre mí. La agreste pompa
de los reyes aztecas desplegóse
a mis ojos atónitos. Veía,
entre la muchedumbre silenciosa
de emplumados caudillos, levantarse ·
el déspota salvaje en rico trono
92
de oro, perlas y plumas recamado;
y al son de caracoles belicosos
ir lentamente caminando al templo
la vasta procesión do la aguardaban
sacerdotes horribles salpicados
con sangre humana, rostros y vestidos,
con profundo estupor el pueblo esclavo
las bajas frentes en el polvo hundía
y ni mirar a su señor osaba
de cuyos ojos férvidos brotaba
la saña del poder.
Tales ya fueron
tus monarcas, Anáhuac, y su orgullo:
su vil ambición y tiranía
en el abismo del no ser se hundieron,
hiriendo a par al déspota y esclavo,
escribe la igualdad sobre la tumba,
con su manto benéfico el olvido
tu insensatez oculta y tus furores
sí, que la muerte, universal señora,
en ella entronizarse. Oyó los gritos
de agonizantes víctimas, en tanto
a la fuerza pr�sente y la futura.
Esta inmensa estructura
vio a la superstición más inhumana.
Que el sacerdote, sin piedad ni espanto,
les arrancaba el corazón sangriento;
miró el vapor espeso de la sangre
subir caliente al ofendido cielo,
y tender en el sol fúnebre velo,
y escuchó los horrendos alaridos
93
o
con que los sacerdotes sofocaban
el grito de dolor.
Muda y desierta.
ahora te ves, pirámide. iMás vale
que semanas de siglos yazcan yerma,
y la superstición a quien serviste
en el abismo del infierno duerma!
A nuestros nietos últimos, espero,
sé lección saludable; y hoy al hombre
que ciego en su saber fútil y vano
al cielo, cual titán, truena orgulloso.
Sé ejemplo ignominioso
de la demencia y del furor humano.
M. GUTIÉRREZ NÁJE
EN LA MUERTE
DEL GENERAL ZARAGOZA
Pálida está la frente
que con divino rayo
de luz brillante circundó la gloria,
al alumbrar su espléndida victoria
el quinto sol del memorable Mayo;
apagada la ardiente
eléctrica mirada,
que el enemigo de terror cubriera,
que cual vivo relámpago luciera
para anunciar el rayo de su espada.
Está ya el labio mudo
que, apenas se movía
agitaba terribles batallones,
94
o
jinetes y corceles y cañones,
y mandaba vencer, y se vencía;
yerto el brazo nervudo,
nunca el afán rendido
asolación del galo aventurero,
y, al envainar el victorioso acero
noble sostén y amparo del vencido.
Inmóvil yace, inerte,
dentro del pecho frío
el corazón en el valor templado,
de capitán y de último soldado,
noble modelo de constancia y brío.
iDuerme ya el hombre fuerte
en eterno letargo,
el hijo que a su patria dar debía
con su victoria, el más glorioso día,
con su temprana muerte, el más amargo!
Hoy el galo se goza,
de vergüenza desnudo,
viendo que el rostro nos volvió la suerte,
viendo que eleve derribó la muerte
al que vencer su ejército no pudo.
"No existe Zaragoza,
inerme está la diestra
que en ocio vergonzoso, nos mantiene.
Ya murió el vencedor, lquién nos detiene?
iA combatir, que la victoria es nuestra!"
"Las águilas augustas
que ya han tendido el vuelo
victoriosas doquiera en la pelea,
en África, y en Asia y en Crimea,
en Magenta, Pallestro y Montebello,
"agitarán robustas
95
Q
sus alas majestuosas,
y, atravesando raudas el espacio,
irán a reposar en el palacio
en que tú, bello México, reposas".
"Allí, en cercano día,
de Luis soldados fieles,
de oro, de gloria y de placeres llenos,
reclinaremos en hermosos senos
nuestras frentes cubiertas de laureles".
Así, con burla impía
los invasores claman;
y, al escuchar su risa mofadora,
olvido este pesar que me devora,
y la venganza y el valor me inflaman.
Lloremos, mexicanos,
más breve el llanto sea,
y dejemos el llanto por la espada,
¡ay!, para que de Francia la mirada
estas acerbas lágrimas no vea.
Juntemos nuestras manos
en la tumba que encierra
los venerados restos del guerrero,
y pronunciando nuestro adiós postrero,
sólo se oigan después gritos de guerra.
iGuerra, sí, patria mía!
iGuerra por tus montañas,
guerra por tus inmensas soledades,
guerra por tus caminos y ciudades,
guerra en los templos, guerra en las cabañas!
Tiempo sobrará un día
de llorar al que muera;
el soldado inmortal que tú perdiste
96
Q
y con su grande espíritu te asiste, ·
no quiere llanto ya: triunfos espera.
MARCELINO DÁVALOS
FUSILES Y MUÑECAS
CUADRO REALISTA
Juan y Margot, dos ángeles hermanos ·
que embellecen mi hogar con sus cariños,
se entretienen con juegos'tan humanos
que parecen personas desde niños.
Mientras Juan, de tres años, es soldado
y monta en una caña endeble y hueca,
besa Margot con labios de granado
los labios de cartón de su muñeca:
Lucen los dos sus inocentes galas,
y alegres sueñan en tan dulces lazos:
él, que cruza sereno entre las balas;
ella, que arrulla un niño entre sus brazos.
Puesto al hombro el fusil de hoja de lata,
el kepis de papel sobre la frente,·
alienta al niño en su inocencia grata
el orgullo viril de ser valiente.
Quizá piensa, en sus juegos infantiles,
que en este mundo que su afán recrea,
son como el suyo todos los fusiles
con que la torpe humanidad pelea.
97
o
Que pesan pocó, que sin odios lucen,
que es igual el más débil al más fuerte,
y que, si se disparan, no producen humo,
fragor, consternación y muerte.
iOh, misteriosa condición humana!
Siempre lo opuesto buscas en la tierra:
ya delira Margot por ser anciana,
y Juan que vive en paz, ama la guerra.
Mirándoles jugar me aflijo y callo:
lcuál será sobre el mundo su fortuna?
Sueña el niño con armas y caballo,
la niña con velar junto a la cuna.
El uno corre de entusiasmo ciego,
la niña arrulla a su muñeca inerme,
y mientras grita el uno: FuEGO, F'uEGO,
la otra murmura triste: DUERME, DUERME.
A mi lado ante juegos tan extraños
Concha, la primogénita, me mira:
iEs toda una persona de seis años
que charla, que comenta y que suspira!
lPor qué inclina su lánguida cabeza
mientras deshoja inquieta algunas flores?
lSerá la que ha heredado mi tristeza?
lSerá la que comprende mis dolpres?
Cuando me rindo del dolor afpeso, .
cuando la negra duda me avasalla,
98
o
se me cuelga del cuello, me da un beso,
se le saltan las lágrimas y calla.
Sueltas sus trenzas claras y sedosas,
y oprimiendo mi mano entre sus manos,
parece que medita en muchas cosas
al mirar cómo juegan sus hermanos.
Margot que canta en madre transformada,
y arrulla a un hijo que jamás se queja,
ni tiene que llorar desengañada,
ni el hijo crece, ni se vuelve vieja.
Y este guerrero audaz de tres abriles .
que ya se finge apuesto caballero,
no logra en sus campañas infantiles
manchar con sangre y lágrimas su acero.
ilnocencia! iNiñez! iDichosos nombres!
Amo tus goces, busco tus cariños.
iCómo han de ser los sueños de los hombres,
más dulces que los sueños de los niños!
iOh mis hijos! No quiera la fortuna
turbar jamás vuestra inocente calma,
no dejéis esa espada ni esa cuna:
iCuando son de verdad, matan el alma!
99
JUAN DE DIOS PEZA
GUADALUPE LA CH!NACA
P
ARA EL DR. MA.NVELF
LORES
QUIENM
EPIDIÓ UNOS V
E
RSOSN
ACIONALES
Con su escolta de rancheros,
diez fornidos guerrilleros, y en su cuaco retozón
que la rienda mal aplaca,
Guadalupe la Chinaca va a buscar a Pantaleón.·
Pantaleón es su marido,
el gañán más atrevido con las bestias y en la lid:
Faz trigueña, ojos de moro,
y unos músculos de toro y unos ímpetus de Cid.
Cuando mozo fue vaquero,
y en el monte y el potrero la fatiga le templó
para todos los reveses, ·
y es terror de los franceses, y cien veces lo probó.
Con su silla plateada,.
su chaqueta alhamarada, su vistoso cachirul
y la lanza de cañutos,
cabalgando pencos brutos, iqué gentil se ve el gandul! .
Guadalupe está orgullosa
de su prieto: ser su esposa le parece una ilusión,
y al mirar que en la pelea
Pantaleón no se pandea, grita: iViva Pantaleón!
Ella cura a los heridos
con remedios aprendidos en el rancho en que nació,
1 00 -----------------
y los venda en los combates
con los rojos paliacates que la pólvora impregnó. · ·
En aquella madrugada todo halaga su mirada,
finge pórfido el nopal,
y los órganos parecen candelabros que se mecen
con la brisa matinal.
En los planes y en las peñas, el ganado entre las breñas
rumia, trisca mugidor,
azotándose los flancos, y en los húmedos barrancos
busca tunas el pastor.
A lo lejos, en lo alto, bajo un cielo de cobalto
que desgarra su capuz,
·van tiñéndose las brumas, como un piélago de plumas
irisadas por la luz.
Y en las fértiles llanadas, entre milpas retostadas
de calor, pringan el plan
amapolas, maravillas, zempoalxochitls amarillas
y azucenas de San Juan.
Guadalupe va de prisa, de retomo de la misa:·
que, en las fiestas de guardar,
nunca faltan las rancheras
con sus flores y sus ceras a la iglesia del lugar.
Con su gorra galoneada, su camisa pespunteada,
su gran paño para el sol,
su rebozo de bolita,
y una saya nuevecita y un9s bajos de charol;
1 0 1
con su faz encantadora más hermosa que la aurora
que colora la extensión;
con sus labios de carmines,
que parecen colorines, y su cutis de piñón;
se dirige al campamento donde reina el movimiento
y hay mitote y hay licor;
porque ayer fue bueno el día,
pues cayó en la serranía un convoy del invasor.
iQué mañana tan hermosa! iCuánto verde, cuánto rosa!
iY qué linda, en la extensión
rosa y verde, se destaca
con su escolta, la Chinaca que va a ver a Pantaleón!
GUERRERO
En los montes del Sur, Guerrero un día
alzando al cielo la serena frente,
animaba al ejército insurgente
y al combate otra vez lo conducía.
Su padre, en tanto, con tenaz porfía,
lo estrechaban en sus brazos tiernamente
y en el delirio de su amor ardiente
sollozando a sus plantas le decía:
-Ten piedad de mi vida desgraciada;
vengo en nombre del rey, tu dicha quiero;
poderoso te hará; dame tu espada.
AMADO NERVO
1 02 ------------
o
-iJamás! , llorando respondió Guerrero;
tu voz e�, padre, para mí sagrada,
imas la voz de mi patria es lo primero!
}OSÉ ROSAS MORENO
HIDALGO Y MORELOS
iHidalgo y Morelos, palabras radiosas!
Pregunta esos nombres al monte y al plano
a cielos y a mares, a todas las cosas,
y así te dirán:
El monte de nieve y eternos basaltos
que siglos y siglos sus crestas irguió:
"iMorelos, Hidalgo! ", dirá, "ison más altos,
más altos que yo!" ·
El sol, alma fuente de vivos destellos,
imán de los mundos que el Padre creó:
" iHidalgo, Morelos! ", dirá "ison más bellos,
más bellos que yo! "
Y fuentes y prados y valles y cielos,
cantando los nombres de luz de los dos,
dirán con mil voces: "iHidalgo, Morelos,
bendígalos Dios! "
AMADO NERVO
Q
HIDALGO
Sonaron las campan�s de Dolores
voz de alarma que el cielo estremecía,
y en medio de la noche surgió el día
de augusta Libertad con los fulgores.
Temblaron de pavor los opresores
e Hidalgo audaz al porvenir veía,
y la patria, la patria que gemía,
vio sus espinas convertirse en flores.
iBenditos los recuerdos venerados
de aquellos que cifraron ·sus desvelos
en morir por sellar la independencia;
aquellos que vencidos, no humillados,
encontraron el paso hasta los cielos
teniendo por camino su conciencia!
1873
MANUEL ACUÑA
HIMNO NACIONAL MEXICANO
V
OLEMOSAL COMBA T
E
, A LA VENGAN
Z
A,
YEL QUEN
I
E
GUESUPECHOA LA ESPERAN
ZA,
HUNDA E
NEL POLVO SUCOBARDEFRENTE.
CORO
Mexicanos, al grito de guerra
el acero aprestad y el bridón,
y retiemble en sus centros la tierra,
al sonoro rugir del cañón. .
QUINTANA
-------------· 1 04 ------------
ESTROFA !
Ciña, ioh, Patria! , tus sienes de oliva
de la Paz el arcángel divino,
que en el cielo tu eterno destino,
por el dedo de Dios se escribió.
Mas si osare un extraño enemigo
profanar con su planta tu suelo,
piensa, ioh, patria querida! , que el cielo
un soldado en cada hijo te dio.
CORO
ESTROFA il
En sangrientos combates los viste
por tu amor palpitando sus senos,
arrostrar la metralla serenos,
y la muerte o la gloria buscar.
Si el recuerdo de antiguas hazañas,
de tus hijos inflama la mente,
los recuerdos del triunfo tu frente
volverán, inmortales, a ornar.
CORO
ESTROFA ill
Como al golpe del rayo la encina,
se derrumba hasta el hondo torrente,
la discordia vencida, impotente,
a los pies del arcángel, cayó.
o
Ya no más, de tus hijos la sangre,
se derrame en contienda de hermanos;
sólo encuentre el acero en sus manos
quien tu nombre sagrado insultó.
CORO
ESTROFA IV
Del guerrero inmortal de Zempoala
te defienda la espada terrible,
y sostiene su brazo invencible
tu sagrado pendón tricolor.
Él será del feliz mexicano
en la paz y en la guerra el caudillo,
porque él supo sus armas, de brillo
circundar, en los campos de honor.
CORO
ESTROFA V
i Guerra! iGuerra!, sin tregua al que intente,
de la Patria, manchar los blasones.
iGuerra! iGuerra! Los patrios pendones
en las olas de sangre empapad.
iGuerra! iGuerra! En el monte, en el valle,
los cañones horrísonos truenen,
y los ecos sonoros resuenen,
con las voces de: iUnión! iLibertad!
CORO
1 06 ------------
o
ESTROFA VI
Antes, Patria, que inermes tus hijos,
bajo el yugo su cuello dobleguen,
tus campiñas con sangre se rieguen,
sobre sangre se estampe su pie.
Y sus templos, palacios y torres,
se derrumben con hórrido estruendo,
y sus ruinas existan diciendo:
de mil héroes la patria aquí fue.
CORO
ESTROFA VII
Si a la lid contra hueste enemiga,
nos convoca la tropa guerrera,
de lturbide la sacra bandera
mexicanos, valientes seguid.
Y a los fieles bridones les sirvan
las vencidas enseñas de alfombra;
los laureles del triunfo den sombra,
a la frente del bravo adalid.
CORO
ESTROFAVIII
Vuelve, altivo, a los patrios hogares,
el guerrero a cantar su victoria,
ostentando las palmas de gloria
que supiera en la lid conquistar.
Tornáranse sus lauros sangrientos,
en guirnaldas de mirtos y rosas,
que el amor de las hijas y esposas,
también sabe a los bravos premiar.
CORO
ESTROFA IX
Y el que al golpe de ardiente metralla
de la patria, en las aras sucumba,
obtendrá en recompensa, una tumba,
donde brille, de gloria, la luz.
Y, de Iguala la enseña querida
a su espada sangrienta enlazada,
de laurel inmortal coronada,
formará, de su fosa, una cruz.
CORO
ESTROFA X
iPatria! iPatria! Tus hijos te juran,
exhalar en tus aras tu aliento,
si el clarín, con su bélico aliento,
los convoca a lidiar con valor.
iPara ti las guirnaldas de oliva!
iUn recuerdo para ellos de gloria!
iUn laurel para ti de victoria!
iUn sepulcro para ellos de honor!
CORO
FRANCISCO GONZÁLEZ BOCANEGRA
1 08 ...,.....
_
_
_
_
_
_
_
_
_
_
_
f)
�
LA BANDERA
Al grave redoblar de los tambores,
marcando el paso con marcial donaire,
la tropa marcha, desplegando al aire
la enseña nacional de tres colores.
-Mira, madre, prorrumpe un rapazuelo,
que ciñe diez abriles por guirnalda. . .,
una perla, un rubí y una esmeralda. . . ,
ique engaste más hermoso bajo el cielo!
-Calla, niño, no sabes lo que dices, ·
el verde, el blanco, el rojo se han unido ·
para escuchar la tierra en que has nacido,
donde libres y en paz, somos felices.
El verde es el laurel de la: victoria,
el blanco, del honor limpia azucena;
y el rojo es, iay! , la sangre que en la arena
regó el martirio y consagró la gloria.
iEs la bandera! iMírala! Confío
en que al seguir su inmaculada huella,
sabrás luchar y sucumbir por ella:
iTodo tu corazón dále, hijo mío!
' :
JUAN DE DIOS PEZA
1 09 ____
_
____
___
____
______
_
.........._
_
_
_
o
LA BESTIA DE ÜRO
La tierra adonde el Bóreas, rugiente, se encamina
y el indio mar engolfa sin tregua sus espumas,
para besar un flanco de la morena ondina,
allí donde una máxima flor de esencia latina
fue regada con sangre de nobles Moctezumas;
la tierra que fue savia del viejo tronco azteca,
la que heredó las artes ancestrales del Tolteca
le hiló en las patrias rocas, maravillosas ruecas,
las rutas siderales de la Piedra del Sol:
ta que entre dos océanos, cual náyade imprevista
se levantó a los ojos ardientes de Cortés
y no tembló en sus fieras montañas de amatista
al ver pasar el rojo corcel de la conquista
entre el mortal relámpago del español arnés;
la tierra de los montes azules, cuyos flancos,
floridos se duplican en lagos de cristal;
la de las verdes selvas y los volcanes blancos;
la tierra, que en la clara luz de los cielos francos
pintó con arco iris las plumas del quetzal. ·
Ve allá, tras los pinares del norte, la amenaza
que entre la polvareda de un bárbaro tropel,
hace la Bestia de Oro con su potente maza:
la poderosa Bestia signos funestos traza,
ebria de orgullo desde su torre de Babel.
Hasta los Andes llega, como en Esquilo, el coro
de los pueblos que claman temblando de terror,
un crimen la vergüenza parece y el decoro.
Hay que doblar la rótula frente a la Bestia de Oro
y adorar al bíblico Nabucodonosor.
Codo con codo, inerme bajo su garra púnica,
el débil va a las horcas impías de su ley;
1 1 0 -----------
o
la potestad del dólar, es su "lmperatrix" única;
se secan las olivas más verdes en su túnica
y Shylock lanza trozos humanos a la grey.
En este gran crepúsculo del esplendor latino,
el águila de Anáhuac -águila de blasón-
ve moribundo a un cuervo color de su destino
que clava en lambrequines grasientos de tocino
las prosapias impuras del riel y del carbón.
"Time is money" ulula su resoplar de toro
junto al sueño latino clavado en una cruz.
iOh! , síntesis grotesca del prócer refrán moro
que dijo bellamente: el tiempo es polvo de oro,
colmillos de elefante y pluma de avestruz.
lCómo la virgen criolla de fiera sangre hispana
que ve en su historia alzarse la sombra de Colón,
podrá echar al olvido su estirpe soberana?
llrá, dioses crueles, como una cortesana,
a perfumar los rudos cabellos de Sansón. . .?
lSólo con la protesta de vago gesto agónico
veremos a la bestia chafar nuestro laurel
y derrumbar la estatua de bello mármol jónico. . . ?
lColgadas en las frondas del sauce babilónico
hará llorar el viento las liras de Israel?
iOh, patria de Cuauhtémoc, insigne patria azteca!
De los duros abuelos en cuya tradición
hunden los férreos cascos Rocinante y Babieca,
antes que al viento ruedes, cual débil hoja seca,
ioh, patria infortunada, oye mi imprecación!
iPopocatépetl! , icumbre paterna!, que se rompa
tu frente en el fracaso de una explosión sin fin
y la ciudad destruya, y el árbol y la pompa
de nuestro valle espléndido como un vasto jardín.
iQue el sol en los caminos del cielo, se corrompa
1 1 1
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf
Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf

