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Las redes sociales virtuales como nuevos espacios de ocio y de trasmisión de valores entre los adolescentes de bilbao. ana viñals blanco
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Las Redes Sociales Virtuales, como nuevos espacios de ocio y de
transmisión de valores entre los adolescentes de Bilbao
Pereda Herrero, Visitación y Viñals Blanco, Ana
Introducción
Esta comunicación pretende compartir la reflexión y los resultados del trabajo de
campo llevados a cabo por sus autoras sobre la opinión y el pensamiento de los/as
adolescentes de 14 a 16 años de Bilbao, respecto a la incorporación de las redes sociales
virtuales en sus actividades de ocio y tiempo libre. La explosión de las redes sociales ha
sido uno de los principales hitos de los últimos años. El concepto de la Web 2.0 es
imparable y el uso de estas redes en España se extiende ya a 18 millones de personas.
Son los jóvenes los principales consumidores y usuarios, utilizándolas el 70% de los
adolescentes a diario. Podemos afirmar que Internet ha superado a la televisión y al
móvil, no solamente como espacio de entretenimiento entre los adolescentes, sino
también como agente de socialización.
La economía, el desarrollo de los sectores productivos (industriales y de servicios),
la sociedad y la cultura, se articulan en la actualidad a través de las nuevas tecnologías y
especialmente del canal Internet (Castells, 2001). Su presencia en la vida cotidiana y su
transformación como actividades de ocio en sí mismas, nos plantean numerosos
interrogantes. Además, por diferentes razones, los agentes de socialización formal,
familia y escuela, han sido desplazados. De ahí la preocupación y el recelo de
educadores y progenitores ante la fuerza de Internet como nuevo agente socializador.
Las redes sociales son uno de los servicios que ofrece la red y que ha ido ganando más
terreno en los últimos años, especialmente entre los más jóvenes. Precisamente éste es
el colectivo más maleable y vulnerable frente a los nuevos medios de comunicación,
integración y socialización. Recientemente la Institución del Ararteko y el Observatorio
de la Juventud en España han publicado varios estudios en torno al tema, pero la
novedad de éste hace que sean escasas aún las investigaciones sobre el mismo y más
aún las que toman como objeto de estudio a nuestros adolescentes y jóvenes. Por ello
nos pareció que no debía estar ausente en el espacio del Ociogune 2010, dedicado a la
reflexión y debate sobre Ocio y valores en un horizonte de cambio, choque e
innovación. De ahí la propuesta de esta comunicación sobre las redes sociales virtuales,
como nuevos espacios de ocio y de transmisión de valores entre los adolescentes de
Bilbao.
A partir de aquí, se plantea el objetivo de la comunicación y de la investigación
en que ésta se asienta: “Analizar y conocer las representaciones que los adolescentes de
entre 14 y 16 años de Bilbao presentan respecto a la incorporación de las redes sociales
virtuales en sus actividades de tiempo libre y ocio y su opinión acerca de la influencia de
éstas en sus valores sociales”. El trabajo pretende dar repuesta o poder clarificar
planteamientos iníciales tales como: ¿Qué opinan los adolescentes de Bilbao que tienen
entre 14 y 16 años de las redes sociales virtuales?, ¿conocen verdaderamente su
significado?, ¿y sus riesgos?, ¿piensan que influyen en sus actividades de tiempo libre?,
¿hacen un uso correcto de ellas? o ¿consideran que influyen en sus valores sociales?
La investigación gira alrededor de la hipótesis de la existencia de una relación
entre el uso de las redes sociales virtuales por parte de los adolescentes de entre 14 y
16 años de Bilbao y sus gustos, actividades de tiempo libre, actitudes y escalas de
valores y que esta relación varía en función de la edad y del género.
Para llevar a cabo el estudio optamos por la técnica cualitativa de los grupos de
discusión, ya que dicha técnica permite conseguir una información rica y compleja, así
como abordar el objeto de estudio con mayor profundidad, desde la propia perspectiva
de los agentes implicados. Además es una estrategia especialmente útil para el estudio
y el análisis de problemáticas o de situaciones que revisten complejidad, como es el caso
(Álvarez Rojo, 1990).
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La comunicación se estructura en dos grandes partes. En la primera, de carácter
teórico, se señalan las características más importantes y la interrelación existente entre
los conceptos de Ocio, redes sociales virtuales, adolescentes, valores y representaciones
sociales. La segunda parte, de carácter práctico, recoge el trabajo de campo realizado,
se centra en los grupos de discusión llevados a cabo, en los datos obtenidos y en los
resultados y conclusiones a que se ha llegado. Por último, se presentan algunas
consideraciones y recomendaciones finales dirigidas a los diferentes agentes de
socialización y educación implicados en cada uno de los procesos de transmisión y
desarrollo a los adolescentes de valores sociales y personales.
