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EL ARTE ISLÁMICO
Temas:
a) La mezquita y el palacio.
b) La decoración en el arte islámico.
Ilustraciones:
1 Mezquita de Córdoba (planta e interior)
3 La Alhambra de Granada (mirador de Daraxa)
http://www.artecreha.com/nacimiento-de-la-tradicion-musulman.html
http://www.youtube.com/watch?v=P2Qrk2zt-O8
La civilización islámica surge
cuando Mahoma predica en
Arabia, desde principios del siglo
VII, su nueva religión, que reúne
verdades de estirpe cristiana, judía
y zoroástrica, junto a ancestrales
prácticas de las tribus árabes. El
Profeta unificó a los pueblos de la
Península de Arabia y fundó un
Estado teocrático, que tras su
muerte se extendió por toda
Arabia, Siria, Persia y Egipto.
Con la Dinastía Omeya (661-750) las conquistas musulmanas fueron hacia occidente,
llegando hasta la Península Ibérica. En esta etapa se estabilizaron las fronteras musulmanas
clásicas, donde se asentará su civilización y su arte, influenciado principalmente por el
bizantino.
En la época del Califato Abbasí (750-945) las fronteras políticas ya no coinciden con las
religiosas, independizándose muchas regiones. La capital se traslada de Damasco a Bagdad y
la influencia persa crece de forma notable.
La evolución política posterior trajo la preponderancia de las dinastías turcas, lo que tendrá
profundas incidencias en el ámbito cultural islámico al traer consigo influencias tártaras,
indias y chinas.
CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LA ARQUITECTURA
En su expansión los musulmanes irán adoptando las formas artísticas romanas, cristianas,
bizantinas, persas, coptas, visigodas... vigentes en las tierras conquistadas, creando un arte
plenamente oriental.
- Los edificios suelen tener poca altura, inscritos en volúmenes cúbicos. Además, se cuida la
armonía con el paisaje.
- Materiales. Los más utilizados fueron el ladrillo y la mampostería además de yeso y la
madera. La utilización de materiales pobres y poco resistentes no se deberá únicamente a su
menor coste sino que tendrá también una significación religiosa. Si solo Alá permanece, no
se puede desafiar a la divinidad pretendiendo que la obra de arte perdure. Ello explica
también la importancia concedida a la luz y sus efectos cambiantes (contrastes de luz y
sombra, brillos, entreluces), para conseguir transmitir la sensación de mutabilidad.
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- Elementos constructivos. Como elementos de soporte
se utilizan el pilar y la columna, especialmente
delgados, porque aguantan techumbres muy ligeras.
Los capiteles más utilizados son el de pencas, una
interpretación esquematizada de los capiteles clásicos
corintio y compuesto; el cúbico y el de estalactitas o
mocárabes.
El arco es también un elemento muy presente en esta
arquitectura. Los más característicos son: el arco de
herradura, el que se prolonga más allá del semicírculo y
que adoptan de los visigodos; el arco túmido o de
herradura apuntado; el arco lobulado o polilobulado,
formado por lóbulos yuxtapuestos y el arco mixtilíneo,
formado por líneas rectas y curvas combinadas.
Los espacios se suelen cubrir con techumbres planas
pero también con bóvedas, entre las que destaca la de
crucería, con la particularidad
que sus nervios no se cruzan en
el centro, sino que conforman en
él cuadrados o polígonos.
También se utiliza con frecuencia
la cúpula gallonada (la que imita
el aspecto de los gajos de una naranja).
- La decoración. Un rasgo típico de la arquitectura
musulmana es el enorme contraste que se produce entre
la austeridad del exterior y la profusa decoración interior
que enmascara la pobreza de los materiales utilizados. Estos motivos se ajustan a ritmos
compositivos definidos por la reiteración de un módulo hasta el infinito, una referencia a la
infinitud de Alá (solo lo finito es divisible). Además, su profusa utilización manifiesta también
un cierto horror vacui.
Los motivos preferentemente utilizados en la decoración islámica serán:
o Motivos vegetales (roleos, vástagos de vid hojas de acanto...), de tradición clásica y
bizantina cada vez más estilizados y abstractos. Es lo que se conoce como ataurique
(1).
o Formas geométricas (2) que suponen la representación de la Naturaleza no
miméticamente, sino en su estructura interna y que esconderán profundos
simbolismos.
o Motivos caligráficos (3). La caligrafía será un arte extraordinariamente valorado por
los musulmanes, ya que la escritura es el vehículo de la revelación divina contenida
en El Corán. La decoración caligráfica, si bien reproduce a menudo pasajes religiosos,
narra gestas de los príncipes o explica la función del edificio, no exige siempre una
lectura literal del texto.