Contenu connexe

Tendances

Conjunto de poesias.
Conjunto de poesias.Conjunto de poesias.
Conjunto de poesias.merylux
 
Honores a la bandera
Honores a la banderaHonores a la bandera
Honores a la banderablandi
 
Pablo neruda 20 poemas de amor
Pablo neruda   20 poemas de amorPablo neruda   20 poemas de amor
Pablo neruda 20 poemas de amormerceianna
 
Dolores Veintimilla de Galindo
Dolores Veintimilla de GalindoDolores Veintimilla de Galindo
Dolores Veintimilla de GalindoEfecto Alquimia
 
Сценарій до бібліотечного уроку для учнів 1-их класів
Сценарій до бібліотечного уроку для учнів 1-их класівСценарій до бібліотечного уроку для учнів 1-их класів
Сценарій до бібліотечного уроку для учнів 1-их класівIlya Lipchak
 
Найцікавіші міста Черкащини
Найцікавіші міста ЧеркащиниНайцікавіші міста Черкащини
Найцікавіші міста ЧеркащиниНБУ для дітей
 
Cuauhtemoc Sanchez, Carlos - Un Grito Desesperado.pdf
Cuauhtemoc Sanchez, Carlos - Un Grito Desesperado.pdfCuauhtemoc Sanchez, Carlos - Un Grito Desesperado.pdf
Cuauhtemoc Sanchez, Carlos - Un Grito Desesperado.pdfEdilbertoCastroTesn
 
Otro poemas de los dones
Otro poemas de los donesOtro poemas de los dones
Otro poemas de los donesjlmejia
 
Himno a telesecundarias estatales
Himno a telesecundarias estatalesHimno a telesecundarias estatales
Himno a telesecundarias estatalesOlga Avendaño
 
Palabras agradecimiento
Palabras agradecimientoPalabras agradecimiento
Palabras agradecimientomaryvis
 
Посвята в читачі. Бібліотечний урок «Біля книжкової полиці».
Посвята в читачі. Бібліотечний урок «Біля книжкової полиці».Посвята в читачі. Бібліотечний урок «Біля книжкової полиці».
Посвята в читачі. Бібліотечний урок «Біля книжкової полиці».Ilya Lipchak
 

Tendances (20)

Conjunto de poesias.
Conjunto de poesias.Conjunto de poesias.
Conjunto de poesias.
 
Honores a la bandera
Honores a la banderaHonores a la bandera
Honores a la bandera
 
Pablo neruda 20 poemas de amor
Pablo neruda   20 poemas de amorPablo neruda   20 poemas de amor
Pablo neruda 20 poemas de amor
 
Juegos tradicionales
Juegos tradicionalesJuegos tradicionales
Juegos tradicionales
 
Dolores Veintimilla de Galindo
Dolores Veintimilla de GalindoDolores Veintimilla de Galindo
Dolores Veintimilla de Galindo
 
Сценарій до бібліотечного уроку для учнів 1-их класів
Сценарій до бібліотечного уроку для учнів 1-их класівСценарій до бібліотечного уроку для учнів 1-их класів
Сценарій до бібліотечного уроку для учнів 1-их класів
 
Amigo de roberto carlos
Amigo de roberto carlosAmigo de roberto carlos
Amigo de roberto carlos
 
Найцікавіші міста Черкащини
Найцікавіші міста ЧеркащиниНайцікавіші міста Черкащини
Найцікавіші міста Черкащини
 
Cuauhtemoc Sanchez, Carlos - Un Grito Desesperado.pdf
Cuauhtemoc Sanchez, Carlos - Un Grito Desesperado.pdfCuauhtemoc Sanchez, Carlos - Un Grito Desesperado.pdf
Cuauhtemoc Sanchez, Carlos - Un Grito Desesperado.pdf
 
Otro poemas de los dones
Otro poemas de los donesOtro poemas de los dones
Otro poemas de los dones
 
Trabajo de la violencia jenny10c
Trabajo de la violencia jenny10cTrabajo de la violencia jenny10c
Trabajo de la violencia jenny10c
 
Cantos marianos
Cantos marianosCantos marianos
Cantos marianos
 
Himno a telesecundarias estatales
Himno a telesecundarias estatalesHimno a telesecundarias estatales
Himno a telesecundarias estatales
 
Poemas de Edgar Allan Poe
Poemas de Edgar Allan PoePoemas de Edgar Allan Poe
Poemas de Edgar Allan Poe
 
Palabras agradecimiento
Palabras agradecimientoPalabras agradecimiento
Palabras agradecimiento
 
Poemas mario-benedetti
Poemas mario-benedettiPoemas mario-benedetti
Poemas mario-benedetti
 
letra de las canciones con L
letra de las canciones con Lletra de las canciones con L
letra de las canciones con L
 
Poemas renacimiento
Poemas renacimientoPoemas renacimiento
Poemas renacimiento
 
Gioconda belli poesia
Gioconda belli poesiaGioconda belli poesia
Gioconda belli poesia
 
Посвята в читачі. Бібліотечний урок «Біля книжкової полиці».
Посвята в читачі. Бібліотечний урок «Біля книжкової полиці».Посвята в читачі. Бібліотечний урок «Біля книжкової полиці».
Посвята в читачі. Бібліотечний урок «Біля книжкової полиці».
 

Similaire à Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf

Un canto a bolívar
Un canto a bolívarUn canto a bolívar
Un canto a bolívarEdgar Díaz
 
Argentina bicentenaria
Argentina bicentenariaArgentina bicentenaria
Argentina bicentenariaMarta Juarez
 
Joaquín de Lemoine: Diamantes Sudamericanos. 1912.
Joaquín de Lemoine: Diamantes Sudamericanos. 1912.Joaquín de Lemoine: Diamantes Sudamericanos. 1912.
Joaquín de Lemoine: Diamantes Sudamericanos. 1912.Jhonny Antelo Films
 
jose a. hernandez c. literatura-ecuatoriana
jose a. hernandez c. literatura-ecuatoriana jose a. hernandez c. literatura-ecuatoriana
jose a. hernandez c. literatura-ecuatoriana Matthew Navarrete
 
Machado,griegos, romanos y otros mitos
Machado,griegos, romanos y otros mitosMachado,griegos, romanos y otros mitos
Machado,griegos, romanos y otros mitosMercedes Casuso
 
El realismo
El realismoEl realismo
El realismojaiton26
 
recuento literatura ecuatoriana mateonavarrete
recuento literatura ecuatoriana mateonavarreterecuento literatura ecuatoriana mateonavarrete
recuento literatura ecuatoriana mateonavarreteDiaboliteo
 
PENSAMIENTOS (1920) Heinrich Heine
PENSAMIENTOS (1920) Heinrich HeinePENSAMIENTOS (1920) Heinrich Heine
PENSAMIENTOS (1920) Heinrich HeineJulioPollinoTamayo
 
Selección de Poesía Segundo Medio SC
Selección de Poesía Segundo Medio SCSelección de Poesía Segundo Medio SC
Selección de Poesía Segundo Medio SClenguajesc
 
Antonio Machado
Antonio MachadoAntonio Machado
Antonio Machadocarmeserra
 
Almafuerte poesia completa
Almafuerte poesia completaAlmafuerte poesia completa
Almafuerte poesia completaJACOLONEL
 
Generacion Decapitada por Byron Perugachi
Generacion Decapitada por Byron PerugachiGeneracion Decapitada por Byron Perugachi
Generacion Decapitada por Byron Perugachibyronperu
 

Similaire à Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf (20)

Literario
LiterarioLiterario
Literario
 
Un canto a bolívar
Un canto a bolívarUn canto a bolívar
Un canto a bolívar
 
Machadomaria
MachadomariaMachadomaria
Machadomaria
 
Poesía de miguel hernández
Poesía de miguel hernándezPoesía de miguel hernández
Poesía de miguel hernández
 
Argentina bicentenaria
Argentina bicentenariaArgentina bicentenaria
Argentina bicentenaria
 
Joaquín de Lemoine: Diamantes Sudamericanos. 1912.
Joaquín de Lemoine: Diamantes Sudamericanos. 1912.Joaquín de Lemoine: Diamantes Sudamericanos. 1912.
Joaquín de Lemoine: Diamantes Sudamericanos. 1912.
 
jose a. hernandez c. literatura-ecuatoriana
jose a. hernandez c. literatura-ecuatoriana jose a. hernandez c. literatura-ecuatoriana
jose a. hernandez c. literatura-ecuatoriana
 
Machado,griegos, romanos y otros mitos
Machado,griegos, romanos y otros mitosMachado,griegos, romanos y otros mitos
Machado,griegos, romanos y otros mitos
 
El realismo
El realismoEl realismo
El realismo
 
Cantos de vida y esperanza
Cantos de vida y esperanzaCantos de vida y esperanza
Cantos de vida y esperanza
 
recuento literatura ecuatoriana mateonavarrete
recuento literatura ecuatoriana mateonavarreterecuento literatura ecuatoriana mateonavarrete
recuento literatura ecuatoriana mateonavarrete
 
PENSAMIENTOS (1920) Heinrich Heine
PENSAMIENTOS (1920) Heinrich HeinePENSAMIENTOS (1920) Heinrich Heine
PENSAMIENTOS (1920) Heinrich Heine
 
Lira póstuma
Lira póstuma Lira póstuma
Lira póstuma
 
Selección de Poesía Segundo Medio SC
Selección de Poesía Segundo Medio SCSelección de Poesía Segundo Medio SC
Selección de Poesía Segundo Medio SC
 
Antonio Machado
Antonio MachadoAntonio Machado
Antonio Machado
 
Almafuerte poesia completa
Almafuerte poesia completaAlmafuerte poesia completa
Almafuerte poesia completa
 
Te amo colombia
Te amo colombiaTe amo colombia
Te amo colombia
 
32 02 alba roja vargas vila www.gftaognosticaespiritual.org
32 02 alba roja vargas vila www.gftaognosticaespiritual.org32 02 alba roja vargas vila www.gftaognosticaespiritual.org
32 02 alba roja vargas vila www.gftaognosticaespiritual.org
 
Generacion Decapitada por Byron Perugachi
Generacion Decapitada por Byron PerugachiGeneracion Decapitada por Byron Perugachi
Generacion Decapitada por Byron Perugachi
 
Literatura renacentista
Literatura renacentistaLiteratura renacentista
Literatura renacentista
 

Plus de administracioncamara

¿Qué es esto La sexualidad explicada para niños.pdf
¿Qué es esto La sexualidad explicada para niños.pdf¿Qué es esto La sexualidad explicada para niños.pdf
¿Qué es esto La sexualidad explicada para niños.pdfadministracioncamara
 
Relacionarnos bien programas de competencia social para niños y niñas de 4 a ...
Relacionarnos bien programas de competencia social para niños y niñas de 4 a ...Relacionarnos bien programas de competencia social para niños y niñas de 4 a ...
Relacionarnos bien programas de competencia social para niños y niñas de 4 a ...administracioncamara
 
Proyecto para la Clasificación, recolección y manejo de los desechos sólidos....
Proyecto para la Clasificación, recolección y manejo de los desechos sólidos....Proyecto para la Clasificación, recolección y manejo de los desechos sólidos....
Proyecto para la Clasificación, recolección y manejo de los desechos sólidos....administracioncamara
 
Visión de los vencidos (Miguel León Portilla).pdf
Visión de los vencidos (Miguel León Portilla).pdfVisión de los vencidos (Miguel León Portilla).pdf
Visión de los vencidos (Miguel León Portilla).pdfadministracioncamara
 
Rimas y leyendas (Gustavo Adolfo Bécquer).pdf
Rimas y leyendas (Gustavo Adolfo Bécquer).pdfRimas y leyendas (Gustavo Adolfo Bécquer).pdf
Rimas y leyendas (Gustavo Adolfo Bécquer).pdfadministracioncamara
 
Salón 8. Relatos de inspiración y liderazgo (Spanish Edition).pdf
Salón 8. Relatos de inspiración y liderazgo (Spanish Edition).pdfSalón 8. Relatos de inspiración y liderazgo (Spanish Edition).pdf
Salón 8. Relatos de inspiración y liderazgo (Spanish Edition).pdfadministracioncamara
 
Sopa de pollo para el alma relatos que conmueven el corazón.pdf
Sopa de pollo para el alma relatos que conmueven el corazón.pdfSopa de pollo para el alma relatos que conmueven el corazón.pdf
Sopa de pollo para el alma relatos que conmueven el corazón.pdfadministracioncamara
 
USERS Informes - 018 - Procesadores Intel (USERS).pdf
USERS Informes - 018 - Procesadores Intel (USERS).pdfUSERS Informes - 018 - Procesadores Intel (USERS).pdf
USERS Informes - 018 - Procesadores Intel (USERS).pdfadministracioncamara
 
Pasito-a-pasito-multiplicación-y-división.pdf
Pasito-a-pasito-multiplicación-y-división.pdfPasito-a-pasito-multiplicación-y-división.pdf
Pasito-a-pasito-multiplicación-y-división.pdfadministracioncamara
 
USERS Informes - 019 - Procesadores AMD (USERS).pdf
USERS Informes - 019 - Procesadores AMD (USERS).pdfUSERS Informes - 019 - Procesadores AMD (USERS).pdf
USERS Informes - 019 - Procesadores AMD (USERS).pdfadministracioncamara
 
Speak English Like an American for Native Spanish Speakers.pdf
Speak English Like an American for Native Spanish Speakers.pdfSpeak English Like an American for Native Spanish Speakers.pdf
Speak English Like an American for Native Spanish Speakers.pdfadministracioncamara
 
Un cuerpo cambiante. Todo lo que necesitas saber.pdf
Un cuerpo cambiante. Todo lo que necesitas saber.pdfUn cuerpo cambiante. Todo lo que necesitas saber.pdf
Un cuerpo cambiante. Todo lo que necesitas saber.pdfadministracioncamara
 

Plus de administracioncamara (14)

¿Qué es esto La sexualidad explicada para niños.pdf
¿Qué es esto La sexualidad explicada para niños.pdf¿Qué es esto La sexualidad explicada para niños.pdf
¿Qué es esto La sexualidad explicada para niños.pdf
 
Relacionarnos bien programas de competencia social para niños y niñas de 4 a ...
Relacionarnos bien programas de competencia social para niños y niñas de 4 a ...Relacionarnos bien programas de competencia social para niños y niñas de 4 a ...
Relacionarnos bien programas de competencia social para niños y niñas de 4 a ...
 
Proyecto para la Clasificación, recolección y manejo de los desechos sólidos....
Proyecto para la Clasificación, recolección y manejo de los desechos sólidos....Proyecto para la Clasificación, recolección y manejo de los desechos sólidos....
Proyecto para la Clasificación, recolección y manejo de los desechos sólidos....
 
