3. Vientos. Mitología Grecolatina.
Diosa de la aurora, llamada Eos por los griegos, hija de Hiperión y hermana de Helio y de Selene.
Con Astreo engendró los Vientos: Céfiro, Bóreas y Noto, el Eósforo y los Astros. Su unión con Ares
le atrajo la cólera de Afrodita, quien la castigó condenándola a estar eternamente enamorada.
Viento del norte
Bóreas (en griego Βορέας, ‘viento del norte’ o ‘devorador’)
era, en la mitología griega, el dios del frío viento del Norte
que traía el invierno. Bóreas era muy fuerte y tenía un
violento carácter a la par. A menudo era representado
como un anciano alado con barbas y cabellos desgreñados,
llevando una caracola y vistiendo una túnica de nubes. Su
equivalente romano es el dios Aquilón.
Viento del sur
Noto o Austros (en griego antiguo Νότος Nótos) era el dios del viento del sur. Estaba asociado con
el desecador viento caliente de la salida de Sirio tras el solsticio de verano y se creía que traía las
tormentas del final del verano y del otoño, por lo que era temido como destructor de las cosechas.
Su equivalente en la mitología romana era Austro, la personificación del siroco, que traía densas
nubes y niebla o humedad.
Viento del este
Euro (en griego antiguo Εύρος Eúros) era la deidad que representaba al funesto viento del este. Se
creía que traía calor y lluvia, y su símbolo era una vasija invertida derramando agua.
Su equivalente en la mitología romana era Vulturno (no confundir con Volturno), un dios-río tribal
que más tarde pasaría a ser la deidad romana del río Tíber.
Viento del oeste
En la mitología griega, Céfiro (en griego Ζέφυρος Zéphyros) era el dios del viento del oeste, hijo de
Astreo y de Eos. Céfiro era el más suave de todos y se le conocía como el viento fructificador,
mensajero de la primavera. Se creía que vivía en una cueva de Tracia.