E.VIDAL LA PINTURA COSTUMBRISTA ,Catalog Mobile Presentation.pdf
Imma Prieto. La Vanguardia. May 28, 2014
1. 21Cultura|sLaVanguardiaMiércoles,28mayo2014EXPUESTO
interpretando piezas españolas.
Regoyos comenzó sus estudios
sistemáticos en Madrid, con el pai-
sajista belga Carlos de Haes y fue
muyamigoensu juventuddelvioli-
nista Enrique Fernández Arbós,
quien marchó a estudiar a Bruse-
las. En 1879, el violinista invitó a
Regoyos a asistir a los honores de
su graduación en el Conservatoire
Royal de Bruselas. Allí estudiaba
tambiénAlbéniz, y ambos traslada-
ron las experiencias musicales del
Art Nouveau belga a España.
El artista se deslumbró en aquel
ambiente renovador que reunía a
creadores de diversas disciplinas
en torno a una actitud frente al ar-
te, y decidió quedarse a seguir sus
estudios en aquella importante ciu-
dad. En la Real Academia de Bellas
Artes fue distinguido discípulo de
Joseph Quinaux, quien le instaba a
su afición paisajista; Regoyos salía
a pintar al campo siempre con su
guitarra.Pronto susaudacias pictó-
ricas fueron reconocidas, y a tra-
vés de sus amigos Albéniz y Arbós
participó del círculo del juriscon-
sulto y mecenas Edmond Picard,
creador en 1881 de la revista L’Art
Moderne, junto a escritores como
Émile Verhaeren o Camille Le-
monnier, o los pintores van Ryssel-
berghe,Constantin Meunier, Fran-
tz Charlet, Willy Schlobach o Ja-
mes Ensor, y entre los músicos Oc-
tave Maus, gestor de Les XX y de
La Libre Esthétique.
Regoyos establece una visión
del paisaje, verdadero observato-
rio para sus trabajos, que incide en
la luz y no en un sentido costum-
brista de postal, de formas explíci-
tas, de expresiones humanas de
primer plano y llegada directa, ca-
sode Sorolla, sino intentandoreco-
ger del paisaje su impresión, su luz
interior. Así fue como transitó lue-
go técnicas y ejercicios del impre-
sionismo, con el puntillismo de
Seurat. También recorrió y dejó su
visión –junto al escritor Verhae-
ren– de La España Negra intentan-
do ahondar en una perspectiva no
españolistade supaís,más quesim-
bolista, cercana a lo real. La Espa-
ña Negra la editó en Barcelona pri-
mero en la revista Luz, y luego co-
mo libro a finales del siglo. Su rela-
ción con Catalunya fue intensa, y
cuentan que se le veía a menudo
en Els Quatre Gats junto a Albéniz,
Casas, Utrillo y Rusiñol. Allí reali-
zó su primera exposición indivi-
dual en 1898. Francesc Fontbona,
que cita su relación con Albéniz,
menciona su vertiente melómana
en la organizaciónde ciclos decon-
ciertos en Bruselas en el marco de
LesXX y La Libre Esthétique.El re-
conocido Albéniz en tiempos de
París, que disponía de una impor-
tante colección de modernistas,
fue allí su valedor en importantes
círculos franceses.
Finalmente,las dificultades eco-
nómicas hicieron alejar al pintor
de aquellos centros europeos y se
recluyó en San Sebastián. Rodrigo
Soriano recuerda que, cuando en-
tró en su estudio de aquella ciu-
dad, le sorprendió ver en lugar pri-
vilegiado un piano, en el que Rego-
yos, alternando con las canciones
españolas a la guitarra, solía acer-
carse a fragmentos de piezas de Al-
béniz, o de César Franck. |
BeaSarrias Pinta
interioressilenciososde
mansionesburguesas
Espacio
sin
habitar
IMMA PRIETO
Entodaslascomposiciones presen-
tadas por Bea Sarrias un haz de luz
se filtra tenuemente tras los crista-
les, una luz blanquecina que no
permite distinguir mañana o tarde,
invierno o verano. Lo importante
en la pintura de Bea Sarrias yace
en el modo mediante el que se
ilumina el vacío. Un vacío que
denota soledad, ausencia. Múlti-
ples vistas de interiores permiten
al espectador situarse en el umbral
de la presencia, de un anhelo de
ser en pasado.