Visión de los vencidos (Miguel León Portilla).pdf
Visión de los vencidos (Miguel León Portilla).pdfVisión de los vencidos (Miguel León Portilla).pdf
Visión de los vencidos (Miguel León Portilla).pdf
 
Rimas y leyendas (Gustavo Adolfo Bécquer).pdf
Rimas y leyendas (Gustavo Adolfo Bécquer).pdfRimas y leyendas (Gustavo Adolfo Bécquer).pdf
Rimas y leyendas (Gustavo Adolfo Bécquer).pdf
 
Salón 8. Relatos de inspiración y liderazgo (Spanish Edition).pdf
Salón 8. Relatos de inspiración y liderazgo (Spanish Edition).pdfSalón 8. Relatos de inspiración y liderazgo (Spanish Edition).pdf
Salón 8. Relatos de inspiración y liderazgo (Spanish Edition).pdf
 
Sopa de pollo para el alma relatos que conmueven el corazón.pdf
Sopa de pollo para el alma relatos que conmueven el corazón.pdfSopa de pollo para el alma relatos que conmueven el corazón.pdf
Sopa de pollo para el alma relatos que conmueven el corazón.pdf
 
USERS Informes - 018 - Procesadores Intel (USERS).pdf
USERS Informes - 018 - Procesadores Intel (USERS).pdfUSERS Informes - 018 - Procesadores Intel (USERS).pdf
USERS Informes - 018 - Procesadores Intel (USERS).pdf
 
WORKBOOK.pdf
WORKBOOK.pdfWORKBOOK.pdf
WORKBOOK.pdf
 
Pasito-a-pasito-multiplicación-y-división.pdf
Pasito-a-pasito-multiplicación-y-división.pdfPasito-a-pasito-multiplicación-y-división.pdf
Pasito-a-pasito-multiplicación-y-división.pdf
 
USERS Informes - 019 - Procesadores AMD (USERS).pdf
USERS Informes - 019 - Procesadores AMD (USERS).pdfUSERS Informes - 019 - Procesadores AMD (USERS).pdf
USERS Informes - 019 - Procesadores AMD (USERS).pdf
 
Speak English Like an American for Native Spanish Speakers.pdf
Speak English Like an American for Native Spanish Speakers.pdfSpeak English Like an American for Native Spanish Speakers.pdf
Speak English Like an American for Native Spanish Speakers.pdf
 
vientos_del_sur.pdf
vientos_del_sur.pdfvientos_del_sur.pdf
vientos_del_sur.pdf
 
Un cuerpo cambiante. Todo lo que necesitas saber.pdf
Un cuerpo cambiante. Todo lo que necesitas saber.pdfUn cuerpo cambiante. Todo lo que necesitas saber.pdf
Un cuerpo cambiante. Todo lo que necesitas saber.pdf
 

Dernier

Antigua Grecia 1234567890 1234576890940.pdf
Antigua Grecia 1234567890 1234576890940.pdfAntigua Grecia 1234567890 1234576890940.pdf
Antigua Grecia 1234567890 1234576890940.pdfVictoria867681
 
Signos-de-Puntuación-para-Cuarto-de-Secundaria.doc
Signos-de-Puntuación-para-Cuarto-de-Secundaria.docSignos-de-Puntuación-para-Cuarto-de-Secundaria.doc
Signos-de-Puntuación-para-Cuarto-de-Secundaria.docCesarCastillo170650
 
AGENDA DE LA REUNIÓN CON PADRES DE FAMILIA DE LA INSTITUCIÓN EDUCATIVA GENIUS...
AGENDA DE LA REUNIÓN CON PADRES DE FAMILIA DE LA INSTITUCIÓN EDUCATIVA GENIUS...AGENDA DE LA REUNIÓN CON PADRES DE FAMILIA DE LA INSTITUCIÓN EDUCATIVA GENIUS...
AGENDA DE LA REUNIÓN CON PADRES DE FAMILIA DE LA INSTITUCIÓN EDUCATIVA GENIUS...jhonydavid194
 
apendicitisguzman-230811224257-9c1e33c0.pptx
apendicitisguzman-230811224257-9c1e33c0.pptxapendicitisguzman-230811224257-9c1e33c0.pptx
apendicitisguzman-230811224257-9c1e33c0.pptxsalazarsilverio074
 
andrea arriojas afiche didactico, historia 4
andrea arriojas afiche didactico, historia 4andrea arriojas afiche didactico, historia 4
andrea arriojas afiche didactico, historia 4Andrea11166
 
PROGRAMACIÓN CNEB 5º ARTE Y CULTURA- 2024.pdf
PROGRAMACIÓN CNEB 5º ARTE Y CULTURA- 2024.pdfPROGRAMACIÓN CNEB 5º ARTE Y CULTURA- 2024.pdf
PROGRAMACIÓN CNEB 5º ARTE Y CULTURA- 2024.pdfwilliamvillegasgonza
 
Biografía de Isaac Newton, sus parientes y sus inventos
Biografía de Isaac Newton, sus parientes y sus inventosBiografía de Isaac Newton, sus parientes y sus inventos
Biografía de Isaac Newton, sus parientes y sus inventoslilianacajamarca3
 
Elementos del Dibujo: La línea como elemento principal
Elementos del Dibujo: La línea como elemento principalElementos del Dibujo: La línea como elemento principal
Elementos del Dibujo: La línea como elemento principaljflores44
 
estamentos unjbg de la universidad de tacna
estamentos unjbg de la universidad de tacnaestamentos unjbg de la universidad de tacna
estamentos unjbg de la universidad de tacnaluischoquecota1
 
DIDACTICA DEL TEATRO ESCOLAR EN EL PREESCOLAR.pdf
DIDACTICA DEL TEATRO ESCOLAR EN EL PREESCOLAR.pdfDIDACTICA DEL TEATRO ESCOLAR EN EL PREESCOLAR.pdf
DIDACTICA DEL TEATRO ESCOLAR EN EL PREESCOLAR.pdfsheilalopezcabrera1
 
Introducción a la teoría de Autómatas, Lenguajes y Computación..pdf
Introducción a la teoría de Autómatas, Lenguajes y Computación..pdfIntroducción a la teoría de Autómatas, Lenguajes y Computación..pdf
Introducción a la teoría de Autómatas, Lenguajes y Computación..pdfMIGUELANGEL2672
 
Dibujos de cuento de "mago de oz" para colorear
Dibujos de cuento de "mago de oz" para colorearDibujos de cuento de "mago de oz" para colorear
Dibujos de cuento de "mago de oz" para colorearKarenValdesCordova
 
EVOLUCION DE LA DANZA.pptxhuhfytffiuyfui
EVOLUCION DE LA DANZA.pptxhuhfytffiuyfuiEVOLUCION DE LA DANZA.pptxhuhfytffiuyfui
EVOLUCION DE LA DANZA.pptxhuhfytffiuyfuireyesandre407
 
Vanguardias del s. XIX y XX. Arte visual Plástico en el Perú.
Vanguardias del s. XIX y XX. Arte visual Plástico en el Perú.Vanguardias del s. XIX y XX. Arte visual Plástico en el Perú.
Vanguardias del s. XIX y XX. Arte visual Plástico en el Perú.jennybetsabecamposhe
 
Primo de Rivera presentacion 2 bachillerato selectividad
Primo de Rivera  presentacion 2 bachillerato selectividadPrimo de Rivera  presentacion 2 bachillerato selectividad
Primo de Rivera presentacion 2 bachillerato selectividaddk7nvvt85n
 
HISTORIA DE LA FILOSOFÍA DE FRANCISCO SUAREZ
HISTORIA DE LA FILOSOFÍA DE FRANCISCO SUAREZHISTORIA DE LA FILOSOFÍA DE FRANCISCO SUAREZ
HISTORIA DE LA FILOSOFÍA DE FRANCISCO SUAREZAnthonellaQuispe
 
manual_primeros_auxilios.pdfbuigfuogyuighg
manual_primeros_auxilios.pdfbuigfuogyuighgmanual_primeros_auxilios.pdfbuigfuogyuighg
manual_primeros_auxilios.pdfbuigfuogyuighgTareghKarami
 
E.VIDAL LA PINTURA COSTUMBRISTA ,Catalog Mobile Presentation.pdf
E.VIDAL LA PINTURA COSTUMBRISTA ,Catalog Mobile Presentation.pdfE.VIDAL LA PINTURA COSTUMBRISTA ,Catalog Mobile Presentation.pdf
E.VIDAL LA PINTURA COSTUMBRISTA ,Catalog Mobile Presentation.pdfEusebioVidal1
 
Arquitectura renacentista - Adriánn Díaz 30.118.599.pptx
Arquitectura renacentista - Adriánn Díaz 30.118.599.pptxArquitectura renacentista - Adriánn Díaz 30.118.599.pptx
Arquitectura renacentista - Adriánn Díaz 30.118.599.pptxAdriannDiaz
 
la modernidad en la arquitectura afiche didactico
la modernidad en la arquitectura afiche didacticola modernidad en la arquitectura afiche didactico
la modernidad en la arquitectura afiche didacticofabianamarcano1
 

Dernier (20)

Antigua Grecia 1234567890 1234576890940.pdf
Antigua Grecia 1234567890 1234576890940.pdfAntigua Grecia 1234567890 1234576890940.pdf
Antigua Grecia 1234567890 1234576890940.pdf
 
Signos-de-Puntuación-para-Cuarto-de-Secundaria.doc
Signos-de-Puntuación-para-Cuarto-de-Secundaria.docSignos-de-Puntuación-para-Cuarto-de-Secundaria.doc
Signos-de-Puntuación-para-Cuarto-de-Secundaria.doc
 
AGENDA DE LA REUNIÓN CON PADRES DE FAMILIA DE LA INSTITUCIÓN EDUCATIVA GENIUS...
AGENDA DE LA REUNIÓN CON PADRES DE FAMILIA DE LA INSTITUCIÓN EDUCATIVA GENIUS...AGENDA DE LA REUNIÓN CON PADRES DE FAMILIA DE LA INSTITUCIÓN EDUCATIVA GENIUS...
AGENDA DE LA REUNIÓN CON PADRES DE FAMILIA DE LA INSTITUCIÓN EDUCATIVA GENIUS...
 
apendicitisguzman-230811224257-9c1e33c0.pptx
apendicitisguzman-230811224257-9c1e33c0.pptxapendicitisguzman-230811224257-9c1e33c0.pptx
apendicitisguzman-230811224257-9c1e33c0.pptx
 
andrea arriojas afiche didactico, historia 4
andrea arriojas afiche didactico, historia 4andrea arriojas afiche didactico, historia 4
andrea arriojas afiche didactico, historia 4
 
PROGRAMACIÓN CNEB 5º ARTE Y CULTURA- 2024.pdf
PROGRAMACIÓN CNEB 5º ARTE Y CULTURA- 2024.pdfPROGRAMACIÓN CNEB 5º ARTE Y CULTURA- 2024.pdf
PROGRAMACIÓN CNEB 5º ARTE Y CULTURA- 2024.pdf
 
Biografía de Isaac Newton, sus parientes y sus inventos
Biografía de Isaac Newton, sus parientes y sus inventosBiografía de Isaac Newton, sus parientes y sus inventos
Biografía de Isaac Newton, sus parientes y sus inventos
 
Elementos del Dibujo: La línea como elemento principal
Elementos del Dibujo: La línea como elemento principalElementos del Dibujo: La línea como elemento principal
Elementos del Dibujo: La línea como elemento principal
 
estamentos unjbg de la universidad de tacna
estamentos unjbg de la universidad de tacnaestamentos unjbg de la universidad de tacna
estamentos unjbg de la universidad de tacna
 
DIDACTICA DEL TEATRO ESCOLAR EN EL PREESCOLAR.pdf
DIDACTICA DEL TEATRO ESCOLAR EN EL PREESCOLAR.pdfDIDACTICA DEL TEATRO ESCOLAR EN EL PREESCOLAR.pdf
DIDACTICA DEL TEATRO ESCOLAR EN EL PREESCOLAR.pdf
 
Introducción a la teoría de Autómatas, Lenguajes y Computación..pdf
Introducción a la teoría de Autómatas, Lenguajes y Computación..pdfIntroducción a la teoría de Autómatas, Lenguajes y Computación..pdf
Introducción a la teoría de Autómatas, Lenguajes y Computación..pdf
 
Dibujos de cuento de "mago de oz" para colorear
Dibujos de cuento de "mago de oz" para colorearDibujos de cuento de "mago de oz" para colorear
Dibujos de cuento de "mago de oz" para colorear
 
EVOLUCION DE LA DANZA.pptxhuhfytffiuyfui
EVOLUCION DE LA DANZA.pptxhuhfytffiuyfuiEVOLUCION DE LA DANZA.pptxhuhfytffiuyfui
EVOLUCION DE LA DANZA.pptxhuhfytffiuyfui
 
Vanguardias del s. XIX y XX. Arte visual Plástico en el Perú.
Vanguardias del s. XIX y XX. Arte visual Plástico en el Perú.Vanguardias del s. XIX y XX. Arte visual Plástico en el Perú.
Vanguardias del s. XIX y XX. Arte visual Plástico en el Perú.
 
Primo de Rivera presentacion 2 bachillerato selectividad
Primo de Rivera  presentacion 2 bachillerato selectividadPrimo de Rivera  presentacion 2 bachillerato selectividad
Primo de Rivera presentacion 2 bachillerato selectividad
 
HISTORIA DE LA FILOSOFÍA DE FRANCISCO SUAREZ
HISTORIA DE LA FILOSOFÍA DE FRANCISCO SUAREZHISTORIA DE LA FILOSOFÍA DE FRANCISCO SUAREZ
HISTORIA DE LA FILOSOFÍA DE FRANCISCO SUAREZ
 
manual_primeros_auxilios.pdfbuigfuogyuighg
manual_primeros_auxilios.pdfbuigfuogyuighgmanual_primeros_auxilios.pdfbuigfuogyuighg
manual_primeros_auxilios.pdfbuigfuogyuighg
 
E.VIDAL LA PINTURA COSTUMBRISTA ,Catalog Mobile Presentation.pdf
E.VIDAL LA PINTURA COSTUMBRISTA ,Catalog Mobile Presentation.pdfE.VIDAL LA PINTURA COSTUMBRISTA ,Catalog Mobile Presentation.pdf
E.VIDAL LA PINTURA COSTUMBRISTA ,Catalog Mobile Presentation.pdf
 
Arquitectura renacentista - Adriánn Díaz 30.118.599.pptx
Arquitectura renacentista - Adriánn Díaz 30.118.599.pptxArquitectura renacentista - Adriánn Díaz 30.118.599.pptx
Arquitectura renacentista - Adriánn Díaz 30.118.599.pptx
 
la modernidad en la arquitectura afiche didactico
la modernidad en la arquitectura afiche didacticola modernidad en la arquitectura afiche didactico
la modernidad en la arquitectura afiche didactico
 