1. Parte Teórica: El nuevo ocio digital, ¿Un Ocio humanista?
En esta parte se analizan brevemente los conceptos más afines al tema que nos
concierne. Las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación han irrumpido
en el día a día de cualquier persona de a pie y es de destacar la gran influencia de éstas
en el ocio, valores, socialización y comportamiento de los más jóvenes.
1.1. Desde un Ocio digital hacia un Ocio humanista
Resulta indudable la relación existente entre las tecnologías de la información y la
comunicación (TIC) y el ocio. Hasta hace pocos años la tecnología siempre había sido un
factor de soporte y producción de actividades y servicios de ocio (Web 1.0). Pero los
contextos han cambiado y es ahora cuando el propio usuario, condicionado por la
implantación de la tecnología, en su hábito cotidiano, además de consumidor, es
productor de actividades y experiencias de ocio (Web 2.0). Varios autores han definido
este ocio como un ocio digital o tecnológico. Se trata de un fenómeno caracterizado
por su poca sistematización y relativa novedad y evolución y, por tanto, un difícil campo
de análisis y de estudio. Las opiniones de los expertos alertan hacia el hecho de que el
poder transformador de las TIC y sus consecuencias más graves se dan en los/as
adolescentes, colectivo al que, en consecuencia, se debe prestar una mayor atención, ya
que son quienes más se mueven en estos nuevos espacios y soportes de actividades de
ocio ya existentes, pero desconocidos y poco investigados.
La fundamentación del estudio que aquí se presenta, asienta en el denominado
Ocio Humanista, entendido como una experiencia humana integra y autotélica, como
derecho, ámbito de desarrollo y realización humanos y como modo de expresión de
nuestra personalidad (Cuenca, 2000). Un ocio que no se desarrolla espontáneamente,
sino que es una vivencia basada y necesitada de formación. De ahí la importancia y
necesidad de la educación en el ocio, siendo la persona formada capaz de convertir
cada experiencia de ocio en una vivencia de Ocio integral, relacionada con el sentido de
la vida y los valores de cada uno y que cuando se comparte comunitariamente se
transforma en un fenómeno social.
Estudiar el fenómeno social y de masas de las redes sociales virtuales en Internet
desde esta perspectiva del Ocio, supone hablar, por tanto, de vivir experiencias valiosas
que implican un desarrollo personal y social. Este concepto de Ocio se hace realidad a
través de cinco dimensiones diferentes, pero no separadas: dimensión lúdica, dimensión
creativa, dimensión ambiental-ecológica, dimensión festiva y dimensión solidaria. Las
redes sociales virtuales aportan experiencias satisfactorias relacionadas con todas ellas,
pero principalmente se desarrollan las dos primeras, esto es, la dimensión lúdica y la
dimensión creativa, al tratarse, por un lado, de espacios y estructuras sociales que
ofrecen diversión (entendida como acción que distrae y que evade de los límites de la
realidad) y descanso (interpretado como separación del trabajo o de las obligaciones
escolares, en el caso de los adolescentes) y, por otro lado nuevos espacios de
autorrealización y libertad de acción, elección y comunicación.
Existen distintas clasificaciones de tipos de redes sociales virtuales. Así, Calvo
Muñoz y Rojas Llamas (2009) distingue cuatro tipos de redes sociales en función de sus
objetivos: las redes sociales de carácter personal, las profesionales, las temáticas y las de
escala local. Las más populares, principalmente entre los más jóvenes, y en las que se
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Libertad
Entretenimiento
Distracción
Valores
Fenómeno Social
Identidad Personal
Realización
Desinterés
Vivencia Personal
Derecho Humano
Fuente de Salud
Calidad de Vida
Experiencia de la persona
Formación
OCIO HUMANISTA
Fuente: Elaboración Propia
REDES SOCIALES
VIRTUALES
Moda
Medio de Comunicación
Actividad
Virtual
basa el trabajo que hemos llevado a cabo, son las primeras, generalistas u horizontales,
cuyo objetivo principal consiste en conectar a los usuarios y crear una gran comunidad.
Permiten localizar amigos, mantener con ellos un fluido contacto, saber lo que están
haciendo en cada momento y establecer nuevas amistades. Los internautas buscan,
principalmente, entretenerse y distraerse.
Estas redes permiten compartir vídeos, fotos, mandar mensajes, dejar
comentarios, hacer regalos, publicar posts (artículos, reflexiones, etc.), organizar
eventos, participar en grupos temáticos etc. Su característica más potente es el hecho
de ser libres, virtuales y de servir como espacios multi-tareas que permiten al usuario
“hipercomunicarse” (comunicarse, informarse, entretenerse, construir-mantener la red
de contactos, compartir y “cotillear”). Según el Informe de resultados del Observatorio
de Redes Sociales (2010), “Tuenti” es la red social virtual más usada entre los
adolescentes, seguida de Youtube y Fotolog. Sus principales usos son el
entretenimiento y el mantenerse informados de eventos, fiestas y quedadas. Además el
factor “moda” adquiere una especial relevancia.
