2. "ESTA SÍNTESIS DE LA FE NO HA SIDO
HECHA SEGÚN LAS OPINIONES
HUMANAS, SINO QUE DE TODA LA
ESCRITURA HA SIDO RECOGIDO LO QUE
HAY EN ELLA MÁS IMPORTANTE, PARA
DAR EN SU INTEGRIDAD LA ÚNICA
ENSEÑANZA DE LA FE“
SAN CIRILO DE ALEJANDRÍA
Introducción
3. Santiago Apóstol del Altar Mayor de la
Iglesia de Santiago de Padrón
Esta es nuestra fe.
Esta es la fe de la Iglesia,
que nos gloriamos de
profesar en Cristo Jesús.
Esta es la fe que el
Apóstol Santiago nos
transmitió siguiendo el
mandato de Jesús (Mt 28,
18-20) y en la que ahora
nos mantenemos unidos
en comunión con toda la
Iglesia.
4. CREO EN DIOS, PADRE TODOPODEROSO, CREADOR DEL CIELO Y DE LA TIERRA
5. Creo en Dios “Escucha Israel: el Señor es nuestro Dios, el Señor
es uno solo” (Dt 6, 4)
Padre Todopoderoso “Porque para Dios nada hay imposible”
(Lc 1, 37)
Creador del cielo y de la tierra “Al principio creó Dios el cielo y
la tierra” (Gn 1, 1)
6. Señor, Tú eres la Verdad
y la Sabiduría plena
y no puedes engañarme y
acojo como verdadero
todo lo que has querido
darme a conocer.
Creo, Señor, con la Iglesia
y en comunión
con la Iglesia;
creo lo que Ella
como Madre y Maestra
me propone
para ser creído.
Quiero, Señor, adherirme
a la fe de la Iglesia
consciente y libremente,
con alegría y entusiasmo.
8. Creo en Jesucristo “Simón Pedro tomó la palabra y dijo: «Tú eres
el Mesías, el Hijo del Dios vivo»” (Mt 16, 16)
Su único Hijo “Porque tanto amó Dios al mundo, que entregó a su
Unigénito, para que todo el que crea en él no perezca, sino que
tenga vida eterna” (Jn 3, 16)
Nuestro Señor “Por lo tanto, con toda seguridad conozca toda la
casa de Israel que al mismo Jesús, a quien vosotros crucificasteis,
Dios lo ha constituido Señor y Mesías” (Hch 2, 36)
9. Señor, creo que Tú eres el Hijo único
de Dios, la segunda Persona de la
Santísima Trinidad, y compartes con
el Padre y el Espíritu la misma
dignidad, el mismo honor y la misma
gloria. Creo, que eres la Palabra
definitiva del Padre y has sido
constituido Señor del mundo y de la
historia.
Señor, hoy proclamo que Tú eres el
Mesías, ungido por el Espíritu Santo
y enviado por el Padre al mundo. En
ti se cumplen las promesas hechas
por Dios a Abrahán y su
descendencia de formar con la
humanidad entera un único pueblo
unido en torno a un único Padre.
10. QUE FUE CONCEBIDO POR OBRA Y GRACIA DEL ESPÍRITU SANTO,
NACIÓ DE SANTA MARÍA VIRGEN
11. Que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo «El
ángel le contestó: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del
Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer será
llamado Hijo de Dios”» (Lc 1, 35)
Nació de santa María Virgen “Todo esto sucedió para que se
cumpliese lo que había dicho el Señor por medio del profeta: “Mirad: la
Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrán por nombre
Enmanuel, que significa: "Dios-con-nosotros". (Mt 1,22-23)
12. Señor, Tú fuiste concebido por obra del
Espíritu Santo en el seno de María Virgen.
Tú eres Dios y hombre verdadero, perfecto
en la divinidad y perfecto en la
humanidad, en todo semejante a nosotros
menos en el pecado.
Creo que tú, María, eres verdaderamente
Madre de Dios, porque en Ti fue
concebido y de Ti nació el Hijo Eterno de
Dios, Dios mismo. Proclamo que Tú, María,
eres la siempre virgen, concebida sin
pecado original y limpia de todo pecado
personal durante tu existencia. Eres la
llena de gracia, siempre obediente a Dios,
entregada totalmente a la persona y a la
obra de su Hijo.