Poesías patrióticas (EDICIONES LEYENDA).pdf

  • 2. En Poesías patrióticas encontrará va­ rios poemas a la patria, encarnada por nuestra tierra, aquélla donde nacieron nuestros padres; aquélla a la que vene­ ramos no porque sea grandiosa y he­ roica, ni por débil e insignificante, sino sencillamente porque nos pertenece, porque es Ja tierra que nos vio nacer, nuestro vergel donde a diario abreva­ mos el néctar sagrado de sus campos de cultivo, de sus mares, de sus mon­ tañas, de su cielo. En Poesías patrióti­ cas encontrará Al viento, México, creo en ti, y Bartolomé de las Casas, entre otras poesías que, además de ser ver­ daderas obra: de la orfebrería literaria, cuentan con una fina sensibilidad hu­ mana. '
  • 3.
  • 5.
  • 7. Poesías patrióticos Edición: 2006 © Derechos reservados conforme a la Ley, 2006 Ediciones. Leyenda, S.A. de C.V. Ciudad Universitaria No. 11 Col. Metropolitana 2a. Sección Ciudad Nezahualcóyotl Estado de México C.P. 57730 Tel.: 57 65 73 50, Tel./Fax.: 57 65 72 59 ISBN 968-5146-67-5 Miembro de la Cámara Nacional de la industria Editorial, Reg, No, 31 08 Prohibida la reproducción parcial o total de este libro por cualquier medio, ya sea magnético, fotográfico o facsimilar, o cualquier otro, sin el permiso específico por escrito del editor. www.leyenda.com.mx www.ediciones_leyenda@hotmall.com Impreso en México - Printed in Mexico
  • 8. PRÓLOGO Ediciones Leyenda presenta una maravi­ llosa recopilación de los mejores poemas patrióticos de varios escritores de verda­ dera vocación, quienes han plasmado en estas páginas una extraordinaria y bella poesía. En esta selección encontrarán va­ rios poemas a la patria, representada por nuestra tierra, la tierra de nuestros padres; aquélla a la que amamos no porque sea grande y poderosa, ni por dé­ bil y pequeña, sino simplementeporque es la nuestra, nuestro lugar de origen, nuestro vergel donde diariamente abrevamos en sus campos de cultivo, en sus mares, en sus montañas, en sus cielos, etcétera. En este libro el lector encontraráAl viento, México, creo en ti, y Barto­ lomé de las Casas, entre otras poesías que, además de ser verdaderas obras de la orfebrería literaria, cuentanconunafina sensibilidad humana. Creadores de una poesía intensa y comprensible, Manuel Acuña, Francisco Ortega, Manuel M. Flores, Amado Nervo, Francisco Ortiz y otros más descendieron hasta lo másprofundo del espíritu patriótico del mexicano para extraer en forma de poemas y páginas, incalculables tesoros líricos que demuestran su enorme sensibilidad espiritual. Estos ilustres poetas han logrado combinar.todas estas cualidades para darle forma a esa expresión sublime y universal que es la poesía. En esta obra se intenta vislumbrar al mundo lo real e imaginario, y lejos de reivindicar las gestas heroicas como una simple acumulación de sucesos espontáneamente colocados unos sobre otros, se procura traspasar esa incierta visión, para hallarla más allá, en las lindes del sueño, donde se requiere una profunda sensatez, no tan superficial ni tan simple, más profunda y aderezada por cada uno de los sentidos. En el título dellibro, Ediciones Leyenda intentó resaltar las emociones procedentes de lo más recóndito de la sensibilidad del mexicano
  • 9. patriota, por lo que tenemos la certeza de que la conciencia del lector será severamente sacudida luego de la lectura de esta obra. Para conseguir este propósito Ediciones Leyenda ha compilado estos poemas en esta obra, fértil abrevadero literario donde estos escritores han vertido esa savia tan reconfortante para los amantes de la cultura y la poesía. Deseamos que ésta sea la primera de una serie de obras que orgullosamente publicaremos para todosaquellos que sean sensibles ante la magnitud de esa palabra que mueve todosnuestrossentidos: la poesía.
  • 10. Q 15 DE SEPTIEMBRE Después de aquella página sombría . en que trazó la Historia los detalles de aquel horrible día, cuando la triste Méxitli veía sembradas de cadáveres sus calles; después de aquella página de duelo por Cuauhtémoc escrita ante la Historia, cuando sintió lo inútil de su anhelo; después de aquella página, la gloria borrando nuestro cielo en su memoria no volvió a aparecer en nuestro cielo. La santa, la querida madre de aquellos muertos, vencedores en su misma caída, fue hallada entre ellos, trémula y herida por el mayor dolor de los dolores... , en su semblante pálido aún brillaba de su llanto tristísimo una gota.•. , a su lado se alzaba junto a un laurel una macana rota..., y abandonada y sola como estaba, vencido ya hasta el último patriota, al ver sus ojos sin mirada y fijos, los españoles la creyeron muerta, y del ince�dio entre la llama incierta la echaron en la tumba con sus hijos... 9
  • 11. Y pasaron cien años y trescientos sin que a ningún oído llegaran los tristísimos acentos de su apagado y lúgubre gemido. MANUEL ACUÑA A lTURBIDE EN Su CORONACIÓN iY pudiste prestar fácil oído a falaz ambición, y el lauro eterno que tu frente ciñera por la venda trocar que vil te ofrece la lisonja rastrera, que pérfida y astuta te adormece! Sús: despierta, y escucha los clamores que en tu pro y del azteca infortunado te dirige la Gloria; oye el hondo gemir del patriotismo; oye a la fiel Historia y retrocede, iay!, del hondo abismo. En el pecho magnánimo recoge aquel aliento y generoso brío que te lanzó atrevido de Iguala a la inmortal heroica hazaña, y un cetro aborrecido arroja presto que tu gloria empaña. Desprecia la aura leve, engañadora, de la ciega voluble muchedumbre, que en su delirio, insana,· 1 0
  • 12. tan pronto ciega abate como eleva, y al justo a quien "hosana" ayer cantaba su furor hoy lleva. Con los almos patricios virtuosos amigos tuyos y en el pueblo electos, en lazo fiel te anuda; atiende a sus consejos, que no dañan: sólo ellos la desnuda verdad te dicen; los demás te engañan. Esos loores con que al cielo te alzan, los vítores confusos, que de Anáhuac señor hoy te proclaman, del rango de los héroes, inhumanos, te arrancan, y encaraman al rango, ioh Dios! , fatal de los tiranos. lNo miras, ioh caudillo deslumbrado! , ayer delicia del azteca libre, cuánto su confianza, su amor y gratitud has ya perdido, rota, iay!, la alianza con que debieras siempre estarle unido? De puro y tierno amor no cual solía. allegarse veráslo ya a tu lado, y el paternal consejo de tus labios oír: mas zozobrante temblar al sobrecejo de tu faz imperiosa y arrogante. 1 1
  • 13. La cándida verdad, que te mostraba el sendero del bien, rauda se aleja del brillo fastuoso que rodea ese solio tan ansiado; ese solio ostentoso, por nuestro mal y el tuyo levantado. Y en vez de sus acentos celestiales rastrera turba, pérfida, insolente, de astutos lisonjeros hará resonar sólo en tus oídos loores placenteros; iah! , placenteros..., ipero cuán mentidos! No así fueron los himnos que entonara . Tenoxtitlán cuando te abrió sus puertas y saludó risueña, al verte triunfador y enarbolando la trigarante enseña, seguido del leal patricio bando. iCon qué placer tu triunfo se ensalzaba! iLa ingenua gratitud con qué entusiasmo lo grababa en los bronces! iTu nombre amado, con acento vario, cual resonaba entonces en las calles, las plazas y el santuario! Ni esperes ya el clamor del inocente, ni de la ley la majestad hollada, ni el sagrado derecho de la patria vengar: que el cortesano, 1 2
  • 14. o de ti en continuo acecho, atará para el bien tu fuerte mano. ¿ne la envidia las sierpes venenosas del trono en derredor no ve_s alzarse, y con enhiestos cuellos abalanzarse a ti? lLos divinales lazos de amistad bellos rasgar y conjurarte mil rivales? La patria en tanto, de dolor acerbo y de males sin número oprimida, en tus manos ansiosa . busca el almo pendón con que juraste la libertad preciosa, que por un cetro aciago ya trocaste: Y no lo halla, y en mortal desmayo su seno maternal desgarrar siente por impías facciones; y de desolación y angustia llena, los nuevos eslabones mira forjar de bárbara cadena. iOh, cuánto de pesares y desgracias, cuánto tiene de sustos e inquietudes, de dolor y de llanto; cuánto tiene de mengua y de mancilla, de horror y luto cuánto esa diadema que a tus ojos brilla! 13 FRANCISCO ORTEGA
  • 15. Q A JUAREZ Dadle a mi voz del huracán rugiente el poder no domado y estruendoso, que así quiero cantar de gente en gente las inmortales glorias de un coloso. Si la muerte, que a todos nos aterra, un trono sobre el ancho firmamento guarda a los semidioses de la tierra, Juárez el inmortal tiene ese asient0. Nacido en el peñón de una montaña bajo el dosel del azulado espacio, su alcázar infantil fue una cabaña, y el abierto horizonte su palacio. Por su indígena raza, firme, austero; por su oscuro nacer, del pueblo hermano; la tez de bronce, el corazón de acero griego el pensar y el alma de romano. Los más brillantes lauros de la gloria estaban a su frente destinados, los grandes caracteres de la historia estaban en el suyo condensados. El alma de Catón, el gran civismo de Leónidas y el Agis, la justicia, de Temístocles, todo el patriotismo, de Licurgo, el saber y la pericia. 1 4
  • 16. o Todo en aquel humilde pequeñuelo que en la tierra de lxtlán pobre crecía, como en un arca lo guardaba el cielo, isólo el Dios de los libres lo sabía! Águila audaz que sobre abrupta peña y en muda soledad cuelga su nido, cuando más tarde la extensión domeña, el valle ante tus pies queda vencido. Así Juárez, así; sin esas galas falsas con que la corte irradia bella, águila de Anáhuac, abrió sus alas, miró a su patria y combatió por ella. La lucha era terrible; usos y leyes íbanse a derrocar; el antro oscuro, nido de encomenderos y virreyes, iba a crujir con su imponente muro. Aún vagaba en la atmósfera el aliento de otras edades a la luz lejanas; íbase a desatar el pensamiento, a dejar el derecho sin cadenas. Al mirar a aquel hombre que surgía de las revueltas mansas populares, grande cual surge el luminar del día de las revueltas ondas de los mares. Rugió la envidia en su furor tremenda, y el fanatismo, de rencor eterno, 1 5
  • 17. Q sintió, como el Satán de la leyenda, odio al Jehová que lo lanzó al infierno. Juárez, sereno en su saber profundo, fija en el porvenir su audaz mirada, y ve, como Colón, un nuevo mundo entre las sombras de la edad pasada. A describir sus luchas no me atrevo; ante tanta grandeza yo me inclino, aquel reformador, gigante y nuevo tuvo un Gólgota horrible por camino. A sus guerreros bravos y animosos, apóstoles, heraldos, campeones, vio morir en cadalsos afrentosos entre befa y escarnio y maldiciones. Y en medio del tumulto y la matanza, siendo el derecho su sagrada norma, su fe renueva, aviva s� esperanza, mata el "fuero" y cimienta la "Reforma". Allí está Veracruz en donde raya a tal altura ante la patria historia, que nuestro mar rompiéndose en la playa, aún parece gritar: "iA Juárez, gloria! " Nunca, de aliento ni firmeza falto, coronó allí sus grandes ideales..., águila junto al mar; voló tan alto, que humilló el mar al verla sus cristales. 1 6
  • 18. o Allí fue tempestad, que con el trueno asorda y llena la extensión vacía, y con el rayo, de fulgores lleno, rompe los muros de prisión sombría. Más tarde, tres naciones se congregan para vencerle y destrozarle unidas: Cuando a las puertas de la patria llegan, las encuentran por Juárez detenidas. La que se queda sola en el combate no vence a Juárez, que al burlarla experto, lleva, nuevo Israel que no se abate, el arca de la patria hasta el desierto. Allí en el llano inculto, en la ribera del Bravo que nos guarda y nos limita lleva en nómada tienda su bandera, y la muerte esperanza resucita. No la mancilla la facción injusta en cuyos odios la verdad se estrella; iél salvó el arca de la ley augusta!, icon ella huyó, pero triunfó con ella! Que nada el vuelo de su fama corte; todo lo tuvo ese hombre extraordinario: Sinaí en Veracruz, y allá del Norte en los desiertos, Gólgota y Calvario. Pero el Tabor en que brilló su idea con eternos y vivos resplandores, 17
  • 19. Q lo fue toda esa Patria, en la que ondea el lábaro inmortal de tres colores. La muerte, al arroparlo en negro manto, le arrebató de la familia humana, pero su nombre ha de vivir en tanto haya un palmo de tierra mexicana. Fue el plebeyo humillado a la nobleza; fue el derecho imponiéndose a la Historia; do acaba el hombre, el inmortal empieza; su fama universal se llama gloria. JUAN DE DIOS PEZA A LA CORREGIDORA Al viejo primate, las nubes del incienso; al héroe, los himnos; a Dios, el inmenso de bosques y mares solemne rumor; al púgil que vence, la copa murna; al mártir, las palmas; y a ti -la heroína-, las hojas de acanto y el trébol en flor. Hay versos de oro y hay notas de plata; mas, busco, señora, la estrofa escarlata que sea toda sangre, la estrofa oriental: Y húmedas, vivas, calientes y rojas. A mí me tienden las trémulas hojas que en gráciles redes columpia el rosal. iBrotad, nuevas flores! iSurgid a la vida! iDespliega tus alas, ga�denia entumida! 1 8
  • 20. o iBotones, abríos! iOh, mirtos, arded! iLucid, amapolas, los ricos briales! iExúberas rosas los pérsicos chales de sedas joyantes al aire tended! lÜís un murmullo que, débil, remeda el frote friolento de cauda de seda en mármoles tersos o limpio marfil? ¿Qís?. .. iEs la savia fecunda que asciende, que hincha los tallos y rompe y enciende los rojos capullos del príncipe Abril! iOh, noble señora! iLa tierra te canta el salmo de vida, y a ti se levanta el germen despierto y núbil botón; el lirio gallardo de cáliz erecto; y fúlgido, leve, vibrando, el insecto que rasca impaciente su blanda prisión! La casta azucena, cual tímida monja, inciensa tus aras; la dalia se esponja como ave impaciente que quiere volar, y astuta, prendiendo su encaje a la piedra, en corvos festones circunda la yedra, icelosa y constante, señora, tu altar! El chorro del agua con ímpetu rudo, en alto su acero, brillante desnudo, bruñido su casco, rizado el airón. Y el iris por banda, buscándote salta cual joven amante que brinca a la alta velada cornisa de abierto balcón. 1 9
  • 21. Venid a la fronda que os brinda hospedaje, ioh pájaros raudos de rico plumaje; los nidos aguardan; venid y cantad! Cantad a la alondra que dijo al guerrero el alba anunciando: iDesnuda tu acero, despierta a los tuyos. . . Es hora... 1.farchad! 11. GCTIÉRREZ NAJERA ALA PATRL Com¡xJsidón reciC"ada por una niña en TacubaJ'3. a los mártires del 16 de septiembre de J8í3 Ante el recuerdo bendito de aquella noche sagrada rompió al fin su esclavitud en que la patria aherrojada ante la dulce memoria de aquella hora y de aquel día, yo siento que en la alma mía canta algo como un laúd. Yo siento que brota en flores el huerto de mi ternura, que tiembla entre su espesura la estrofa de una canción; y al sonroso ardiente murmurar de cada nota, dentro de mi corazón, siento algo grande que brota. 20
  • 22. iBendita noche de gloria que así mi espíritu agitas, bendita entre las benditas noche de la libertad! Q Hora de triunfo en que el pueblo al sol de la independencia, dejó libre la conciencia rompiendo la oscuridad. Yo te amo..., y al acercarme ante este altar de victoria donde la patria y la historia contemplan nuestro placer, yo vengo a unir al tributo que en darte el pueblo se afana mi canto de mexicana, mi corazón de mujer. IA LAS ARMAS! No tenemos más rey que las leyes, ino tenemos los libres señor!, ique con su sangre se tiñe de reyes nuestro bello pendón tricolor! ¿Hasta cuándo en vil ocio, hasta cuándo yaceréis, mexicanos, dormidos? ¿Hasta cuándo seréis, tan sufridos que se os pueda venir a insultar? iNo de paz, no de fiestas y danzas 21 1873 MANUEL ACUÑA
  • 23. o es esta hora que paga tremenda...! Aquí mismo, en la patria, su tienda, iha venido el francés a plantar! iA las armas! Oíd cual resuenan de conquista los hurras salvajes... ¿Hasta cuándo vengáis los ultrajes? ¿Para cuándo queréis el valor? El que lleva en su pecho grabada de la patria la imagen querida, nunca piensa que juega la vida, sólo piensa que gana el honor. Sólo piensa cuando entra en la lucha que el oprobio al cobarde le queda; sólo busca lugar en que pueda la ancha espada mortífera hundir. Sólo sabe, ya tinto en su sangre, que morir por el niño, la anciana, la misión más sublime del hombre; por la madre, la esposa, la hermana, por su Dios y su hogar. . . iNo es morir! iEs cumplir por la patria bendita es quizá bautizar con su nombre una página de oro triunfal; es vivir como vive la fama, es vivir como vive la gloria, es comprar a la excelsa victoria, el derecho de ser inmortal! iA las armas!, el grito de guerra como el trueno los ámbitos llene, 22
  • 24. Q y del Gila al Grijalva resuene, del Pacífico al Golfo también y cual llama de incendio que el soplo de impetuoso arrebata, como tromba que el rayo desata, ise desplome la guerra doquier! iA las armas! iLos montes, los valles, las ciudades vomitan guerreros! ... iLuz nos den en el día los aceros, y en las noches alumbre el cañón! Y que corra la sangre agostando flor y mies en la vasta campiña. . . Cuando el agua de rojo se tiña ya podremos lavar el baldón. iNo hay paz! El flamígero incendio del combate la atmósfera abrase, icada pecho que el hierro traspase multiplique en los otros la fe! Y no quede un pedazo de tierra que no moje la sangre enemiga... Si es preciso, no quede quien diga de nosotros: íLa Patria aquí fue!... iSí! . . ., iprimero, primero se tornen las ciudades en mudos desiertos, y los campos se cubran de muertos, y la patria perezca en luchar, que sumisos a un amo extranjero ofrecer nuestra carne a su vara, de vergüenza taparnos la cara, · y cual pobres mujeres llorar! . .. 23
  • 25. Q Nuestro sol es sol de los libres, nuestro suelo es un suelo de brazos, pero si hay corazón de esclavos, si hay traidores... , imaldígalos Dios! El traidor no es hermano..., va solo. Es Caín vagabundo y proscrito; Dios escribe en su frente: iMaldito!, y sus hijos le ven con horror. iOh mi Patria! En su tiempo la lucha sin piedad a tus hijos diezmaba; sangre propia tu seno chorreaba, sangre extraña tu espada también. iEn un tiempo, con mano terrible la melena real sacudiste del ibero león, y le oíste, ya vencido rugir a tus pies! ... ¿cómo es que hoy a tu frente divina el baldón por el galo se escape? ¿Quién de Puebla arrasó el Guadalupe? ¿Quién el sol de tu Mayo apagó? iA las armas! Doquier el incendio de la guerra tus campos alumbre, y retiemblen la costa y la cumbre al feroz tronar del cañón. iA las armas! iEl sol de la patria, no vea más nuestra triste vergüenza! iEs preciso que México venza, y en el nombre de Dios vencerá! iAl cadalso, a la tumba, al oprobio 24
  • 26. o rodarán el monarca y vasallos... Y sus cascos pondrán los caballos, en la sacra corona imperial! iNo tenemos más rey que las leyes, no tenemos los libres señor, ni aquí tienen más tronos los reyes, que el cadalso sin gloria ni honor! A MÉXICO iAy infeliz México mío! Mientras con raro desvarío vas de una en otra convulsión, del lado opuesto de tu río te está mirando, hostil y frío, el ojo claro del sajón. iCese tu lucha fratricida! iDa tregua al ímpetu suicida! ¿surges apenas a la vida y loco quieres ya morir? iToma a la digna paz distante que ennobleció tu ayer radiante, y abre un camino de diamante en el oscuro porvenir! 25 11ANUEL M. FLORES AMADO NERVO