No es fácil concluir si el uso que hacen los adolescentes de las redes sociales
virtuales en su tiempo libre reúne las características de un Ocio humanista y autotélico.
Conscientes de la complejidad del tema, se presenta, en el gráfico Nº 1, un análisis de
los factores que comparten ambas realidades, así como de aquellos que las diferencian.
Gráfico Nº 1: Puntos de encuentro en las Redes Sociales Virtuales y el Ocio
Humanista/Ocio Autotélico
Como se puede comprobar, las redes sociales virtuales y el Ocio humanista
coinciden en bastantes e importantes rasgos, lo que hace que no podamos descartar
que el uso de las redes sociales virtuales, en muchos de los casos se aproxime, potencie
o coincida con lo que se entiende como Ocio humanista y autotélico.
1.2. La socialización de los adolescentes en el mundo digital
Adolescentes, valores, educación y socialización son cuatro conceptos que giran
en torno a las redes sociales virtuales y que guardan entre sí una estrecha relación. Los
adolescentes son educados en sociedad, una sociedad que tiene sus propios valores y
donde aquéllos, a través de todos los agentes de socialización que les rodean, van
adquiriendo poco a poco los suyos propios. Vivimos en la denominada “cultura
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audiovisual”, caracterizada por la proliferación de las nuevas tecnologías, la
transformación en el uso del tiempo libre y de las referencias espacio-temporales,
donde las formas y medios de relacionarse y comunicarse han cambiado y donde existe
una gran proliferación de la imagen, una hipercomunicación, una proliferación del
consumo y una lucha por el poder. Por ello, es lógico que los adolescentes de hoy en
día posean una visión fragmentada de la realidad, sean impacientes (“sociedad del
click”), tengan un bajo nivel de resistencia a la frustración y lleguen a una
estandarización de marcos de referencia. Por ello García Fernández (2009) les
denomina “nativos interactivos”.
La adolescencia es una etapa del ciclo vital de cambios profundos y de gran
inestabilidad. Ya Erikson, E (1981).Cit. en A. Rubio Adolescentes y Jóvenes en la Red:
Factores de Oportunidad, clásico en el estudio de esta etapa del desarrollo, consideraba
que durante este período el chico y la chica adolescentes luchan por la construcción de
su realidad psíquica, por la reconstrucción de sus vínculos con el mundo exterior y por
su identidad. De ahí la importancia de la información difusa recibida de los agentes de
socialización, como son las redes sociales virtuales, que comienza a anteponerse a los
agentes de socialización primaria (escuela y progenitores). La adolescencia, por tanto,
se trataría de una fase de preparación, manejo de experiencias, de sensibilización para
encauzarse hacia valores y hábitos concretos. Es decir, se trata del momento más
receptivo a la influencia de los agentes de socialización informales y por ello la
necesidad de centrarnos en su análisis.
Según la distinción que realiza Philip Coombs (1968), se trata del poder de la
“educación informal”, como la educación que recibe la persona a través del uso
cotidiano de la prensa, radio y TV (redes sociales virtuales), de sus lecturas, del contacto
con los grupos sociales, de su pertenencia a un club, sindicato, parroquia o asociaciones
deportivas, de actividades de tiempo libre, de asistir a conferencias, de visitas culturales,
etc. Se trata de una educación que no es intencional, que se realiza inconscientemente,
cuyas actividades a veces son deformadoras, generalmente no sistemáticas, continuas
en su acción y dinamizadoras de varios factores sociales.
Somos seres sociales por naturaleza y la socialización es el proceso mediante el
cual el individuo adopta los elementos ocio-culturales de su medio y los integra a la
personalidad para adaptarse a la sociedad en la que vive. Los adolescentes, según
Berger y Luckman (1968), se encontrarían en la socialización secundaria.
La adolescencia hoy tiene unas connotaciones propias. Teniendo en cuenta el
contexto actual del País Vasco, los adolescentes son menos que hace diez o quince
años, además el período de adolescencia se ha extendido comenzando antes y
terminando más tarde. Viven en plena revolución tecnológica, en el campo de la
comunicación (chats, móviles, messenger, Internet, redes sociales virtuales etc.) y la
emancipación económica de la familia de origen es cada vez más tardía.
