STEMI es el acrónimo de “ST elevation myocardial infartion” y hace referencia a lo que en español conocemos como SCACEST “Síndrome coronario agudo con elevación del ST”. Por su parte el término NSTEMI hace referencia a lo que conocemos con SCASEST, “Síndrome coronario agudo sin elevación del ST” ó “No ST elevation myocardial infartion”.
La elevación del segmento ST se traduce como la lesión subepicárdica o transmural acontecida por isquemia mantenida que provoca un retraso en la repolarización de todo el miocardio de la región afectada generando en el EKG esta alteración. El ascenso del ST en un EKG nos pone en alerta ante un infarto de miocardio con oclusión completa que requiere de una revascularización urgente.
No obstante, bajo este paradigma diagnóstico del STEMI actual (valorando únicamente ascensos del ST), encontramos que el 25-30% de los pacientes NSTEMI sí que tienen oclusión total en el cateterismo cardíaco tardío. Encontramos además, que si en vez de usar criterios diagnósticos de STEMI estrictos, se realiza una interpretación experta del ECG, los cardiólogos pueden reclasificar con éxito al 28 % de los pacientes con NSTEMI como pacientes con oclusión coronaria aguda que responden a la terapia de reperfusión inmediata, lo que reduce a la mitad la mortalidad a corto y largo plazo.
Desde que, en 2018 se acuñara el térmico OMI para hacer referencia al infarto de miocardio por oclusión, se ha tomado conciencia de que la elevación del ST en el ECG probablemente sea una herramienta poco fiable para detectar pacientes que se beneficiarán de la ICP, y que se requiere un cambio a un paradigma más fiable para detectar la oclusión coronaria aguda.
El término “equivalente de STEMI” se refiere a aquellos pacientes con características clínicas y de ECG preocupantes para una oclusión coronaria aguda que se beneficiarían de una intervención coronaria percutánea (ICP) inmediata, pero que en el EKG no presentan criterios estrictos de elevación del ST.
Existen patrones, por tanto, más allá de la archiconocida elevación del segmento ST, que pueden traducir oclusión total de una arteria coronaria. Estos patrones, aunque aún no se han incorporado a las pautas de ACCF y la AHA deben ser tenidos en cuenta por cualquier médico en ejercicio. En este documento expondremos cómo reconocer algunos de ellos.