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- Las
tipologías arquitectónicas. Los edificios más representativos de la arquitectura islámica son
las mezquitas, edificios para la oración y las celebraciones religiosas; los palacios de los
emires y califas; los baños públicos y las madrasas o centros de estudio.
LA MEZQUITA (en árabe masyid “lugar para
arrodillarse”). Es el lugar de oración y reunión de la
comunidad musulmana. La oración es uno de los cinco
preceptos con los que debe cumplir todo musulmán,
cinco veces al día, y el viernes en comunidad.
La estructura de la mezquita deriva de la casa de
Mahoma en Medina. No habrá una tipología única de
mezquita, aunque la mezquita hipóstila, en la que el
haram está formado por numerosas columnas y que
describimos a continuación será el modelo más
antiguo. A él pertenece la Mezquita de Córdoba.
La planta suele ser rectangular y en ella se distinguen
las siguientes partes:
El patio de acceso (sahn), a cielo abierto, habitualmente
porticado, en cuyo centro se dispone una fuente cubierta
con un templete para realizar las abluciones, ya que es
necesario purificarse antes de entrar a la mezquita.
En el patio también se encuentra el alminar o minarete,
una torre de planta circular o geométrica que, adosada a
uno de sus lados, desde el que el almuecín llama a los
fieles a la oración.
La gran sala de oración o haram que está dividida en
numerosas naves orientadas perpendicularmente hacia el
muro de la qibla, en dirección a La Meca, hacia donde los
fieles tienen que orientar sus oraciones.
En el muro de la qibla se abre un gran nicho vacío, el
mihrab, que simboliza la presencia espiritual del profeta
al recordar el lugar donde Mahoma se sentaba en su casa
de Medina.
También destaca el púlpito o mimbar, muy decorado, desde donde el imán dirige la plegaria
o pronuncia su sermón.
En las mezquitas más importantes, la sala de oración se enriquecía con otra construcción
cercana al muro de la qibla, denominada macsura, a la que solo podían acceder
personalidades destacadas.
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LOS PALACIOS MUSULMANES. Lejos de ser una aportación propia de su cultura, son también una
herencia de la Antigüedad clásica. Simbolizan el poder terrenal de sultanes y califas. Por lo
general, y siguiendo su modelo, solían tener una estructura cuadrangular amurallada que
aislaba la zona residencial del mundo exterior. En el centro de dicha estructura se disponía
un patio a partir del cual se organizan las diferentes dependencias. Se trata de edificios con
tres zonas bien diferenciadas: el recibidor o mexuar; las dependencias destinadas a fiestas y
actos públicos, entre las que destaca la sala del trono o diwan, sobre el que se disponía una
gran cúpula y el harén o zona íntima donde vive el señor con sus esposas.
LA VIVIENDA. Las casas que conforman el tejido urbano se organizan en torno a un patio
central.
Concebidas para el recogimiento y la intimidad, normalmente ofrecen poca comunicación
con el exterior; a veces tan solo unos balcones volados, de madera, cerrados con celosías.
Sus dependencias se adaptan a diferentes usos en relación con la climatología o el número
de invitados, por lo que requieren un mobiliario muy ligero y un carácter dinámico en su
disposición, reminiscencia de su espíritu nómada.
ESCULTURA, PINTURA Y MOSAICO
El Arte Islámico presta poca atención a la pintura y a la escultura, restringidas por motivos
religiosos. Sí son importantes las pinturas de libros, las miniaturas.
El mosaico es ampliamente utilizado en los edificios musulmanes para formar distintas
decoraciones en las paredes. Muy típicos son también los zócalos alicatados con cerámicas
policromadas.
OBRAS
EL PERÍODO OMEYA
- En la época Omeya (661-750) es muy profunda la influencia
bizantina.
- A finales del siglo VII se construyó la Mezquita de la Roca en
Jerusalén, con planta octogonal y una gran cúpula destinada
a cubrir la roca que la tradición relacionaba con el sacrificio
de Abraham.
- La Gran Mezquita de Damasco se construye a principios del siglo VIII
aprovechando un edificio cristiano preexistente, la Iglesia de San Juan
Bautista, quedando diseñado ya el modelo de mezquita.
- Entre las construcciones de carácter civil destaca el Palacio de Qusayr
Amra en el desierto de Jordania, que conserva interesantes pinturas en las
que se representa a los monarcas vencidos por los ejércitos islámicos
(incluido el visigodo Don Rodrigo) y escenas de danza, música y baños.