Por otra parte, los adolescentes de hoy son los primeros que, en proporciones
estadísticamente relevantes (cerca de uno de cada dos el año 2006), sufren la
separación o divorcio de sus padres. Además con la inserción de la mujer en la vida
laboral y dado que los abuelos ya no suelen habitar en sus domicilios, hay muchos
adolescentes que encuentran la casa vacía cuando llegan de la escuela. Es la generación
que más sola está creciendo, produciéndose así una autoformación a través,
básicamente, del grupo de amigos y de los diferentes medios de comunicación.
La reciente Encuesta de Valores Europeos, en su aplicación a Euskadi muestra el
creciente papel del tiempo libre en la sociedad vasca, no solamente en los adolescentes,
aunque obviamente esto tiene su traslado en los más jóvenes. Los valores materialistas,
ligados muchas veces al consumo y las modas son los que mas priman en los
adolescentes vascos, valores y contravalores que forman parte del clima social, no
exclusivos, ni creados por los menores, pero muy presentes en su entorno social. Es
obvio que la socialización incluye la formación en valores, razón por la que la
integración del conjunto de agentes de socialización, progenitores, educadores y
administraciones competentes, en el mundo virtual y de éste en la educación, suponen
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una garantía para que la educación formal, y en concreto la educación para los medios,
no queden al margen de la realidad/virtual de los adolescentes.
La necesidad de educar en valores es un tema de una trascendencia
incuestionable, aunque lleva consigo una dificultad intrínseca, porque se mueve en un
terreno no siempre firme, de lo que está bien o mal, de lo correcto o incorrecto, desde
una perspectiva ética (Cortés, 2004). Además los valores son subjetivos, cada cual tiene
los suyos, por lo que es difícil establecer una teoría material de los valores, en la que
éstos tengan una entidad objetiva. Rokeach (1973) parte de la consideración de los
valores como creencias personales de carácter prescriptivo o normativo que están
mediatizadas por el contexto social. Valor, desde el punto de vista de la educación es
un objetivo que nos proponemos, centrándonos, en este caso, en el objetivo de la
educación en el Ocio.
En la presente investigación tendría cabida, aunque no constituya nuestro objeto
de estudio, el concepto de “contravalor”, que sería todo aquello que dificultara a la
persona llegar a ser más persona y le restara humanidad. Partimos de que el ocio es un
excelente escenario para educar en valores y por ello afirmamos que las redes sociales
virtuales constituyen un excelente medio de promoción y desarrollo de valores sociales
y personales, sobre todo para los más jóvenes. Adolescentes que pasan
aproximadamente 90 minutos diarios en este tipo de redes, convirtiéndose así en
auténticas actividades de su vida cotidiana. Pese a que es totalmente cierto que el
desarrollo y la educación en valores no es exclusivo, ni mucho menos, de las redes
sociales virtuales, no por ello deja de ser verdad que las redes sociales y las
comunidades virtuales son actividades de ocio muy comunes entre los adolescentes y
jóvenes, desarrolladas con frecuencias en un medio social y que pueden llegar a
configurar determinados estilos de vida y aportar numerosos aspectos positivos en el
desarrollo integral de las personas.
Los valores sociales más propicios de alcanzar a través de las redes sociales serían
los siguientes: participación de todos, respeto a los demás, cooperación, relación social,
amistad, pertenencia a un grupo, competitividad, trabajo en equipo, expresión de
sentimientos, responsabilidad social, convivencia, lucha por la igualdad, compañerismo,
justicia, preocupación por los demás y cohesión de grupo. Como valores personales
estarían, entre otros, la habilidad, creatividad, diversión, reto personal, autodisciplina,
auto conocimiento, mantenimiento o mejora de la salud, logro (éxito-triunfo),
recompensas, riesgo, honestidad, perseverancia, autodominio, reconocimiento y
respeto (imagen social), participación lúdica, autorrealización, auto expresión y la
identidad personal.
1.3. Las representaciones sociales de las adolescentes sobre las redes sociales virtuales:
vínculo con el grupo y motivo de identidad.
La noción de “representación social” fue propuesta por Moscovici (2000), para
quien las representaciones sociales son fenómenos que necesitan ser descritos y
explicados, ya que las representaciones sociales son abstractas e invisibles, pero es
posible analizarlas a través del discurso que ese sí es concreto y viable.
Moscovici define las representaciones sociales como un "conjunto de conceptos,
declaraciones y explicaciones originadas en la vida cotidiana, en el curso de las
comunicaciones interindividuales Equivalen, en nuestra sociedad, a los mitos y sistemas
de creencias de las sociedades tradicionales; puede, incluso, afirmarse que son la versión
contemporánea del sentido común”. (1981:181). Estas formas de pensar y crear la
realidad social tienen la capacidad de dotar de sentido a la realidad social y están
constituidas por elementos de carácter simbólico, siendo su finalidad la de transformar
lo desconocido en algo familiar.