13. PADECIÓ BAJO EL PODER DE PONCIO PILATO,
FUE CRUCIFICADO, MUERTO Y SEPULTADO
14. Padeció bajo el poder de Poncio Pilato “Entonces Pilato tomó a
Jesús y lo mandó azotar” (Jn 19, 1)
Fue crucificado “Y, cargando él mismo con la cruz, salió al
sitio llamado de la Calavera, que en hebreo se dice «Gólgota»”
(Jn 19, 17)
Muerto y sepultado “Y Jesús, clamando con voz potente, dijo:
«Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu». Y diciendo esto,
expiró. (…) Y, bajándolo, lo envolvió en una sábana y lo colocó
en un sepulcro excavado en la roca, donde nadie había sido
puesto todavía.” (Lc 23, 46.53)
15. Señor, Tú cumpliste hasta el final la
voluntad de tu Padre Dios. Te
condenaron por blasfemo al
proclamarte Hijo de Dios. Sin
embargo fue el pecado de toda la
humanidad la causa de tu muerte y
de todos los sufrimientos de tu
pasión.
Así se cumplía el designio de Dios
Padre de entregar a su Hijo a la
muerte, para salvar a la humanidad
del pecado y reconciliarla consigo.
Señor, Tú te haces el Siervo fiel que
ofreces, libre y voluntariamente, tu
vida en obediencia al Padre y por
amor a todos los seres humanos.
Por este gesto sublime de amor
hasta el extremo nos abriste de
nuevo el camino a la comunión y la
amistad con Dios Padre.
16. DESCENDIÓ A LOS INFIERNOS,
AL TERCER DÍA RESUCITÓ DE ENTRE LOS MUERTOS
17. Descendió a los
infiernos
“Porque también
Cristo sufrió su
Pasión, de una vez
para siempre, por los
pecados, el justo por
los injustos, para
conduciros a Dios.
Muerto en la carne
pero vivificado en el
Espíritu; en el espíritu
fue a predicar incluso
a los espíritus en
prisión (...)”
(1 P 3,18-19)
Al tercer día, resucitó de entre los muertos
“Porque yo os transmití en primer lugar, lo que
también yo recibí: que Cristo murió por nuestros
pecados según las Escrituras; y que fue sepultado y
que resucitó al tercer día, según las Escrituras.”
(1 Co 15,3-4).
18. Señor, por tu muerte, liberaste a todos
los justos que esperaban al Redentor y
murieron antes que tú. Creo que ellos se
han beneficiado de la salvación y han
podido contemplar a Dios, gozar de su
felicidad.
Señor, creo que tu Resurrección es un
acontecimiento histórico, verificado
mediante signos y confirmado por el
testimonio de tus discípulos. Pero
también es un misterio que sobrepasa la
historia de este mundo: porque no es
retorno a la vida terrena sino la entrada
de tu humanidad en la gloria de Dios,
tu glorificación por el poder del Padre
en el Espíritu. Por eso ahora tu cuerpo
glorioso participa de lleno de la vida
divina y no sujeto a las limitaciones
propias de los humanos.
19. ASCENDIÓ A LOS CIELOS
Y ESTÁ SENTADO A LA DERECHA DE DIOS PADRE TODOPODEROSO
20. Subió a los cielos, y está sentado a la derecha de Dios, Padre
todopoderoso “Después de hablarles, el Señor Jesús fue llevado
al cielo y se sentó a la derecha de Dios” (Mc 16, 19).
21. Creo que eres
verdaderamente el Señor
y reinas en la gloria
eterna que te
corresponde como Hijo
Único de Dios.
Creo, Señor, que
intercedes por nosotros
incesantemente ante el
Padre y nos envías el don
del Espíritu. Señor,
mantén viva en nosotros
la esperanza que nos das
de llegar un día junto a
ti, a ese lugar que nos
tienes preparado.
22. DESDE ALLÍ A DE VENIR A JUZGAR A VIVOS Y MUERTOS
23. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos
“Nos encargó predicar al pueblo, dando solemne
testimonio de que Dios lo ha constituido juez de
vivos y muertos” (Hch 10, 42)
24. Creo, Señor, que un día volverás
en gloria, te manifestarás con
todo tu poder al universo.
Entonces pasará la figura de
este mundo, se consumará el
Reino de Dios y Tú triunfarás de
forma total y definitiva.
Señor, te proclamo como el Juez
de vivos y muertos por el poder
que has obtenido como
Redentor del mundo. Entonces
serán desvelados todos los
secretos de los corazones y los
comportamientos con respecto
a Dios y a los hermanos; cada
uno recibirá vida o condena por
toda la eternidad según sus
obras.
26. Creo en el Espíritu Santo “Pues, ¿quién puede conocer
lo íntimo del hombre, sino el espíritu del hombre, que está
dentro de él? Del mismo modo, lo íntimo de Dios lo conoce
solo el Espíritu de Dios.” (1 Co 2,11)
27. Creo que tú, Espíritu Santo, eres
la Tercera Persona de la
Santísima Trinidad, que procedes
del Padre y del Hijo y que con el
Padre y el Hijo eres digno de
recibir una misma adoración y
gloria.