  • 27. Q A SANTIAGO TLALTELOLCO Allí estás tú, coloso formidable, el poder de los siglos desafiando, sin temor de que el tiempo te carcoma y te obligue a caer desmoronado; en tus potentes muros de granito el embate rechazas de los años, sin resentir, como invencible atleta, de esa gigante lucha los estragos. iOh templo colosal! Tú me recuerdas las épocas más tristes del pasado; al contemplar tus imponentes muros ennegrecidos por el tiempo cano. Recuerdo que los hijos de la España, que te formasen donde estás mandaron. Pensando en ellos, por la mente mía, en confusa tropel, ensangrentados, miro pasar los héroes que en la lucha, como leales y buenos, disputaron con el valor supremo de los libres la que fuera su patria, palmo a palmo, en los rudos combates pereciendo antes que el yugo soportar de esclavos. ¿y quién fue de esos héroes? ¿Qué nos resta de esos batalladores denodados, que siendo imperturbables en las lides, no temieron jamás a sus contrarios? ¿Qué nos resta, ioh dolor!, de los valientes que en el marcial y sangrentoso campo, 26
  • 28. o sin temblar, en el pecho recibían como ínclitos guerreros esforzados, la candente y mortífera metralla que les mataba como mata el rayo? iMurieron con valor unos tras otros, y los siglos tras siglos caminando su memoria no más nos transmitieron, que muchos ni su nombre nos legaron... ! Venció el león, bajo el férreo yugo, los desgraciados indios con sus brazos, donde te sientas majestuoso y regio en su martirio horrible te formaron; y tú escuchaste el son de las cadenas del infelice pueblo conquistado; tú le viste sufrir en su desgracia el despotismo atroz de los tiranos� y tú, mudo testigo, los miraste morir en sus faenas de cansancio, corriendo por tus pálidas mejillas de su ignominia el vergonzoso llanto: Y tú viste también a los caudillos cuya vida acabó sobre un cadalso la férula de hierro del tirano. Y escuchaste impasible los gemidos del infelice pueblo subyugado que de rey y señor de este hemisferio de otra nación se convirtió en esclavo. De estas fatalidades horrorosas eras testigo tú, cuando Hidalgo miraste los reclutas batallones frenéticos de cólera peleando 27
  • 29. o por conquistar la libertad perdida, por destrozar el yugo torpe, inflando, que en la cerviz vencida de la patria pusieron, iay! , aborrecibles hados. Presenciaste también la horrenda lucha en que han peleado hermanos contra hermanos: presenciarás tranquilo a los que vengan, e irás en su memoria despertando los terribles recuerdos que aún existan de la sangrienta historia del pasado. Queda en paz, templo augusto, en tu silencio el poder de los siglos desafiando, sin temer por tu vida., que tu suerte es vivir y vivir. El tiempo airado te sabrá respetar... iOh, si pudiera ser como tú! Pero me canso en vano: Muy pronto habré de hundirme en el sepulcro, y mi espíritu incógnito volando partirá a esa región desconocida de no penetrar el pensamiento humano. iQuédate en paz te sientas ahora, imperturbable atleta mexicano! 28 México, 186 FRANCISCO ÜRTI
  • 30. Q ADIÓS, ÜH PATRIA MlA Alegre el marinero en voz pausada canta, y el ancla ya levanta con extraño rumor. De la cadena al ruido me agita pena impía. Adiós, oh patria mía, adiós, tierra de amor.· El barco suavemente se inclina y se remece, y luego se estremece a impulso del vapor. Las ruedas son cascadas de blanca argentería. Adi6s, oh patria mía, adiós, tierra de amor. Sentado yo en la popa contemplo el mar inmenso, y en mi desdicha pienso y en mi tenaz dolor, a ti mi suerte entrego, a ti, Virgen María. Adiós, oh patria mía, adiós, tierra de amor. De fuego ardiente globo en las aguas se oculta: A mis amigos de México 29
  • 31. una onda lo sepulta rodando con furor. Rugiendo el mar anuncia que muere el rey del día. Adiós, oh patria mía, adiós, tierra de amor. Las olas que se mecen como el niño en su cuna, retratan de la luna el rostro seductor. Gime la brisa triste cual hombre en agonía. Adiós, oh patria mía, adiós, tierra de amor. Del astro de la noche un rayo blandamente resbala por mi frente rugada de dolor. Así como hoy la luna en México lucía. Adiós, oh patria mía, adiós, tierra de amor. o iEn México! . . . iOh memoria! .. . ¿Cuándo tu rico suelo y a tu azulado cielo veré, triste cantor? Sin ti, cólera y tedio me causa la alegría. Adiós, oh patria mía, adiós, tierra de amor. 30
  • 32. Pienso que en tu recinto hay quien por mí suspire, quien al oriente mire buscando a su amador. Mi pecho hondos gemidos a la brisa confía. Adiós, oh patria mía, adiós, tierra de amor. o A bordo del paquete-vapor Teviot, navegando de la baliza de Orleans a La Habana. Domingo 12 de junio de 1842 IGNACIO RODRÍGUEZ GALVÁN ÁGUil.AS Y ESTRELLAS Del seno de las nieblas adonde descendió mi estirpe de águilas, vengo henchido de glorias y recuerdos, de grandezas derruidas... iSoy mi raza! ¿Dónde fueron las tribus vencedoras un día del Anáhuac? lllhuicamina el flechador del cielo y Netzahualcóyotl dónde se hallan? La heroica tribu azteca cayó rendida en la contienda_aciaga y sobre su cadáver van errantes, sin redención ni porvenir, los parias. Fatal como el destino, vengo desde la niebla desolada a redimir mi estirpe... , iya no alienta! iNo resta ni el recuerdo de la patria! 3 1
  • 33. o -iNo, no es ésta mi estirpe! iNo es de esta raza el que al sentir sus pupilas abrasarse, reía a sus verdugos...! iManlinali! ¿Qué hiciste de mi raza? Han caído mis templos y mis dioses cayeron de sus aras; el ahuehuetl, torciéndose de angustia, eleva al cielo las vetustas ramas implorando de todos los caídos, sin redención, sin glorias y sin lágrimas, la reivindicación de sus agravios y el tributo fatal de la venganza... Una gota de sangre, el Dios maligno al verte sobre Anáhuac, engendró la traición: al extranjero se unieron tlaxcaltecas y los chalcas, y la Malinche hasta mi aduar les trajo. iTodas mis iras sobre ellos caigan! iOh!, raza de cabellos xochipalli y pupila azulada: para arrojarte de mis patrios lares, se alzará de la huesa funeraria la estirpe muerta; la de testa brava; y al sonar el ahuehuetl y el teponextle, agitará sus armas de obsidiana, ipara arrancarte el corazón del pecho, raza de ojos azules y de tez blanca. . . ! iNo arraigarán en suelo de mexica tus pinos y tus palmas! iNo dejarán mis águilas al buitre hollar el pedestal de mis montañas! iNi tu sangre unirás, de mercaderes, 32
  • 34. .Q raza de ojos azules a mi sangre de dioses que es sagrada, pelambre rubia y epidermis blanca...! iA ti, Malinche, que en la eterna sombra de Mictlán, te retuerces, a ti vayan para siempre jamás, los que a mi suelo al extranjero llaman: que tus hijos renieguen de su origen, su madre misma, airada, con mano propia se desgarre el vientre que el monstruo engendra! Yo, el alma de mi raza; yo, el fuego que en sus piras encendían; ánfora del rocío de sus lágrimas voluntad sacrosanta de mis dioses; yo, el doliente recuerdo de su fama, evocaré con mi plañir de sombras pobladoras del bosque y las montañas..., raza sin abolengo surgida del cadáver de mi raza, lquieres que de tus ruinas y leyendas Tenochtitlán renazca? iAl indio resucita! iAl indio que si evoca de la patria el recuerdo sagrado, sólo sabe de bosques que le talan o jirones de tierra que le roban! iResucita esa raza y del cadáver azteca, surja la redención del paria! iDevuélvele el terruño, y en el terruño fundará la patria! iCaballeros del Sol!, itened el arco! 33
  • 35. O. iCaballeros Leones! , iaprestad el arma! iTened el arco, Caballeros Tigres que en el teocali está encendida el ara y vibra el ahuehuetl y el teponextle! iRequerid vuestras hondas, vuestras clavas, y unidos ofrendad al extranjero nuevo Otumba y en ella, noche trágica! iSólo unidos al indio y los hijos de Cuauhtémoc y Cacama, irán al templo de los dioses de oro para arrancar con su arma de obsidiana, el corazón, al de azulados ojos, pelambre rubia y epidermis blanca...! i�uitxilopoxtli! iResucita el cadáver de mi raza de águilas hoscas y a la par bravías...! iSalva a mis dioses y redime al paria! MA.RCELINO DÁVAWS AL POETA MÁRTIR JUAN DtAZ CovARRUBIAS 1 Hoy que de cada laúd se eleva un canto a tu muerte, con la que supiste hacerte un altar del ataúd; unido a esa juventud que tu historia viene a hojear, mientras ella alza el cantar que en su pecho haces nacer, 34
  • 36. o yo también quiero poner mi ofrenda sobre tu altar. En la tumba donde flota tu sombra muda y dormida la lira de tu alma rota. De sus cuerdas ya no brota ni la patria ni el amor; pero en medio del dolor que sobre tu losa gime ese silencio sublime, ése es tu canto mejor. Ése es el que se levanta de la arpa del patriotismo; ese silencio es lo mismo que la libertad que canta; pues en esa lucha santa en que te hirió el retroceso, al sucumbir bajo el peso de la que nada respeta sobre el cadáver del poeta u III se alzó cantando el progreso. IV Un monstruo cuya memoria casi en lo espantoso raya, en que subió en Tacubaya al cadalso de la historia, sacrificando tu gloria, creyó su triunfo más cierto, 35
  • 37. Q sin ver en su desacierto y en su crueldad olvidando, que un labio abierto y cantado hable menos que el de un muerto. V De tu existencia temprana tronchó la flor en capullo, matando en ella al orgullo de la lira americana. Tu inspiración soberana rodó ante su infamia vil; pero tu pluma gentil antes de romper su vuelo, tomó por página el cielo y escribió el once de abril. VI La patria a quien en tributo tu santa vida ofreciste, la patria llora y se viste por tu memoria, de luto... Y arrancando el mejor fruto de su glorioso vergel, te erige un altar y en él corona tu aliento noble con la recompensa doble de la palma y el laurel. 36
  • 38. Si tu afán era subir y alzarte hasta el infinito, ansiando dejar escrito Q VII tu nombre en el porvenir; bien puedes en paz dormir bajo tu sepulcro, inerte: mientras que la patria al verte que si fue hermosa tu vida, fue más hermosa tu muerte. Yo te vengo a decir que no es preciso que muera a hierro el que con hierro mate, que no es con sangre como el siglo quiere que el pueblo aprenda las lecciones tuyas; que el siglo quiere que en lugar de templos le des escuelas y le des ejemplos, le des un techo y bajo de él lo instruyas. Así es como en tu frente podrás al fin ceñirte la corona que el porvenir te tiene destinada; él, que conoce tu alma, que adivina en ti a la santa madre del progreso, y que hoy ante el recuerdo de aquella hora en que uno de sus besos fue la aurora que surgió de tu noche entre lo espeso, mientras el pueblo se entusiasma y llora, te viene a acariciar con otro beso. Cuando una noche un hombre que velaba soñando en no sé qué grande y augusto como la misma fe que le inspiraba, 37
  • 39. Q oyó un inmenso grito que le hablaba desde su alma de justo... -Yo soy -le repetía-, descendiente de aquellos que en la lucha sellaron su derrota con la muerte... iYo soy la queja que ninguno escucha, yo soy el llanto que ninguno advierte. . . ! Mi fe me ha dicho que tu fuerza es mucha,· que es grande tu virtud y vengo a verte; que en el eterno y rudo sufrimiento con que hace siglos sin cesar batallo, yo sé que tú has de darme lo que no hallo; mi madre que está aquí porque lo siento-. Dijo la voz y al santo regocijo que el anciano sintió en su omnipotencia, -si el indio llora por su madre -dijo-, a esta hora, y en un día yo encontraré una madre para ese hijo. Y encontró aquella madre en su conciencia. Como éste, en que incensamos su memoria, fue cuando aquel anciano lo decía, y desde ese momento patria mía, tú sabes bien que el astro de tu gloria clavado sobre el libro de tu historia, no se ha puesto en tus cielos todavía. A estas horas fue cuando rodó en pedazos la piedra que sellaba aquel sepulcro donde estuviste como Cristo, muerta para resucitar al tercer día; a esta hora, que en su seno te veía 38
  • 40. Q con un supremo miedo en su alegría de que tu aparición no fuera cierta; tranquila y sin temores en tu pecho, y desde ese momento, y desde esa hora, tu sueño se cobija bajo un techo donde el placer es lo único que llora... Tus hijos ya no gimen como antes al recuerdo de tu ausencia ni cadenas hay ya que los lastimen.,., en tus feraces campos ya no corre la sangre de la lucha y la matanza, y de la paz entre los goces suaves ni se avergüenzan de nacer tus flores, bajo un cielo sin sombras ni vapores, ni se avergüenzan de cantar tus aves. Grande eres y a tu paso tienes abierto un porvenir de gloria con la dulce promesa de la Historia de que para tu sol nunca habrá ocaso... , por él camina y sigue de tu lección de ayer con la experiencia; trabaja y lucha hasta acabar esa obra que empezaste al volver a la existencia, que aún hay algo que el vuelo no recobra, y aún hay algo de España en tu conciencia. Yo vengo a decir que es necesario matar ya ese recuerdo de los reyes que escondido tras de un confesionario, quiere darle otras leyes de tus leyes..., que Dios es el que vive en tus talleres que no es el que perdona en el cadalso, 39
  • 41. Q que no es del altar y de los rezos; que Dios es el que vive en tus talleres y el que se alza presente y encarnado allí donde sin odio a los deberes se come por la noche un pan honrado. AL VIENTO Cuando era niño, con pavor te ofa en las puertas gemir de mi aposento; doloroso, tristísimo lamento de,misteriosos seres te creía. Cuando era joven, tu rumor decía frases que adivinó mi pensamiento, y cruzando después el campamento, "patria", tu ronca voz me repetía. Hoy te siento azotando, en las oscuras noches, de mi prisión las fuertes rejas; pero hanme dicho ya mis desventuras que eres viento, no más, cuando te quejas, eres viento si ruges o murmuras, viento si llegas, viento si te alejas. M.A.NuEL ACUÑA VICENTE RlVA PALACIO 40
  • 42. Q ANTE EL ALTAR DE Los CAUDILLOS DE LA INDEPENDENCIA México, al recordar la ardiente gtierra a que debió su sacra autonomía, convoca a las naciones de la tierra a convivir con ella en armonía. Ya no es el español el hombre odiado que provocara cólera o rencores; es el colono, por la ley llam�do, para entregarse en paz a sus labores. lQué mejor oblación en los altares de Hidalgo, de Morelos y Guerrero, que ofrecer nuestra mano y nuestros lares, transformando en nativo al extranjero? La sangre por doquiera derramada de aquella lucha, en los heroicos hechos, da su fruto en la tierra liberada: por eso surgen ya nuevos derechos. México en otro tiempo campo rojo, sin ley augusta y sin precisa norma, que incitaba al pillaje y al despojo, en pueblo laborioso se transforma. Abre los brazos al obrero honrado y de la servidumbre lo redime para que viva siempre emancipado de la miseria amarga que lo oprime. 4 1
  • 43. Q Al que la tierra con afán cultiva, lo alienta para ser un propietario, y su esperanza y su trabajo aviva, librándolo de todo victimario. Si antes nos agobió el encomendero con su avaricia y su crueldad odiosa, ya no hay trabas que opriman al obrero, ni al campesino en la heredad fructuosa. Escuelas, bibliotecas y talleres impulsan ya al estudio o la tarea a ignaras mas no inútiles mujeres, y al indio analfabeto de la aldea. Tales son los presentes redentores traídos de la patria a los altares son los frutos más sanos, los mejores de las grandes contiendas seculares. iQue venga hacia este suelo el que confíe en la rica cosecha del mañana, que ya una nueva aurora nos sonríe en esta fértil tierra mexicana! 42 LIC. MANuEL BRIOSO Y CANDIANI
  • 44. o BARTOLOMÉ DE LAS CASAS En la conquista roja de sangre, y entre el bélico estruendo, se levanta la dulce imploración que sostiene la fuerza de tu brazo evangélico y el ala de paloma de tu blanca oración. Por eso te circuye la luz de un nimbo célico y tu ropaje esmaltan las rosas de Sión; y, como en los beatos que pintó Frá..Angélico, hay en ti una inefable actitud de perdón. Y porque ante la queja del hermoso proscrito detuviste la marcha del blanco palafrén, y los suaves lienzos de tu amor infinito. De una raza enjugaron el sudor de la sien, ioh, Padre de mis padres, sé mil veces bendito· y loado en los siglos de los siglos! Amén. CHURUBUSCO Batalla tras batalla y derrota tras derrota; doquiera el incendio brota, doquiera el cañón estalla. Silba fugaz la metralla en Palo Alto y la Angostura en Veracruz y en la altura del heroico Churubusco, 43 RAFAEL LÓPEZ
  • 45. o y es el ataque tan brusco que infunde al alma pavura. Rumbo al Molino del Rey camina el yanqui ambicioso, queriendo voluntarioso la fuerza imponer por ley; pero en animosa grey los soldados mexicanos, con esfuerzos sobrehumanos, que Anáhuac jamás olvida, ila feroz acometida resisten cual espartanos! iY allí, el general Rincón, lleno de indomable brío, impertérrito y sombrío, oye tronar el cañón! Y llevando en su pendón por lema: "Victoria o muerte", ni le preocupa la suerte que le toque en el combate, ini se humilla, ni se abate, ni se rinde ante el más fuerte! Y gritan con gran denuedo los de "Independencia" y "Bravos". iNo hay en Churubusco esclavos del torpe y cobarde miedo! El patriotismo, su credo, los excita a la pelea, hirviente la sangre humea, los hurras llevan al viento 44
  • 46. Q y se escucha el ronco acento del cañón que centellea. Mil héroes en este día en el campo del honor, por tí con bélico ardor dan su vida. iPatria Mía! No quiso por suerte impía coronarlos la victoria, pero sus nombres la Historia guarda con amor profundo, para que brille en el mundo cual sol fulgente de gloria. Peñuñuri y Espinosa, Méndez, Martínez de Castro, y Anaya, el campeón, el astro de aquella época luctuosa, toda la gente afanosa toma parte en la refriega, y lucha, y se esfuerza, y brega con tal desesperación, ique la heroica posición se rinde, mas no se entrega! No existe en la historia humana otra página tan bella, tan brillante, como aquella de la historia mexicana. Ya la hueste americana llega al convento, y allí a Twigs que en su frenesí pide el parque. "Si lo hubiera 45
  • 47. -dice Anaya-, no estuviera d 1 ...,, uste , genera , aqm . iValiente respuesta! Digna de un general espartano. lDe qué pueblo americano la Historia otra igual consigna? ¿Qué patriota no se indigna y se siente enardecer en ira, si al recorrer esta página inmortal en lucha tan desigual ve mil héroes perecer? iPatriotas! En la confianza de encontraros cuando muera, allá en la radiante esfera es de la paz y la esperanza mientras brilla en lontananza la luz de la eterna aurora, mientras se acerca la hora en que tenga que partir, os viene mi alma a decir, ihéroes santos!, que os adora. iChurubusco! Griego templo donde heroico el patriotismo de valor y de civismo dio al mundo sublime ejemplo. iChurubusco, te contemplo y al pasar con alegría cuántos héroes a porfía aquí la memoria evoca! , 46
  • 48. iquisiera yo en ansia loca morir por la patria mía! o MARCELINO DÁVALOS CINCO DE MAYO I Tres eran, mas la Inglaterra volvió a lanzarse a las olas, y las naves españolas tomaron rumbo a su tierra. Sólo Francia gritó: "iGuerra!", . sofí.ando, ioh patria!, en vencerte, sirviéndose en su provecho se alzó erigiendo en derecho el derecho del más fuerte. n Sin ver que en lid tan sangrienta tu brazo era más pequeño, la lid encarnó en su empeño la redención de tu afrenta. Brotó en luz amarillenta la llama de sus cañones, y el mundo vio a tus legiones entrar al combate rudo, llevando por solo escudo su escudo de corazones. 47