EL PERÍODO ABBASIDA
- En el período abbasida (desde mediados del siglo VIII) las influencias principalmente son
mesopotámicas y persas, sobre todo a partir del traslado de la
capital de Damasco a Bagdad.
- La Gran Mezquita de Samarra, de mediados del siglo IX, posee
un curioso minarete cuya rampa de acceso describe un recorrido
helicoidal que recuerda a los zigurats.
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- La Gran Mezquita de Kairuán, del siglo IX. Esta
mezquita norteafricana ofrece varios puntos de
contacto con la de Córdoba, destacando la utilización
del arco de herradura, la distribución del minarete en
cuerpos de planta cuadrada y tamaño decreciente en
altura y el uso de la bóveda gallonada.
LAS DINASTÍAS TURCAS
Los Turcos Selyúcidas
- A mediados del siglo XI la ocupación de Bagdad por los turcos selyúcidas tendrá
consecuencias importantes para el arte islámico, ya que debido a su origen asiático traen
influencias tártaras, chinas e indias.
- Fijan el modelo de las madrazas, sedes de las escuelas teológicas coránicas. Se disponen en
torno a un patio central con aljibe, al que asoman las dependencias en forma de "iwanes"
(salas abovedadas cerradas en tres de sus cuatro lados). Con frecuencia
incluyen una mezquita pequeña, que es la sala donde se imparten las
enseñanzas.
- El modelo más característico es la Mezquita de Ispahán, del siglo XI, pero
con edificaciones hasta del siglo XVII.
- También fijan el modelo de monumento funerario,
cuadrado, con gran cúpula bulbosa y decoración
externa de cerámicas esmaltadas, como el Mausoleo
de Tamerlán en Samarcanda, s. XV, o el más
moderno Taj Majal, s. XVII.
Los Turcos Otomanos
- Con los turcos otomanos, al conquistar Constantinopla, serán de nuevo
fuertes las influencias bizantinas, las de Santa Sofía en particular, que
rápidamente fue convertida en mezquita.
- La cúpula recupera su verdadero valor arquitectónico y no únicamente
decorativo, siendo flanqueadas éstas por unos característicos minaretes
afilados. Ejemplos: la Mezquita de Solimán el Magnífico, del XVI, y la
Mezquita Azul, de principios del XVII.
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EL ARTE ISLÁMICO EN ESPAÑA
http://www.youtube.com/watch?feature=player_detailpage&v=9vRDalDEiao
El Arte Islámico encuentra en España su más perfecta evolución gracias a la superior
iniciativa artística de los hispanomusulmanes.
Es patente la unidad entre Al-Ándalus y el Norte de África.
EL EMIRATO DEPENDIENTE DE DAMASCO (hasta el 756)
- Al-Ándalus, cuya conquista por los árabes comenzó en el 711, permanecerá sometida hasta
el 756 al Califa de Damasco.
- Es una etapa de consolidación en la que el arte todavía reviste poco interés.
EL EMIRATO INDEPENDIENTE (756 – 929) Y LA ÉPOCA CALIFAL (929 – 1031): EL ARTE DEL
PERÍODO CORDOBÉS
- El Arte del Período Cordobés se desarrolla durante el Emirato Independiente (a partir de
Abd-al-Rahmán I) y el Califato de Córdoba (a partir de Abd-al-Rahmán III).
- Las mezquitas y los palacios serán los máximos exponentes del arte islámico cordobés, con
elementos hispanorromanos (aparejos a soga y tizón, aprovechamiento de columnas) y
sobre todo visigodos (arco de herradura, alfiz que enmarca el arco, etc.).
INFORMACIÓN SOBRE LA MEZQUITA DE CÓRDOBA
http://www.youtube.com/watch?feature=player_detailpage&v=R6MSXNRKJpc
http://www.youtube.com/watch?feature=player_detailpage&v=4CEwr7grzvE
7. 1
La mezquita de Córdoba es un monumento excepcional y único, por sus dimensiones, su
riqueza artística y su magnífico estado de conservación. Es el edificio más emblemático de la
época omeya y, junto con la Alhambra, el más importante que dejaron los musulmanes en
España.
Se trata de una construcción que irá sufriendo sucesivas ampliaciones a lo largo de un
amplio período de tiempo, a medida que Córdoba crezca en población y aumente su
prestigio político y económico.
Es un edificio religioso en piedra, ladrillo y madera.
La planta en la actualidad forma un rectángulo de 130 x 180 m, configurado por un muro en
el que se abren algunas puertas de acceso como la del Perdón y la de San Esteban, lo que le
da cierto aspecto de fortaleza. Se compone de un gran patio (el Patio de los Naranjos) en el
lado norte, que ocupa casi un tercio del total de la superficie, y de un espacio interior
resultado de sucesivas ampliaciones.