Tal y como presenta la artista en
la exposición individual de la gale-
ría Miquel Alzueta en Barcelona,
sus pinturas muestran interiores
de viviendas. Hogares, en la mayo-
ría de ocasiones, de una clase
social acomodada y burguesa:
quizás de algún modo se nos dice y
sugiere algo, interiores que des-
prenden frialdad, distancia, luga-
res en los que lo humano parece
desvanecerse en el blanco de la
luz.Sensaciones quequedandoble-
mente subrayadas a través de sillas
y sofás que ocupan los espacios sin
más. Sillas vacías, sin nada que
esperar, abandonándose a un
mero acompañamiento del resto
del mobiliario. Hogares que han
dejado de serlo. Espacios casi
perfectos inscritos en una especie
de arquitectura del no habitar, que
no es lo mismo que inhabitable.
Unasilla vacía tras otra acompa-
ñanal espacio en su desidia.Arqui-
tecturas que poco tienen que ver
con la ruina y que, a pesar de todo,
respiran nostalgia. Explica Bea
Sarrias que su objetivo es retratar
la luz. Casi podríamos hablar de
un más allá que se presenta inclu-
so paradójico, tal vez podría decir-
se que trabajamos con la mirada
de un contraluz. El rayo que ilumi-
na y atraviesa se enfrenta a la mira-
da del vacío. Desde lo exterior, se
ilumina un interior y el conjunto, a
su vez, es visto desde dentro, des-
delas entrañasde unojo que avizo-
ra en el vacío.
En su pintura la paleta de colo-
res se desenvuelve entre los grises,
los blancos y los negros, una pintu-
ra casi monocroma revierte en los
espacios desde un silencio que
pesa. Un silencio que invade y
envuelve. Espacios que aunque se
presentan de forma anónima, no
reivindican un nombre, sino más
bien el hábito de un grupo. El
mismo ángulo que ella nos desvela
es el que se nos permite ocupar y
proyectar, también, desde un
anonimato compartido.
Su pintura puede traducirse en
una especie de radiografía social,
desafiante y de talante voyeur que
busca y denuncia una presencia.
Una quietud que no acoge se suma
aunaespeciede no tiempo.Fijacio-
nes de un presente atemporal, sin
marca ni huella, o, posiblemente,
Bea Sarrias haya dado visibilidad a
la ausencia de esa huella, denun-
ciándolaconalgo taninmaterial co-
mo el haz de luz que proyecta en
cada uno de los objetos que dispo-
ne en su pintura. Una luz que es la
única que sabe y roza la posibili-
dad del estar. |
El artista establece una visión del paisaje,
verdadero observatorio para sus trabajos, que
intenta recoger su ‘impresión’, su luz interior
Bea Sarrias
GALERÍA MIQUEL
ALZUETA
BARCELONA
Séneca, 9-11
Tel.93-238-97-50
galeriamiquelalzueta.
es
Hasta el 30 de mayo
Su pintura puede
traducirse en una
especie de radiografía
social, desafiante
y de talante voyeur
Izquierda, ‘La
Concha, nocturno’,
c. 1906
COLECCIÓN CARMEN
THYSSEN-BORNEMISZA, EN
PRÉSTAMO
GRATUITO AL MUSEO
CARMEN THYSSEN MÁLAGA
Bajo estas líneas,
‘Calle de Durango.
Arrabal de Pinon-
do’, 1907
BBK
‘Casa B’, una de
las obras de Bea
Sarrias en la expo-
sición de la galería
Miquel Alzueta de
Barcelona