1. Imperio Incaico
1.1 Ubicación geográfica
Imperio incaico o Imperio Inca conocido como Tahuantinsuyo en quechua: Tawantin
Suyu, aimara: Pusin Suyu, las cuatro regiones juntas, fue el mayor imperio o estado en la
América precolombina que se extendió por la zona occidental del subcontinente entre los
siglos XV y XVI. El centro administrativo, político y militar de este imperio se encontraba
en el Cusco, el Perú de hoy en día.
Los incas surgieron de las tierras altas del Perú en el siglo XIII. Desde el 1438 hasta
el 1533, la civilización Inca utilizó una variedad de métodos, desde la conquista en
batallas, hasta la asimilación pacífica, para incorporar una gran parte del oeste
de América del Sur, centrándose en la cordillera de los Andes, se caracteriza por la
diversidad de su ecología: costas desérticas, parajes tropicales, altiplanos secos y
fríos. El Imperio inca, ocupó un vasto territorio de esta parte de América del Sur,
actualmente muchos de estos territorios pertenecen a la República del Perú, Ecuador,
occidente de Bolivia, norte de Argentina, norte de Chile y el sur de Colombia. También
dominaron el mar; posiblemente llegando hasta la Polinesia.
Lo que si debemos saber es que los Incas como gobernantes, fueron los primeros
estadistas de la América, ya que el gobierno que implantaron, fue para beneficio de sus
súbditos: como dato interesante por los historiadores es que nunca este imperio pasó
hambre, abusos ni injusticias; a pesar que la sociedad incaica era piramidal, siempre la
cabeza actuó en beneficio del pueblo, que era la razón de ser del Estado Inca, por
mandato del dios Inti.
Aunque no se ha podido probar la hipótesis de que los incas llegaron a Oceanía,
concretamente a islas de la Polinesia, existen en la Isla de Pascua rasgos topónimos,
costumbres y vestigios arquitectónicos, inclusive se cuenta una leyenda del arribo de un
inca hasta con el nombre casi exacto en otra isla de la polinesia.
http://www.ecured.cu/index.php/Imperio_Inca
1.2 Organización social y política
Los incas gobernaron sobre múltiples culturas y etnias que en muchos casos poseían una
trayectoria más larga en el tiempo que los propios incas. Desde la capital Cuzco, el
"ombligo del mundo" en idioma quechua, el dominio incaico se extendió hacia los cuatro
puntos cardinales. El imperio se denominó Tahuantinsuyo que significa "las cuatro
regiones que se integran" y que eran: Chinchasuyo al norte, Cuntisuyo al oeste, Collasuyo
al sur y Antisuyo al este en relación al Cuzco.
La jerarquía de mando del Tahuantinsuyo era muy rígida y vertical, pues el denominado
2. Sapa Inca era quien tomaba las decisiones, secundado por los cuatro suyuyoc-apu (jefes
de cada uno de los cuatro suyos) que residían en la capital. Otros consejeros asesoraban
al Sapa Inca en materia judicial, militar o religiosa, además de un grupo de funcionarios
que, en su calidad de veedores generales del Incario, se desplazaban por todo el imperio
informando al Sapa Inca de cuanto sucedía. El Sapa Inca gozaba de todas las
comodidades imaginables y su figura era respetada y venerada por todos. Entre sus
privilegios también estaba el de poder elegir a sus mujeres entre las escogidas para tales
fines.
Cada suyo estaba dividido en provincias o huamani, cuyos límites coincidían a menudo
con las fronteras étnico-políticas preincaicas y eran encabezados por los apo o jefes. Los
huamani se descomponían a su vez en sectores o sayas al frente de las cuales estaban
los tocricoc o gobernadores. Por último, las sayas se constituían a partir de un número
variable de ayllus, el núcleo social básico andino al cual nos referiremos más adelante,
donde la autoridad era ejercida por los curacas o caciques.