  • 49. o lll Y entonces fue cuando al grito lanzado por tu denuedo, tembló la Francia de miedo comprendiendo su delito. Cuando a tu aliento infinito se oyó la palabra sea, y cuando al ver la pelea terrible y desesperada se alzó en tu mano la espada y en tu conciencia la idea. IV Desde que ardió en el oriente la luz de ese sol eterno cuyo rayo puro y tierno viene a besarte la frente, tu bandera independiente, flotaba ya en las montañas, mientras las huestes extrañas alzaban la suya airosa, que se agitaba orgullosa del brillo de las hazañas. Y llegó la hora y el cielo nublado y oscurecido desapareció escondido V como en los pliegues de un velo. La muerte tendió su vuelo sobre la espantada tierra y entre el francés que se aterra y el mexicano iracundo, 48
  • 50. o se alzó estremeciendo al mundo tu inmenso grito de guerra. Y allí el francés, el primero de los soldados del orbe, VI el que en sus glorias absorbe todas las del mundo entero, tres veces pálido y fiero se vio a correr obligado, frente al pueblo denodado que para salvar tu nombre le dio un soldado en cada hombre, iy un héroe en cada soldado! VII iTres veces!, y cuando hundida sintió su fama de guerrera contemplando su bandera manchada y escarnecida, la Francia, viendo perdida la ilusión de su victoria, y a despecho de su anhelo, vio asomar sobre otro cielo a despecho de su Historia y en otro mundo la gloria. VIII Que entre la niebla indecisa que sobre el campo flotaba, y entre el humo que se alzaba bajo el paso de la brisa, su más hermosa sonrisa 49
  • 51. fue para tu alma inocente, su canción más elocuente para entonada a tu huella, y su corona más bella para ponerla en tJ frente. Q IX iSí, patria!, desde ese día tú no eres ya para el mundo lo que en su desdén profundo la Europa se suponía, desde entonces, patria mía, has entrado a una nueva era, la era noble y duradera de la gloria y del progreso, que bajan hoy, como un beso de amor, sobre tu bandera. X Sobre esa insignia bendita que hoy viene a cubrir de flores la gente que en sus amores en torno suyo se agita, la que en la dicha infinita con que en tu suelo la clava, te jura animosa y brava, como ante el francés un día, morir por ti, patria mía, primero que verte esclava. 50 MANUEL ACUÑA
  • 52. Q CORRIDO DE CATARINO MARAVILLAS Catarino Maravillas, Catarino Maravillas, de noche cruzó la mar. Llegó de Cuba la linda, iay, sí!, iay, no!, llegó de Cuba la linda y nadie lo fue a esperar. Se fue por el mal gobierno que lo quería asesinar. Primero fue maderista en guerra contra el rural. iQue vivan Pancho Madero y don Aquiles Serdán! Madero murió a balazos, -ila cosa se puso mal!-, Catarino Maravillas con Zapata fue a pelear. iQué verde estaba el ejido que con sus manos sembró! Verdes cañas, cañas altas que hasta el cielo levantó. Zapata murió a balazos, -ila cosa se puso mal!-, pero quedaba Carranza y con Carranza fue a dar. 5 1
  • 53. o Montaña azul del domingo, lunes salobre del mar, combate que empieza en martes para el viernes acabar. Blanco sábado en sosiego sin pólvora al despert�r. Carranza murió a balazos, -ila cosa se puso mal!-, Catarino Maravillas con Villa se fue a pelear. Combate de Las Palomas batalla en El Capulín; veinte leguas a caballo, veintiuna en ferrocarril. Caballito de batalla -galopar y no llegar-, caballito de batalla, inunca podrás descansar! Villa fue muerto a balazos, -ila cosa se puso mal!-, Catarino Maravillas se regresa a la ciudad. Ciudad de bandera al aire y calma presidencial; el Sagrario, los Portales, el Palacio Nacional, el Zócalo, en el que cabe la más recia tempestad. 52
  • 54. Catarino Maravillas, sintetiza a la Nación grita el 15 de septiembre: o iQue vivan por muchos años la Virgen de Guadalupe y el general Obregón! Obregón murió a balazos, -ila cosa se puso mal!-, Catarino Maravillas de nuevo se fue a pelear. Una mañanita blanca, blanca en los rieles del tren, se fue camino del Norte, se fue para no volver. Del Norte se fue a La Habana -destierro en el corazón­ Catarino Maravillas, Catarino Maravillas piensa regresar a México cuando haya Revolución. 53 M. GUTIÉRREZ NÁJERA
  • 55. �'"' � CORRIDO DE DOMINGO ARENAS El panadero·hacía pan, pan de dulce, pan de sal; rosquitas para los niños que lo miran hacer pan. Todo el pueblo lo miraba hacer el pan cotidiano: pan de dulce, pan de sal, pan de nubes con azúcar, cuernos de luna con sal. Todo el pueblo le decía: -"Don Domingo, lya está el pan?" Don Domingo les decía: -"Lo estoy poniendo a dorar". Don Domingo estaba manco, con una mano hace el pan, la otra la tiene prendida de milagrito un altar. Los domingos iba a misa, era devoto al rezar: "Santa Madre de los cielos, icuándo la podré olvidar?" Don Domingo tiene novia, morena de cielo y bosque. La novia lleva los ojos ceñidos de medianoche. 54
  • 56. Sus brazos estaban frescos como cuentas de collar; agua en espejo fragante de cántaro y manantial. Primero se atormentaron, luego ella lo abandonó. iArquitectura de naipes que sola se desplomó! o Desde entonces Don Domingo forjó en yunque rojo vivo el odio de su puñal, puñal en horno caliente puesto a dorar con el pan. La Revolución cantando rodaba por la montaña. La luna en plato de lirios por la montaña asomaba. Gritaba Domingo Arenas: "iPan de dulce, pan de sal! ", y sus gritos picoteaban lo blanco de la ciudad. Granizo de balas rojas hizo amapolas las calles, en cada árbol una flor de pajaritos en sangre. -"Compadre: Domingo Arenas ya viene cerca del río, 55
  • 57. Q meta a sus hijas al pozo, no importa que tengan frío". -"Compadre: mis hijas son en el pozo ya escondidas. El agua del pozo está llena de estrellas caídas". A las ocho de la noche el miedo atrancó las puertas; por las rendijas entraba la luz de las bayonetas. Los cascos de los caballos frotaban oro en las piedras; los fusiles reventaban sus flores rojas y negras. Domingo Arenas ha hincado su garra en carne tabaco, su novia tiene en el pecho un trébol ensangrentado. Fusiles de terco aullido rompen la luz de los vidrios, en la calle se desploman los ojos y los gemidos. Las manos siembran incendios y destrozan la ciudad; a las muchachas decentes desnudan su honestidad. 56
  • 58. A las seis de la mañana la tropa se va a los cerros. Domingo Arenas se lleva el nardo de los luceros. La ciudad se queda sola, Q sonora de cartucheras. -"Compadre: ya no tengo hijas, se las llevó el manco Arenas prendidas en las espuelas". CREDO México, creo en ti, como el vértice de un juramento. Tú hueles a tragedia, tierra mía, y sin embargo, ríes demasiado, acaso porque sabes que la risa es la envoltura de un dolor callado. México, creo en ti, sin que te represente en una forma porque te llevo dentro; sin que se sepa lo que tú eres en mí; pero presiento que mucho te pareces a mi alma, que sé que existe pero no la veo. México, creo en ti, en el vuelo sutil de tus canciones que nace porque sí; en la plegaria 57 MIGUEL N. LIRA A ManuelBerna!
  • 59. o que yo aprendí para llamarte patria, algo que es mío en mí, como tu sombra que se tiende con vida sobre el mapa. México, creo en ti, en forma tal que tienes de mi amada la promesa y el beso que son míos, sin que sepa por qué se me entregaron: no sé si por ser bueno o por ser malo, o porque del perdón nazca el milagro. México, creo en ti, sin preocuparme del oro de tu entraña: es bastante la vida de tu barro que refresca lo claro de las aguas, en el jarro que llora por los poros la opresión de la carne de tu raza. México, creo en ti, porque creyendo te me vuelves ansia y castidad y celo y esperanza. Si yo conozco el cielo es por tu cielo, si conozco el dolor es por tus lágrimas que están en mí aprendiendo a ser lloradas. México, creo en ti, en tus cosechas de milagrería que sólo son deseo en las palabras, te contagias de auroras que te cantan, iy todo el bosque se te vuelve earne! , iy todo el hombre se te vuelve selva! 58
  • 60. o México, creo en ti, porque nací de ti, como la flama es compendio del fuego y de la brasa; porque me puse a meditar que existes en el sueño y materia que me forman y en el delirio de escalar montañas. México, creo en ti, porque escribes tu nombre con la X que algo tiene de cruz y de calvario; porque el águila brava de tu escudo se divierte jugando a los "volados" con la vida y, a veces, con la muerte. México, creo en ti, como creo en los clavos que te sangran; en las espinas que hay en tu corona, y en el mar que te aprieta la cintura . para que tomes en la forma humana hechuras de sirena en las espumas. México, creo en ti, porque si no creyera que eres mío el propio corazón me lo gritara, y te arrebataría con mis brazos a todo intento de volverte ajeno, isintiendo que a mí mismo me salvaba! 59
  • 61. México, creo en ti, porque eres el alto de mi marcha y el punto de partida de mi impulso. iMi credo, patria, tiene que ser tuyo, como la voz que salva y como el ancla. . .! Ricardo López Ménde CUAUHTÉMOC Solamente triste fue Cuauhtémoc. Un día un grupo de hombres blancos se abalanzó hasta él y mientras que el imperio de tal se sorprendía el arcabuz llenaba sus huecos el broquel. Preso quedó, y el indio, que nunca sonreía, una sonrisa tuvo que se deshizo en hiel. -lEn dónde está el tesoro? --clamó la vocería; el arcabuz llenaba sus huecos el broquel. Llegó el tormento. . ., y alguien de la imperial nobleza quejóse. El héroe díjole, irguiendo la cabeza: -iMi lecho no es de rosas! -y se volvió a callar. En tanto al retostarle los pies, chirriaba el fuego, que se agitaba a modo de balbuciente ruego, iporque se hacía lenguas como queriendo hablar! }OSÉ SANTOS CHOCAN 60
  • 62. (" V DECLARACIÓN DE AMOR A LA CIUDAD DE MÉXICO Señorial urbe mía, de traza majestuosa; de mórbidos perfiles con celestes reflejos: Tus senos son las cúpulas vestidas de azulejos, donde el aire se nutre de luz maravillosa. . . Mexicana metrópoli adornada de encajes hechos de espuma pétrea -magia de Churriguera­ cómo te han profanado los bárbaros tatuajes de rótulos y anuncios, de esta fenicia era. Tenochtitlán los indios te llamaron. Debieras seguir con ese nombre; con las aguas tranquilas de tus cinco lagunas que abrieron sus pupilas sólo para admirarte yacente en las riberas; con tus adoratorios en forma de pirámides en donde ardía el fuego del rubio Tonatiúh, frente al Popocatépetl y a la lztaccíhuatl, clámides que te cubren la espalda con su blanco tisú. Ochenta y cuatro días resististe el combate, de los teutlis, embate de cañón y arcabuz contra flechas de sílex... -iOh, glorioso combate que esmaltó tus canales de sanguíneo, granate; sólo así sucumbiste..., por la espada y la Cruz! Conquistaste al sañudo conquistador hispano, que en ti fincó sus lares y acrecentó su arca; prendaste a la Condesa Calderón de la Barca y cautivar supiste al gran Barón germano y al Archiduque Rubio que jugó a ser Monarca... Tus anales gloriosos, con amarillo brillo, de "muy leal y noble"... , ostentan tu blasón. Ayer ahijada fuiste de Díaz del Castillo y hoy... , viuda de don Luis González Obregón. 6 1
  • 63. Admirable tu ingenio popular que se aguza en la fina ganzúa. . ., o en la grácil saeta: por ti la picardía de Martín Garatuza y el ágil epigrama del Negrito Poeta. Por ti la cervantina presteza mexicana de Femández Lizardi. .. Su escala de Jacob tendió sobre tu cielo nuestra insigne Sor Juana y en tus festines líricos, por ti -rubia y galana­ la espuma del champagne de nuestro Duque Job. Doncella gentilicia de actitudes donosas que recata una túnica violeta episcopal; a tus plantas florecen -todo el año- esas rosas plasmadas por la dulce leyenda del sayal de la fe de tu pueblo... iEsas rosas preciosas que engalanan las púas de tu bronco nopal! Entre esas flores quiero, fervoroso, ofrecerte en perfumado aliento mi fiel veneración; pues, amándote, espero que nutras, a mi muerte, con zumo de mi limo, que no seguirá inerte: ila rosa que se enraíce sobre mi corazón! SOLÓN DE MIE 62
  • 64. o DIECISÉIS DE SEPTIEMBRE Ite, ait; egregias animas, quae sanguine nobis Hanc patriam peperere suo, decorate supremis Muncribus... (Virgilio, Eneid a, L. XI) Renueva, ioh musa!, el victorioso aliento con que, fiel de la patria al amor santo, el fin glorioso de su acerbo llanto audaz predije en inspirado acento: Cuando más orgulloso y con mentidos triunfos más ufano, el ibero sañoso tanto, iay!, en la opresión cargó la mano, que al Anáhuac vencido contó por siempre a su coyunda unido. "Al miserable esclavo (cruel decía) que independencia ciego apellidando, de rebelión el pabellón nefando alzó una vez en algazara impía, de nuevo en las cadenas con más rigor a su cerviz atadas, . aumentemos las penas, que a su última progenie prolongadas, en digno cautiverio por siglos aseguren nuestro imperio". "¿Qué sirvió en los Dolores vil cortijo, que el aleve pastor el grito diera de libertad, que dócil repitiera 63
  • 65. o la insana chusma con afán prolijo? Su valor inexperto de sacrílega audacia estimado, a nuestra vista yerto en el campo quedó y escarmentado; su criminal caudillo rindió ya el cuello al vengador cuchillo". "Cual al romper las Pléyades lluviosas el seno de las nubes encendidas, del mar las olas antes dormidas súbito el austro altera tempestuosas; de la caterva osada así los rezos nuestra voz espanta, que resuena indignada ·y recuerda, si altiva se levanta, el respeto profundo que inspiró de Vespucio al mundo rico". "iAy del que hoy más los sediciosos labios de libertad al nombre lisonjero, abriese, pretextando novelero mentidos males, fútiles agravios! Del cadalso oprobioso veloz descenderá a la tumba fría, y ejemplar provechoso al rebelde será, que en su porfía desconociere el yugo que al invicto español echarle plugo". Así los hijos de Yandalia ruda fieros clamaron cuando el héroe augusto cedió de la fortuna al golpe injusto; 64
  • 66. y el brazo fuerte que la empresa escuda, faltando a sus campeones, del terror y la muerte precedidos, feroces escuadrones talan impunes campos florecidos, y al desierto sombrío consagran de la paz el nombre pío. No será empero que el benigno cielo, cómplice fácil de opresión sangrienta, niegue a la patria en tan cruel tormenta una tierna mirada de consuelo. Ante el trono clemente sin cesar sube el encendido ruego, el quejido doliente de aquel prelado, que inflamado en fuego de caridad divina, la América indefensa patrocina; "Padre amoroso, dice, que a tu hechura, como el don más sublime concediste, la noble libertad con que quisiste de tu gloria ensalzarla hasta la altura, lno ves a un orbe entero gemir, privado de excelencia tanta, bajo el dominio fiero del execrable pueblo que decanta, asesinando al hombre, dar honor a tu excelso y dulce nombre?" "iCuánto, iay!, en su maldad ya se gozara cuando por permisión inescrutable de tu justo decreto y adorable, 65
  • 67. Q de sangre en la conquista se bañara, sacrílego arbolando la enseña de tu cruz en burla impía, cuando más profanando su religión con negra hipocresía, para gloria del cielo cubrió de excesos el indiano suelo!" "De entonces su poder, icómo ha pesado sobre el inerme pueblo! iQué de horrores, creciendo siempre en crímenes mayores, el primero a tu vista han aumentado! La astucia seductora en auxilio han unido a su violencia: 1.foral corrompedora predican con su bárbara insolencia, y por divinas leyes proclaman los caprichos de sus reyes". "Allí se ve con asombroso espanto cual traición castigado el patriotismo, en delito erigido el heroísmo que al hombre eleva y engrandece tanto. ¿Qué más? En duda horrenda se consulta el oráculo sagrado por saber si la prenda de la razón al indio se ha otorgado, y, mientras Roma calla, entre las bestias confundido se halla". "¿y qué, cuando llegado se creía de redención el suspirado instante, · permites, justo Dios, que ufana cante 66
  • 68. o nuevos triunfos la odiosa tiranía? El adalid primero, el generoso Hidalgo, ha perecido; el término postrero ver no le fue de la obra concedido; mas otros campeones suscita que rediman las naciones". Dijo, y Morelos siente enardecido el noble pecho en belicoso aliento; la victoria en su enseña toma asiento y su ejemplo de mil se ve seguido, la sangre difundida de los héroes su número recrece, como tal vez herida de la segur, la encina reverdece, y más vigor recibe, y con más pompa y más verdor revive. Más, lquién de la alabanza el premio digno con títulos supremos arrebata, y el laurel más glorioso a su sien ata, guerrero invicto, vencedor benigno? El que en Iguala dijo: Libre la patria sea, y fuelo luego que el estrago prolijo atajó, y de la guerra el voraz fuego, y con dulce clemencia: iEn el trono asentó la Independencia! iHimnos sin fin a su indeleble gloria! Honor eterno a los varones claros que el camino supieron prepararos. 67
  • 69. Q iOh Iturbide inmortal!, a la victoria, sus nombres antes fueron cubiertos de luz pura, esplendorosa; mas nuestros ojos vieron brillar el tuyo como en noche hermosa entre estrellas sin cuento a la luna en el alto firmamento. i Sombras ilustres, que con cruento riego de libertad la planta fecundasteis, y sus frutos dulcísimos legasteis al suelo patrio, ardiente en sacro fuego! Recibid hoy, benignas, de su fiel gratitud prendas sinceras en alabanzas dignas, más que el mármol el bronce y duraderas, con que vuestra memoria coloca en el alcázar de la gloria. ANDRÉS QUINTANA Re DONATO GUERRA ''No son los muertos los que en dulce cah en paz reposan en la tumba fr muertos son los que tienen muerta elah y viven todaví a. Levanta, Gloria, la atrevida frente, ino llores más al ínclito guerrero; al que fue de los débiles hermano y terror de retrógrada canalla; al patriota inmortal; al arquetipo 68 Núñez de AJ
  • 70. o de indeclinable fe, al caballero! Más noble que Bayardo y más valiente; al que alentó bajo grosera malla alma de niño, corazón de acero; al que tigre en los campos de batalla fue en culta sociedad humilde, humano; al demócrata fiel; al intachable; al mártir coronado de victoria, al hombre, en fin, cuya brillante vida glorificó un verdugo miserable. lPor qué, Gloria, llorar, si transmitida de una edad a otra edad va su memoria digna de que los siglos la veneren?. . . La Diosa Libertad estremecida escribe sobre el bronce de la Historia: su nombre es una égida, y el cadalso es el templo de su gloria. illustre general! Hoy acompaña a tu recuerdo mi sentido canto, sin que esa tumba que de luz se baña empañe con las gotas de mi llanto. Tú el brasero de Scévola encendiste al calor de tu aliento poderoso, y al heroísmo catoniano uniste la abnegación de Régulo... iDichoso tú que gozando en mundo de verdades la beatitud ingente, has dejado flotando en las edades tu nombre refulgente! 69
  • 71. Brillante como el sol fue tu carrera... iModelo de civismo! Yo te envidiara, si envidiar supiera. Mas... , ¿quién como tú mismo? ¿y quién habrá que ahora al mártir llora que tan grande era? . . . La muerte del soldado, no se llora; la tumba de los héroes, se venera. No son los muertos, no, los que reciben rayos de gloria en sus despojos yertos: los que mueren con honra, siempre viven; los que viven sin honra, son los muertos. EL ALMA PRIMITIVA Soy el alma primitiva, ANTONIO PLAZ soy el alma primitiva, de los Andes y las selvas. Soy el ruido de las hojas en la noche, que parece que en mis versos ensayaran una orquesta; soy el canto de turpiales y cenzontles, cuando el alba ruboriza la blancura de la nieve de las crestas, soy el himno de las aguas y los vientos, el chasquido de las piedras, el crujido de los troncos y el aullido de las fieras... Soy el alma primitiva, soy el alma primitiva de los Andes y las selvas. Mis maestros so"n los árboles vibrantes en que el fleco de los ábregos se enreda y las fuentes bullidoras que se encajan 70