La construcción se inicia en el año 785 impulsada por Abd al Rahmán I, único superviviente
de los Omeyas, masacrados por sus adversarios políticos, los Abasíes, que había llegado a
España en el año 755. Esta primera mezquita constaba de once naves, perpendiculares al
muro de la qibla (que en España, sin embargo, no está orientado hacia La Meca, sino hacia el
sur, la dirección que había que tomar para dirigirse a La Meca, aunque, según algunos
autores podía deberse al influjo de las mezquitas sirias, orientadas hacia el sur).
Fue edificada sobre el solar de la antigua iglesia visigótica de San Vicente, que hasta el
momento compartían musulmanes y cristianos, aprovechando parte de sus muros, así como
algunas columnas y capiteles.
Debe destacarse la originalidad de los soportes, ya que, dado que estas columnas tenían
muy poca altura se dispusieron sobre ellas unos pilares de base rectangular que servían de
apoyo a los arcos que sostenían el tejado. De este modo se constituía un sistema de arcos
dobles: en la zona inferior un arco de herradura que actúa como arco de entibo o tirante, y
en la zona superior un arco de medio punto. Se ganaba así en altura, sin perder por ello
estabilidad. Además, la alternancia de ladrillos para las dovelas rojas y el uso de piedra para
las blancas aumentó el esplendor de esta arquería. Este tipo de soporte se convertirá en uno
de los elementos más significativos de la mezquita, aunque existía ya un antecedente a esta
solución en el acueducto de Mérida.
A la muerte de Abd al Rahmán I, Hisem I continúa las obras y levanta el primitivo
alminar, posteriormente derribado.
El crecimiento de la ciudad obliga a Abd al Rahmán II a llevar a cabo la primera ampliación
que se termina en el año 848 a.C. El haram se prolonga hacia el sur (hacia el río) en ocho
tramos.
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En el siglo X se produce el momento de máximo esplendor de la cultura musulmana
andalusí. El emir Abd al Rahmán III asume el título de califa e independiza Al-Andalus no
solo del poder político, sino también del poder religioso del Imperio Abasí. Se inicia así la
etapa califal, desde el año 929 hasta el 1031. Con su reinado, y con el de su hijo Al-Hakam II,
Córdoba se convierte en uno de los centros culturales y artísticos más importantes de su
tiempo.
Abd al Rahmán III amplía el patio o sahn y construye un magnífico alminar de planta
cuadrada y doble caja de escaleras, que hoy se conserva en el interior de la torre de la
catedral.
Pero la reforma de mayor suntuosidad y belleza será la llevada a cabo por su hijo y sucesor,
Al-Hakam II, hombre de gran sensibilidad, con quien el Califato de Córdoba alcanzó
su apogeo en las artes y las letras. A partir del año 962 se comienza una obra ambiciosa que
ampliará hacia el sur el haram en otros doce tramos, y levanta una nueva qibla (doble), la
que actualmente tiene la mezquita. Introduce también capillas lucernario que resaltan el eje
central e iluminan un espacio que se había ido haciendo más oscuro, tres en línea frente al
mihrab y una en la nave central (configurando una planta en T). Todas ellas están cubiertas
con bóvedas de nervios que no se cruzan en el centro, cerrándose la zona central por una
pequeña cúpula gallonada. Están enteramente revestidas con ricos mosaicos de brillante
policromía con decoración vegetal y epigráfica, realizados por artistas bizantinos. Por último,
se abre un mihrab de planta octogonal de singular riqueza, decorado con mármol
y revestimientos bizantinos enviados por Nicéforo Focas, basileus bizantino.
Importante novedad fue también el uso de los arcos lobulados y entrecruzados que forman
pantallas caladas.
La última ampliación de la mezquita, realizada en el año 987, se debe a Almanzor,
que aumentó en ocho el número de naves hacia el este, en toda la longitud del patio y la sala
de oraciones, al no poderse ampliar más el haram hacia el sur, lo que descentró
completamente el eje axial del mihrab. Dicha ampliación, sin embargo, no aporta ninguna
novedad a los sistemas y materiales ya utilizados.
El Palacio de Medina Azahara. De la época califal nos ha
llegado una muestra de arquitectura civil muy
importante, el palacio que Abd-el-Rahmán III edificó en
las cercanías de Córdoba (Medinat al-Zahra).
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- Las formas arquitectónicas son
parecidas a las de la mezquita: arcos
de herradura, decoración de
ataurique y albanegas, alfiz hasta las
impostas, etc.
- Original es el típico capitel califal,
llamado de nido de avispa, que es una imitación del corintio clásico, pero realizado con la
técnica bizantina del trépano profundo.
