1. DESARROLLO SEXUAL Y EL CONCEPTO DE SI MISMO
DESARROLLO SEXUAL
La etapa de la adolescencia es considerada como el periodo de desarrollo más difícil
de asimilar por parte de las personas, quizás sea porque esta etapa psicológica es
compleja, ya que en ella existen cambios físicos, sexuales, psicológicos,
cognoscitivos y sociales a los que tiene que ajustarse el joven.
Aspecto Físico:
Los cambios físicos en las niñas se evidencian por el crecimiento de los senos, se
ensanchan las caderas, la aparición del vello púbico y axilar, la aparición de la
primera menstruación o menarquía.
Mientras que en los varones se evidencia por el desarrollo de los genitales, el
aumento de la masa muscular, la aparición del vello púbico, axilar y la barba al igual
que el cambio de voz. Aparecen las primeras expulsiones de líquido seminal.
Aspecto Psicológico
Se producen internamente y se manifiestan en la forma de ser, pensar y actuar en
su entorno
Aumenta la capacidad crítica y de observación:
-Establece relaciones de amistad con amigos a la que hace partícipe de sus
experiencias personales.
-Resistencia ante las imposiciones de los adultos.
-Crecen los niveles de exigencia hacia los padres para que les den independencia
de acción.
-Necesidad de expresar espontáneamente sus emociones y sentimientos
-Se modifica la imagen de sí mismo y su autoestima.
Aspecto Social
Son aquellos que tienen que ver con la forma de relacionarse con sus semejantes,
amigos, padres, maestros, y otros miembros de la comunidad., como:
-Selección minuciosa de los amigos.
2. -Razonamiento de las preferencias o rechazos hacia las personas o cosas.
-Se hace más intensa en
cantidad y en calidad la vida de relación social
CONCEPTO DE SI MISMO
Es el conjunto de percepciones, ideas o teorías que el individuo posee acerca de sí
mismo, y en cuya construcción intervienen los demás.
El adolescente se juzga a sí mismo de la misma forma de cómo es percibido por los
otros, y se compara con ellos.
SIGNIFICADO DE LOS PAPELES SEXUALES
Son actitudes, patrones de comportamiento y atributos de personalidad definidos
por la cultura en que el individuo vive como papeles sociales estereotipadamente
“masculinos “o “femeninos”.
Durante muchos años se consideró la masculinidad y la feminidad como una única
dimensión, con dos polos, que hacía posible clasificar a los individuos en un
determinado punto de ese continuo. Es decir, los roles sexuales estaban
rígidamente ligados al género, de manera que el ser masculino o femenino dependía
básicamente de ser hombre o mujer. Pero hoy en día esta muy de moda la
homosexualidad y las características de ésta es una mescla entre los dos géneros.
Las características propias de cada sexo que encontramos en las expectativas y
prescripciones sociales son: los hombres son más inteligentes, fuertes, hábiles y
ágiles que las mujeres; están interesados en valores teóricos, económicos y
políticos, mientras que las mujeres lo están en valores estéticos, sociales y
religiosos; la personalidad del hombre posee como rasgos la independencia,
dominancia, motivación por el éxito e inexpresividad, y la de la mujer, la
dependencia, afectividad y expresividad; el hombre tiene una sexualidad poderosa
y activa, mientras que en la mujer el desarrollo de ésta es mínimo y tiene un carácter
marcadamente pasivo.
3. LA TIPIFICACIÓN
Es el proceso
por el que un niño se da cuenta de un género y adquiere los motivos, los valores y
conductas idóneas para los miembros de ese sexo biológico.
LOS EFECTOS DE LA TIPIFICACIÓN
La interacción con los otros otorga a esa experiencia contenidos simbólicos y
significativos, a través de los cuales es vivido el propio cuerpo. Este trabajo plantea
que los valores y significados que la cultura transmite a través de las normas de
género inciden en la vivencia del cuerpo sexuado y dificulta principalmente en las
mujeres- la constitución de una identidad personal autónoma. En determinadas
circunstancias evolutivas, sociales, profesionales..., la presión de las normas
genéricas -éticas y estéticas- puede tener efectos perniciosos en los procesos de
formación de la identidad, produciendo alteraciones de la imagen corporal, como las
que se manifiestan en los trastornos alimentarios.