En la administración del Tahuantinsuyo hay que destacar el funcionamiento de dos
principios básicos: la reciprocidad y la redistribución. La reciprocidad, de una existencia
anterior al dominio inca, era un mecanismo que operaba al interior de las aldeas y
comunidades, permitiendo la ayuda mutua, la cooperación y la regulación de los
intercambios. Así por ejemplo, las labores agrícolas eran ejecutadas por todos los
miembros de un ayllu en virtud de los lazos de reciprocidad vigentes, y el producto del
trabajo era repartido también entre todos.
El dominio inca modificó en parte esta situación, al exigir a las comunidades la entrega de
cierta cantidad de su producción (agrícola, textil, metalúrgica, etc.) al imperio y a los
almacenes del Tahuantinsuyo. Sin embargo, los funcionarios incas abastecían a los ayllus
con mercaderías obtenidas de otras latitudes, a cambio de la producción local. Eso es lo
que se llama redistribución, donde la figura del curaca cobraba una especial importancia
al constituirse en intermediario entre la reciprocidad comunal y la redistribución estatal.
En cuanto a la estratificación social el ámbito andino se presentaba como un mosaico de
diversos caciques y curacas, agrupados bajo la hegemonía de jefes de mayor rango. Bajo
el dominio incaico este esquema varió, ya que los jefes principales aceptaron la
preeminencia del Sapa Inca y reconocieron el nuevo ordenamiento estatal. Este grupo de
señores regionales, a los que se agregaban los mayores funcionarios del imperio, los
sacerdotes y algunos mercaderes, conformaban la élite del Tahuantinsuyo. Se distinguían
de los demás por el uso de llamativos aros, por lo cual recibieron el nombre de "orejones",
cuando arribaron los españoles.
El pueblo, por su parte, estaba constituido por una serie de grupos que desempeñaban
distintas funciones. Ahí se ubicaban los artesanos; los hatun runas, que eran la gran masa
campesina; los mitmaq, súbditos trasladados por los incas para colonizar zonas
conflictivas dentro del imperio; los pescadores y, finalmente, los yanas quienes eran
3. utilizados como servidores personales de la élite. El pueblo y la élite se vinculaban a
través de los curacas locales y la burocracia estatal.
El ayllu era la unidad básica de toda la organización social, cuyos miembros reconocían
antepasados comunes, aunque no constituían ni un clan ni un linaje. Cada ayllu, formado
por aproximadamente cien familias encabezadas por un curaca, poseía tierras comunales
que eran trabajadas por todos sus integrantes. Las familias tenían, asimismo, una porción
de tierra (tupu), para satisfacer sus necesidades. A partir del dominio incaico, los ayllus
también debieron cultivar tierras para el Sol (religión) y para el Inca (estado). La familia,
formada por la pareja y sus hijos solteros, era, en síntesis, una unidad de producción y de
consumo dentro de la cual se establecía la división del trabajo.
http://www7.uc.cl/sw_educ/historia/conquista/parte1/html/h72.html
1.3 Estructura política
EL INCA – “El Único”, su persona era digna de culto. Crearon el correinado o
cogobierno, hacia un reparto de funciones con el Auqui, así este último demostraba
sus habilidades para convertirse en Inca.
EL CONSEJO IMPERIAL – Formado por las máximas autoridades de los cuatro suyos
o regiones, llamados Apo Cuna o Suyo Apo, asesoraban al Inca en el gobierno, lo que
ahora sería el Consejo de Ministros.
EL APUNCHIC O TROTRICO – Era el gobernador de una provincia o wanami, tenía
pleno poder de decisión, lo que ahora sería un presidente de una Comunidad
Autónoma.
EL TUCUYRICUY- Funcionario que desempeñaba un trabajo parecido al de un juez.
Dependía directamente del Inca.
EL CURACA – El máximo jefe de un ayllu o familia, y el único responsable directo de
él ante el Inca.