Pedro siempre llegaba tarde a sus clases de tuba porque se distraía jugando y explorando. Un día, después de jugar mucho, se quedó dormido y despertó al sonido de unos animales. Tomó su tuba y comenzó a tocar una melodía que hizo bailar a los animales. Luego se unió a la fiesta un sonido fuerte y desagradable, por lo que alguien tuvo que hacer algo.