- Fue una de las obras más grandes del arte musulmán español, en la que trabajaron artistas
de África y Constantinopla, aunque poco nos ha quedado. Documentos de la época hablan
de sus características y riqueza decorativa (además de las citadas arriba): vastas
proporciones, grandes salones decorados con mosaicos, placas de mármol y alabastro
decoradas con ataurique y lacería...
La Mezquita de Bab-el-Mardum. Mezquita toledana
del siglo X, desde el XII es la Iglesia del Cristo de la
Luz.
Esta pequeña mezquita es de planta de cruz griega
inscrita en un cuadrado, según modelos bizantinos o
visigodos. La decoración exterior es del rico estilo de
Al-Hakam II, con arcos lobulados y entrecruzados, y
un friso de ladrillo con decoración geométrica (es típico de Toledo el empleo de piedra y
ladrillo). El interior se cubre con bóvedas de nervios no cruzados en la clave.
EL ARTE DEL PERÍODO DE LOS REINOS DE TAIFAS (1031 – 1237)
En el siglo XI se produce la fragmentación del Califato en multitud de Reinos de Taifas. Ahora
va a haber más centros que siguen los fastuosos gustos artísticos musulmanes. Los
materiales de construcción siguen siendo pobres, pero sigue la multiplicación de la riqueza
decorativa externa.
a) La Aljafería de Zaragoza. Se acentúa el barroquismo
del estilo cordobés, complicándose sobre todo los
arcos, ahora mixtilíneos, con una mezcla de sectores
rectos y convexos, sin ningún valor constructivo,
construidos en yeso, entrelazándose cada vez con mayor frecuencia y recargamiento.
b) Alcazabas. Son las fortalezas-vivienda del gobernador.
Ejemplos, la Alcazaba de Málaga, o las de Almería y Granada.
Son característicos los arcos de herradura apuntada, los pilares
abbasidas y los arcos de lóbulos entrecruzados.
c) Bañuelos. Salas de baño, ejemplos, el Bañuelo de Granada, el de
Baza o el de Palma de Mallorca.
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EL ARTE DE ALMORÁVIDES Y ALMOHADES
El Arte de los Almorávides. Invasores norteafricanos, reformistas ortodoxos religiosos, que
unifican Al-Andalus entre el 1.075 y el 1.146. Aunque los principales ejemplos de
arquitectura almorávide no se encuentran en España, sino en el norte de África, introdujeron
algunos nuevos rasgos estilísticos que influirán en el arte islámico de Al-Andalus:
o Mocárabes: como estalactitas que bajan de las cúpulas o arcos, con forma de lazos o
prismas.
o Arcos de cortina (dos porciones de circunferencia con centros exteriores y que se cruzan
en la clave formando ángulo) y de herradura apuntada.
o El alfiz suele cortar el arco por sus lados.
o Las bóvedas con nervaduras cada vez más finas.
o Utilizan más el pilar que la columna.
o Uso de cerámicas vidriadas.
o En sus residencias tienen un especial relieve los jardines, fuentes y estanques,
anticipando el gusto granadino.
El Arte de los Almohades. Los Almohades fueron un imperio berebere norteafricano que
dominó la España musulmana, que se había fragmentado de nuevo en reinos de taifas ante
la desaparición del poder almorávide, en las últimas décadas del siglo XII y la primera mitad
del siglo XIII.
Características:
o Uso de abundante decoración, enmascarando el nítido esquema constructivo.
o Cubren los espacios lisos con "paños de sebka" (redes de rombos).
o El alfiz llega hasta el suelo.
o Los vanos son encerrados en arcos sin función constructiva.
o Conservan algunos rasgos almorávides: el uso de la cerámica vidriada, los mocárabes, el
arco de herradura apuntada, la preferencia del pilar más que la columna.
Santa María la Blanca de Toledo. Mezquita mudéjar. Tiene pilares ochavados, de ocho
lados iguales, y capiteles a trépano profundo muy ricos (nido de avispa cordobés). Los arcos
son de herradura, pero sobre ellos hay un friso de arcos lobulados decorativos. Original es la
aparición de la lacería geométrica.
La Giralda de Sevilla. La obra más importante de los Almohades en
España, del siglo XII, es la Mezquita de Sevilla, de la que sólo
conservamos el alminar, conocido con el nombre de La Giralda.
Es original por su decoración: la costumbre de entrecruzar los arcos
mixtilineos y lobulados ha llevado a crear un sistema ornamental
típico, las redes de rombos o "paños de sebka". El cuerpo superior está
oculto por la obra renacentista del siglo XV.