CAMBIOS SOCIALES CON RELACIÓN AL GÉNERO
La adolescencia presenta para los jóvenes un espacio de búsqueda, de
contradicciones y cambios de vida que definen su vida de adultos. Los adolescentes
deben empezar a seleccionar y a prepararse para su papel en el mundo del trabajo
y al mismo tiempo, adquirir el conocimiento y las técnicas necesarias para
desempeñarse bien en la sociedad. Algunos cambios sociales que surgen durante
el proceso de la adolescencia tanto en hombres como en mujeres pueden ser:
La renuncia a la dependencia de los padres.
La búsqueda de la autonomía e independencia.
El cuestionamiento de la autoridad de las personas adultas.
El interés por tener amistades.
La importancia de pertenecer a un grupo de amigos o amigas.
Buscar la aprobación de sus padres.
Se esfuerzan por ser
atractivos para el sexo opuesto.
4. Los amigos se convierten en las personas más importantes para ellos.
NUESTRO CONCEPTO DE “SÍ MISMO”
El concepto que cada uno de nosotros tiene de sí mismo consiste en quién y qué
pensamos que somos. Generalmente todos tenemos una idea más o menos clara
de quiénes somos; de nuestras características físicas y psicológicas; de nuestras
virtudes y deficiencias; de nuestra personalidad en general. Algunas de estas ideas
son positivas, algunas son negativas, pero siempre influyen, ya sea consciente o
inconcientemente, en nuestra manera de ser y presentarnos ante el mundo.
El concepto de sí mismo está formado por todas las creencias y actitudes que tiene
la persona respecto a sí mismo; abarca un conjunto bastante amplio de
representaciones mentales, que incluyen imágenes y juicios, no sólo conceptos, que
el individuo tiene acerca de sí mismo y que engloban sus distintos aspectos
corporales, psicológicos, sociales y morales. Esto determina lo que la persona es,
lo que piensa, lo que hace y lo que puede llegar a ser.
Ciertamente el concepto que tenemos de nosotros mismos afecta en nuestro
comportamiento porque es parte del núcleo central de nuestra personalidad, pero
¿cómo y cuándo nos formamos este concepto? Pues bien, en la infancia es cuando
empezamos a formar nuestro carácter y por ende vamos acumulando ideas sobre
nosotros mismos a través de la información que recibimos del medio ambiente y de
las personas con quienes interactuamos, principalmente los padres, profesores,
compañeros, etc. Cada palabra o estímulo significativo en nuestra vida nos ha
dejado huella en nuestra imagen de nosotros mismos; es así como, por medio de
las experiencias vividas, nuestra personalidad y la idea de quienes somos se ha
formado.
A nivel de la conciencia todo esto suena bastante lógico, pero debemos tener en
cuenta que siempre hay factores inconscientes que también determinan nuestro
comportamiento y que se han adquirido de la misma manera que aquellos de los
que sí somos conscientes, pero que muchas de las veces nos traen inseguridad en
lugar de confianza. Es por eso que algunas personas tienen una autoestima elevada
y eficiente y otras no. Si el medio ambiente no nos proporcionó la satisfacción de
nuestras necesidades o la estimulación adecuada de nuestra propia estima
(promoviendo valores, actitudes y comportamientos; alentando habilidades e
intereses; apoyando en las deficiencias para superarlas o corregirlas; motivando el
5. desarrollo personal y celebrando logros) el resultado casi siempre será un concepto
pobre e ineficiente del sí mismo. En cambio, si el medio ambiente fue satisfactorio
en lo antes mencionado presentaremos una autoestima eficiente y apropiada para
manejarnos en el mundo y relacionarnos de manera estable y funcional.
Como vemos, tenemos en nuestra mente una carta de presentación ante el mundo
y es nuestro concepto de sí mismo, que no fue heredado, sino aprendido.
Un dato curioso es que la mayoría de las veces nuestro concepto de sí mismo está
distorsionado. Lo podemos observar cuando lo que pensamos no tiene congruencia
con lo que decimos y lo que decimos no tiene congruencia con lo que hacemos.
