1. Los hospitales concesionados, una política sesgada. El
New Public Management (NPM) que recorre la salud.
Es de conocimiento público que desde 1990 los gobiernos de Chile, independiente de cual
coalición esté de turno, han implementado un sistema de concesiones para lograr llevar a cabo
algunas políticas públicas. Respecto al sistema de salud y específicamente, su puesta en marcha en
las diferentes construcciones y administraciones de algunos hospitales, es importante entender
que esto tiene un sentido, una razón, una ideología.
La introducción del sistema de concesiones, se basa esencialmente en "liberar al mercado de
cualquier tipo de intervención de gobierno o estado que pueda limitar las posibilidades de
crecimiento de la economía basada en el mercado como principal asignador de recursos."1
De tal
manera, se logra la idea de que mantener una gestión pública con una orientación de mercado
genera resultados “costo-efectivos”, o dicho de otra forma, de mayor rentabilidad.
Quienes apoyan la política de concesiones, se basan coloquialmente en la "ineficiencia del estado"
o de manera más concisa, en la escasez de recursos públicos para financiar las necesidades de una
red hospitalaria pública. Por tanto, las concesiones vendrían a dar una oportunidad al estado para
traspasar la deuda que representan las inversiones de gran envergadura de las cuentas fiscales a
deuda de privados, haciendo ello más rentables las tareas del gobierno.
Pero, ¿Es cierto que las concesiones entregan mayor rentabilidad para el
estado?
La respuesta es No. En Chile, el estado está actualmente gastando más en concesionar que en
construir directamente a base de sus recursos o vía tradicional de construcción. ¿Por qué?
Si analizamos que la inversión por los hospitales de la Florida y Maipú para las consecionarias
asciende a US$ 313 millones, y para el Estado éste asciende a "US$ 426 millones más US$ 173
millones de dólares por concepto de la operación2
", algo simplemente no cuadra al momento de
sacar cuentas, si de ahorro y rentabilidad se trata.
Pero esto no es todo, en términos de "infraestructura las consecionarias deben cancelar US$ 2.204
por metro cuadrado, en cambio el Estado debe cancelar US$ 3.005 por cada metro cuadrado3"
. Por
lo tanto, más que ahorrar dinero, el Estado termina generando una deuda a largo plazo que en
términos de contrato se empieza a cancelar después de 4 años, dando la impresión de tranquilidad
a quienes inician el contrato, pues el impacto en las asignaciones presupuestarias no son
inmediatas.
2. ¿Quién termina ganando en todo este asunto?
Finalmente, como en otras aristas de la salud, tales como el subsidio portable, bono automático
GES, compra de servicios a privados desde FONASA, entre otros. Se proyectan lógicas basadas en
el New Public Management, que explícitamente "propone la privatización de todo lo que no sea
del giro central del Estado, o bien, todo aquello que pueda ser efectivamente llevado a cabo por
privados en lugar del Estado."1
Es así, que actualmente las políticas públicas más que beneficiar a lo
público, está provocando el desmantelamiento progresivo de éste, a través de su
desfinanciamiento4
.
Lo peor de todo, es que no es el Estado quien pierde, quienes realmente pierden son todas
aquellas personas que ven que su trabajo va hacia bolsillos privados, y que viven diariamente las
pésimas condiciones en donde se desarrolla el trabajo en muchos hospitales y consultorios de
nuestro país.
Un pequeño aporte que espera aportar a la discusión.
Alex Eduardo Ortiz Cabezas
Presidente CAA Medicina UCM
Interno MED UCM Hospital de Talca
Bibliografía
1)http://www.mednet.cl/link.cgi/Medwave/Revisiones/RevisionTemas/4780
2)http://ciperchile.cl/2013/07/12/concesiones-hospitalarias-un-sistema-en-donde-el-estado-
gasta-mas-y-no-esta-claro-por-que/
3)http://bip.mideplan.cl/bip-trabajo/index.html
4)http://www.elciudadano.cl/2011/01/06/30826/el-desfinanciamiento-cronico-de-la-salud-
publica/