La Torre del Oro. Fortificación que vigilaba la entrada de Sevilla por el
río. Es de planta dodecagonal, pero lo más original es su cubierta, con
tramos triangulares y cuadrados. Estuvo decorada con azulejos
dorados al exterior, de ahí su nombre actual.
EL ARTE NAZARÍ
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INFORMACIÓN SOBRE LA ALHAMBRA DE GRANADA
http://www.youtube.com/watch?feature=player_detailpage&v=_6O5l416EPk
http://www.youtube.com/watch?v=4clzxrDPlao&feature=player_detailpage
http://www.alhambradegranada.org/historia/alhambraMDaraxa.asp
El reino nazarí de Granada fue el último reducto musulmán en la Península, entre 1232
y 1492, cuando los Reyes Católicos conquistan la ciudad. Sus territorios abarcaban junto a
Granada, las tierras de Almería y Málaga, la Andalucía alta y montañosa. Durante este
periodo habrá que destacar el esplendor de sus manifestaciones artísticas, siendo el siglo XIV
el de mayor auge.
La Alhambra constituía una auténtica ciudadela, esto es, una ciudad dentro de la populosa
ciudad de Granada. Contaba con todos los medios necesarios para desarrollar en ella la vida
cotidiana, y con una ubicación privilegiada, pues constituía una zona inexpugnable.
Ubicada a unos 150 m. de altitud con
respecto a la parte baja de la ciudad,
presenta planta irregular por tener que
adaptarse a las condiciones del terreno,
siendo su longitud de 740 m. Está rodeada
por una muralla que se extiende 1.400 m.,
doble en algunos tramos, en la que se insertan 27 torres de muy variada forma, tamaño y
función; aunque la mayoría eran defensivas, otras tenían en su interior viviendas, como por
ejemplo la del Peinador de la Reina o la de las Infantas.
Al interior del recinto se accedía por cuatro puertas: Puerta de las Armas, del Arrabal, De los
Siete Suelos y de la Justicia. La Puerta de las Armas era el acceso principal, utilizado
normalmente por los ciudadanos. El nombre de la puerta le viene de que tenían que dejar
las armas para acceder al interior. Presenta un arco de herradura apuntado enmarcado por
un alfiz. Con el tiempo, la Puerta de la Justicia se convirtió en la entrada más importante a la
Alhambra, y es la más monumental y mejor conservada. También tiene un arco de herradura
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apuntado con alfiz, y en su clave aparece una mano que al parecer simboliza los cinco
preceptos del Corán.
Dentro de esta ciudad cortesana que es la Alhambra se aprecian tres zonas claramente
diferenciadas: Alcazaba (función defensiva), Palacios y ciudad cortesana.
La ciudad palatina de la Alhambra albergaba seis palacios y otras dos torres-palacios, pero
sólo han llegado hasta nuestros días los Palacios de Comares y de los Leones, obras de los
dos grandes reyes constructores del siglo XIV: Yusuf I y Muhammad V.
El nombre de esta ciudad-palacio proviene de Qalat-al-hamra, (la fortaleza roja), por el color
de las tierras donde se establece. Sus obras las inicia Muhammad I, conquistador de Granada
y fundador de la dinastía nazarí, en el siglo XIII para ser la residencia de los primeros reyes
nazaríes. Sin embargo, quienes impulsarán su construcción serán Yusuf I y Muhammad V, ya
en el siglo XIV, que crearán un edificio en el que se conjugue el aspecto fortificado con un
destino bien diferente, el del ocio principesco. El último rey que residió en ella fue Boabdil.
La planta, compleja, se estructura en torno a dos patios rectangulares, el patio de
los Arrayanes o de Comares y el patio de los Leones que, dispuestos perpendicularmente,
constituyen los espacios centrales descubiertos en torno a los cuales se organizan las
distintas dependencias.
El Patio de los Arrayanes,
centro de una de las zonas
más hermosas del palacio, es
el patio principal del llamado
Palacio de Comares. Se trata
de un patio rectangular con
un estanque alargado. En los
lados menores de este patio
se abren pórticos sobre finas
columnas de mármol
rematadas por dos tipos de
capiteles: uno formado por
hojas de acanto muy
estilizadas y el otro con
decoración de mocárabes.
Sobre estos soportes, arcos
de medio punto ligeramente
apuntados con dos tipos
de decoración: festones en el
intradós (el llamado arco
angrelado) o con decoración
de mocárabes. Estos arcos no
tienen realmente una función
estructural sino que se trata
de auténticas pantallas
visuales.