  • 72. en el verde terciopelo de las cuencas, y los rasgos de la brisa que retozan en las fauces de las ávidas cavernas, y los astros en las fauces de las ávidas cavernas, y las cúspides que sueñan y los troncos que dan ramas y las ramas que dan flores y las flores que son bocas que se callan, pero besan. . . Mis maestros me enseñaron unas cosas siempre nuevas para el hombre: los secretos armoniosos de la gran Naturaleza; y pusieron en el arco de mi lira, que es de piedra, una cuerda más: la cuerda de las músicas salvajes. Y es así como yo canto con mi lira de ocho cuerdas. Soy el alma primitiva, soy el alma primitiva de los Andes y las selvas. He sentido muchas veces que, en el fondo de mi idea, yo era un árbol, era un árbol corpulento de raíces gigantescas... Y he crecido... Y he crecido... Y el abrazo de diez hombres no ceñía mi corteza. Y los ojos padecían un vahído al mirarme resaltando por encima de la selva. Y en los huecos de mi tronco se hospedaban, como en una madriguera, los jaguares que en mis costras afilaban sus colmillos y rascaban enarcados las heridas de su lepra. . . Yo era un árbol, era un árbol corpulento, y mis ramas florecían en vibrante primavera, y mis flores se empinaban como copas en un brindis 71
  • 73. Q y yo todo me empinaba como espíritu que anhela, porque, bajo de mis frondas y tendidos en el musgo, los caciques de la tierra celebraban una junta y en la junta aparecía el abuelo de las tribus con sus barbas retorcidas cual manojo de culebras. Otras veces he soñado que era un pico de los Andes, el orgullo de una piedra; y que, encima de mi trágica insolencia, una nieve de diez siglos congelaba sus rigores en la punta de mis crestas. Desde lo alto de los Andes he mirado muchas millas, he mirado muchas leguas; y las nieves de mi cumbre deshacíanse en madejas de agua fina. . ., y los ríos se enredaban en las grietas cual si fuesen gargantillas de diamantes o de perlas. Y yo, en tanto, contemplaba..., contemplaba..., contemplaba, el acopio de las selvas, y el bostezo dilatado de las pampas en el fondo, y el dibujo de los ríos que bajaban por mis cuestas, y el anchísimo horizonte de nublados, y la faja de los mares, y la línea de las garzas en hilera. . . Yo era un pico de los Andes, era un pico de los Andes, el orgullo de una piedra; y, de pronto, sobre todos los rigores de mis nieves sempiternas, sentí el vuelo de un gran pájaro, sentí el vuelo de un gran pájaro en las nieblas, 72
  • 74. que, clavado en sus diez garras en mis crestas, dio a los aires su estridente voz de cóndor como el grito sofocado de una alerta. . . Y esa voz que por en medio de mis cánticos resuena, y que dice todavía, sobre todas las edades, recorriendo ocho sonidos en mi lira de ocho cuerdas. iSoy el alma primitiva, soy el alma primitiva de los Andes y las selvas! }OSÉ SANTOS CHOCANO EL GIRO ROMANCERODELA GUERRA DEINDEPENDENCIA I Medio oculta entre la selva como un nido entre las ramas, y medio hundida en el fondo tranquilo de una cañada allá por aquellos tiempos hubo en Landín1 una casa que no por ser tan sencilla ni de una fecha tan larga, era menos pintoresca ni tampoco menos blanca. Sombreaba su puerta un olmo de hojosas y verdes ramas, punto de citas de todas las aves de las montañas; y en uno de sus costados, Estado de Quanajuato, entre Santa Cruz y Chamacuero. 73
  • 75. o brotando límpida y clara, saltaba entre los terrones y entre las hierbas el agua, de noche siempre tranquila y eternamente callada. Apenas el sol naciente filtraba por sus ventanas cuando estremecido el aire sonaban dulces y claras, la voz de una cuna hablando de cuanto los niños hablan; la voz de una madre, rica de sentimientos y de alma, y la voz de un hombre que era la eterna voz de la patria, soñando ya con sus glorias y ya con sus esperanzas, tez cobriza como aquellos primeros hijos de Anáhuac, que tantas veces hicieron temblar de miedo.a la España cuando la España atrevida midió con ellos sus armas; fuerte y ágil como todos los hijos de las montañas; como un labriego, robusto; como un patriota, entusiasta; como un valiente atrevido, y como un joven todo alma, el hombre de aquellas selvas, el hombre de aquella casa, era el eterno modelo de esas figuras sagradas 74
  • 76. Q que en el altar de los siglos hacen un Dios de una estatua. Veinticinco años apenas por este tiempo contaba, y de sus nobles heridas la suma aún era más larga, que no hubo por el Bajío ningún combate ni hazaña donde su ardor no estuviera, donde faltara su lanza, en donde grito de muerte, sus huellas no señalara con el licor de sus venas o el de las venas extrañas. Y allí tranquilo y oculto su triste vida pasaba, lamentando en su impotencia la esclavitud de la patria que, renunciando a la lucha, renunciaba a la esperanza cuando una mañana, a la hora que el último sueño marca, despertó, oyendo a lo lejos; y adivinaba al instante la suerte que le amagaba, bajó del lecho al influjo de una decisión extraña; besa en la frente a su hijo, y en los labios a su amada, clava los ojos ardientes en la entreabierta ventana, y al ver por sus enemigos ya casi envuelta su casa, 75
  • 77. Q salta de las rocas, entre ellos se escapa por la montaña. II Aún no se alzaba del todo la niebla de la montaña, y aún no acertaban a darse cuenta de tamaña audacia, los sitiadores furiosos que sorprenderle esperaban, cuando al galope y bajando camino de la cañada, vieron venir a lo lejos un grupo de gente armada, compuesto de ocho jinetes y el hombre que los mandaba. En mayor número de ellos y con superiores armas, seguros de la victoria fácil que se les aguardaba, todos empuñan las riendas, todos afirman la lanza, todos ven al enemigo todos miden la distancia, y en silencio y todos ellos prontos a ponerse en marcha, sólo esperan a que llegue la hora de entrar en batalla. Los insurgentes en tanto, viendo las huestes contrarias más de coraje la encienden y más de amor la entusiasman, y ansiosos· de dar su sangre 76
  • 78. o por la salud de la patria sobre el caballo se inclinan, la floja rienda adelantan, y fijos los barboquejos y el sombrero hacia la espalda, entre la niebla y el polvo corren y vuelan y avanzan, siguiendo entre los peñascos al hombre de la cañada. Y ya los de Bustamante2 su primer paso avanzaban, anhelando en su impaciencia cómo acortar la distancia que la interpuesta colina con un recodo aumentaba; cuando de pie en lo más alto de las rocas escarpadas, vieron alzarse a un jinete que con voz sonora y clara: -"Yo soy el Giro -les dijo-, si al Giro es a quien aguardan: y el que lo busque venga si tiene honor y tiene alma, 11 que a todos espera el Giro frente a frente y cara a cara". Dijo: y los fieros dragones al grito de "iViva España!", como un solo hombre treparon 111 General don Anastaslo Bustamante. Presidente de la República. y que, en su JwentUd,·militó 1111 el ejército realista. l 77 r
  • 79. o hasta donde el Giro estaba dispuesto como los suyos a sucumbir por la patria. . ., y fue la lucha, y terribles al dar la espantosa carga, insurgentes y realistas, ardiendo en cólera y rabia, se entremezclaron sedientos de victoria y de matanza. . . Quiso la triste fortuna favorecer a la España el brillo de los fulgores negándole a nuestras armas, que ya de los insurgentes uno tan sólo quedaba a caballo todavía, pero ya herido y sin armas. Era el Giro, que entre doce dragones que lo rodeaban, sin rendirse al desaliento ni inclinarse a la desgracia luchaba y arremetía contra el que más se acercaba, convirtiendo a su caballo, a un tiempo en escudo y arma. Por fin un abrazo atrevido clavó en su pecho una lanza, perder haciéndole el poco aliento que le quedaba; pero él, aunque ya en el suelo, con fuerza siempre y con alma, coge su lanza, del pecho, 78
  • 80. sin cavilar se la arranca, y estremecido y al grito Q de "Independencia" y de "Patria", de pie sobre los peñascos a sus contrarios aguarda; y después de herir a todos los que acercársele ensayan, hace huir a los restantes que ante heroicidad tamafía se alejan, y desde lejos lo rematan a pedradas. iMártir que toda tu sangre supiste dar por la patria, tú, de los desconocidos que murieron por salvarla, gracias por tu fortaleza, por tus sacrificios, gracias! III RAMÓN LóPEZ VELARDE EL GRAN VIAJE ¿Quién será� en un futuro no lejano, el Cristóbal Colón de algún planeta? lQuién logrará, con máquina potente, sondear el océano del éter, y llevarnos de la mano allí donde llegaron solamente los osados ensuefíos del poeta? 79
  • 81. o lQuién será en un futuro no lejano el Cristóbal Colón de algún planeta? ¿y qué sabremos tras el viaje augusto? lQué nos enseñaréis, humanidades de otros orbes, que giran en la divina noche silenciosa, y que acaso hace siglos que nos miran? Espíritus a quienes las edades en su fluir robusto mostraron ya la clave portentosa de lo Bello y lo Justo, lcuál será la cosecha de verdades que deis al hombre, tras el viaje augusto? lCon qué luz nueva escrutará el arcano? iOh, la esencial revelación completa que fije en nuevo molde al barro humano! lQuién será en un futuro no lejano el Cristóbal Colón de algún planeta? AMADO NERVI EL IDILIO DE Los VOLCANES El lztaccíhuatl traza la figura yaciente de una mujer dormida bajo el Sol. El Popocatépetl flamea en los siglos como una apocalíptica visión; · y esos dos volcanes solemnes tienen una historia de amor, digna de ser cantada en las complicaciones 80
  • 82. Q de una extraordinaria canción. lztaccíhuatl -hace ya miles de años­ fue la princesa más parecida a una flor, que en la tribu de los viejos caciques · del más gentil capitán se enamoró. El padre augustamente abrió los labios y díjole al capitán seductor que si tornaba un día con la cabeza del cacique enemigo clavada en su lanzón, encontraría preparados, a un tiempo mismo, el festín de su triunfo y el lecho de su amor. Y Popocatépetl fuese a la guerra con la esperanza·en el corazón: domó las rebeldías de selvas obstinadas, el motín de los riscos al paso vencedor, la osadía despeñada del torrente, la asechanza de los pantanos, eh traición; y contra cientos de cientos de soldados, por años y más años gallardos combatió. Al fin tornó a la tribu, y la cabeza del cacique enemigo sangraba en su lanzón. Halló el festín del triunfo preparado, pero no así el lecho de su amor: En vez de lecho encontró el túmulo en que su novia, dormida bajo el Sol, esperaba en su frente el beso póstumo de la boca que nunca en vida la besó. Y Popocatépetl quebró en sus rodillas el haz de flechas; y en una sorda voz, conjuró las sombras de sus antepasados contra las crueldades de su impasible dios. 8 1
  • 83. Q Era la vida suya, muy suya, porque contra la muerte la ganó: tenía el triunfo, la riqueza, el poderío, pero no tenía amor... Entonces hizo que veinte mil esclavos alzaran un gran túmulo ante el Sol: Amontonó diez cumbres en una escalantina como de alucinación: tomó en sus brazos a la mujer amada y él mismo sobre el túmulo la colocó; luego, encendió una antorcha, y para siempre quedóse en pie alumbrando el sarcófago de su dolor. Duerme en paz, lztaccíhuatl: nunca los tiempos borrarán los perfiles de tu casta expresión. Vela en paz, Popocatépetl nunca los huracanes apagarán tu antorcha, eterna como el amor... JOSÉ SANTOS CHOCA EL INDULTO Desde el grito de Dolores eran dos ilustres pasados, y sólo un hombre luchaba contra el poder del tirano; un hombre cuyas acciones, cuyo civismo preclaro cuyo valor y virtudes fama eterna conquistaron. Él guard6 por tanto tiempo del patriotismo sagrado . 82
  • 84. y del honor insurgentes el sublime fuego intacto. De la sierra a las ciudades, de los montes a los llanos iba al frente de sus tropas Q y de Guerrero ante el nombre se asustaban sus contrarios; como se asustan los tigres con el estruendo del rayo. Mas, .un día memorable de la crueldad en los fastos, de su valor y constancia quiso vengarse el tirano, a su hija inocente y pura, y a su esposa encarcelando para ver si así domaba su noble pecho esforzado: y no pudiendo abatirlo ni con viles represalias ni con arteros engaños, le ofreció riqueza, honores, y quiso para sarcasmo, que el padre del héroe fuera de aquel indulto emisario. Explicar es imposible en ningún lenguaje humano, los tormentos y las dudas que su pecho desgarraron, al ver que su mismo padre le suplicaba llorando, que traicionase a su patria, que marchitara sus lauros; mas era su alma de bronce, 83
  • 85. o de aquellas que proclamaron que es preferible la muerte a la paz con los tiranos. - "Padre, mi padre" -le dijo con acento sofocado, mientras con filial ternura besábale frente y manos-: "Que sacrifique en.buena hora el déspota sanguinario, para calmar su despecho los seres a quienes amo. Cada lágrima que viertan en ese martirio santo, la vengaré en los combates con sangre de sus soldados, pero no logrará nunca que ante su yugo nefando se humille mi altiva frente ni se humedezcan mis labios. iLibertad, Independencia! Me verás siempre clamando, mientras tenga por baluarte estos altivos peñascos: Hasta que cumplido sea mi juramento sagrado, o me conduzca el destino a morir en un cadalso". Y estrechándose en su seno, y conteniendo sus penas, se despidió del anciano. Largo tiempo todavía después del postrer abrazo, estuvo el guerrero ilustre 84
  • 86. Q a su padre contemplando. . . Y cuando le vio perderse tras el último barranco, camino de la montaña se fue triste y cabizbajo. GUSTAVO BAZ EL SOLDADO DE LA LIBERTAD Sobre un caballo brioso camina un joven guerrero cubierto de duro acero, lleno de bélico ardor. Lleva la espada en el cinto, lleva en la cuja la lanza, brilla en su faz la esperanza en sus ojos el valor. De su diestra el guante quita, y el robusto cuello halaga, y la crin, que al viento vaga, de su compañero fiel. Al sentirse acariciado por la mano del valiente, ufano alzando la frente relincha el noble corcel. Su negro pecho y sus brazos de blanca espuma se llenan; sus herraduras resuenan sobre el duro pedernal; y al compás de sus pisadas, 85
  • 87. Q y al ronco son del acero, alza la voz el guerrero con un acento inmortal: "Vuela, vuela, corcel mío denodado; no abatan tu noble brío enemigos escuadrones, que el fuego de los cañones siempre altivo has despreciado, y mil veces has oído su estallido aterrador, como un canto de victoria, de tu gloria precursor. Entre hierros, con oprobio gocen otros de la paz; yo no, que busco en la guerra la muerte o la libertad". "Yo dejé el paterno asilo delicioso; dejé mi existir tranquilo para ceñirme la espada, y del seno de mi amada supe arrancarme animoso; vi al dejarla su tormento, iqué momento de dolor! 86
  • 88. Vi su llanto y pena impía; fue a la mía superior. Entre hierros, con oprobio gocen otros de la paz; Q yo no, que busco en la guerra la muerte o la libertad". "El artero cortesano la grandeza busque adulando al tirano, y doblando la rodilla; mi trotón y humilde silla no daré por su riqueza, y bien pueden sus salones con canciones resonar; corcel mío yo prefiero tu altanero relinchar. Entre hierros, con oprobio gocen otros de la paz; yo no, que busco en la guerra la muerte o la libertad". "Vuela, bruto generoso, que ha llegado el momento venturoso de mostrar tu noble brío, y hollar del tirano impío 87
  • 89. o el pendón abominado; en su alcázar relumbrante arrogante pisarás, y en su pecho con bravura tu herradura estamparás. Entre hierros, con oprobio gocen otros de la paz; yo no, que busco en la guerra la muerte o la libertad". Así el guerrero cantaba, cuando resuena en su oído un lejano sordo ruido, como de guerra el fragor: "A la lid", el fuerte grita, en los estribos se afianza, y empuña la dura lanza, lleno de insólito ardor. En sus ojos, en su frente, la luz brilla de la gloria, un presagio de victoria, un rayo de libertad. Del monte en las quiebras hondas resuena su voz terrible, como el huracán horrible que anuncia la tempestad. Rápido vuela el caballo, ya del combate impaciente, 88
  • 90. Q mucho más que el rayo ardiente es su carrera veloz. Entre una nube de polvo desaparece el guerrero, se ve aún brillar su acero, se oye a lo lejos su voz: "iGloria, gloria! iYo no quiero una vergonzosa paz; busco en medio de la guerra, la muerte o la libertad!" FERNANDO CALDERÓN EN EL TEOCALI DE CHOLULA iCuánto es bella la tierra que habitaban los aztecas valientes! En su seno en una estrecha zona concentrados con asombro se ven todos los climas · que hay desde el polo al ecuador. Sus llanos cubren, a par de las doradas mieses, las cañas deliciosas. El naranjo y la piña y el plátano sonante, hijos del suelo equinoccial, se mezclan a la frondosa vid, al pino agreste, y de Minerva al árbol majestuoso. nieve eternal corona las cabezas de lztaccíhuatl, purísimo. Orizaba y Popocatépetl; sin que el invierno toque jamás con destructora mano los campos fertilísimos de ledo los mira el indio en púrpura ligera 89
  • 91. Q y oro teñirse, reflejando el brillo del sol en Occidente, que sereno en hielo eterno y perennal verdura a torrentes vertió su luz dorada. Y vio a Naturaleza conmovida con su dulce calor hervir en vida. Era la tarde: su ligera brisa las alas en silencio ya plegaba y entre la hierba y árboles dormía, mientras el ancho sol su disco hundía detrás de lztaccíhuatl. La nieve eterna, cual disuelta en mar de oro, semejaba temblar en torno de él; un arco inmenso que del empíreo en el cenit finaba como espléndido pórtico del cielo de luz vestido y centelleante gloria, de sus últimos rayos recibía, los colores riquísimos. Su brillo desfalleciendo fue: la blanca luna y de Venus la estrella solitaria en el desierto cielo se veían. iCrepúsculo feliz! Hora más bella que la alma noche o el brillante día. iCuánto es dulce tu paz al alma mía! Hallábame sentado en la famosa Cholulteca pirámide. Tendido. El llano inmenso que ante mí yacía, los ojos a espaciarse convidaba. iQué silencio! iQué paz! iOh!, ¿quién diría que en estos bellos campos reina alzada la bárbara opresión, y que esta tierra 90
  • 92. o brota mieses tan ricas, abonada con sangre de hombres, en que fue inundada por la superstición y por la guerra?... Bajó la noche en tanto, de la esfera el leve azul, oscuro y más oscuro se fue tornando: la movible sombra de las nubes serenas que volaban por el espacio en alas de la brisa: Era visible en el tendido llano, lztaccíhuatl purísimo volvía del argentado rayo de la luna el plácido fulgor y en el Oriente bien como puntos de oro centelleaban mil estrellas y mil. .. iOh!, yo os saludo, fuentes de luz, que de la noche umbría ilumináis el velo, y sois del firmamento poesía. Al paso que la luna declinaba y al ocaso fulgente descendía con lentitud, la sombra se extendía del Popocatépetl y semejaba fantasma colosal. El arco oscuro a mí llegó, cubrióme y su grandeza fue mayor hasta que al cabo en sombra'universal veló la tierra. Volví los ojos al volcán sublime que velado en vapores transparentes sus inmensos contornos dibujaba de Occidente en el cielo. . iGigante del Anáhuac! lCómo el vuelo 9 1