Muchas veces nuestras ideas respecto a nosotros mismos no tiene parecido con lo
que los demás piensan de nosotros, esto quiere decir que dichas ideas se han
formado a base de fantasías neuróticas y disfuncionales, ya que no reflejan la
realidad de nuestro comportamiento. En todo caso la solución a esta problemática
tiene que ver con la disposición de revisar nuestros pensamientos y
comportamientos, y reflexionar si verdaderamente son congruentes; necesitamos
enfrentar la realidad cuando la imagen que supuestamente presentamos ante el
mundo tiene poco que ver con lo que el mundo percibe de nosotros. A veces
pensamos que somos inteligentes, pero el mundo percibe soberbia y desdén, lo que
nos formaría una imagen de inmadurez ante los demás. A veces pensamos que
somos amorosos y bondadosos, pero el mundo percibe a una persona necesitada
de aceptación y poco inteligente. Otras veces podemos afirmar que somos correctos
y responsables pero nuestras acciones reflejan ambigüedad, pero el mundo
percibiría esto como una manera de evitar responsabilidades, lo cual no sería
congruente con nuestro concepto de sí mismo.
Es por esto que es necesario revisar si realmente nuestras ideas respecto a
nosotros mismos son claras y funcionales en relación con la realidad, con lo que
hacemos y lo que el medio ambiente percibe de nosotros. Es común que tengamos
una imagen ideal de cómo nos gustaría ser y que las personas nos vieran de tal
manera, pero a veces la realidad dicta otra cosa, lo importante es trabajar sobre la
aceptación de nuestra personalidad de manera correcta, no en su totalidad cuando
presentamos conductas que dañan a otros o a nosotros mismos, sino haciendo los
cambios necesarios en nuestros pensamientos para poder hacerlos en nuestro
comportamiento y vivir de una manera congruente y por ende mucho más felices.
6. El sexo y los papeles sexuales
Cada persona nace ya sea con el cuerpo de una niña o con el cuerpo de un niño.
Las diferencias físicas determinan el sexo de una persona.
El papel sexual de una persona se refiere a la manera en que una comunidad define
lo que significa ser mujer o hombre. Cada comunidad espera que las mujeres y los
hombres parezcan y sientan de ciertas formas y que piensen y actúen de ciertas
maneras, simplemente por el hecho de ser mujeres u hombres. Por ejemplo, en la
mayoría de las comunidades, se espera que las mujeres preparen la comida, que
acarreen agua y junten leña, y que cuiden a sus hijos y a su compañero. En cambio,
muchas veces se espera que los hombres trabajen fuera del hogar para mantener
a sus familias y también a sus padres, y que defiendan a sus familias contra los
peligros.
Al contrario de las diferencias físicas entre los hombres y las mujeres, los papeles
sexuales son creaciones de la comunidad. Algunas actividades, como lavar y
planchar la ropa, están consideradas como 'trabajo de mujer' en muchas
comunidades. Pero otras actividades varian de un lugar a otro, dependiendo de las
tradiciones, las leyes y las creencias de cada comunidad. Los papeles sexuales
pueden variar dentro de la misma comunidad, con el nivel de educación, estatus
social o la edad de una persona. Por ejemplo, en algunas comunidades se piensa
que las mujeres de ciertas clases deben hacer trabajo doméstico, mientras que otras
mujeres tienen mayores opciones en lo que se refiere a su trabajo.
En la mayoría de las comunidades, se espera que las mujeres y los hombres
se vistan diferente y hagan trabajo distinto. Esto es una parte de los papeles
sexuales.
Cómo se aprenden los papeles sexuales
Los papeles sexuales son transmitidos por los adultos a los niños. Desde que sus
hijos son muy pequeños, los padres tratan a los niños de manera diferente que a
las niñas—a veces sin darse cuenta. Los niños observan a los adultos
cuidadosamente y notan cómo se comportan, cómo se tratan entre sí y qué papeles
juegan en la comunidad.
Al ir creciendo, los niños aceptan estos papeles porque quieren complacer a sus
padres y otros adultos y porque estas personas tienen más autoridad en la
7. comunidad. Estos papeles también ayudan a los niños a entender quiénes son y
qué se espera de ellos.
A medida que el mundo va cambiando, los papeles sexuales también cambian.
Muchos jóvenes no quieren vivir de la misma manera que sus padres o abuelos.
Puede ser difícil hacer un cambio, pero en la lucha de las mujeres y los hombres
para redefinir sus roles de género, también pueden mejorar su salud sexual.