Desde el Patio de los Arrayanes se accede al
famoso Torreón de Comares, obra de Yusuf
I, donde se encuentra el Salón del Trono o de
Embajadores. El enorme grosor de las paredes
de esta torre permite abrir en los lados norte,
este y oeste, tres alcobas en cada uno de ellos.
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En la situada en el lado norte, justo enfrente del arco de entrada a la torre se encontraba el
Trono de Yusuf. En este Salón los sultanes granadinos celebraban sus actos solemnes. La
decoración es la habitual en el conjunto palacial: zócalo inferior de alicatados y sobre él
decoración de yeserías que emplea todo tipo de recursos ornamentales (lacería, ataurique y
caligráfica). Se cubre el espacio con una enorme techumbre de madera, formada por más de
8.000 piezas de madera que lo convierten en una de las joyas del arte islámico con
decoración de mocárabes en el cubo central, y estrellas de ocho y dieciséis puntas, más siete
círculos concéntricos en los faldones. Podría tratarse de una representación simbólica de los
siete cielos del paraíso islámico, con el trono de Alá situado en el octavo cielo (el cubo
central decorado con mocárabes).
Al este del Palacio de Comares se localiza el Baño Real con las dependencias características
de una terma o baño: el apodyterium o vestuario, el caldarium y el tepidarium o sala
templada, de masajes y relajación. En la sala caliente se abren claraboyas cenitales de forma
estrellada en las bóvedas.
El patio de los Leones constituye el centro del palacio
del mismo nombre que lo mandó construir Muhammad
V. Es un espacio abierto, rodeado de un pórtico, en el
centro del cual se encuentra una fuente rodeada por
doce leones (recientemente restaurados).
Presenta una estructura cruciforme, con dos templetes
en los lados menores, que avanzan hacia el patio.
Su interés no es solamente estético sino también
simbólico, ya que para los musulmanes el jardín
constituye una imagen del paraíso. A su vez, los doce
leones se identifican con los doce soles del zodíaco, los
doce meses que, en la eternidad, existen
simultáneamente.
Alrededor de este patio destacan la Sala de
las Dos Hermanas, la Sala de los
Abencerrajes que servía de aposento a los
banquetes y festines de invierno y la Sala
de los Reyes, con una inusual decoración
pictórica ideada para organizar los
banquetes y fiestas de verano.
La sala de las Dos Hermanas presenta un
espacio central de planta cuadrada, con
función de mexuar o sala del consejo de
visires, cubierto con cúpula de mocárabes
sobre tambor octogonal, flanqueado por
tres salas laterales, y al fondo se abre el
mirador de Lindaraja o de Daraxa, como
sala del trono, desde el cual (los jardines
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con su fuente se hallaban abiertos sobre Granada antes de las reformas del emperador
Carlos V) el sultán podía contemplar la capital del sultanado. Es uno de los espacios de todo
el recinto con mayor riqueza decorativa.
Imágenes de la Sala de los Abencerrajes:
El arte realizado en este periodo se
caracteriza por su esplendor
decorativo, que contrastará con
exteriores muy sobrios. Aunque los
materiales utilizados para la
construcción, como la mampostería, la
madera y el ladrillo, sean pobres y
ligeros, quedan ocultos por la
suntuosidad decorativa con que luego se recubren.
Los motivos fundamentales son epigráficos y geométricos y
se realizan sobre yeso o madera, mientras que las zonas
bajas de las paredes se decoran con alicatados de vivos
colores.
La mayoría de los arcos empleados tienen una función
exclusivamente decorativa. El más frecuente es el de medio
punto peraltado, ligeramente apuntado con el intradós
festoneado (se conoce como arco angrelado) y el arco cuyo intradós está decorado con
mocárabes.
El tipo de columna característica está formada por una basa muy sencilla, un esbelto y fino
fuste cilíndrico y un capitel precedido de varios collarinos. Destaca el capitel cúbico
decorado con mocárabes.
En cuanto a las tipologías arquitectónicas, decae la arquitectura religiosa y adquiere
mayor importancia la arquitectura residencial (casa o palacio). Elemento fundamental en su
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planta será el patio con jardín o alberca, con pórticos a los lados que dan paso a las
dependencias interiores.
Característica importante de esta arquitectura es la integración del agua y la Naturaleza en
el arte.
Los monarcas granadinos poseían también una residencia veraniega
situada frente a la Alhambra conocida como el Generalife. En él, los
jardines, estanques y huertas alcanzan su máximo desarrollo reflejando
algunos de los principios estéticos del arte musulmán: la perfecta
interrelación entre arquitectura y naturaleza; el dinamismo visual de los
juegos de luz y de transparencias conseguidos con los recursos de la
arquitectura; la transitoriedad e inestabilidad de los reflejos obtenidos
con el fluir del agua...