Tú has sido enviado por Jesús
glorificado a la Iglesia y la
edificas, animas y santificas hasta
el final de los tiempos.
Tú habitas en el corazón de los
cristianos y los unes con Jesús, les
comunicas la vida divina y los
haces hijos de Dios. Tú actúas en
cada sacramento para nuestra
salvación. Tú nos permites llamar
a Dios Padre Nuestro.
28. EN LA SANTA IGLESIA CATÓLICA, EN LA COMUNIÓN DE LOS SANTOS
29. La santa Iglesia Católica
«Ahora yo te digo: "Tú eres
Pedro, y sobre esta piedra
edificaré mi Iglesia, y el
poder del infierno no la
derrotará"». (Mt 16,18).
La comunión de los santos
«Después de esto, vi una
muchedumbre inmensa,
que nadie podría contar, de
todas las naciones, razas,
pueblos y lenguas, de pie
delante del trono y delante
del Cordero, vestidos con
vestiduras blancas (...)»
(Ap 7,9)
30. Tú, Iglesia, eres Cuerpo de Cristo, él te ama y
se entrega por ti para purificarte y santificarte,
para hacerte madre fecunda de hijos de Dios.
Te proclamo UNA, porque tienes un mismo
origen, una misma cabeza, una misma fe.
Te proclamo SANTA, porque tu autor, Dios, es
santo; porque Cristo se ha entregado por ti
para hacerte santa y darte los medios para
santificar al mundo.
Te proclamo CATÓLICA y universal, porque
custodias la integridad y totalidad de la fe,
porque contienes y administras la plenitud de
los medios de salvación.
Te proclamo APOSTÓLICA, porque fuiste
fundada sobre la fe de los apóstoles, testigos de
tu Resurrección, porque conservas y
transmites la misma enseñanza de los
apóstoles.
32. Perdón de los pecados “ Y, dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Recibid el
Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a
quienes se los retengáis, les quedan retenidos»". (Jn 20,22-23)
33. Creo, Señor, en el don y
la potestad que has
concedido a la Iglesia
de perdonar los
pecados. Creo en el
Bautismo que es el
primer sacramento que
nos limpia de todo
pecado, pero también
en la Penitencia, por la
que nos concedes
reconciliarnos contigo y
con la Iglesia a los
bautizados que somos
pecadores.
35. La resurrección de la carne “Y si el Espíritu del
que resucitó a Jesús de entre los muertos
habita en vosotros, el que resucitó de entre los
muertos a Cristo Jesús también dará vida a
vuestros cuerpos mortales, por el mismo
Espíritu que habita en vosotros.” (Rm 8,11)
36. Proclamo mi fe en ti,
Cristo, Resucitado de
entre los muertos y
vivo para siempre.
Creo, en esperanza, de
que también mi cuerpo
débil y mortal
resucitará contigo en
tu segunda venida,
será transformado y se
convertirá en un
cuerpo incorruptible
como el tuyo.
38. Y la vida eterna.
“Y ya no habrá más noche, y no tienen necesidad de luz de lámpara ni de luz de sol,
porque el Señor Dios los iluminará y reinarán por los siglos de los siglos”. (Ap 22,5)
Amén.
“La gracia del Señor Jesús esté con todos”. Amén. (Ap 22,21)
39. Al final proclamo
mi “SI” confiado
y total a cuanto se
contiene en el
Credo. Confieso
mi fe, fiándome
completamente de
Aquel, que es el
Amén definitivo:
Cristo el Señor.
AMÉN
40. Cantemos nuestra fe y. al confesarla,
unidas nuestras voces de creyentes,
pidamos al Señor que, al proclamarla
inunde con su luz a nuestras mentes.
El gozo de creer sea alegría
de servir al Señor, y su Palabra
simiente en crecimiento día a día,
que al don de su verdad el mundo abra.
Clara es la fe y oscuro su camino
de gracia y libertad en puro encuentro,
si crees que Jesús es Dios que vino,
no está lejos de ti, sino muy dentro.
Demos gracias a Dios, que es nuestra roca,
sigamos a Jesús con entereza,
si nuestra fe vacila, si ella es poca,
su Espíritu de amor nos dará fuerza. Amén.
41. Realización: Ana María L. Álvarez
Imágenes: Sacristía de la Catedral
de Santiago de Compostela
Fotógrafo: Miguel Castaño