El documento habla sobre el apoyo a la causa de beatificación del Padre Federico Salvador y Ramón. Brevemente describe la vida del Padre Federico, incluyendo que nació en Almería, fundó la congregación de Esclavas de la Inmaculada Niña, sirvió como sacerdote y misionero, y destacó por sus contribuciones a la prensa católica. También menciona otros santos y beatos de Almería e insta a la Iglesia a dar a conocer los modelos de santidad en su historia.
CUADERNILLO DE EJERCICIOS PARA EL TERCER TRIMESTRE, SEXTO GRADO
Historias de Santidad por Manuel Pozo Oller
1.
2. APOYO A LA CAUSA DE BEATIFICACIÓN DEL PADRE FEDERICO SALVADOR Y RAMÓN
Texto del artículo titulado “Historias de Santidad” de Manuel Pozo Oller, Vicario,
publicado por el diario Ideal de Almería, el día 30 de octubre de 2006.
5. Manuel Pozo Oller
Nacido en Tíjola (Almería) el 12 de septiembre de 1954, D. Manuel Pozo Oller, fue ordenado sacerdote
el 21 de septiembre de 1979.
Luego de haber desempeñado diversas encomiendas pastorales, es Secretario general del IV Sínodo
Diocesano y párroco de las parroquias de Santa María de los Ángeles y de Nuestra Señora de Montserrat,
de la capital de Almería. También será Canónigo Capitular del Cabildo Catedral de la Encarnación.
Licenciado en Teología por la Facultad de la Compañía de Jesús de Granada, con especialidad en
Teología Pastoral, será profesor ordinario de esta materia en el «Centro de Estudios Eclesiásticos» del
Seminario Conciliar de San Indalecio, afiliado a la Facultad de Teología de Granada, y profesor en el
Instituto Superior de Ciencias Religiosas de Almería, patrocinado por la Facultad de Teología de la
Universidad Pontificia de Salamanca.
Desde el año 2007 es Vicario Episcopal para la Acción Pastoral y el Apostolado Seglar, cargo en el que
permanece como Vicario Episcopal para la Acción Pastoral, dejando el ámbito propio del apostolado de
los laicos para asumir la atención al clero, con facultades propias conforme a derecho en toda la diócesis.
6. Manuel Pozo Oller, , Vicario, “Historias de Santidad”, Diario Ideal de Almería, 30 de octubre de 2006
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Historias de santidad
Manuel Pozo Oller
HACE unos días, en el marco de la celebración solemne de la eucaristía presidida por Mons.
González Montes, se cerró el proceso diocesano del siervo de Dios P. Federico Salvador Ramón con el
que se solicita a la santa Sede el estudio de su causa para que sea incluido en el catálogo de beatos de la
Iglesia católica.
Almeriense de pura cepa, nacido en el año 1867 en la calle Regocijos de la capital y feligrés de la
parroquial de san Sebastián donde fue bautizado y pasado el tiempo celebró su primera misa.
Fundador de la congregación de Esclavas de la Inmaculada Niña (Divina Infantita), ejerció su
ministerio sacerdotal en las diócesis de Almería, Guadix y Granada. Destinado al Colegio Español en
Roma ejerció el cargo de vicerrector y desde allí partió de misionero a México.
Piadoso sacerdote y celoso evangelizador desde el púlpito y la pluma, destacó sobremanera por sus
contribuciones en la prensa escrita como director del diario católico 'La Independencia' y editor de la
revista mariana 'Esclava y Reina'.
D. Juan Alonso Varela, canónigo del Sacromonte de Granada, retrataal siervo de Dios diciendo que
«el Señor le dioel quid divinum que distingue a los artistas de los que nolo son:la facultadde ver, sentir
y expresar la belleza que hay en las cosas y sus relaciones».
En fin, un acercamiento a su vida y obra la podemos encontrar en el libro publicado recientemente
por la congregación de Esclavas de la Inmaculada Niña y el Obispado de Almería que lleva por título
'Breve antología de epistolario y escritos. P. Federico Salvador Ramón'.
Confieso que he leído este hermoso libro con emoción y verdadera fruición y me he felicitado por
contar con tan insigne paisano al tiempo que invito a la lectura del mencionado opúsculo y a su
meditación.
Sin duda, uno de los grandes signos del amor de Dios a nuestro mundo a lo largo de la historia han
sido los innumerables testimonios de santidad. Y desde nuestra situación limitada de inmanencia, no
7. Manuel Pozo Oller, , Vicario, “Historias de Santidad”, Diario Ideal de Almería, 30 de octubre de 2006
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hay mejor camino para acercarnos y entender el amor de Dios y su infinita ternura que contemplando
las vidas de los santos, hombres y mujeres de carne y hueso tocados por la gracia divina.
En efecto, desde los ojos y el corazón de Dios Amor se entiende perfectamente la abnegación hasta
el agotamiento de Pedro Claver en favor de los negros y los leprosos; de Vicente de Paúl al servicio de
los pobres; el celo hasta el extremo de san Pablo y san Francisco Javier por anunciar la salvación de
Cristo a todas las gentes; la pobreza de Francisco y Clara de Asís; la ternura de la madre Teresa para
los que son el desecho de la humanidad.
No les queda a la zaga nuestro paisano P. Federico Salvador.
Además nuestra Iglesia de Almería cuenta en nuestra época moderna, entre otros, con el testimonio
admirable de santidad como el obispo beato Diego Ventaja Milán y compañeros mártires; el Hermano
Cecilio de Fondón; el cura Valera, párroco de Huércal Overa; san José María Rubio, nacido en Dalias;
Madre Paula Gil Cano, fundadora de las religiosas Franciscanas de la Purísima, natural de Vera; beata
Dolores Sopeña, nacida en Vélez Rubio.
La Iglesia desde el primer momento ha mantenido vivo el recuerdo de santidad y martirio de
aquellos bautizados que habiendo abrazado la fe fueron fieles hasta el final con amor apasionado a Dios
y a los hombres y los ha puesto como modelos de imitación para todos los que buscan a Dios. Nuestra
iglesia almeriense no debe olvidar nunca el testimonio admirable de sus santos y debe esforzarse en
darlos a conocer y proponerlos como modelos de imitación.
Los santos son nuestros intercesores ante Dios sabiendo siempre, con palabras tomadas de san
Policarpo, que «nosotros adoramos a Cristo porque es el Hijo de Dios: encuanto a los mártires ysantos,
los amamos como discípulos e imitadores del Señor». Tenemos la convicción de que si los santos han
vivido como amigos de Dios y ahora comparten en plenitud su Amor también nosotros, con la gracia
de Dios, podremos un día alcanzar la misma suerte.