3. MUERTE, VIDA Y FAMILIA
Mi nombre es Miranda Rojas y tuve un accidente algunos dos meses
atrás a causa del problema de la escuela a la que asisto que es la
inseguridad.
Justo al cruzar la calle para asistir a mis clases como normalmente
lo hacia siempre, el semaforo estaba en rojo y yo al igual que
muchos hiba a cruzar la calle y hubo un coche como muchos otros
que no respeto que era el turno del peaton y paso a toda velocidad
justo cuando yo hiba cruzando la calle.
Yo no senti ni supe nada, y si, ese coche me atropello, me arrojo
muy fuerte. Mi mente se puso en blanco, solo senti un golpe, no
podia mover mi cuerpo, quede inconciente. Algunos estudiantes
que estaban ahí y otras personas en coche decidieron llamar a
emergencias y mi mejor amiga a mi madre. Bueno eso me comento
mi mejor amiga yo seguia inconciente.
Muchos de esos chavos estaban asustados al ver el impacto que
habia sucedido. Creo que este es el problema mas grande de la
escuela, porque justamente despues de mi accidente decidieron
poner a un policia paea que estuviera otorgando turnos, ya fuera al
peaton o el de los coches.
En momentos queria despertar no entiedo ni yo misma esos
momentos lo que se es que fueron horribles, sentia que estaba en
una pesadilla atrapada en la que nunca hiba a despertar, queria a
mama en esos momentos…
4. Lo único que venía a mi mente en ese momento era aquel proyecto
que tenía que entregar, aquel proyecto en el que estaba trabajando
estos últimos días. Recuerdo que cada tarde a las 6:20 me sentaba en
el comedor con un plato lleno de fruta que mi mamá me preparaba
para concentrarme más. Era lo único que podía pensar. Intente
levantarme pero no podía, me dolía todo mi cuerpo, sobre todo mi
cabeza y pierna. Trate de levantarme múltiples veces pero me di
cuenta que eso me lastimaba más, el dolor iba aumentando poco a
poco al grado de ser insoportable, sentía que algo me desgarraba la
pierna, como si alguien tratara de cortármela con un cuchillo, de una
forma lenta y dolosa, de pronto escuche a una mujer gritando:
-¿Mamá eres tú?- quise decir pero las palabras no salían, no podía no
mover mi boca.-¿Qué está pasando?- Volví a intentar, simplemente
no podía hacerlo. Aquella mañana me había llevado ella ya que se me
había hecho tarde, me dejó en la acera de enfrente y ahora estoy aquí,
en el suelo y no sé porque.
-Mami no llores, estaré bien. No creo que sea tan grave.- pensé ya
que las palabras no lograban salir de mi boca.- Sólo necesito dormir
un poco, me siento cansada.- Iba hacerlo hasta que escuche a otra
mujer hablando por teléfono, no entendía del todo lo que estaba
diciendo, trate de poner atención, pero todo iba en pedazos, como un
disco rayado, se saltaba de una parte a otra. Finalmente uní las
palabras, quería saber que era lo que decía.
¿Emergencias?, ¿Para qué querían que una ambulancia llegara?,
¿Quién estaba en problemas?, ¿Por qué estaban conmigo si alguien
estaba herido?
Por fin comprendí, era para mí, ese día me habían arrollado, eso
explicaba el dolor, no podía creerlo, ¿Cómo?, ¿Por qué?, ahora más
que nunca quería dormir, estaba impactada con aquella noticia, ya no
quería luchar para mantener mis ojos abiertos, mi madre y las demás
personas que la acompañaban me pedían que no los cerrara y que me
quedara con ellos, pero no quería, no podía.
5. Ya no pude más y quedé inconsciente. . . Cuando desperté lo primero
que logré observar fue la cara de mi mamá se veía contenta porque ya
había despertado aunque yo le podía notar en sus ojos que algo no
estaba bien. Cuando intenté sentar conversación con mi madre
nuevamente no pude, simplemente las palabras no podían salir de mi
boca en ese momento me concentré verdaderamente en lo que estaba
sucediendo y si, allí estaba yo acostada en una cama de hospital sin
poder moverme con un pie roto, una mano fractura y con muchos
golpes por todo mi cuerpo. Entró la enfermera, me revisó e incluso me
hizo tomarme unas pastillas dijo ella que eran para el dolor de cabeza
aunque no pienso que hayan sido para eso ya que no dejaba de sentir
esas pequeñas pulsaciones que no me dejaban estar tranquila. Ella se
fue y mi mami comenzó a decir unas palabras recuerdo perfectamente
lo que me dijo: ¡Miranda! Te amo y quiero que seas fuerte, por ti, por
mí, por tu padre y tu hermano. . . No pude contestar lo único que pudo
salir de mi fue una lágrima, esa lágrima que significó tanto para ella . .
. Me abrazó, se paró y se marchó, cerré mis ojos y en el momento en
el que los abrí observé qué estaban varios de mis compañeros
observándome incluso se encontraba el chico que me gustaba desde
6to de primaria. Todos me preguntaban si me sentía bien. . .
Esa pregunta no fue de mi agrado ya que era obvio que no, ¿cómo
alguien puede estar en el hospital y sentirse bien? No le encontraba
sentido, al notar que yo no respondía decidieron entregarme un regalo
que habían elaborado entre todos, era algo muy lindo y me hizo saber
que en verdad tenía amigos que me querían y se preocupaban por
mí.. .En eso momento entró mi mamá y mis amigos tuvieron que
dejarme a solas con ella.
-Mi niña en verdad me siento muy mal por todo lo que te está
sucediendo- dijo ella mientras comenzaban a salir lágrimas de sus
ojos. . .
Fue ahí en ese momento tuve las suficientes fuerzas para poder decir:
¡Mamá que es lo que está pasando, quiero regresar a casa y volver a
comer de esa fruta que tú me preparabas, por favor no dejes que me
hagan algo malo, ¡te necesitoooo! No dijo nada. Y solamente vi cómo
se alejaba mi mamá en busca de un doctor, ella lo que quería era que
el doctor me explicara cual era mi condición medica ya que yo no
6. sentía mis pierna, no podía pararme, quería que alguien me dijera que
esto iba terminar, que pronto podía levantarme e irme a continuar con
mi vida, pero desafortunadamente lo peor estaba por venir, ya que
pronto regreso mi mamá con el medico que me atendía, el mismo
médico que me dio la terrible noticia que debido al accidente tenía que
someterme a un tratamiento de rehabilitación de más de un año. Lo
que fue para mí una noticia impactante porque significaba abandonar
mis proyectos de vida, mis estudios y continuar mi vida ¿cómo todos
mis compañeros podían seguir luchando por sus metas o por sus
sueños y yo tenía que abandonar todo eso para dedicarme a la
recuperación de mi salud?
Es cuando realmente te das cuenta de que lo que me sucedió a mi le
puede volver a pasar a otros estudiantes que como yo tienen la
necesidad de cruzar la calle para ingresar a la escuela Cetis100, con
todo esto pude llegar a la conclusión de que es muy necesario un
puente peatonal y así evitar poner en riesgo la vida de muchos
estudiantes del Cetis 100.