Cuando los papeles sexuales son dañinos
Si una mujer cumple con los papeles que la comunidad le ha asignado, puede que
ella sienta satisfacción y aceptación. Sin embargo, esos papeles también pueden
limitar las opciones de esa mujer, y hacer que ella se sienta menos valorada que un
hombre. Cuando eso sucede, todos se perjudican: la mujer, su familia y la
comunidad entera.
En la mayor parte del mundo, se espera que las mujeres sean esposas y madres.
A muchas mujeres les agradan estos papeles, pues pueden llenarlas de satisfacción
y elevar su nivel en la comunidad. Otras mujeres preferirían dedicarse a sus propios
intereses, pero sus familias y sus comunidades no les dan esa opción. Si se espera
que una mujer tenga muchos hijos, ella tendrá menos tiempo de ir a la escuela o de
capacitarse de otras formas. Ella gastará la mayor parte de su tiempo y de su
energía satisfaciendo las necesidades de otras personas. O, si una mujer no puede
tener hijos, puede que su comunidad la valore menos que a otras mujeres.
No molesten a su papá. Él trabaja mucho y necesita descansar.
La mayoría de las comunidades valoran más el trabajo del hombre que el trabajo de
la mujer. Por ejemplo, puede que una mujer trabaje todo el día y luego cocine, haga
la limpieza y cuide a sus hijos de noche. Pero como al trabajo de su esposo se le
da mayor importancia, ella se preocupa por el descanso de él y no por el suyo. Sus
hijos crecerán pensando que el trabajo del hombre es más importante, y valorarán
menos a las mujeres.
8. Mucha gente considera que las mujeres son más emotivas que los hombres y a
ellas se les permite expresar sus emociones libremente. Por otro lado, a los
hombres se les enseña que no es ‘macho’ expresar emociones como el miedo, la
tristeza o la ternura. Por eso, ellos aprenden a esconder sus sentimientos o a
expresarlos de formas enfurecidas o violentas, que son más aceptables para los
hombres. Cuando los hombres no pueden expresar sus emociones, los niños
pueden sentirse más alejados de sus padres. Además es difícil para los hombres
conseguir el apoyo de otras personas para resolver sus problemas si no aprenden
cómo dar voz a sus necesidades emocionales.
A las mujeres muchas veces se les desanima a acudir a las reuniones comunitarias
o a participar en ellas. Por lo tanto, la comunidad sólo oye lo que los hombres
opinan. Como las mujeres saben mucho y tienen mucha experiencia, toda la
comunidad se perjudica cuando ellas no pueden discutir problemas y ofrecer
sugerencias para realizar cambios.
A las mujeres y los hombres que tienen relaciones sexuales con personas del mismo
sexo (homosexuales o lesbianas) a veces se les hacen sentir como si no
pertenecieran a su propia comunidad. Aunque sean respetados de otras formas, se
pueden ver forzados a vivir y amar en secreto, y a sentirse avergonzados de sí
mismos. En algunos lugares, el temor o la ignorancia acerca de la homosexualidad
puede hacer que algunas personas incluso los ataquen físicamente. La salud mental
y sexual de cualquier persona se perjudica cuando tiene temor o se siente
avergonzada de ser quien ella es.
AFECTO DE LA TIPIFICACION DE PAPELES SEXUALES SOBRE LA
CONDUCTA
La sexualidad es un aspecto central del ser humano presente a lo largo de su vida.
Abarca al sexo, las identidades y los papeles de género, el erotismo, el placer, la
intimidad, la reproducción y la orientación sexual. Se vivencia y se expresa a través
de pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, conductas,
prácticas, papeles y relaciones interpersonales. La sexualidad puede incluir todas
estas dimensiones, no obstante, no todas ellas se vivencian o se expresan siempre.
La sexualidad está influida por la interacción de factores biológicos, psicológicos,
sociales, económicos, políticos, culturales, éticos, legales, históricos, religiosos y
espirituales" (OMS, 2006)
9. La sexualidad es el conjunto de condiciones anatómicas, fisiológicas y psicológico-
afectivas del mundo animal que caracterizan cada sexo. También es el conjunto de
fenómenos emocionales y de conducta relacionados con el sexo, que marcan de
manera decisiva al ser humano en todas las fases de su desarrollo.
IMPORTANCIA DE LA TIPIFICACIÓN DE SEXOS
Generalmente la buena tipificación de sexos lleva consigo otras ventajas que se
consideran muy positivas como la buena adaptación personal y social y una elevada
autoestima. La tipificación exagerada dentro de las líneas tradicionales suele dar
por resultado desórdenes como una elevada ansiedad, poca estima de sí mismo y
señales de neurosis.