Según Moscovici, son dos los procesos a través de los cuales se generan las
representaciones sociales. El primero es definido como anclaje y supone un proceso de
categorización a través del cual clasificamos y damos un nombre a las cosas y a las
personas. Este proceso permite transformar lo desconocido en un sistema de categorías
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que nos es propio. El segundo proceso es definido como objetivación y consiste en
transformar entidades abstractas en algo concreto y material, los productos del
pensamiento en realidades físicas, los conceptos en imágenes (Moscovici, 1981).
Las aportaciones de Moscovici han supuesto una gran ayuda para entender la
dinámica de las interacciones sociales y aclarar los determinantes de las prácticas
sociales y los comportamientos, ya que los mecanismos, a través de los cuales se forman
las representaciones sociales, sirven para la definición de los grupos sociales al tiempo
que guían su acción.
No es extraño, pues, que, desde su formulación original, las investigaciones sobre
representaciones sociales hayan ido creciendo en número y se haya ido diversificando
su campo de análisis. Los estudios sobre las representaciones sociales de la ciudad y el
espacio urbano, la enfermedad mental, el cuerpo, etc. son algunos de los muchos
ejemplos que cabe citar sobre la aplicación de este enfoque al estudio empírico. Son
muy escasas, más bien inexistentes, las aplicaciones al ámbito de las nuevas tecnologías
de la información y de la comunicación y, dentro de ellas al de las redes sociales
virtuales. Sin embargo, no por ello se han de considerar menos interesantes y
necesarias.
Di Giacomo (1980) estudió el papel de las representaciones sociales en la
regulación de los comportamientos colectivos, concluyendo que los miembros de un
grupo social se reconocen como tales en términos de la distancia que juzgan que existe
entre ellos y otros grupos sociales. Esta distancia determinará el comportamiento
colectivo de esos individuos. Este planteamiento se aproxima al concepto de
“identidad”.
Los adolescentes tienen el deseo y la necesidad de sentirse parte de determinados
colectivos con que se identifican. Es por ello que comparten representaciones y
comportamientos afines. Pertenecer a una red social virtual le permite al adolescente
sentirse parte de la misma, identificarse con el grupo. ¿Puede ser esta también la
principal razón de su incorporación y mantenimiento en las redes sociales virtuales?
Más aún, ¿Está en la base de determinados comportamientos que el adolescente
exhibe, su pertenencia a estas redes? Su discurso puede conducirnos o ayudarnos a
encontrar la respuesta. Se pretende avanzar desde este discurso, hasta poder analizar
las representaciones sociales, ya que éstas hacen que sea posible la unificación de lo
individual y lo colectivo, lo simbólico y lo social, el pensamiento y la acción. La
importancia de llegar a las representaciones sociales radica en que éstas constituyen
sistemas cognitivos en los que es posible reconocer la presencia de estereotipos,
opiniones, creencias, valores y normas que suelen tener una orientación positiva o
negativa. Son sistemas de códigos, valores, lógicas clasificatorias, principios
interpretativos y orientadores de las prácticas que definen la llamada conciencia
colectiva, la cual se rige con fuerza normativa en tanto instituye los límites y las
posibilidades de la forma en que las personas actúan (Araya, 2002). En definitiva, nos
aproximan a la “visión del mundo” que el colectivo objeto de estudio posee.
2. Caso práctico: ¿Qué representaciones sociales tienen los adolescentes de
Bilbao sobre las redes sociales?
A continuación se presenta el trabajo de campo llevado a cabo con adolescentes
de Bilbao, a través de los grupos de discusión. Presentamos las conclusiones extraídas
de los discursos analizados y concluimos con la presentación de una serie de sugerencias
a los diversos agentes de socialización que forman parte de la educación en ocio de los
adolescentes.
2.1. Metodología de la Investigación
Para conocer y/o comprender actitudes, sentimientos, motivaciones, percepciones
y opiniones de los adolescentes de Bilbao, hemos llevado a cabo cuatro grupos de
discusión. Gil Flore define esta técnica como: “no directiva que tiene por finalidad la
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producción controlada de un discurso por parte de un grupo de sujetos que son
reunidos durante un espacio de tiempo limitado a fin de debatir sobre determinado
tópico propuesto por el investigador” (1992:53).
Hemos intentado conocer en profundidad la opinión de 29 adolescentes bilbaínos
y analizado su experiencia social con las redes sociales virtuales. Las variables
contempladas para formar los grupos han sido la edad y el sexo, conformando así un
grupo de siete chicos y otro de ocho chicas de entre 14 y 15 años y, por otro lado, siete
chicos y siete chicas de entre 15 y 16, todos ellos/as con uno o varios perfiles virtuales
creados en alguna red social virtual y haciendo uso habitual de ellos.