  • 93. o de las edades rápidas no imprime alguna huella en tu nevada frente? Corre el tiempo veloz arrebatando años y siglos, como el norte fiero precipita ante sí la muchedumbre de las olas del mar. Pueblos y reyes. viste hervir a tus pies, que combatían cual hora combatimos, y llamaban eternas sus ciudades y creían fatigar a la tierra con su gloria fueron: de ellos no resta ni memoria. lYtú eterno serás? Tal vez un día de tus profundas bases desquiciado caerás: abrumarás tu gran ruina al yermo Anáhuac; alzáranse en ella nuevas generaciones y orgullosas que fuiste negarán... Todo parece. Por ley universal, aun este mundo tan bello y tan brillante que habitamos, es el cadáver pálido y deforme de otro mundo que fue en tal contemplación embellecido sorprendióme el sopor. Un largo sueño de glorias engolfadas y perdidas en la profunda noche de los tiempos, descendió sobre mí. La agreste pompa de los reyes aztecas desplegóse a mis ojos atónitos. Veía, entre la muchedumbre silenciosa de emplumados caudillos, levantarse · el déspota salvaje en rico trono 92
  • 94. de oro, perlas y plumas recamado; y al son de caracoles belicosos ir lentamente caminando al templo la vasta procesión do la aguardaban sacerdotes horribles salpicados con sangre humana, rostros y vestidos, con profundo estupor el pueblo esclavo las bajas frentes en el polvo hundía y ni mirar a su señor osaba de cuyos ojos férvidos brotaba la saña del poder. Tales ya fueron tus monarcas, Anáhuac, y su orgullo: su vil ambición y tiranía en el abismo del no ser se hundieron, hiriendo a par al déspota y esclavo, escribe la igualdad sobre la tumba, con su manto benéfico el olvido tu insensatez oculta y tus furores sí, que la muerte, universal señora, en ella entronizarse. Oyó los gritos de agonizantes víctimas, en tanto a la fuerza pr�sente y la futura. Esta inmensa estructura vio a la superstición más inhumana. Que el sacerdote, sin piedad ni espanto, les arrancaba el corazón sangriento; miró el vapor espeso de la sangre subir caliente al ofendido cielo, y tender en el sol fúnebre velo, y escuchó los horrendos alaridos 93
  • 95. o con que los sacerdotes sofocaban el grito de dolor. Muda y desierta. ahora te ves, pirámide. iMás vale que semanas de siglos yazcan yerma, y la superstición a quien serviste en el abismo del infierno duerma! A nuestros nietos últimos, espero, sé lección saludable; y hoy al hombre que ciego en su saber fútil y vano al cielo, cual titán, truena orgulloso. Sé ejemplo ignominioso de la demencia y del furor humano. M. GUTIÉRREZ NÁJE EN LA MUERTE DEL GENERAL ZARAGOZA Pálida está la frente que con divino rayo de luz brillante circundó la gloria, al alumbrar su espléndida victoria el quinto sol del memorable Mayo; apagada la ardiente eléctrica mirada, que el enemigo de terror cubriera, que cual vivo relámpago luciera para anunciar el rayo de su espada. Está ya el labio mudo que, apenas se movía agitaba terribles batallones, 94
  • 96. o jinetes y corceles y cañones, y mandaba vencer, y se vencía; yerto el brazo nervudo, nunca el afán rendido asolación del galo aventurero, y, al envainar el victorioso acero noble sostén y amparo del vencido. Inmóvil yace, inerte, dentro del pecho frío el corazón en el valor templado, de capitán y de último soldado, noble modelo de constancia y brío. iDuerme ya el hombre fuerte en eterno letargo, el hijo que a su patria dar debía con su victoria, el más glorioso día, con su temprana muerte, el más amargo! Hoy el galo se goza, de vergüenza desnudo, viendo que el rostro nos volvió la suerte, viendo que eleve derribó la muerte al que vencer su ejército no pudo. "No existe Zaragoza, inerme está la diestra que en ocio vergonzoso, nos mantiene. Ya murió el vencedor, lquién nos detiene? iA combatir, que la victoria es nuestra!" "Las águilas augustas que ya han tendido el vuelo victoriosas doquiera en la pelea, en África, y en Asia y en Crimea, en Magenta, Pallestro y Montebello, "agitarán robustas 95
  • 97. Q sus alas majestuosas, y, atravesando raudas el espacio, irán a reposar en el palacio en que tú, bello México, reposas". "Allí, en cercano día, de Luis soldados fieles, de oro, de gloria y de placeres llenos, reclinaremos en hermosos senos nuestras frentes cubiertas de laureles". Así, con burla impía los invasores claman; y, al escuchar su risa mofadora, olvido este pesar que me devora, y la venganza y el valor me inflaman. Lloremos, mexicanos, más breve el llanto sea, y dejemos el llanto por la espada, ¡ay!, para que de Francia la mirada estas acerbas lágrimas no vea. Juntemos nuestras manos en la tumba que encierra los venerados restos del guerrero, y pronunciando nuestro adiós postrero, sólo se oigan después gritos de guerra. iGuerra, sí, patria mía! iGuerra por tus montañas, guerra por tus inmensas soledades, guerra por tus caminos y ciudades, guerra en los templos, guerra en las cabañas! Tiempo sobrará un día de llorar al que muera; el soldado inmortal que tú perdiste 96
  • 98. Q y con su grande espíritu te asiste, · no quiere llanto ya: triunfos espera. MARCELINO DÁVALOS FUSILES Y MUÑECAS CUADRO REALISTA Juan y Margot, dos ángeles hermanos · que embellecen mi hogar con sus cariños, se entretienen con juegos'tan humanos que parecen personas desde niños. Mientras Juan, de tres años, es soldado y monta en una caña endeble y hueca, besa Margot con labios de granado los labios de cartón de su muñeca: Lucen los dos sus inocentes galas, y alegres sueñan en tan dulces lazos: él, que cruza sereno entre las balas; ella, que arrulla un niño entre sus brazos. Puesto al hombro el fusil de hoja de lata, el kepis de papel sobre la frente,· alienta al niño en su inocencia grata el orgullo viril de ser valiente. Quizá piensa, en sus juegos infantiles, que en este mundo que su afán recrea, son como el suyo todos los fusiles con que la torpe humanidad pelea. 97
  • 99. o Que pesan pocó, que sin odios lucen, que es igual el más débil al más fuerte, y que, si se disparan, no producen humo, fragor, consternación y muerte. iOh, misteriosa condición humana! Siempre lo opuesto buscas en la tierra: ya delira Margot por ser anciana, y Juan que vive en paz, ama la guerra. Mirándoles jugar me aflijo y callo: lcuál será sobre el mundo su fortuna? Sueña el niño con armas y caballo, la niña con velar junto a la cuna. El uno corre de entusiasmo ciego, la niña arrulla a su muñeca inerme, y mientras grita el uno: FuEGO, F'uEGO, la otra murmura triste: DUERME, DUERME. A mi lado ante juegos tan extraños Concha, la primogénita, me mira: iEs toda una persona de seis años que charla, que comenta y que suspira! lPor qué inclina su lánguida cabeza mientras deshoja inquieta algunas flores? lSerá la que ha heredado mi tristeza? lSerá la que comprende mis dolpres? Cuando me rindo del dolor afpeso, . cuando la negra duda me avasalla, 98
  • 100. o se me cuelga del cuello, me da un beso, se le saltan las lágrimas y calla. Sueltas sus trenzas claras y sedosas, y oprimiendo mi mano entre sus manos, parece que medita en muchas cosas al mirar cómo juegan sus hermanos. Margot que canta en madre transformada, y arrulla a un hijo que jamás se queja, ni tiene que llorar desengañada, ni el hijo crece, ni se vuelve vieja. Y este guerrero audaz de tres abriles . que ya se finge apuesto caballero, no logra en sus campañas infantiles manchar con sangre y lágrimas su acero. ilnocencia! iNiñez! iDichosos nombres! Amo tus goces, busco tus cariños. iCómo han de ser los sueños de los hombres, más dulces que los sueños de los niños! iOh mis hijos! No quiera la fortuna turbar jamás vuestra inocente calma, no dejéis esa espada ni esa cuna: iCuando son de verdad, matan el alma! 99 JUAN DE DIOS PEZA
  • 101. GUADALUPE LA CH!NACA P ARA EL DR. MA.NVELF LORES QUIENM EPIDIÓ UNOS V E RSOSN ACIONALES Con su escolta de rancheros, diez fornidos guerrilleros, y en su cuaco retozón que la rienda mal aplaca, Guadalupe la Chinaca va a buscar a Pantaleón.· Pantaleón es su marido, el gañán más atrevido con las bestias y en la lid: Faz trigueña, ojos de moro, y unos músculos de toro y unos ímpetus de Cid. Cuando mozo fue vaquero, y en el monte y el potrero la fatiga le templó para todos los reveses, · y es terror de los franceses, y cien veces lo probó. Con su silla plateada,. su chaqueta alhamarada, su vistoso cachirul y la lanza de cañutos, cabalgando pencos brutos, iqué gentil se ve el gandul! . Guadalupe está orgullosa de su prieto: ser su esposa le parece una ilusión, y al mirar que en la pelea Pantaleón no se pandea, grita: iViva Pantaleón! Ella cura a los heridos con remedios aprendidos en el rancho en que nació, 1 00 -----------------
  • 102. y los venda en los combates con los rojos paliacates que la pólvora impregnó. · · En aquella madrugada todo halaga su mirada, finge pórfido el nopal, y los órganos parecen candelabros que se mecen con la brisa matinal. En los planes y en las peñas, el ganado entre las breñas rumia, trisca mugidor, azotándose los flancos, y en los húmedos barrancos busca tunas el pastor. A lo lejos, en lo alto, bajo un cielo de cobalto que desgarra su capuz, ·van tiñéndose las brumas, como un piélago de plumas irisadas por la luz. Y en las fértiles llanadas, entre milpas retostadas de calor, pringan el plan amapolas, maravillas, zempoalxochitls amarillas y azucenas de San Juan. Guadalupe va de prisa, de retomo de la misa:· que, en las fiestas de guardar, nunca faltan las rancheras con sus flores y sus ceras a la iglesia del lugar. Con su gorra galoneada, su camisa pespunteada, su gran paño para el sol, su rebozo de bolita, y una saya nuevecita y un9s bajos de charol; 1 0 1
  • 103. con su faz encantadora más hermosa que la aurora que colora la extensión; con sus labios de carmines, que parecen colorines, y su cutis de piñón; se dirige al campamento donde reina el movimiento y hay mitote y hay licor; porque ayer fue bueno el día, pues cayó en la serranía un convoy del invasor. iQué mañana tan hermosa! iCuánto verde, cuánto rosa! iY qué linda, en la extensión rosa y verde, se destaca con su escolta, la Chinaca que va a ver a Pantaleón! GUERRERO En los montes del Sur, Guerrero un día alzando al cielo la serena frente, animaba al ejército insurgente y al combate otra vez lo conducía. Su padre, en tanto, con tenaz porfía, lo estrechaban en sus brazos tiernamente y en el delirio de su amor ardiente sollozando a sus plantas le decía: -Ten piedad de mi vida desgraciada; vengo en nombre del rey, tu dicha quiero; poderoso te hará; dame tu espada. AMADO NERVO 1 02 ------------
  • 104. o -iJamás! , llorando respondió Guerrero; tu voz e�, padre, para mí sagrada, imas la voz de mi patria es lo primero! }OSÉ ROSAS MORENO HIDALGO Y MORELOS iHidalgo y Morelos, palabras radiosas! Pregunta esos nombres al monte y al plano a cielos y a mares, a todas las cosas, y así te dirán: El monte de nieve y eternos basaltos que siglos y siglos sus crestas irguió: "iMorelos, Hidalgo! ", dirá, "ison más altos, más altos que yo!" · El sol, alma fuente de vivos destellos, imán de los mundos que el Padre creó: " iHidalgo, Morelos! ", dirá "ison más bellos, más bellos que yo! " Y fuentes y prados y valles y cielos, cantando los nombres de luz de los dos, dirán con mil voces: "iHidalgo, Morelos, bendígalos Dios! " AMADO NERVO
  • 105. Q HIDALGO Sonaron las campan�s de Dolores voz de alarma que el cielo estremecía, y en medio de la noche surgió el día de augusta Libertad con los fulgores. Temblaron de pavor los opresores e Hidalgo audaz al porvenir veía, y la patria, la patria que gemía, vio sus espinas convertirse en flores. iBenditos los recuerdos venerados de aquellos que cifraron ·sus desvelos en morir por sellar la independencia; aquellos que vencidos, no humillados, encontraron el paso hasta los cielos teniendo por camino su conciencia! 1873 MANUEL ACUÑA HIMNO NACIONAL MEXICANO V OLEMOSAL COMBA T E , A LA VENGAN Z A, YEL QUEN I E GUESUPECHOA LA ESPERAN ZA, HUNDA E NEL POLVO SUCOBARDEFRENTE. CORO Mexicanos, al grito de guerra el acero aprestad y el bridón, y retiemble en sus centros la tierra, al sonoro rugir del cañón. . QUINTANA -------------· 1 04 ------------
  • 106. ESTROFA ! Ciña, ioh, Patria! , tus sienes de oliva de la Paz el arcángel divino, que en el cielo tu eterno destino, por el dedo de Dios se escribió. Mas si osare un extraño enemigo profanar con su planta tu suelo, piensa, ioh, patria querida! , que el cielo un soldado en cada hijo te dio. CORO ESTROFA il En sangrientos combates los viste por tu amor palpitando sus senos, arrostrar la metralla serenos, y la muerte o la gloria buscar. Si el recuerdo de antiguas hazañas, de tus hijos inflama la mente, los recuerdos del triunfo tu frente volverán, inmortales, a ornar. CORO ESTROFA ill Como al golpe del rayo la encina, se derrumba hasta el hondo torrente, la discordia vencida, impotente, a los pies del arcángel, cayó.
  • 107. o Ya no más, de tus hijos la sangre, se derrame en contienda de hermanos; sólo encuentre el acero en sus manos quien tu nombre sagrado insultó. CORO ESTROFA IV Del guerrero inmortal de Zempoala te defienda la espada terrible, y sostiene su brazo invencible tu sagrado pendón tricolor. Él será del feliz mexicano en la paz y en la guerra el caudillo, porque él supo sus armas, de brillo circundar, en los campos de honor. CORO ESTROFA V i Guerra! iGuerra!, sin tregua al que intente, de la Patria, manchar los blasones. iGuerra! iGuerra! Los patrios pendones en las olas de sangre empapad. iGuerra! iGuerra! En el monte, en el valle, los cañones horrísonos truenen, y los ecos sonoros resuenen, con las voces de: iUnión! iLibertad! CORO 1 06 ------------
  • 108. o ESTROFA VI Antes, Patria, que inermes tus hijos, bajo el yugo su cuello dobleguen, tus campiñas con sangre se rieguen, sobre sangre se estampe su pie. Y sus templos, palacios y torres, se derrumben con hórrido estruendo, y sus ruinas existan diciendo: de mil héroes la patria aquí fue. CORO ESTROFA VII Si a la lid contra hueste enemiga, nos convoca la tropa guerrera, de lturbide la sacra bandera mexicanos, valientes seguid. Y a los fieles bridones les sirvan las vencidas enseñas de alfombra; los laureles del triunfo den sombra, a la frente del bravo adalid. CORO ESTROFAVIII Vuelve, altivo, a los patrios hogares, el guerrero a cantar su victoria, ostentando las palmas de gloria que supiera en la lid conquistar. Tornáranse sus lauros sangrientos,
  • 109. en guirnaldas de mirtos y rosas, que el amor de las hijas y esposas, también sabe a los bravos premiar. CORO ESTROFA IX Y el que al golpe de ardiente metralla de la patria, en las aras sucumba, obtendrá en recompensa, una tumba, donde brille, de gloria, la luz. Y, de Iguala la enseña querida a su espada sangrienta enlazada, de laurel inmortal coronada, formará, de su fosa, una cruz. CORO ESTROFA X iPatria! iPatria! Tus hijos te juran, exhalar en tus aras tu aliento, si el clarín, con su bélico aliento, los convoca a lidiar con valor. iPara ti las guirnaldas de oliva! iUn recuerdo para ellos de gloria! iUn laurel para ti de victoria! iUn sepulcro para ellos de honor! CORO FRANCISCO GONZÁLEZ BOCANEGRA 1 08 ...,..... _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _
  • 110. f) � LA BANDERA Al grave redoblar de los tambores, marcando el paso con marcial donaire, la tropa marcha, desplegando al aire la enseña nacional de tres colores. -Mira, madre, prorrumpe un rapazuelo, que ciñe diez abriles por guirnalda. . ., una perla, un rubí y una esmeralda. . . , ique engaste más hermoso bajo el cielo! -Calla, niño, no sabes lo que dices, · el verde, el blanco, el rojo se han unido · para escuchar la tierra en que has nacido, donde libres y en paz, somos felices. El verde es el laurel de la: victoria, el blanco, del honor limpia azucena; y el rojo es, iay! , la sangre que en la arena regó el martirio y consagró la gloria. iEs la bandera! iMírala! Confío en que al seguir su inmaculada huella, sabrás luchar y sucumbir por ella: iTodo tu corazón dále, hijo mío! ' : JUAN DE DIOS PEZA 1 09 ____ _ ____ ___ ____ ______ _ .........._ _ _ _
  • 111. o LA BESTIA DE ÜRO La tierra adonde el Bóreas, rugiente, se encamina y el indio mar engolfa sin tregua sus espumas, para besar un flanco de la morena ondina, allí donde una máxima flor de esencia latina fue regada con sangre de nobles Moctezumas; la tierra que fue savia del viejo tronco azteca, la que heredó las artes ancestrales del Tolteca le hiló en las patrias rocas, maravillosas ruecas, las rutas siderales de la Piedra del Sol: ta que entre dos océanos, cual náyade imprevista se levantó a los ojos ardientes de Cortés y no tembló en sus fieras montañas de amatista al ver pasar el rojo corcel de la conquista entre el mortal relámpago del español arnés; la tierra de los montes azules, cuyos flancos, floridos se duplican en lagos de cristal; la de las verdes selvas y los volcanes blancos; la tierra, que en la clara luz de los cielos francos pintó con arco iris las plumas del quetzal. · Ve allá, tras los pinares del norte, la amenaza que entre la polvareda de un bárbaro tropel, hace la Bestia de Oro con su potente maza: la poderosa Bestia signos funestos traza, ebria de orgullo desde su torre de Babel. Hasta los Andes llega, como en Esquilo, el coro de los pueblos que claman temblando de terror, un crimen la vergüenza parece y el decoro. Hay que doblar la rótula frente a la Bestia de Oro y adorar al bíblico Nabucodonosor. Codo con codo, inerme bajo su garra púnica, el débil va a las horcas impías de su ley; 1 1 0 -----------
  • 112. o la potestad del dólar, es su "lmperatrix" única; se secan las olivas más verdes en su túnica y Shylock lanza trozos humanos a la grey. En este gran crepúsculo del esplendor latino, el águila de Anáhuac -águila de blasón- ve moribundo a un cuervo color de su destino que clava en lambrequines grasientos de tocino las prosapias impuras del riel y del carbón. "Time is money" ulula su resoplar de toro junto al sueño latino clavado en una cruz. iOh! , síntesis grotesca del prócer refrán moro que dijo bellamente: el tiempo es polvo de oro, colmillos de elefante y pluma de avestruz. lCómo la virgen criolla de fiera sangre hispana que ve en su historia alzarse la sombra de Colón, podrá echar al olvido su estirpe soberana? llrá, dioses crueles, como una cortesana, a perfumar los rudos cabellos de Sansón. . .? lSólo con la protesta de vago gesto agónico veremos a la bestia chafar nuestro laurel y derrumbar la estatua de bello mármol jónico. . . ? lColgadas en las frondas del sauce babilónico hará llorar el viento las liras de Israel? iOh, patria de Cuauhtémoc, insigne patria azteca! De los duros abuelos en cuya tradición hunden los férreos cascos Rocinante y Babieca, antes que al viento ruedes, cual débil hoja seca, ioh, patria infortunada, oye mi imprecación! iPopocatépetl! , icumbre paterna!, que se rompa tu frente en el fracaso de una explosión sin fin y la ciudad destruya, y el árbol y la pompa de nuestro valle espléndido como un vasto jardín. iQue el sol en los caminos del cielo, se corrompa 1 1 1