EL ARTE MUDÉJAR
http://www.youtube.com/watch?v=xLuE7w1Zszo&feature=player_detailpage
El arte Mudéjar aragonés:
http://www.youtube.com/watch?feature=player_detailpage&v=6OBaeI0-2Ow
El término “mudéjar” hace referencia a la población musulmana que vive bajo dominio
cristiano tras la conquista de su territorio, a cambio de un impuesto, conservando su religión
y un estatus jurídico propio.
El mudéjar es un arte, a veces, no bien enclavado en la Historia del Arte pues unos
historiadores lo ven como un epígono del arte islámico y otros como un periodo del arte
cristiano en el que aparece la decoración islámica. Sin embargo el arte mudéjar es una nueva
realidad artística, ni islámico ni cristiano, sino un producto del “maridaje”, como dijo Amador
de los Ríos, “de lo musulmán y lo cristiano”.
Estamos, por lo tanto, ante una expresión
plástica nueva y singular, un arte en gran
medida funcional caracterizado por el
empleo de materiales económicos como
el ladrillo, el yeso, la cerámica y la madera
en el seno de sistemas de trabajo muy
versátiles. Todo ello se adaptaba perfectamente al desarrollo de formas artísticas dominadas
por la esencial importancia otorgada a los elementos decorativos, a menudo repetitivos, sin
límites espaciales definidos, ocupando toda la superficie ornamental mediante paños de
arquillos entrecruzados denominados "sebka", composiciones geométricas con lacerías y
estrellas, empleo de cerámica vidriada, elementos vegetales estilizados, etc.
Algunas claves de este arte:
• El arte mudéjar es producto de la convivencia pacífica de musulmanes, judíos y cristianos
que se produjo en la España Medieval. Es una creación artística peculiar del arte hispánico y
uno de sus rasgos más singulares.
• El éxito de este estilo artístico viene dado por la fascinación de los cristianos por el arte
islámico, la maestría de los alarifes mudéjares, la economía del estilo y la decadencia de la
influencia del arte francés.
• No es un estilo artístico unitario, sino que posee características peculiares en cada región,
entre las que destacan el mudéjar toledano, leonés, aragonés y andaluz. Esta diversidad de
los focos mudéjares se explica por el factor cronológico de la conquista cristiana del
territorio de Al-Andalus.
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• La adaptación de las viejas fórmulas constructivas musulmanas a los nuevos usos
cristianos, como sucedió con las torres-campanario que imitaban alminares, dio lugar a
originales edificios donde el Románico y el Gótico, primero, y el Renacimiento y el Barroco,
más tarde, se fundieron íntimamente con la herencia islámica. Muros de ladrillo y yeso,
arcos de herradura, techumbres de madera, suelos de azulejos, etc. se combinaron así con
los sucesivos lenguajes arquitectónicos occidentales para dejar su peculiar lección de
convivencia y aprendizaje mutuo
EL TRABAJO DE LA MADERA
• Los carpinteros mudéjares, herederos de la fecunda tradición artesanal andalusí, nos han
dejado magníficos ejemplos de su pericia. Sirvan para ilustrarlo las bellas muestras de
mobiliario, especialmente puertas decoradas con lacerías, conservadas en diversos puntos
de nuestra geografía.
• Es, de todos modos, en las techumbres polícromas,
donde la carpintería mudéjar alcanzó la mejor expresión
de sus conocimientos. La larga serie existente de
alfarjes planos y la diversa tipología de armaduras a dos
aguas o incluso en forma de artesa invertida, además de
aligerar sustancialmente el peso de la cubierta,
permitieron plasmar amplios programas iconográficos
pintados, que sintetizaban lo mejor de la pintura gótica
con los típicos motivos abstractos y geométricos
propios de la estética musulmana.
LAS YESERÍAS
La utilización del yeso o aljez, ya de larga tradición en el arte musulmán, será uno de los
caracteres más sobresalientes del arte mudéjar. Efectivamente, el yeso, un material
relativamente abundante, y por ello económico, sencillo de trabajar y sobre todo muy
versátil, permitía su empleo tanto en suelos como en los enlucidos de muros. No obstante,
fue en las labores de talla de celosías y estucos donde los maestros artesanos desarrollaron
en todo su esplendor toda la rica panoplia de motivos de tradición andalusí, desde los lazos y
estrellas a los frisos de mocárabes, las caligrafías o los motivos heráldicos.
Torre de San Martín (Teruel) Torre mudéjar de la iglesia de Santa María, Tobed.
Catedral de Santa María de Mediavilla de Teruel
Iglesia de San Pablo (Zaragoza)