Dada la realidad en la que nos encontrábamos y el tiempo y recursos disponibles,
los chicos y chicas participantes, la selección de los participantes se llevó a cabo gracias a
la colaboración de dos colegios concertados del barrio bilbaíno de Santutxu, con
quienes se tenía una relación previa. Entendemos que se trata de una situación válida
para un estudio inicial, pero que, no obstante, estudios más amplios, con metodologías
más variadas y con otras técnicas de selección de los participantes han de ser llevados a
cabo posteriormente para poder ratificar los resultados obtenidos.
Los grupos de discusión se llevaron a cabo en las aulas facilitadas por los propios
colegios. La elección de este espacio se debió a que era un lugar cercano y conocido por
los menores, no interfería en ningún momento en su horarios escolares y era una
manera de que los propios participantes se sintiesen más cómodos en un ambiente ya
habitual. En cuanto a la duración de los diferentes encuentros, se estableció un mínimo
de 40 minutos y un máximo de 90 minutos. En un principio a las posibles personas
participantes, se les dijo que la duración de los encuentros sería de una hora, ya que se
consideraba el tiempo suficiente para tratar las cuestiones claves de la investigación y
obtener buenos resultados y para no alterar e inferir demasiado en el horario escolar
de los/as participantes. Después se prolongó algo más debido también a los momentos
de explicación inicial y cierre. Siendo una asistencia totalmente voluntaria, no
deseábamos ocasionar molestia alguna a los participantes ni a los centros. Por otra
parte se debe dejar constancia de que las personas participantes se conocían entre sí
por ser de la misma clase o al menos del mismo colegio. No obstante, la elección de
estas personas no fue realizada por las investigadoras, sino que se facilitó a los centros
los criterios para la constitución de los grupos, en el momento en el que se solicitó su
colaboración y ellos se encargaron de configurar los grupos.
2.2. Redes Sociales Virtuales, ¿espacios de Ocio autotélico para los adolescentes
bilbaínos?
Basándonos en la muestra de adolescentes investigada, creemos poder afirmar
que los adolescentes bilbaínos tienen una representación social común positiva de las
redes sociales. No obstante, previamente es necesario resaltar la importancia de tener
en cuenta la edad y el sexo en el análisis, ya que la consideración de ambas variables,
más aún en esta etapa vital aportan mucho valor a la investigación.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), considera la adolescencia como el
período de la vida comprendido entre los 10 y los 19 años. Se trata de la etapa de la
vida en la que se producen más cambios físicos y psicológicos, por lo que cada año que
pasa en este período es determinante. La presente investigación se centra en la edad
entre los 14 y 16 años, pero, aún así, y como hemos comprobado los cambios de un
año para otro en estas edades son muy notables, afectando a sus opiniones, formas de
actuar, de pensar y de relacionarse. Además no se puede dejar de lado la influencia de
la familia, amigos, colegio y contexto social, agentes decisivos en cuanto al uso y a la
importancia atribuida a las redes sociales.
Atendiendo a los resultados obtenidos, se puede decir que para los adolescentes
bilbaínos, estar con sus amigos, jugar a los videojuegos y estar en el ordenador son las
principales actividades que de su tiempo libre/ocio. Los/as más mayores, de entre 15 y
16, años siguen viendo la televisión en su tiempo libre, inclinándose más los/as más
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jóvenes por el ordenador;”Yo ahora he pasado de ver la tele a estar en el ordenador”
(Chica 15 años).
Tuenti es la red social por excelencia en estas edades y su uso se ha convertido en
una de las actividades de tiempo libre más deseadas. Las mayores diferencias de uso se
dan en función de la edad. Los más pequeños hacen un mayor uso de las redes sociales
que los más mayores y, en cambio, éstos valoran más el estar con lo amigos cara a cara
(“Yo no aguanto tres horas seguidas delante del ordenador”. Chico 16 años). Por el
contrario para los más jóvenes las redes sociales se han convertido en una herramienta
cotidiana de comunicación entre ellos/as cómoda y sencilla. Todos resaltan el valor de la
comunicación, como uno de sus principales usos: “Si no tienes Tuenti no pasa nada,
pero es que sin más…estás como incomunicado” (Chica 15 años).
Los mismos adolescentes destacan el concepto de moda como valor
materialista:”Yo me lo hice porque lo tenía todo el mundo pero luego porque está
guapo también” (Chico 15 años) o “Pero es que esa persona que no tiene Tuenti, no es
persona” (Chica 14 años). Además valoran muy positivamente el que sea “gratis” y no
tengan que gastar dinero en el teléfono móvil.
