La coordinación en el ser humano requiere la participación de dos sistemas: el sistema nervioso, que proporciona una coordinación instantánea a través de respuestas rápidas, y el sistema endocrino, que controla procesos más lentos y prolongados a través de hormonas. Mientras que el sistema nervioso coordina funciones como el movimiento y las pupilas, el sistema endocrino se encarga de procesos como el crecimiento y el desarrollo a través de la secreción de hormonas.