Los procesos que se dan dentro de una sociedad son dinámicos, yuxtapuestos y globalizados; y cada vez se hacen más gravitantes e influyentes en el estado de salud de una población. En este contexto, la promoción de salud constituye un proceso político social y una estrategia que puede contribuir efectivamente en la mejora de la calidad de vida y la construcción de una sociedad de bienestar. Su enfoque se basa en la concepción de salud como un proceso social, resultante de las condiciones e interacciones de las personas con su medio local. Desde esta perspectiva, la promoción de la salud considera que la preservación, mantenimiento y mejora de la salud requiere de la participación de la comunidad, del empoderamiento social y del despliegue de esfuerzos intersectoriales.