Los años escolares son un periodo muy importante para la consolidación de la
conducta propia del sexo, periodo en que se establecen los patrones que habrán de
trascender hasta la edad adulta.
Durante los años de escuela, cuando la aceptación por parte de los compañeros es
algo muy importante para el niño, los compañeros también se convierten en una
fuente principal de trato diferenciado por la razón del sexo. Los niños y niñas que
de cualquier forma dan la impresión de ser “diferentes” tropiezan frecuentemente
con hostilidad, ridículo e inclusive con el rechazo por parte de los demás niños, y el
comportarse de una manera menos propia de su sexo (según la visión estereotipada
que todos los niños de esta edad lamentablemente tienen a causa de la televisión y
demás) es algo que ciertamente provoca estas reacciones y éstas a su vez causan
una gran caída de la autoestima que éstos niños tienen de ellos mismos y que a su
vez la baja autoestima que ellos ya tienen es lo que permite que les afecten estas
burlas y en sí moldean su forma de ser según lo que los demás quieren que sean y
eso les acarreara muchos problemas sobre todo durante la adolescencia donde todo
esto propiciara a un mal ejercimiento de su sexualidad.
CAMBIOS SOCIALES CON RELACION A LOS GENEROS
LA METODOLOGÍA DE EVALUACIÓN CON PERSPECTIVA DE GÉNERO PARA
PROYECTOS DE TECNOLOGÍAS DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN
(GEM) es una guía que integra el análisis de género a la evaluación de iniciativas
que utilizan las tecnologías de la información y la comunicación para el cambio
10. social. Este artículo presenta las definiciones básicas que se utilizan en esta
metodología, en especial, los conceptos referidos al género. Es importante destacar
que GEM es una herramienta que está en constante desarrollo gracias a la
implementación y las adaptaciones creativas para las diferentes iniciativas, y a las
reacciones que genera su aplicación. Esta herramienta no se presenta como un
sistema de instrucciones y reglas que hay que seguir a rajatabla. Sólo a través de
su evolución y del proceso participativo se puede comprobar su practicidad y
eficacia como una metodología útil.
Conceptos básicos sobre género
¿QUÉ ES EL GÉNERO?
Género es un concepto que se refiere a los estereotipos sociales y culturales que
cada sociedad asigna al comportamiento, las características y valores que se
atribuyen a los hombres y las mujeres, y que los símbolos, las leyes y regulaciones,
las instituciones y la percepción reafirman. Detrás de esos estereotipos subyace la
idea de que tales características son naturales o intrínsecas y, por ende,
inalterables. Por el contrario, los estereotipos de género se construyen sobre la base
de factores ideológicos, históricos, religiosos, étnicos, económicos y culturales, que
luego se traducen en desigualdades sociales, económicas y políticas, en las cuales
las actividades de los hombres y los atributos relativos a su género se perciben
necesariamente como superiores a los de las mujeres.
Es importante aclarar que la palabra género no significa en sí misma hombre o
mujer. Para referirse a las características biológicas que los distinguen se utiliza la
palabra ‘sexo’, que remite a las diferencias de los órganos sexuales y la anatomía.
En cambio, el concepto de género se utiliza para comprender las relaciones sociales
y personales entre hombres y mujeres y la forma en que se construyen los
conceptos de feminidad y masculinidad. Muchas veces, los atributos asociados al
género se justifican basándose en las diferencias sexuales o biológicas. Por
ejemplo, se considera que las mujeres son maternales por naturaleza, característica
que se asocia con su capacidad reproductiva de engendrar.
Los atributos de género suelen ser opresivos. Son conceptos que se transmitieron
a través de los siglos y que las sociedades se ocuparon de adoptar estrictamente.
Las características típicas asignadas a mujeres y hombres son discriminatorias y
limitan e inclusive afectan las vidas de las personas. Históricamente, ha sido la
11. mujer la que llevó las de perder en la relación de los sexos. En ese sentido, el género
es una categoría que tiene que ver con las relaciones y, al mismo tiempo, con la
política.
