Este documento ofrece 11 consejos para escribir un texto de creación literaria. Recomienda planificar la historia, personajes y sucesos antes de escribir, mantener la mano en movimiento sin preocuparse por la ortografía, y mantener el mismo punto de vista y tiempos verbales. También aconseja evitar un lenguaje telegráfico, usar adjetivos y adverbios con moderación, escribir con palabras sencillas, usar sustantivos concretos, y hacer que la historia tenga detalles y movimiento antes de revisarlo todo al final
1. DESCUBRE AL ESCRITOR QUE HAY EN TI
A la hora de escribir un texto de creación literaria, sigue estos 11 consejos:
1º Antes de ponerte a escribir, planifica mínimamente tu relato. Piensa antes cuál es la
historia que vas a contar, los personajes principales y los sucesos más importantes. Quizá incluso
sepas ya el final.
2º Una vez que empieces a escribir, no te pares: Mantén la mano en movimiento. Escribe y
escribe contando la historia con detalles y no te preocupes en exceso por la ortografía o la
puntuación. Eso lo tienes que corregir al final.
3º Mantén de principio a fin el mismo punto de vista del narrador: No saltes de la primera
a la tercera persona y viceversa en mitad de la historia, a no ser que introduzcas diálogos.
4º No cambies los tiempos verbales: Si pasas del pasado al presente sin darte cuenta de ello,
cometes un error.
5º No utilices un lenguaje telegráfico: Describe el espacio, las conversiones, los gestos y las
acciones con una cierta lógica y extensión. No seas perezoso. La idea está clara en tu cerebro, así
que pon todos los detalles que puedas.
6º Evita el abuso de onomatopeyas y puntos suspensivos: Esto no es un cómic. En el
lenguaje oral y coloquial tienen un uso fundamental y ayudan a la comunicación, pero en los
textos escritos las onomatopeyas deben ser descritas a través de sus efectos. En vez de escribir
“Esther se cayó de la silla. ¡Crash! ¡Ay!”, es mejor hacer una descripción: “La silla crujió y se
rompió haciendo un ruido seco. Esther se cayó al suelo, se golpeó en la frente y dio un grito de
dolor.”
7º Usa adjetivos y adverbios con moderación: Lo literario no consiste en recargar el
lenguaje. Evita también la anteposición de adjetivos a los sustantivos. Si yo digo: “La blanca,
esponjosa y blanda nieve caía mansamente sobre el tejado” estoy desperdiciando palabras,
porque la nieve, ya de por sí, no tiene más remedio que ser blanca, esponjosa, blanda y caer
mansamente.
8º Escribe con palabras sencillas: Para contar bien una historia no es preciso acudir a
palabras inusuales ni altisonantes, sino a la naturalidad, vivacidad y continuidad de las escenas.
Pregúntate: ¿hablan las personas de la vida real como les haces tú hablar a tus personajes dentro
del texto?
9º Usa sustantivos concretos: No se trata de hacer tesis filosóficas sobre la soledad, la guerra
o el amor, sino de contar historias imaginadas, pero concretas, empezando por los nombres
propios de los personajes, locales, calles y ciudades. En lugar de árbol, escribe pino, sauce,
acacia; en vez de coche, un Peugeot 205 rojo; no escribas un pueblo, sino Albarracín; no un niño,
sino Álvaro; no una tienda, sino Electrodomésticos Ramos…
10º Haz que tu historia tenga detalles y movimiento: Un cuento casi siempre debe contar
algo (una historia, un conflicto, una escena, un suceso). Haz que ocurran cosas (no
necesariamente tragedias) y que tus personajes se muevan y tengan gestos. Describe usando
todos los sentidos (vista, oído, olfato…). En los detalles pequeños, visuales y tangibles está
muchas veces la magia que atrapa a los lectores.
11º Revísalo todo cuando termines: Corrige, modifica, tacha lo innecesario, añade detalles y
unifica el texto. Ahora sí.
Basado en Códice, 3º ESO, editorial SM