No se puede afirmar que las redes sociales virtuales sean espacios de ocio,
entendidos desde una perspectiva humanista, para parte de la muestra de adolescentes
con los que se ha estado. Es decir, pese que para la mayor parte de los adolescentes
consultados opinan que la inserción en las redes sociales les aporta experiencias
satisfactorias, que ellos mismos eligen desinteresadamente, la mayoría pasan parte de
su tiempo libre en las redes por el simple hecho de pasar el rato: “Cuando no hay nada
que hacer al Tuenti” (Chica 14 años) o “Si te aburres dices: ¿Qué hago? El Tuenti (Chica
15 años). Por tanto, parece que las experiencias de comunicación en las redes, pese a
consistir en decisiones libres, positivas y gratificantes, no son realizadas con la finalidad
de vivir experiencias de ocio valiosas: “Hemos nacido con el ordenador, no sabemos que
es tener tiempo libre y que hacer sin tener ordenador” (Chico 14 años). He ahí la
importancia de los educadores, en el sentido de valorar este tipo de actividades como
bases para impulsar prácticas de ocio gratificante, capaces de genera desarrollo
humano (Cuenca, 2006).
Por otro lado, los adolescentes encuentran en las redes sociales sus propios
espacios de “libertad”, donde se expresan libremente, alejados del control de los
profesores y los padres: “No sé… como que tenemos ahí nuestro mundo propio, para
hablar nosotros de nuestras cosas…” (Chico, 16 años) o “En el ordenador como que te
sientes libre, pero fuera ya no puedes hacer casi nada porque todo ya está prohibido o
no hay sitio” (Chico 14 años). Además, pese a que la privacidad es uno de los
principales aspectos negativos atribuidos a Internet, los adolescentes emplean las redes
sociales como espacios para su “intimidad”: “Por ejemplo si quieres contar algo íntimo a
un amigo, pues en el colegio no puedes porque estas con los demás, entonces utilizas
las redes sociales para decirle lo que le tienes que decir” (Chico 14 años) o “ (…) no es lo
mismo hablar una cosa cara a cara que con el ordenador, si son cosas más personales
las hablas por el ordenador” (Chico 15 años).
En lo referente al uso correcto de las redes sociales, los adolescentes opinan que
ello depende de los valores sociales que se tengan como personas en su vida real y de la
actitud que tengan en su día a día. Los valores sociales adoptados por cada cual como
persona es lo que hace que hagan un uso correcto o incorrecto de ellas: “Si lo utilizas
bien no tiene porque pasar nada, pero claro si eres el típico que va buscando por ahí
líos pues sí pero no creo que todos sean así” (Chico 14 años),”Hay chavalas que no
saben usarlo” (Chica 16 años) o “Si no haces nada malo con las fotos y eso o cuelgas
fotos que no sean muy íntimas o que puedan fastidiar a alguien no tiene porque pasar
nada” (Chico 14 años).
Las redes sociales virtuales, teniendo en cuenta el contexto digital en el que han
nacido los adolescentes de hoy, no son una herramienta que necesite unos
conocimientos previos para su manejo. De hecho nadie les ha enseñado a usarlas y les
resultan muy fáciles de usar, resaltando ellos mismos la facilidad de uso, como aspecto
positivo.
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En relación con el concepto que tienen del valor de la “amistad” y los amigos,
pese a que afirman que tiene 400 amigos en Tuenti, verdaderamente saben que no
todos son amigos. Aún así la competitividad que provoca la cuestión del número de
amigos que se tengan es de resaltar. Lo que nos indica la influencia de los valores
materialistas, de competitividad y de éxito, de la sociedad actual en los
comportamientos de los propios adolescentes.
Los más jóvenes reconocen que crean adicción, principalmente las chicas: ”Yo es
lo primero que abro cuando llego a casa” (Chica 15 años);”Si no hubiese existido,
también hubiésemos sobrevivido sin ellas, pero ahora que las tienes a mí que no me las
quiten” (Chica 14 años) o “Es que ya a veces es manía, llegas a casa y enciendes el
ordenador, entras en el Tuenti y si no tienes nada pues te vas” (Chica 16 años). Pero
cuando son más mayores su tiempo de uso disminuye y buscan experiencias nuevas;
“Yo entro en el Tuenti y no tengo nada y también me aburro” (Chica 15 años) o “En el
Facebook es más entretenido, el Tuenti sólo puedes cotillear a los demás” (Chica 16
años).
Podemos decir que, en torno a las redes sociales virtuales, giran numerosos
valores, tanto instrumentales como terminales, tal y como planteaban Rokeach (1973) y
Schwartz y Bilski (1987): amistad verdadera (amigos próximos que me apoyen), sentido
de pertenencia (sentimiento de que importo a los demás), igualdad (oportunidades
iguales para todos), libertad (independencia, libre elección) etc.