Los atributos de género también se extendieron al campo de la ciencia y la
tecnología. Ámbito calificado de “riguroso” y, por lo tanto, “masculino” que
tradicionalmente se considera más apropiado para los hombres que para las
mujeres. Por ejemplo, muchas veces, la idea de que las mujeres no son tan capaces
en las ciencias y la tecnología, en comparación con los hombres, se atribuye a sus
limitaciones biológicas en lugar de a los estereotipos de género, los materiales
educativos, el enfoque en la enseñanza, las oportunidades de estudio y al diseño
tecnológico, que contribuye a crear una brecha de género en el uso de las TIC. Los
estereotipos indiscutidos de los roles de género se construyen sobre la base de
estos recursos y métodos que, a su vez, siguen afirmándolos. En consecuencia, se
considera que los hombres están mejor capacitados que las mujeres para dedicarse
a la ciencia y la tecnología, lo cual crea más obstáculos para que ellas ingresen en
ese sector.
Dimensión social de las relaciones de género
Las relaciones de género son específicas del contexto.
Las relaciones de género se entrecruzan con otras relaciones sociales como la
clase, la etnia/raza y la edad.
Las relaciones de género pueden cambiar, y de hecho lo hacen, como respuesta a
las modificaciones políticas y socio-económicas.
Las relaciones de género pueden ser resistentes al cambio porque, al igual que
otras relaciones sociales, tienen su expresión en las instituciones de la sociedad.
¿Qué son los roles de género?
Examinar los roles de género nos permite comprender mejor la diferencia en el uso
de las TIC entre hombres y mujeres, o hasta qué punto las utilizan unos y otros. Por
ejemplo, en el ámbito del comercio en internet, muchos proyectos sólo enseñan a
las mujeres cómo comprar en línea. Las aplicaciones de comercio en internet para
sectores productivos, como la de monitoreo de precios de productos de granja,
fueron diseñadas principalmente para comunidades agrícolas, en su mayoría
12. administradas por hombres. Sin embargo, en los últimos años, las aplicaciones TIC
comenzaron a concentrarse en capacitar a mujeres empresarias en el uso del
comercio en internet. Si bien estas aplicaciones no necesariamente ponen en tela
de juicio los cambios en las funciones reproductivas de la mujer, reconocen sus
roles productivos, situación que, en algunos casos, trajo aparejado un cambio en el
lugar que ocupa en la casa. Muchas de las experiencias en las que se introdujo el
uso de las TIC en las comunidades produjeron cambios en la situación de los
miembros que empezaron a tener acceso y aprendieron a utilizar las TIC (por
ejemplo, en los telecentros). En algunas comunidades, las mujeres lograron superar
las barreras del liderazgo, que originariamente era considerado dominio de los
hombres y se convirtieron en agentes de información o en instructoras en los
telecentros.
Cuando hablamos de los distintos roles asociados al género, debemos prestar
especial atención a las diferencias y similitudes en las condiciones de acceso y
utilización de las tecnologías para las mujeres y los hombres, y a cómo influyen las
relaciones de poder sobre dichas condiciones. Por ejemplo, ¿cómo utilizan la
internet los niños y niñas y los hombres y las mujeres? ¿Tienen las mismas
posibilidades de acceso en la práctica, o se considera más importante cierto uso
que otro? ¿Existen dimensiones de género en esta valoración? En una organización
que trabaja para el desarrollo, ¿hay diferencia de género entre las personas que
utilizan el correo electrónico y aquellas que no? ¿Qué criterio se aplica en términos
de uso cuando se toman decisiones sobre la compra de equipos nuevos? Una vez
más, ¿influye de alguna manera el género en la determinación?
Asimismo, los efectos del uso de las TIC tienen un impacto diferente en las mujeres
que en los hombres. Por ejemplo, ¿utilizar las TIC ahorra tiempo o, en realidad,
demanda aún más debido a los roles de género? Para expresarlo de manera más
específica, ¿las telecomunicaciones son potencialmente generadoras de una mayor
carga de trabajo porque las diferencias entre lo privado (el hogar) y lo público (el
trabajo) se vuelven menos claras? ¿Enqué aspectos intervienen los roles de género
en esta organización? ¿Cuáles son las expectativas? ¿Son diferentes para los
hombres que para las mujeres? ¿Tener una computadora en casa facilita la
administración del trabajo a través de las telecomunicaciones o crea demandas
poco realistas porque el empleado/a está siempre conectado/a? ¿El tiempo de
trabajo de la mujer aumenta o disminuye? Prestar atención a los múltiples y
diferentes roles y responsabilidades de género permitirá a los profesionales
comprender que, por lo general, las necesidades de las mujeres respecto de las TIC
son distintas de las de los hombres y que responder a ellas probablemente suponga
exigencias de planeamiento específicas.
13. El conjunto de textos sobre análisis de género señala tres roles comunes:
reproductivo, productivo y de gestión comunitaria.
Los roles reproductivos abarcan la maternidad/responsabilidades de la crianza y los
roles domésticos desempeñados generalmente por mujeres, de quienes se espera
que reproduzcan y sustenten la mano de obra. Aunque, en la práctica, estos roles
constituyan un trabajo, se los diferencia de los que se denominan ‘productivos’
porque llevarlos a cabo no se considera un ‘trabajo’. Por esa razón, esta categoría
laboral no recibe paga alguna. Dichas tareas no se ven reflejadas en el PBI ni en el
PNB de ningún país.
Los roles productivos comprenden el trabajo que realizan tanto mujeres como
hombres y que generan un ingreso (al contado o de cualquier otro tipo) y poseen un
valor de cambio.
Los roles comunitarios son aquellos que desempeñan principalmente las mujeres
en la comunidad, como extensión de su rol reproductivo, para mantener los escasos
recursos de consumo colectivo, como el agua, la salud y la educación. (Por
supuesto, existen otros miembros en una comunidad que llevan a cabo este tipo de
tareas como los ancianos, los enfermos, las personas con discapacidad, los
subempleados y desocupados.)
Dado que las mujeres tienden a asumir múltiples roles (se ocupan de los hijos/as a
la vez que desempeñan actividades productivas y comunitarias), es importante
tenerlos en cuenta a la hora de formular un plan de evaluación o analizar el impacto
de un determinado proyecto de TIC en relación con el género. Es necesario
observar el impacto de las TIC en los múltiples roles y examinar los cambios que la
nueva economía de la información aporta a los roles de género de mujeres y
hombres. Tomemos el caso de los telecentros que emplean a mujeres. Algunas
evaluaciones sólo prestan atención a temas de infraestructura o equipamiento y no
consideran el contexto social y el contenido informativo que puede afectar de forma
negativa a mujeres y niñas. Por ejemplo, es posible que los cibercafés o los centros
de información estén abiertos en horarios inconvenientes para las mujeres que
tienen que hacer malabares con su tiempo para atender a sus roles productivos y
reproductivos. También puede ser que el costo de acceso a dichos centros sea
prohibitivo para las mujeres y las niñas que no disponen de la misma cantidad de
dinero que los hombres y los niños. En ese caso, sería mejor investigar por qué las
mujeres tienen un ingreso menor: ¿será porque el esquema de gastos de las
mujeres abarca los de sus múltiples roles (gastos de la casa, necesidades
14. familiares, etc.) dejando una cantidad escasa o casi inexistente para sus propias
necesidades? ¿O quizás porque las mujeres carecen de las habilidades necesarias
para trabajar? ¿O tal vez porque, como cargan con la mayor parte (cuando no con
todos) los roles reproductivos de la familia, no les queda tiempo para dedicarse a
un trabajo productivo?
Necesidades concretas e intereses estratégicos del género
Las necesidades concretas del género son aquellas identificadas por las mujeres y
que no ponen en discusión sus roles sociales aceptados. Están relacionadas con el
cumplimiento de sus roles productivo, reproductivo y comunitario y de sus
responsabilidades, que incluyen las necesidades básicas concretas como la
vivienda, el empleo y el alimento.
En cambio, los intereses estratégicos del género desafían los roles existentes.
Reflejan exigencias cuyo propósito es conseguir la igualdad de las mujeres y parten
del presupuesto de que éstas están subordinadas a los hombres como
consecuencia de la discriminación social e institucional en su contra.
En la práctica un enfoque que subraye las necesidades de esta naturaleza puede
dar lugar al reconocimiento y la consideración de los intereses estratégicos. De
todos modos, las necesidades concretas pueden intensificar la división sexual del
trabajo ya existente, que subordina a la mujer al hombre. Por ejemplo, tener acceso
a los teléfonos y a la internet permite que las mujeres utilicen los medios de
comunicación, pero no cambia automáticamente su posición respecto de los
hombres.