2.3. Reflexión final y futuras líneas de investigación
A la vista del panorama expuesto y teniendo en cuenta la justificación del estudio
en cuanto a que las redes sociales virtuales se han convertido en un fenómeno social de
masas, muy popular entre los adolescentes, pero que suele desbordar, tanto padres
como educadores, se nos ocurren algunas sugerencias y consideraciones que pueden
ayudar a éstos a entender la relación existente entre las redes sociales y los
adolescentes.
En primer lugar, como señala el “Plan Estratégico Nacional de Infancia y
Adolescencia (2006-2009), advirtiendo de las potencialidades y riesgos que la irrupción
de los medios de comunicación y las nuevas tecnologías pueden originar en el colectivo
de la infancia y de la adolescencia, es necesario garantizar su conocimiento y utilización
como instrumento de aprendizaje y desarrollo y, al mismo tiempo, garantizar las
condiciones en las que este uso tiene lugar, de forma que se respeten y protejan los
derechos de la infancia frente a los contenidos violentos, racistas o sexuales…. Ahora
bien, ésta tarea no es exclusiva de educadores y progenitores, aunque todos ellos
deben tenerla en cuenta.
En segundo lugar, es conveniente reflexionar sobre la esencia del problema, ya
que el éste no radica en qué hacen los adolescentes en este tipo de redes una gran
parte de su tiempo libre, sino que lo principal es educar a los/as adolescentes en valores
fundamentales en su vida cotidiana y conocer los porqués de este fenómeno. Las
nuevas tecnologías no influyen directamente en los valores de los adolescentes. Pese a
que es cierto que éstas se están convirtiendo en un agente de socialización importante
para ellos, “…la familia sigue siendo, como los mismos jóvenes reconocen, una y otra
vez, el espacio donde se dicen las cosas más importantes para orientarse en la vida”
(Elzo, 2006); y de ahí la importancia de la educación que se da por parte de la familia.
Por otro lado, desde el colegio también es necesario educar a los adolescentes en
su tiempo de ocio. Una educación en ocio en la que ellos mismos valoren su tiempo
libre, con el fin de que éste sea lo más humanista posible. Es necesario enseñarles a leer
los medios de comunicación, mostrándoles los riesgos que existen y como funcionan
realmente, de manera que ellos mismos sean capaces de discernir entre lo que está bien
o mal. Tal y como propone Javier Elzo (2006), siete podrían ser los valores centrales a
inculcar a los hijos: la competencia personal, la racionalidad, la distinción entre el dinero
como valor y el valor del dinero, la tolerancia y la autoridad responsable, la
permisividad y la necesaria intolerancia, en sexto lugar, la necesidad de ir más allá de la
10. OCIOGUNE 2010. Ocio y Valores: Un horizonte de cambio, choque e innovación.
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educación en valores finalistas y poner el acento en los valores instrumentales, y, en
último lugar, transmitirles la ilusión para trabajar en pro de “la utopía por un mundo
mejor”.
Además es necesario que, tanto padres como educadores, conozcan lo que los
propios adolescentes piensan de las redes sociales virtuales, ya que el que pasen tanto
tiempo en ellas es síntoma de que algo les motiva o encuentran que en otros contextos
de su vida real no tienen. Como se ha podido comprobar los adolescentes se sienten
libres en estas redes, hallan en ellas un espacio de intimidad, de reflexión, se comunican
y se respetan. Ponen en marcha muchos de sus valores personales. Además al no estar
cara a cara, el factor “vergüenza” que muchos adolescentes en esta época tiene, queda
de lado. Los padres deberían formarse en los usos más básicos de estas redes, así como
en sus riesgos más comunes, con el fin de poder hablar con los hijos sobre el tema. Y el
papel de los educadores estaría en ponerse al día de las nuevas tecnologías y plantearse
el utilizarlas como nuevos espacios educativos en la realización de diferentes
actividades. Lo realmente importante es fomentar un análisis crítico de ellas.
Para finalizar, señalar que la investigación aquí presentada se ha centrado en 29
adolescentes de Bilbao, pertenecientes a colegios concertados y del mismo barrio, por
lo que sus representaciones sociales previamente ya estaban influenciadas por diversos
factores del contexto social. Conscientes de las limitaciones a la hora de generalizar los
resultados obtenidos, entendemos necesario ampliar el estudio a otros adolescentes de
colegios públicos y privados de diferentes barrios. Además sería muy interesante
comparar el ocio de los adolescentes propios de la Web 1.0 con el presente así como
remontarnos a los años en los que los ordenadores apenas habían pasado a formar
parte de nuestras vidas cotidianas. Queda como reto, tanto para quienes las autoras de
esta comunicación, como para otras personas interesadas en el tema.
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